• Los fríos aires de festividad corría por Mondstadt, a Razor le gustaban esas fechas pues, aparte de poder jugar con la nieve olía cosas de temporada, canela, manzanas, azúcar. Sara le regalaba carne con ingredientes navideños y en ocasiones recibía regalos de Jean, Amber, dibujos de Klee y Bombas, que Jean terminaba confiscando por seguridad, a veces recibía un detalle por su Hermana/Maestra Lisa, el capitán Kaeya le ofrecía algún trago pero siempre era reñido por Jean o por Lisa.

    -Na...vi....dad... nieve...rega...los...comida...carne....

    Decía con calma mientras le daba un par de golpecitos con sus manos a su montículo de nueve para hacerlo más firme y asegurar que su figura no se deshiciera.
    Los fríos aires de festividad corría por Mondstadt, a Razor le gustaban esas fechas pues, aparte de poder jugar con la nieve olía cosas de temporada, canela, manzanas, azúcar. Sara le regalaba carne con ingredientes navideños y en ocasiones recibía regalos de Jean, Amber, dibujos de Klee y Bombas, que Jean terminaba confiscando por seguridad, a veces recibía un detalle por su Hermana/Maestra Lisa, el capitán Kaeya le ofrecía algún trago pero siempre era reñido por Jean o por Lisa. -Na...vi....dad... nieve...rega...los...comida...carne.... Decía con calma mientras le daba un par de golpecitos con sus manos a su montículo de nueve para hacerlo más firme y asegurar que su figura no se deshiciera.
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  • "La ayudante de Santa”

    La habitación olía a canela, pino y galletas recién horneadas. Las luces navideñas colgaban del espejo, frente a ella parpadeando como si anunciarán la pronta navidad, Lilian se encontraba frente al perchero improvisado, escogiendo entre varios vestuarios de santa hasta que decidió combinarlos, sosteniendo el vestido rojo con guantes a juego, la capa de terciopelo con ribetes blancos y las cintas que se enredarian a sus piernas como moño de un regalo.

    —¿Estás segura de esto? —preguntó July, sentada en el sofa, con una taza de chocolate caliente entre las manos—. No es cualquier cosa Lilian son orfanatos, son niños y es navidad, ¿Pasarás la navidad ahí?—

    Lilian se giró, con el vestido a medio poner, el cabello recogido en una coleta alta para que no le molestará señanadole que mejor le ayudara con el cierre, July solo suspiro divertida y se acercó a ayudarlo con los pequeños detalles.

    —Por eso quiero ir —dijo con voz suave, pero firme—. Pasé por nueve orfanatos antes de los dieciocho. Sé lo que es esperar una Navidad que nunca llega. Y no quiero que ellos vivan lo mismo. Quiero darles una noche que recuerden, aunque sea pequeña, aunque sea simbólica una navidad mágica.—

    July la observó en silencio. Sabía que Lilian no hacía nada sin propósito. Cada gesto suyo parecía una ofrenda cada elección, cada acción desinteresado y pensando siempre en los niños.

    —¿Y por qué vestida así? —preguntó, señalando el conjunto navideño.

    Lilian sonrió mientras se ajustaba el cinturón ancho, como si se preparara para una batalla dulce.

    —Porque los niños creen en la magia. Y si yo puedo ser parte de eso, aunque sea con un disfraz, entonces vale la pena. Además... —se miró al espejo, girando sobre sí misma—. ¿No crees que me veo adorable?

    July se alejó para observarla soltando una risa suave, negando con la cabeza.

    —Te ves como una versión rebelde de la Navidad. Pero sí, adorable—

    Lilian se colocó la capa, se ajustó los guantes y tomó la caja envuelta en papel rojo oscuro con moño dorado, se giro dejando suelto su cabello rubio que caía como una capa de nieve, camino a July con teatralidad, y al detenerse solo poso con el regalo, la luz cálida del atardecer que entraba por la ventana la abrazo como si supiera que ella haría una escena siendo su luz natural.

    —Solo me falta un Santa... ¿quién podría ser?—
    "La ayudante de Santa” La habitación olía a canela, pino y galletas recién horneadas. Las luces navideñas colgaban del espejo, frente a ella parpadeando como si anunciarán la pronta navidad, Lilian se encontraba frente al perchero improvisado, escogiendo entre varios vestuarios de santa hasta que decidió combinarlos, sosteniendo el vestido rojo con guantes a juego, la capa de terciopelo con ribetes blancos y las cintas que se enredarian a sus piernas como moño de un regalo. —¿Estás segura de esto? —preguntó July, sentada en el sofa, con una taza de chocolate caliente entre las manos—. No es cualquier cosa Lilian son orfanatos, son niños y es navidad, ¿Pasarás la navidad ahí?— Lilian se giró, con el vestido a medio poner, el cabello recogido en una coleta alta para que no le molestará señanadole que mejor le ayudara con el cierre, July solo suspiro divertida y se acercó a ayudarlo con los pequeños detalles. —Por eso quiero ir —dijo con voz suave, pero firme—. Pasé por nueve orfanatos antes de los dieciocho. Sé lo que es esperar una Navidad que nunca llega. Y no quiero que ellos vivan lo mismo. Quiero darles una noche que recuerden, aunque sea pequeña, aunque sea simbólica una navidad mágica.— July la observó en silencio. Sabía que Lilian no hacía nada sin propósito. Cada gesto suyo parecía una ofrenda cada elección, cada acción desinteresado y pensando siempre en los niños. —¿Y por qué vestida así? —preguntó, señalando el conjunto navideño. Lilian sonrió mientras se ajustaba el cinturón ancho, como si se preparara para una batalla dulce. —Porque los niños creen en la magia. Y si yo puedo ser parte de eso, aunque sea con un disfraz, entonces vale la pena. Además... —se miró al espejo, girando sobre sí misma—. ¿No crees que me veo adorable? July se alejó para observarla soltando una risa suave, negando con la cabeza. —Te ves como una versión rebelde de la Navidad. Pero sí, adorable— Lilian se colocó la capa, se ajustó los guantes y tomó la caja envuelta en papel rojo oscuro con moño dorado, se giro dejando suelto su cabello rubio que caía como una capa de nieve, camino a July con teatralidad, y al detenerse solo poso con el regalo, la luz cálida del atardecer que entraba por la ventana la abrazo como si supiera que ella haría una escena siendo su luz natural. —Solo me falta un Santa... ¿quién podría ser?—
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  • — Menos mal que tengo abrigo.

    Dirige la mirada hacia el cielo, al sentir el primer copo de nieve sobre la punta de su nariz, le trae algunos recuerdos.

    — Espero se encuentren bien.

    Se le escapa una sonrisa.
    — Menos mal que tengo abrigo. Dirige la mirada hacia el cielo, al sentir el primer copo de nieve sobre la punta de su nariz, le trae algunos recuerdos. — Espero se encuentren bien. Se le escapa una sonrisa.
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  • ────Estas fechas siempre me traen recuerdos agradables. El invierno inevitablemente, me hace pensar en mi hijo, Eneas. Recuerdo como eran aquellos días: los cielos gélidos y grises, la nieve raras veces visitándonos, pero la vimos en más de una ocasión cubriendo a nuestro hogar.

    Él estiraba su manita por la ventana; le encantaba atrapar los copos de nieve en su puño, como si pudiera guardarlos para después. Me llamaba emocionado, para que viera cómo caían todos esos copos lentamente desde las nubes.

    De grande siguió conservando ese mismo gesto, esa forma de extender la mano como si esperara recibir esos pequeños regalos caídos del cielo. Y en sus ojos podía ver el mismo brillo inocente que cuando era pequeño. No importa cuánto crezcan... a veces una madre no puede evitar ver, detrás del adulto, a la misma criatura que te tomaba la mano para andar.

    Me reía y me quedaba a su lado, ambos pegados a la ventana, contemplando ese espectáculo.

    A veces pienso que, si él aún siguiera a mi lado, habría disfrutado del invierno de estos tiempos; las luces, la calidez en cada rincón... y probablemente me habría arrastrado a fuera para atrapar copos una vez más. Habría encontrado un motivo para maravillarse incluso con los detalles más pequeños. Siempre fue un experto en eso.

    Quizás por eso, cuando llega esta estación, siento que algo de él aún está conmigo. Sigue aquí, en cada copo que toca la ventana. Y mientras esos copos caigan, sé que él estará ahí.
    ────Estas fechas siempre me traen recuerdos agradables. El invierno inevitablemente, me hace pensar en mi hijo, Eneas. Recuerdo como eran aquellos días: los cielos gélidos y grises, la nieve raras veces visitándonos, pero la vimos en más de una ocasión cubriendo a nuestro hogar. Él estiraba su manita por la ventana; le encantaba atrapar los copos de nieve en su puño, como si pudiera guardarlos para después. Me llamaba emocionado, para que viera cómo caían todos esos copos lentamente desde las nubes. De grande siguió conservando ese mismo gesto, esa forma de extender la mano como si esperara recibir esos pequeños regalos caídos del cielo. Y en sus ojos podía ver el mismo brillo inocente que cuando era pequeño. No importa cuánto crezcan... a veces una madre no puede evitar ver, detrás del adulto, a la misma criatura que te tomaba la mano para andar. Me reía y me quedaba a su lado, ambos pegados a la ventana, contemplando ese espectáculo. A veces pienso que, si él aún siguiera a mi lado, habría disfrutado del invierno de estos tiempos; las luces, la calidez en cada rincón... y probablemente me habría arrastrado a fuera para atrapar copos una vez más. Habría encontrado un motivo para maravillarse incluso con los detalles más pequeños. Siempre fue un experto en eso. Quizás por eso, cuando llega esta estación, siento que algo de él aún está conmigo. Sigue aquí, en cada copo que toca la ventana. Y mientras esos copos caigan, sé que él estará ahí.
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  • 桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵 ¿Así que quieres jugar a una guerra de bolas de nieve?. Te advierto que pego muy fuerte porque tengo el brazo fuerte de una beisbolista... ¡Preparate!.
    [Santi12] ¿Así que quieres jugar a una guerra de bolas de nieve?. Te advierto que pego muy fuerte porque tengo el brazo fuerte de una beisbolista... ¡Preparate!.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    —El invierno ha llegado, trayendo consigo un manto de nieve y una excusa perfecta para un chocolate caliente. Abran paso con cuidado, mis queridos feligreses.
    🌸—El invierno ha llegado, trayendo consigo un manto de nieve y una excusa perfecta para un chocolate caliente. Abran paso con cuidado, mis queridos feligreses.
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  • El invierno se acerca y hay que ir preparando todo. La decoración en casa ya está lista. Hemos pasado unos dias maravillosos en familia decorando nuestro hogar. Y pronto, cuando mis hijos comiencen sus vacaciones de inverno, iremos a patinar y esquiar. ¡Está todo precioso con la nieve!
    El invierno se acerca y hay que ir preparando todo. La decoración en casa ya está lista. Hemos pasado unos dias maravillosos en familia decorando nuestro hogar. Y pronto, cuando mis hijos comiencen sus vacaciones de inverno, iremos a patinar y esquiar. ¡Está todo precioso con la nieve! :STK-9:
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  • Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin Chantle Queen Ishtar

    Una tarde de galletitas, nieve y amor

    La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina.

    Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas.

    Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas.

    Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar.

    Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto.

    En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro.

    —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷

    Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida.

    Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso.

    Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
    [Ryu] [frost_platinum_hare_393] Una tarde de galletitas, nieve y amor La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina. Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas. Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas. Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar. Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto. En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro. —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷 Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida. Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso. Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
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  • 𝑾𝙚𝒍𝙘𝒐𝙢𝒆 𝒕𝙤 𝙒𝒊𝙣𝒕𝙚𝒓𝙛𝒆𝙡𝒍
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎.
    ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
    ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠"

    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ˹ Jaime Lannister
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá…

    El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin.

    Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas.

    Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba.

    Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon…

    La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada.

    Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”.

    Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada.

    En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen.

    Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase.

    Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército.

    Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso.

    Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos.

    Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado…

    Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí.



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎. ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟 ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠" ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ˹ [The_Lion] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá… El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin. Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas. Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba. Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon… La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada. Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”. Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada. En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen. Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase. Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército. Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso. Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos. Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado… Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
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    Grupal
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    Cualquier línea
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  • UNA TERRIBLE MAGA
    Fandom Libre
    Categoría Fantasía
    Viajaste hasta las tierras heladas, bajo la advertencia de que por esas tierras estaba la malvada hechicera de máscara puntiaguda. Claro que a ti, que eres un/a valiente aventurero/a poco te importaría lo que locos y extraños te dijeran, tenías que conseguir a como fuera tú objetivo.
    Avanzaste por la Tundra, muerto de frío y con tu mapa apenas legible, la tormenta de nieve era intensa e incesante, eso hasta que a la distancia viste una torre, que suerte tienes, encontraste unas "Ruinas". Decides correr desesperado al interior, muerto de frío.
    Al entrar, el ambiente es inusualmente cálido y las antorchas azules inundaban un ambiente tenebroso, pero acogedor.
    Viajaste hasta las tierras heladas, bajo la advertencia de que por esas tierras estaba la malvada hechicera de máscara puntiaguda. Claro que a ti, que eres un/a valiente aventurero/a poco te importaría lo que locos y extraños te dijeran, tenías que conseguir a como fuera tú objetivo. Avanzaste por la Tundra, muerto de frío y con tu mapa apenas legible, la tormenta de nieve era intensa e incesante, eso hasta que a la distancia viste una torre, que suerte tienes, encontraste unas "Ruinas". Decides correr desesperado al interior, muerto de frío. Al entrar, el ambiente es inusualmente cálido y las antorchas azules inundaban un ambiente tenebroso, pero acogedor.
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    Individual
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