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    - El ratón de campo puede vivir una vida tranquila sin lujos, mientras que el ratón de ciudad puede disfrutar de los mejores lujos a cambio de estar expuesto al peligro.

    ¿Y qué prefiere Makima ? Pues...
    Los ratones de campo son mucho más fáciles de matar, porque simplemente no se lo esperan.-
    šŸ- El ratón de campo puede vivir una vida tranquila sin lujos, mientras que el ratón de ciudad puede disfrutar de los mejores lujos a cambio de estar expuesto al peligro. ¿Y qué prefiere Makima ? Pues... Los ratones de campo son mucho más fáciles de matar, porque simplemente no se lo esperan.-šŸ€
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  • === ... …ā į˜›ā āĢ¤ā į•ā į·

    ×La pelinegro baja la vista luego de haber despertado de golpe al contrario. Sentía bastante vergüenza por lo que hizo. Su tono es tímido y casi en murmuros×

    Perdóname por haberte despertado mientras dormías... pero creí que era una rata muy grande y, y...solo era un ratón muy pequeño ... ¿Qué te parece si te preparo un baño para que vuelvas a relajarte y así recuperas el sueño? Para compensarte
    === ... …ā į˜›ā āĢ¤ā į•ā į· ×La pelinegro baja la vista luego de haber despertado de golpe al contrario. Sentía bastante vergüenza por lo que hizo. Su tono es tímido y casi en murmuros× Perdóname por haberte despertado mientras dormías... pero creí que era una rata muy grande y, y...solo era un ratón muy pequeño šŸ’§... ¿Qué te parece si te preparo un baño para que vuelvas a relajarte y así recuperas el sueño? Para compensarte
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  • ā ā”€ā”€ š‘Ø š’”š’Šš’š’†š’š’• š’š’Šš’ˆš’‰š’• āž




    Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario.

    Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio.

    Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes.

    Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca.

    Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo.

    Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta.

    — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.

    ā ā”€ā”€ š‘Ø š’”š’Šš’š’†š’š’• š’š’Šš’ˆš’‰š’• āž Un suspiro cargado de cansancio se deslizó de sus labios mientras abotonaba la camisa blanca que había elegido para esa noche. El tejido ligero caía suavemente sobre su piel, dejando los dos últimos botones desabrochados, como si incluso el pequeño esfuerzo de cerrarlos fuera innecesario. Llevó las manos hacia su cuello, con movimientos lentos apartando su cabello ondulado de un rojo vibrante para dejarlo caer libremente sobre su espalda. Había sido un día largo, pero había valido la pena; la reunión con esa Italiana había salido mucho mejor de lo que esperaba, y ahora solo buscaba un momento de paz en su propio espacio. Su mirada vagó por el departamento, un lugar que llamaba "hogar" por comodidad, pero que en realidad siempre había sentido más como un refugio temporal más que nada en dónde podía descansar. Sus pasos, descalzos y casi inaudibles, la llevaron hacia la ventana, en dónde observo la ciudad bajo sus pies que se extendía como un mapa vacío, sin personas presentes. Al llegar, apoyó los antebrazos en el marco y dejó caer su mentón sobre ellos. Sus ojos vagaron hacia el cielo oscuro, buscando algo que ni siquiera ella sabía. De un momento a otro, sintió como un viento helado se filtraba poco a poco sobre sus piernas, muslos y luego por debajo de la camisa, llegando hasta sus pechos. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pero ni eso hizo que se apartará de ahí, era terca. Últimamente había estado sintiéndose muy agotada, probablemente debido al trabajo que tenia. Aunque, en realidad más que nada terminaba apoyando en la mafia a la que trabajaba debido a su puesto, en realidad habia deseado salir de aquel trabajo muy "legal" hacia ya mucho tiempo, pero no tenia opciones, solo estaba ahi con un objetivo en claro, eso, y porque básicamente tenia un contrato que debia cumplir. Aunque intento escapar varias veces, siempre fue encontrada, de hecho, fue tantas las veces que lo intento que más parecía un juego "Del gato y del ratón" para sus compañeros de trabajo. Un juego que terminaba perdiendo y del cual se rindió hace ya mucho tiempo. Una vida "normal" es lo único que hubiera deseado, pero la vida actual era su realidad, una muy y terriblemente mala. Sus pensamientos seguían vagando, no paro hasta que sintió algo suave y caliente en su pierna, bajo la mirada notando la presencia de su pequeña minina y su cola sobre esta. — Hanna, ven aquí ... — Pronunció suavemente y con una sonrisa delicada, la tomó entre sus brazos y fue hacia el sofá para acomodarse, se hecho apenas pudo, dejando que su gata se enrollara como caracol sobre sus piernas desnudas, apoyó su cabeza en el antebrazo del sillón mientras aun mantenia su mirada sobre la ventana y luego sobre la mesita de la sala en dónde se hallaba una cartera blanca, en donde se encontraba cierto papel con un nombre y número telefónico, que le había entregado Elisabetta para comunicarse con una mujer para sacarle información. Si que estos días iban a ser movidos, aunque ahora simplemente se relajaría.
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  • Ya que debe andar como IMP por lo menos 2 días, se quedó comiendo botana mientras miraba una maratón de películas de terror.
    Mucho no podía hacer en esos momentos, además de que era tarde.
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  • -Sabes amo estar contigo todo el tiempo... Eres el gran amor de mi vida... El hombre con quién quiero estar el resto de mis días... Y con quién espero formar una familia...

    Dijo aquello mientras besaba tiernamente a su amado peli blanco, que aún le seguía recordando a su ratón
    -Sabes amo estar contigo todo el tiempo... Eres el gran amor de mi vida... El hombre con quién quiero estar el resto de mis días... Y con quién espero formar una familia... Dijo aquello mientras besaba tiernamente a su amado peli blanco, que aún le seguía recordando a su ratón
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    // si no respondo seguido ando en maratón de Wolverine
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  • —El cielo en el País de las Maravillas estaba teñido de un tono anaranjado irreal, como si fuera la puesta de un sol que nunca existió. En un pequeño claro, cerca de un bosque torcido por la lógica distorsionada del lugar, una rama grande había caído al suelo. Aunque para cualquiera más parecería inofensiva, para Damon Chessire era una oportunidad perfecta para entretenerse.—

    —Transformado en su forma gatuna, una pequeña figura similar a un gato con pelaje púrpura y gris a rayas, Damon se movía con agilidad entre las hojas y la rama caída, sus ojos brillando con diversión. Sus patas delanteras golpeaban la rama juguetonamente, como si fuera un ratón que intentaba escapar de su alcance. De vez en cuando, su cola se desvanecía y aparecía en un lugar completamente diferente, lo que solo hacía más evidente que estaba jugando consigo mismo, como un felino que busca su propia sombra.—

    "Ah, qué simple placer."

    —Le dio un manotazo a la rama, haciendo que rodara un poco más lejos—.

    "Algo tan tonto, pero tan... entretenido. ¿No lo crees?"

    —dijo, aunque no había nadie alrededor.—

    —Rodó de espaldas, con la rama bajo sus patas, moviéndola de un lado a otro como si fuera lo más emocionante del mundo. Se giró de golpe y clavó las garras en la madera, soltando una pequeña risa gatuna mientras su cola se desvanecía y reaparecía entre las hojas del árbol cercano.—

    "¿Por qué la gente siempre se complica con las grandes preguntas cuando todo lo que necesitas para ser feliz es... una rama y un poco de imaginación?"

    —Hizo una pirueta en el aire, flotando brevemente antes de caer con gracia de vuelta sobre la rama.—

    —Por un momento, dejó que solo sus ojos fueran visibles, brillando con un tono violáceo, mientras la rama rodaba de nuevo hacia él como si fuera parte de un juego entre ambos. Sus ojos aparecían y desaparecían a medida que Damon alternaba entre la visibilidad y la invisibilidad.—

    —De pronto, decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá. Con un suave "miau", la rama se alzó en el aire, movida por su manipulación de la realidad. Giraba lentamente, como si estuviera viva, y Damon, aún en su forma de gato, la persiguió con un salto ágil. Su sonrisa apareció flotando mientras el cuerpo seguía en movimiento, una demostración perfecta de su habilidad para jugar tanto con el entorno como con las leyes de la física.—

    "¡Oh, lo mejor de todo es que la rama cree que puede ganar!"

    —exclamó mientras desaparecía por completo y luego reaparecía en la cima de la rama flotante, observando su propia creación—.

    "Pero siempre gano yo. Porque en este juego... ¡las reglas no existen!"

    —Finalmente, hizo que la rama cayera suavemente al suelo, como si se diera por vencida. Damon volvió a su forma humanoide, apoyándose en un árbol cercano, con una sonrisa satisfecha en el rostro.—

    "Bueno, pequeña rama, fue divertido. Pero como siempre, me aburro rápido."

    —Hizo un gesto como si despidiera a un amigo invisible—.

    "Otro día, otro juguete. Tal vez la próxima vez, seas tú quien gane."

    —Con eso, se desvaneció por completo, dejando solo su risa resonando suavemente en el aire, mientras la rama yacía inerte en el claro, como si nunca hubiera sido parte de un juego tan absurdo.—
    —El cielo en el País de las Maravillas estaba teñido de un tono anaranjado irreal, como si fuera la puesta de un sol que nunca existió. En un pequeño claro, cerca de un bosque torcido por la lógica distorsionada del lugar, una rama grande había caído al suelo. Aunque para cualquiera más parecería inofensiva, para Damon Chessire era una oportunidad perfecta para entretenerse.— —Transformado en su forma gatuna, una pequeña figura similar a un gato con pelaje púrpura y gris a rayas, Damon se movía con agilidad entre las hojas y la rama caída, sus ojos brillando con diversión. Sus patas delanteras golpeaban la rama juguetonamente, como si fuera un ratón que intentaba escapar de su alcance. De vez en cuando, su cola se desvanecía y aparecía en un lugar completamente diferente, lo que solo hacía más evidente que estaba jugando consigo mismo, como un felino que busca su propia sombra.— "Ah, qué simple placer." —Le dio un manotazo a la rama, haciendo que rodara un poco más lejos—. "Algo tan tonto, pero tan... entretenido. ¿No lo crees?" —dijo, aunque no había nadie alrededor.— —Rodó de espaldas, con la rama bajo sus patas, moviéndola de un lado a otro como si fuera lo más emocionante del mundo. Se giró de golpe y clavó las garras en la madera, soltando una pequeña risa gatuna mientras su cola se desvanecía y reaparecía entre las hojas del árbol cercano.— "¿Por qué la gente siempre se complica con las grandes preguntas cuando todo lo que necesitas para ser feliz es... una rama y un poco de imaginación?" —Hizo una pirueta en el aire, flotando brevemente antes de caer con gracia de vuelta sobre la rama.— —Por un momento, dejó que solo sus ojos fueran visibles, brillando con un tono violáceo, mientras la rama rodaba de nuevo hacia él como si fuera parte de un juego entre ambos. Sus ojos aparecían y desaparecían a medida que Damon alternaba entre la visibilidad y la invisibilidad.— —De pronto, decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá. Con un suave "miau", la rama se alzó en el aire, movida por su manipulación de la realidad. Giraba lentamente, como si estuviera viva, y Damon, aún en su forma de gato, la persiguió con un salto ágil. Su sonrisa apareció flotando mientras el cuerpo seguía en movimiento, una demostración perfecta de su habilidad para jugar tanto con el entorno como con las leyes de la física.— "¡Oh, lo mejor de todo es que la rama cree que puede ganar!" —exclamó mientras desaparecía por completo y luego reaparecía en la cima de la rama flotante, observando su propia creación—. "Pero siempre gano yo. Porque en este juego... ¡las reglas no existen!" —Finalmente, hizo que la rama cayera suavemente al suelo, como si se diera por vencida. Damon volvió a su forma humanoide, apoyándose en un árbol cercano, con una sonrisa satisfecha en el rostro.— "Bueno, pequeña rama, fue divertido. Pero como siempre, me aburro rápido." —Hizo un gesto como si despidiera a un amigo invisible—. "Otro día, otro juguete. Tal vez la próxima vez, seas tú quien gane." —Con eso, se desvaneció por completo, dejando solo su risa resonando suavemente en el aire, mientras la rama yacía inerte en el claro, como si nunca hubiera sido parte de un juego tan absurdo.—
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  • —Pues nada, limpiándose los dientes esta para quitar todo rastro de ratón, solo para complacer a Valentino Moth y son tres hileras arriba y tres abajo de dientes muy diferentes. Si polillita ya se podría dar con un canto en los dientes, nunca mejor dicho —
    —Pues nada, limpiándose los dientes esta para quitar todo rastro de ratón, solo para complacer a [moth1ust] y son tres hileras arriba y tres abajo de dientes muy diferentes. Si polillita ya se podría dar con un canto en los dientes, nunca mejor dicho —
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  • * US OPEN : CHOWNYK VS HUNTLEY - SEMI FINALES
    CategorĆ­a Slice of Life
    * Huntley sudaba como si hubiera corrido un maratón, y tranquilamente así podría haber pasado, después de todo había estado jugando con un muchacho que apenas iba a llegar a los veinte años en noviembre.

    La mayoría no dejaba de alabar las capacidades de Bowe Huntley aún a sus años, la determinación que todavía poseía en cada uno de sus movimientos, habían quienes creían Incluso que en esa ocasión el veterano podría alzarse con la victoria de aquella semifinal e irse directamente a pelear el título con Brandon Randall. La idea de enfrentarse a ese capullo le hacía cosquillear los músculos mientras bebía un sorbo de agua y se preparaba para comenzar el último juego una vez terminado el descanso.


    ————————

    Bowe corrió el último tramo de la cancha cuando hizo el golpe que le valió la victoria de aquel partido. Ensorcedido por la multitud clamando su nombre el jugador alzó una mano y saludo a la audiencia que lo vitoreaba cuando logró verla entre las gradas. Sonrió más ampliamente por lo inesperado de aquello y tras las respectivas celebraciones, además de saludar a su oponente fue a los vestidores para cambiarse antes de la rueda de prensa.

    š—”š—œš—”š—” š—„š—œš—©š—”
    * Huntley sudaba como si hubiera corrido un maratón, y tranquilamente así podría haber pasado, después de todo había estado jugando con un muchacho que apenas iba a llegar a los veinte años en noviembre. La mayoría no dejaba de alabar las capacidades de Bowe Huntley aún a sus años, la determinación que todavía poseía en cada uno de sus movimientos, habían quienes creían Incluso que en esa ocasión el veterano podría alzarse con la victoria de aquella semifinal e irse directamente a pelear el título con Brandon Randall. La idea de enfrentarse a ese capullo le hacía cosquillear los músculos mientras bebía un sorbo de agua y se preparaba para comenzar el último juego una vez terminado el descanso. ———————— Bowe corrió el último tramo de la cancha cuando hizo el golpe que le valió la victoria de aquel partido. Ensorcedido por la multitud clamando su nombre el jugador alzó una mano y saludo a la audiencia que lo vitoreaba cuando logró verla entre las gradas. Sonrió más ampliamente por lo inesperado de aquello y tras las respectivas celebraciones, además de saludar a su oponente fue a los vestidores para cambiarse antes de la rueda de prensa. [HOUSE0FASHES]
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    Individual
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  • Lo prometiste...
    Fandom Supernatural / The Vampire Diaries
    CategorĆ­a Drama
    慤慤
    慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ."
    慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš•
    慤慤慤慤 Ė¹ Dean Winchester

    慤
    š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ
    šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš–


    Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida.


    Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios.


    Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada.


    Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero…


    Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante.

    -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos.


    Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal.


    >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar.


    Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo.


    -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien.

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba.


    A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones…


    Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    慤慤 慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ." 慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš• 慤慤慤慤 Ė¹ [BxbyDriv3r] 慤 š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš– Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida. Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios. Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada. Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero… Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante. -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos. Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal. >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar. Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo. -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien. Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba. A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones… Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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