• ¿Comer helado en épocas de frío? Ahora que ya no estoy en mi antiguo hogar aproveché para conocer otros lugares y no pude resistirme a probar un helado, compré uno para mí y otro para mi lindo Caelis Veyrith

    Nunca había probado uno y es muy delicioso, aunque se siente extraño cuando toca mis dientes.
    ¿Comer helado en épocas de frío? Ahora que ya no estoy en mi antiguo hogar aproveché para conocer otros lugares y no pude resistirme a probar un helado, compré uno para mí y otro para mi lindo [illusion_maroon_panda_135] Nunca había probado uno y es muy delicioso, aunque se siente extraño cuando toca mis dientes.
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  • Después de la confrontación cósmica con sus compañeras del consejo, un dolor agudo y punzante se extendió por el vientre de Baelz. La punzada era feroz y alarmante. A pesar de ser madre primeriza, sabía que ignorar esa señal por más tiempo sería un error insensato

    Apretó los dientes, dominada por la urgencia, abrió un portal que la llevó al único lugar donde a nadie le importaba si era madre de pequeños seres de Caos. El mundo humano. Se pusó un gran gorro que cubria sus orejas puntiagudas y con esfuerzo, enroscó su cola para ocultarla bajo sus pantalones. Paso el portal y el olor a desinfectante la invadío al instante

    Se apoyó temblorosa en el mostrador, su rostro pálido y la respiración entrecortada. Rellenó los cientos de papeles con nombres falsos y datos irrelevantes, y paso a la camilla

    Un joven doctor entró a revisarla, el cansancio por las largas horas de trabajo era visible. Baelz estaba tensa, expectante, fingiendo calma. El doctor puso gel frío y deslizó sobre su vientre uno de esos aparatos que Baelz jamás habia visto. De repente en la pantalla aparecieron las pequeñas sombras de los fetos en movimiento

    Doctor: —¡Wow! Señora... necesito que se quede muy quieta. Esto no es normal. Hay múltiples latidos. Uno, dos, tres y cuatro pequeños. Felicidades

    Baelz casi salta de la felicidad, una chispa de orgullo caotico encendiéndose en sus ojos, hasta que la expresión del doctor se endureció

    Doctor: —Mmmm... Un momento hay un quinto.. — El médico se detuvo, señalando una pequeña sombra en la esquina de la pantalla —Es significativamente más pequeño que los demás. Su desarrollo es muy lento, casi se ha detenido. Honestamente, con la tensión que este embarazo múltiple está causando en su útero, es muy probable que no sobreviva. Lo más probable es que... no logre llegar a término.

    La expresión de Baelz cambio por completo. La incertidumbre, el abrumador miedo a fallar como madre, se instaló en su pecho como una estaca de hielo

    Al salir de aquel hospital se sentó en una banca cercana con una expresión serena, casi petrificada. Aunque tenia miedo, eso era obvio, se obligó a mantener la compostura. Cerró los ojos y se aferró a la fe. El caos los protegería
    Después de la confrontación cósmica con sus compañeras del consejo, un dolor agudo y punzante se extendió por el vientre de Baelz. La punzada era feroz y alarmante. A pesar de ser madre primeriza, sabía que ignorar esa señal por más tiempo sería un error insensato Apretó los dientes, dominada por la urgencia, abrió un portal que la llevó al único lugar donde a nadie le importaba si era madre de pequeños seres de Caos. El mundo humano. Se pusó un gran gorro que cubria sus orejas puntiagudas y con esfuerzo, enroscó su cola para ocultarla bajo sus pantalones. Paso el portal y el olor a desinfectante la invadío al instante Se apoyó temblorosa en el mostrador, su rostro pálido y la respiración entrecortada. Rellenó los cientos de papeles con nombres falsos y datos irrelevantes, y paso a la camilla Un joven doctor entró a revisarla, el cansancio por las largas horas de trabajo era visible. Baelz estaba tensa, expectante, fingiendo calma. El doctor puso gel frío y deslizó sobre su vientre uno de esos aparatos que Baelz jamás habia visto. De repente en la pantalla aparecieron las pequeñas sombras de los fetos en movimiento Doctor: —¡Wow! Señora... necesito que se quede muy quieta. Esto no es normal. Hay múltiples latidos. Uno, dos, tres y cuatro pequeños. Felicidades Baelz casi salta de la felicidad, una chispa de orgullo caotico encendiéndose en sus ojos, hasta que la expresión del doctor se endureció Doctor: —Mmmm... Un momento hay un quinto.. — El médico se detuvo, señalando una pequeña sombra en la esquina de la pantalla —Es significativamente más pequeño que los demás. Su desarrollo es muy lento, casi se ha detenido. Honestamente, con la tensión que este embarazo múltiple está causando en su útero, es muy probable que no sobreviva. Lo más probable es que... no logre llegar a término. La expresión de Baelz cambio por completo. La incertidumbre, el abrumador miedo a fallar como madre, se instaló en su pecho como una estaca de hielo Al salir de aquel hospital se sentó en una banca cercana con una expresión serena, casi petrificada. Aunque tenia miedo, eso era obvio, se obligó a mantener la compostura. Cerró los ojos y se aferró a la fe. El caos los protegería
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  • *Ni su hermano y tampoco su novio, Hugo, estaba presente, por lo que no tuvo mas remedio que ver una película de terror ella sola.

    La casa estaba vacía, solo estaba su bangbu por ahí pero no junto a ella, así que tomó una manta y se cubrió mirando la pantalla, mientras la película de terror seguía. *

    No.. No vayas ahí.

    *Dijo Belle temblando como una gelatina*
    *Ni su hermano y tampoco su novio, Hugo, estaba presente, por lo que no tuvo mas remedio que ver una película de terror ella sola. La casa estaba vacía, solo estaba su bangbu por ahí pero no junto a ella, así que tomó una manta y se cubrió mirando la pantalla, mientras la película de terror seguía. * No.. No vayas ahí. *Dijo Belle temblando como una gelatina*
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  • "Hay cosas en la vida que escapan de nuestro control y no podemos hacer nada con ello, pero podemos controlar lo que pasa en nuestra mente y eso es lo más importante. No importa que tan mal estén las cosas afuera, solo cuando perdemos el control de nosotros mismos es cuando todo se viene abajo.
    Serás un hombre fuerte Mikhail, más fuerte de lo que yo o tu padre podemos llegar a imaginar, sorprendelo con la persona en la que te convertirás, sorprendete a ti mismo y ante todo jamás te rindas.
    Nunca olvides quiénes eres, de dónde vienes y cuida sobre todas las cosas a quienes ames, te estaré mirando desde algún lugar y no dudes que estaré orgullosa de ti."

    — Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había leído aquel fragmento de la carta escrita por la mujer que le dió la vida. Aún en sus momentos más bajos, supo encontrar siempre en aquellas palabras un motivo para no rendirse, para recordar las cosas en las que siempre había creído, pero ¿Qué será de él, ahora que la fuerza que a educado para proteger a otros, ya no tiene objeto por el cual pelear? Los últimos días se habían sentido vacíos, siguiendo su rutina como en automático, sin un motivo claro, sin metas, está vez era solo él luchando contra su propio presente. —
    "Hay cosas en la vida que escapan de nuestro control y no podemos hacer nada con ello, pero podemos controlar lo que pasa en nuestra mente y eso es lo más importante. No importa que tan mal estén las cosas afuera, solo cuando perdemos el control de nosotros mismos es cuando todo se viene abajo. Serás un hombre fuerte Mikhail, más fuerte de lo que yo o tu padre podemos llegar a imaginar, sorprendelo con la persona en la que te convertirás, sorprendete a ti mismo y ante todo jamás te rindas. Nunca olvides quiénes eres, de dónde vienes y cuida sobre todas las cosas a quienes ames, te estaré mirando desde algún lugar y no dudes que estaré orgullosa de ti." — Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había leído aquel fragmento de la carta escrita por la mujer que le dió la vida. Aún en sus momentos más bajos, supo encontrar siempre en aquellas palabras un motivo para no rendirse, para recordar las cosas en las que siempre había creído, pero ¿Qué será de él, ahora que la fuerza que a educado para proteger a otros, ya no tiene objeto por el cual pelear? Los últimos días se habían sentido vacíos, siguiendo su rutina como en automático, sin un motivo claro, sin metas, está vez era solo él luchando contra su propio presente. —
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  • Lady Céleste La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente.

    -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro.

    *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción.

    Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal.

    //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
    [LadyCeleste2008] La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente. -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro. *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción. Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal. //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
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  • De Vuelta A Casa
    Fandom FNAF
    Categoría Aventura
    Animatronicos Principales Disponibles:
    Nightmare Bonnie.
    Nightmare Foxy.
    Nightmare Freddy.
    Nightmare Fredbear.

    *El auto se detuvo frente a la casa. Nos bajamos con las maletas y los bolsos, el viento levantaba un poco de polvo del suelo*

    Evan: ¿No te parece bueno, Pang?, casa nueva, vecinos nuevos, amigos nuevos.

    Pang: *Se quita los auriculares*, No lo sé, tío…¿Estás seguro de que esta es nuestra nueva casa?, Esta parece que la van a demoler, se ve algo...Anticuda...

    Evan: Claro. Es donde me crié de niño. Puede que esté un poco vieja, pero tiene su encanto.

    Pang: Bueno…Supongo que tendre que acostumbrarme a esto, ¿Entramos?, siento una mala presencia aqui afuera.

    Evan: Sí, vamos. Quiero enseñarte tu nuevo cuarto.

    *Una vez adentro, ambos se ponen a ordenar un poco la casa, barriendo, quitando el polvo y revisando los electrodomesticos. Subiendo al 2do piso, entramos a una habitacion con 2 puertas*

    Evan: Bienvenido a tu nuevo cuarto, antes era el mio, pero bueno...Ya estoy grande para dormir aqui.

    *Pang nota una caja en el suelo que dice Evan, asi que se le hacerca y al abrirla, encuentra unos peluches, preguntandole a su tio si sabe algo de ellos*

    Evan: Ah, esos eran mis peluches de cuando era niño, de noche los necesitaba mucho por mis pesadillas.
    Animatronicos Principales Disponibles: 🟣Nightmare Bonnie🐰. ❤️Nightmare Foxy🦊. 🟤Nightmare Freddy🐻. 💛Nightmare Fredbear🐻. *El auto se detuvo frente a la casa. Nos bajamos con las maletas y los bolsos, el viento levantaba un poco de polvo del suelo* Evan: ¿No te parece bueno, Pang?, casa nueva, vecinos nuevos, amigos nuevos. Pang: *Se quita los auriculares*, No lo sé, tío…¿Estás seguro de que esta es nuestra nueva casa?, Esta parece que la van a demoler, se ve algo...Anticuda... Evan: Claro. Es donde me crié de niño. Puede que esté un poco vieja, pero tiene su encanto. Pang: Bueno…Supongo que tendre que acostumbrarme a esto, ¿Entramos?, siento una mala presencia aqui afuera. Evan: Sí, vamos. Quiero enseñarte tu nuevo cuarto. *Una vez adentro, ambos se ponen a ordenar un poco la casa, barriendo, quitando el polvo y revisando los electrodomesticos. Subiendo al 2do piso, entramos a una habitacion con 2 puertas* Evan: Bienvenido a tu nuevo cuarto, antes era el mio, pero bueno...Ya estoy grande para dormir aqui. *Pang nota una caja en el suelo que dice Evan, asi que se le hacerca y al abrirla, encuentra unos peluches, preguntandole a su tio si sabe algo de ellos* Evan: Ah, esos eran mis peluches de cuando era niño, de noche los necesitaba mucho por mis pesadillas.
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    Individual
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  • Escena con Masaru

    Kazuo no solo era mensajero, también era guía.

    Nunca fue conducido por una mano amiga en sus primeros pasos. Al nacer, fue bendecido… una bendición que, a veces, se sentía como una maldición.

    En sus primeros cien años de vida aprendió solo, sin nadie que le explicase qué era y por qué estaba adquiriendo ese tipo de conciencia, una que un zorro salvaje jamás desarrollaría. Su camino no fue fácil, al contrario; la tragedia, la venganza y la muerte fueron sus mentores en sus primeros siglos de vida.

    No quería que ningún ser celestial pasara por lo mismo que él sufrió. En ocasiones, cuando la luna llena estaba en su punto más alto «la hora en que los espíritus se adueñaban de la oscuridad del bosque», Kazuo entonaba un llamado para que aquellos iguales a él sintieran que no estaban solos en este mundo cruel; que su diferencia no era un error, sino una bendición. Quería que, en sus primeros años, no se desarrollaran bajo la crueldad que el mundo les tenía reservado.

    Algunos no trascenderían; vivirían más de lo normal sin llegar a ser conscientes del poder que albergaban. Pero para aquellos cuya cola se partiera en dos, Kazuo deseaba estar allí. Darles ese amor que a él nadie le dió, en una etapa totalmente crucial.

    Caminaba por el bosque entonando una melodía que solo aquellos que podían caminar entre dos mundos eran capaces de escuchar. A su paso, la tierra, que había cedido al frío invierno, volvía a llenarse de vida, como si la energía y la luz que emanaban los zorros hicieran que la naturaleza se abriera camino. Era un espectáculo visual, una experiencia casi religiosa y trascendental. Quien fuera testigo de aquel milagro podría considerarse afortunado, pues era algo sagrado, reservado solo para los ojos que miraban el mundo con inocencia, más allá de lo físico.

    De pronto se escuchó el crujir de las ramas del suelo, cediendo a un peso ajeno y desconocido. No pertenecía a ninguno de los presentes en aquella marcha celestial. Cuando los kitsunes caminaban, lo hacían con el silencio de un depredador nocturno, sin que la hojarasca protestase bajo sus patas. Aquel sonido hizo que todos los zorros, del color de la luna, corrieran espantados hacia el amparo del manto nocturno. Kazuo fue el único que permaneció allí, con sus nueve colas en un vaivén suave, casi ensayado, manteniendo una calma imperturbable.

    Bajó su flauta lentamente, pero con la decisión de quien no teme lo desconocido, mientras sus ojos color zafiro se dirigían hacia el origen del sonido que había perturbado su labor. Aquellas cuencas no eran ojos que perteneciesen del todo a este mundo: la luz interior que poseían se hacía visible en la oscuridad, como si dos luciérnagas azules volaran al mismo compás.

    —Has asustado a mis hermanos… ¿Podrías mostrarte para poder ponerte rostro? —musitó con serenidad. No había hostilidad alguna en su voz, tan solo esa calma intrínseca de su ser.
    Escena con [masasita_masaru] Kazuo no solo era mensajero, también era guía. Nunca fue conducido por una mano amiga en sus primeros pasos. Al nacer, fue bendecido… una bendición que, a veces, se sentía como una maldición. En sus primeros cien años de vida aprendió solo, sin nadie que le explicase qué era y por qué estaba adquiriendo ese tipo de conciencia, una que un zorro salvaje jamás desarrollaría. Su camino no fue fácil, al contrario; la tragedia, la venganza y la muerte fueron sus mentores en sus primeros siglos de vida. No quería que ningún ser celestial pasara por lo mismo que él sufrió. En ocasiones, cuando la luna llena estaba en su punto más alto «la hora en que los espíritus se adueñaban de la oscuridad del bosque», Kazuo entonaba un llamado para que aquellos iguales a él sintieran que no estaban solos en este mundo cruel; que su diferencia no era un error, sino una bendición. Quería que, en sus primeros años, no se desarrollaran bajo la crueldad que el mundo les tenía reservado. Algunos no trascenderían; vivirían más de lo normal sin llegar a ser conscientes del poder que albergaban. Pero para aquellos cuya cola se partiera en dos, Kazuo deseaba estar allí. Darles ese amor que a él nadie le dió, en una etapa totalmente crucial. Caminaba por el bosque entonando una melodía que solo aquellos que podían caminar entre dos mundos eran capaces de escuchar. A su paso, la tierra, que había cedido al frío invierno, volvía a llenarse de vida, como si la energía y la luz que emanaban los zorros hicieran que la naturaleza se abriera camino. Era un espectáculo visual, una experiencia casi religiosa y trascendental. Quien fuera testigo de aquel milagro podría considerarse afortunado, pues era algo sagrado, reservado solo para los ojos que miraban el mundo con inocencia, más allá de lo físico. De pronto se escuchó el crujir de las ramas del suelo, cediendo a un peso ajeno y desconocido. No pertenecía a ninguno de los presentes en aquella marcha celestial. Cuando los kitsunes caminaban, lo hacían con el silencio de un depredador nocturno, sin que la hojarasca protestase bajo sus patas. Aquel sonido hizo que todos los zorros, del color de la luna, corrieran espantados hacia el amparo del manto nocturno. Kazuo fue el único que permaneció allí, con sus nueve colas en un vaivén suave, casi ensayado, manteniendo una calma imperturbable. Bajó su flauta lentamente, pero con la decisión de quien no teme lo desconocido, mientras sus ojos color zafiro se dirigían hacia el origen del sonido que había perturbado su labor. Aquellas cuencas no eran ojos que perteneciesen del todo a este mundo: la luz interior que poseían se hacía visible en la oscuridad, como si dos luciérnagas azules volaran al mismo compás. —Has asustado a mis hermanos… ¿Podrías mostrarte para poder ponerte rostro? —musitó con serenidad. No había hostilidad alguna en su voz, tan solo esa calma intrínseca de su ser.
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  • *estando la joven un tanto aburrida, habría tomado prestado un caballo para poder salir y dar una vuelta con el mismo, está estaría galopando por una pradera muy tranquila con el mismo*
    *estando la joven un tanto aburrida, habría tomado prestado un caballo para poder salir y dar una vuelta con el mismo, está estaría galopando por una pradera muy tranquila con el mismo*
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  • Anoche me encerré porque ya no tenía piel para seguir por fuera.
    Cerré la puerta y sentí que algo dentro de mí
    se estaba rompiendo con un ruido tan silencioso
    que solo yo podía escucharlo.

    Quise cantar…
    pero lo que salió no fue voz,
    fue un temblor.
    Un temblor que me dijo sin decirlo:
    “ya no puedes sostenerte ni a ti misma.”

    Cada intento de seguir la letra
    me hundía más.
    No alcanzaba las notas,
    no alcanzaba mi propio aire,
    no alcanzaba nada.
    Y esa falta, ese hueco,
    me desgarraba como si tuviera filo.

    Tomé.
    Tomé porque no sabía qué más arrancarme.
    Porque cuando ya no puedes gritar,
    bebes,
    y cuando ya no puedes beber,
    lloras,
    y cuando ya no puedes llorar…
    te quedas ahí, vaciándote sin que nadie lo note.

    Las lágrimas me salían sin permiso,
    a borbotones,
    como si mi cuerpo tratara de expulsar algo
    que no sabe por dónde salir.
    Como si lo que llevo guardado
    arañara por dentro,
    buscando una grieta para escapar.

    Me miré un instante en la pantalla,
    borrosa, torcida, irreconocible.
    Y me dolió.
    Porque vi a alguien que ya no sabía cómo sostener su propia tristeza,
    alguien que se había ido quedando sin voz, sin fuerza,
    sin forma de sacarse el peso del pecho.

    Y ahí, con el karaoke sonando solo,
    y yo hecha pedazos,
    entendí algo que me atravesó
    como un vidrio frío:

    No estaba llorando por la noche.
    Ni por el alcohol.
    Ni por la canción.

    Lloraba por todo lo que llevo años tragándome,
    por todo lo que nunca dije,
    por todo lo que dejé que me hiriera,
    por todo lo que me callé para no romperme…

    …y me rompí igual.
    Anoche me encerré porque ya no tenía piel para seguir por fuera. Cerré la puerta y sentí que algo dentro de mí se estaba rompiendo con un ruido tan silencioso que solo yo podía escucharlo. Quise cantar… pero lo que salió no fue voz, fue un temblor. Un temblor que me dijo sin decirlo: “ya no puedes sostenerte ni a ti misma.” Cada intento de seguir la letra me hundía más. No alcanzaba las notas, no alcanzaba mi propio aire, no alcanzaba nada. Y esa falta, ese hueco, me desgarraba como si tuviera filo. Tomé. Tomé porque no sabía qué más arrancarme. Porque cuando ya no puedes gritar, bebes, y cuando ya no puedes beber, lloras, y cuando ya no puedes llorar… te quedas ahí, vaciándote sin que nadie lo note. Las lágrimas me salían sin permiso, a borbotones, como si mi cuerpo tratara de expulsar algo que no sabe por dónde salir. Como si lo que llevo guardado arañara por dentro, buscando una grieta para escapar. Me miré un instante en la pantalla, borrosa, torcida, irreconocible. Y me dolió. Porque vi a alguien que ya no sabía cómo sostener su propia tristeza, alguien que se había ido quedando sin voz, sin fuerza, sin forma de sacarse el peso del pecho. Y ahí, con el karaoke sonando solo, y yo hecha pedazos, entendí algo que me atravesó como un vidrio frío: No estaba llorando por la noche. Ni por el alcohol. Ni por la canción. Lloraba por todo lo que llevo años tragándome, por todo lo que nunca dije, por todo lo que dejé que me hiriera, por todo lo que me callé para no romperme… …y me rompí igual.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Soy una mujer versátil que esta preparada para los mundos que vienen espero que sepan que podré a dactar a vosotros pero veremos si se adaptan a mi.

    Asi que me gusta la música como la poesía si un día leer o escuchan una música que tanto me guste no es porque mi corazón sienta si no porque así me expreso. Así soy así mi alma dentro del multiverso llamado ficrol rol OFF
    Soy una mujer versátil que esta preparada para los mundos que vienen espero que sepan que podré a dactar a vosotros pero veremos si se adaptan a mi. Asi que me gusta la música como la poesía si un día leer o escuchan una música que tanto me guste no es porque mi corazón sienta si no porque así me expreso. Así soy así mi alma dentro del multiverso llamado ficrol rol OFF
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