• Entre balas y silencios
    Categoría Romance
    Leila ha vivido siempre bajo las sombras. Su historia está marcada por la sangre: su padre asesinó a su madre, y ese crimen sembró un odio irreconciliable con el jefe de la mafia enemiga. Años después, Leila se infiltra en esa organización con un objetivo peligroso y personal.
    Usando la identidad falsa de Marissa Giovanni, entra a la mansión como guardaespaldas personal de la hija del jefe. Nadie conoce su verdadero origen ni la verdad que carga consigo. Su papel exige silencio, obediencia y absoluta discreción. La hija del jefe es una mujer dominante, de carácter fuerte, imponente y acostumbrada a tener el control. No confía fácilmente, cuestiona la autoridad de quienes la rodean y detecta debilidades con rapidez. Desde el primer encuentro, la tensión entre ambas es palpable: miradas desafiantes, choques de voluntades y una constante lucha de poder.

    La relación comienza desde el conflicto.

    La protegida pone a prueba a Leila, la empuja emocionalmente, la desarma. Sin embargo, entre situaciones de peligro, convivencia forzada y momentos de vulnerabilidad inesperada, esa tensión se transforma lentamente en atracción. Un romance prohibido y gradual, marcado por la dominancia de una y la lealtad casi autodestructiva de la otra. Leila debe elegir entre cumplir su misión, cargar con el odio heredado y proteger a la mujer que, sin saberlo, se está convirtiendo en su mayor debilidad.

    Temas:
    ○ Mafia / crimen organizado.
    ○ Identidades falsas.
    ○ Guardaespaldas × protegida.
    ○ Enemigas que se enamoran.
    ○ Romance wlw slow burn.
    ○ Dominancia emocional.
    ○ Trauma, culpa y redención.

    Busco:
    ● Escritura descriptiva.
    ● Desarrollo psicológico realista.
    ● Personaje femenino dominante y complejo.
    ● Romance progresivo, nada apresurado.
    Leila ha vivido siempre bajo las sombras. Su historia está marcada por la sangre: su padre asesinó a su madre, y ese crimen sembró un odio irreconciliable con el jefe de la mafia enemiga. Años después, Leila se infiltra en esa organización con un objetivo peligroso y personal. Usando la identidad falsa de Marissa Giovanni, entra a la mansión como guardaespaldas personal de la hija del jefe. Nadie conoce su verdadero origen ni la verdad que carga consigo. Su papel exige silencio, obediencia y absoluta discreción. La hija del jefe es una mujer dominante, de carácter fuerte, imponente y acostumbrada a tener el control. No confía fácilmente, cuestiona la autoridad de quienes la rodean y detecta debilidades con rapidez. Desde el primer encuentro, la tensión entre ambas es palpable: miradas desafiantes, choques de voluntades y una constante lucha de poder. La relación comienza desde el conflicto. La protegida pone a prueba a Leila, la empuja emocionalmente, la desarma. Sin embargo, entre situaciones de peligro, convivencia forzada y momentos de vulnerabilidad inesperada, esa tensión se transforma lentamente en atracción. Un romance prohibido y gradual, marcado por la dominancia de una y la lealtad casi autodestructiva de la otra. Leila debe elegir entre cumplir su misión, cargar con el odio heredado y proteger a la mujer que, sin saberlo, se está convirtiendo en su mayor debilidad. Temas: ○ Mafia / crimen organizado. ○ Identidades falsas. ○ Guardaespaldas × protegida. ○ Enemigas que se enamoran. ○ Romance wlw slow burn. ○ Dominancia emocional. ○ Trauma, culpa y redención. Busco: ● Escritura descriptiva. ● Desarrollo psicológico realista. ● Personaje femenino dominante y complejo. ● Romance progresivo, nada apresurado.
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  • Una misión con alastor
    Fandom Resident evil y hazbin hotel
    Categoría Romance
    ꧁༒☬𝓐𝓛𝓐𝓢𝓣𝓞𝓡 𝓡𝓔𝓓 𝓓𝓔𝓜𝓞𝓝 𝓞𝓥𝓔𝓡𝓛𝓞𝓡𝓓☬༒꧂

    Mansión Blackthorn — Medianoche

    La lluvia caía como agujas sobre los vitrales de la mansión, deformando la luz en sombras largas y retorcidas. Dentro, la élite demoníaca se reunía para una gala privada, una de esas donde las sonrisas eran tan falsas como las promesas… y donde la sangre podía correr en cualquier momento.
    Entre ellos estaba Alastor, impecable como siempre, sonrisa afilada y ojos encendidos de diversión.
    Y entonces…
    una presencia diferente.
    León cruzó la entrada con paso firme, traje oscuro perfectamente ajustado, mirada atenta, como si cada detalle del lugar fuera una posible amenaza. No estaba allí por placer.
    Tenía una misión.
    Alguien importante estaba atrapado en esa mansión… y debía sacarlo con vida.
    Pero el problema era simple y cruel:
    nadie entraba ni salía de Blackthorn sin una razón social aceptable.
    Una pareja.
    León se acercó a Alastor entre el murmullo de copas y risas vacías. Su voz bajó lo suficiente para que solo él pudiera oírla.

    —Alastor… necesito tu ayuda..

    Por primera vez, León dejó entrever una tensión real en su mirada.

    —Hay alguien aquí que va a morir esta noche si no lo saco de este lugar,Pero para moverme sin levantar sospechas…

    sus ojos se encontraron con los del demonio de la radio

    — …necesito que finjamos ser una pareja.

    El ruido lejano de la orquesta y los murmullos no alcanzaban a cubrir la gravedad de sus palabras..

    —Solo tú podrías hacerlo sin que nadie se atreva a cuestionarlo.

    La mansión parecía cerrarse a su alrededor.La sonrisa de Alastor se ensanchó lentamente, peligrosa y divertida al mismo tiempo.
    [Alastor_rabbit] 🕯️ Mansión Blackthorn — Medianoche La lluvia caía como agujas sobre los vitrales de la mansión, deformando la luz en sombras largas y retorcidas. Dentro, la élite demoníaca se reunía para una gala privada, una de esas donde las sonrisas eran tan falsas como las promesas… y donde la sangre podía correr en cualquier momento. Entre ellos estaba Alastor, impecable como siempre, sonrisa afilada y ojos encendidos de diversión. Y entonces… una presencia diferente. León cruzó la entrada con paso firme, traje oscuro perfectamente ajustado, mirada atenta, como si cada detalle del lugar fuera una posible amenaza. No estaba allí por placer. Tenía una misión. Alguien importante estaba atrapado en esa mansión… y debía sacarlo con vida. Pero el problema era simple y cruel: nadie entraba ni salía de Blackthorn sin una razón social aceptable. Una pareja. León se acercó a Alastor entre el murmullo de copas y risas vacías. Su voz bajó lo suficiente para que solo él pudiera oírla. —Alastor… necesito tu ayuda.. Por primera vez, León dejó entrever una tensión real en su mirada. —Hay alguien aquí que va a morir esta noche si no lo saco de este lugar,Pero para moverme sin levantar sospechas… sus ojos se encontraron con los del demonio de la radio — …necesito que finjamos ser una pareja. El ruido lejano de la orquesta y los murmullos no alcanzaban a cubrir la gravedad de sus palabras.. —Solo tú podrías hacerlo sin que nadie se atreva a cuestionarlo. La mansión parecía cerrarse a su alrededor.La sonrisa de Alastor se ensanchó lentamente, peligrosa y divertida al mismo tiempo.
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  • *Tras varias horas esperando por el regreso de su esposa a la mansión ya desistió, imaginaba que a Sasha le abría ocurrido algo que la tendría ocupada, por lo que decidió volver a la mansión sola. Como no sabría si volvería su esposa tarde o igual, no por si acaso le dejo algo de comer en la enorme cocina de la casa de ambas, una pequeña nota quedaría en la nevera diciendo que calentara la comida y que la amaba mucho.*

    *Ya con eso terminado se fue al cuarto, empezó a quitarse la ropa, empezando por el abrigo de invierno negro, luego la camiseta blanca, sus largas medias de color negro y el resto de las prendas incluyendo el colgante de plata y la gargantilla sobre su cuello para luego ponerse cómoda con corta camisa negra y un tanga negro así finalmente en esa enorme cama de matrimonio en la que deseaba que le acompañara su compañera de por vida, pero no podía ser, no tardaría mucho en entrar al mundo de los sueños abrazada a su almohada*
    *Tras varias horas esperando por el regreso de su esposa a la mansión ya desistió, imaginaba que a Sasha le abría ocurrido algo que la tendría ocupada, por lo que decidió volver a la mansión sola. Como no sabría si volvería su esposa tarde o igual, no por si acaso le dejo algo de comer en la enorme cocina de la casa de ambas, una pequeña nota quedaría en la nevera diciendo que calentara la comida y que la amaba mucho.* *Ya con eso terminado se fue al cuarto, empezó a quitarse la ropa, empezando por el abrigo de invierno negro, luego la camiseta blanca, sus largas medias de color negro y el resto de las prendas incluyendo el colgante de plata y la gargantilla sobre su cuello para luego ponerse cómoda con corta camisa negra y un tanga negro así finalmente en esa enorme cama de matrimonio en la que deseaba que le acompañara su compañera de por vida, pero no podía ser, no tardaría mucho en entrar al mundo de los sueños abrazada a su almohada*
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  • Una noche tranquila y solitaria en la mansión de mi esposa, extraño a mis hijas e hijo correteando por la casa.

    *Suspiraba con sus rojizos ojos cerrados, esperando que llegara su mujer, así no sentirse sola en casa*
    Una noche tranquila y solitaria en la mansión de mi esposa, extraño a mis hijas e hijo correteando por la casa. *Suspiraba con sus rojizos ojos cerrados, esperando que llegara su mujer, así no sentirse sola en casa*
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  • Y mientras algunos iban camino a una boda, otros parecían estar en medio de una guerra. Y es que su ira retenida en fechas navideñas no podía ser sino la peor decisión tomada. Pues todo lo que no había podido estallar el día anterior, había estallado ahora.

    Incluso Henroin se había visto en la obligación de llegar a escapar de él.
    La meticulosa mansión ahora siendo un campo de batalla en su máximo esplendor; y era las consecuencias de haber introducido en sus paredes un imp del anillo de la ira ni más ni menos.
    ¿Rasguños? Prácticamente en cada pared. ¿Muebles? Ya no quedaban demasiados. ¿Heridos? Varios guardias que habían intentado detenerle.
    Y es que incluso invitados que se habían quedado habían optado por la más sabía de las decisiones; ocultarse. Por supuesto, y como anticipó, entre todo el caos que él formaba en aquel hogar nadie reparó que en ningún momento se había visto siquiera la sombra de Arackniss
    Y mientras algunos iban camino a una boda, otros parecían estar en medio de una guerra. Y es que su ira retenida en fechas navideñas no podía ser sino la peor decisión tomada. Pues todo lo que no había podido estallar el día anterior, había estallado ahora. Incluso Henroin se había visto en la obligación de llegar a escapar de él. La meticulosa mansión ahora siendo un campo de batalla en su máximo esplendor; y era las consecuencias de haber introducido en sus paredes un imp del anillo de la ira ni más ni menos. ¿Rasguños? Prácticamente en cada pared. ¿Muebles? Ya no quedaban demasiados. ¿Heridos? Varios guardias que habían intentado detenerle. Y es que incluso invitados que se habían quedado habían optado por la más sabía de las decisiones; ocultarse. Por supuesto, y como anticipó, entre todo el caos que él formaba en aquel hogar nadie reparó que en ningún momento se había visto siquiera la sombra de Arackniss
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  • Cálida nieve
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Slice of Life
    Copos de nieve caían del cielo.

    Danzantes. Delicados y parsimoniosos.

    Una vista helada y hermosa.

    Jean alzó la mano, sintiendo un pinchazo de frialdad depositarse en su palma.

    —Parece que esta noche nevará intensamente —dedujo con tranquilidad, bajando la vista hacia su mano y observando la nieve derretirse por su calor corporal.

    Bajó el brazo y miró a Hiro contemplativamente.

    El androide —vestido como un mayordomo por Sebastian, bajo el jardín rodeado del más impoluto blanco, parecía un adolescente común y corriente.
    Solo sus ojos, parpadeando una antinatural luz rojiza, daban cuenta de su verdadera naturaleza.

    Jean se quedó observándolo fijamente, con un rostro taciturno que parecía suavizarse a medida que transcurrían los segundos.

    —Esta es… —por alguna razón, dudó en continuar.

    Hiro había llegado a la mansión Phantomhive para cumplir una orden de su padre.

    Naturalmente, a Jean la imposición del conde Phantomhive lo había irritado profundamente.

    La primera vez que había tenido trato con él, Jean lo había detestado al instante, y, seguramente, esa versión de sí mismo jamás se habría imaginado encontrarse en esta situación:

    Hiro era de su total confianza.

    Además... de su amigo.

    Jean apretó los labios, y finalmente, venciendo a su vergüenza, musitó:

    —Esta es tu primera Navidad con nosotros.

    Luego, rápidamente, se corrigió con torpeza. —Por supuesto, si tienes pensado pasarlo aquí. Tienes un hermano esperándote.

    Dio un paso hacia delante, agachándose para tomar un poco de nieve entre sus manos.

    Ocultando sus emociones.

    A pesar de los guantes negros que portaba, la frialdad traspasó hacia sus manos.

    —Deduzco que la Navidad en tu época es muy distinta —cambió de tema; haciendo una bola de nieve, Jean se enderezó y la lanzó sin mucha fuerza hacia un tocón.

    Este se balanceó, pareciendo que se caería de lado, pero al final, se quedó quieto.

    —Estoy seguro que algunas tradiciones habrán perdurado —añadió con una certeza arrogante—. Retorcidas, deformadas; para bien o para mal, este es un patrón que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Los mismos símbolos navideños, como armar un árbol y decorarlo en el salón, o el mismo Santa Claus, un santo de raíces paganas, provienen de tradiciones antiguas distorsionadas. No sería sorprendente que en el futuro, continuara siendo así.

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    Hiro
    Copos de nieve caían del cielo. Danzantes. Delicados y parsimoniosos. Una vista helada y hermosa. Jean alzó la mano, sintiendo un pinchazo de frialdad depositarse en su palma. —Parece que esta noche nevará intensamente —dedujo con tranquilidad, bajando la vista hacia su mano y observando la nieve derretirse por su calor corporal. Bajó el brazo y miró a Hiro contemplativamente. El androide —vestido como un mayordomo por Sebastian, bajo el jardín rodeado del más impoluto blanco, parecía un adolescente común y corriente. Solo sus ojos, parpadeando una antinatural luz rojiza, daban cuenta de su verdadera naturaleza. Jean se quedó observándolo fijamente, con un rostro taciturno que parecía suavizarse a medida que transcurrían los segundos. —Esta es… —por alguna razón, dudó en continuar. Hiro había llegado a la mansión Phantomhive para cumplir una orden de su padre. Naturalmente, a Jean la imposición del conde Phantomhive lo había irritado profundamente. La primera vez que había tenido trato con él, Jean lo había detestado al instante, y, seguramente, esa versión de sí mismo jamás se habría imaginado encontrarse en esta situación: Hiro era de su total confianza. Además... de su amigo. Jean apretó los labios, y finalmente, venciendo a su vergüenza, musitó: —Esta es tu primera Navidad con nosotros. Luego, rápidamente, se corrigió con torpeza. —Por supuesto, si tienes pensado pasarlo aquí. Tienes un hermano esperándote. Dio un paso hacia delante, agachándose para tomar un poco de nieve entre sus manos. Ocultando sus emociones. A pesar de los guantes negros que portaba, la frialdad traspasó hacia sus manos. —Deduzco que la Navidad en tu época es muy distinta —cambió de tema; haciendo una bola de nieve, Jean se enderezó y la lanzó sin mucha fuerza hacia un tocón. Este se balanceó, pareciendo que se caería de lado, pero al final, se quedó quieto. —Estoy seguro que algunas tradiciones habrán perdurado —añadió con una certeza arrogante—. Retorcidas, deformadas; para bien o para mal, este es un patrón que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Los mismos símbolos navideños, como armar un árbol y decorarlo en el salón, o el mismo Santa Claus, un santo de raíces paganas, provienen de tradiciones antiguas distorsionadas. No sería sorprendente que en el futuro, continuara siendo así. --- [Hiritox3]
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  • Reunión familiar
    Fandom Hellaverse
    Categoría Slice of Life
    𝑅𝑜𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓋𝒶𝒹𝑜 𝒸𝑜𝓃: Striker

    𝐿𝓊𝑔𝒶𝓇: Anillo de la ira.


    Nevaba…En el infierno ¿Era eso si quiera posible? Y más en un anillo que literalmente era como meterse en un wéstern.

    Ya estaba en la mansión qje sería para ambos, mirando a través de uno de los grandes ventanales en uno de los pasillos del piso superior, observaba como copos de nieve caían del cielo ¿Cuanto hacía que no veía eso? Recordó al tiempo en el que estaba vivo, como la nieve se acumulaba en el jardín del mismo modo que lo hacia alli, rememorando cuando los tres de niños salían a jugar, y Anthony y Moira le pedían que les ayudase a hacer muñecos de nieve.

    Suspiró. Eso le recordó por que estaba ahí en primer lugar, por que había aceptado ocupar su lugar de el lugar de su hermano menor. A fin de cuentas, ya era hora de comportarse como un hermano mayor de verdad y él tampoco tenía nada que perder. Finalmente había llegado la reunión familiar en la que evaluarían a Striker y, visto lo visto; ya no podría aferrarse a la idea de que aquel imp presuntuoso metiera la pata y la familia lo repudiase. Arackniss junto a algunos guardias habían sido los primeros en llegar, a fin de cuentas por tradición debían ir su prometido y él juntos. Hablando de él, aún y por suerte no se había cruzado con Striker, lo cual era una buena noticia por que… bastante espantoso era el concepto de aquel día, como para además tener wue empezar a soportar sus excentricidades y faltas de respeto de buena mañana. Pero, sin dudas lo peor era saber que seguramente debería hacerlo por el resto de la eternidad.

    Por algo aquel lugar era el infierno ¿No?
    𝑅𝑜𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓋𝒶𝒹𝑜 𝒸𝑜𝓃: [C0WBOY] 𝐿𝓊𝑔𝒶𝓇: Anillo de la ira. Nevaba…En el infierno ¿Era eso si quiera posible? Y más en un anillo que literalmente era como meterse en un wéstern. Ya estaba en la mansión qje sería para ambos, mirando a través de uno de los grandes ventanales en uno de los pasillos del piso superior, observaba como copos de nieve caían del cielo ¿Cuanto hacía que no veía eso? Recordó al tiempo en el que estaba vivo, como la nieve se acumulaba en el jardín del mismo modo que lo hacia alli, rememorando cuando los tres de niños salían a jugar, y Anthony y Moira le pedían que les ayudase a hacer muñecos de nieve. Suspiró. Eso le recordó por que estaba ahí en primer lugar, por que había aceptado ocupar su lugar de el lugar de su hermano menor. A fin de cuentas, ya era hora de comportarse como un hermano mayor de verdad y él tampoco tenía nada que perder. Finalmente había llegado la reunión familiar en la que evaluarían a Striker y, visto lo visto; ya no podría aferrarse a la idea de que aquel imp presuntuoso metiera la pata y la familia lo repudiase. Arackniss junto a algunos guardias habían sido los primeros en llegar, a fin de cuentas por tradición debían ir su prometido y él juntos. Hablando de él, aún y por suerte no se había cruzado con Striker, lo cual era una buena noticia por que… bastante espantoso era el concepto de aquel día, como para además tener wue empezar a soportar sus excentricidades y faltas de respeto de buena mañana. Pero, sin dudas lo peor era saber que seguramente debería hacerlo por el resto de la eternidad. Por algo aquel lugar era el infierno ¿No?
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  • —Me pregunto... si debería ir a agradecerle por ese cristal aunque haya pasado tiempo...

    Se preguntaba tras terminar su segundo cigarrillo.
    ¿De quién más si no de Asmodeo estaría hablando? Claro que no quería importunar pues aquella era una deuda pasada que no le había cobrado aún, sumado a su reciente exilio ¿Siquiera podría tener la oportunidad de hablar con un pecado al ser considerado traidor?

    Lo correcto era correcto, no perdía nada y fue por lo que tomó camino hacia Lujuria, directo a la mansión de Asmodeo, dudando y encogiéndose de hombros con los nervios a flor de plumas, llamando a la espera de ser recibido, aunque su sorpresa fue ver a su pequeña pareja antes que al regente de ese círculo.

    —Ah... Fizzarolli ¿Cierto?
    —Me pregunto... si debería ir a agradecerle por ese cristal aunque haya pasado tiempo... Se preguntaba tras terminar su segundo cigarrillo. ¿De quién más si no de Asmodeo estaría hablando? Claro que no quería importunar pues aquella era una deuda pasada que no le había cobrado aún, sumado a su reciente exilio ¿Siquiera podría tener la oportunidad de hablar con un pecado al ser considerado traidor? Lo correcto era correcto, no perdía nada y fue por lo que tomó camino hacia Lujuria, directo a la mansión de Asmodeo, dudando y encogiéndose de hombros con los nervios a flor de plumas, llamando a la espera de ser recibido, aunque su sorpresa fue ver a su pequeña pareja antes que al regente de ese círculo. —Ah... [Fr0ggy] ¿Cierto?
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  • Al día siguiente habían acordado en reunirse en la biblioteca de la mansión de su padre. Gracias a Lucifer, su familia seguía siendo muy conservadora y por ahora podía ahorrarse el compartir habitación y peor aún CAMA con aquella salamandra sobre alimentada.

    Arackniss se había levantado, y con un café, estaba ya repasando algunos de los dosieres de informacion básica que Striker , debía empezar a aprender. Pese a que realmente no sabía por donde elegiría él, aunque viendo que era un auténtico vago redomado, pues ni si quiera se había tomado la molestia de buscar que sucedía o las bases del funcionamiento de una mafia, como para que aquella costumbre le pillase de sorpresa, Arackniss podría adivinar que le diría algo como que no importaba.

    Algo que para la araña era sin duda bueno, pues si bien él ahora que había vuelto por la fuerza a casa, debía hacer su mejor esfuerzo para mantener su posición, si Striker no convencía a los demás familiares no habría boda.
    Al día siguiente habían acordado en reunirse en la biblioteca de la mansión de su padre. Gracias a Lucifer, su familia seguía siendo muy conservadora y por ahora podía ahorrarse el compartir habitación y peor aún CAMA con aquella salamandra sobre alimentada. Arackniss se había levantado, y con un café, estaba ya repasando algunos de los dosieres de informacion básica que [C0WBOY], debía empezar a aprender. Pese a que realmente no sabía por donde elegiría él, aunque viendo que era un auténtico vago redomado, pues ni si quiera se había tomado la molestia de buscar que sucedía o las bases del funcionamiento de una mafia, como para que aquella costumbre le pillase de sorpresa, Arackniss podría adivinar que le diría algo como que no importaba. Algo que para la araña era sin duda bueno, pues si bien él ahora que había vuelto por la fuerza a casa, debía hacer su mejor esfuerzo para mantener su posición, si Striker no convencía a los demás familiares no habría boda.
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  • 𝑹𝑬𝑻𝑼𝑹𝑵𝑰𝑵𝑮 𝑻𝑶 𝑯𝑶𝑮𝑾𝑨𝑹𝑻𝑺
    Fandom Harry Potter
    Categoría Acción
    Últimamente la mansión de los Malfoy parecía haberse convertido en un hotel de tantas visitas e invitados que tenían. Los únicos rostros conocidos qué Draco había visto durante el verano eran los de sus amigos y el de los padres de sus amigos.

    El resto de los invitados eran conocidos de sus padres, sobre todo de Lucius quien solía mantenerlo alejado de la sala principal de la casa cuando se reunían allí. Nunca se lo había pedido directamente, pero hacia todo lo posible para evitar que estuviera presente cuando ocurrian, incluso le compro una escoba nueva a él y a sus amigos para que se pasaran el día entero practicando y jugando quidditch lejos de la mansión.

    Al principio no le dio importancia, como hijo único, recibir atención y una extensa variedad de regalos era algo normal. Lo habían acostumbrado a eso y era lo que creía hasta que la noche previa a su regreso a clases encontro a un par de elfos domésticos hablando en un corredor sobre lo crueles que eran los magos de rostro plateado que estaban de visita esa noche, fue todo lo que pudo oír porque al acercarse fingieron estar hablando de otra cosa, tampoco le parecio sensato interrogarlos, podría meterse el problemas con su padre solo por dirigirle la palabra a la servidumbre.

    Sin embargo, esa misma noche no pudo dormir. No era imbécil pero se sintió como uno al entender, algo tarde, lo que ocurria en su casa. Los elfos habían hecho una descripción muy boba pero los había entendido, antes de que lo vieran llegar habían estado hablando sobre mortifagos que mientras él trataba de dormir, ellos estaban en la sala. Lucius le había dicho que pronto llegaría el momento en el que sería invitado a esas reuniones y que el señor tenebroso estaba ansioso por conocerlo.

    Draco esperaba que ese momento no llegase nunca, no quería ser parte de lo que fuera que estaban tramando pero su voluntad y palabra nunca habían tenido peso en su hogar. No supo en que momento amanecio o si llego a dormir si quiera que apenas tuvo tiempo de organizar su día.

    Un par de horas después estaba saludando a su madre en la puerta de la mansión, resignandose a que su padre no iba a despedirse de él.

    ──Me asegurare de que tu padre te escriba cuando tenga un descanso── Le dijo ella mientras que los elfos cargaban las pesadas maletas por la escalinata de la entrada. El menor de los Malfoy sabía que eso no iba a suceder, pero no dijo nada, solo asintió para contentar a su madre y se despidió de ella con un fugaz beso en la mejilla.

    Lo único que le agradaba de regresar a Hogwarts era la oportunidad de "huir" de su hogar, aunque eso no le aseguraba que tuviera mejor suerte que en aquel lugar. Le basto con poner un pie dentro del tren para que Blaise Zabini se le acercara corriendo con la el rostro tan desencajado que parecía haber visto el fantasma del mismísimo Salazar Slytherin.

    ──Crei que no vendrías. Pensé que ibas a pedirle a tu padre que hablara con Dumbledore... ── Se lo veía inquieto, incómodo, como si no supiera como decir lo que tenia en mente. ──Es que acabo de pasar por el vagon, allí estan todos y en vistas de que has llegado sobre la hora, te asignaron con ella. Es obvio que nadie quiere soportarla todo el camino, ni siquiera la comadreja, creo que discutieron antes pero no estoy seguro ── Zabini hablaba sin parar, apenas respiraba lo suficiente para no desmayarse por la falta de oxígeno.

    Impaciente por no comprenderlo del todo, Draco lo tomo por los hombros y lo sacudió una sola vez para hacerlo callar.

    ──¿De que diablos estas hablando? ¿Por que mi padre tendría que hablar con el lunático de Dumbledore? ── Los ojos grises del Slytherin buscaban una respuesta a todo ese parloteo pero lo único que veían era una mezcla entre asombro y desagrado. Los alumnos que subían tenían que esquivarlos, estaban ocupando el centro del corredor principal, cerca de los primeros vagones aunque aun faltaban los de primero que eran los últimos en subir.

    ──Te lo dije, tienen que cambiar de lechuza y lamento ser quien te lo diga, pero te nombraron prefecto y por si eso no fuera suficiente castigo, tienes que compartir uno de los vagones para prefectos con la sangre sucia── Lo último lo dijo en voz baja, lo que menos necesitaban en ese momento era empezar el año con algún llamado de atención.

    Malfoy se tomo un momento para procesar que lo había oído y sin más, soltó a su amigo con un empujón para quitarlo de su camino. Avanzó con su equipaje de mano por el corredor, esquivando a otros estudiantes y mirando hacia el interior de cada vagon para dar con el que le correspondía. Era uno de los últimos, un vagón especial para prefectos y el único que no tenía la cortinilla baja en el cristal de la puerta.

    Se detuvo un instante a observar a través del cristal. Sentada a un lado de la ventanilla estaba Hermione, con su clásico cabello alborotado aunque no tanto como años anteriores, y a su lado estaba ese gato naranja que la seguía a todas partes y que al verlo, le bufo enseñado los colmillos.

    Entró sin mucho ánimo, cerrando la puerta tras de si y bajando la cortina. Suponía que iba a tener que ponerse al tanto de lo que habían hablado en la reunión con los Premios Anuales y que iba a tener que esperar a llegar al colegio para exigir cualquier cambio.

    ──Sé que te la dieron a ti. Entregame la estúpida insignia y se breve con lo que tengas que decirme, Granger ── Extendió la palma de la mano en su dirección, pero antes de que pudiera recibir cualquier cosa Crookshanks, el gato mitad kneazle trato de arañarle la mano. El slytherin lo esquivo por poco, de no ser por sus reflejos como buscador en el equipo de quidditch, estaría lamentando una herida.

    ──Y controla a tu bola de pelos deforme o lo voy convertir en una exótica alfombra para el baño de prefectos.

    Hermione Granger
    Últimamente la mansión de los Malfoy parecía haberse convertido en un hotel de tantas visitas e invitados que tenían. Los únicos rostros conocidos qué Draco había visto durante el verano eran los de sus amigos y el de los padres de sus amigos. El resto de los invitados eran conocidos de sus padres, sobre todo de Lucius quien solía mantenerlo alejado de la sala principal de la casa cuando se reunían allí. Nunca se lo había pedido directamente, pero hacia todo lo posible para evitar que estuviera presente cuando ocurrian, incluso le compro una escoba nueva a él y a sus amigos para que se pasaran el día entero practicando y jugando quidditch lejos de la mansión. Al principio no le dio importancia, como hijo único, recibir atención y una extensa variedad de regalos era algo normal. Lo habían acostumbrado a eso y era lo que creía hasta que la noche previa a su regreso a clases encontro a un par de elfos domésticos hablando en un corredor sobre lo crueles que eran los magos de rostro plateado que estaban de visita esa noche, fue todo lo que pudo oír porque al acercarse fingieron estar hablando de otra cosa, tampoco le parecio sensato interrogarlos, podría meterse el problemas con su padre solo por dirigirle la palabra a la servidumbre. Sin embargo, esa misma noche no pudo dormir. No era imbécil pero se sintió como uno al entender, algo tarde, lo que ocurria en su casa. Los elfos habían hecho una descripción muy boba pero los había entendido, antes de que lo vieran llegar habían estado hablando sobre mortifagos que mientras él trataba de dormir, ellos estaban en la sala. Lucius le había dicho que pronto llegaría el momento en el que sería invitado a esas reuniones y que el señor tenebroso estaba ansioso por conocerlo. Draco esperaba que ese momento no llegase nunca, no quería ser parte de lo que fuera que estaban tramando pero su voluntad y palabra nunca habían tenido peso en su hogar. No supo en que momento amanecio o si llego a dormir si quiera que apenas tuvo tiempo de organizar su día. Un par de horas después estaba saludando a su madre en la puerta de la mansión, resignandose a que su padre no iba a despedirse de él. ──Me asegurare de que tu padre te escriba cuando tenga un descanso── Le dijo ella mientras que los elfos cargaban las pesadas maletas por la escalinata de la entrada. El menor de los Malfoy sabía que eso no iba a suceder, pero no dijo nada, solo asintió para contentar a su madre y se despidió de ella con un fugaz beso en la mejilla. Lo único que le agradaba de regresar a Hogwarts era la oportunidad de "huir" de su hogar, aunque eso no le aseguraba que tuviera mejor suerte que en aquel lugar. Le basto con poner un pie dentro del tren para que Blaise Zabini se le acercara corriendo con la el rostro tan desencajado que parecía haber visto el fantasma del mismísimo Salazar Slytherin. ──Crei que no vendrías. Pensé que ibas a pedirle a tu padre que hablara con Dumbledore... ── Se lo veía inquieto, incómodo, como si no supiera como decir lo que tenia en mente. ──Es que acabo de pasar por el vagon, allí estan todos y en vistas de que has llegado sobre la hora, te asignaron con ella. Es obvio que nadie quiere soportarla todo el camino, ni siquiera la comadreja, creo que discutieron antes pero no estoy seguro ── Zabini hablaba sin parar, apenas respiraba lo suficiente para no desmayarse por la falta de oxígeno. Impaciente por no comprenderlo del todo, Draco lo tomo por los hombros y lo sacudió una sola vez para hacerlo callar. ──¿De que diablos estas hablando? ¿Por que mi padre tendría que hablar con el lunático de Dumbledore? ── Los ojos grises del Slytherin buscaban una respuesta a todo ese parloteo pero lo único que veían era una mezcla entre asombro y desagrado. Los alumnos que subían tenían que esquivarlos, estaban ocupando el centro del corredor principal, cerca de los primeros vagones aunque aun faltaban los de primero que eran los últimos en subir. ──Te lo dije, tienen que cambiar de lechuza y lamento ser quien te lo diga, pero te nombraron prefecto y por si eso no fuera suficiente castigo, tienes que compartir uno de los vagones para prefectos con la sangre sucia── Lo último lo dijo en voz baja, lo que menos necesitaban en ese momento era empezar el año con algún llamado de atención. Malfoy se tomo un momento para procesar que lo había oído y sin más, soltó a su amigo con un empujón para quitarlo de su camino. Avanzó con su equipaje de mano por el corredor, esquivando a otros estudiantes y mirando hacia el interior de cada vagon para dar con el que le correspondía. Era uno de los últimos, un vagón especial para prefectos y el único que no tenía la cortinilla baja en el cristal de la puerta. Se detuvo un instante a observar a través del cristal. Sentada a un lado de la ventanilla estaba Hermione, con su clásico cabello alborotado aunque no tanto como años anteriores, y a su lado estaba ese gato naranja que la seguía a todas partes y que al verlo, le bufo enseñado los colmillos. Entró sin mucho ánimo, cerrando la puerta tras de si y bajando la cortina. Suponía que iba a tener que ponerse al tanto de lo que habían hablado en la reunión con los Premios Anuales y que iba a tener que esperar a llegar al colegio para exigir cualquier cambio. ──Sé que te la dieron a ti. Entregame la estúpida insignia y se breve con lo que tengas que decirme, Granger ── Extendió la palma de la mano en su dirección, pero antes de que pudiera recibir cualquier cosa Crookshanks, el gato mitad kneazle trato de arañarle la mano. El slytherin lo esquivo por poco, de no ser por sus reflejos como buscador en el equipo de quidditch, estaría lamentando una herida. ──Y controla a tu bola de pelos deforme o lo voy convertir en una exótica alfombra para el baño de prefectos. [cozygryffindor93]
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