• Un dia mas de pretemporada y un día menos para la accion. No tenía nada preparado para hoy ni había quedado con nadie por lo que decidí salir a dar un paseo por una zona de tiendas cerca de mi casa

    Aproveche que era mediodía y que no había demasiada gente por la calle por si alguien pudiera reconocerme aunque lo dudaba bastante para ser sincera

    Pasando por la zona quizas un poco mas pija en cuanto a marcas vi unos zapatos marrones y verdes que llamaron bastante la atención por lo que entré en la tienda curiosa

    Lo que menos me esperaba era que de paso que miraba los zapatos acabé comprando mas cosas pensando a gente que se lo regalaría y viendo la suma que quedaba decidí ignorar mis zapatos y pagar el resto de cosas

    Por lo que si os llega un paquete con ropa o algun collar o algo culpa mía jaja.
    Un dia mas de pretemporada y un día menos para la accion. No tenía nada preparado para hoy ni había quedado con nadie por lo que decidí salir a dar un paseo por una zona de tiendas cerca de mi casa Aproveche que era mediodía y que no había demasiada gente por la calle por si alguien pudiera reconocerme aunque lo dudaba bastante para ser sincera Pasando por la zona quizas un poco mas pija en cuanto a marcas vi unos zapatos marrones y verdes que llamaron bastante la atención por lo que entré en la tienda curiosa Lo que menos me esperaba era que de paso que miraba los zapatos acabé comprando mas cosas pensando a gente que se lo regalaría y viendo la suma que quedaba decidí ignorar mis zapatos y pagar el resto de cosas Por lo que si os llega un paquete con ropa o algun collar o algo culpa mía jaja.
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  • tal vez....no soy importante...no quiero sonar dramatico pero me siento ignorado ...en fin quisera regresar a casa...ahi estaba solo pero no dependia de nadie
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  • Nueva York | Tarde fresca en el West Village

    Las calles estaban tranquilas, lo cual era una rareza para Nueva York. Era uno de esos días donde incluso la ciudad parecía haber tomado un respiro. La brisa era tibia, arrastrando el olor a café recién molido, panecillos dulces y pretzels salados. Música indie salía de una tienda de discos abierta en la esquina, y algún artista callejero tocaba su guitarra con más pasión que técnica.

    En medio de todo eso, sentada en los escalones frente a una librería vintage, estaba ella: Aliona Roux Storm.

    El cabello rubio recogido en una trenza floja, gafas oscuras, auriculares grandes colgando de su cuello y un libro de física cuántica en una mano mientras en la otra sostenía una soda de cereza. Vestía su estilo habitual —grunge meets office girl—, con una camisa oversized metida solo por un lado, jeans rotos y botas negras. Pecas doradas en el rostro y una energía… difícil de ignorar. Literalmente: el pavimento bajo sus botas parecía más cálido que el resto de la acera.

    Entonces, algo la hizo alzar la vista. Un aura leve, sutil pero inquietante. Una especie de vibración mágica que no tenía nada que ver con los fuegos que solía encender. No era calor, era… como un latido suave en el aire. Curioso.

    Frunció el ceño, bajó el libro y miró hacia la esquina del callejón donde un chico acababa de doblar con una bolsa de libros en la mano, aire distraído y rostro familiar de alguna imagen de archivo que ella no había pedido ver, pero que estaba en los documentos clasificados del laboratorio.

    Le dio un sorbo a su soda y, sin pensarlo, soltó desde los escalones:

    —Hey… ¿Maximoff?

    Una pausa.

    —El otro. El tranquilo. El de los hechizos —dijo con una sonrisa socarrona, apoyando el codo en la rodilla mientras lo miraba por sobre sus gafas de sol—. No pareces del tipo que se pierde en librerías polvorientas. ¿Buscando algo o escapando de algo?

    Con un gesto de cabeza lo invitó a sentarse a su lado. El calor se sentía más fuerte ahora, pero no parecía molestarle a ninguno de los dos. Nueva York estaba tranquila, y por una vez, las rarezas decidían simplemente cruzarse... y charlar.


    Billy W Maximoff
    Nueva York | Tarde fresca en el West Village Las calles estaban tranquilas, lo cual era una rareza para Nueva York. Era uno de esos días donde incluso la ciudad parecía haber tomado un respiro. La brisa era tibia, arrastrando el olor a café recién molido, panecillos dulces y pretzels salados. Música indie salía de una tienda de discos abierta en la esquina, y algún artista callejero tocaba su guitarra con más pasión que técnica. En medio de todo eso, sentada en los escalones frente a una librería vintage, estaba ella: Aliona Roux Storm. El cabello rubio recogido en una trenza floja, gafas oscuras, auriculares grandes colgando de su cuello y un libro de física cuántica en una mano mientras en la otra sostenía una soda de cereza. Vestía su estilo habitual —grunge meets office girl—, con una camisa oversized metida solo por un lado, jeans rotos y botas negras. Pecas doradas en el rostro y una energía… difícil de ignorar. Literalmente: el pavimento bajo sus botas parecía más cálido que el resto de la acera. Entonces, algo la hizo alzar la vista. Un aura leve, sutil pero inquietante. Una especie de vibración mágica que no tenía nada que ver con los fuegos que solía encender. No era calor, era… como un latido suave en el aire. Curioso. Frunció el ceño, bajó el libro y miró hacia la esquina del callejón donde un chico acababa de doblar con una bolsa de libros en la mano, aire distraído y rostro familiar de alguna imagen de archivo que ella no había pedido ver, pero que estaba en los documentos clasificados del laboratorio. Le dio un sorbo a su soda y, sin pensarlo, soltó desde los escalones: —Hey… ¿Maximoff? Una pausa. —El otro. El tranquilo. El de los hechizos —dijo con una sonrisa socarrona, apoyando el codo en la rodilla mientras lo miraba por sobre sus gafas de sol—. No pareces del tipo que se pierde en librerías polvorientas. ¿Buscando algo o escapando de algo? Con un gesto de cabeza lo invitó a sentarse a su lado. El calor se sentía más fuerte ahora, pero no parecía molestarle a ninguno de los dos. Nueva York estaba tranquila, y por una vez, las rarezas decidían simplemente cruzarse... y charlar. [illusion_brass_koala_385]
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  • ¿Que tal si ignoramos que me he parado en un garaje a sacarme unas fotos a ver si me gustaba el oufit?
    ¿Que tal si ignoramos que me he parado en un garaje a sacarme unas fotos a ver si me gustaba el oufit?
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  • Entré en la joyería como si fuera cualquier otro sitio, pero la sensación era distinta. Me incomodaba estar rodeada de vitrinas brillantes y dependientes sonrientes demasiado atentos, pero no iba a echarme atrás. Caminé directo al mostrador, ignorando las miradas.

    —Busco algo… simple —dije, apoyando las manos sobre el cristal—. Nada exagerado, elegante.

    La mujer me mostró varias opciones. Todas perfectas, todas caras. Pero ninguna me decía nada hasta que vi uno: un aro de plata fina con un detalle en relieve, elegante, como ella.

    —Ese —lo señalé sin dudar.

    La dependienta sonrió, lo sacó de la vitrina. Me lo puso en la mano. Era ligero. Frío. Me imaginé su rostro al verlo y casi sonreí.

    —¿Es para compromiso o promesa? —preguntó ella, curiosa.

    —Para mi mujer —respondí sin pensar mucho, con esa palabra que todavía me sonaba nueva en la boca pero que me gustaba—. Llámelo como quiera.

    Pagué en efectivo, pedí que me lo dieran en una caja pequeña. Lo guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta, cerca del pecho.

    Salí de la joyería encendiendo un cigarro. Caminé hacia la moto con las manos en los bolsillos, sintiendo el peso mínimo de la caja. No era solo un anillo, no para mí. Era mi forma de decirle que, pese a todo lo que éramos, lo que habíamos pasado y lo que seguíamos arrastrando, ella era lo único que no quería perder.

    No soy buena con las palabras, nunca lo fui. Pero esto… esto ella lo entendería.
    Entré en la joyería como si fuera cualquier otro sitio, pero la sensación era distinta. Me incomodaba estar rodeada de vitrinas brillantes y dependientes sonrientes demasiado atentos, pero no iba a echarme atrás. Caminé directo al mostrador, ignorando las miradas. —Busco algo… simple —dije, apoyando las manos sobre el cristal—. Nada exagerado, elegante. La mujer me mostró varias opciones. Todas perfectas, todas caras. Pero ninguna me decía nada hasta que vi uno: un aro de plata fina con un detalle en relieve, elegante, como ella. —Ese —lo señalé sin dudar. La dependienta sonrió, lo sacó de la vitrina. Me lo puso en la mano. Era ligero. Frío. Me imaginé su rostro al verlo y casi sonreí. —¿Es para compromiso o promesa? —preguntó ella, curiosa. —Para mi mujer —respondí sin pensar mucho, con esa palabra que todavía me sonaba nueva en la boca pero que me gustaba—. Llámelo como quiera. Pagué en efectivo, pedí que me lo dieran en una caja pequeña. Lo guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta, cerca del pecho. Salí de la joyería encendiendo un cigarro. Caminé hacia la moto con las manos en los bolsillos, sintiendo el peso mínimo de la caja. No era solo un anillo, no para mí. Era mi forma de decirle que, pese a todo lo que éramos, lo que habíamos pasado y lo que seguíamos arrastrando, ella era lo único que no quería perder. No soy buena con las palabras, nunca lo fui. Pero esto… esto ella lo entendería.
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  • No sé qué día es.
    O, mejor dicho… no me importa.

    El reloj de la pared parece atrasado, aunque juro que hace diez minutos marcaba lo mismo. Afuera, la lluvia arrastra las luces como si alguien estuviera llorando pintura. Aquí dentro, el café huele a humo viejo, a conversaciones que no llegaron a nada y a panes que no saben a hogar.

    Tecleo sin pensar.

    Las palabras se cuelan entre los dedos, pero no me escuchan. Estoy escribiendo una historia que no quiero contar. Una de esas que se escriben solas, aunque preferirías que se quedaran encerradas en el fondo del pecho.

    Un pitido de la cafetera. Otra taza servida. Otro corazón que no se atreve a decir “buenos días”.

    La silla frente a mí se mueve. No levanto la vista. El lugar está lleno, normal que alguien tenga que compartir mesa con un vagabundo disfrazado de periodista.

    Gabardina, ojeras y una cara que ni yo reconozco en los espejos. Me da igual. Supongo que también les da igual a ellos.

    Al principio, nos ignoramos. Una costumbre vieja: fingir que el otro no existe para no romper el velo del silencio. Pero hay algo en la forma en que se sienta… tranquila, segura, pero con esa tensión mínima que sólo se nota cuando ya estás acostumbrado a mirar de más.

    Cruzo la mirada con… ¿ella? ¿él? No importa. Hay ojos. Y están cansados también.

    Suspiro. Largo, lento. No es de fastidio, sino de rendición. Como cuando decides que hoy no vas a correr detrás del tiempo. Que vas a dejarte llevar por la corriente.

    Apago el portátil. Lo cierro con un clic suave, como si no quisiera despertar a las palabras atrapadas dentro.

    Le dedico una media sonrisa. La mía: torcida, discreta y con gusto a nicotina que ya no fumo.
    Extiendo la mano por encima de la mesa, con los dedos manchados de tinta invisible y café barato.

    —Samot —digo—.
    Sin apellido si no hace falta. Aunque si pregunta, se lo doy. Soy periodista, no espía.

    Y mientras estrecho su mano, me doy cuenta de algo:
    hay momentos que parecen sueños.
    Y otros que parecen recuerdos… de cosas que aún no han pasado.
    No sé qué día es. O, mejor dicho… no me importa. El reloj de la pared parece atrasado, aunque juro que hace diez minutos marcaba lo mismo. Afuera, la lluvia arrastra las luces como si alguien estuviera llorando pintura. Aquí dentro, el café huele a humo viejo, a conversaciones que no llegaron a nada y a panes que no saben a hogar. Tecleo sin pensar. Las palabras se cuelan entre los dedos, pero no me escuchan. Estoy escribiendo una historia que no quiero contar. Una de esas que se escriben solas, aunque preferirías que se quedaran encerradas en el fondo del pecho. Un pitido de la cafetera. Otra taza servida. Otro corazón que no se atreve a decir “buenos días”. La silla frente a mí se mueve. No levanto la vista. El lugar está lleno, normal que alguien tenga que compartir mesa con un vagabundo disfrazado de periodista. Gabardina, ojeras y una cara que ni yo reconozco en los espejos. Me da igual. Supongo que también les da igual a ellos. Al principio, nos ignoramos. Una costumbre vieja: fingir que el otro no existe para no romper el velo del silencio. Pero hay algo en la forma en que se sienta… tranquila, segura, pero con esa tensión mínima que sólo se nota cuando ya estás acostumbrado a mirar de más. Cruzo la mirada con… ¿ella? ¿él? No importa. Hay ojos. Y están cansados también. Suspiro. Largo, lento. No es de fastidio, sino de rendición. Como cuando decides que hoy no vas a correr detrás del tiempo. Que vas a dejarte llevar por la corriente. Apago el portátil. Lo cierro con un clic suave, como si no quisiera despertar a las palabras atrapadas dentro. Le dedico una media sonrisa. La mía: torcida, discreta y con gusto a nicotina que ya no fumo. Extiendo la mano por encima de la mesa, con los dedos manchados de tinta invisible y café barato. —Samot —digo—. Sin apellido si no hace falta. Aunque si pregunta, se lo doy. Soy periodista, no espía. Y mientras estrecho su mano, me doy cuenta de algo: hay momentos que parecen sueños. Y otros que parecen recuerdos… de cosas que aún no han pasado.
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  • Los minutos pasaron, y de la misma forma en que pasaron, éste ignoraría cualquier palabra que aquel maldito cerdo vomitase en contra de aquella apurada mujer tan sólo respondería con un "A-ja". Sabía perfectamente que aquellos conductores eran el claro ejemplo de mediocridad y fracaso en el mundo, viéndose orillados a olvidar todo el conocimiento que alguna vez éstos adquirieron tras años de estudios al encontrarse con un muro que jamás les permitió avanzar o crecer profesionalmente. Un desperdicio que, a sabiendas de muchos, jamás estuvieron preparados para enfrentar el mundo real.

    Miraba por la ventana para contemplar el resto de la ciudad, quería ver qué otra clase de escoria se podría atravesar para mantenerse en una silenciosa reflexión. Cualquier clase de imbécil era útil, desde el pordiosero que mendigaba por unas cuántas monedas o algo de comer a los transeúntes, hasta el avaro empresario que siempre buscaba llenarse los bolsillos con el dinero que sus empleados generaban con su esfuerzo y dedicación, a cambio de un mísero salario y extensas horas para obtenerlo. Un asco de mundo.
    Los minutos pasaron, y de la misma forma en que pasaron, éste ignoraría cualquier palabra que aquel maldito cerdo vomitase en contra de aquella apurada mujer tan sólo respondería con un "A-ja". Sabía perfectamente que aquellos conductores eran el claro ejemplo de mediocridad y fracaso en el mundo, viéndose orillados a olvidar todo el conocimiento que alguna vez éstos adquirieron tras años de estudios al encontrarse con un muro que jamás les permitió avanzar o crecer profesionalmente. Un desperdicio que, a sabiendas de muchos, jamás estuvieron preparados para enfrentar el mundo real. Miraba por la ventana para contemplar el resto de la ciudad, quería ver qué otra clase de escoria se podría atravesar para mantenerse en una silenciosa reflexión. Cualquier clase de imbécil era útil, desde el pordiosero que mendigaba por unas cuántas monedas o algo de comer a los transeúntes, hasta el avaro empresario que siempre buscaba llenarse los bolsillos con el dinero que sus empleados generaban con su esfuerzo y dedicación, a cambio de un mísero salario y extensas horas para obtenerlo. Un asco de mundo.
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  • 𝒯𝒽𝑒 ℬ𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔 𝑜𝒻 𝓉𝒽𝑒 ℰ𝓃𝒹: 𝒞𝑜𝓊𝓃𝒸𝒾𝓁
    Fandom N/A
    Categoría Suspenso
    ** El lugar... ¿Realmente importaba?
    Algún lugar de Europa Oriental, allá donde las más grandes leyendas de horror surgieron y cobraron fuerza con el pasar de las décadas.

    Imbuidos bajo la protección de un manto que les separaba del "mundo real", mejor llamado entre los Inmortales: "Reino de Sombras". Creado a partir de un poder considerado divino para los simples mortales e ignorantes de la materia. Un mundo que cuya existencia es ignorada por el resto de la humanidad y la vida moderna. Un mundo establecido sobre la tangente de la realidad, sujeto a sus propias leyes de espacio tiempo, pero conectados únicamente por un simple punto.

    La puerta se abrió en un pesado sonido que se dispersó en el eco que se producía en aquel gran salón. Una mesa redonda y oscura, rodeada de algunos asientos, se hallaba en el centro de dicho salón, iluminado no solo por el gran candelabro que colgaba sobre la mesa, sino también por la luz que atravesaba el ventanal para dispersar la penumbra que contrastaba ligeramente de las afueras, pues tenues ruidos desconocidos, pero perceptibles eran audibles. ¿Quién sabe la clase de horrores uno podría hallarse si se aventurase al exterior? Tan solo Rubí y el mismo Dr. Dee sabían la clase de criaturas rondando las afueras de dicho castillo.

    Dee sería el primero en cruzar la puerta. Se mostraba seguro de sí mismo, con el mismo porte de un rey llegando a sus dominios, dispuesto a lo que sea por cumplir con sus más oscuros deseos. Y, al igual que un rey, el atuendo no era algo que podía faltar ya que nunca dejaba de lucir tan pulcro y ordenado. Vistiendo un elegante traje satinado negro, con algunas delgadas líneas marrón en vertical, donde la corbata y zapatos hicieron juego, y la camisa era lo único blanco que lucía. Por otra parte, llevaba aquel abrigo sobrepuesto en sus hombros. Ni siquiera su dorada cabellera era algo que había dejado libre, pues aunque atado en una cinta detrás de la nuca, no dejaba ni un solo mechón libre.

    Avanzó, su imperturbable mirada se mantuvo en aquella mesa a la que estaba por tomar asiento. Mientras tanto, un grupo le seguía: su escolta personal. Aquel joven pelirrojo, el primero de sus creaciones y quien fungia de mayordomo y asistente personal: Arthur Dee; por otra parte, a su izquierda avanzaba una rubia mujer de buen físico, algo mayor en comparación con el chico anterior: Katherine Dee. Y a sus espaldas, una criatura de abundante pelaje y prminente altura, caminando igual a como lo hacía una persona normal; creación de su amada y sanguinaria aliada Rubí, mismo al que llamó "Havoc".

    Continuó su avance hasta que, finalmente, alcanzó la silla y se dispuso a descansar en la misma silla que parecía ser quien encabezaría dicha reunión.

    — Arthur, en cuanto los demás lleguen, no se demoren en absurdas formalidades... sólo hazlos pasar. —

    Indicó al homúnculo en voz firme y autoritaria, totalmente decidido a comenzar con lo que años atrás se había propuesto. **

    𝓔𝓵𝓲𝔃𝓪𝓫𝓮𝓽𝓱 𝓡𝓾𝓫𝔂 , 𝕬𝖗𝖙𝖍𝖚𝖗 𝕯𝖊𝖊 ⚙️, Sir Marquis Thornvale, Ⲧⲹⳕⳑⲁⲥⲁⲧⲹⳕⲛ , 𝕵𝖆𝖈𝖐 𝕿𝖍𝖊 𝕽𝖎𝖕𝖕𝖊𝖗 , Ꭺꮓꭱꮖꭼꮮ ,
    ** El lugar... ¿Realmente importaba? Algún lugar de Europa Oriental, allá donde las más grandes leyendas de horror surgieron y cobraron fuerza con el pasar de las décadas. Imbuidos bajo la protección de un manto que les separaba del "mundo real", mejor llamado entre los Inmortales: "Reino de Sombras". Creado a partir de un poder considerado divino para los simples mortales e ignorantes de la materia. Un mundo que cuya existencia es ignorada por el resto de la humanidad y la vida moderna. Un mundo establecido sobre la tangente de la realidad, sujeto a sus propias leyes de espacio tiempo, pero conectados únicamente por un simple punto. La puerta se abrió en un pesado sonido que se dispersó en el eco que se producía en aquel gran salón. Una mesa redonda y oscura, rodeada de algunos asientos, se hallaba en el centro de dicho salón, iluminado no solo por el gran candelabro que colgaba sobre la mesa, sino también por la luz que atravesaba el ventanal para dispersar la penumbra que contrastaba ligeramente de las afueras, pues tenues ruidos desconocidos, pero perceptibles eran audibles. ¿Quién sabe la clase de horrores uno podría hallarse si se aventurase al exterior? Tan solo Rubí y el mismo Dr. Dee sabían la clase de criaturas rondando las afueras de dicho castillo. Dee sería el primero en cruzar la puerta. Se mostraba seguro de sí mismo, con el mismo porte de un rey llegando a sus dominios, dispuesto a lo que sea por cumplir con sus más oscuros deseos. Y, al igual que un rey, el atuendo no era algo que podía faltar ya que nunca dejaba de lucir tan pulcro y ordenado. Vistiendo un elegante traje satinado negro, con algunas delgadas líneas marrón en vertical, donde la corbata y zapatos hicieron juego, y la camisa era lo único blanco que lucía. Por otra parte, llevaba aquel abrigo sobrepuesto en sus hombros. Ni siquiera su dorada cabellera era algo que había dejado libre, pues aunque atado en una cinta detrás de la nuca, no dejaba ni un solo mechón libre. Avanzó, su imperturbable mirada se mantuvo en aquella mesa a la que estaba por tomar asiento. Mientras tanto, un grupo le seguía: su escolta personal. Aquel joven pelirrojo, el primero de sus creaciones y quien fungia de mayordomo y asistente personal: Arthur Dee; por otra parte, a su izquierda avanzaba una rubia mujer de buen físico, algo mayor en comparación con el chico anterior: Katherine Dee. Y a sus espaldas, una criatura de abundante pelaje y prminente altura, caminando igual a como lo hacía una persona normal; creación de su amada y sanguinaria aliada Rubí, mismo al que llamó "Havoc". Continuó su avance hasta que, finalmente, alcanzó la silla y se dispuso a descansar en la misma silla que parecía ser quien encabezaría dicha reunión. — Arthur, en cuanto los demás lleguen, no se demoren en absurdas formalidades... sólo hazlos pasar. — Indicó al homúnculo en voz firme y autoritaria, totalmente decidido a comenzar con lo que años atrás se había propuesto. ** [H0mmunculi], [cosmic_jade_rat_258], [Pumpkin_Man], [W1ld_hunter], [Fr0m_H3ll], [The.Hellhound],
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Yoon Taejin

    Edad: 22 · Raza: Humano · Fandom: OC · Artista musical

    Brilla con luz propia y lo sabe. Con una carrera fulminante y un talento indiscutible, Teo se ha ganado su lugar en la cima del mundo artístico. Presumido, reservado y difícil de descifrar… pero imposible de ignorar.
    Dicen que conocer al artista es fácil. Conocer al hombre detrás del escenario… esa ya es otra historia.


    ㅤㅤㅤㅤㅤ [dream_peridot_bull_278]

    Género: Femenino · Raza: Humana · Fandom: OC · Profesión: Odontóloga

    Con manos firmes y sonrisa serena, Danielle dedica su vida al cuidado de los demás. Odontóloga de vocación, perfeccionista por naturaleza. Detrás de su bata blanca hay una mujer empática, directa y con un fuerte sentido de la responsabilidad.
    Fuera de consulta, no todo es orden y precisión: tiene un gran sentido del humor y más de una historia que no figura en su currículum. ¿Te animas a conocerla más allá del sillón de dentista?




    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines 


    Guías y miniguías para no perderse:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 


    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D


    Directorios para encontrar rol y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS  
    Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 


    Consejos para mejorar escritura y narración
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor 


    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!


    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [quasar_brass_crab_846] Edad: 22 · Raza: Humano · Fandom: OC · Artista musical Brilla con luz propia y lo sabe. Con una carrera fulminante y un talento indiscutible, Teo se ha ganado su lugar en la cima del mundo artístico. Presumido, reservado y difícil de descifrar… pero imposible de ignorar. Dicen que conocer al artista es fácil. Conocer al hombre detrás del escenario… esa ya es otra historia. ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [dream_peridot_bull_278] Género: Femenino · Raza: Humana · Fandom: OC · Profesión: Odontóloga Con manos firmes y sonrisa serena, Danielle dedica su vida al cuidado de los demás. Odontóloga de vocación, perfeccionista por naturaleza. Detrás de su bata blanca hay una mujer empática, directa y con un fuerte sentido de la responsabilidad. Fuera de consulta, no todo es orden y precisión: tiene un gran sentido del humor y más de una historia que no figura en su currículum. ¿Te animas a conocerla más allá del sillón de dentista? 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • -Los consejos de 𝕷𝖚𝖈𝖎𝖋𝖊𝖗 𝖒𝖔𝖗𝖓𝖎𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 me hicieron cuestionar si realmente tener esta vida era lo que quería. Incluso con lo que crece en mi interior, me resulta desconocido. El hombre de mis pinturas había desaparecido nuevamente. Sin darme cuenta, terminé en una zona céntrica de la ciudad. La gente caminaba apresurada como si el tiempo los devorara. Podía oír el resonar de sus almas gritando de agonía. Me cubría los oídos; no me gustaba oírlos. El sonido era horrible. Empecé a sentirme ansioso y nervioso; quería volver a casa, pero no sabía cómo, hasta que un anuncio en una pantalla gigante empezó a transmitir a un cantante. Me quedé estático por las ondas sonoras que emitía su voz. Era como si todo quedara en silencio; todos mis sentidos se centraron en la voz del cantante, era como si me invitara a liberarme.-



    //Si quieren saber lo que dice aprieten el botón de subtitulos ʕ⁠·⁠ᴥ⁠·⁠ʔ //

    https://youtu.be/hsxnNGaQ7g8?si=AqaedqIxL1Y16ml8
    -Los consejos de [Luzbel666] me hicieron cuestionar si realmente tener esta vida era lo que quería. Incluso con lo que crece en mi interior, me resulta desconocido. El hombre de mis pinturas había desaparecido nuevamente. Sin darme cuenta, terminé en una zona céntrica de la ciudad. La gente caminaba apresurada como si el tiempo los devorara. Podía oír el resonar de sus almas gritando de agonía. Me cubría los oídos; no me gustaba oírlos. El sonido era horrible. Empecé a sentirme ansioso y nervioso; quería volver a casa, pero no sabía cómo, hasta que un anuncio en una pantalla gigante empezó a transmitir a un cantante. Me quedé estático por las ondas sonoras que emitía su voz. Era como si todo quedara en silencio; todos mis sentidos se centraron en la voz del cantante, era como si me invitara a liberarme.- //Si quieren saber lo que dice aprieten el botón de subtitulos ʕ⁠·⁠ᴥ⁠·⁠ʔ // https://youtu.be/hsxnNGaQ7g8?si=AqaedqIxL1Y16ml8
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