• Escena: “Mortis Cola – Edición Prohibida”
    Luna bajó a la cocina con los ojos aún entrecerrados. Había pasado toda la noche estudiando rituales antiguos y necesitaba un respiro… y cafeína. Pero en el suelo, encontró algo aún más desconcertante que cualquier símbolo arcano:

    Mortis, acostado como una estrella de rock retirada, lucía una etiqueta de Coca-Cola alrededor del cuerpo. Inmóvil. Dramático. Y sí, con cara de que lo había hecho a propósito.

    —¿Qué…? —Luna se frotó los ojos—. ¿Estás bien?

    El gato ni se inmutó.

    —¿Eres…? —continuó ella, reprimiendo una carcajada— ¿una edición coleccionable?

    Mortis giró la cabeza lentamente, como si dijera: Soy más raro y valioso que cualquier objeto en esta dimensión.

    Luna no aguantó más. Le tomó una foto.

    —"Mortis Cola: con sabor a caos y conjuros. Solo por tiempo limitado" —leyó en voz alta, divertida.

    De pronto, las luces parpadearon. El aire se volvió denso.

    —Ups… —susurró ella, viendo cómo el collar de Mortis comenzaba a brillar—. No debí burlarme, ¿verdad?

    El gato se levantó lentamente, dejó caer la etiqueta al suelo con un golpe seco… y caminó hacia la oscuridad del pasillo como si nada.

    Pero antes de desaparecer, se detuvo y soltó un leve:

    —Miau.

    La luz volvió. Luna temblaba.

    Mortis Coca-Cola no era una broma.
    🐾 Escena: “Mortis Cola – Edición Prohibida” Luna bajó a la cocina con los ojos aún entrecerrados. Había pasado toda la noche estudiando rituales antiguos y necesitaba un respiro… y cafeína. Pero en el suelo, encontró algo aún más desconcertante que cualquier símbolo arcano: Mortis, acostado como una estrella de rock retirada, lucía una etiqueta de Coca-Cola alrededor del cuerpo. Inmóvil. Dramático. Y sí, con cara de que lo había hecho a propósito. —¿Qué…? —Luna se frotó los ojos—. ¿Estás bien? El gato ni se inmutó. —¿Eres…? —continuó ella, reprimiendo una carcajada— ¿una edición coleccionable? Mortis giró la cabeza lentamente, como si dijera: Soy más raro y valioso que cualquier objeto en esta dimensión. Luna no aguantó más. Le tomó una foto. —"Mortis Cola: con sabor a caos y conjuros. Solo por tiempo limitado" —leyó en voz alta, divertida. De pronto, las luces parpadearon. El aire se volvió denso. —Ups… —susurró ella, viendo cómo el collar de Mortis comenzaba a brillar—. No debí burlarme, ¿verdad? El gato se levantó lentamente, dejó caer la etiqueta al suelo con un golpe seco… y caminó hacia la oscuridad del pasillo como si nada. Pero antes de desaparecer, se detuvo y soltó un leve: —Miau. La luz volvió. Luna temblaba. Mortis Coca-Cola no era una broma.
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  • Fragmento — “La camisa que aún huele a él”
    La tela aún conservaba su olor.

    No era perfume. No era jabón.
    Era Elian: ese aroma cálido, seco, casi imperceptible, como tierra después de la lluvia o metal tocado por el sol.

    Luna se envolvió en su camisa con las manos temblorosas.
    La dejó caer por un hombro, como si no pudiera contenerlo todo.
    El cristal del vino en su mano ni siquiera temblaba, pero su pecho sí.

    Frente a ella, el apartamento estaba en silencio.
    No como antes. No como en los días de trabajo, de guerra, de planes.
    Este silencio era distinto:
    Era el tipo de silencio que deja un vacío cuando alguien muere y no grita.

    Ella cerró los ojos. La copa ni siquiera había sido probada.

    "Cada noche me pongo su camisa.
    No por romanticismo.
    Sino porque a veces… me da miedo olvidar cómo se sentía el mundo cuando él aún estaba aquí."

    Su espalda tocó la pared fría.
    El cristal de la ventana devolvía su reflejo, pero no se reconocía.
    No era Luna la que aparecía allí. Era lo que quedó de ella.

    "Elian.
    Dijiste que no me dejarías sola.
    Mentiste tan bien… que aún me siento acompañada."

    Una lágrima cayó. No brillaba.
    Era oscura, densa, casi como tinta:
    la tristeza de una diosa que amó demasiado tarde.
    Fragmento — “La camisa que aún huele a él” La tela aún conservaba su olor. No era perfume. No era jabón. Era Elian: ese aroma cálido, seco, casi imperceptible, como tierra después de la lluvia o metal tocado por el sol. Luna se envolvió en su camisa con las manos temblorosas. La dejó caer por un hombro, como si no pudiera contenerlo todo. El cristal del vino en su mano ni siquiera temblaba, pero su pecho sí. Frente a ella, el apartamento estaba en silencio. No como antes. No como en los días de trabajo, de guerra, de planes. Este silencio era distinto: Era el tipo de silencio que deja un vacío cuando alguien muere y no grita. Ella cerró los ojos. La copa ni siquiera había sido probada. "Cada noche me pongo su camisa. No por romanticismo. Sino porque a veces… me da miedo olvidar cómo se sentía el mundo cuando él aún estaba aquí." Su espalda tocó la pared fría. El cristal de la ventana devolvía su reflejo, pero no se reconocía. No era Luna la que aparecía allí. Era lo que quedó de ella. "Elian. Dijiste que no me dejarías sola. Mentiste tan bien… que aún me siento acompañada." Una lágrima cayó. No brillaba. Era oscura, densa, casi como tinta: la tristeza de una diosa que amó demasiado tarde.
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  • la luz de la luna se filtraba por la ventana, el humo que la bruja exhalaba tomo un libro y lo abrio pasando las paginas para que la bruja encontrara la receta que necesitaba -dos gotas de anhelos de amor, tres ojas de de santa viralia, un suspiro de perdon- el humo funcionaba como manos extra, tomo la botella de anhelos y con exactitud dejo caer dos gotas, luego corto las ojas de una rama de santa virilia y las agrego al caldero, finalmente abrio la ventana y formo un circulo que giraba creando un pequeño vortice que trajo el suspiro de perdon -por ultimo dos ojos de elfo ciego y la lengua de un poeta duende- los frascos se abrieron y lanzaron los ingredientes al caldero, con una pequeña explocion de vapor el agua paso de ser un caldo asqueroso y apenas con color a un bello brebaje rojo como los petalos de una rosa en primavera, inhalando un poco de su kiseru y expulsando el humo el liquido se enfrasco en botellas las cuales volaron a las estanterias -las pociones guia estan listas-
    la luz de la luna se filtraba por la ventana, el humo que la bruja exhalaba tomo un libro y lo abrio pasando las paginas para que la bruja encontrara la receta que necesitaba -dos gotas de anhelos de amor, tres ojas de de santa viralia, un suspiro de perdon- el humo funcionaba como manos extra, tomo la botella de anhelos y con exactitud dejo caer dos gotas, luego corto las ojas de una rama de santa virilia y las agrego al caldero, finalmente abrio la ventana y formo un circulo que giraba creando un pequeño vortice que trajo el suspiro de perdon -por ultimo dos ojos de elfo ciego y la lengua de un poeta duende- los frascos se abrieron y lanzaron los ingredientes al caldero, con una pequeña explocion de vapor el agua paso de ser un caldo asqueroso y apenas con color a un bello brebaje rojo como los petalos de una rosa en primavera, inhalando un poco de su kiseru y expulsando el humo el liquido se enfrasco en botellas las cuales volaron a las estanterias -las pociones guia estan listas-
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  • ────୨ৎ──── Es una noche tranquila y la luna está hermosa hoy, ¿No lo crees?, las estrellas brillan más que nunca, me gustaría tu opinión de las estrellas y la luna..

    — Dijo la pelirosa sonriendo y observandote con atención.
    ────୨ৎ──── Es una noche tranquila y la luna está hermosa hoy, ¿No lo crees?, las estrellas brillan más que nunca, me gustaría tu opinión de las estrellas y la luna.. — Dijo la pelirosa sonriendo y observandote con atención.
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  • Ojala volver a los tiempos donde estaba junto a mi equipo los "Luna Sagrienta" eramos los mejores amigos y hermanos...
    Ojala volver a los tiempos donde estaba junto a mi equipo los "Luna Sagrienta" eramos los mejores amigos y hermanos...
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  • Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita

    A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional:
    NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional.

    Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro.
    A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma.

    Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella.

    La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente.

    Fase Humana (La Más Frágil)
    Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”:
    Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel.
    Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa.

    Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas.

    Pero en cada despertar… volvía la ira.

    Fase Celestial (La Memoria del Padre)
    Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado.

    En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre.

    La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal.
    Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas.

    Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición)
    La peor parte. La cara que no controlaba.

    Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían.
    Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva.

    En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía.

    En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido.
    A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí.

    La Adolescente que Nadie Puede Amar
    Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos.
    Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte.

    Los dioses habían sido crueles.
    No le bastaba con que nadie la adorara.
    También la habían condenado a destruir todo lo que tocara.

    Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino:

    “Si no puedo ser amada… seré temida.
    Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.”

    Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron.

    Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada.
    Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición…
    se convertirán en armas.
    Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional: NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional. Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro. A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma. Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella. La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente. 🔹 Fase Humana (La Más Frágil) Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”: Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel. Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa. Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas. Pero en cada despertar… volvía la ira. 🔸 Fase Celestial (La Memoria del Padre) Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado. En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre. La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal. Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas. 🔥 Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición) La peor parte. La cara que no controlaba. Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían. Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva. En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía. En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido. A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí. 🌒 La Adolescente que Nadie Puede Amar Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos. Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte. Los dioses habían sido crueles. No le bastaba con que nadie la adorara. También la habían condenado a destruir todo lo que tocara. Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino: “Si no puedo ser amada… seré temida. Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.” Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron. Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada. Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición… se convertirán en armas.
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  • La Niñez Maldita de Luna

    Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales.

    Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación.

    Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir.

    Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano:

    Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos.

    Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija.

    Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición.

    Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte:

    “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades:
    Una humana, para ser rechazada por los hombres.
    Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás.
    Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.”

    Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos.

    A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían.

    Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso:

    En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones.

    En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos.

    Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida.

    Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad.

    Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron.

    Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor.
    Sino por justicia.

    La Niñez Maldita de Luna Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales. Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación. Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir. Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano: Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos. Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija. Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición. Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte: “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades: Una humana, para ser rechazada por los hombres. Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás. Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.” Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos. A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían. Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso: En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones. En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos. Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida. Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad. Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron. Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor. Sino por justicia.
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  • Escena: “El Cazador de Sombras” – Mortis
    La lluvia golpeaba suavemente el tejado. En medio del cuarto oscuro, solo se escuchaba el sonido de sus patas acolchadas sobre el suelo de madera.

    Mortis caminaba con paso firme, envuelto en su pequeña capucha roja. El moño escocés le daba un aire distinguido, como un gato que conocía demasiado del mundo, pero que aún así no decía nada. Sus ojos, amarillos y brillantes, lo observaban todo con intensidad sobrenatural.

    Se detuvo en el umbral de la puerta entreabierta. Un crujido. Un susurro. Una presencia.

    —Miau —dijo con gravedad, como si fuese una advertencia.

    La sombra que se deslizaba por la habitación se congeló al escuchar su voz. Nadie desobedecía a Mortis. No si quería despertar con los recuerdos intactos.

    Con un salto ágil, se subió a la cama, se acomodó justo en el centro como si fuera su trono, y miró al vacío con el aire de quien está por resolver un misterio que nadie más ha notado.

    Y entonces, en voz baja, solo para sí mismo, murmuró:

    —Esta noche... alguien cruzará la línea.

    Mortis no era un gato cualquiera.

    Era el guardián silencioso de los secretos que Luna prefería no recordar.

    🐱 Escena: “El Cazador de Sombras” – Mortis La lluvia golpeaba suavemente el tejado. En medio del cuarto oscuro, solo se escuchaba el sonido de sus patas acolchadas sobre el suelo de madera. Mortis caminaba con paso firme, envuelto en su pequeña capucha roja. El moño escocés le daba un aire distinguido, como un gato que conocía demasiado del mundo, pero que aún así no decía nada. Sus ojos, amarillos y brillantes, lo observaban todo con intensidad sobrenatural. Se detuvo en el umbral de la puerta entreabierta. Un crujido. Un susurro. Una presencia. —Miau —dijo con gravedad, como si fuese una advertencia. La sombra que se deslizaba por la habitación se congeló al escuchar su voz. Nadie desobedecía a Mortis. No si quería despertar con los recuerdos intactos. Con un salto ágil, se subió a la cama, se acomodó justo en el centro como si fuera su trono, y miró al vacío con el aire de quien está por resolver un misterio que nadie más ha notado. Y entonces, en voz baja, solo para sí mismo, murmuró: —Esta noche... alguien cruzará la línea. Mortis no era un gato cualquiera. Era el guardián silencioso de los secretos que Luna prefería no recordar.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    El Nacimiento del Oni Lunar y Las Cadenas del Equilibrio

    En un mundo donde la sangre determina el destino y las estrellas observan el alma, existe una joven marcada por 2 fuerzas ancestrales.

    Akane no es una elegida. Es una consecuencia.

    Heredera del caos de Jenifer y la realeza del Clan Ishtar a través de su madre Sasha.

    Esta forma no vino sola. Trajo consigo cadenas, grilletes invisibles que surgen como sombra del poder que aún no le pertenece. Cadenas que pesan más cuanto más se atreve. Cadenas que no atan, pero advierten: el equilibrio entre la destrucción y la belleza aún pende de un hilo.

    ""Cada relato está en la sección de comentarios de cada imagen""
    El Nacimiento del Oni Lunar y Las Cadenas del Equilibrio En un mundo donde la sangre determina el destino y las estrellas observan el alma, existe una joven marcada por 2 fuerzas ancestrales. Akane no es una elegida. Es una consecuencia. Heredera del caos de Jenifer y la realeza del Clan Ishtar a través de su madre Sasha. Esta forma no vino sola. Trajo consigo cadenas, grilletes invisibles que surgen como sombra del poder que aún no le pertenece. Cadenas que pesan más cuanto más se atreve. Cadenas que no atan, pero advierten: el equilibrio entre la destrucción y la belleza aún pende de un hilo. ""Cada relato está en la sección de comentarios de cada imagen""
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  • Parece que fue ayer cuando el avión aterrizo en la carretera principal del aeropuerto de Roma.
    La vida es diferente es como haber estado viviendo en una especie de sueño, el tiempo se detuvo ya no tenía que ir siempre contra reloj.
    Los madrugones, reocupada por las innumerables reuniones, llamadas telefónicas a los clientes, leer y responder emails tan eternos como un capítulo de la biblia.
    Adoró mi trabajo por encima de todo pero no dejo de ser un ave que nació para vivir en libertad.

    Markus y yo no estamos casados y sin embargo hemos tenido nuestra previa luna de miel perfecta.

    Embriagada por el buen tiempo, la comida y el buen vino.
    Extendimos todo lo que pudimos nuestra estancia en esta bella cuidad, apoyada ahora cerca de la barandilla admirando una belleza artística de la arquitectura.

    Fontana di Trevi

    Como muchos otros viajeros continúe con la tradición, me di la vuelta y antes de subir al taxi con Markus para dirigirnos al aeropuerto.
    Lancé una moneda con la promesa de que algún día volveré.
    Parece que fue ayer cuando el avión aterrizo en la carretera principal del aeropuerto de Roma. La vida es diferente es como haber estado viviendo en una especie de sueño, el tiempo se detuvo ya no tenía que ir siempre contra reloj. Los madrugones, reocupada por las innumerables reuniones, llamadas telefónicas a los clientes, leer y responder emails tan eternos como un capítulo de la biblia. Adoró mi trabajo por encima de todo pero no dejo de ser un ave que nació para vivir en libertad. Markus y yo no estamos casados y sin embargo hemos tenido nuestra previa luna de miel perfecta. Embriagada por el buen tiempo, la comida y el buen vino. Extendimos todo lo que pudimos nuestra estancia en esta bella cuidad, apoyada ahora cerca de la barandilla admirando una belleza artística de la arquitectura. Fontana di Trevi Como muchos otros viajeros continúe con la tradición, me di la vuelta y antes de subir al taxi con Markus para dirigirnos al aeropuerto. Lancé una moneda con la promesa de que algún día volveré.
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