• FLASHBACK — UNA HABITACIÓN DE MOTEL, EN ALGÚN LUGAR ENTRE LA NADA Y EL OLVIDO.

    La lluvia golpeaba el tejado de lata como un recordatorio constante de que el mundo afuera seguía, indiferente. La habitación estaba iluminada apenas por la lámpara oxidada del buró; la luz amarilla le daba a las paredes un aire sepia, como si todo estuviera atrapado en un recuerdo que se negaba a morir.

    Reina estaba acostada en la orilla de la cama, las manos entrelazadas como si pudiera contener algo en ellas. El agua de la ducha aún goteaba en el baño, pero hacía rato que se había bañado. No tenía ganas de secarse el cabello. No tenía ganas de nada.

    Una camiseta vieja —suya— le cubría el torso. Una de esas que él dejaba tirada sin pensar, con el olor a acero, madera vieja y ese maldito aroma a él que no se iba ni con los años. Apretó la tela entre sus dedos como si fuera una cuerda que evitaba que se ahogara del todo.

    La televisión estaba encendida en un canal que no veía. Las voces eran solo un ruido blanco. Ella miraba al vacío. Pero en realidad lo miraba a él. En su mente. En esos pequeños fragmentos donde aún existía, donde todavía sonreía torpemente, donde le tocaba la mejilla con esos dedos metálicos como si tuviera miedo de romperla.

    —“No supe qué hacer contigo. Nunca supe qué hacer con todo lo que sentía cuando me mirabas…”

    La frase le golpeó como un eco, como un susurro que él nunca dijo, pero que ella intuía. Siempre había algo contenido en Bucky, una guerra interna que nunca la dejó cruzar del todo. Y aún así… aún así, ella lo amó entero.

    Se inclinó hacia la pequeña mesa de noche y abrió el cajón. Ahí estaba su celular viejo, apagado desde hacía meses. Dudó. Lo encendió. La pantalla tardó más de lo normal, pero finalmente apareció su fondo de pantalla: una foto borrosa de un atardecer que captaron juntos, sin rostros, solo colores, solo una sensación.

    Entró en los mensajes. Deslizó hasta aquel que nunca envió:

    “No espero que vuelvas, solo quiero que sepas que te amé. Que cada segundo contigo me dolió y me sanó al mismo tiempo. Que aún duermo de tu lado de la cama. Que aún guardo tu número… aunque ya no marque nada.”



    El cursor parpadeó como un corazón nervioso. No lo envió. Apagó el celular. Se echó hacia atrás en la cama, dejando que las lágrimas finalmente rodaran sin permiso, sin orgullo.

    La habitación olía a humedad, a encierro, a pasado. Ella olía a él. Y dolía. Cómo dolía seguir amándolo en un mundo donde ya no estaba.

    Cerró los ojos.

    Y por un instante, juraría que él estaba ahí. Sentado en la silla, como antes. Mirándola con ese gesto de culpa y ternura que solo él sabía hacer.

    Pero al abrirlos, solo estaba la lluvia.

    Y un silencio que nunca dejaría de sonar.
    FLASHBACK — UNA HABITACIÓN DE MOTEL, EN ALGÚN LUGAR ENTRE LA NADA Y EL OLVIDO. La lluvia golpeaba el tejado de lata como un recordatorio constante de que el mundo afuera seguía, indiferente. La habitación estaba iluminada apenas por la lámpara oxidada del buró; la luz amarilla le daba a las paredes un aire sepia, como si todo estuviera atrapado en un recuerdo que se negaba a morir. Reina estaba acostada en la orilla de la cama, las manos entrelazadas como si pudiera contener algo en ellas. El agua de la ducha aún goteaba en el baño, pero hacía rato que se había bañado. No tenía ganas de secarse el cabello. No tenía ganas de nada. Una camiseta vieja —suya— le cubría el torso. Una de esas que él dejaba tirada sin pensar, con el olor a acero, madera vieja y ese maldito aroma a él que no se iba ni con los años. Apretó la tela entre sus dedos como si fuera una cuerda que evitaba que se ahogara del todo. La televisión estaba encendida en un canal que no veía. Las voces eran solo un ruido blanco. Ella miraba al vacío. Pero en realidad lo miraba a él. En su mente. En esos pequeños fragmentos donde aún existía, donde todavía sonreía torpemente, donde le tocaba la mejilla con esos dedos metálicos como si tuviera miedo de romperla. —“No supe qué hacer contigo. Nunca supe qué hacer con todo lo que sentía cuando me mirabas…” La frase le golpeó como un eco, como un susurro que él nunca dijo, pero que ella intuía. Siempre había algo contenido en Bucky, una guerra interna que nunca la dejó cruzar del todo. Y aún así… aún así, ella lo amó entero. Se inclinó hacia la pequeña mesa de noche y abrió el cajón. Ahí estaba su celular viejo, apagado desde hacía meses. Dudó. Lo encendió. La pantalla tardó más de lo normal, pero finalmente apareció su fondo de pantalla: una foto borrosa de un atardecer que captaron juntos, sin rostros, solo colores, solo una sensación. Entró en los mensajes. Deslizó hasta aquel que nunca envió: “No espero que vuelvas, solo quiero que sepas que te amé. Que cada segundo contigo me dolió y me sanó al mismo tiempo. Que aún duermo de tu lado de la cama. Que aún guardo tu número… aunque ya no marque nada.” El cursor parpadeó como un corazón nervioso. No lo envió. Apagó el celular. Se echó hacia atrás en la cama, dejando que las lágrimas finalmente rodaran sin permiso, sin orgullo. La habitación olía a humedad, a encierro, a pasado. Ella olía a él. Y dolía. Cómo dolía seguir amándolo en un mundo donde ya no estaba. Cerró los ojos. Y por un instante, juraría que él estaba ahí. Sentado en la silla, como antes. Mirándola con ese gesto de culpa y ternura que solo él sabía hacer. Pero al abrirlos, solo estaba la lluvia. Y un silencio que nunca dejaría de sonar.
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  • FLASHBACK: “El último regalo de Wade”

    La ciudad huele a metal quemado, a pólvora y decepción. El cielo, cubierto por nubes tan grises como su humor. Reina está sola en una azotea, con los nudillos partidos y el orgullo intacto. Ya no está Wade. Y lo más jodido de todo… es que lo extraña. Pero no lo diría ni aunque le pagaran.

    —Claro que sí, Wade. Abandoname con todo este mierdero encima. Muy en tu estilo. —masculla, mientras escupe sangre al suelo y se acomoda el hombro dislocado como si fuera rutina. Porque ya lo es.

    La pelea fue brutal. No fue contra una amenaza mundial, ni un supervillano de película. Fue contra un grupo de imbéciles con complejo de semidios, traficantes de tecnología Chitauri modificada. Pero para Reina fue más que una misión: fue la primera sin él.

    Y dolía.

    —¿Dónde carajos estás cuando te necesito, idiota? —le grita al vacío. Como si Wade respondiera desde algún rincón del multiverso con un chiste inapropiado.

    No lo hace. Pero en su cabeza, lo escucha:

    —“¿Otra vez te estás metiendo en peleas sin mí, pequeña psicópata? Maldita sea, te crié bien.”

    Eso le arranca una risa. Amarga. Como un trago de whisky barato después de una pelea que no querías ganar. Wade le enseñó muchas cosas: a usar su ira como arma, a reírse mientras sangra, a no pedir permiso. Pero también le enseñó a no confiar demasiado, porque incluso él se fue.

    —“El día que pelees sin mí y no mueras, vas a saber quién carajos eres.” —le había dicho una vez, entre tacos de carnitas y explosiones.

    Y ahora, ahí estaba. Viva. Ensangrentada. Y sola.

    —Bueno, Wade… sobreviví. ¿Ahora qué? —susurra al cielo.

    Una patrulla vuela por el horizonte. Ella baja la mirada. Camina hacia el borde de la azotea. Y justo antes de saltar al siguiente edificio, deja una pequeña bomba de humo con una calcomanía pegada.

    Un unicornio con una espada. La firma de Wade.

    —Pero si vuelves, idiota... más te vale no haberme olvidado. —y desaparece entre el humo.
    FLASHBACK: “El último regalo de Wade” La ciudad huele a metal quemado, a pólvora y decepción. El cielo, cubierto por nubes tan grises como su humor. Reina está sola en una azotea, con los nudillos partidos y el orgullo intacto. Ya no está Wade. Y lo más jodido de todo… es que lo extraña. Pero no lo diría ni aunque le pagaran. —Claro que sí, Wade. Abandoname con todo este mierdero encima. Muy en tu estilo. —masculla, mientras escupe sangre al suelo y se acomoda el hombro dislocado como si fuera rutina. Porque ya lo es. La pelea fue brutal. No fue contra una amenaza mundial, ni un supervillano de película. Fue contra un grupo de imbéciles con complejo de semidios, traficantes de tecnología Chitauri modificada. Pero para Reina fue más que una misión: fue la primera sin él. Y dolía. —¿Dónde carajos estás cuando te necesito, idiota? —le grita al vacío. Como si Wade respondiera desde algún rincón del multiverso con un chiste inapropiado. No lo hace. Pero en su cabeza, lo escucha: —“¿Otra vez te estás metiendo en peleas sin mí, pequeña psicópata? Maldita sea, te crié bien.” Eso le arranca una risa. Amarga. Como un trago de whisky barato después de una pelea que no querías ganar. Wade le enseñó muchas cosas: a usar su ira como arma, a reírse mientras sangra, a no pedir permiso. Pero también le enseñó a no confiar demasiado, porque incluso él se fue. —“El día que pelees sin mí y no mueras, vas a saber quién carajos eres.” —le había dicho una vez, entre tacos de carnitas y explosiones. Y ahora, ahí estaba. Viva. Ensangrentada. Y sola. —Bueno, Wade… sobreviví. ¿Ahora qué? —susurra al cielo. Una patrulla vuela por el horizonte. Ella baja la mirada. Camina hacia el borde de la azotea. Y justo antes de saltar al siguiente edificio, deja una pequeña bomba de humo con una calcomanía pegada. Un unicornio con una espada. La firma de Wade. —Pero si vuelves, idiota... más te vale no haberme olvidado. —y desaparece entre el humo.
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  • ㅤㅤ[ Flashback | ℑ'𝔩𝔩 𝔭𝔯𝔞ꪗ 𝔣𝔬𝔯 ꪗ𝔬𝔲, 𝔥𝔲𝔫 ✃𓄧꒷꒦ ]

    Las luces parpadeaban por todo el estadio en tonos rojos muy fuertes que a veces cambiaban a blancas. Bobby tenía los dedos como poseídos por fuego pasando de un acorde a otro con la naturalidad de quien lleva años tocando la guitarra como él lo llevaba haciendo. Sacudía la cabeza con fuerza sin perder una sola nota y se movía en el escenario con un carisma arrollador.

    ㅤEl bajo le retumbaba en el pecho y los golpes de la batería en el oído. Bobby estaba en donde sentía que pertenecía: en el escenario con su banda.

    —♪¡𝙄𝙧𝙚 𝙖𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤…!
    —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤!

    ㅤGritaba Lena, la vocalista principal, en el micrófono, y los fans le gritaban en coro de vuelta.

    —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙚𝙧 𝙮𝙤 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙖!

    ㅤEsa línea era el coro de 𝘙𝘰𝘤𝘬𝘴𝘵𝘢𝘳, la canción más exitosa que tenía Zona Zero. Una canción contra la industria y las expectativas.

    ㅤBobby se colocó a su lado para el coro y compartieron el micrófono sin pensarlo, como lo hacían siempre. Entre canción y canción se rozaban, se empujaban y se reían descaradamente. La química entre ellos era palpable y cuando se miraban a los ojos salía una tensión eléctrica que los fans adoraban y que liberaban detrás de escenas a escondidas de todos en forma de fuego y pasión. Bobby no cantaba con técnica como Lena, pero su voz rasposa encajaba perfecto en los coros.

    —♪𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! 𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! —Coreaba la pareja con los fans. Todos saltaban, empapados de sudor y de euforia absoluta.
    ㅤEntre salto y salto Bobby se agachaba para chocar los puños con los de primera fila que se apretaban contra la valla para verlo más de cerca y él les sonreía mostrando los dientes con el ego inflado.

    ㅤBobby no lo sabía pero esa era una de las últimas veces que tocarían juntos con tanta emoción. Después vendría el escándalo: la pelea en el after, las declaraciones, las culpas, las indirectas incluso en el escenario y finalmente su expulsión de la banda.

    ㅤLa prensa comenzaría a despedazarlo y los fans se iban a dividir… pero ahí, en ese instante y espacio, él sentía que el mundo entero coreaba la canción que había escrito, no existía un Bobby en crisis. Existía un Bobby completo.

    ㅤMas adelante se daría cuenta pero esa noche sería la última vez que haría eso para lo que había nacido: tocar con toda su alma.
    ㅤJusto ahí Bobby había sido una estrella de rock en todo el sentido de la palabra.

    ㅤㅤ[ Flashback | ℑ'𝔩𝔩 𝔭𝔯𝔞ꪗ 𝔣𝔬𝔯 ꪗ𝔬𝔲, 𝔥𝔲𝔫 ✃𓄧꒷꒦ ] Las luces parpadeaban por todo el estadio en tonos rojos muy fuertes que a veces cambiaban a blancas. Bobby tenía los dedos como poseídos por fuego pasando de un acorde a otro con la naturalidad de quien lleva años tocando la guitarra como él lo llevaba haciendo. Sacudía la cabeza con fuerza sin perder una sola nota y se movía en el escenario con un carisma arrollador. ㅤEl bajo le retumbaba en el pecho y los golpes de la batería en el oído. Bobby estaba en donde sentía que pertenecía: en el escenario con su banda. —♪¡𝙄𝙧𝙚 𝙖𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤…! —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤! ㅤGritaba Lena, la vocalista principal, en el micrófono, y los fans le gritaban en coro de vuelta. —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙚𝙧 𝙮𝙤 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙖! ㅤEsa línea era el coro de 𝘙𝘰𝘤𝘬𝘴𝘵𝘢𝘳, la canción más exitosa que tenía Zona Zero. Una canción contra la industria y las expectativas. ㅤBobby se colocó a su lado para el coro y compartieron el micrófono sin pensarlo, como lo hacían siempre. Entre canción y canción se rozaban, se empujaban y se reían descaradamente. La química entre ellos era palpable y cuando se miraban a los ojos salía una tensión eléctrica que los fans adoraban y que liberaban detrás de escenas a escondidas de todos en forma de fuego y pasión. Bobby no cantaba con técnica como Lena, pero su voz rasposa encajaba perfecto en los coros. —♪𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! 𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! —Coreaba la pareja con los fans. Todos saltaban, empapados de sudor y de euforia absoluta. ㅤEntre salto y salto Bobby se agachaba para chocar los puños con los de primera fila que se apretaban contra la valla para verlo más de cerca y él les sonreía mostrando los dientes con el ego inflado. ㅤBobby no lo sabía pero esa era una de las últimas veces que tocarían juntos con tanta emoción. Después vendría el escándalo: la pelea en el after, las declaraciones, las culpas, las indirectas incluso en el escenario y finalmente su expulsión de la banda. ㅤLa prensa comenzaría a despedazarlo y los fans se iban a dividir… pero ahí, en ese instante y espacio, él sentía que el mundo entero coreaba la canción que había escrito, no existía un Bobby en crisis. Existía un Bobby completo. ㅤMas adelante se daría cuenta pero esa noche sería la última vez que haría eso para lo que había nacido: tocar con toda su alma. ㅤJusto ahí Bobby había sido una estrella de rock en todo el sentido de la palabra.
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ⁀જ✈︎登別 | 温泉 ]

    ㅤNo necesitaba una excusa para tener una cita consigo mismo. Además le gustaba darse regalos y como fuera se consentiría cuando el cuerpo se lo pidiera, así que estaba más que listo para lo que se venía. Soltó un suspiro y sonrío de inmediato al verse por fin parado frente a las puertas del hotel.

    ㅤHabía tomado un vuelo a Noboribetsu, Japón, que había durado muchas más horas de las deseadas y luego un tren hasta el hotel. Todo en busca de un fin de semana relajante.

    ㅤRecibió una habitación con una vista espectacular al exterior. Le gustó ver las montañas con sus distintivos tonos dorados y blancos porque se combinaban con el verde de los arboles que florecían por el cambio de estación y de nuevo sonrió: estaba emocionado.

    ㅤHabía pasado por mucho las últimas semanas: él contra él y se negaba a seguir en las mismas. Sacudió la cabeza y con ella, todos sus pensamientos y se obligó a estar en el presente, ya tenía su primera tarea completada, que era llegar.

    ㅤCuando ya caía la noche se desnudó y se duchó para despertar su cuerpo del viaje. Al salir del baño se puso una bata y sin agregarle más que una toalla en la mano, fue en busca de los termales a pesar del frío... y ni hablar de su felicidad cuando al fin se vio parado frente al caliente cuerpo de agua.

    ㅤTiró la bata y la toalla a un lado. Un pie adentro, luego el otro y pronto estuvo estuvo sumergido hasta el pecho en esas aguas calientes en las que tanto había pensado. Era el cielo.

    ㅤCerró los ojos y viajó con el sonido del agua que caía... pronto no hubo nada más que una sensación de paz.

    —Ya volví a amar la vida.

    ㅤSe dijo en voz baja.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ⁀જ✈︎登別 | 温泉 ] ㅤNo necesitaba una excusa para tener una cita consigo mismo. Además le gustaba darse regalos y como fuera se consentiría cuando el cuerpo se lo pidiera, así que estaba más que listo para lo que se venía. Soltó un suspiro y sonrío de inmediato al verse por fin parado frente a las puertas del hotel. ㅤHabía tomado un vuelo a Noboribetsu, Japón, que había durado muchas más horas de las deseadas y luego un tren hasta el hotel. Todo en busca de un fin de semana relajante. ㅤRecibió una habitación con una vista espectacular al exterior. Le gustó ver las montañas con sus distintivos tonos dorados y blancos porque se combinaban con el verde de los arboles que florecían por el cambio de estación y de nuevo sonrió: estaba emocionado. ㅤHabía pasado por mucho las últimas semanas: él contra él y se negaba a seguir en las mismas. Sacudió la cabeza y con ella, todos sus pensamientos y se obligó a estar en el presente, ya tenía su primera tarea completada, que era llegar. ㅤCuando ya caía la noche se desnudó y se duchó para despertar su cuerpo del viaje. Al salir del baño se puso una bata y sin agregarle más que una toalla en la mano, fue en busca de los termales a pesar del frío... y ni hablar de su felicidad cuando al fin se vio parado frente al caliente cuerpo de agua. ㅤTiró la bata y la toalla a un lado. Un pie adentro, luego el otro y pronto estuvo estuvo sumergido hasta el pecho en esas aguas calientes en las que tanto había pensado. Era el cielo. ㅤCerró los ojos y viajó con el sonido del agua que caía... pronto no hubo nada más que una sensación de paz. —Ya volví a amar la vida. ㅤSe dijo en voz baja.
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  • ||Rol con Zagreo the Dark Demon Greek Mitology


    Era medio día, en verdad Alexa había dormido hasta tarde, lo cual era normal es su estado.

    Su esposo se había ido muy temprano a cumplir con sus responsabilidades. Así que estaba sola con el pequeño que se encontraba en su vientre creciendo.

    Loa últimos nueve meses habían sido raros en muchos sentidos, pues sus recuerdos habían estado jugando con su mente y sentimientos, este no era su primer embarazo, algo que no había tenido el valor de contarle a nadie de su alrededor, ni siquiera a su amado esposo.

    Suspiro, realmente estaba abrumada, tenia miedo por el pequeño que crecía dentro de ella, por su naturaleza, por la luna, por Ian... No quería estresarse con aquellos pensamientos ni con los recuerdos de su primer embarazo... Tembló ligeramente ante el rápido flashback que contuvo de inmediato, todo lo que ella sentía tambien lo sentía su pequeño así que justo ahora debía tener cuidado.

    - Te prometo que estarás bien, voy a cuidarte y nada podrá hacerte daño...

    Hablo mientras acariciaba su vientre, esta ansiosa por tenerlo entre sus brazos, seria pronto y tendría que estar lista para ello, esperaba que ese día la luna estuviera en el cielo cuidándolos a ambos.

    Había decidió salir a dar un pequeño paseo, caminar por el jardín de la casa Selene, cuando de repente un fuerte dolor la hizo doblarse, era como si alguien intentara romper su espalda de un golpe, su respiración se agito mientras ella detenía su vientre con su mano en pasos torpes y desorientados, no entendió que pasaba aquello se detuvo, su frente perlada y sus piernas temblorosas se relajaron por unos segundos cuando el dolor volvió, mas fuerte recorriendo todo su cuerpo arrancándole un grito de su garganta.

    Tras unos minutos donde arrastro su cuerpo a la residencia como bien pudo luchando contra aquellos dolores lo comprendió, contracciones, su pequeño estaba listo para venir al mundo e iba a necesitar que alguien la ayudara, un par de soldados fieles a su padre la vieron y corrieron en su ayuda, esperaba que su amado notara que algo le sucedía, que su collar le alertara, no quería que el príncipe se perdiera el gran suceso.


    ||Rol con [Dark_demon] Era medio día, en verdad Alexa había dormido hasta tarde, lo cual era normal es su estado. Su esposo se había ido muy temprano a cumplir con sus responsabilidades. Así que estaba sola con el pequeño que se encontraba en su vientre creciendo. Loa últimos nueve meses habían sido raros en muchos sentidos, pues sus recuerdos habían estado jugando con su mente y sentimientos, este no era su primer embarazo, algo que no había tenido el valor de contarle a nadie de su alrededor, ni siquiera a su amado esposo. Suspiro, realmente estaba abrumada, tenia miedo por el pequeño que crecía dentro de ella, por su naturaleza, por la luna, por Ian... No quería estresarse con aquellos pensamientos ni con los recuerdos de su primer embarazo... Tembló ligeramente ante el rápido flashback que contuvo de inmediato, todo lo que ella sentía tambien lo sentía su pequeño así que justo ahora debía tener cuidado. - Te prometo que estarás bien, voy a cuidarte y nada podrá hacerte daño... Hablo mientras acariciaba su vientre, esta ansiosa por tenerlo entre sus brazos, seria pronto y tendría que estar lista para ello, esperaba que ese día la luna estuviera en el cielo cuidándolos a ambos. Había decidió salir a dar un pequeño paseo, caminar por el jardín de la casa Selene, cuando de repente un fuerte dolor la hizo doblarse, era como si alguien intentara romper su espalda de un golpe, su respiración se agito mientras ella detenía su vientre con su mano en pasos torpes y desorientados, no entendió que pasaba aquello se detuvo, su frente perlada y sus piernas temblorosas se relajaron por unos segundos cuando el dolor volvió, mas fuerte recorriendo todo su cuerpo arrancándole un grito de su garganta. Tras unos minutos donde arrastro su cuerpo a la residencia como bien pudo luchando contra aquellos dolores lo comprendió, contracciones, su pequeño estaba listo para venir al mundo e iba a necesitar que alguien la ayudara, un par de soldados fieles a su padre la vieron y corrieron en su ayuda, esperaba que su amado notara que algo le sucedía, que su collar le alertara, no quería que el príncipe se perdiera el gran suceso.
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ]

    𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘮𝘦𝘳,
    𝘴𝘪 𝘤𝘢𝘦𝘮𝘰𝘴
    𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘦♫" —(𝘍𝘢𝘭𝘭𝘦𝘯, 𝘡𝘰𝘯𝘢 𝘡𝘦𝘳𝘰)

    Por un momento Bobby volvió a ser alguien que ya no existía y sobre todo con el que no se identificaba.

    Las luces del reflector y los flashes cegándolo le dieron la razón. Entre poses naturales y otras entrenadas, recordó que ese lado 'pop' de la música y la fama nunca había sido para él.

    Sí, amaba estar en el estudio, el escenario y los fans pero ¿la revistas? ¿La moda? ¿La 𝘩𝘢𝘶𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘶𝘵𝘶𝘳𝘦? Lo hacían sentir como pez fuera del agua.

    Pero Bobby no era hipócrita. El estar en una sesión fotográfica era como volver al pasado y bien suelen decir que todo tiempo pasado fue mejor y mal que bien, a Bobby le gustó sentirse de vuelta a esa época dorada y no se arrepintió de haber hecho el favor a último momento.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ] 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘮𝘦𝘳, 𝘴𝘪 𝘤𝘢𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘦♫" —(𝘍𝘢𝘭𝘭𝘦𝘯, 𝘡𝘰𝘯𝘢 𝘡𝘦𝘳𝘰) Por un momento Bobby volvió a ser alguien que ya no existía y sobre todo con el que no se identificaba. Las luces del reflector y los flashes cegándolo le dieron la razón. Entre poses naturales y otras entrenadas, recordó que ese lado 'pop' de la música y la fama nunca había sido para él. Sí, amaba estar en el estudio, el escenario y los fans pero ¿la revistas? ¿La moda? ¿La 𝘩𝘢𝘶𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘶𝘵𝘶𝘳𝘦? Lo hacían sentir como pez fuera del agua. Pero Bobby no era hipócrita. El estar en una sesión fotográfica era como volver al pasado y bien suelen decir que todo tiempo pasado fue mejor y mal que bien, a Bobby le gustó sentirse de vuelta a esa época dorada y no se arrepintió de haber hecho el favor a último momento.
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  • << FLASHBACK: Les dije que pagaran a tiempo.
    Ahora tendré que limpiar todo este desastre. >>
    << FLASHBACK: Les dije que pagaran a tiempo. Ahora tendré que limpiar todo este desastre. >>
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  • ────Este traje me trae buenos recuerdos...

    -flashbacks en Salem- (?)
    ────Este traje me trae buenos recuerdos... -flashbacks en Salem- (?)
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ||¿No les pasa que tienen un personaje tan grabado a fuego que les es difícil como salir de todo el o dejar de extrañarle? User experimentando flashbacks a blanco y negro con la música del titanic de fondo (?)
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  • #Flashback #OutOfThePlot

    —Aprovechando los momentos antes de tener que irse a trabajar, Violet habia preparado al detalle el cumpleaños de Cameron Lee Keane. Puede que tuvieran poco tiempo para celebraciones, puede que tuvieran que irse a trabajar en breve, pero la auror no pensaba perder ni un segundo para empezar a celebrar el cumpleaños de su estupendo, valiente y perfecto prometido. Por lo que habia preparado un desayuno digno de un rey y, sobre la mesa habia preparado un excelente servicio de regalos de cumpleaños: una tunica de invierno nueva, un nuevo juego de pluma y tinteros de diferentes tintas de colores y texturas, un kit de limpieza y mantenimiento de varita y, por supuesto una nueva cazadora de cuero.—

    ¡Feliz cumpleaños!

    —Proclama la Slytherin cuando ve aparecer a su prometido. Desde la trona, la pequeña Minerva da unos cortos y suaves aplausos acompañados de una ligera carcajada—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    #Flashback #OutOfThePlot —Aprovechando los momentos antes de tener que irse a trabajar, Violet habia preparado al detalle el cumpleaños de [xLKeane]. Puede que tuvieran poco tiempo para celebraciones, puede que tuvieran que irse a trabajar en breve, pero la auror no pensaba perder ni un segundo para empezar a celebrar el cumpleaños de su estupendo, valiente y perfecto prometido. Por lo que habia preparado un desayuno digno de un rey y, sobre la mesa habia preparado un excelente servicio de regalos de cumpleaños: una tunica de invierno nueva, un nuevo juego de pluma y tinteros de diferentes tintas de colores y texturas, un kit de limpieza y mantenimiento de varita y, por supuesto una nueva cazadora de cuero.— ¡Feliz cumpleaños! —Proclama la Slytherin cuando ve aparecer a su prometido. Desde la trona, la pequeña Minerva da unos cortos y suaves aplausos acompañados de una ligera carcajada— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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