• Aquel día llovía de una forma implacable. Derritiendo la nieve residual que se había acumulado días atrás.

    A Kazuo los días así le hacían tener sentimientos encontrados. Antes los odiaba, pues bajo el manto del agua, había vivido uno de los peores momentos de su existencia. Las inocentes gotas abrian unas cicatrices que, a pesar de los siglos, seguían sin sanar, sin dejar de doler. Muerte, desesperación, rabia, tristeza... Un cúmulo de hechos y sentimientos que se agolpaban uno detrás de otro sin dar opción a desconexión.

    Pero entonces; ¿Por qué veía algo de luz en aquellos días sombríos?.

    Era por qué en estos había forjados nuevos recuerdos; Amor, pasión, felicidad plena y real. Unos recuerdos que contrastaban con con otros que parecían pertenecer a otra vida totalmente distinta.

    Este recibida bajo el torrente aquella vorágine de sentimientos. Sus lágrimas eran camufladas por las cristalinas gotas, y sus suspiros enmudecidos por los truenos que reverberaba sin cesar; ahogando cualquier indicio de su mal estar.

    Al zorro seguía sin gustarle los días de lluvia. Pero esto quizás podría cambiar con el paso del tiempo. Ahora, más que nunca, sentía que comenzaba a vivir.
    Aquel día llovía de una forma implacable. Derritiendo la nieve residual que se había acumulado días atrás. A Kazuo los días así le hacían tener sentimientos encontrados. Antes los odiaba, pues bajo el manto del agua, había vivido uno de los peores momentos de su existencia. Las inocentes gotas abrian unas cicatrices que, a pesar de los siglos, seguían sin sanar, sin dejar de doler. Muerte, desesperación, rabia, tristeza... Un cúmulo de hechos y sentimientos que se agolpaban uno detrás de otro sin dar opción a desconexión. Pero entonces; ¿Por qué veía algo de luz en aquellos días sombríos?. Era por qué en estos había forjados nuevos recuerdos; Amor, pasión, felicidad plena y real. Unos recuerdos que contrastaban con con otros que parecían pertenecer a otra vida totalmente distinta. Este recibida bajo el torrente aquella vorágine de sentimientos. Sus lágrimas eran camufladas por las cristalinas gotas, y sus suspiros enmudecidos por los truenos que reverberaba sin cesar; ahogando cualquier indicio de su mal estar. Al zorro seguía sin gustarle los días de lluvia. Pero esto quizás podría cambiar con el paso del tiempo. Ahora, más que nunca, sentía que comenzaba a vivir.
    Me gusta
    Me encocora
    6
    3 turnos 0 maullidos 329 vistas
  • — ¿Que consejo me darías viejo?

    El tenno piensa en el que considera un maestro cercano, un salvador, un viejo amigo, o simplemente Teshin, un muerto, mientras juega con una moneda de oro frente a Chroma

    — Seguramente algo sobre agua, río o nieve...

    Tiene algo de miedo o desconfianza en usar a Chroma, en el fondo teme la traición de quizá la única herramienta(seres) que estuvieron genuinamente de su lado.
    — ¿Que consejo me darías viejo? El tenno piensa en el que considera un maestro cercano, un salvador, un viejo amigo, o simplemente Teshin, un muerto, mientras juega con una moneda de oro frente a Chroma — Seguramente algo sobre agua, río o nieve... Tiene algo de miedo o desconfianza en usar a Chroma, en el fondo teme la traición de quizá la única herramienta(seres) que estuvieron genuinamente de su lado.
    Me gusta
    1
    5 turnos 0 maullidos 316 vistas
  • —¡Miren lo que encontré en medio de la nieve! ¿No es increíble lo hermosa que es? ¡S-se-sensei no me regañe!

    Les habían prohibido tirarse a la nieve porque no andaban con los implementos necesarios. Como siempre Haru ignoró una simple orden y ya se había metido en problemas.
    —¡Miren lo que encontré en medio de la nieve! ¿No es increíble lo hermosa que es? ¡S-se-sensei no me regañe! Les habían prohibido tirarse a la nieve porque no andaban con los implementos necesarios. Como siempre Haru ignoró una simple orden y ya se había metido en problemas.
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    4
    0 turnos 0 maullidos 239 vistas
  • Trataré de olvidar todo lo que pasamos juntos, te amé como tu lo hiciste, de nuevo cae, al igual que la nieve, tú y yo nos caemos a pedazos.

    https://www.youtube.com/watch?v=NIVkTWULfNc
    Trataré de olvidar todo lo que pasamos juntos, te amé como tu lo hiciste, de nuevo cae, al igual que la nieve, tú y yo nos caemos a pedazos. https://www.youtube.com/watch?v=NIVkTWULfNc
    Me entristece
    Me gusta
    5
    0 turnos 0 maullidos 547 vistas
  • "El Norte recuerda"
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ 🜲 ㅤ𝑆𝑎𝑛𝑠𝑎 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘



    No habían pasado siquiera veinticuatro horas desde que Sansa había llegado al Muro y Jon, a pesar de lo que pudiera parecer ya estaba pensando en doscientas formas de mantener a salvo a su hermana. Sí, era consciente de que le había prometido que recuperarían su hogar, pero… ¿Cómo demonios iba a hacer eso? ¿Él? ¿Un bastardo? Era impensable.

    Ed había sugerido que subiese a Sansa a un barco en Puerto Blanco y se la llevase más allá del Mar Angosto, a Pentos… o alguna ciudad cálida donde no tuviera que volver a preocuparse por los asesinos de su familia. Pero, por tentadora que pareciera aquella idea, Jon había destacado la testarudez de Sansa. Esa mujer no abandonaría Poniente, jamás. Era igual de fiera que su padre y terca como una Tully. Como su madre…

    Por suerte, o por desgracia para el bastardo de Invernalia, el destino le pondría la decisión demasiado facil… Una misiva de Lord Ramsay Bolton llegó al Muro. Y esta marcaria, para siempre quizás, el destino de los implicados.

    Jon apartó el lacre y desenrolló el pergamino sin demasiado entusiasmo. Leia para si antes de ver las miradas intrigadas de todos los comensales en aquella comida: Tormund, Podrick, Brienne, Ed y… Sansa…

    “Al traidor y bastardo Jon Nieve,
    Permitisteis que miles de salvajes cruzaran el Muro. Habéis traicionado a los vuestros. Habéis traicionado al Norte. Invernalia es mía, bastardo, venid a verme. Vuestro hermano Rickon está en mis mazmorras. Tengo la piel de su lobo huargo en mi suelo, venid a verlo. Quiero a mi esposa. Enviádmela, bastardo y no os importunaré ni a vuestras amantes salvajes. No me la deis y entonces iré al Norte y mataré a todos los hombres, mujeres y niños salvajes bajo tu protección.
    Veréis cómo los desuello vivos. Veréis a mis soldados turnarse para violar a vuestra hermana. Veréis a mis perros devorar a vuestro hermanito salvaje. Luego os sacaré los ojos de las orbitas y dejaré que mis perros hagan el resto. Venid a verlo.

    Ramsay Bolton. Señor de Invernalia y Guardian del Norte”

    Ese hombre había matado a Roose Bolton, tenia a Rickon en sus mazmorras y se había hecho con Invernalia… Sansa tenia razon… Tenían que luchar… No estaba tan seguro de su argumento acerca de la lealtad del resto de casas norteñas. Puede que se hubieran aliado al lado de Robb, pero no con él. Era un bastardo… Aun asi… No pensaba decepcionar a su hermana. No pensaba decepcionar a su padre. Asi que asintió.

    Y a partir de allí todo fueron planes… preparativos… Tormund estaba seguro de que los escasos hombres que tenía lucharían por Jon si este se lo pedía… No era un ejercito norteño, pero era algo… Por supuesto no podía contar con la Guardia de la Noche. No tomaban partido en guerras y, aunque pudieran, eran muy pocos hombres. La guerra contra Mance había mermado sus, ya de por sí, escasas filas.

    Por eso, por sus planes y preparativos no supo de la reunión de Sansa con Meñique. Ni de la información que trajo para ella… acerca de Aguasdulces y el Pez Negro.

    Claro que había otro problema: El Rey de la Noche.

    No podían defender el Norte de los muertos y el sur de los Bolton. Para ello necesitaban Invernalia y para ello… necesitaban mas hombres… muchos más…

    Los Umber y los Karstark habían juntado filas con los Bolton. Las casas mas poderosas después de los Bolton… Había dos docenas de casas menores más… Quizás si los convencían aun tuvieran una opción… Jon apoyaba el entusiasmo de Sansa, y su creencia en la lealtad de las casas norteñas, pero Davos tenia razon… ninguna de esas casas que Sansa proponía se había levantado en armas contra los Bolton cuando traicionaron a Robb…

    Pero su propuesta de pedir ayuda al Pez Negro… Sansa decidió enviar a Brienne de Tarth a aquella misión…

    Casi parecía que tenían alguna posibilidad de ganar, así que… era hora de partir…

    Los hombres de Tormund ya se preparaban en el patio del Castillo Negro. Jon se había preparado para montar y para afrontar el inclemente tiempo del invierno que se acercaba día tras día, y habían aceptado la comida que la Guardia de la Noche había preparado para ellos. Tenían un camino muy largo por delante y… era hora de actuar. Si seguían esperando… seria demasiado tarde…

    -¿Vestido nuevo? -preguntó Jon al ver acercarse a Sansa. Automáticamente se sintió imbécil al no ser capaz de decir nada más coherente… Pero realmente el talento de su hermana era asombroso. Había sido capaz de encontrar el modo de crear algo precioso en mitad de un aura tan gris como era aquel lugar- Me gusta lo del lobo…

    Lo que no esperaba es que Sansa se hubiera preocupado tambien de hacer una capa para él. Una capa con el blasón de los Stark grabado en las cinchas… Una capa igual que la que un día luciera Ned Stark.

    -Gracias, Sansa…- fue todo lo que, abrumado, pudo decir Jon Nieve al recibir aquel obsequio que, por simple que pareciera, tenia mucho significado para los dos. Inevitablemente, al ver alejarse a su hermana la siguió con la mirada y terminó por esbozar una suave sonrisa…

    Después de aquello, se despidió de Ed, se subió a su caballo, al lado de Sansa y la pequeña comitiva salió del Castillo Negro sin saber qué destino afrontarían desde entonces.

    El Muro quedaba atrás, pero el peso sobre sus hombros no se aligeraba. El aire helado seguía ahí, afilado como una cuchilla, clavándose en su piel a través del cuero y la lana. Jon no dijo nada mientras avanzaban, pero sentía la mirada de Sansa a su lado, la determinación en su postura.

    Estaba seguro de que esa determinación seria capaz de convencer a cualquiera, hasta al más pintado, pero, por ahora, la misión de convencer a los Salvajes era solamente de Jon. Davos tenia razon, Sansa tenia razon. Le debían a Jon su supervivencia y sus vidas… solo esperaba que, por una vez, el pueblo libre se dejara llevar por el honor…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [N.Q.Stark] ㅤ No habían pasado siquiera veinticuatro horas desde que Sansa había llegado al Muro y Jon, a pesar de lo que pudiera parecer ya estaba pensando en doscientas formas de mantener a salvo a su hermana. Sí, era consciente de que le había prometido que recuperarían su hogar, pero… ¿Cómo demonios iba a hacer eso? ¿Él? ¿Un bastardo? Era impensable. Ed había sugerido que subiese a Sansa a un barco en Puerto Blanco y se la llevase más allá del Mar Angosto, a Pentos… o alguna ciudad cálida donde no tuviera que volver a preocuparse por los asesinos de su familia. Pero, por tentadora que pareciera aquella idea, Jon había destacado la testarudez de Sansa. Esa mujer no abandonaría Poniente, jamás. Era igual de fiera que su padre y terca como una Tully. Como su madre… Por suerte, o por desgracia para el bastardo de Invernalia, el destino le pondría la decisión demasiado facil… Una misiva de Lord Ramsay Bolton llegó al Muro. Y esta marcaria, para siempre quizás, el destino de los implicados. Jon apartó el lacre y desenrolló el pergamino sin demasiado entusiasmo. Leia para si antes de ver las miradas intrigadas de todos los comensales en aquella comida: Tormund, Podrick, Brienne, Ed y… Sansa… “Al traidor y bastardo Jon Nieve, Permitisteis que miles de salvajes cruzaran el Muro. Habéis traicionado a los vuestros. Habéis traicionado al Norte. Invernalia es mía, bastardo, venid a verme. Vuestro hermano Rickon está en mis mazmorras. Tengo la piel de su lobo huargo en mi suelo, venid a verlo. Quiero a mi esposa. Enviádmela, bastardo y no os importunaré ni a vuestras amantes salvajes. No me la deis y entonces iré al Norte y mataré a todos los hombres, mujeres y niños salvajes bajo tu protección. Veréis cómo los desuello vivos. Veréis a mis soldados turnarse para violar a vuestra hermana. Veréis a mis perros devorar a vuestro hermanito salvaje. Luego os sacaré los ojos de las orbitas y dejaré que mis perros hagan el resto. Venid a verlo. Ramsay Bolton. Señor de Invernalia y Guardian del Norte” Ese hombre había matado a Roose Bolton, tenia a Rickon en sus mazmorras y se había hecho con Invernalia… Sansa tenia razon… Tenían que luchar… No estaba tan seguro de su argumento acerca de la lealtad del resto de casas norteñas. Puede que se hubieran aliado al lado de Robb, pero no con él. Era un bastardo… Aun asi… No pensaba decepcionar a su hermana. No pensaba decepcionar a su padre. Asi que asintió. Y a partir de allí todo fueron planes… preparativos… Tormund estaba seguro de que los escasos hombres que tenía lucharían por Jon si este se lo pedía… No era un ejercito norteño, pero era algo… Por supuesto no podía contar con la Guardia de la Noche. No tomaban partido en guerras y, aunque pudieran, eran muy pocos hombres. La guerra contra Mance había mermado sus, ya de por sí, escasas filas. Por eso, por sus planes y preparativos no supo de la reunión de Sansa con Meñique. Ni de la información que trajo para ella… acerca de Aguasdulces y el Pez Negro. Claro que había otro problema: El Rey de la Noche. No podían defender el Norte de los muertos y el sur de los Bolton. Para ello necesitaban Invernalia y para ello… necesitaban mas hombres… muchos más… Los Umber y los Karstark habían juntado filas con los Bolton. Las casas mas poderosas después de los Bolton… Había dos docenas de casas menores más… Quizás si los convencían aun tuvieran una opción… Jon apoyaba el entusiasmo de Sansa, y su creencia en la lealtad de las casas norteñas, pero Davos tenia razon… ninguna de esas casas que Sansa proponía se había levantado en armas contra los Bolton cuando traicionaron a Robb… Pero su propuesta de pedir ayuda al Pez Negro… Sansa decidió enviar a Brienne de Tarth a aquella misión… Casi parecía que tenían alguna posibilidad de ganar, así que… era hora de partir… Los hombres de Tormund ya se preparaban en el patio del Castillo Negro. Jon se había preparado para montar y para afrontar el inclemente tiempo del invierno que se acercaba día tras día, y habían aceptado la comida que la Guardia de la Noche había preparado para ellos. Tenían un camino muy largo por delante y… era hora de actuar. Si seguían esperando… seria demasiado tarde… -¿Vestido nuevo? -preguntó Jon al ver acercarse a Sansa. Automáticamente se sintió imbécil al no ser capaz de decir nada más coherente… Pero realmente el talento de su hermana era asombroso. Había sido capaz de encontrar el modo de crear algo precioso en mitad de un aura tan gris como era aquel lugar- Me gusta lo del lobo… Lo que no esperaba es que Sansa se hubiera preocupado tambien de hacer una capa para él. Una capa con el blasón de los Stark grabado en las cinchas… Una capa igual que la que un día luciera Ned Stark. -Gracias, Sansa…- fue todo lo que, abrumado, pudo decir Jon Nieve al recibir aquel obsequio que, por simple que pareciera, tenia mucho significado para los dos. Inevitablemente, al ver alejarse a su hermana la siguió con la mirada y terminó por esbozar una suave sonrisa… Después de aquello, se despidió de Ed, se subió a su caballo, al lado de Sansa y la pequeña comitiva salió del Castillo Negro sin saber qué destino afrontarían desde entonces. El Muro quedaba atrás, pero el peso sobre sus hombros no se aligeraba. El aire helado seguía ahí, afilado como una cuchilla, clavándose en su piel a través del cuero y la lana. Jon no dijo nada mientras avanzaban, pero sentía la mirada de Sansa a su lado, la determinación en su postura. Estaba seguro de que esa determinación seria capaz de convencer a cualquiera, hasta al más pintado, pero, por ahora, la misión de convencer a los Salvajes era solamente de Jon. Davos tenia razon, Sansa tenia razon. Le debían a Jon su supervivencia y sus vidas… solo esperaba que, por una vez, el pueblo libre se dejara llevar por el honor… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 760 vistas
  • Listo para salir a la nieve

    *Emocionado por usar su gorro y guantes nuevos*
    Listo para salir a la nieve *Emocionado por usar su gorro y guantes nuevos*
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 232 vistas
  • Ugh, que ha salido a dar una vuelta y ha terminado cubierto de nieve en pleno invierno. Que bonita forma de empezar el sábado.
    Ugh, que ha salido a dar una vuelta y ha terminado cubierto de nieve en pleno invierno. Que bonita forma de empezar el sábado.
    Me enjaja
    Me gusta
    Me shockea
    6
    30 turnos 0 maullidos 685 vistas
  • La pausa para el café
    Fandom Original
    Categoría Slice of Life
    [blaze_magenta_rhino_846]

    Toda la mañana había sido activa. Estaban preparando algunas cosas de cara a la nueva cara que iba a tener la página web con el invierno, de modo que tocaba reuniones con los de marketing digital. Ellos querían cosas fabulosas y alucinantes y les tocaba al departamento de informática ponerles los pies en la tierra para decirles que había cosas que no se podían hacer, no al menos con la infraestructura que tenía la web.

    Una infraestructura que a los dinosaurios de los jefes les gustaba y no deseaban cambiar.

    Salieron de la Sala de Reuniones, sin ninguna idea concreta, salvo la reutilización de la skin del año pasado, dándole algunos nuevos toques: "¿Podemos cambiar las bolitas del árbol que cae por la web y poner copos de nieve?". Pero todavía quedaba algunas reuniones más porque marketing nunca se rendía en querer innovar. Probablemente fueran a hablar con los dinosaurios.

    Alder se aflojó la corbata mientras hablaba con uno de sus compañeros. Odiaba llevarla, pero siempre que salían de la cueva, el cariñoso apelativo para el sótano donde estaba todo el departamento de informática, les pedía que la llevaran un aspecto más cuidado. Todo, porque hacía unos años, cuando todavía era un becario, hubo un incidente. Habían salido de una reunión con los redactores, que deseaban cambiar el cómo se veían los artículos completos, y se encontraron con unos inversionistas. El problema había sido que uno de los de informática llevaba una camiseta "poco apropiada" para la marca. Desde entonces se había instaurado un protocolo de vestimenta.

    La corbata era lo que peor llevaba Alder.

    Estaba a punto de bajar por las escaleras, de vuelta a la madriguera del conejo, cuando vio a Berit por el pasillo. Sacó el móvil para ver la hora. La del café.

    —Ahora os sigo. Voy a por el café. —Le informó al que tenía a su lado, dándole un pequeño gesto en el brazo, antes de separarse. Llevaba todavía la libreta donde apuntaba las ideas, todas tachadas. Demasiado arcaico para ser el informático.

    Entró en el pequeño espacio que solía utilizarse para comer, cuando querías alejarte de la mesa de trabajo, o tomar café, encontrándose con la espalda de la rubia. Se arregló el cabello con una mano y tosió, indicando que estaba entrando.

    —Buenos días, Berit. —Saludó con su habitual sonrisa.
    [blaze_magenta_rhino_846] Toda la mañana había sido activa. Estaban preparando algunas cosas de cara a la nueva cara que iba a tener la página web con el invierno, de modo que tocaba reuniones con los de marketing digital. Ellos querían cosas fabulosas y alucinantes y les tocaba al departamento de informática ponerles los pies en la tierra para decirles que había cosas que no se podían hacer, no al menos con la infraestructura que tenía la web. Una infraestructura que a los dinosaurios de los jefes les gustaba y no deseaban cambiar. Salieron de la Sala de Reuniones, sin ninguna idea concreta, salvo la reutilización de la skin del año pasado, dándole algunos nuevos toques: "¿Podemos cambiar las bolitas del árbol que cae por la web y poner copos de nieve?". Pero todavía quedaba algunas reuniones más porque marketing nunca se rendía en querer innovar. Probablemente fueran a hablar con los dinosaurios. Alder se aflojó la corbata mientras hablaba con uno de sus compañeros. Odiaba llevarla, pero siempre que salían de la cueva, el cariñoso apelativo para el sótano donde estaba todo el departamento de informática, les pedía que la llevaran un aspecto más cuidado. Todo, porque hacía unos años, cuando todavía era un becario, hubo un incidente. Habían salido de una reunión con los redactores, que deseaban cambiar el cómo se veían los artículos completos, y se encontraron con unos inversionistas. El problema había sido que uno de los de informática llevaba una camiseta "poco apropiada" para la marca. Desde entonces se había instaurado un protocolo de vestimenta. La corbata era lo que peor llevaba Alder. Estaba a punto de bajar por las escaleras, de vuelta a la madriguera del conejo, cuando vio a Berit por el pasillo. Sacó el móvil para ver la hora. La del café. —Ahora os sigo. Voy a por el café. —Le informó al que tenía a su lado, dándole un pequeño gesto en el brazo, antes de separarse. Llevaba todavía la libreta donde apuntaba las ideas, todas tachadas. Demasiado arcaico para ser el informático. Entró en el pequeño espacio que solía utilizarse para comer, cuando querías alejarte de la mesa de trabajo, o tomar café, encontrándose con la espalda de la rubia. Se arregló el cabello con una mano y tosió, indicando que estaba entrando. —Buenos días, Berit. —Saludó con su habitual sonrisa.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    39 turnos 0 maullidos 909 vistas
  • A altas horas de la noche, cuando el cielo se torna más oscuro y la presencia de las nubes impide que el brillo de la luna y estrellas gobiernen; todo estaba en completa quietud, salvo un destello intermitente en el claro del bosque, uno que se encendía y sucumbía con violencia en una danza digna de admirar.
    Dardos de fuego se estrellaban contra la nieve que a su paso se transformaban en pozas de agua dejando entrever la hierba verde antes encapsulada.

    El insomnio se habia apoderado de la pelirroja, sentía en su pecho una cuenta regresiva que no podía frenar, la ansiedad antigua enemiga se filtraba debajo de su piel volviéndola inquieta, no podía seguir acostada necesitaba liberar el hecatombe de energía acumulada, en silencio se levantó del futón que compartía con Kazuo y corrió descalza hacia afuera, no le importó la nieve congelada bajo sus pies
    Ahí estaba Elizabeth con la respiración acelerada mientras se dejaba envolver por sus llamas las cuales dirigía en espiral ascendente para luego hacerlas precipitar sobre su objetivo, cada movimiento era certero y letal, como ella: la guerrera temeraria que arrastraba con su nombre mitos y leyendas de batallas pasadas.

    Hace mucho que no entrenaba en solitario, una disciplina que antes tenía adquirida y cumplia diario a cabalidad ahora había quedado desplazada... hasta esta madrugada.
    A altas horas de la noche, cuando el cielo se torna más oscuro y la presencia de las nubes impide que el brillo de la luna y estrellas gobiernen; todo estaba en completa quietud, salvo un destello intermitente en el claro del bosque, uno que se encendía y sucumbía con violencia en una danza digna de admirar. Dardos de fuego se estrellaban contra la nieve que a su paso se transformaban en pozas de agua dejando entrever la hierba verde antes encapsulada. El insomnio se habia apoderado de la pelirroja, sentía en su pecho una cuenta regresiva que no podía frenar, la ansiedad antigua enemiga se filtraba debajo de su piel volviéndola inquieta, no podía seguir acostada necesitaba liberar el hecatombe de energía acumulada, en silencio se levantó del futón que compartía con Kazuo y corrió descalza hacia afuera, no le importó la nieve congelada bajo sus pies Ahí estaba Elizabeth con la respiración acelerada mientras se dejaba envolver por sus llamas las cuales dirigía en espiral ascendente para luego hacerlas precipitar sobre su objetivo, cada movimiento era certero y letal, como ella: la guerrera temeraria que arrastraba con su nombre mitos y leyendas de batallas pasadas. Hace mucho que no entrenaba en solitario, una disciplina que antes tenía adquirida y cumplia diario a cabalidad ahora había quedado desplazada... hasta esta madrugada.
    Me encocora
    Me gusta
    9
    8 turnos 0 maullidos 685 vistas
  • Guerra de bolas de nieve, esto será divertido, hasta caer enfermos
    Guerra de bolas de nieve, esto será divertido, hasta caer enfermos
    Me enjaja
    1
    0 turnos 0 maullidos 356 vistas
Ver más resultados
Patrocinados