• —Lleva demasiado tiempo, demasiados días, semanas enteras prácticamente sin dormir, robando momentos de calma para dar una cabezada.
    Volviendo a despertar sobresaltada por la alarma y las bombas.

    Y sobre todo durmiendo sin él.

    De modo que ahora que vuelve a tenerlo cerca, no piensa dejar de pasar una sola noche sin estar entre sus brazos, sin respirar el mismo aire, sin dormirse con su olor y su calor.

    Con esa premisa entra decidida al cuarto de š˜æš™€š˜¼š™‰ š™’š™„š™‰š˜¾š™ƒš™€š™Žš™š™€š™ abre las sábanas, y se abraza al cazador casi por completo sobre su pecho.—


    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak #Novester
    —Lleva demasiado tiempo, demasiados días, semanas enteras prácticamente sin dormir, robando momentos de calma para dar una cabezada. Volviendo a despertar sobresaltada por la alarma y las bombas. Y sobre todo durmiendo sin él. De modo que ahora que vuelve a tenerlo cerca, no piensa dejar de pasar una sola noche sin estar entre sus brazos, sin respirar el mismo aire, sin dormirse con su olor y su calor. Con esa premisa entra decidida al cuarto de [JerkHuntxr] abre las sábanas, y se abraza al cazador casi por completo sobre su pecho.— #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak #Novester
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  • Podríamos decir que se ha levantado temprano, o que ha dormido las horas justas, para poder ser una persona funcional, tampoco es que importe demasiado.

    Lo importante es que la aparición de š˜æš™€š˜¼š™‰ š™’š™„š™‰š˜¾š™ƒš™€š™Žš™š™€š™ por el bunker con una caja enorme y blanca le hace levantar la vista del periódico, el cual Sam estaba leyendo por internet, y no ser capaz de contenerse al esbozar una sonrisa.

    — ¡DONUTS!

    La rubia se levanta dejando el periódico en la mesa donde esta instalado Sam, el cual finge que no les oye.

    — ¿Alguna vez te he dicho que eres el mejor? mmmm ¡QUE HAMBRE!



    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak
    Podríamos decir que se ha levantado temprano, o que ha dormido las horas justas, para poder ser una persona funcional, tampoco es que importe demasiado. Lo importante es que la aparición de [JerkHuntxr] por el bunker con una caja enorme y blanca le hace levantar la vista del periódico, el cual Sam estaba leyendo por internet, y no ser capaz de contenerse al esbozar una sonrisa. — ¡DONUTS! La rubia se levanta dejando el periódico en la mesa donde esta instalado Sam, el cual finge que no les oye. — ¿Alguna vez te he dicho que eres el mejor? mmmm ¡QUE HAMBRE! #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak
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  • Feliz y tardío #SeductiveSunday


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  • LA HISTORIA DE AMANDA

    Praga, Checoslovaquia, 8 de diciembre de 1919

    Amanda Novak tiene 22 años. Empezó a prostituirse a los 15. Dejó de hacerlo a los 21, cuando conoció a su último cliente: el señor Nadie.

    Amanda me recibe en su casa, una vivienda humilde que se cae a pedazos: paredes hinchadas por la humedad, techos descascarados, un colchón en el suelo donde duermen varios gatos, tres sillas, una mesa pequeña y un espejo roto que refleja mi silueta cuarteada. Amanda se desplaza en una silla de ruedas oxidada, me pregunta si quiero té de jengibre, le digo que no. Sorprende la miseria que la rodea. Lo primero que le pregunto es qué hizo con el dinero que le pagaron.

    —Doné una parte al hogar de huérfanos en donde crecí —dice—. Al principio se negaron a aceptarlo, hicieron preguntas: de dónde había sacado tanto, quién me lo había dado, etc. Al final los persuadí de que se quedaran con un poco, de que reformaran el hogar y les comprasen ropa nueva y juguetes a los niños... Aceptaron la donación a regañadientes. Claro, imagine a una muerta de hambre como yo, que se aparece con millones de Coronas en una bolsa…
    —¿Y qué hizo con el resto?
    —Contraté a un detective, le dije que le daría la mitad si encontraba al señor Nadie.
    —¿Así se llama el que la secuestró? ¿Señor Nadie?
    —Así se llamaba… —dice Amanda mientras se sirve té en una lata de tomates vacía.

    Amanda tiene el cutis gris, seco y estriado. Me cuesta creer que sólo tenga 22 años. Sus brazos están fibrosos de tanto girar las ruedas. Sus manos son gruesas, ásperas y venosas; parecen manos masculinas. Sus piernas sin pies cuelgan de la silla como algo ajeno al resto de su cuerpo. Lleva el pelo revuelto, casi blanco, tan largo que debe hacerse una trenza para que no se le enrede con las ruedas de la silla. Cualquiera que leyese esta descripción pensaría que se trata de un adefesio... pero no lo es, la belleza late en su cara, en sus facciones suaves y en sus ojos color zafiro, que contrastan con la lividez de su piel.

    Bratislava, 3 de abril de 1918

    «Soy una chica sucia, chupo y trago más que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor, para el mejor postor…». Así se vende Amanda frente los hombres que pasan a su lado: cantando sus destrezas a viva voz. Algunos se paran y le ofrecen monedas, pero ella sonríe y les responde, también cantando: «No acepto limosnas… chupo y trago mejor que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor… »
    El estilo que Amanda utiliza para venderse es infantil, las demás putas que comparten la calle se ríen de ella, le dicen estúpida, imbécil, ridícula… pero ella las ignora y sigue cantando; y al final, el mejor postor siempre la elige entre las otras.

    Cerca de las 2 de la mañana, la calle Roja de Bratislava empieza a vaciarse de gente. En lo que va de la noche Amanda se ha dejado sodomizar tres veces y ha hecho seis felaciones. Sus bolsillos están llenos. Se prende un cigarrillo para quitarse el gusto a esperma de la boca. Mientras camina por las desérticas calles de la ciudad, nota que un auto se arrima a la vereda y reduce la velocidad para quedar a la par de ella. Es un Buick blanco, el chofer saca una mano enguantada por la ventanilla y deja caer un rollo de billetes en la calle, luego acelera. Amanda recoge los billetes y sigue caminando pendiente del auto, que se estaciona llegando a la esquina. La mano del chofer suelta otro rollo y vuelve a acelerar. Ella toma el dinero y sigue al auto como un animal hipnotizado. La acción se repite cuatro veces, hasta que el auto se detiene y apaga el motor. Amanda le acerca los cuatro fajos al chofer.
    —¿Qué estás buscando con tanto dinero? —le pregunta.
    En la penumbra Amanda no logra distinguir la cara del tipo, que se baja el ala del sombrero para no dejase ver.
    —Busco sus servicios por 9 meses —le dice.
    Amanda suelta una risotada ordinaria, le tira los billetes en el regazo y se va caminando.
    El auto arranca y la sigue. El chofer saca la mano nuevamente y deja caer algo brillante en la vereda, algo que percute como una piedra. Amanda se agacha y recoge lo que parece ser un diamante.
    —Lo que usted tiene en sus manos es una gema valuada en miles de Coronas. Si me ofrece su cuerpo por 9 meses, se la puede quedar y vivir como una duquesa el resto de su vida.
    Amanda sostiene la joya, la baraja entre sus palmas, es pesada, de forma hexagonal. Mientras el chofer habla, Amanda se quita los zapatos con la punta de los pies y se escapa llevándose el diamante. El auto la persigue tocando el claxon. Amanda toma las calles al azar, gira en las esquinas, derecha, izquierda… se mete en un callejón, no hay salida, intenta treparse al muro para pasar al otro lado, el auto acelera y le aplasta las piernas con el parachoques.

    Amanda despierta en una cama con dosel. Tiene los brazos atados a los pilares de la cabecera. Del dosel cuelga un velo rojizo, se distingue una sombra a través de la tela.
    —¿Dónde estoy? —pregunta.
    —Lejos —responde la sombra.
    —¿Usted quién es?
    —Soy el señor Nadie.
    —¿Qué quiere, por qué me trajó aquí?
    —Se lo dije hace una semana, en la calle: quiero 9 meses.
    Amanda está drogada, siente la boca seca y la lengua hinchada. Habla con dificultad.
    —¿Qué pasa con mis pies? No los siento.
    —Sus piernas quedaron destrozadas. Tuvimos que amputarle los pies para detener la gangrena... —responde la sombra son suma tranquilidad.
    Amanda cierra los ojos y solloza.
    —Esto no puede estar pasando… —murmura.
    La sombra corre el velo y se deja ver. Es un hombre vestido de traje negro, con la cara deformada en protuberancias que emanan un líquido viscoso y amarillento.
    —¡Por Dios! —grita Amanda.
    —Entiendo su espanto —le dice el hombre—. Sucede que sufro de una extraña clase de lepra purulenta. Mi familia lleva varias generaciones sufriendo esta enfermedad. Me han dicho que es un maleficio gitano que le hicieron a mi tatarabuelo, hace 150 años... Sé que soy repulsivo a sus ojos, ni yo mismo tolero mirarme, por eso no hay espejos en esta casa.
    El hombre se sienta al borde de la cama.
    —¿Y yo qué tengo que ver con eso? —pregunta Amanda desviando su mirada—. Déjeme ir, yo no hice nada malo... no quise robarle, perdóneme, por favor…
    El tipo le acaricia la cara. Amanda siente los bultos viscosos de sus manos rozándole las mejillas.
    —Usted nos va a salvar, Amanda —le dice—. Usted fue elegida para curar esta maldición.
    —¿De qué habla? ¿Está chiflado?
    —Esta noche, los hombres de esta familia: mis tres hermanos, mi padre, mis cuatro sobrinos y mis dos tíos, van a intentar preñarla. Y cuando lo logren, cuidaremos de usted hasta el momento de dar a luz. Con esa criatura vamos a cortar la maldición... En agradecimiento me encargaré de hacerla una mujer millonaria…
    —¡Ni muerta me dejaría tocar por ustedes! —grita Amanda mientras tironea de las amarras.
    —Amanda —le dice el hombre con ternura—. Usted no está en condiciones de decidir. Si se resiste será peor, porque la haremos sufrir: la quemaremos, le arrancaremos la piel, le sacaremos los ojos, la lengua... la obligaremos a comer cucarachas y las cosas más horribles que pueda imaginarse. En cambio, si cede, si abre sus piernas sin poner resistencia, esto pasará pronto y se llevará una gran recompensa.
    —¡Prefiero que me mate, hijo de puta!
    El hombre se levanta, vuelve a correr el velo del dosel y antes de salir de la habitación le dice:
    —Comenzamos en dos horas. Antes vendrá una enfermera, para limpiarla y lubricarla…

    —Y así fue —me dice Amanda—. El grupo de leprosos apareció dos horas después. Había de todas las edades, desde 16 hasta 60 años. Uno por uno fueron metiéndose entre mis piernas, con sus cuerpos amorfos, supurantes, inmundos... Con las caras desfiguradas por los bultos. Y mientras me violaban, la enfermera me acercaba una cubeta para que vomitase. Porque era imposible no vomitar... Eran los seres más asquerosos que alguien pueda imaginar.

    Y cuando eyaculaban dentro de mí, los tumores de sus cuerpos supuraban pus con más abundancia. Y el olor… nunca olvidaré ese olor, como a leche mezclada con heces…

    Intento retener el reflujo que sube por mi esófago. Durante unos minutos quedo con el torso curvado hacia adelante, tratando de contener el vómito. Amanda me observa y sonríe.
    —No se preocupe, es normal lo que siente —me dice—. Por eso le ofrecí té. El jengibre es bueno para las náuseas, yo lo tomo todo el tiempo… ¿Seguro no quiere un poco?
    —No gracias. Ya se me pasa —le digo mientras me reincorporo—. ¿Cuánto tardó en quedar embarazada?
    —Al mes notaron que ya no menstruaba y dejaron de hacerme visitas… luego empezaron a tratarme como a una deidad. Me llevaban a pasear por el parque en silla de ruedas. Me hacían masajes, me cocinaban manjares y me dejaban leer todos los libros que quisiera. Tres meses después apareció la bruja que les había dicho cómo romper la maldición. Era una vieja gitana que hablaba en un idioma que yo desconocía.

    Amanda se queda en silencio unos instantes.

    —Fue una niña. Tenía mis ojos dijeron. Las parteras me la quitaron de las entrañas y se la llevaron a otra habitación. No querían que la tocase, temían que intentara matarla, seguramente. Y no estaban equivocados. Le hubiese roto el cuello al momento de tenerla en mis brazos.
    —¿Qué pasó después?
    —Al otro día me metieron en un auto y me colocaron una capucha. El auto anduvo dos horas, me bajaron y me subieron a otro que anduvo cerca de 4 horas. Me bajaron y me subieron a un tercer auto que tras 6 horas me dejó en Bratislava. Me colocaron en una silla de ruedas de oro y me empujaron hasta la entrada de una enorme y lujosa casa que yo solía admirar cuando trabajaba de puta. Me dijeron que era mía. Unos sirvientes me ayudaron a entrar. Al otro día despedí a la servidumbre y puse todo a la venta. Y con ese dinero, más todo lo que me habían depositado en el banco, fui al hogar de huérfanos para donarlo todo…
    —¿Y qué pasó con el detective?
    —Tardó dos meses en encontrar la casa del señor Nadie. Ni siquiera estaba en Checoslovaquia, estaba en Viena. Le pagué lo acordado y le di algo más a cambio de que contactará a 6 sicarios. Tras unas semanas me reuní con ellos y les ofrecí todo lo que me quedaba a cambio de que asesinaran al señor Nadie y a toda su familia de monstruos. No preguntaron nada, se repartieron mi fortuna y desaparecieron.
    —¿Y lo hicieron?
    Amanda se mete la mano dentro del sostén y extrae una hoja de periódico, la desdobla y me la entrega. El titular dice: Feroz masacre en mansión de Viena. 20 muertos. Posible ajuste de cuentas…
    —¿Y la bebé?
    —Ya estaba muerta cuando llegaron los sicarios. Los leprosos la habían desangrado y se habían bebido su sangre. De esa forma creyeron que acabarían con la maldición. Enfermos hijos de puta... Me alegro de haberlos matado a todos. Fue la mejor inversión para todo ese dinero.

    Me despido de Amanda con una sensación de alivio. Ése alivio que a veces produce la venganza, sobre todo cuando es tan merecida.
    LA HISTORIA DE AMANDA Praga, Checoslovaquia, 8 de diciembre de 1919 Amanda Novak tiene 22 años. Empezó a prostituirse a los 15. Dejó de hacerlo a los 21, cuando conoció a su último cliente: el señor Nadie. Amanda me recibe en su casa, una vivienda humilde que se cae a pedazos: paredes hinchadas por la humedad, techos descascarados, un colchón en el suelo donde duermen varios gatos, tres sillas, una mesa pequeña y un espejo roto que refleja mi silueta cuarteada. Amanda se desplaza en una silla de ruedas oxidada, me pregunta si quiero té de jengibre, le digo que no. Sorprende la miseria que la rodea. Lo primero que le pregunto es qué hizo con el dinero que le pagaron. —Doné una parte al hogar de huérfanos en donde crecí —dice—. Al principio se negaron a aceptarlo, hicieron preguntas: de dónde había sacado tanto, quién me lo había dado, etc. Al final los persuadí de que se quedaran con un poco, de que reformaran el hogar y les comprasen ropa nueva y juguetes a los niños... Aceptaron la donación a regañadientes. Claro, imagine a una muerta de hambre como yo, que se aparece con millones de Coronas en una bolsa… —¿Y qué hizo con el resto? —Contraté a un detective, le dije que le daría la mitad si encontraba al señor Nadie. —¿Así se llama el que la secuestró? ¿Señor Nadie? —Así se llamaba… —dice Amanda mientras se sirve té en una lata de tomates vacía. Amanda tiene el cutis gris, seco y estriado. Me cuesta creer que sólo tenga 22 años. Sus brazos están fibrosos de tanto girar las ruedas. Sus manos son gruesas, ásperas y venosas; parecen manos masculinas. Sus piernas sin pies cuelgan de la silla como algo ajeno al resto de su cuerpo. Lleva el pelo revuelto, casi blanco, tan largo que debe hacerse una trenza para que no se le enrede con las ruedas de la silla. Cualquiera que leyese esta descripción pensaría que se trata de un adefesio... pero no lo es, la belleza late en su cara, en sus facciones suaves y en sus ojos color zafiro, que contrastan con la lividez de su piel. Bratislava, 3 de abril de 1918 «Soy una chica sucia, chupo y trago más que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor, para el mejor postor…». Así se vende Amanda frente los hombres que pasan a su lado: cantando sus destrezas a viva voz. Algunos se paran y le ofrecen monedas, pero ella sonríe y les responde, también cantando: «No acepto limosnas… chupo y trago mejor que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor… » El estilo que Amanda utiliza para venderse es infantil, las demás putas que comparten la calle se ríen de ella, le dicen estúpida, imbécil, ridícula… pero ella las ignora y sigue cantando; y al final, el mejor postor siempre la elige entre las otras. Cerca de las 2 de la mañana, la calle Roja de Bratislava empieza a vaciarse de gente. En lo que va de la noche Amanda se ha dejado sodomizar tres veces y ha hecho seis felaciones. Sus bolsillos están llenos. Se prende un cigarrillo para quitarse el gusto a esperma de la boca. Mientras camina por las desérticas calles de la ciudad, nota que un auto se arrima a la vereda y reduce la velocidad para quedar a la par de ella. Es un Buick blanco, el chofer saca una mano enguantada por la ventanilla y deja caer un rollo de billetes en la calle, luego acelera. Amanda recoge los billetes y sigue caminando pendiente del auto, que se estaciona llegando a la esquina. La mano del chofer suelta otro rollo y vuelve a acelerar. Ella toma el dinero y sigue al auto como un animal hipnotizado. La acción se repite cuatro veces, hasta que el auto se detiene y apaga el motor. Amanda le acerca los cuatro fajos al chofer. —¿Qué estás buscando con tanto dinero? —le pregunta. En la penumbra Amanda no logra distinguir la cara del tipo, que se baja el ala del sombrero para no dejase ver. —Busco sus servicios por 9 meses —le dice. Amanda suelta una risotada ordinaria, le tira los billetes en el regazo y se va caminando. El auto arranca y la sigue. El chofer saca la mano nuevamente y deja caer algo brillante en la vereda, algo que percute como una piedra. Amanda se agacha y recoge lo que parece ser un diamante. —Lo que usted tiene en sus manos es una gema valuada en miles de Coronas. Si me ofrece su cuerpo por 9 meses, se la puede quedar y vivir como una duquesa el resto de su vida. Amanda sostiene la joya, la baraja entre sus palmas, es pesada, de forma hexagonal. Mientras el chofer habla, Amanda se quita los zapatos con la punta de los pies y se escapa llevándose el diamante. El auto la persigue tocando el claxon. Amanda toma las calles al azar, gira en las esquinas, derecha, izquierda… se mete en un callejón, no hay salida, intenta treparse al muro para pasar al otro lado, el auto acelera y le aplasta las piernas con el parachoques. Amanda despierta en una cama con dosel. Tiene los brazos atados a los pilares de la cabecera. Del dosel cuelga un velo rojizo, se distingue una sombra a través de la tela. —¿Dónde estoy? —pregunta. —Lejos —responde la sombra. —¿Usted quién es? —Soy el señor Nadie. —¿Qué quiere, por qué me trajó aquí? —Se lo dije hace una semana, en la calle: quiero 9 meses. Amanda está drogada, siente la boca seca y la lengua hinchada. Habla con dificultad. —¿Qué pasa con mis pies? No los siento. —Sus piernas quedaron destrozadas. Tuvimos que amputarle los pies para detener la gangrena... —responde la sombra son suma tranquilidad. Amanda cierra los ojos y solloza. —Esto no puede estar pasando… —murmura. La sombra corre el velo y se deja ver. Es un hombre vestido de traje negro, con la cara deformada en protuberancias que emanan un líquido viscoso y amarillento. —¡Por Dios! —grita Amanda. —Entiendo su espanto —le dice el hombre—. Sucede que sufro de una extraña clase de lepra purulenta. Mi familia lleva varias generaciones sufriendo esta enfermedad. Me han dicho que es un maleficio gitano que le hicieron a mi tatarabuelo, hace 150 años... Sé que soy repulsivo a sus ojos, ni yo mismo tolero mirarme, por eso no hay espejos en esta casa. El hombre se sienta al borde de la cama. —¿Y yo qué tengo que ver con eso? —pregunta Amanda desviando su mirada—. Déjeme ir, yo no hice nada malo... no quise robarle, perdóneme, por favor… El tipo le acaricia la cara. Amanda siente los bultos viscosos de sus manos rozándole las mejillas. —Usted nos va a salvar, Amanda —le dice—. Usted fue elegida para curar esta maldición. —¿De qué habla? ¿Está chiflado? —Esta noche, los hombres de esta familia: mis tres hermanos, mi padre, mis cuatro sobrinos y mis dos tíos, van a intentar preñarla. Y cuando lo logren, cuidaremos de usted hasta el momento de dar a luz. Con esa criatura vamos a cortar la maldición... En agradecimiento me encargaré de hacerla una mujer millonaria… —¡Ni muerta me dejaría tocar por ustedes! —grita Amanda mientras tironea de las amarras. —Amanda —le dice el hombre con ternura—. Usted no está en condiciones de decidir. Si se resiste será peor, porque la haremos sufrir: la quemaremos, le arrancaremos la piel, le sacaremos los ojos, la lengua... la obligaremos a comer cucarachas y las cosas más horribles que pueda imaginarse. En cambio, si cede, si abre sus piernas sin poner resistencia, esto pasará pronto y se llevará una gran recompensa. —¡Prefiero que me mate, hijo de puta! El hombre se levanta, vuelve a correr el velo del dosel y antes de salir de la habitación le dice: —Comenzamos en dos horas. Antes vendrá una enfermera, para limpiarla y lubricarla… —Y así fue —me dice Amanda—. El grupo de leprosos apareció dos horas después. Había de todas las edades, desde 16 hasta 60 años. Uno por uno fueron metiéndose entre mis piernas, con sus cuerpos amorfos, supurantes, inmundos... Con las caras desfiguradas por los bultos. Y mientras me violaban, la enfermera me acercaba una cubeta para que vomitase. Porque era imposible no vomitar... Eran los seres más asquerosos que alguien pueda imaginar. Y cuando eyaculaban dentro de mí, los tumores de sus cuerpos supuraban pus con más abundancia. Y el olor… nunca olvidaré ese olor, como a leche mezclada con heces… Intento retener el reflujo que sube por mi esófago. Durante unos minutos quedo con el torso curvado hacia adelante, tratando de contener el vómito. Amanda me observa y sonríe. —No se preocupe, es normal lo que siente —me dice—. Por eso le ofrecí té. El jengibre es bueno para las náuseas, yo lo tomo todo el tiempo… ¿Seguro no quiere un poco? —No gracias. Ya se me pasa —le digo mientras me reincorporo—. ¿Cuánto tardó en quedar embarazada? —Al mes notaron que ya no menstruaba y dejaron de hacerme visitas… luego empezaron a tratarme como a una deidad. Me llevaban a pasear por el parque en silla de ruedas. Me hacían masajes, me cocinaban manjares y me dejaban leer todos los libros que quisiera. Tres meses después apareció la bruja que les había dicho cómo romper la maldición. Era una vieja gitana que hablaba en un idioma que yo desconocía. Amanda se queda en silencio unos instantes. —Fue una niña. Tenía mis ojos dijeron. Las parteras me la quitaron de las entrañas y se la llevaron a otra habitación. No querían que la tocase, temían que intentara matarla, seguramente. Y no estaban equivocados. Le hubiese roto el cuello al momento de tenerla en mis brazos. —¿Qué pasó después? —Al otro día me metieron en un auto y me colocaron una capucha. El auto anduvo dos horas, me bajaron y me subieron a otro que anduvo cerca de 4 horas. Me bajaron y me subieron a un tercer auto que tras 6 horas me dejó en Bratislava. Me colocaron en una silla de ruedas de oro y me empujaron hasta la entrada de una enorme y lujosa casa que yo solía admirar cuando trabajaba de puta. Me dijeron que era mía. Unos sirvientes me ayudaron a entrar. Al otro día despedí a la servidumbre y puse todo a la venta. Y con ese dinero, más todo lo que me habían depositado en el banco, fui al hogar de huérfanos para donarlo todo… —¿Y qué pasó con el detective? —Tardó dos meses en encontrar la casa del señor Nadie. Ni siquiera estaba en Checoslovaquia, estaba en Viena. Le pagué lo acordado y le di algo más a cambio de que contactará a 6 sicarios. Tras unas semanas me reuní con ellos y les ofrecí todo lo que me quedaba a cambio de que asesinaran al señor Nadie y a toda su familia de monstruos. No preguntaron nada, se repartieron mi fortuna y desaparecieron. —¿Y lo hicieron? Amanda se mete la mano dentro del sostén y extrae una hoja de periódico, la desdobla y me la entrega. El titular dice: Feroz masacre en mansión de Viena. 20 muertos. Posible ajuste de cuentas… —¿Y la bebé? —Ya estaba muerta cuando llegaron los sicarios. Los leprosos la habían desangrado y se habían bebido su sangre. De esa forma creyeron que acabarían con la maldición. Enfermos hijos de puta... Me alegro de haberlos matado a todos. Fue la mejor inversión para todo ese dinero. Me despido de Amanda con una sensación de alivio. Ése alivio que a veces produce la venganza, sobre todo cuando es tan merecida.
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  • —Va a esperar a cierto cazador así para que la vea nada as salir de la cama, a ver si pilla la indirecta. —



    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #SeductiveSunday #ClaireNovak
    —Va a esperar a cierto cazador así para que la vea nada as salir de la cama, a ver si pilla la indirecta. — #3D #Comunidad3D #Personajes3D #SeductiveSunday #ClaireNovak
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  • Sus primeros momentos en aquel puñetero lugar.
    Despertando sola.
    Siendo encontrada, amenazada, maniatada, y arrastrada hasta un campamento.
    ¿Qué la vida fuera una mierda iba en el ADN?







    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak
    Sus primeros momentos en aquel puñetero lugar. Despertando sola. Siendo encontrada, amenazada, maniatada, y arrastrada hasta un campamento. ¿Qué la vida fuera una mierda iba en el ADN? #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak
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  • Había sido un bonito sueño.
    Volvía a estar en el bunker. En aquel extraño y maravilloso lugar el cual, sin pertenecer a el y en demasiado poco tiempo se había convertido en su hogar.
    Volvía a estar con su familia.
    Volvía a estar con él.
    No los había perdido, no había fracasado en su misión.

    Estaba a tan solo una puerta de distancia. Y ella podia perfectamente cubrir aquellos metros, entrar en la habitación del cazador y asaltarle en la cama.
    Habría risas, intentos de hacer callar al contrario, porque aunque sabían que no engañaban a nadie en aquel bunker, trataban de mantener un perfil bajo, besos robados, y otros entregados con demasiada pasión...

    Quizás volviera a su cuarto, o quizás no saliera de allí hasta la mañana siguiente...

    Si, había sido un sueño bonito. Pero era solo eso. Un sueño.
    De nuevo eran las bombas lo que la despertaba. Volvía a estar en zona de guerra, en un apocalipsis, de nuevo sola, de nuevo sin familia, de nuevo sin amigos, y encima ahora, sin él.




    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #Novester #ClaireNovak #DeanWinchester
    Había sido un bonito sueño. Volvía a estar en el bunker. En aquel extraño y maravilloso lugar el cual, sin pertenecer a el y en demasiado poco tiempo se había convertido en su hogar. Volvía a estar con su familia. Volvía a estar con él. No los había perdido, no había fracasado en su misión. Estaba a tan solo una puerta de distancia. Y ella podia perfectamente cubrir aquellos metros, entrar en la habitación del cazador y asaltarle en la cama. Habría risas, intentos de hacer callar al contrario, porque aunque sabían que no engañaban a nadie en aquel bunker, trataban de mantener un perfil bajo, besos robados, y otros entregados con demasiada pasión... Quizás volviera a su cuarto, o quizás no saliera de allí hasta la mañana siguiente... Si, había sido un sueño bonito. Pero era solo eso. Un sueño. De nuevo eran las bombas lo que la despertaba. Volvía a estar en zona de guerra, en un apocalipsis, de nuevo sola, de nuevo sin familia, de nuevo sin amigos, y encima ahora, sin él. #3D #Comunidad3D #Personajes3D #Novester #ClaireNovak #DeanWinchester
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  • Poco a poco, aunque no es algo que para nada le quite el sueño, y al final vista siempre con las mismas prendas de ropa, ha ido llenando el armario, a veces incluso con cosas que aún llevan puesta la etiqueta porque se las ha comprado obligándose a salir de su zona de confort. A sabiendas de que jamás iban a salir de alli.



    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak #SeductiveSunday
    Poco a poco, aunque no es algo que para nada le quite el sueño, y al final vista siempre con las mismas prendas de ropa, ha ido llenando el armario, a veces incluso con cosas que aún llevan puesta la etiqueta porque se las ha comprado obligándose a salir de su zona de confort. A sabiendas de que jamás iban a salir de alli. #3D #Comunidad3D #Personajes3D #ClaireNovak #SeductiveSunday
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  • 慤
    慤慤慤慤 š˜§š˜³š˜°š˜® š˜µš˜©š˜¦ š•“š•’š•• š˜±š˜­š˜¢š˜¤š˜¦ š˜µš˜° š˜„š—¼š—暝˜€š˜
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    慤慤慤慤Ė¹ Claire Novak
    慤
    慤
    慤慤慤慤慤Si creían que con el nacimiento de Jack, la aparición de Claire, la resurrección de Cass y la desaparición de Mary (y posteriormente, Jack) habían cubierto el cupo de cosas raras, el universo estaría ahí para, de nuevo, golpearles en la cara y hacerles ver que eran unos idiotas crédulos.

    Cuando creían que se habían librado del puñetero Arthur Ketch tras reventar la invasión británica meses atrás resultó que no era asi. Al parecer el muy cabrón estaba eliminando brujas mientras buscaba a Rowena, otra de las víctimas de Lucifer antes de que el príncipe del infierno se convirtiera en invitado permanente de un mundo apocalíptico. Cuando fue capturado por los hermanos y Ketch aseguró llamarse Alexander y ser el hermano gemelo de Arthur, cosa que ninguno de los habitantes del bunker se creyó a pesar de que tenia calificaciones de Kendricks a nombre del propio Alexander. Solo admitió ser Arthur cuando salvó a los hermanos y a Claire de una panda de demonios. Al parecer Rowena le había regalado uno de sus hechizos para evitar la muerte. Irónico, cuando al parecer ella había sido convertida en barbacoa.

    La parte buena de toda aquella locura era que Dean y Claire habían tenido bastante tiempo juntos, y fuera del radar de Castiel, el cual se había ido en busca de un ángel para reunir información sobre Jack, la verdad era que resultaba menos violento el poder ser ellos mismos. A pesar de que rebajasen bastante las consecuencias de su recién estrenada relacion al estar Sam con ellos.

    Claire, Sam y Cass era lo único verdaderamente bueno que Dean tenia en ese momento. Eran un equipo, trabajaban bien juntos. Era algo que no podía negar.

    Asi que con el equipo dividido ya que Cass estaba en misión angelical autoimpuesta, el equipo libre albedrio 3.0 se estaba quedando sin ideas. Por eso Dean recurrió a lo único que esperaba pudiera ayudarles. Mientras regresaba de comprar algo de comer, llamó a Patience -aunque en realidad tuvo que dejar un mensaje en su buzón de voz- para pedirle ayuda. No dio demasiados detalles puesto que esperaba que la joven le devolviera la llamada en algún momento.

    Pero la llamada que recibió venia de la sheriff Jody Mills. Al parecer un amigo suyo en Bismarck tenia una pista: un artista había aparecido muerto con los ojos quemados. Algo que recordaba bastante al poder angelical y más aun al poder de un nefilim fugado. Puestos a suponer… Y es que, de hecho, la novia de la víctima había llegado a hacer un retrato robot. No había duda. Se trataba de Jack.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Supernatural #StarterRol #Novester #DeanWinchester #ClaireNovak

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    慤慤慤慤慤慤慤慤慤āš† Maddie Bythesey

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    慤慤慤慤慤En los dias siguientes Dean no supo si era un milagro o una maldición que Maddie no estuviera cerca y que, al final, hubiera decidido seguir su propio camino. El de los Winchester era demasiado peligroso y, si no hubiera sido la propia Maddie quien pusiera los pies en polvorosa, hubiera sido Dean quien le pidiese que se mantuviera alejada por lo que pudiera pasar. Las cosas se pusieron demasiado complicadas las siguientes semanas.

    Descubrir que Crowley no estaba muerto habia sido una putada, ciertamente. Pero peor fue darse cuenta de que Castiel tenia que saberlo y que habia estado ocultando información todo ese tiempo. El ángel lo sabía, y se habia callado. Bobby y Sam estaban seguros de que el emplumado estaba trabajando con el puto Crowley. Dean no queria hacer oídos a esas acusaciones. Cass… era su amigo, era familia… Nunca les haría algo asi… Eso era lo que elegia creer. Hasta que Cass se reveló como traidor. No solo los habia estado mintiendo si no que, al parecer habia estado espiándoles cuando ellos no lo sabían. Pues cuando Cass los salvó de unos demonios cabrones mientras ellos buscaban la ubicación de Crowley, el ángel metió la pata hasta el fondo.

    -Creíamos que habias estado trabajando con Crowley -atajó Bobby cuando, Cass lo miró confuso después de que Dean le exigiera que se disculpara con el ángel.

    -Es de locos, ¿verdad? -preguntó Dean.

    -Es que, quemaste unos huesos que no eran… -Bobby alzó su mano diestra en señal de buena fe- Y… no importa. Nos equivocamos…

    -Amigos…- Cass se adelantó para acercarse a ellos- Podríais haberme preguntado…

    -Debimos haberlo hecho… No teníamos que haber dudado de ti… -comentó Dean- Espero que nos perdones.

    A pesar de la sinceridad en el rostro y palabras de Dean, a pesar de su creencia firme de que Cass nunca podría traicionarlos, la cara de Bobby decía otra cosa muy distinta, pues en la expresión del rostro del viajo cazador estaba esa mirada de “más sabe el diablo por viejo que por diablo”:

    Castiel guardó silencio un instante,

    -Olvidado.

    -Gracias -dijo Dean.

    -Sí, Cass… Gracias -agregó Sam.

    Bobby asintió todavía sin borrar esa expresión de su rostro, una que Cass no sabría identificar, claro.

    -Aunque era un poco absurdo… -dijo Cass en cierto tono ligero.

    -Si, ya lo sé… -asintió Bobby

    -…Superman no se pasaría al lado oscuro -sonrió Cass- Yo sigo siendo Castiel.

    Ese fue el momento en que Dean supo que Sam y Bobby tenían razon, que su amigo los habia traicionado, que su mejor amigo le habia mentido en la cara de forma intencionada. ¿Quién podría adivinar que un ángel fuera capaz de mentir? Y ahí estaba Cass… Pues aquella referencia era algo que el ángel no podía saber por si solo ya que su conocimiento de cultura pop era escaso, por no decir nulo. Y, para más inri, aquella habia sido una referencia que el propio Bobby habia hecho horas atrás.

    -¿Creéis que Cass esta compinchado con Crowley? -preguntó Dean con esa expresión de no creerse siquiera estar haciendo esa pregunta- ¡¿Con Crowley?!

    -No lo sé- repuso Bobby- Solo digo que no lo sé. Me odio a mi mismo siquiera por pensarlo, pero no lo sé -recalcó.

    -Dean, tambien es amigo nuestro, ¿vale? -atajó Sam.- Yo moriría por él, en serio, pero… Espero que nos equivoquemos.

    -Pero si no… Si hay aunque sea la mínima posibilidad… Nos enfrentamos a un Superman que se ha pasado al lado oscuro. Es decir, que tenemos que se precavidos, inteligente…. Y conseguir mucha kryptonita…

    La decepción en el rostro de Dean fue algo que no pudo controlar.

    -Entonces podemos olvidar la kryptonita, ¿verdad?

    El pobre diablo era tan torpe socialmente que no se habia dado cuenta de que acababa de meter la pata estrepitosamente.

    Después de aquello todo fue a peor…

    No solo Castiel habia estado trabajando con Crowley, si no que al parecer habían encontrado el Purgatorio. Crowley traicionó Castiel revelando que habia estado trabajando con Rafael todo ese tiempo… Y Castiel demostró que podía jugársela al rey del infierno. Abrió el purgatorio y dejó que millones de almas entraran dentro de su cuerpo, lo que amplificó su poder y prácticamente lo convirtió en un Dios.

    Pero el cuerpo de Jimmy Novak no estaba preparado para ello. Su recipiente estaba en las ultimas y no pasaron ni veinticuatro horas antes de que este se desintegrara en el medio de una presa de un pueblo cercano. Una marea negra cubrió el agua disgregándose en los hogares, fuentes, riego…

    Los leviatanes habían llegado a la tierra…

    : No sé como decir esto…

    Comenzó a teclear en su teléfono

    : Al menos no he encontrado una nueva forma de hacerlo
    : Cass ha muerto…
    : Dejó entrar almas del Purgatorio y…
    : No sé las consecuencias que eso tendrá.
    : Mantente a salvo, Madds


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter #Rol #Supernatural #DeanWinchester
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