• Se había despertado de madrugada. Asaltada por una pesadilla de la que a cada segundo que pasaba, recordaba menos.
    Estaba en la habitación de Dean, y el reloj despertador de la mesilla del cazador iluminaba la habitación con un suave resplandor rojizo mientras casi parecía estar increpándole a la cara que eran las 04:00 de la mañana.

    Le hubiera encantado poder distraerse de aquel sentimiento amargo que el sueño, casi olvidado, le había dejado. Pero Dean, a su lado, disfrutaba de sus escasas tres horas de sueño al día, y el hecho de hundir sus dedos en aquel pelo corto y trazar cada línea de aquel rostro que ya había memorizado, le daba paz, pero no frenaba su mente.

    Por esa razón y con una idea emergente, se desliza fuera de la cama, y camina descalza hacia el baño, donde en la ducha termina de dar forma a su plan.

    Si, era demasiado pronto, las 05:00 am cuando por fin está lista, con sus rizos sueltos por los espalda, una falda de satén blanca abierta en el lateral hasta casi la cadera, un delicado top lencero negro, una americana del mismo color y sus tacones stiletto en la mano (suponía que todos estaban durmiendo y no quería despertarlos).

    Cuando está al cien por cien lista vuelve a entrar en el cuarto de Dean, y deja una nota apoyada en el ya mencionado reloj.

    "𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒.
    𝑀𝑒 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑣𝑒𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑟 𝑒𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑠.
    𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑚𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑖𝑜𝑠, 𝑠𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛 𝑆𝑎𝑚, 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑙𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛.
    𝑌𝑜 𝑙𝑜 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 ;)
    𝑇𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒, 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦."

    Hasta que no está en el garaje, no se calza sus zapatos. Lo hace justo antes de pasear las manos por todos aquellos juegos de llaves que colgaban de la pared.
    Sus dedos se frenan justo sobre las llaves de Baby, estaba tan tentada... pero... no, le ahorraría a Dean el infarto.
    Al final se decide por el suv que le habían alquilado al llegar al aeropuerto y el cual ahora ya estaba a su nombre.

    Tenía cuatro horas de viaje, porque si se hacían compras, se hacían en condiciones y el mejor lugar para hacerlas era Oak Park Mall, en Kansas city.
    Y es que hacer regalos, podría resultar algo superficial para muchos, pero para Poppy Davies era una forma de hacer saber a cualquier persona lo importante que era para ella.

    La británica pensaba en cada persona, en lo que podía representar y transmitir su regalo, en lo que significaba, lo elegía y compraba con el mayor de los cuidados y cariño, era todo un ritual.

    >> Había recorrido el centro comercial durante horas, y a cada momento sus brazos iban llenándose de mas y mas. Una vez todo comprado, al menos por el momento, había hecho una pequeña parada en el restaurante mas top del centro, y después de comer, allí mismo había envuelto cada uno de los regalos para evitar curiosidades ajenas. Había comprado flores para decorar su cuarto y el resto del lugar, al menos hasta que Dean le pusiera mala cara y había puesto rumbo de vuelta a casa, de vuelta al bunker.

    La vida había vuelto al hogar cuando ella baja las escaleras metálicas, sonriendo ante el sonido de sus tacones contra cada escalón.
    Esquiva la biblioteca y la cocina, desde donde le llegan las voces de cada habitante del lugar, yendo directa a su habitación para esconder los regalos, aunque si que alza la voz para que todos la escuchen.

    — ¡Como alguien venga a husmear mis compras, no tendrá lugar en el mundo para esconderse, sea humano, jötunn, tribrida, Winchester, o ángel. Quedáis advertidos!


    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #PoppyDavies
    Se había despertado de madrugada. Asaltada por una pesadilla de la que a cada segundo que pasaba, recordaba menos. Estaba en la habitación de Dean, y el reloj despertador de la mesilla del cazador iluminaba la habitación con un suave resplandor rojizo mientras casi parecía estar increpándole a la cara que eran las 04:00 de la mañana. Le hubiera encantado poder distraerse de aquel sentimiento amargo que el sueño, casi olvidado, le había dejado. Pero Dean, a su lado, disfrutaba de sus escasas tres horas de sueño al día, y el hecho de hundir sus dedos en aquel pelo corto y trazar cada línea de aquel rostro que ya había memorizado, le daba paz, pero no frenaba su mente. Por esa razón y con una idea emergente, se desliza fuera de la cama, y camina descalza hacia el baño, donde en la ducha termina de dar forma a su plan. Si, era demasiado pronto, las 05:00 am cuando por fin está lista, con sus rizos sueltos por los espalda, una falda de satén blanca abierta en el lateral hasta casi la cadera, un delicado top lencero negro, una americana del mismo color y sus tacones stiletto en la mano (suponía que todos estaban durmiendo y no quería despertarlos). Cuando está al cien por cien lista vuelve a entrar en el cuarto de Dean, y deja una nota apoyada en el ya mencionado reloj. "𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒. 𝑀𝑒 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑣𝑒𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝘩𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑟 𝑒𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑠. 𝑁𝑜 𝑡𝑒 𝑚𝑒𝑡𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑖𝑜𝑠, 𝑠𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛 𝑆𝑎𝑚, 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑙𝑜 𝑏𝑖𝑒𝑛. 𝑌𝑜 𝑙𝑜 𝑣𝑜𝑦 𝑎 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 ;) 𝑇𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒, 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦." Hasta que no está en el garaje, no se calza sus zapatos. Lo hace justo antes de pasear las manos por todos aquellos juegos de llaves que colgaban de la pared. Sus dedos se frenan justo sobre las llaves de Baby, estaba tan tentada... pero... no, le ahorraría a Dean el infarto. Al final se decide por el suv que le habían alquilado al llegar al aeropuerto y el cual ahora ya estaba a su nombre. Tenía cuatro horas de viaje, porque si se hacían compras, se hacían en condiciones y el mejor lugar para hacerlas era Oak Park Mall, en Kansas city. Y es que hacer regalos, podría resultar algo superficial para muchos, pero para Poppy Davies era una forma de hacer saber a cualquier persona lo importante que era para ella. La británica pensaba en cada persona, en lo que podía representar y transmitir su regalo, en lo que significaba, lo elegía y compraba con el mayor de los cuidados y cariño, era todo un ritual. >> Había recorrido el centro comercial durante horas, y a cada momento sus brazos iban llenándose de mas y mas. Una vez todo comprado, al menos por el momento, había hecho una pequeña parada en el restaurante mas top del centro, y después de comer, allí mismo había envuelto cada uno de los regalos para evitar curiosidades ajenas. Había comprado flores para decorar su cuarto y el resto del lugar, al menos hasta que Dean le pusiera mala cara y había puesto rumbo de vuelta a casa, de vuelta al bunker. La vida había vuelto al hogar cuando ella baja las escaleras metálicas, sonriendo ante el sonido de sus tacones contra cada escalón. Esquiva la biblioteca y la cocina, desde donde le llegan las voces de cada habitante del lugar, yendo directa a su habitación para esconder los regalos, aunque si que alza la voz para que todos la escuchen. — ¡Como alguien venga a husmear mis compras, no tendrá lugar en el mundo para esconderse, sea humano, jötunn, tribrida, Winchester, o ángel. Quedáis advertidos! #3D #Comunidad3D #Personajes3D #PoppyDavies
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  • —La parte buena de vivir en un bunker escondido en el centro de la nada en mitad de Kansas es que los paisajes son de infarto. La tríbrida aprovechó esa mañana desde bien temprano. Sus pasos la internaron en el bosque cada vez más y más profundo. Y ya sabeis lo que pasa cada vez que te adentras en lo desconocido... No hay nada mejor que perderse para encontrar los mejores lugares... Y aquella cascada salvaje parecía de ensueño.
    Siempre se habia sentido en conexión con la naturaleza. A pesar de haber nacido en Nueva Orleans habia pasado la mayor parte de su vida en los bosques de Virginia. Bosques capaces de albergar maravillas que una persona no era capaz de apreciar, pero sí un lobo...
    Y es que en su forma de lobo, Hope había recorrido aquellos bosques aledaños a la Escuela Salvatore. Una y otra vez. Correr libre en la noche bajo la luna llena... No imaginaba nada mejor...
    Y el paseo por el pueblo... no estuvo mal del todo, al menos encontró gatos —


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Mikaelson
    —La parte buena de vivir en un bunker escondido en el centro de la nada en mitad de Kansas es que los paisajes son de infarto. La tríbrida aprovechó esa mañana desde bien temprano. Sus pasos la internaron en el bosque cada vez más y más profundo. Y ya sabeis lo que pasa cada vez que te adentras en lo desconocido... No hay nada mejor que perderse para encontrar los mejores lugares... Y aquella cascada salvaje parecía de ensueño. Siempre se habia sentido en conexión con la naturaleza. A pesar de haber nacido en Nueva Orleans habia pasado la mayor parte de su vida en los bosques de Virginia. Bosques capaces de albergar maravillas que una persona no era capaz de apreciar, pero sí un lobo... Y es que en su forma de lobo, Hope había recorrido aquellos bosques aledaños a la Escuela Salvatore. Una y otra vez. Correr libre en la noche bajo la luna llena... No imaginaba nada mejor... Y el paseo por el pueblo... no estuvo mal del todo, al menos encontró gatos — #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Mikaelson
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  • —El motor del Chevy Impala rugía mientras el vehiculo rasgaba el aire en la carretera de Lebanon, Kansas. Dean WInchester habia pasado las ultimas seis horas conduciendo con todo el afán de llegar a tiempo al búnker. No solia hacer esa clase de cosas... Si buscabas en el diccionario la palabra "detallista" nunca apareceria la foto de Dean. Pero aquellas eran circunstancias especiales. Ese 26 de Abril no tendria nada de especial para muchas de las personas del mundo. Un viernes como otro cualquiera. Pero en un bunker a las afueras de Lebanon habia una chica para la cual aquel dia significaba algo... En mayor o menor medida.

    Habia parado recientemente en la pasteleria del pueblo para comprar una tarta de chocolate, unas cuantas velas... Habia dejado la caja en el asiento del copiloto justo al lado de una bolsa de papel.

    Finalmente el Impala entra en el garaje y Dean sale del vehiculo cargando la bolsa y el pastel. Sube apresuradamente hasta la cocina y descubre el pastel colocandole las velas encima sin lograr que una de ellas quede recta del todo. Al lado coloca un pequeño paquete envuelto en papel de seda de color azul. Su intención era disimular que él mismo lo habia envuelto, pero... los trabajos manuales no eran su fuerte.

    Ahora solo le quedaba esperar a que Claire Novak hiciera su aparición en la cocina, y él se sentía nervioso. —


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —El motor del Chevy Impala rugía mientras el vehiculo rasgaba el aire en la carretera de Lebanon, Kansas. Dean WInchester habia pasado las ultimas seis horas conduciendo con todo el afán de llegar a tiempo al búnker. No solia hacer esa clase de cosas... Si buscabas en el diccionario la palabra "detallista" nunca apareceria la foto de Dean. Pero aquellas eran circunstancias especiales. Ese 26 de Abril no tendria nada de especial para muchas de las personas del mundo. Un viernes como otro cualquiera. Pero en un bunker a las afueras de Lebanon habia una chica para la cual aquel dia significaba algo... En mayor o menor medida. Habia parado recientemente en la pasteleria del pueblo para comprar una tarta de chocolate, unas cuantas velas... Habia dejado la caja en el asiento del copiloto justo al lado de una bolsa de papel. Finalmente el Impala entra en el garaje y Dean sale del vehiculo cargando la bolsa y el pastel. Sube apresuradamente hasta la cocina y descubre el pastel colocandole las velas encima sin lograr que una de ellas quede recta del todo. Al lado coloca un pequeño paquete envuelto en papel de seda de color azul. Su intención era disimular que él mismo lo habia envuelto, pero... los trabajos manuales no eran su fuerte. Ahora solo le quedaba esperar a que [WxywardGrl] hiciera su aparición en la cocina, y él se sentía nervioso. — #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ▐ 𝑴𝒂𝒓𝒚 𝑪𝒂𝒎𝒑𝒃𝒆𝒍𝒍.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤷ cazadora
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤹ Lawrence, Kansas

    ㅤㅤㅤㅤ░ Salvar personas, cazar monstruos, el legado familiar.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⟳ open to plots ⤹ supernatural

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤹ ↻ + ♡



    ㅤㅤㅤ✘✘ retrato NO-CANON de Mary Campbell. Nada que ver con el personaje de "The Winchesters", aunque me tome alguna licencia de la serie.
    ㅤㅤㅤ
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  • 𝐼 𝑛𝑒𝑒𝑑 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝘩𝑒𝑙𝑝 ●●● DEAN WINCHESTER

    El avión estaba en completo silencio. Sin que sirviera de precedente, el vuelo había salido a su hora, despegaban a las 18:00 horas, desde Londres, para llegar a las 20:00 horas de ese mismo día a Kansas, y en aquellos momentos, cuando era madrugada en Londres, todo el mundo estaba durmiendo, exceptuando dos o tres asientos en los cuales había una débil luz. El suyo era uno de esos asientos. En su regazo descansaba un pequeño portátil, por las teclas del cual dejaba pasear sus uñas acrílicas, de un oscuro tono burdeos.

    En la pantalla se repetían las mismas palabras escuetas que ya conocía.
    Los últimos e-mails de Mick. Buscaba, como cada vez que los había repasado algo más aparte de aquella certeza de que algo no iba bien. Quizás una pista, algún punto de partida que su hermano le hubiera dejado encriptado en sus mensajes. Pero al igual que el resto de las veces, no encuentra nada.

    Termina por cerrar la tapa del ordenador. Inspira hondo mientras se recuesta en su asiento y se baja un precioso antifaz blanco sobre los ojos. No le vendría mal dormir algo. Quedaban tan solo un par de horas de vuelo y al llegar a su destino debia de estar alerta si quería llegar al fondo de aquel asunto.

    → Sus pasos la llevan por la terminal esquivando a quien se ponía en su camino de la manera más efectiva. Como una mujer con un objetivo. Era realmente buena y convincente en cuanto a gestionar los trámites de un viaje se refiere cuando se lo proponía. En un abrir y cerrar de ojos tiene su equipaje en el maletero de un coche alquilado y vuela por la carreteras de aquel estado más segura después de unos cuantos kilómetros y tras haberse acostumbrado a conducir en el lado contrario del coche.

    No puede evitar echar de menos Londres, y la base de operaciones de los Hombres de Letras allí, cuando ve lo que han conseguido montar. Era impresionante si se tenía en cuenta que aquel no era su sitio, y si no se comparaba con su verdadero hogar.

    Aún así, por mucho que interiormente les intentara dar el mérito que merecían, Poppy no puede evitar salir del coche con una mueca de asco en su nariz y sus labios. Aquello era un contenedor. Varios siendo precisos, prefabricados y ensamblados unos con otros para poder crear una base de operaciones.

    Se identifica y sin mediar palabra la guían por aquellos terribles pasillos metálicos. No ha dicho más que su nombre, pero intuye con hacia donde la dirigen, que es justamente hacia donde ella quiere ir, de modo que no rechista.
    Por fin abren una puerta, ella entra y esta se cierra de nuevo sin que el soldadito sin cerebro entre con ella. Mira su derecha y tras un escritorio esta Hess, y a su lado, de pie, Arthur Ketch.
    — “¿Puede explicarnos la razón de su presencia aquí, señorita Davies? No recuerdo que la hubiéramos solicitado.”—
    Estaba claro que la directora sabía perfectamente el porqué de su viaje. Lo sabía por qué antes de llegar tomar aquella decisión, estando aún en Inglaterra, ya habían desviado sus preguntas con respuestas y excusas vagas, y sin embargo la mujer que tenía enfrente prefería jugar la carta de la ignorancia.

    — Sabe perfectamente porque estoy aquí directora. Saber dónde está mi hermano directora Hess. Es una pregunta muy sencilla a la que llevan ya demasiado sin responderme. —
    En aquella ocasión es Ketch quien toma la palabra, con el mismo discurso ensayado que ya le habían intentado vender. Mick había vuelto a Inglaterra. Se comunicaba con ellos con el mismo tipo de e-mail que ella recibía. Y si no había intentado verla o ponerse en contacto de alguna otra forma, era decisión del propio Mick.

    Solo Dios sabe que necesita de todo su autocontrol para no perder los papeles en ese momento. Para no exigir que dejen de venderle humo. Había ido hasta allí, quería ver hasta qué punto eran capaces de llegar. ¿Llegarían a mentirle en la cara? Acababa de comprobar que sí.
    Por qué no. No se tragaba aquello. No compraba que el chico que había utilizado los recursos que tenía a su alcance para encontrar a una hermana perdida, el chico que había conocido tras su primer encuentro, el chico que había pasado de ser un extraño a su única familia, ese chico, hubiera elegido por voluntad propia ir por libre.

    Pero se calla todo eso, a duras penas, pero consigue salir de aquella base de forma calmada, tras pedir perdón por su desobediencia, tras asegurar que volvería directa a Londres y a sus obligaciones, tras obtener promesas vacías.
    No sabía que iba a hacer después de aquello, pero sabía lo que no iba a hacer. Volver a Londres.
    Y allí, en su coche, sentada con las manos al volante y mirando un mapa abierto a su derecha decide cual va a ser su próximo paso.
    Puede que no fuera lo más inteligente. No. Seguro que no era lo más inteligente, pero nadie de “los suyos” iba a ayudarla, de modo que, ¿Por qué no buscar otros aliados por muy contrarios que fueran?

    Una vez llega a su destino, no lo piensa, tan solo baja las escaleras hasta la puerta y entra en el bunker.
    Observa los dos hermanos al fondo de la sala, ambos de pie frente a una de las mesas, con un cuchillo en la mano, y ambos mirándola sorprendidos.
    — Siento la irrupción, pero mi hermano no ha aparecido en varios días. Y necesito vuestra ayuda. —



    [ Hope Mikaelson y su maravilloso arte han hecho la preciosa imagen]
    𝐼 𝑛𝑒𝑒𝑑 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝘩𝑒𝑙𝑝 ●●● [thxsoldier] El avión estaba en completo silencio. Sin que sirviera de precedente, el vuelo había salido a su hora, despegaban a las 18:00 horas, desde Londres, para llegar a las 20:00 horas de ese mismo día a Kansas, y en aquellos momentos, cuando era madrugada en Londres, todo el mundo estaba durmiendo, exceptuando dos o tres asientos en los cuales había una débil luz. El suyo era uno de esos asientos. En su regazo descansaba un pequeño portátil, por las teclas del cual dejaba pasear sus uñas acrílicas, de un oscuro tono burdeos. En la pantalla se repetían las mismas palabras escuetas que ya conocía. Los últimos e-mails de Mick. Buscaba, como cada vez que los había repasado algo más aparte de aquella certeza de que algo no iba bien. Quizás una pista, algún punto de partida que su hermano le hubiera dejado encriptado en sus mensajes. Pero al igual que el resto de las veces, no encuentra nada. Termina por cerrar la tapa del ordenador. Inspira hondo mientras se recuesta en su asiento y se baja un precioso antifaz blanco sobre los ojos. No le vendría mal dormir algo. Quedaban tan solo un par de horas de vuelo y al llegar a su destino debia de estar alerta si quería llegar al fondo de aquel asunto. → Sus pasos la llevan por la terminal esquivando a quien se ponía en su camino de la manera más efectiva. Como una mujer con un objetivo. Era realmente buena y convincente en cuanto a gestionar los trámites de un viaje se refiere cuando se lo proponía. En un abrir y cerrar de ojos tiene su equipaje en el maletero de un coche alquilado y vuela por la carreteras de aquel estado más segura después de unos cuantos kilómetros y tras haberse acostumbrado a conducir en el lado contrario del coche. No puede evitar echar de menos Londres, y la base de operaciones de los Hombres de Letras allí, cuando ve lo que han conseguido montar. Era impresionante si se tenía en cuenta que aquel no era su sitio, y si no se comparaba con su verdadero hogar. Aún así, por mucho que interiormente les intentara dar el mérito que merecían, Poppy no puede evitar salir del coche con una mueca de asco en su nariz y sus labios. Aquello era un contenedor. Varios siendo precisos, prefabricados y ensamblados unos con otros para poder crear una base de operaciones. Se identifica y sin mediar palabra la guían por aquellos terribles pasillos metálicos. No ha dicho más que su nombre, pero intuye con hacia donde la dirigen, que es justamente hacia donde ella quiere ir, de modo que no rechista. Por fin abren una puerta, ella entra y esta se cierra de nuevo sin que el soldadito sin cerebro entre con ella. Mira su derecha y tras un escritorio esta Hess, y a su lado, de pie, Arthur Ketch. — “¿Puede explicarnos la razón de su presencia aquí, señorita Davies? No recuerdo que la hubiéramos solicitado.”— Estaba claro que la directora sabía perfectamente el porqué de su viaje. Lo sabía por qué antes de llegar tomar aquella decisión, estando aún en Inglaterra, ya habían desviado sus preguntas con respuestas y excusas vagas, y sin embargo la mujer que tenía enfrente prefería jugar la carta de la ignorancia. — Sabe perfectamente porque estoy aquí directora. Saber dónde está mi hermano directora Hess. Es una pregunta muy sencilla a la que llevan ya demasiado sin responderme. — En aquella ocasión es Ketch quien toma la palabra, con el mismo discurso ensayado que ya le habían intentado vender. Mick había vuelto a Inglaterra. Se comunicaba con ellos con el mismo tipo de e-mail que ella recibía. Y si no había intentado verla o ponerse en contacto de alguna otra forma, era decisión del propio Mick. Solo Dios sabe que necesita de todo su autocontrol para no perder los papeles en ese momento. Para no exigir que dejen de venderle humo. Había ido hasta allí, quería ver hasta qué punto eran capaces de llegar. ¿Llegarían a mentirle en la cara? Acababa de comprobar que sí. Por qué no. No se tragaba aquello. No compraba que el chico que había utilizado los recursos que tenía a su alcance para encontrar a una hermana perdida, el chico que había conocido tras su primer encuentro, el chico que había pasado de ser un extraño a su única familia, ese chico, hubiera elegido por voluntad propia ir por libre. Pero se calla todo eso, a duras penas, pero consigue salir de aquella base de forma calmada, tras pedir perdón por su desobediencia, tras asegurar que volvería directa a Londres y a sus obligaciones, tras obtener promesas vacías. No sabía que iba a hacer después de aquello, pero sabía lo que no iba a hacer. Volver a Londres. Y allí, en su coche, sentada con las manos al volante y mirando un mapa abierto a su derecha decide cual va a ser su próximo paso. Puede que no fuera lo más inteligente. No. Seguro que no era lo más inteligente, pero nadie de “los suyos” iba a ayudarla, de modo que, ¿Por qué no buscar otros aliados por muy contrarios que fueran? Una vez llega a su destino, no lo piensa, tan solo baja las escaleras hasta la puerta y entra en el bunker. Observa los dos hermanos al fondo de la sala, ambos de pie frente a una de las mesas, con un cuchillo en la mano, y ambos mirándola sorprendidos. — Siento la irrupción, pero mi hermano no ha aparecido en varios días. Y necesito vuestra ayuda. — [ [thetribrid] y su maravilloso arte han hecho la preciosa imagen]
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  • || yo siguiendo a Kansas en todas sus cuentas porque me encantan, esto es amor del bueno
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