• Hace mucho tiempo que no me pongo de gala con el Valkyrie. ~
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  • *Preparando la velada y revisando todo para que fuese perfecto, velas, copas, vino, la comida, buen ambiente… iba tachándolo todo de la lista sin dejarme nada, sobre todo el sistema de seguridad anti todo que había instalado en la casa para ese momento, la seguridad era tanto tecnológica como mágica prohibiendo la entrada a cualquier que no hubiera sido invitado por un servidor, con una leve sonrisa ya estaría todo preparado y con un chasquido de dedos mi ropa se cambió a una de camarero de restaurante de 5 estrellas*

    - Ahora solo queda que ambos vengan~.

    *Carraspeando un poco aparecieron ante mí un halcón y un pato bien trajeados cada uno con una nota en el pico*

    - Entregar estas notas a sus respectivos dueños, ¡Ale ale!

    *Ambas aves salieron volando cada una por una ventana, el pato fue hasta donde Lucifer y el Halcon hasta Adan, mientras que eran entregadas las cartas seguí revisándolo todo aparte de ver cómo iba la cena*

    Nota:
    “Querido [Adán /Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗], es un honor para mí extenderle una cordial invitación a una exclusiva cena de gala que se llevara a cabo esta noche, en el prestigioso hogar de Maximilian.

    Este evento será una velada elegante y sofisticada, donde disfrutaran de una exquisita selección gastronómica, en un ambiente distinguido y lleno de encanto.

    Sera un placer contar con su presencia, que sin duda contribuirá al carácter especial de la noche. Esperemos contar con su distinguida presencia para compartir juntos una noche memorable.

    Con aprecio
    Maximilian”
    *Preparando la velada y revisando todo para que fuese perfecto, velas, copas, vino, la comida, buen ambiente… iba tachándolo todo de la lista sin dejarme nada, sobre todo el sistema de seguridad anti todo que había instalado en la casa para ese momento, la seguridad era tanto tecnológica como mágica prohibiendo la entrada a cualquier que no hubiera sido invitado por un servidor, con una leve sonrisa ya estaría todo preparado y con un chasquido de dedos mi ropa se cambió a una de camarero de restaurante de 5 estrellas* - Ahora solo queda que ambos vengan~. *Carraspeando un poco aparecieron ante mí un halcón y un pato bien trajeados cada uno con una nota en el pico* - Entregar estas notas a sus respectivos dueños, ¡Ale ale! *Ambas aves salieron volando cada una por una ventana, el pato fue hasta donde Lucifer y el Halcon hasta Adan, mientras que eran entregadas las cartas seguí revisándolo todo aparte de ver cómo iba la cena* Nota: “Querido [[1D0what1want] /[LuciHe11]], es un honor para mí extenderle una cordial invitación a una exclusiva cena de gala que se llevara a cabo esta noche, en el prestigioso hogar de Maximilian. Este evento será una velada elegante y sofisticada, donde disfrutaran de una exquisita selección gastronómica, en un ambiente distinguido y lleno de encanto. Sera un placer contar con su presencia, que sin duda contribuirá al carácter especial de la noche. Esperemos contar con su distinguida presencia para compartir juntos una noche memorable. Con aprecio Maximilian”
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  • ### **La Noche de los Titanes**

    El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión.

    Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra.

    En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada.

    Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí.

    —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios.

    Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón.

    Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada.

    La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala.

    —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón.

    Las conversaciones se apagaron.

    —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido.

    Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles.

    —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno.

    Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo.

    El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes.

    Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear.

    La caza había comenzado.
    ### **La Noche de los Titanes** El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión. Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra. En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada. Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí. —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios. Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón. Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada. La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala. —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón. Las conversaciones se apagaron. —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido. Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles. —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno. Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo. El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes. Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear. La caza había comenzado.
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  • Su rostro, aunque era sumamente afeminado, estaba dejando atrás las facciones de adolescente, los 20´s lo alcanzaron, el cabello corto quedaría atrás dejándolo crecer, esos rubios naturales y lacios tocaban las puntas de sus delgados y picudos hombros, la vestimenta más formal, pero siempre coloridas la mayoría de las veces. 

    Los sueños recurrentes de forma negativa seguían siendo sus carceleros, amaba lo que era no importaba que causara tanto desastre emocional en su vida con los que se acercaran a él, jamás, había tenido novio, del poblado donde nació y creció no le fue posible ser parte de la “sociedad”, fue atacado por su esencia única, hasta llegar a la gran ciudad, donde empezaría conocer a personas increíbles como él. 


    Con dos trabajos era imposible salir a divertirse todos los días, tomando conciencia que de él dependía su abuelo y su hermana pequeña, omitía las salidas y cuando lo realizaba era al "Cosmos", bar conocido por todos y en solitario, una suave bebida y de nuevo al pequeño departamento que rentaba al sur. 

    Un día de aquellos que elegía para pasar un tiempo consigo mismo, el celular sonó, parando la música, llamando así la atención, los audífonos de diadema los llevó a al cuello. Con curiosidad, la vista se posó en aquel aparato, desbloqueando con el índice derecho, notó el  -"Hola ¡Qué tal!" -, que provenía de un número que no tenía registrado, por seguridad, no contestó, de nuevo llevando los audífonos a su cabeza, dejó que la música inundara sus oídos, cerró los ojos, disfrutando del aire puro bajo aquel árbol que regalaba una sombra fantástica en la banca metálica donde estaba posado. 
    Su rostro, aunque era sumamente afeminado, estaba dejando atrás las facciones de adolescente, los 20´s lo alcanzaron, el cabello corto quedaría atrás dejándolo crecer, esos rubios naturales y lacios tocaban las puntas de sus delgados y picudos hombros, la vestimenta más formal, pero siempre coloridas la mayoría de las veces.  Los sueños recurrentes de forma negativa seguían siendo sus carceleros, amaba lo que era no importaba que causara tanto desastre emocional en su vida con los que se acercaran a él, jamás, había tenido novio, del poblado donde nació y creció no le fue posible ser parte de la “sociedad”, fue atacado por su esencia única, hasta llegar a la gran ciudad, donde empezaría conocer a personas increíbles como él.  Con dos trabajos era imposible salir a divertirse todos los días, tomando conciencia que de él dependía su abuelo y su hermana pequeña, omitía las salidas y cuando lo realizaba era al "Cosmos", bar conocido por todos y en solitario, una suave bebida y de nuevo al pequeño departamento que rentaba al sur.  Un día de aquellos que elegía para pasar un tiempo consigo mismo, el celular sonó, parando la música, llamando así la atención, los audífonos de diadema los llevó a al cuello. Con curiosidad, la vista se posó en aquel aparato, desbloqueando con el índice derecho, notó el  -"Hola ¡Qué tal!" -, que provenía de un número que no tenía registrado, por seguridad, no contestó, de nuevo llevando los audífonos a su cabeza, dejó que la música inundara sus oídos, cerró los ojos, disfrutando del aire puro bajo aquel árbol que regalaba una sombra fantástica en la banca metálica donde estaba posado. 
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  • Entre la risa y el llanto, miraba todo lo que le habían regalado por una tontería pero, aún con la preocupación latente de Adán por él, simple y sencillamente había comprobado que tenía la razón.

    Sólo quien tuviera interés real en él, se tomaría la molestia de conseguir sus absurdas peticiones, cosa que no le sorprendió de su sobrinito o hermano, por el cariño que le demostraban, pero le dejaba claro que, como pareja o para una noche siquiera, no era realmente deseado ni lo valía.

    —Te lo dije...

    Musitó al aire, pues no estaba ahí el primer hombre, volviendo a la carcajada a la par que las lágrimas iban cayendo.
    Entre la risa y el llanto, miraba todo lo que le habían regalado por una tontería pero, aún con la preocupación latente de Adán por él, simple y sencillamente había comprobado que tenía la razón. Sólo quien tuviera interés real en él, se tomaría la molestia de conseguir sus absurdas peticiones, cosa que no le sorprendió de su sobrinito o hermano, por el cariño que le demostraban, pero le dejaba claro que, como pareja o para una noche siquiera, no era realmente deseado ni lo valía. —Te lo dije... Musitó al aire, pues no estaba ahí el primer hombre, volviendo a la carcajada a la par que las lágrimas iban cayendo.
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  • - mientras caminaba por el reino entre las personas, con a algo de comida que le habían regalado los humanos y las hadas que vivían Liones , mientras comía algo de pan dulce.-
    - mientras caminaba por el reino entre las personas, con a algo de comida que le habían regalado los humanos y las hadas que vivían Liones , mientras comía algo de pan dulce.-
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  • Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo.

    -Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara-

    El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
    Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo. -Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara- El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
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  • Buenos días, precioso Zul. ARTIZULT KHATSIS ㊄
    En esta oportunidad te invito este pastel Oreo, con flores de fondant, (todo adorno se come.) Hoy te voy a dar la primera clase de supervivencia en pareja:

    1. Si te nace regalar algo, por mas pequeño o grande que sea, con solo pensar en tu pareja. Hazlo. No caigas en dudas, solo hazlo.

    Si luego tienes dudas, siempre es bueno preguntar. La comunicación es lo mejor que debe haber cuando estas en una relación o con pareja.

    ¡Disfrutalo! Lo amarillo es frutilla, y si, he investigado, quiero que disfrutes la vida a mi lado.
    Buenos días, precioso Zul. [TimeGalaxi.1401] En esta oportunidad te invito este pastel Oreo, con flores de fondant, (todo adorno se come.) Hoy te voy a dar la primera clase de supervivencia en pareja: 1. Si te nace regalar algo, por mas pequeño o grande que sea, con solo pensar en tu pareja. Hazlo. No caigas en dudas, solo hazlo. Si luego tienes dudas, siempre es bueno preguntar. La comunicación es lo mejor que debe haber cuando estas en una relación o con pareja. ¡Disfrutalo! Lo amarillo es frutilla, y si, he investigado, quiero que disfrutes la vida a mi lado. :STK-13:
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  • - Dicen que... "Bbgghhhfff" en cada particula que nos compone, hay un universo escondido. Pues, esa ultima rebanada de pizza que comi... "Burp" esta haciendo que vomite una infinidad de galaxias en este momento... -
    - Dicen que... "Bbgghhhfff" en cada particula que nos compone, hay un universo escondido. Pues, esa ultima rebanada de pizza que comi... "Burp" esta haciendo que vomite una infinidad de galaxias en este momento... -
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    -Yoru: ¿Se puede saber qué haces!? ¿Tú, siempre, has odiado el día de San Valentín? ¿Qué bicho te picó, Asa? ¿Qué es eso de ir regalando chocolates? Maldita sea, céntrate, no caigas en esas ñoñerías, tú única misión de hoy es descojonarte de las flechas fallidas de cupido. Entendido (!?)
    -Yoru: ¿Se puede saber qué haces!? ¿Tú, siempre, has odiado el día de San Valentín? ¿Qué bicho te picó, Asa? ¿Qué es eso de ir regalando chocolates? Maldita sea, céntrate, no caigas en esas ñoñerías, tú única misión de hoy es descojonarte de las flechas fallidas de cupido. Entendido (!?)
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