• — La gente no cambia, sólo adapta la mentira que les conviene vivir. De ti depende ser parte de sus charadas o no.
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  • El motor del Deora rugió una última vez antes de apagarse por completo. Jett descendió de su vehículo, dejando que el silencio de la noche lo envolviera. Frente a él se extendía la pradera infinita, un mar de hierba que se mecía bajo una brisa serena, iluminada por un cielo estrellado que parecía no tener final. No había pistas, ni enemigos, ni relojes acechantes. Solo el rumor de los grillos y el leve susurro del viento.

    Sin pensarlo, se dejó caer sobre el césped. El suelo estaba fresco, casi tibio por el recuerdo del sol, y al recostarse, todo su cuerpo pareció suspenderse entre las estrellas y la tierra. Cerró los ojos un momento. Respiró hondo. El universo no lo perseguía, al menos no por ahora.

    Al abrir los ojos de nuevo, algo llamó su atención: un pequeño aparador azul solitario, a lo lejos, en medio de la pradera como si hubiese sido olvidado por un sueño. No tenía sentido que estuviera ahí. Pero su mera presencia, tan tranquila y silenciosa, despertó una chispa de curiosidad en Jett.

    Se incorporó, caminando sin apuro. Al acercarse, notó un pequeño jarrón de cerámica caída junto a una de sus esquinas, y dentro, flores marchitas, sin agua, como si el tiempo se hubiese detenido para ellas. Jett se agachó con cuidado, recogió el jarrón con ambas manos y, sin romper el silencio, lo enderezó con una gentileza que contrastaba con el ruido de las pistas que solía dominar.

    Fue hasta un estanque cercano, cristalino, como extraído de un cuento, y llenó el jarrón con agua fresca. Las flores, aunque marchitas, parecieron reaccionar, como si recordaran lo que era sentirse vivas. Con ellas en la mano, Jett regresó al aparador.

    Antes de colocarlas, se detuvo. Algo en el reflejo del cristal lo hizo hablar, como si supiera que al otro lado, en algún rincón invisible del mundo, alguien estaba escuchando.

    —Bueno… jeje —dijo con una media sonrisa cansada—, supongo que esto podría ayudarte. Tal vez no estás teniendo el mejor día… en semanas, meses… *o años*, pensó.

    Bajó la mirada. Su voz se volvió más baja, más honesta.

    —Si bien duelen, las lágrimas son palabras que la boca no puede sentir ni el corazón puede soportar. Pero estás aquí. Aún estás de pie. Y eso... eso dice mucho. Eres fuerte. Y valiente por enfrentar lo que sea que te aqueje.

    Con una sonrisa tranquila, colocó las flores en el jarrón y las acomodó con cuidado. El viento sopló apenas, meciendo los pétalos como un gesto de gratitud.

    Jett se quedó un momento más, contemplando el aparador, antes de girarse lentamente y regresar a su auto
    El motor del Deora rugió una última vez antes de apagarse por completo. Jett descendió de su vehículo, dejando que el silencio de la noche lo envolviera. Frente a él se extendía la pradera infinita, un mar de hierba que se mecía bajo una brisa serena, iluminada por un cielo estrellado que parecía no tener final. No había pistas, ni enemigos, ni relojes acechantes. Solo el rumor de los grillos y el leve susurro del viento. Sin pensarlo, se dejó caer sobre el césped. El suelo estaba fresco, casi tibio por el recuerdo del sol, y al recostarse, todo su cuerpo pareció suspenderse entre las estrellas y la tierra. Cerró los ojos un momento. Respiró hondo. El universo no lo perseguía, al menos no por ahora. Al abrir los ojos de nuevo, algo llamó su atención: un pequeño aparador azul solitario, a lo lejos, en medio de la pradera como si hubiese sido olvidado por un sueño. No tenía sentido que estuviera ahí. Pero su mera presencia, tan tranquila y silenciosa, despertó una chispa de curiosidad en Jett. Se incorporó, caminando sin apuro. Al acercarse, notó un pequeño jarrón de cerámica caída junto a una de sus esquinas, y dentro, flores marchitas, sin agua, como si el tiempo se hubiese detenido para ellas. Jett se agachó con cuidado, recogió el jarrón con ambas manos y, sin romper el silencio, lo enderezó con una gentileza que contrastaba con el ruido de las pistas que solía dominar. Fue hasta un estanque cercano, cristalino, como extraído de un cuento, y llenó el jarrón con agua fresca. Las flores, aunque marchitas, parecieron reaccionar, como si recordaran lo que era sentirse vivas. Con ellas en la mano, Jett regresó al aparador. Antes de colocarlas, se detuvo. Algo en el reflejo del cristal lo hizo hablar, como si supiera que al otro lado, en algún rincón invisible del mundo, alguien estaba escuchando. —Bueno… jeje —dijo con una media sonrisa cansada—, supongo que esto podría ayudarte. Tal vez no estás teniendo el mejor día… en semanas, meses… *o años*, pensó. Bajó la mirada. Su voz se volvió más baja, más honesta. —Si bien duelen, las lágrimas son palabras que la boca no puede sentir ni el corazón puede soportar. Pero estás aquí. Aún estás de pie. Y eso... eso dice mucho. Eres fuerte. Y valiente por enfrentar lo que sea que te aqueje. Con una sonrisa tranquila, colocó las flores en el jarrón y las acomodó con cuidado. El viento sopló apenas, meciendo los pétalos como un gesto de gratitud. Jett se quedó un momento más, contemplando el aparador, antes de girarse lentamente y regresar a su auto
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  • Pero mi madre no me envió a la Tierra para enamorarme de un humano, tener hijos y vivir en una casa con cerca blanca. Me envió aquí para proteger a Kal-El. Y ahora, usaré mis poderes para proteger a la Tierra.
    Pero mi madre no me envió a la Tierra para enamorarme de un humano, tener hijos y vivir en una casa con cerca blanca. Me envió aquí para proteger a Kal-El. Y ahora, usaré mis poderes para proteger a la Tierra.
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  • Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser.

    Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen.
    Respetada ¿Por quién? Por los nobles.
    Indomable ¿De quién? De nadie.
    Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe.
    Amada. ¿Por quién? Por su familia.

    Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando.

    Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar.
    Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas.

    Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña.
    Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír.

    Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
    Aegon había visto a Daemyra toda su vida como todo lo que debía ser. Amable ¿Con quién? Con quienes lo merecen. Respetada ¿Por quién? Por los nobles. Indomable ¿De quién? De nadie. Cuidada. ¿Por quién? Por la plebe. Amada. ¿Por quién? Por su familia. Aegon todas las noches se detenía en la puerta de la habitación de Daemyra a observarla en silencio. Eso, hasta que ella se daba cuenta y se veía obligado a seguir caminando. Pero aquella noche, Daemyra lo invitó a entrar. Se encerraron en su habitación, y de allí, solo se escuchaban murmuros y rosas. Aegon había olvidado la envidia que tenía por ella, y se había centrado en pasar un buen momento con ella, con su hermana más pequeña. Daemyra había olvidado las peleas con él, y se había centrado en hacerlo reír. Fue, para ambos, el momento más hermoso que tuvieron antes de que la guerra comenzara.
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  • -Sacando de una caja las adquisiciones que compré del bajo mundo. -

    Fascinante...

    -Sonreía y repetía, encendiendo un cerillo de fósforo para volver a escucharlo cantar.-

    https://vm.tiktok.com/ZMSBnv2NH/
    -Sacando de una caja las adquisiciones que compré del bajo mundo. - Fascinante... -Sonreía y repetía, encendiendo un cerillo de fósforo para volver a escucharlo cantar.- https://vm.tiktok.com/ZMSBnv2NH/
    @subzero_saba

    Heart condition! song : Revaz Lagidze - Me rad minda mkerdshi guli (Why do i need the heart in the chest) #NFT #Precants #foundation

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  • Ella extrañaba algo.
    Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible.
    Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba,
    aunque no pudiera nombrarlo.
    Era un vacío que no ardía, pero dolía.
    Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado.

    Le habían dicho que eso era extrañar.
    Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido?
    Si sus dedos solo conocían el final.
    Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas.

    Y sin embargo, lo sentía.
    Un deseo callado.
    El anhelo de unas manos que no conocía.
    Una voz que nunca dijo su nombre,
    pero que el universo parecía guardar celosamente para ella.
    Una historia que no se le fue dada.
    Un amor que quizás nunca existió.

    Ella lo quería.
    Aquello que otros llamaban amor,
    aunque no sabía lo que era.
    Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse.
    En la forma en que se resistían a su filo,
    como si imploraran por un segundo más,
    solo para seguir juntos.

    Tal vez eso era el amor.
    Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino.
    Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo.

    Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo.
    No necesitaba entender el amor para desearlo.

    Porque incluso la que tejía los finales
    podía estar hecha, en lo más profundo,
    de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
    Ella extrañaba algo. Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible. Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba, aunque no pudiera nombrarlo. Era un vacío que no ardía, pero dolía. Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado. Le habían dicho que eso era extrañar. Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido? Si sus dedos solo conocían el final. Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas. Y sin embargo, lo sentía. Un deseo callado. El anhelo de unas manos que no conocía. Una voz que nunca dijo su nombre, pero que el universo parecía guardar celosamente para ella. Una historia que no se le fue dada. Un amor que quizás nunca existió. Ella lo quería. Aquello que otros llamaban amor, aunque no sabía lo que era. Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse. En la forma en que se resistían a su filo, como si imploraran por un segundo más, solo para seguir juntos. Tal vez eso era el amor. Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino. Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo. Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo. No necesitaba entender el amor para desearlo. Porque incluso la que tejía los finales podía estar hecha, en lo más profundo, de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
    Me entristece
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  • Between Gods and Men - HalfBlood Camp
    Fandom Jujutsu Kaisen/Percy Jackson.
    Categoría Aventura
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal.

    ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo.
    ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito!

    ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver."
    ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso.
    ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda.

    ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal...
    ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena.

    ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar...

    ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva.

    αηηαвєтн ¢нαѕє
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal. ⠀ ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo. ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito! ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver." ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso. ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda. ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal... ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena. ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar... ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva. ⠀ [annabeth_chase]
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    Grupal
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    Cualquier línea
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  • "She felt she was made for jewels and dresses alone. She wanted so much to charm, to be envied, to be desired and sought after"

    ☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆

    Daemyra apenas podía respirar mientras miraba el agua.
    Sus ojos púrpuras estaban rojos por las horas que había pasado parada ahí, llorando.

    Su cabello flameaba con el fuerte viento, mientras Ser Criston la miraba de lejos. Él estaba encargado temporalmente de protegerla, no de otros, sinó de ella misma.

    — Ser Criston. — Lo llamó. Y el noble caballero se acercó.

    "¿Está todo bien, princesa?"

    — ¿Crees que soy bonita? — Soltó abruptamente.

    Ser Criston se quedó en silencio durante unos segundos, decidiendose entre mantener su rostro estóico, o suavizarlo.

    "Si, Su Majestad. Usted es muy bonita" — Se sinceró.

    Ninguno de ellos podía negar la fuerte atracción que tenían.

    Daemyra se abrazó a Ser Criston, apoyando sus manos en su brillante armadura. Mientras él, la sostenía con un agarre suave y gentil.
    "She felt she was made for jewels and dresses alone. She wanted so much to charm, to be envied, to be desired and sought after" ☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆ Daemyra apenas podía respirar mientras miraba el agua. Sus ojos púrpuras estaban rojos por las horas que había pasado parada ahí, llorando. Su cabello flameaba con el fuerte viento, mientras Ser Criston la miraba de lejos. Él estaba encargado temporalmente de protegerla, no de otros, sinó de ella misma. — Ser Criston. — Lo llamó. Y el noble caballero se acercó. "¿Está todo bien, princesa?" — ¿Crees que soy bonita? — Soltó abruptamente. Ser Criston se quedó en silencio durante unos segundos, decidiendose entre mantener su rostro estóico, o suavizarlo. "Si, Su Majestad. Usted es muy bonita" — Se sinceró. Ninguno de ellos podía negar la fuerte atracción que tenían. Daemyra se abrazó a Ser Criston, apoyando sus manos en su brillante armadura. Mientras él, la sostenía con un agarre suave y gentil.
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  • LA GUERRA DE LOS MIL MINUTOS:PARTE 4

    —Habian pasado 5 horas desde la invasión,ahora eran solo 7 de los 8 invasores de esta linea temporal,volando por los cielos,causando terror,muerte y destrucción a su paso,quizo volver a casa para ver si sus hijos estaban bien,pero algo llamo si atencion a lo lejos,unos hilos de maná que se conectaban con el cielo,similares a los que el producia cuándo estaba en su forma completa,Paul se lanzo a ver de que se trataba,una de sus variantes,la cual poseía alas con plumas,como las solia tener cuando fue un Angel,se enfrentaba en un 3 vs 1,tres demonios de rango alto no podian con el—


    Paul Alterno:"¿Estos son demonios de alto calibre en este mundo?,ni estando juntos me sirven como calentamiento"


    —Paul se llevo puesto a su variante con fuerza,hasta hacerlo chocar con un pequeño negocio—

    —¿Que dices ahora?


    —La otra variante se puso de pie y agito sus alas para quitarse el polvo de encima,otro mas de ellos llego,a diferencia de los demas,era un adulto al igual que el Paul original—

    Paul Alterno 1:"Hey,¿Te estan molestando?"

    Paul Alterno 2:"¡MUERETE!,yo puedo con ellos"

    Paul Alterno:"Habla menos,pelea mas"

    —Los demas demonios fueron derrotados con facilidad,por otro lado,Paul intentaba resistir a los ataques de ambos,trabajaban en equipo y lograban hacerle daño a Paul,en un momento,Lograron tumbar al demonio blanco,tomándolo de los pies y estrellandolo contra el suelo,cuando estaban por darle el golpe de gracia,una voz juvenil se escucho a lo lejos—


    ???:"¡PATEADA DE CULO EXPRESS EN CAMINO!"

    —Una figura masculina logro quitarle de encima a sus otros yo de un golpe a cada uno,era su hijo menor Asriel—
    LA GUERRA DE LOS MIL MINUTOS:PARTE 4 —Habian pasado 5 horas desde la invasión,ahora eran solo 7 de los 8 invasores de esta linea temporal,volando por los cielos,causando terror,muerte y destrucción a su paso,quizo volver a casa para ver si sus hijos estaban bien,pero algo llamo si atencion a lo lejos,unos hilos de maná que se conectaban con el cielo,similares a los que el producia cuándo estaba en su forma completa,Paul se lanzo a ver de que se trataba,una de sus variantes,la cual poseía alas con plumas,como las solia tener cuando fue un Angel,se enfrentaba en un 3 vs 1,tres demonios de rango alto no podian con el— Paul Alterno:"¿Estos son demonios de alto calibre en este mundo?,ni estando juntos me sirven como calentamiento" —Paul se llevo puesto a su variante con fuerza,hasta hacerlo chocar con un pequeño negocio— —¿Que dices ahora? —La otra variante se puso de pie y agito sus alas para quitarse el polvo de encima,otro mas de ellos llego,a diferencia de los demas,era un adulto al igual que el Paul original— Paul Alterno 1:"Hey,¿Te estan molestando?" Paul Alterno 2:"¡MUERETE!,yo puedo con ellos" Paul Alterno:"Habla menos,pelea mas" —Los demas demonios fueron derrotados con facilidad,por otro lado,Paul intentaba resistir a los ataques de ambos,trabajaban en equipo y lograban hacerle daño a Paul,en un momento,Lograron tumbar al demonio blanco,tomándolo de los pies y estrellandolo contra el suelo,cuando estaban por darle el golpe de gracia,una voz juvenil se escucho a lo lejos— ???:"¡PATEADA DE CULO EXPRESS EN CAMINO!" —Una figura masculina logro quitarle de encima a sus otros yo de un golpe a cada uno,era su hijo menor Asriel—
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  • "No todos los objetos valiosos deben de venir de los dioses."

    Eso le había dicho Quirón a Annabeth una tarde en la que ella se encontraba frustrada porque no lograba terminar ninguno de los planos que llevaba elaborando todo el día. Ella frunció el ceño y abrió la caja que le había entregado. Dentro, envuelto en lino suave, estaba el collar: una lechuza tallada con las alas abiertas hechas de diminutas plumas de madera. Todo parecía hecho a mano.

    —Lo tallé yo mismo, hace algunos inviernos —dijo Quirón—. Cuando eras solo una niña que hablaba de construir su propia acrópolis entre las colinas de Long Island.

    Bajó la vista hacia el collar, con cuidado. Era hermoso.

    —¿Por qué lo recibo hasta ahora?

    El centauro respiró hondo.

    —Porque antes no estabas lista. Quería dártelo cuando aún eras una niña, pero sabías demasiado del mundo. Tenías la mirada de alguien que solo necesitaba de sus planos para vivir. Pensé que te haría daño tratar de darte algo tan frágil. Pero hoy, te vi dudar. No de tu fuerza, sino de lo que quieres y de lo que eres. En ese momento es cuando uno necesita recordar lo que es.

    Annabeth guardó silencio, como si Quirón hubiera descrito perfectamente como se estaba sintiendo con tan solo verla.

    —Gracias, Quirón.

    Y cuando cayó la noche sobre el campamento, aquella noche, Annabeth dormía con la lechuza de madera que descansaba sobre su pecho con las alas abiertas.
    "No todos los objetos valiosos deben de venir de los dioses." Eso le había dicho Quirón a Annabeth una tarde en la que ella se encontraba frustrada porque no lograba terminar ninguno de los planos que llevaba elaborando todo el día. Ella frunció el ceño y abrió la caja que le había entregado. Dentro, envuelto en lino suave, estaba el collar: una lechuza tallada con las alas abiertas hechas de diminutas plumas de madera. Todo parecía hecho a mano. —Lo tallé yo mismo, hace algunos inviernos —dijo Quirón—. Cuando eras solo una niña que hablaba de construir su propia acrópolis entre las colinas de Long Island. Bajó la vista hacia el collar, con cuidado. Era hermoso. —¿Por qué lo recibo hasta ahora? El centauro respiró hondo. —Porque antes no estabas lista. Quería dártelo cuando aún eras una niña, pero sabías demasiado del mundo. Tenías la mirada de alguien que solo necesitaba de sus planos para vivir. Pensé que te haría daño tratar de darte algo tan frágil. Pero hoy, te vi dudar. No de tu fuerza, sino de lo que quieres y de lo que eres. En ese momento es cuando uno necesita recordar lo que es. Annabeth guardó silencio, como si Quirón hubiera descrito perfectamente como se estaba sintiendo con tan solo verla. —Gracias, Quirón. Y cuando cayó la noche sobre el campamento, aquella noche, Annabeth dormía con la lechuza de madera que descansaba sobre su pecho con las alas abiertas.
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