• "Chiqui, aun me lo debes."

    Vuelve nuevamente a la vida, con su cabello largo, ni siquiera en este lugar donde tenía la esperanza de morir y su alma no ser nunca más reclamada.

    Sin embargo, el hombre en el muro, sigue teniendo una terrible influencia, devolviendo el cuerpo junto a muchos rayos de vacío que ingresan a través de su cuerpo y un grito ahogado suena de los labios de Hayden.

    - Ah!

    Se deja caer pesadamente sobre la nieve, con la vista hacia el cielo, desmotivado, sin embargo, aparece el rostro de su vulpafila y le lame el rostro como una muestra de afecto peculiar, Hayden cierra los ojos.

    "Eres un apex predator y aun así dependes de mí, y te iba abandonar, que pésima idea."

    Se limpia la lágrima que salió, para ponerse de pie, suspirando que aun tendrá un largo tiempo así, atrapado, estancado, eternalismo.
    "Chiqui, aun me lo debes." Vuelve nuevamente a la vida, con su cabello largo, ni siquiera en este lugar donde tenía la esperanza de morir y su alma no ser nunca más reclamada. Sin embargo, el hombre en el muro, sigue teniendo una terrible influencia, devolviendo el cuerpo junto a muchos rayos de vacío que ingresan a través de su cuerpo y un grito ahogado suena de los labios de Hayden. - Ah! Se deja caer pesadamente sobre la nieve, con la vista hacia el cielo, desmotivado, sin embargo, aparece el rostro de su vulpafila y le lame el rostro como una muestra de afecto peculiar, Hayden cierra los ojos. "Eres un apex predator y aun así dependes de mí, y te iba abandonar, que pésima idea." Se limpia la lágrima que salió, para ponerse de pie, suspirando que aun tendrá un largo tiempo así, atrapado, estancado, eternalismo.
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  • 12:00
    Fandom OC
    Categoría Suspenso
    El momento ha llegado.

    En punto de las doce, cada uno de los relojes comienza a sonar, una alarma anuncia la hora fatídica. Y entonces… de ellos un resplandor emana, tan misterioso como intenso.

    . . .

    Al abrir sus ojos, después de que la enceguecedora luz de los relojes cediera, los seis equipos se encuentran a sí mismos transportados a un sitio distinto, en un momento diferente.

    Una cabaña a mitad de una nada gélida e inhóspita. Por las ventanas, todas de cristal reforzado y protegidas con barras de titanio, puede observarse una tormenta de nieve que parece no tener fin. El mundo afuera de esa ventana, en lo que a los participantes concierne, es nada más que un lienzo de interminable blanco.

    Seis habitaciones, una para cada equipo.

    La temperatura actual: -40°C. La puerta de cada habitación, de titanio sólido e indestructible…

    -- 12:00 --

    𝐈𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒: Cada equipo está atrapado en una habitación con temperaturas muy por debajo de los cero grados. La muerte por hipotermia es virtualmente inevitable a menos que actúen rápido. Cabe recordar que antes de llegar aquí, todos fueron mojados por la lluvia, unos más que otros, lo que intensifica la hipotermia. Al lado de la puerta que les dará el escape, hay dos cosas: Una palanca, y un panel numérico.

    Sus opciones:

    1) No hacer nada. Todas las puertas se abrirán automáticamente en 45 minutos. Pueden intentar esperar y sobrevivir al frío, pero recordar que están a -40°C y sin equipo o ropa adecuada. Incluso si es posible soportar casi una hora, considerar las potenciales consecuencias permanentes de la exposición prolongada al frío.

    2) Introducir la contraseña correcta en el panel numérico (4 dígitos). Dentro de su habitación, cada equipo encontrará un acertijo que debe resolver para obtenerla. Por supuesto, con la hipotermia encima, pensar con claridad es más difícil de lo que parece.

    3) Tirar de la palanca. Esta opción abre la puerta instantáneamente… PERO hay un costo a pagar. Si un equipo decide hacer esto, estará condenando a otro. Una vez que una palanca es usada, la puerta de otro equipo será sellada permanentemente. En otras palabras: Pueden salir con facilidad, si deciden sacrificar las vidas de los demás…

    ¿Quién condena a quién? Si deciden usar la palanca…

    EQUIPO A sacrifica a EQUIPO F, y viceversa
    EQUIPO B sacrifica a EQUIPO E, y viceversa
    EQUIPO C sacrifica a EQUIPO D, y viceversa

    [ // La fase termina y el juego avanza cuando todos los equipos hayan logrado escapar… o se confirme su frío final. Aunque lo ideal es que las decisiones de cada equipo sean unánimes, a veces será inevitable tomar las riendas de su destino y actuar sin esperar a otros. El tiempo máximo a esperar a sus compañeros, como sugerencia, es antes del final del siguiente día. Si eligen la opción de no hacer nada, se espera que detallen qué hizo su equipo para mantener el calor... // ]
    El momento ha llegado. En punto de las doce, cada uno de los relojes comienza a sonar, una alarma anuncia la hora fatídica. Y entonces… de ellos un resplandor emana, tan misterioso como intenso. . . . Al abrir sus ojos, después de que la enceguecedora luz de los relojes cediera, los seis equipos se encuentran a sí mismos transportados a un sitio distinto, en un momento diferente. Una cabaña a mitad de una nada gélida e inhóspita. Por las ventanas, todas de cristal reforzado y protegidas con barras de titanio, puede observarse una tormenta de nieve que parece no tener fin. El mundo afuera de esa ventana, en lo que a los participantes concierne, es nada más que un lienzo de interminable blanco. Seis habitaciones, una para cada equipo. La temperatura actual: -40°C. La puerta de cada habitación, de titanio sólido e indestructible… -- 12:00 -- 𝐈𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒: Cada equipo está atrapado en una habitación con temperaturas muy por debajo de los cero grados. La muerte por hipotermia es virtualmente inevitable a menos que actúen rápido. Cabe recordar que antes de llegar aquí, todos fueron mojados por la lluvia, unos más que otros, lo que intensifica la hipotermia. Al lado de la puerta que les dará el escape, hay dos cosas: Una palanca, y un panel numérico. Sus opciones: 1) No hacer nada. Todas las puertas se abrirán automáticamente en 45 minutos. Pueden intentar esperar y sobrevivir al frío, pero recordar que están a -40°C y sin equipo o ropa adecuada. Incluso si es posible soportar casi una hora, considerar las potenciales consecuencias permanentes de la exposición prolongada al frío. 2) Introducir la contraseña correcta en el panel numérico (4 dígitos). Dentro de su habitación, cada equipo encontrará un acertijo que debe resolver para obtenerla. Por supuesto, con la hipotermia encima, pensar con claridad es más difícil de lo que parece. 3) Tirar de la palanca. Esta opción abre la puerta instantáneamente… PERO hay un costo a pagar. Si un equipo decide hacer esto, estará condenando a otro. Una vez que una palanca es usada, la puerta de otro equipo será sellada permanentemente. En otras palabras: Pueden salir con facilidad, si deciden sacrificar las vidas de los demás… ¿Quién condena a quién? Si deciden usar la palanca… EQUIPO A sacrifica a EQUIPO F, y viceversa EQUIPO B sacrifica a EQUIPO E, y viceversa EQUIPO C sacrifica a EQUIPO D, y viceversa [ // La fase termina y el juego avanza cuando todos los equipos hayan logrado escapar… o se confirme su frío final. Aunque lo ideal es que las decisiones de cada equipo sean unánimes, a veces será inevitable tomar las riendas de su destino y actuar sin esperar a otros. El tiempo máximo a esperar a sus compañeros, como sugerencia, es antes del final del siguiente día. Si eligen la opción de no hacer nada, se espera que detallen qué hizo su equipo para mantener el calor... // ]
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    Grupal
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  • Bosque encantado
    Categoría Original
    Elixen había salido de la ciudad por un rato, tanta aglomeración de personas lo habían asfixiado, claro, el no estaba acostumbrado a ellos y todo tan de repente lo hacia huir.

    Con sus alas voló hacia el cielo y con rapidez llegó a su destino, un bosque, tan tranquilo como peligroso, lleno de animales, se sentiría Blancanieves si hubieran enanitos. . . Aunque, no era tan solo un bosque, era una tierra mágica, en cuanto posó sus pies allí pudo sentir todas las vibras no humanas que habían.

    Por un momento los animales se habían asustado pero el con total delicadeza se acercó a ellos hasta tomarles confianza, se dio cuenta que allí podía estar en su formal natural, un ángel mitad humano pero su lado humano estaba lejos de el, ya que su madre lo había criado.

    - Quizás quedarme un rato aquí sea bueno, por lo menos para relajar mi mente. -
    Elixen había salido de la ciudad por un rato, tanta aglomeración de personas lo habían asfixiado, claro, el no estaba acostumbrado a ellos y todo tan de repente lo hacia huir. Con sus alas voló hacia el cielo y con rapidez llegó a su destino, un bosque, tan tranquilo como peligroso, lleno de animales, se sentiría Blancanieves si hubieran enanitos. . . Aunque, no era tan solo un bosque, era una tierra mágica, en cuanto posó sus pies allí pudo sentir todas las vibras no humanas que habían. Por un momento los animales se habían asustado pero el con total delicadeza se acercó a ellos hasta tomarles confianza, se dio cuenta que allí podía estar en su formal natural, un ángel mitad humano pero su lado humano estaba lejos de el, ya que su madre lo había criado. - Quizás quedarme un rato aquí sea bueno, por lo menos para relajar mi mente. -
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  • 今日は笑ってもいい日だった。




    —La nieve caía en silencio, cubriendo la calle con un velo blanco, llevaba un vestido de mangas largas, sus hombros desnudos rozados por el frío. Cerró los ojos y sonrió con dulzura, una flor en su oreja desentonando con el invierno con un suave pensamiento en su mente mantenía su gran sonrisa.—


    “No sé si mañana volveré a sentir esto… pero hoy, al menos, lo dejé florecer.”

    今日は笑ってもいい日だった。 —La nieve caía en silencio, cubriendo la calle con un velo blanco, llevaba un vestido de mangas largas, sus hombros desnudos rozados por el frío. Cerró los ojos y sonrió con dulzura, una flor en su oreja desentonando con el invierno con un suave pensamiento en su mente mantenía su gran sonrisa.— “No sé si mañana volveré a sentir esto… pero hoy, al menos, lo dejé florecer.”
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  • ¿Dos?, ¿tres?... No estaba seguro de los días que había pasado en el lecho. Todo era confuso; no era consciente, en ese momento, de lo que acontecía a su alrededor. Tan solo tenía recuerdos vagos de la voz de 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 , escuchándose lejana, pero presente. También recordaba el tacto de sus manos, cuidándolo y atendiéndolo en todo momento.

    Tras la lucha de ambos junto a Móiril, la joven de cabellos cenicientos había quedado malherida. Kazuo, con su habitual altruismo, la sanó lo suficiente para evitar que muriese en la frialdad de la nieve yacente sobre el suelo, a costa de su propia energía.

    Había llevado su poder de sanación al extremo, de manera que la herida provocada por uno de aquellos entes oscuros en su pierna había extendido su miasma al resto de su cuerpo. No le habían quedado fuerzas para sí mismo, lo que casi lo había llevado a la muerte.

    Su error había traído grandes consecuencias. Había salvado a Móiril, pero al mismo tiempo le había dejado caer sobre sus hombros su propia condena. La joven, contra la voluntad del zorro, había absorbido su miasma para evitar que el demonio muriera en las manos de su amada.

    Comenzó a abrir los ojos; sus párpados se sentían más pesados de lo normal. Poco a poco, el brillo de sus ojos lapislázuli se filtró entre sus blancas pestañas. Se sentía febril, signo de que su cuerpo finalmente combatía los restos residuales del miasma que aún recorría su cuerpo. Exhaló un pesado suspiro, en una mezcla contradictoria entre el alivio y la culpa.

    Sus ojos no tardaron en captar la atención de un objeto que reposaba sobre su almohada. Era una especie de amuleto, y de inmediato supo de quién era. Las plumas de estornino, el ave favorita de Elizabeth, eran prueba suficiente para saber que era un regalo suyo. Pero... ¿por qué? Más bien él tenía que hacerle un presente por haber estado cuidándolo todo este tiempo.

    Entonces lo recordó. Su cumpleaños... Estaba cerca, ¿o ya había pasado? No estaba seguro; los días se habían desdibujado en su mente. Y ahora que lo pensaba, el de Liz estaba especialmente cerca del suyo. ¿Se lo habría perdido? La cabeza le daba vueltas; sentía una punzada en la sien.

    Tomó el hermoso regalo y, sin poder evitarlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Había puesto en peligro a lo único que le importaba y, además, había estado dispuesto a romper el lazo que los unía como uno solo.

    //Feliz cumpleaños Bombón 🩷
    ¿Dos?, ¿tres?... No estaba seguro de los días que había pasado en el lecho. Todo era confuso; no era consciente, en ese momento, de lo que acontecía a su alrededor. Tan solo tenía recuerdos vagos de la voz de [Liz_bloodFlame], escuchándose lejana, pero presente. También recordaba el tacto de sus manos, cuidándolo y atendiéndolo en todo momento. Tras la lucha de ambos junto a Móiril, la joven de cabellos cenicientos había quedado malherida. Kazuo, con su habitual altruismo, la sanó lo suficiente para evitar que muriese en la frialdad de la nieve yacente sobre el suelo, a costa de su propia energía. Había llevado su poder de sanación al extremo, de manera que la herida provocada por uno de aquellos entes oscuros en su pierna había extendido su miasma al resto de su cuerpo. No le habían quedado fuerzas para sí mismo, lo que casi lo había llevado a la muerte. Su error había traído grandes consecuencias. Había salvado a Móiril, pero al mismo tiempo le había dejado caer sobre sus hombros su propia condena. La joven, contra la voluntad del zorro, había absorbido su miasma para evitar que el demonio muriera en las manos de su amada. Comenzó a abrir los ojos; sus párpados se sentían más pesados de lo normal. Poco a poco, el brillo de sus ojos lapislázuli se filtró entre sus blancas pestañas. Se sentía febril, signo de que su cuerpo finalmente combatía los restos residuales del miasma que aún recorría su cuerpo. Exhaló un pesado suspiro, en una mezcla contradictoria entre el alivio y la culpa. Sus ojos no tardaron en captar la atención de un objeto que reposaba sobre su almohada. Era una especie de amuleto, y de inmediato supo de quién era. Las plumas de estornino, el ave favorita de Elizabeth, eran prueba suficiente para saber que era un regalo suyo. Pero... ¿por qué? Más bien él tenía que hacerle un presente por haber estado cuidándolo todo este tiempo. Entonces lo recordó. Su cumpleaños... Estaba cerca, ¿o ya había pasado? No estaba seguro; los días se habían desdibujado en su mente. Y ahora que lo pensaba, el de Liz estaba especialmente cerca del suyo. ¿Se lo habría perdido? La cabeza le daba vueltas; sentía una punzada en la sien. Tomó el hermoso regalo y, sin poder evitarlo, una lágrima se deslizó por su mejilla. Había puesto en peligro a lo único que le importaba y, además, había estado dispuesto a romper el lazo que los unía como uno solo. //Feliz cumpleaños Bombón 🩷
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Aquella noche, cuando cerró los ojos por un instante, fue arrastrado dentro de un sueño que no había creado.

    Se encontró en un campo cubierto de nieve, bajo un cielo sin sol ni luna. En medio del silencio, una figura caminaba entre los copos que no caían. Una joven de cabellos blancos como la escarcha, piel luminosa como el alba. No parecía temerle, ni siquiera notó que él era un dios.

    Ella se sentó en el centro del campo y, con voz suave, le habló sin mirarlo:

    —Siempre estás soñando a los demás. ¿Nunca has soñado contigo?

    Morfeo no respondió. No sabía cómo hacerlo. ¿Cómo se responde a alguien que no debería existir en ese lugar?

    La chica se volvió hacia él. Sus ojos eran como espejos que no reflejaban el rostro de Morfeo, sino sus vacíos, sus dudas, sus anhelos no dichos.

    —Yo nací de tu deseo de no estar solo —dijo ella—Tu primer deseo verdadero.—

    Y entonces él comprendió: por primera vez, había soñado con alguien por necesidad, no por deber. No era un recuerdo humano, ni un eco de otros sueños. Era suya. Una creación espontánea, nacida no del pensamiento, sino del anhelo...



    Aquella noche, cuando cerró los ojos por un instante, fue arrastrado dentro de un sueño que no había creado. Se encontró en un campo cubierto de nieve, bajo un cielo sin sol ni luna. En medio del silencio, una figura caminaba entre los copos que no caían. Una joven de cabellos blancos como la escarcha, piel luminosa como el alba. No parecía temerle, ni siquiera notó que él era un dios. Ella se sentó en el centro del campo y, con voz suave, le habló sin mirarlo: —Siempre estás soñando a los demás. ¿Nunca has soñado contigo? Morfeo no respondió. No sabía cómo hacerlo. ¿Cómo se responde a alguien que no debería existir en ese lugar? La chica se volvió hacia él. Sus ojos eran como espejos que no reflejaban el rostro de Morfeo, sino sus vacíos, sus dudas, sus anhelos no dichos. —Yo nací de tu deseo de no estar solo —dijo ella—Tu primer deseo verdadero.— Y entonces él comprendió: por primera vez, había soñado con alguien por necesidad, no por deber. No era un recuerdo humano, ni un eco de otros sueños. Era suya. Una creación espontánea, nacida no del pensamiento, sino del anhelo...
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  • -Ah... ¿un viajero en la nieve? ¡Qué inesperado!-

    Una mano enguantada le quita la escarcha de la capa mientras Castorice se gira hacia el viajero, con la mirada firme pero indescifrable. El aire entre el y ella es silencioso, como si la propia nevada no se atreviera a perturbar su presencia.

    -Soy Castorice, guardiana de las almas, hija del Río de las Almas.-

    Su voz era suave, con el peso de innumerables despedidas.

    - La vida y la muerte son solo pasajes; aunque he recorrido el camino de ambas, no me aparto de mi deber.-

    Estudia al viajero por un momento, entrecerrando los ojos ligeramente, y luego ladea la cabeza.

    -Pero tú... tú eres diferente. ¿Qué te trae al abrazo helado de Aidonia?-

    Una sonrisa rara y fugaz baila en sus labios, aunque lleva el peso de algo antiguo.

    -Ven a caminar conmigo. Incluso en el silencio del invierno, se puede encontrar calor.-

    Ella da un paso al frente, pero su mirada se agudiza con una intensidad repentina, y su voz adquiere un tono más serio.

    -Pero ten cuidado, no me toques. El toque de la muerte no es algo que desees llevar. Si lo haces, te seguirá, y ambos sufriremos su peso.-

    Su sonrisa regreso, más suave ahora. -Mantén la distancia y estarás a salvo, te lo prometo.-
    🦋-Ah... ¿un viajero en la nieve? ¡Qué inesperado!- Una mano enguantada le quita la escarcha de la capa mientras Castorice se gira hacia el viajero, con la mirada firme pero indescifrable. El aire entre el y ella es silencioso, como si la propia nevada no se atreviera a perturbar su presencia. -Soy Castorice, guardiana de las almas, hija del Río de las Almas.- Su voz era suave, con el peso de innumerables despedidas. - La vida y la muerte son solo pasajes; aunque he recorrido el camino de ambas, no me aparto de mi deber.- Estudia al viajero por un momento, entrecerrando los ojos ligeramente, y luego ladea la cabeza. -Pero tú... tú eres diferente. ¿Qué te trae al abrazo helado de Aidonia?- Una sonrisa rara y fugaz baila en sus labios, aunque lleva el peso de algo antiguo. -Ven a caminar conmigo. Incluso en el silencio del invierno, se puede encontrar calor.- Ella da un paso al frente, pero su mirada se agudiza con una intensidad repentina, y su voz adquiere un tono más serio. -Pero ten cuidado, no me toques. El toque de la muerte no es algo que desees llevar. Si lo haces, te seguirá, y ambos sufriremos su peso.- Su sonrisa regreso, más suave ahora. -Mantén la distancia y estarás a salvo, te lo prometo.-
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  • Τα βήματα στο σκοτάδι, το χιόνι που πέφτει, η μοναξιά—ανήκα πάντα εκεί, αλλά ίσως χρειάζομαι μια αλλαγή στη ζωή μου. Αξίζουν οι άγγελοι την ευτυχία; Η μητέρα μου μου δίδαξε αυτή τη ζωή. Πρέπει να αλλάξω αυτή τη διδασκαλία;

    "Los pasos en la oscuridad, la nieve caer, la soledad, siempre pertenecí a ello, pero quizás hace falta un cambio en mi vida ¿Los ángeles merecen felicidad? Mi madre me enseñó esta vida ¿Debería cambiar esa enseñanza?"

    - El angel suspiraba mientras tomaba nieve y la misma desaparecía en sus manos formándose en pequeñas estrellas que volarían al cielo
    Τα βήματα στο σκοτάδι, το χιόνι που πέφτει, η μοναξιά—ανήκα πάντα εκεί, αλλά ίσως χρειάζομαι μια αλλαγή στη ζωή μου. Αξίζουν οι άγγελοι την ευτυχία; Η μητέρα μου μου δίδαξε αυτή τη ζωή. Πρέπει να αλλάξω αυτή τη διδασκαλία; "Los pasos en la oscuridad, la nieve caer, la soledad, siempre pertenecí a ello, pero quizás hace falta un cambio en mi vida ¿Los ángeles merecen felicidad? Mi madre me enseñó esta vida ¿Debería cambiar esa enseñanza?" - El angel suspiraba mientras tomaba nieve y la misma desaparecía en sus manos formándose en pequeñas estrellas que volarían al cielo
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  • *la dragona estaba en un prado lejos de cualquier lugar poblado recostada en el suelo permaneciendo dormida, su estado se notaba realmente debilitado y agotado, detrás de si había uno que otro rastro de sangre ya seca del día anterior, junto con el suelo a sus pies totalmente calcinado, al igual que un tronco que estaba partido a la mitad.

    Entre las garras de la dragona había tres pequeñas crias, una blanca como la nieve, una de un color escarlata, y la tercera de un brillante color negro como su madre, además de estar otra pequeña dragoncita de un color blanco aperlado ya de algunos años, su amado y unas pequeñas criaturas de color morado alrededor de la familia, sus pequeños hijos al fin estaban entre sus brazos*
    *la dragona estaba en un prado lejos de cualquier lugar poblado recostada en el suelo permaneciendo dormida, su estado se notaba realmente debilitado y agotado, detrás de si había uno que otro rastro de sangre ya seca del día anterior, junto con el suelo a sus pies totalmente calcinado, al igual que un tronco que estaba partido a la mitad. Entre las garras de la dragona había tres pequeñas crias, una blanca como la nieve, una de un color escarlata, y la tercera de un brillante color negro como su madre, además de estar otra pequeña dragoncita de un color blanco aperlado ya de algunos años, su amado y unas pequeñas criaturas de color morado alrededor de la familia, sus pequeños hijos al fin estaban entre sus brazos*
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  • En el LANTV Channel 4 Noticiero nocturno:

    La transmisión era en vivo, en el estudio principal una locutora con tono grave y profesional, pero con un leve temblor en la voz.

    -"Buenas noches. Una tragedia inimaginable ha sacudido a la comunidad de Santa Carolina esta madrugada. El exclusivo club nocturno ‘Ministry’, ubicado en el distrito portuario, fue consumido por una explosión masiva alrededor de la 3:33 a.m., mientras albergaba a cientos de asistentes a una fiesta privada. Autoridades están haciendo lo posible para apagar el incendio y encontrar sobrevivientes."

    Un corte a imágenes grabadas por testigos retrata como el edificio estalla en una bola de fuego silenciosa por un segundo, antes de que el sonido ensordecedor llegue a la cámara. Gritos de pánico se escuchan de fondo.

    Transiciona a un reportero con los cascos de bomberos desesperados detrás de él, hablando rápido.

    -"Claire, el caos aquí es indescriptible. La explosión fue tan violenta que ventanas a tres calles de distancia se hicieron añicos. Los equipos de rescate trabajan contra reloj, pero… Las llamas eran demasiado intensas. No hubo tiempo de evacuar."

    La cámara enfoca brevemente a una mujer en shock, envuelta en una manta térmica, hablando entre sollozos.

    -"¡Vi gente corriendo… pero las puertas no se abrían! Y luego… ¡Dios mío, el fuego los alcanzó primero a ELLOS…"

    El audio se corta abruptamente. Y vuelve al estudio, la locutora con ceño fruncido lee en voz alta un reporte de última hora.

    -" Según registros, el dueño del local, Christopher Baudelair, estaba presente. Baudelair, un empresario de baja exposición pública, había cerrado el club a medios de esta noche por un “evento exclusivo.’” Fuentes policiales sugieren que…"

    Hace una pausa incómoda.

    -"...El sistema de emergencia fue saboteado. Las salidas estaban bloqueadas desde dentro."

    Aparece una foto de Baudelair. Un hombre bello de unos 30 años, traje impecable, sonrisa fría. La imagen se desvanece para mostrar un primer plano de las ruinas en llamas que alguna vez fueron la fachada del edificio. Súbitamente la transmisión empieza a deteriorarse rápidamente, hasta llenarse de nieve estática.

    La locutora, forzando la calma.

    -"Parece que tenemos problemas técnicos. Volvemos con más después de estos mensajes.”

    El shock de los espectadores recibiría la frialdad de un aviso comercial sobre un nuevo modelo de automóvil eléctrico.
    En el LANTV Channel 4 Noticiero nocturno: La transmisión era en vivo, en el estudio principal una locutora con tono grave y profesional, pero con un leve temblor en la voz. -"Buenas noches. Una tragedia inimaginable ha sacudido a la comunidad de Santa Carolina esta madrugada. El exclusivo club nocturno ‘Ministry’, ubicado en el distrito portuario, fue consumido por una explosión masiva alrededor de la 3:33 a.m., mientras albergaba a cientos de asistentes a una fiesta privada. Autoridades están haciendo lo posible para apagar el incendio y encontrar sobrevivientes." Un corte a imágenes grabadas por testigos retrata como el edificio estalla en una bola de fuego silenciosa por un segundo, antes de que el sonido ensordecedor llegue a la cámara. Gritos de pánico se escuchan de fondo. Transiciona a un reportero con los cascos de bomberos desesperados detrás de él, hablando rápido. -"Claire, el caos aquí es indescriptible. La explosión fue tan violenta que ventanas a tres calles de distancia se hicieron añicos. Los equipos de rescate trabajan contra reloj, pero… Las llamas eran demasiado intensas. No hubo tiempo de evacuar." La cámara enfoca brevemente a una mujer en shock, envuelta en una manta térmica, hablando entre sollozos. -"¡Vi gente corriendo… pero las puertas no se abrían! Y luego… ¡Dios mío, el fuego los alcanzó primero a ELLOS…" El audio se corta abruptamente. Y vuelve al estudio, la locutora con ceño fruncido lee en voz alta un reporte de última hora. -" Según registros, el dueño del local, Christopher Baudelair, estaba presente. Baudelair, un empresario de baja exposición pública, había cerrado el club a medios de esta noche por un “evento exclusivo.’” Fuentes policiales sugieren que…" Hace una pausa incómoda. -"...El sistema de emergencia fue saboteado. Las salidas estaban bloqueadas desde dentro." Aparece una foto de Baudelair. Un hombre bello de unos 30 años, traje impecable, sonrisa fría. La imagen se desvanece para mostrar un primer plano de las ruinas en llamas que alguna vez fueron la fachada del edificio. Súbitamente la transmisión empieza a deteriorarse rápidamente, hasta llenarse de nieve estática. La locutora, forzando la calma. -"Parece que tenemos problemas técnicos. Volvemos con más después de estos mensajes.” El shock de los espectadores recibiría la frialdad de un aviso comercial sobre un nuevo modelo de automóvil eléctrico.
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