• 「 ¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno
    e impaciente medía el tiempo eterno
    cansado de buscar
    en los libros la calma bienhechora
    al dolor de mi muerta Leonora
    que habita con los ángeles ahora
    ¡para siempre jamás! 」
    「 ¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno e impaciente medía el tiempo eterno cansado de buscar en los libros la calma bienhechora al dolor de mi muerta Leonora que habita con los ángeles ahora ¡para siempre jamás! 」
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 124 vistas
  • —Se había levantado temprano en la mañana, y aunque durante la jornada se había ocupado de los niños, había ignorado deliberadamente a Angel Dust. Aunque también sabía que Maximilian se lo había estado llevando y paseando lo que no podía ser, para él, sino lo mejor.
    Aunque también le agradaba ver a Angel alegre por las salidas que tenía.

    Por su parte, se mantenía en el hotel cuidando de los pequeños y, últimamente, escabullendose por ahí, quién sabía dónde.
    Ahora, todo lo que Angel recibió de él fue un mensaje de texto—

    : "Lottie y Rummy están inquietos, necesito que vengas"

    —Fue todo lo que envío. Sin más. Una orden disfrazada de petición.


    Al entrar al hotel, se encontraba decorado, aunque de forma sutil. Algunos jarrones con flores y un pequeño rastro de pétalos que guiaba hasta el gran salón.
    Allí estaba él, vestido con un elegante traje blanco y dorado. Sonriendo con mirada enamorada al verle. Maxi ayudándole al tener en brazos a los dos pequeños que también estaban elegantemente vestidos.
    Una suave y delicada melodía se escuchaba de fondo, alguna vieja canción que en su tiempo en vida ambos bailaron alguna vez, que ahora removía viejos recuerdos cargados de muchos sentimientos pero, principalmente, amor.—

    Benvenuto, amore mio. Ti stavo aspettando

    —Pronunció con cariño, acercándose hasta la araña. Tomando una de sus manos y besando su dorso.
    Un suave ronroneo que emergía de su garganta, incontrolable como le era habitual mientras levantaba su mirada para verlo. Aún sus ojos cargados de aquel cariño que solo la araña había sabido conseguir —

    ¿Me permitirías una pieza?

    —Pidió mientras, aún tomando su mano con suavidad, comenzaba a arrastrarlo al medio del salón, comenzando a bailar al compás de aquella suave música. Guiándolo y disfrutando del momento —

    ¿Sabes, Ángel? He estado pensando lo irónico de nuestra vida

    —Comentó riendo —

    Honestamente, cuando me enteré que habías muerto, me derrumbé. Incluso en muerte no pude olvidarte. Ni siquiera esperaba volver a verte.

    —Reprimió otra risa en una sonrisa entonces—

    Nunca hubiera imaginado que estuvieras aquí. De todos los lugares, y a pesar de las malas decisiones, estaba seguro que te habías ganado el cielo. Te conocía lo suficiente para saber que no eras una mala persona... Siempre fuiste un Ángel para mi

    —Confesó mientras le hacía girar, deteniéndose entonces al volverlo a mirar. Soltando su mano y apartándose un par de paso—

    Tomé una decisión... Creo que la tomé en cuanto supimos quiénes éramos realmente; y es que me prometí a mi mismo jamás volver a perderte. No volvería a apartarme otra vez

    —Con determinación, tras pronunciar aquellas palabras fue que se arrodilló frente a él, una pequeña caja en manos que sacó del interior de uno de los bolsillos de su saco. Al abrirla, revelaba un brillante anillo —

    Es por eso que quería preguntarte, Anthony... ¿Te casarías conmigo?

    —Preguntó con los nervios a flor de piel aunque se mantenía firme y con determinación.
    Aquel era un obsequio que había decidido darle desde hacía mucho tiempo....—



    // (Feliz aniversario de amistad bb(?) hoy un año desde que nos conocimos y nos hicimos amigas )
    —Se había levantado temprano en la mañana, y aunque durante la jornada se había ocupado de los niños, había ignorado deliberadamente a [Ange1Dust]. Aunque también sabía que [Maxi8] se lo había estado llevando y paseando lo que no podía ser, para él, sino lo mejor. Aunque también le agradaba ver a Angel alegre por las salidas que tenía. Por su parte, se mantenía en el hotel cuidando de los pequeños y, últimamente, escabullendose por ahí, quién sabía dónde. Ahora, todo lo que Angel recibió de él fue un mensaje de texto— 📱: "Lottie y Rummy están inquietos, necesito que vengas" —Fue todo lo que envío. Sin más. Una orden disfrazada de petición. Al entrar al hotel, se encontraba decorado, aunque de forma sutil. Algunos jarrones con flores y un pequeño rastro de pétalos que guiaba hasta el gran salón. Allí estaba él, vestido con un elegante traje blanco y dorado. Sonriendo con mirada enamorada al verle. Maxi ayudándole al tener en brazos a los dos pequeños que también estaban elegantemente vestidos. Una suave y delicada melodía se escuchaba de fondo, alguna vieja canción que en su tiempo en vida ambos bailaron alguna vez, que ahora removía viejos recuerdos cargados de muchos sentimientos pero, principalmente, amor.— Benvenuto, amore mio. Ti stavo aspettando —Pronunció con cariño, acercándose hasta la araña. Tomando una de sus manos y besando su dorso. Un suave ronroneo que emergía de su garganta, incontrolable como le era habitual mientras levantaba su mirada para verlo. Aún sus ojos cargados de aquel cariño que solo la araña había sabido conseguir — ¿Me permitirías una pieza? —Pidió mientras, aún tomando su mano con suavidad, comenzaba a arrastrarlo al medio del salón, comenzando a bailar al compás de aquella suave música. Guiándolo y disfrutando del momento — ¿Sabes, Ángel? He estado pensando lo irónico de nuestra vida —Comentó riendo — Honestamente, cuando me enteré que habías muerto, me derrumbé. Incluso en muerte no pude olvidarte. Ni siquiera esperaba volver a verte. —Reprimió otra risa en una sonrisa entonces— Nunca hubiera imaginado que estuvieras aquí. De todos los lugares, y a pesar de las malas decisiones, estaba seguro que te habías ganado el cielo. Te conocía lo suficiente para saber que no eras una mala persona... Siempre fuiste un Ángel para mi —Confesó mientras le hacía girar, deteniéndose entonces al volverlo a mirar. Soltando su mano y apartándose un par de paso— Tomé una decisión... Creo que la tomé en cuanto supimos quiénes éramos realmente; y es que me prometí a mi mismo jamás volver a perderte. No volvería a apartarme otra vez —Con determinación, tras pronunciar aquellas palabras fue que se arrodilló frente a él, una pequeña caja en manos que sacó del interior de uno de los bolsillos de su saco. Al abrirla, revelaba un brillante anillo — Es por eso que quería preguntarte, Anthony... ¿Te casarías conmigo? —Preguntó con los nervios a flor de piel aunque se mantenía firme y con determinación. Aquel era un obsequio que había decidido darle desde hacía mucho tiempo....— // (Feliz aniversario de amistad bb(?) hoy un año desde que nos conocimos y nos hicimos amigas ❤️)
    Me encocora
    2
    1 turno 0 maullidos 345 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    || Que no se note mi favoritismo con Aoi (AKA Mag) pero +125% de fuerza de poder no se puede ignorar.
    || Que no se note mi favoritismo con Aoi (AKA Mag) pero +125% de fuerza de poder no se puede ignorar.
    0 comentarios 0 compartidos 186 vistas
  • I'm too ignorant to follow rules –[가(GO)]
    I'm too ignorant to follow rules –[가(GO)]
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos 556 vistas
  • Dos delincuentes corrían a toda velocidad por la acera, uno de ellos sosteniendo un bolso que acababan de arrebatar a su dueña. Justo cuando creían haber escapado, una sombra descendió frente a ellos, bloqueando su camino con una pose dramática.

    —¡Alto ahí, villanos! —proclamó con voz potente—. ¡Porque ante ustedes está el guardián de la justicia, el defensor de los inocentes, el inigualable… **Gran Saiyaman Omega**!

    Los ladrones frenaron en seco, observando al peculiar héroe con incredulidad.

    —¿Gran qué? —soltó uno, arqueando una ceja.

    —¡No puede ser real! —dijo el otro, soltando una carcajada—. ¡Mira su capa, parece sacado de un show de televisión!

    Uno de los delincuentes intentó empujarlo para seguir corriendo, pero antes de que pudiera reaccionar, Gran Saiyaman Omega se movió con una velocidad impresionante. Con un ágil giro, lo desarmó y lo lanzó al suelo con un movimiento limpio. El otro trató de huir, pero Jimoto saltó por encima de él y, con una patada giratoria, lo derribó en el acto.

    La multitud observaba atónita mientras el héroe recogía el bolso robado.

    —¡No tema más, honorable ciudadana! —exclamó, entregándole el bolso con un gesto noble—.
    Dos delincuentes corrían a toda velocidad por la acera, uno de ellos sosteniendo un bolso que acababan de arrebatar a su dueña. Justo cuando creían haber escapado, una sombra descendió frente a ellos, bloqueando su camino con una pose dramática. —¡Alto ahí, villanos! —proclamó con voz potente—. ¡Porque ante ustedes está el guardián de la justicia, el defensor de los inocentes, el inigualable… **Gran Saiyaman Omega**! Los ladrones frenaron en seco, observando al peculiar héroe con incredulidad. —¿Gran qué? —soltó uno, arqueando una ceja. —¡No puede ser real! —dijo el otro, soltando una carcajada—. ¡Mira su capa, parece sacado de un show de televisión! Uno de los delincuentes intentó empujarlo para seguir corriendo, pero antes de que pudiera reaccionar, Gran Saiyaman Omega se movió con una velocidad impresionante. Con un ágil giro, lo desarmó y lo lanzó al suelo con un movimiento limpio. El otro trató de huir, pero Jimoto saltó por encima de él y, con una patada giratoria, lo derribó en el acto. La multitud observaba atónita mientras el héroe recogía el bolso robado. —¡No tema más, honorable ciudadana! —exclamó, entregándole el bolso con un gesto noble—.
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos 212 vistas
  • ////Libreeeeeee//////

    Jipy se refugia bajo un techo, en la parada del autobús. No piensa tomar el último viaje, solo está ahí haciendo tiempo mientras la lluvia acontece.
    Tarde o temprano, se detendrá. Mientras tanto, rezonga frustrado.La humedad no le ha permitido encender un cigarrillo, todo está demasiado húmedo al rededor.

    Fumar le ayuda a ignorar que está hambriento y no ha solucionado eso en todo el día. No ha tenido tiempo, ni se habia parado a pensar. Pero lo resolverá al llegar a su callejón, seguramente pernoctando en un Burger King. Sin embargo, la noche apenas comienza.
    ////Libreeeeeee////// Jipy se refugia bajo un techo, en la parada del autobús. No piensa tomar el último viaje, solo está ahí haciendo tiempo mientras la lluvia acontece. Tarde o temprano, se detendrá. Mientras tanto, rezonga frustrado.La humedad no le ha permitido encender un cigarrillo, todo está demasiado húmedo al rededor. Fumar le ayuda a ignorar que está hambriento y no ha solucionado eso en todo el día. No ha tenido tiempo, ni se habia parado a pensar. Pero lo resolverá al llegar a su callejón, seguramente pernoctando en un Burger King. Sin embargo, la noche apenas comienza.
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 391 vistas
  • — "¡Yuta!. Se que no estas ni peinado, pero, ¿sabes?... tenemos que hablar de algo importante"

    [El imprudente Satoru Gojo fue sin previo aviso, dejando sola de nuevo a Utahime solo por poner sus asuntos de prioridad. Lo que queria hablar con Yuta era sobre la pelea que tuvo el mundo de la hechiceria con Ryomen Sukuna y varios errores que cometieron ignorando por completo que el mayor error fue que Satoru Gojo peleara solo contra Sukuna]

    — "Veras... cometista faltas que no soporto, no lo hago. ¡Y como tu ex-profesor es mi deber enseñarte!"

    Yuta おっこつ

    — "¡Yuta!. Se que no estas ni peinado, pero, ¿sabes?... tenemos que hablar de algo importante" [El imprudente Satoru Gojo fue sin previo aviso, dejando sola de nuevo a Utahime solo por poner sus asuntos de prioridad. Lo que queria hablar con Yuta era sobre la pelea que tuvo el mundo de la hechiceria con Ryomen Sukuna y varios errores que cometieron ignorando por completo que el mayor error fue que Satoru Gojo peleara solo contra Sukuna] — "Veras... cometista faltas que no soporto, no lo hago. ¡Y como tu ex-profesor es mi deber enseñarte!" 『 [Second_Strongest_Gojo] 』
    Me shockea
    1
    7 turnos 1 maullido 644 vistas
  • — La reina, cuya experiencia en el trono es casi nula, decidió emprender un viaje sola junto a Kharyan, su dragón.
    El estrés, el miedo al fracaso y odio del pueblo, carcomían su cabeza diariamente. Los plebeyos la trataban de ignorante, altanera, egoísta y falsa. Los nobles, la veían como una necesidad para llevar su apellido a lo más alto. Y la realeza, como un ejemplo a seguir. Aunque es cierto,que su propia guardia real la cuestionó durante las guerras que las circunstancias la obligaron a seguir guerras que ella no quería. Las traiciones y apuñaladas por la espalda solo la habían llevado a dejar de confiar y querer una cosa: venganza. —
    — La reina, cuya experiencia en el trono es casi nula, decidió emprender un viaje sola junto a Kharyan, su dragón. El estrés, el miedo al fracaso y odio del pueblo, carcomían su cabeza diariamente. Los plebeyos la trataban de ignorante, altanera, egoísta y falsa. Los nobles, la veían como una necesidad para llevar su apellido a lo más alto. Y la realeza, como un ejemplo a seguir. Aunque es cierto,que su propia guardia real la cuestionó durante las guerras que las circunstancias la obligaron a seguir guerras que ella no quería. Las traiciones y apuñaladas por la espalda solo la habían llevado a dejar de confiar y querer una cosa: venganza. —
    Me encocora
    Me gusta
    4
    1 turno 0 maullidos 411 vistas
  • Jimoto jadeaba, con la espalda contra el tronco de un árbol, mientras los últimos ecos del combate aún resonaban en la espesura de la selva. La patrulla roja había sido más numerosa y organizada de lo que esperaba. Aunque había logrado salir ileso, su mente no dejaba de darle vueltas a lo que acababa de escuchar.

    —El comandante estará contento. Ya tenemos dos esferas… y ahora sabemos dónde está *el arma*.

    Esa última palabra lo había congelado. ¿A quién se referían? No… ¿*A qué* se referían? ¿Era él? ¿Era posible que la Patrulla Roja supiera algo sobre su pasado que él mismo ignoraba?

    Jimoto cerró los puños y apretó los dientes. No podía dejarlo pasar. No solo estaban más cerca de conseguir las esferas del dragón, sino que también tenían información sobre él. Si se les enfrentaba de nuevo con su apariencia actual, lo reconocerían de inmediato. Necesitaba una nueva identidad, algo que lo distinguiera, que lo protegiera…

    Entonces recordó el regalo del alcalde de aquella ciudad en la que había ayudado hace un tiempo. Un traje de superhéroe, símbolo de gratitud por haber salvado a los habitantes de un desastre. En aquel momento, le había parecido un gesto exagerado, incluso algo cómico, pero ahora… podía ser su mejor opción.

    Horas después, en lo profundo de la selva, Jimoto emergió con una nueva apariencia. Su traje, ceñido y resistente, tenía un diseño vistoso, con colores vibrantes y una capa ondeando a su espalda. Su máscara ocultaba su rostro lo suficiente para evitar que lo identificaran de inmediato.

    Si la Patrulla Roja quería un arma, no la iban a encontrar tan fácilmente. Ahora, él sería otra cosa… una sombra en su camino, un obstáculo en su conquista.

    Jimoto sonrió bajo la máscara.

    —Si quieren verme como un héroe… entonces lo seré.
    Jimoto jadeaba, con la espalda contra el tronco de un árbol, mientras los últimos ecos del combate aún resonaban en la espesura de la selva. La patrulla roja había sido más numerosa y organizada de lo que esperaba. Aunque había logrado salir ileso, su mente no dejaba de darle vueltas a lo que acababa de escuchar. —El comandante estará contento. Ya tenemos dos esferas… y ahora sabemos dónde está *el arma*. Esa última palabra lo había congelado. ¿A quién se referían? No… ¿*A qué* se referían? ¿Era él? ¿Era posible que la Patrulla Roja supiera algo sobre su pasado que él mismo ignoraba? Jimoto cerró los puños y apretó los dientes. No podía dejarlo pasar. No solo estaban más cerca de conseguir las esferas del dragón, sino que también tenían información sobre él. Si se les enfrentaba de nuevo con su apariencia actual, lo reconocerían de inmediato. Necesitaba una nueva identidad, algo que lo distinguiera, que lo protegiera… Entonces recordó el regalo del alcalde de aquella ciudad en la que había ayudado hace un tiempo. Un traje de superhéroe, símbolo de gratitud por haber salvado a los habitantes de un desastre. En aquel momento, le había parecido un gesto exagerado, incluso algo cómico, pero ahora… podía ser su mejor opción. Horas después, en lo profundo de la selva, Jimoto emergió con una nueva apariencia. Su traje, ceñido y resistente, tenía un diseño vistoso, con colores vibrantes y una capa ondeando a su espalda. Su máscara ocultaba su rostro lo suficiente para evitar que lo identificaran de inmediato. Si la Patrulla Roja quería un arma, no la iban a encontrar tan fácilmente. Ahora, él sería otra cosa… una sombra en su camino, un obstáculo en su conquista. Jimoto sonrió bajo la máscara. —Si quieren verme como un héroe… entonces lo seré.
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 519 vistas
  • Promesas en papel
    Fandom Epoca Victoriana
    Categoría Romance
    El sol de la tarde se filtraba a través de los vitrales, bañando la habitación con un resplandor cálido y dorado. Me encontraba en mi rincón favorito del invernadero, rodeado del dulce aroma de las gardenias y camelias en flor. La brisa acariciaba mis cabellos, jugando con ellos como si intentara robarme los pensamientos que revoloteaban en mi mente. Pero hoy no se los permitiría. Hoy, mis pensamientos no se desvanecerán en el viento.

    Con una sonrisa que no podía ocultar, deslicé la pluma sobre el papel. La tinta negra danzaba en suaves líneas, dando vida a las palabras que hasta ahora había guardado solo para mí.

    "Mi querido..."

    Solo esas dos palabras y ya sentí mi corazón latir con fuerza. La emoción era embriagadora, como el primer brote de una flor en primavera. Había pasado noches enteras imaginando este momento, planeando cada frase, cada suspiro contenido entre las letras. Pero ahora que finalmente escribía, las palabras fluían como un río desbordado, incapaz de contener todo lo que deseaba decirle.

    "Cada día que pasa, encuentro mi mirada perdida en la ventana, buscando un atisbo de tu silueta entre la multitud. Sé que no debería, que es peligroso, que si alguien nos descubre... Pero, ¿cómo podría ignorar lo que mi corazón me grita? En cada vals, en cada paseo por los jardines, incluso en los momentos de absoluta soledad, tu presencia nunca me abandona. ¿Acaso sientes lo mismo?"

    Me detuve por un instante, presionando la pluma contra el papel mientras contenía la risa que amenazaba con escaparse de mis labios. Qué atrevida me había vuelto. Pero no importaba. Hoy no importaban las reglas, ni los murmullos de la corte, ni siquiera los ojos vigilantes de mi dama de compañía.

    Hoy, por primera vez, era yo quien daba el primer paso.

    Volví a la carta con renovado entusiasmo.

    "Tal vez pienses que es una locura, que no debería escribirte así, con el corazón desnudo sobre este papel. Pero dime, ¿acaso no es la vida en sí una locura maravillosa? Si este atrevimiento me condena, que así sea. No quiero pasar un solo día más callando lo que en mi pecho arde con fuerza. Así que, si el destino ha de reírse de mí, prefiero que lo haga sabiendo que al menos fui sincera."

    Mis mejillas ardían cuando terminé la última frase. ¿Realmente había escrito aquello? ¿Realmente le estaba enviando esta confesión sin saber siquiera si la respuesta que recibiría sería un eco de mis sentimientos o el filo de un adiós?

    Con sumo cuidado, dobla la carta y la introduce en un sobre marfil. Tomé el sello de lacre y dejé caer la cera roja, estampando sobre ella un pequeño ramillete de flores secas, aquellas que él solía admirar cuando paseábamos juntos por los jardines de la mansión.

    Me permití un último suspiro antes de levantar la carta y acercarla a mis labios en un beso fugaz, como si aquel gesto pudiera impregnarla con toda la ternura que mi alma contenía.

    —"Llévala con cuidado" —susurré mientras la depositaba en manos de mi doncella de confianza—. "Y no dejes que nadie te vea."

    Ella apuntando con una leve sonrisa antes de perderse por los pasillos de la mansión.

    El destino ya estaba echado. Ahora, sólo quedaba esperar.
    El sol de la tarde se filtraba a través de los vitrales, bañando la habitación con un resplandor cálido y dorado. Me encontraba en mi rincón favorito del invernadero, rodeado del dulce aroma de las gardenias y camelias en flor. La brisa acariciaba mis cabellos, jugando con ellos como si intentara robarme los pensamientos que revoloteaban en mi mente. Pero hoy no se los permitiría. Hoy, mis pensamientos no se desvanecerán en el viento. Con una sonrisa que no podía ocultar, deslicé la pluma sobre el papel. La tinta negra danzaba en suaves líneas, dando vida a las palabras que hasta ahora había guardado solo para mí. "Mi querido..." Solo esas dos palabras y ya sentí mi corazón latir con fuerza. La emoción era embriagadora, como el primer brote de una flor en primavera. Había pasado noches enteras imaginando este momento, planeando cada frase, cada suspiro contenido entre las letras. Pero ahora que finalmente escribía, las palabras fluían como un río desbordado, incapaz de contener todo lo que deseaba decirle. "Cada día que pasa, encuentro mi mirada perdida en la ventana, buscando un atisbo de tu silueta entre la multitud. Sé que no debería, que es peligroso, que si alguien nos descubre... Pero, ¿cómo podría ignorar lo que mi corazón me grita? En cada vals, en cada paseo por los jardines, incluso en los momentos de absoluta soledad, tu presencia nunca me abandona. ¿Acaso sientes lo mismo?" Me detuve por un instante, presionando la pluma contra el papel mientras contenía la risa que amenazaba con escaparse de mis labios. Qué atrevida me había vuelto. Pero no importaba. Hoy no importaban las reglas, ni los murmullos de la corte, ni siquiera los ojos vigilantes de mi dama de compañía. Hoy, por primera vez, era yo quien daba el primer paso. Volví a la carta con renovado entusiasmo. "Tal vez pienses que es una locura, que no debería escribirte así, con el corazón desnudo sobre este papel. Pero dime, ¿acaso no es la vida en sí una locura maravillosa? Si este atrevimiento me condena, que así sea. No quiero pasar un solo día más callando lo que en mi pecho arde con fuerza. Así que, si el destino ha de reírse de mí, prefiero que lo haga sabiendo que al menos fui sincera." Mis mejillas ardían cuando terminé la última frase. ¿Realmente había escrito aquello? ¿Realmente le estaba enviando esta confesión sin saber siquiera si la respuesta que recibiría sería un eco de mis sentimientos o el filo de un adiós? Con sumo cuidado, dobla la carta y la introduce en un sobre marfil. Tomé el sello de lacre y dejé caer la cera roja, estampando sobre ella un pequeño ramillete de flores secas, aquellas que él solía admirar cuando paseábamos juntos por los jardines de la mansión. Me permití un último suspiro antes de levantar la carta y acercarla a mis labios en un beso fugaz, como si aquel gesto pudiera impregnarla con toda la ternura que mi alma contenía. —"Llévala con cuidado" —susurré mientras la depositaba en manos de mi doncella de confianza—. "Y no dejes que nadie te vea." Ella apuntando con una leve sonrisa antes de perderse por los pasillos de la mansión. El destino ya estaba echado. Ahora, sólo quedaba esperar.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    15
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos 647 vistas
Ver más resultados
Patrocinados