• https://m.youtube.com/watch?v=t68gVXKYk4Y&pp=ygUfVHJ1Y2UgdmVzc2VsIHR3ZW50eSBvbmUgcGlsb3RzIA%3D%3D

    Se había detenido a descansar en los márgenes del Tártaro, justo donde la negrura del Inframundo cedía apenas a una grieta de luz tenue. El entrenamiento con la Espada Estigia había sido duro; su respiración seguía marcada por el esfuerzo, y algunas heridas recientes ardían bajo el sudor seco. Pero no se quejaba. No estaba hecho para ello. Se sentó en la roca caliente, apoyando la espada a su lado como si fuera un viejo amigo, y alzó la mirada hacia aquel resquicio donde el mundo vivo se deslizaba entre sombras.

    Era raro que buscara observar, simplemente observar. Pero aquella escena no le pasó desapercibida. En la superficie, un viudo hablaba con voz entrecortada frente a una tumba recién sellada. Su esposa, muerta días atrás. Las palabras de despedida cruzaban planos como ecos rotos, y aunque ningún mortal podría notarlo, él si que las oía. Las entendía. La esencia del amor, la pérdida y el adiós brillaba con una belleza cruel.

    Él no parpadeó. No interrumpió. Solo observó.

    Su corazón, aún joven para los estándares eternos, se agitó con algo parecido a la melancolía. Ese tipo de amor –absoluto, efímero, humano– era un misterio. Un tipo de fuerza que no podía blandirse como un arma ni sellarse como un pacto. Y, sin embargo, era tangible en ese instante.

    No envidiaba al viudo. No deseaba esa pena. Pero lo comprendía. Lo honraba en silencio. Y tal vez, en el fondo, se prometía a sí mismo que, si algún día le era concedido conocer algo tan profundamente verdadero… sabría sostenerlo con la misma firmeza con la que sostenía la Espada Estigia.

    Sin decir una palabra, esperó a que el viento callara y el viudo se retirara. Luego, simplemente, se levantó, tomó su hoja, y volvió a adentrarse en la oscuridad.

    Porque aún no era su momento. Él no sabía lo que era amar de ese modo –aún–, pero lo respetaba. Lo atesoraba, aunque solo fuera como espectador.

    “Qué manera tan hermosa de decir adiós…” pensó, sin voz.
    https://m.youtube.com/watch?v=t68gVXKYk4Y&pp=ygUfVHJ1Y2UgdmVzc2VsIHR3ZW50eSBvbmUgcGlsb3RzIA%3D%3D Se había detenido a descansar en los márgenes del Tártaro, justo donde la negrura del Inframundo cedía apenas a una grieta de luz tenue. El entrenamiento con la Espada Estigia había sido duro; su respiración seguía marcada por el esfuerzo, y algunas heridas recientes ardían bajo el sudor seco. Pero no se quejaba. No estaba hecho para ello. Se sentó en la roca caliente, apoyando la espada a su lado como si fuera un viejo amigo, y alzó la mirada hacia aquel resquicio donde el mundo vivo se deslizaba entre sombras. Era raro que buscara observar, simplemente observar. Pero aquella escena no le pasó desapercibida. En la superficie, un viudo hablaba con voz entrecortada frente a una tumba recién sellada. Su esposa, muerta días atrás. Las palabras de despedida cruzaban planos como ecos rotos, y aunque ningún mortal podría notarlo, él si que las oía. Las entendía. La esencia del amor, la pérdida y el adiós brillaba con una belleza cruel. Él no parpadeó. No interrumpió. Solo observó. Su corazón, aún joven para los estándares eternos, se agitó con algo parecido a la melancolía. Ese tipo de amor –absoluto, efímero, humano– era un misterio. Un tipo de fuerza que no podía blandirse como un arma ni sellarse como un pacto. Y, sin embargo, era tangible en ese instante. No envidiaba al viudo. No deseaba esa pena. Pero lo comprendía. Lo honraba en silencio. Y tal vez, en el fondo, se prometía a sí mismo que, si algún día le era concedido conocer algo tan profundamente verdadero… sabría sostenerlo con la misma firmeza con la que sostenía la Espada Estigia. Sin decir una palabra, esperó a que el viento callara y el viudo se retirara. Luego, simplemente, se levantó, tomó su hoja, y volvió a adentrarse en la oscuridad. Porque aún no era su momento. Él no sabía lo que era amar de ese modo –aún–, pero lo respetaba. Lo atesoraba, aunque solo fuera como espectador. “Qué manera tan hermosa de decir adiós…” pensó, sin voz.
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  • Hay quienes ansían ser vistos,
    aunque no se esfuercen por merecerlo.
    Creen que basta con ser bellos,
    como si la belleza sin intención pudiera encender miradas.
    Se presentan al mundo con rostro de porcelana y alma de cartón mojado.

    Repiten lo que ya fracasó,
    copian gestos, frases y movimientos
    que no les pertenecen.
    Sus encuentros no son conexiones,
    sino escenas mal actuadas de una obra ajena.
    Carecen de imaginación, y sin ella, el destino no los bendice, los borra.

    Quieren llamar la atención,
    pero no saben provocar presencia.
    Desean ser deseados, pero nunca aprendieron a habitar el misterio.
    Confían en el envoltorio, sin darse cuenta de que nadie se queda
    por lo que no brilla desde dentro.

    Y así, con todo ese ruido,
    siguen siendo invisibles.
    No porque el mundo los ignore,
    sino porque jamás aprendieron a ser algo digno de ser visto.

    Átropos no corta sus hilos.
    Porque simplemente…
    nunca llegaron a tejerse.
    Hay quienes ansían ser vistos, aunque no se esfuercen por merecerlo. Creen que basta con ser bellos, como si la belleza sin intención pudiera encender miradas. Se presentan al mundo con rostro de porcelana y alma de cartón mojado. Repiten lo que ya fracasó, copian gestos, frases y movimientos que no les pertenecen. Sus encuentros no son conexiones, sino escenas mal actuadas de una obra ajena. Carecen de imaginación, y sin ella, el destino no los bendice, los borra. Quieren llamar la atención, pero no saben provocar presencia. Desean ser deseados, pero nunca aprendieron a habitar el misterio. Confían en el envoltorio, sin darse cuenta de que nadie se queda por lo que no brilla desde dentro. Y así, con todo ese ruido, siguen siendo invisibles. No porque el mundo los ignore, sino porque jamás aprendieron a ser algo digno de ser visto. Átropos no corta sus hilos. Porque simplemente… nunca llegaron a tejerse.
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  • El Abismo Ardiente:

    Raikou y Sukuna, dos modelos con presencia imponente, posan en un escenario sofisticado. Raikou, una mujer de belleza electrizante, refleja fuerza y elegancia en su postura. Su mirada intensa y segura transmite una energía magnética, complementada por un atuendo moderno y vanguardista. Sukuna, con una presencia imponente y aura misteriosa, combina una actitud dominante con un toque de sofisticación. Su estilo fusiona lo clásico con lo audaz, proyectando una imagen de poder y exclusividad.

    Ambos modelos encarnan una estética única, equilibrando carisma y elegancia para una campaña impactante. Sus expresiones y posturas reflejan confianza absoluta, ideales para transmitir el mensaje de una marca que apuesta por la distinción y el carácter.
    ❤️‍🔥El Abismo Ardiente: Raikou y Sukuna, dos modelos con presencia imponente, posan en un escenario sofisticado. Raikou, una mujer de belleza electrizante, refleja fuerza y elegancia en su postura. Su mirada intensa y segura transmite una energía magnética, complementada por un atuendo moderno y vanguardista. Sukuna, con una presencia imponente y aura misteriosa, combina una actitud dominante con un toque de sofisticación. Su estilo fusiona lo clásico con lo audaz, proyectando una imagen de poder y exclusividad. Ambos modelos encarnan una estética única, equilibrando carisma y elegancia para una campaña impactante. Sus expresiones y posturas reflejan confianza absoluta, ideales para transmitir el mensaje de una marca que apuesta por la distinción y el carácter.
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  • Las antorchas azules titilaban suavemente en las paredes de ónice. El gran salón del Inframundo, vasto como una caverna sagrada, estaba colmado de almas expectantes. Perséfone, vestida con sus mantos de noche y de flor, ascendió con la calma majestuosa que solo poseen las que han cruzado todos los umbrales. Y entonces, con voz clara, comenzó:

    —Hijos de la sombra. Vosotros, que camináis entre la memoria y el silencio, escuchadme. Hoy no os hablo como diosa, sino como mujer. Como madre. Como reina por elección, no por imposición.

    Sus ojos, verdes como la promesa de la primavera, se posaron suavemente sobre la multitud.

    —Fui hija de la tierra y del cielo, criada en los campos donde cantan las estaciones. Y fui traída aquí por vuestro Rey, Hades, señor de los silencios eternos. Muchos han cantado que fue un rapto… y sí, lo fue. Pero también fue un inicio. Un viaje hacia lo desconocido, donde no encontré prisión, sino un nuevo rostro del amor.

    Su voz no se quebró, pero se volvió más íntima, como una confesión antigua.

    —A su lado no fui sombra ni adorno. Fui su reina. Su igual. Y en ese pacto que se forjó no en fuego, sino en paciencia y verdad, nació la vida más inesperada: nuestro hijo, Zagreus. Y más tarde, nuestra hija: Melínoe.

    Una suave corriente de asombro recorrió las ánimas al escuchar ese nombre sagrado.

    —Melínoe… la que camina entre los sueños y los terrores. Portadora de los misterios. Ella es la luz que recorre los túneles del subconsciente, la guardiana de los límites entre lo que somos y lo que tememos ser. Nació de mí como tú naciste de la vida, y en ella vive lo mejor de este reino y lo mejor de mí.

    Perséfone dio un paso adelante, su manto rozando el suelo como una ola de noche.

    —Muchos creen que el Inframundo es sólo castigo. Que es el fin. Yo os digo esto: también es principio. Aquí he sido amada, aquí he dado vida, aquí he reinado no con cadenas, sino con raíces. Y si alguna vez dudáis de la belleza que puede brotar en medio de la oscuridad, pensad en mis hijos. En Melínoe, en Zagreus. Frutos de una unión que no nació del miedo, sino del tiempo y la verdad.

    Elevó una mano, como si pudiera sostener el peso de sus palabras en el aire.

    —Yo no cambiaría nada. Ni el rapto. Ni la roca. Ni el invierno. Porque en todo eso estaba escrita la semilla de lo que soy hoy. Reina. Madre. Mujer de dos mundos.

    Una pausa. Y luego, su voz, con la fuerza de un juramento:

    —No temáis a la sombra. No huyáis del abismo. Porque si yo florecí aquí, también vosotros podéis. Si yo amé aquí, también vosotros podéis ser amados. Este reino no es olvido. Es transformación. Es renacimiento. Y mientras mi voz resuene en estas cámaras, que sepáis esto: no estáis solos. Yo os veo. Yo os guardo. Yo os acojo.

    Y con un leve gesto, como quien bendice sin palabras, descendió un escalón del estrado.
    Las ánimas, sin aliento, permanecieron en silencio largo rato. No por miedo.
    Sino por reverencia.
    Las antorchas azules titilaban suavemente en las paredes de ónice. El gran salón del Inframundo, vasto como una caverna sagrada, estaba colmado de almas expectantes. Perséfone, vestida con sus mantos de noche y de flor, ascendió con la calma majestuosa que solo poseen las que han cruzado todos los umbrales. Y entonces, con voz clara, comenzó: —Hijos de la sombra. Vosotros, que camináis entre la memoria y el silencio, escuchadme. Hoy no os hablo como diosa, sino como mujer. Como madre. Como reina por elección, no por imposición. Sus ojos, verdes como la promesa de la primavera, se posaron suavemente sobre la multitud. —Fui hija de la tierra y del cielo, criada en los campos donde cantan las estaciones. Y fui traída aquí por vuestro Rey, Hades, señor de los silencios eternos. Muchos han cantado que fue un rapto… y sí, lo fue. Pero también fue un inicio. Un viaje hacia lo desconocido, donde no encontré prisión, sino un nuevo rostro del amor. Su voz no se quebró, pero se volvió más íntima, como una confesión antigua. —A su lado no fui sombra ni adorno. Fui su reina. Su igual. Y en ese pacto que se forjó no en fuego, sino en paciencia y verdad, nació la vida más inesperada: nuestro hijo, Zagreus. Y más tarde, nuestra hija: Melínoe. Una suave corriente de asombro recorrió las ánimas al escuchar ese nombre sagrado. —Melínoe… la que camina entre los sueños y los terrores. Portadora de los misterios. Ella es la luz que recorre los túneles del subconsciente, la guardiana de los límites entre lo que somos y lo que tememos ser. Nació de mí como tú naciste de la vida, y en ella vive lo mejor de este reino y lo mejor de mí. Perséfone dio un paso adelante, su manto rozando el suelo como una ola de noche. —Muchos creen que el Inframundo es sólo castigo. Que es el fin. Yo os digo esto: también es principio. Aquí he sido amada, aquí he dado vida, aquí he reinado no con cadenas, sino con raíces. Y si alguna vez dudáis de la belleza que puede brotar en medio de la oscuridad, pensad en mis hijos. En Melínoe, en Zagreus. Frutos de una unión que no nació del miedo, sino del tiempo y la verdad. Elevó una mano, como si pudiera sostener el peso de sus palabras en el aire. —Yo no cambiaría nada. Ni el rapto. Ni la roca. Ni el invierno. Porque en todo eso estaba escrita la semilla de lo que soy hoy. Reina. Madre. Mujer de dos mundos. Una pausa. Y luego, su voz, con la fuerza de un juramento: —No temáis a la sombra. No huyáis del abismo. Porque si yo florecí aquí, también vosotros podéis. Si yo amé aquí, también vosotros podéis ser amados. Este reino no es olvido. Es transformación. Es renacimiento. Y mientras mi voz resuene en estas cámaras, que sepáis esto: no estáis solos. Yo os veo. Yo os guardo. Yo os acojo. Y con un leve gesto, como quien bendice sin palabras, descendió un escalón del estrado. Las ánimas, sin aliento, permanecieron en silencio largo rato. No por miedo. Sino por reverencia.
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  • Cuartel Bravo-1.
    Sala de Interrogatorio.
    Hora: 13:23.

    El sonido metálico de la puerta abriéndose lo despertó. Viper no sabía cómo o cuándo se quedó dormido sobre la mesa metálica.

    El capitán Delacroix tomó la palabra.

    — Han pasado poco más de seis horas desde que saliste de esa casa, Viper. Tú solo. ¿Qué demonios pasó con tu equipo?

    Delacroix no estaba poniendo ningún esfuerzo en entender la situación. Viper lo sabía de antemano.

    — Lo que dije —Viper insistió.

    Delacroix golpeó la mesa con la palma.

    — No puedes seguir diciendo eso, Viper. Tienes que darme algo que pueda poner en el informe.

    Viper no se inmutó, su mirada se clavó en la ajena, fría y persistente.

    — La casa se los llevó.

    Su voz era seria y oscura, sin dar lugar a dudas. Como las fechas grabadas en un lápida.

    Delacroix frunció aún más el entrecejo antes de alejarse de la mesa y de Viper. Pocos podían resistir esa mirada depredadora del naga cuando iba realmente en serio.

    — La casa se los llevó... —Delacroix repitió sus palabras en tono estéril, pero Viper sabía que no le creía—. ¿Eso es lo que vas a reportar? ¿Te das cuenta en la posición que eso te deja?

    Viper lo sabía. Su cordura sería la primera en ponerse en duda. Luego, cuando se aseguraran de que no está loco dudarían de su lealtad.

    No le importaba.

    Sin embargo, más tarde, cuando no encontraran pruebas y los ánimos se enfriaran, la decisión sería definitiva: sus compañeros serían declarados como MIA y el incidente sería sepultado sin ceremonia alguna.

    Eso sí le importaba.

    — ¿Por qué tú? —El silencio de Viper ponía a Delacroix impaciente—. Eres el único que no llevaba cámara térmica. No hay rastros de psicoactivos en tu sangre dado que las toxinas desaparecen de tu cuerpo naga en un tris. Tú evaluación psicológica es impecable, siempre lo ha sido, incluso durante tu pasado como sicario en Durga.

    Delacroix ya no quería una confesión. Quería una excusa, estaba acorralándole. Le estaba enseñando su futuro.

    — Tienes que darnos algo. Tenemos cuatro agentes desaparecidos y no hay registro de amenaza real alguna. Sólo tú, saliendo de esa casa por tus propios pies.

    Viper veía en los ojos de Delacroix el peso de la condena.

    No podía culparle, Delacroix prefería salvarse el culo antes de apoyarle. Viper ya estaba bien acostumbrado a no esperar nada de ningún superior.

    — La casa se los tragó.

    Firmó su sentencia.

    Delacroix soltó un largo suspiro justo antes de que se abriera la puerta de golpe. Dos agentes de trajes negros entraron en la sala.

    — Capitán Delacroix, esto es todo. A partir de ahora, el sargento NigDurgae está bajo nuestra supervisión.

    Viper arqueó una ceja. Delacroix frunció aún más el ceño.

    — ¿Qué demonios...?

    Los agentes exhibieron un par de insignias que lograron relajarle el entrecejo a Delacroix. Después de echarle una última mirada en la que a Viper le pareció ver un perturbador rastro de lástima, el capitán se marchó.

    — Sargento, ¿Qué fue lo que vio?

    El agente tomó asiento frente a él, el otro se mantuvo de pie bloqueando la puerta de la sala.

    — La casa se los llevó —Viper repitió, por enésima vez.

    — ¿Cómo se los llevó? ¿Fue a través de espejos que mostraban reflejos irregulares? ¿Oyeron sus nombres? ¿O quizás vieron habitaciones con objetos demasiado personales como para pasar por alto?

    Viper mantuvo su estoicismo sin brecha alguna, pero sentía que este hombre frente a él sabía de lo que estaba hablando.

    — ¿Por qué cree que no se lo llevó a usted?

    Haciendo del silencio su apoyo, Viper esperó un momento antes de responder.

    — Porque no tuve miedo —los recuerdos volvieron a su mente—. Todo era normal en ese sitio hasta que uno de nosotros sintió miedo. Y mientras más miedo sentían, peor se volvía.

    El hombre de negro no reaccionó. ¿Quizás estaba acostumbrado a esta clase de cosas?

    — Sargento, como se habrá dado cuenta, la suya es una capacidad difícil de encontrar.

    La adulación del hombre misterioso cayó en saco roto. Viper no estaba dispuesto a dejarse engatusar.

    — Y aún así, no fue suficiente para sacarlos de ahí.

    Su equipo estaba compuesto por hombres bien experimentados y bien preparados, incluso Dorsey. Todos tuvieron que pasar por un cruel entrenamiento que los preparó hasta para resistir torturas. Pero sólo eran humanos comunes con vidas corrientes. Viper, en cambio, nació para ser convertido en un arma, adicto a la adrenalina, amo de sus emociones y altamente eficiente.

    Controlar su miedo era como dar un paseo por el parque.

    — Sargento, lo que quiero decir es que hay muchas más víctimas ahí fuera siendo tragados por edificios anómalos que gente preparada para protegerlas.

    El hombre dejó una carpeta sobre la mesa. Cuando la abrió, Viper pudo ver una serie de fotografías de diferentes ángulos de la mansión, esa misma mansión, en diferentes paisajes de fondo. Desierto, bosques, en medio de una ciudad...

    — Siempre es la misma casa que sólo aparece allí, en medio de la nada, sólo para cobrarse más y más víctimas desprevenidas.

    El hombre agregó una página con una serie de fotografías de los rostros de las víctimas.
    Su equipo estaba ahí, al final de la lista.

    En ese momento, Viper ató cabos.

    La Frontera. The Animals. Wolf ᴬᵁ . Su equipo podría no estar perdido del todo. Necesitaba personas preparadas de verdad, personas que no tuvieran miedo, que supieran a lo que se enfrentaban. Necesitaba a Wolf.

    El hombre de negro sonrió triunfal.

    — Sargento, necesitamos que nos acompañe. Su experiencia podría ser muy útil para nuestra organización.

    — No —Viper fue implacable.

    — Sargento, alguien como usted comprende las consecuencias de sus actos. Le juzgarán, le culparán, le tratarán de demente. Su vida jamás volverá a ser la mis-.

    Las palabras del agente se interrumpieron de forma abrupta cuando Viper, de pronto, desapareció. Sólo quedó un leve rastro de humo negro que se desvaneció rápidamente.
    Cuartel Bravo-1. Sala de Interrogatorio. Hora: 13:23. El sonido metálico de la puerta abriéndose lo despertó. Viper no sabía cómo o cuándo se quedó dormido sobre la mesa metálica. El capitán Delacroix tomó la palabra. — Han pasado poco más de seis horas desde que saliste de esa casa, Viper. Tú solo. ¿Qué demonios pasó con tu equipo? Delacroix no estaba poniendo ningún esfuerzo en entender la situación. Viper lo sabía de antemano. — Lo que dije —Viper insistió. Delacroix golpeó la mesa con la palma. — No puedes seguir diciendo eso, Viper. Tienes que darme algo que pueda poner en el informe. Viper no se inmutó, su mirada se clavó en la ajena, fría y persistente. — La casa se los llevó. Su voz era seria y oscura, sin dar lugar a dudas. Como las fechas grabadas en un lápida. Delacroix frunció aún más el entrecejo antes de alejarse de la mesa y de Viper. Pocos podían resistir esa mirada depredadora del naga cuando iba realmente en serio. — La casa se los llevó... —Delacroix repitió sus palabras en tono estéril, pero Viper sabía que no le creía—. ¿Eso es lo que vas a reportar? ¿Te das cuenta en la posición que eso te deja? Viper lo sabía. Su cordura sería la primera en ponerse en duda. Luego, cuando se aseguraran de que no está loco dudarían de su lealtad. No le importaba. Sin embargo, más tarde, cuando no encontraran pruebas y los ánimos se enfriaran, la decisión sería definitiva: sus compañeros serían declarados como MIA y el incidente sería sepultado sin ceremonia alguna. Eso sí le importaba. — ¿Por qué tú? —El silencio de Viper ponía a Delacroix impaciente—. Eres el único que no llevaba cámara térmica. No hay rastros de psicoactivos en tu sangre dado que las toxinas desaparecen de tu cuerpo naga en un tris. Tú evaluación psicológica es impecable, siempre lo ha sido, incluso durante tu pasado como sicario en Durga. Delacroix ya no quería una confesión. Quería una excusa, estaba acorralándole. Le estaba enseñando su futuro. — Tienes que darnos algo. Tenemos cuatro agentes desaparecidos y no hay registro de amenaza real alguna. Sólo tú, saliendo de esa casa por tus propios pies. Viper veía en los ojos de Delacroix el peso de la condena. No podía culparle, Delacroix prefería salvarse el culo antes de apoyarle. Viper ya estaba bien acostumbrado a no esperar nada de ningún superior. — La casa se los tragó. Firmó su sentencia. Delacroix soltó un largo suspiro justo antes de que se abriera la puerta de golpe. Dos agentes de trajes negros entraron en la sala. — Capitán Delacroix, esto es todo. A partir de ahora, el sargento NigDurgae está bajo nuestra supervisión. Viper arqueó una ceja. Delacroix frunció aún más el ceño. — ¿Qué demonios...? Los agentes exhibieron un par de insignias que lograron relajarle el entrecejo a Delacroix. Después de echarle una última mirada en la que a Viper le pareció ver un perturbador rastro de lástima, el capitán se marchó. — Sargento, ¿Qué fue lo que vio? El agente tomó asiento frente a él, el otro se mantuvo de pie bloqueando la puerta de la sala. — La casa se los llevó —Viper repitió, por enésima vez. — ¿Cómo se los llevó? ¿Fue a través de espejos que mostraban reflejos irregulares? ¿Oyeron sus nombres? ¿O quizás vieron habitaciones con objetos demasiado personales como para pasar por alto? Viper mantuvo su estoicismo sin brecha alguna, pero sentía que este hombre frente a él sabía de lo que estaba hablando. — ¿Por qué cree que no se lo llevó a usted? Haciendo del silencio su apoyo, Viper esperó un momento antes de responder. — Porque no tuve miedo —los recuerdos volvieron a su mente—. Todo era normal en ese sitio hasta que uno de nosotros sintió miedo. Y mientras más miedo sentían, peor se volvía. El hombre de negro no reaccionó. ¿Quizás estaba acostumbrado a esta clase de cosas? — Sargento, como se habrá dado cuenta, la suya es una capacidad difícil de encontrar. La adulación del hombre misterioso cayó en saco roto. Viper no estaba dispuesto a dejarse engatusar. — Y aún así, no fue suficiente para sacarlos de ahí. Su equipo estaba compuesto por hombres bien experimentados y bien preparados, incluso Dorsey. Todos tuvieron que pasar por un cruel entrenamiento que los preparó hasta para resistir torturas. Pero sólo eran humanos comunes con vidas corrientes. Viper, en cambio, nació para ser convertido en un arma, adicto a la adrenalina, amo de sus emociones y altamente eficiente. Controlar su miedo era como dar un paseo por el parque. — Sargento, lo que quiero decir es que hay muchas más víctimas ahí fuera siendo tragados por edificios anómalos que gente preparada para protegerlas. El hombre dejó una carpeta sobre la mesa. Cuando la abrió, Viper pudo ver una serie de fotografías de diferentes ángulos de la mansión, esa misma mansión, en diferentes paisajes de fondo. Desierto, bosques, en medio de una ciudad... — Siempre es la misma casa que sólo aparece allí, en medio de la nada, sólo para cobrarse más y más víctimas desprevenidas. El hombre agregó una página con una serie de fotografías de los rostros de las víctimas. Su equipo estaba ahí, al final de la lista. En ese momento, Viper ató cabos. La Frontera. The Animals. [Wolfy]. Su equipo podría no estar perdido del todo. Necesitaba personas preparadas de verdad, personas que no tuvieran miedo, que supieran a lo que se enfrentaban. Necesitaba a Wolf. El hombre de negro sonrió triunfal. — Sargento, necesitamos que nos acompañe. Su experiencia podría ser muy útil para nuestra organización. — No —Viper fue implacable. — Sargento, alguien como usted comprende las consecuencias de sus actos. Le juzgarán, le culparán, le tratarán de demente. Su vida jamás volverá a ser la mis-. Las palabras del agente se interrumpieron de forma abrupta cuando Viper, de pronto, desapareció. Sólo quedó un leve rastro de humo negro que se desvaneció rápidamente.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    𝐁𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐲 𝐂𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬:

    𝗡𝗼 𝗥𝗼𝗹𝗲𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗣𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼: Toda interacción y desarrollo de personaje debe hacerse en el contexto del roleplay público.

    La mejor presentación siempre será on-rol.

    𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀: Se aceptan personajes tanto realistas como de fantasía, siempre y cuando estén bien desarrollados y sean coherentes. No hago distinción de físicos, serán bienvenidos aquellos 3D tanto como los que no.

    𝗥𝗲𝘀𝘁𝗿𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀: No se aceptan personajes enfocados exclusivamente al s3xr0l. Además, no se permiten personajes con morfologías extrañas tales como furrys, alienígenas, pokemones, etc.

    𝗘𝘃𝗶𝘁𝗮𝗿 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗗𝗲𝘀𝗯𝗮𝗹𝗮𝗻𝗰𝗲𝗮𝗱𝗼𝘀: No rolearé con personajes que sean o estén cerca de ser dioses, conquistadores galácticos o cualquier tipo de Mary Sue/Gary Stu. Los personajes deben tener limitaciones y ser equilibrados para mantener la coherencia y el interés del roleplay.

    𝗧𝗲𝗺á𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗲 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝗲𝘀𝗮𝗻: Thiller sobrenatural, dark romance, fantasía urbana, drama, psicológico, misterio, horror, suspense, acción.

    𝗥𝗼𝗹: Procuro responder con frecuencia (al menos una vez al día, con algunas excepciones) y espero lo mismo a cambio. Si el rol queda parado por más de tres días, lo daré por abandonado.

    El rol es un placer y la dejadez espanta, no motiva. Si no eres capaz de comenzar la oración con una mayúscula y terminarla con un punto, por favor, abstente de rolear conmigo.

    𝙉𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙚𝙣 𝙚𝙭𝙘𝙡𝙪𝙨𝙞𝙫𝙞𝙙𝙖𝙙. 𝙀𝙡 𝙪𝙣𝙞𝙫𝙚𝙧𝙨𝙤 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚 𝙣𝙤 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙡𝙞𝙢𝙞𝙩𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙖 𝙪𝙣𝙖 ú𝙣𝙞𝙘𝙖 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙘𝙞ó𝙣.

    Si haces match con mis condiciones e intereses, te invito a escribirme o responder alguna de mis publicaciones. Me encantaría conocerte.

    Gracias por tu comprensión y colaboración.
    𝐁𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐲 𝐂𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬: 𝗡𝗼 𝗥𝗼𝗹𝗲𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗣𝗿𝗶𝘃𝗮𝗱𝗼: Toda interacción y desarrollo de personaje debe hacerse en el contexto del roleplay público. La mejor presentación siempre será on-rol. 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗔𝗰𝗲𝗽𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀: Se aceptan personajes tanto realistas como de fantasía, siempre y cuando estén bien desarrollados y sean coherentes. No hago distinción de físicos, serán bienvenidos aquellos 3D tanto como los que no. 𝗥𝗲𝘀𝘁𝗿𝗶𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀: No se aceptan personajes enfocados exclusivamente al s3xr0l. Además, no se permiten personajes con morfologías extrañas tales como furrys, alienígenas, pokemones, etc. 𝗘𝘃𝗶𝘁𝗮𝗿 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗗𝗲𝘀𝗯𝗮𝗹𝗮𝗻𝗰𝗲𝗮𝗱𝗼𝘀: No rolearé con personajes que sean o estén cerca de ser dioses, conquistadores galácticos o cualquier tipo de Mary Sue/Gary Stu. Los personajes deben tener limitaciones y ser equilibrados para mantener la coherencia y el interés del roleplay. 𝗧𝗲𝗺á𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗲 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝗲𝘀𝗮𝗻: Thiller sobrenatural, dark romance, fantasía urbana, drama, psicológico, misterio, horror, suspense, acción. 𝗥𝗼𝗹: Procuro responder con frecuencia (al menos una vez al día, con algunas excepciones) y espero lo mismo a cambio. Si el rol queda parado por más de tres días, lo daré por abandonado. El rol es un placer y la dejadez espanta, no motiva. Si no eres capaz de comenzar la oración con una mayúscula y terminarla con un punto, por favor, abstente de rolear conmigo. 𝙉𝙤 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙚𝙣 𝙚𝙭𝙘𝙡𝙪𝙨𝙞𝙫𝙞𝙙𝙖𝙙. 𝙀𝙡 𝙪𝙣𝙞𝙫𝙚𝙧𝙨𝙤 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙟𝙚 𝙣𝙤 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙡𝙞𝙢𝙞𝙩𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙖 𝙪𝙣𝙖 ú𝙣𝙞𝙘𝙖 𝙧𝙚𝙡𝙖𝙘𝙞ó𝙣. Si haces match con mis condiciones e intereses, te invito a escribirme o responder alguna de mis publicaciones. Me encantaría conocerte. Gracias por tu comprensión y colaboración.
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  • Merlina lleva varias semanas encerrada en la sombría y enigmática Academia Nevermore. A pesar de los esfuerzos de la directora y los profesores por integrarla, ella siente que algo no está bien. Su espíritu independiente la impulsa a buscar la manera de escapar, convencida de que sus días en Nevermore deben terminar.

    Pero mientras traza rutas de escape y esquiva la vigilancia, Merlina comienza a notar cosas extrañas, pasillos que cambian de lugar, voces que se escuchan a medianoche, un cuadro que la observa y un antiguo diario escondido bajo una tabla suelta en su habitación. El diario, escrito por una alumna desaparecida hace décadas, habla de una sociedad secreta que controla el destino de los estudiantes.

    A medida que la pelinegra se adentra más en los misterios de la academia, descubre que su llegada a Nevermore no fue un accidente. Y escapar podría significar no solo perder la oportunidad de descubrir la verdad, sino también poner en peligro a todos los que la rodean.
    Merlina lleva varias semanas encerrada en la sombría y enigmática Academia Nevermore. A pesar de los esfuerzos de la directora y los profesores por integrarla, ella siente que algo no está bien. Su espíritu independiente la impulsa a buscar la manera de escapar, convencida de que sus días en Nevermore deben terminar. Pero mientras traza rutas de escape y esquiva la vigilancia, Merlina comienza a notar cosas extrañas, pasillos que cambian de lugar, voces que se escuchan a medianoche, un cuadro que la observa y un antiguo diario escondido bajo una tabla suelta en su habitación. El diario, escrito por una alumna desaparecida hace décadas, habla de una sociedad secreta que controla el destino de los estudiantes. A medida que la pelinegra se adentra más en los misterios de la academia, descubre que su llegada a Nevermore no fue un accidente. Y escapar podría significar no solo perder la oportunidad de descubrir la verdad, sino también poner en peligro a todos los que la rodean.
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  • Susurros de Destino

    La noche caía lenta sobre la ciudad, y en el pequeño departamento perfumado a lavanda, Iona permanecía en silencio. Sentada en el suelo, rodeada de pétalos secos y el murmullo débil de una vela encendida, cerraba los ojos bajo la tenue luz que apenas rozaba sus párpados. El mundo humano dormía. Ella, no.

    Meditaba, no como los humanos lo hacen, sino como lo haría una entidad que ha existido por siglos, tratando aún de entender el misterio que la rodea. En el centro de sus pensamientos, como una espina sin cuerpo, estaba él.

    Destino.

    La voz que retumba sin garganta, que aparece en las reuniones de las Luminarias como un eco que cala los huesos de lo eterno. Nunca lo ha visto —nadie lo ha hecho—, pero su presencia es más contundente que cualquier forma. Todos se callan cuando él habla. Incluso el ave fénix, que arde sin miedo, inclina la cabeza con solemnidad.

    Dicen que no es una entidad como las demás. Que no tiene rostro, ni cuerpo, ni memoria, porque no le hacen falta. Destino es. No necesita existir de otra forma.

    Iona abrió los ojos lentamente. Su mirada celeste se perdió en la vela que titilaba. ¿Por qué todos parecían temerlo más de lo que lo respetaban? ¿Por qué, incluso entre los inmortales, su nombre cargaba una sombra tan densa?

    Ella no sentía miedo. Sentía… curiosidad. Tal vez porque no recuerda haberlo elegido. Un día estaba ahí, sentada entre los demás, como si siempre hubiera pertenecido.

    Y tal vez ese era el mayor misterio de todos: no saber si estaba cumpliendo un propósito… o si era simplemente una pieza movida por una voluntad insondable.

    La llama parpadeó de pronto. Iona alzó la cabeza. En su mente, una palabra sin sonido retumbó.

    «“Observa.”»

    Nada más.

    Pero el eco persistió, incluso cuando la vela se extinguió.
    Susurros de Destino La noche caía lenta sobre la ciudad, y en el pequeño departamento perfumado a lavanda, Iona permanecía en silencio. Sentada en el suelo, rodeada de pétalos secos y el murmullo débil de una vela encendida, cerraba los ojos bajo la tenue luz que apenas rozaba sus párpados. El mundo humano dormía. Ella, no. Meditaba, no como los humanos lo hacen, sino como lo haría una entidad que ha existido por siglos, tratando aún de entender el misterio que la rodea. En el centro de sus pensamientos, como una espina sin cuerpo, estaba él. Destino. La voz que retumba sin garganta, que aparece en las reuniones de las Luminarias como un eco que cala los huesos de lo eterno. Nunca lo ha visto —nadie lo ha hecho—, pero su presencia es más contundente que cualquier forma. Todos se callan cuando él habla. Incluso el ave fénix, que arde sin miedo, inclina la cabeza con solemnidad. Dicen que no es una entidad como las demás. Que no tiene rostro, ni cuerpo, ni memoria, porque no le hacen falta. Destino es. No necesita existir de otra forma. Iona abrió los ojos lentamente. Su mirada celeste se perdió en la vela que titilaba. ¿Por qué todos parecían temerlo más de lo que lo respetaban? ¿Por qué, incluso entre los inmortales, su nombre cargaba una sombra tan densa? Ella no sentía miedo. Sentía… curiosidad. Tal vez porque no recuerda haberlo elegido. Un día estaba ahí, sentada entre los demás, como si siempre hubiera pertenecido. Y tal vez ese era el mayor misterio de todos: no saber si estaba cumpliendo un propósito… o si era simplemente una pieza movida por una voluntad insondable. La llama parpadeó de pronto. Iona alzó la cabeza. En su mente, una palabra sin sonido retumbó. «“Observa.”» Nada más. Pero el eco persistió, incluso cuando la vela se extinguió.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Morfeo se encontró en un lugar extraño... un sueño que no había creado.

    Allí, entre una bruma plateada, apareció ella.

    No tenía nombre, pero su presencia era clara como la luna llena. Sus ojos contenían galaxias, su voz era un susurro que parecía haber viajado por siglos. Caminaba entre campos que no pertenecían a este mundo, y al mirarlo, Morfeo sintió algo que nunca había experimentado: asombro verdadero, una chispa de humanidad que no le era propia.

    Intentó hablarle. Preguntarle quién era, de dónde venía. Pero en el sueño, las palabras eran niebla. Solo el silencio compartido se volvía eterno.

    Al despertar, Morfeo buscó entre los sueños humanos algún rastro de ella. No la encontró. Día tras día volvió a dormirse, con la esperanza de reencontrarla. Y cada noche ella regresaba: igual de misteriosa, igual de hermosa, pero siempre fuera de su alcance.
    Morfeo se encontró en un lugar extraño... un sueño que no había creado. Allí, entre una bruma plateada, apareció ella. No tenía nombre, pero su presencia era clara como la luna llena. Sus ojos contenían galaxias, su voz era un susurro que parecía haber viajado por siglos. Caminaba entre campos que no pertenecían a este mundo, y al mirarlo, Morfeo sintió algo que nunca había experimentado: asombro verdadero, una chispa de humanidad que no le era propia. Intentó hablarle. Preguntarle quién era, de dónde venía. Pero en el sueño, las palabras eran niebla. Solo el silencio compartido se volvía eterno. Al despertar, Morfeo buscó entre los sueños humanos algún rastro de ella. No la encontró. Día tras día volvió a dormirse, con la esperanza de reencontrarla. Y cada noche ella regresaba: igual de misteriosa, igual de hermosa, pero siempre fuera de su alcance.
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    El día de hoy mi equipo y yo les presentamos los nuevos labiales marca Ishtar totalmente nuevos, únicos y bellos.

    Rubí Encantado — El Beso del Atardecer
    Un tono rojo intenso con destellos cálidos que capturan la magia del último rayo de sol. Este labial está hecho para mujeres apasionadas y seguras, que no temen dejar huella con una sola mirada. Su fórmula cremosa de larga duración envuelve los labios en hidratación y poder.

    Nocturna — El Misterio en tus Labios
    Un labial en tono ciruela profundo con acabado mate aterciopelado. Ideal para noches enigmáticas, miradas seductoras y secretos guardados bajo la luna. "Nocturna" es para quienes hablan sin palabras, dejando su firma en cada suspiro.

    Rosa de Hielo — Dulzura Irresistible
    Un tono rosa frío con suaves reflejos plateados, perfecto para un look delicado pero inolvidable. Este labial ofrece una textura ligera y fresca, con un brillo sutil que embellece cualquier sonrisa. Ideal para almas románticas con un toque de fantasía.

    Modelo: Selene Ishtar
    Colaboración con IshtarLust
    El día de hoy mi equipo y yo les presentamos los nuevos labiales marca Ishtar totalmente nuevos, únicos y bellos. 💋 Rubí Encantado — El Beso del Atardecer Un tono rojo intenso con destellos cálidos que capturan la magia del último rayo de sol. Este labial está hecho para mujeres apasionadas y seguras, que no temen dejar huella con una sola mirada. Su fórmula cremosa de larga duración envuelve los labios en hidratación y poder. 🌙 Nocturna — El Misterio en tus Labios Un labial en tono ciruela profundo con acabado mate aterciopelado. Ideal para noches enigmáticas, miradas seductoras y secretos guardados bajo la luna. "Nocturna" es para quienes hablan sin palabras, dejando su firma en cada suspiro. 🌸 Rosa de Hielo — Dulzura Irresistible Un tono rosa frío con suaves reflejos plateados, perfecto para un look delicado pero inolvidable. Este labial ofrece una textura ligera y fresca, con un brillo sutil que embellece cualquier sonrisa. Ideal para almas románticas con un toque de fantasía. Modelo: Selene Ishtar Colaboración con IshtarLust
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