• 𝐸𝑠𝑒 𝑚𝑢𝑟𝑜, 𝑛𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑎𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒
    Fandom Castle
    Categoría Acción
    · 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​...
    ㅤㅤ⤹ Kate Beckett


    La realidad supera a la ficción.
    A él cómo escritor de misterio esa frase nunca le había hecho especial gracia. Y hasta ese momento había mantenido sin mucho problema si teoría de que a pesar de que todo escritor necesitaba de una inspiración para llevar sus historias a término, el toque que su imaginación les daba a los libros no era algo que se pudiera conseguir en la aleatoriedad del universo.
    Y sin embargo, en los últimos tiempos… todo aquello había cambiado.

    Cualquiera diría que estaba viviendo una trama de sus novelas. Pero aquello era la vida real y sin embargo había arrastrado fuera de hangar a Kate, habían matado a Montgomery, habían disparado a la inspectora, había eludido la muerte…
    Ante el miedo de perderla Castle le había confesado lo que casi no había aceptado ni ante sí mismo.
    No… aquello no estaba guionizado, ni si quiera se le podría haber ocurrido a la mente más aguda del mejor escritor del mundo…

    Y allí estaba él, en medio de toda aquella vorágine, investigando a escondidas, tratando de encontrar el culpable, de saber quién había contratado aquel francotirador para acabar con la vida de Kate, luchando contra ella y su obsesión por encontrar al asesino su madre. Debia mantenerla lejos de todo aquello, no porque el escritor no quisiera que descubrir aquello y darle a Kate la paz y la justicia que ansiaba, sino porque era la única forma de mantenerla a salvo.

    Como guinda de todo aquello, Richard Castle, un hombre intrínsecamente irónico, el cual usaba el humor como escape, arma y escudo, había pasado a lidiar con la decepción ante la falta de recuerdos de Kate en todo lo referente a su ataque, y por consiguiente a su estúpida y ridícula declaración.
    No ponía en duda en ningún momento la veracidad de todo aquello, pero si sabía, y así se lo había dicho porque no era capaz de guardárselo más, que Kate se refugiaba en su obsesión, y en relaciones con hombres que realmente no amaba.
    No estaba diciendo con todo aquello que le amara a él…
    No, no era tan ingenuo, aunque mentiría si dijera que en ocasiones no le era difícil imaginarse que era verdad. Aquellas miradas de la inspectora, sus gestos, sus palabras, la complicidad más que patente entre ellos… no estaban solo en su cabeza, todo aquello existía de verdad y daba alas a su prolífica mente.

    Sabía que aquel muro tras el que se protegía Kate no duraría para siempre, tan solo necesitaba ser lo suficientemente paciente, y por el momento parecía valerle ser el único en aquella relación.
    Parecía valerle hasta tal punto que aquella mañana había cambiado su “𝑚𝑜𝑑𝑢𝑠 𝑜𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑖” había pasado por la misma cafetería de siempre donde ya le tenían preparados los dos cafés de todas las mañanas.
    Había sacado su móvil y lo había pasado por el datafono que le tendía la dependienta mientras le miraba directamente a los ojos con una enorme sonrisa y se despedía con un travieso guiño de ojos.

    De camino hasta su meta le habían pedido un par de fotos, había saludado a un grupo de turistas asiáticos en la acera de enfrente… Nada fuera de lo común, nada a excepción de su destino. En aquella mañana no era la comisaria, si no…

    Su dedo índice derecho busca por unos segundos, revoloteando sobre la tabla con la lista de los pisos y sus respectivos botones.
    Cuando encuentra el que busca hunde el dedo y espera unos segundos antes de escuchar la voz femenina.

    — Su pedido de 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑒𝑟𝑜'𝑠 𝑃𝑎𝑠𝑡𝑖𝑐𝑐𝑒𝑟𝑖𝑎 & 𝐶𝑎𝑓𝑓𝑒 ha llegado, ¿sería tan amable de permitirnos la entrada?
    · 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​... ㅤㅤ⤹ [D0ntCallMeMuse] La realidad supera a la ficción. A él cómo escritor de misterio esa frase nunca le había hecho especial gracia. Y hasta ese momento había mantenido sin mucho problema si teoría de que a pesar de que todo escritor necesitaba de una inspiración para llevar sus historias a término, el toque que su imaginación les daba a los libros no era algo que se pudiera conseguir en la aleatoriedad del universo. Y sin embargo, en los últimos tiempos… todo aquello había cambiado. Cualquiera diría que estaba viviendo una trama de sus novelas. Pero aquello era la vida real y sin embargo había arrastrado fuera de hangar a Kate, habían matado a Montgomery, habían disparado a la inspectora, había eludido la muerte… Ante el miedo de perderla Castle le había confesado lo que casi no había aceptado ni ante sí mismo. No… aquello no estaba guionizado, ni si quiera se le podría haber ocurrido a la mente más aguda del mejor escritor del mundo… Y allí estaba él, en medio de toda aquella vorágine, investigando a escondidas, tratando de encontrar el culpable, de saber quién había contratado aquel francotirador para acabar con la vida de Kate, luchando contra ella y su obsesión por encontrar al asesino su madre. Debia mantenerla lejos de todo aquello, no porque el escritor no quisiera que descubrir aquello y darle a Kate la paz y la justicia que ansiaba, sino porque era la única forma de mantenerla a salvo. Como guinda de todo aquello, Richard Castle, un hombre intrínsecamente irónico, el cual usaba el humor como escape, arma y escudo, había pasado a lidiar con la decepción ante la falta de recuerdos de Kate en todo lo referente a su ataque, y por consiguiente a su estúpida y ridícula declaración. No ponía en duda en ningún momento la veracidad de todo aquello, pero si sabía, y así se lo había dicho porque no era capaz de guardárselo más, que Kate se refugiaba en su obsesión, y en relaciones con hombres que realmente no amaba. No estaba diciendo con todo aquello que le amara a él… No, no era tan ingenuo, aunque mentiría si dijera que en ocasiones no le era difícil imaginarse que era verdad. Aquellas miradas de la inspectora, sus gestos, sus palabras, la complicidad más que patente entre ellos… no estaban solo en su cabeza, todo aquello existía de verdad y daba alas a su prolífica mente. Sabía que aquel muro tras el que se protegía Kate no duraría para siempre, tan solo necesitaba ser lo suficientemente paciente, y por el momento parecía valerle ser el único en aquella relación. Parecía valerle hasta tal punto que aquella mañana había cambiado su “𝑚𝑜𝑑𝑢𝑠 𝑜𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑖” había pasado por la misma cafetería de siempre donde ya le tenían preparados los dos cafés de todas las mañanas. Había sacado su móvil y lo había pasado por el datafono que le tendía la dependienta mientras le miraba directamente a los ojos con una enorme sonrisa y se despedía con un travieso guiño de ojos. De camino hasta su meta le habían pedido un par de fotos, había saludado a un grupo de turistas asiáticos en la acera de enfrente… Nada fuera de lo común, nada a excepción de su destino. En aquella mañana no era la comisaria, si no… Su dedo índice derecho busca por unos segundos, revoloteando sobre la tabla con la lista de los pisos y sus respectivos botones. Cuando encuentra el que busca hunde el dedo y espera unos segundos antes de escuchar la voz femenina. — Su pedido de 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑒𝑟𝑜'𝑠 𝑃𝑎𝑠𝑡𝑖𝑐𝑐𝑒𝑟𝑖𝑎 & 𝐶𝑎𝑓𝑓𝑒 ha llegado, ¿sería tan amable de permitirnos la entrada?
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 223 vistas
  • #MonoRol

    𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎
    ...
    𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚
    𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈


    La campana resonó en el edificio escolar, anunciando el inicio del receso. Con entusiasmo, los estudiantes comenzaron a levantarse de sus pupitres y salir del salón, deseosos de disfrutar de esos valiosos minutos de recreo. El corredor se llenó rápidamente de risas y conversaciones, creando una atmósfera de alegría y energía juvenil.

    Entre el bullicio, algunos estudiantes optaron por quedarse en el salón, ya sea por tener tareas atrasadas o por simplemente desear un momento de tranquilidad. Entre esos que se quedaron, estaba Doria, aquel albino quien, a decir verdad era el único allí de su salón.

    La luz suave del sol bañaba su pupitre a través de la ventana abierta, dándole la oportunidad perfecta para leer.

    El joven peliblanco sacó un libro de su mochila, uno que había estado esperando leer desde que lo escuchó: Cincuenta Sombras de Grey.

    Y así el salón vacío y tranquilo se convirtió en su refugio personal, un espacio donde podía sumergirse en la lectura y así disfrutar de la paz.

    Dorian era un alma solitaria en un mar de grupos bien definidos dentro de la academia. No encajaba con los populares que disfrutaban de la atención constante y el glamour de la adolescencia. Tampoco con los rudos, cuyas conversaciones y actividades involucraban agresividad que no compartía. Los frikis y Otakus, apasionados por sus mundos de fantasía y ciencia ficción, también parecían un universo muy distante para él. Ni siquiera se sentía cómodo entre los inteligentes, cuyo mundo giraba en torno a logros académicos y debates intelectuales.

    En fin, Dorian no encontraba su lugar en ninguno de aquellos grupos tan claramente delineados. Como resultado, solía quedarse solo, mientras los demás lo veían con curiosidad, como si fuera una anomalía en el sistema social de la escuela.

    A medida que leía, sus ojos se desviaban de vez en cuando hacia la ventana, observando con un dejo de tristeza cómo los demás estudiantes jugaban y conversaban en el patio. El ruido distante de sus risas y gritos llegaba a sus oídos, hasta que, inevitablemente, aparecieron aquellos que siempre le molestaban.

    Su presencia era como una tormenta anunciada, trayendo consigo insultos y provocaciones que buscaban minar su tranquilidad. Sin embargo, esta vez, Dorian ya sabía qué hacer. Se levantó y se metió en problemas una vez más solo para defenderse y demostrar que él no era un simple adolescente y ya.
    #MonoRol 𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎 ... 𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈 La campana resonó en el edificio escolar, anunciando el inicio del receso. Con entusiasmo, los estudiantes comenzaron a levantarse de sus pupitres y salir del salón, deseosos de disfrutar de esos valiosos minutos de recreo. El corredor se llenó rápidamente de risas y conversaciones, creando una atmósfera de alegría y energía juvenil. Entre el bullicio, algunos estudiantes optaron por quedarse en el salón, ya sea por tener tareas atrasadas o por simplemente desear un momento de tranquilidad. Entre esos que se quedaron, estaba Doria, aquel albino quien, a decir verdad era el único allí de su salón. La luz suave del sol bañaba su pupitre a través de la ventana abierta, dándole la oportunidad perfecta para leer. El joven peliblanco sacó un libro de su mochila, uno que había estado esperando leer desde que lo escuchó: Cincuenta Sombras de Grey. Y así el salón vacío y tranquilo se convirtió en su refugio personal, un espacio donde podía sumergirse en la lectura y así disfrutar de la paz. Dorian era un alma solitaria en un mar de grupos bien definidos dentro de la academia. No encajaba con los populares que disfrutaban de la atención constante y el glamour de la adolescencia. Tampoco con los rudos, cuyas conversaciones y actividades involucraban agresividad que no compartía. Los frikis y Otakus, apasionados por sus mundos de fantasía y ciencia ficción, también parecían un universo muy distante para él. Ni siquiera se sentía cómodo entre los inteligentes, cuyo mundo giraba en torno a logros académicos y debates intelectuales. En fin, Dorian no encontraba su lugar en ninguno de aquellos grupos tan claramente delineados. Como resultado, solía quedarse solo, mientras los demás lo veían con curiosidad, como si fuera una anomalía en el sistema social de la escuela. A medida que leía, sus ojos se desviaban de vez en cuando hacia la ventana, observando con un dejo de tristeza cómo los demás estudiantes jugaban y conversaban en el patio. El ruido distante de sus risas y gritos llegaba a sus oídos, hasta que, inevitablemente, aparecieron aquellos que siempre le molestaban. Su presencia era como una tormenta anunciada, trayendo consigo insultos y provocaciones que buscaban minar su tranquilidad. Sin embargo, esta vez, Dorian ya sabía qué hacer. Se levantó y se metió en problemas una vez más solo para defenderse y demostrar que él no era un simple adolescente y ya.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 1190 vistas
  • La "mascota" del profesor
    Fandom Freerol
    Categoría Otros
    Este rol es bullying y todo es ficción. Si te hacen bullying no te calles y dilo, por lo contrario si sabes que a una persona se lo hacen habla por favor.

    Ana Swan (AU)
    Anne Halliwell
    Elisabeth Turner
    Ivanna 𝑺𝒑𝒆𝒍𝒍𝒎𝒂𝒏
    𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    𝐄𝐋𝐄𝐊𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    Inanna Báthory


    Amanda (AU)

    Caminaba por los pasillos estaba ya bien harta de la gorda de Halliwell, siempre ella la que destaca en clase del profesor Williams y yo tenía un objetivo muy claro querer acostarme con tremendo tío bueno.

    Mire a mí secuaz

    - ¿ Dónde crees qué está la foca esa ? -



    ⚠️ Este rol es bullying y todo es ficción. Si te hacen bullying no te calles y dilo, por lo contrario si sabes que a una persona se lo hacen habla por favor. [CxLillith] (AU) [Featherington_cx] [Abbey_Thc] [ThxGreen] [ThxArgent91] [ThxgirlArgent91] [Thxqueenvampire13] Amanda (AU) Caminaba por los pasillos estaba ya bien harta de la gorda de Halliwell, siempre ella la que destaca en clase del profesor Williams y yo tenía un objetivo muy claro querer acostarme con tremendo tío bueno. Mire a mí secuaz - ¿ Dónde crees qué está la foca esa ? -
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    109 turnos 0 maullidos 932 vistas
  • #Monorol

    𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎
    ...
    𝐿𝑎 𝑉𝑜𝑟𝑎𝑔𝑖𝑛𝑒
    𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 𝐼𝐼

    ❝Todos los pequeños que dejaste sin futuro❞

    Un ruido inesperado lo puso en suma guardia y con mucha rapidez dirigió el cañón de su plateada arma hacia el origen del sonido. Sin perder tiempo sus ojos verdosos cuál esmeralda brillante, analizaron cada sombra de aquella habitación sumida en penumbras. Una estancia que él recordaba muy bien.

    Aún con su arma en mano, caminó lentamente hacia la alcoba asegurandose de estar precavido ante cualquier amenaza. La mansión era un nido de trampas y secretos. Poco a poco fue entrando, y lentamente sus ojos se estaban adaptando a la penumbra, hasta que de golpe, las luces se encendieron. De pronto, Dorian pudo ver algo que había intentado olvidar durante años:

    Un antiguo laboratorio dentro de la mansión o orfanato dejado a su suerte. En su corazón, un gran tanque en forma de cápsula se erguía como una señal de algo siniestro que se hacía a espaldas de la sociedad, sus cristales destrozados se hallaban dispersos por todo el suelo de mármol blanco, reflejando la luz en fragmentos brillantes como si lo que estaba allí hubiese salido mal. Mesas de estudio, ahora cubiertas de polvo, sostenían instrumentos científicos corroídos por el tiempo, mientras que un olor a descomposición y químicos viejos llenaba el aire. Era todo una odisea de objetos sacados de alguna película de ficción. Sin embargo era una realidad que Dorian habia querido olvidar.

    Soltó un suspiro de decepción e inclinó el rostro de dolor mientras bajaba su pesada arma. Un instante más y las memorias de su pasado lo abrazaron para hacerle recordar quien era.

    ❝Me prometiste que iba a mejorar, que todo lo que hacías era por mi bien. Todos esos pequeños... Todas las torturas.... Todo era para que yo fuese perfecto.... ❞

    De repente, la ira de un rencor profundo lo invadió y levantó la cabeza con los ojos encendidos en ese furor que solo se manifiesta con aquellos que sufren injustamente.

    ❝¡¡¡PERO TODO ERA MENTIRA!!! MALDITO EGOISTA❞

    Grito frenéticamente...

    #Monorol 𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎 ... 𝐿𝑎 𝑉𝑜𝑟𝑎𝑔𝑖𝑛𝑒 𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 𝐼𝐼 ❝Todos los pequeños que dejaste sin futuro❞ Un ruido inesperado lo puso en suma guardia y con mucha rapidez dirigió el cañón de su plateada arma hacia el origen del sonido. Sin perder tiempo sus ojos verdosos cuál esmeralda brillante, analizaron cada sombra de aquella habitación sumida en penumbras. Una estancia que él recordaba muy bien. Aún con su arma en mano, caminó lentamente hacia la alcoba asegurandose de estar precavido ante cualquier amenaza. La mansión era un nido de trampas y secretos. Poco a poco fue entrando, y lentamente sus ojos se estaban adaptando a la penumbra, hasta que de golpe, las luces se encendieron. De pronto, Dorian pudo ver algo que había intentado olvidar durante años: Un antiguo laboratorio dentro de la mansión o orfanato dejado a su suerte. En su corazón, un gran tanque en forma de cápsula se erguía como una señal de algo siniestro que se hacía a espaldas de la sociedad, sus cristales destrozados se hallaban dispersos por todo el suelo de mármol blanco, reflejando la luz en fragmentos brillantes como si lo que estaba allí hubiese salido mal. Mesas de estudio, ahora cubiertas de polvo, sostenían instrumentos científicos corroídos por el tiempo, mientras que un olor a descomposición y químicos viejos llenaba el aire. Era todo una odisea de objetos sacados de alguna película de ficción. Sin embargo era una realidad que Dorian habia querido olvidar. Soltó un suspiro de decepción e inclinó el rostro de dolor mientras bajaba su pesada arma. Un instante más y las memorias de su pasado lo abrazaron para hacerle recordar quien era. ❝Me prometiste que iba a mejorar, que todo lo que hacías era por mi bien. Todos esos pequeños... Todas las torturas.... Todo era para que yo fuese perfecto.... ❞ De repente, la ira de un rencor profundo lo invadió y levantó la cabeza con los ojos encendidos en ese furor que solo se manifiesta con aquellos que sufren injustamente. ❝¡¡¡PERO TODO ERA MENTIRA!!! MALDITO EGOISTA❞ Grito frenéticamente...
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    3
    0 turnos 0 maullidos 1191 vistas
  • ━━━༻❁༺━━━━━━━━━━━━
    Cuánto tiempo. . . Aliada. . .

    [ A través de los míticos y largos años, los ancianos narraban con voces quebradas historias de una Reina Escarlata, historias de una Reina que conquistó, con el furor de su espada, un reino opresivo y esclavista. Lo irónico es que subyugó a quienes la habían subyugado. Según los relatos transmitidos de boca en boca por tiempo de dias y largura de noches, esta reina era la única llama de sangre, una raza sumamente poderosa que fue tachada de brujos y herejes, enseguida perseguída, esclavizada y casi aniquilada.

    Se decía que su poder era tan inmenso que podía doblegar a los más fuertes con solo una mirada, una mirada de llama, porque ese era su poder, la llama.

    Sin embargo, parecía que desde las profundidades de la oscuridad, se urdían planes meticulosos, cada movimiento de la pelirroja reina fue calculado con precisión por algo. La reina escarlata, aunque poderosa, no estaba sola en su lucha. Fuerzas invisibles guiaban su camino, asegurándose de que cada obstáculo fuera superado, cada enemigo derrotado. Era como si un maestro titiritero dirigiera una obra épica, o como si un celebre pintor ilustrara un cuadro, donde la reina era la protagonista, pero no la única arquitecta de su destino. En las sombras, el verdadero artífice del triunfo observaba, satisfecho con el desenlace de su manipulada trama.

    Al menos, estas eran las teorías de conspiración que se desplegaban por la población. Las calles murmullos, cada rincón albergaba una nueva versión de los eventos. Lo que comenzó como simples rumores, pronto se convirtió en una narrativa colectiva, donde cada persona añadía su propio toque, haciendo que la leyenda de la reina escarlata y su enigmático benefactor pareciera más tangible, más auténtica. En cada relato, la línea entre la realidad y la ficción se desdibujaba, alimentando la imaginación de todos aquellos que escuchaban.

    La reina escarlata ahora estaba asentada en su trono de gloria, rodeada por el resplandor de su victoria. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sabía que debía regresar a Gazú, su benefactor en las sombras. Ahora, con la corona sobre su cabeza y el reino a sus pies, sentía la necesidad de rendir homenaje a quien había sido su guía y protector. Gazú, Maestro de las sombras, Maestro titiritero y Pintor del Cuadro, había sido fundamental en su ascenso.

    ¿Cómo será ese reencuentro de Aliados? ¿El tiempo ha apañado su alianza? ¿Porque hubo un silencio entre ambos?

    La respuesta como siempre. . . . La dará el tiempo ]

    𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆
    ━━━༻❁༺━━━━━━━━━━━━ 🌹 Cuánto tiempo. . . Aliada. . . [ A través de los míticos y largos años, los ancianos narraban con voces quebradas historias de una Reina Escarlata, historias de una Reina que conquistó, con el furor de su espada, un reino opresivo y esclavista. Lo irónico es que subyugó a quienes la habían subyugado. Según los relatos transmitidos de boca en boca por tiempo de dias y largura de noches, esta reina era la única llama de sangre, una raza sumamente poderosa que fue tachada de brujos y herejes, enseguida perseguída, esclavizada y casi aniquilada. Se decía que su poder era tan inmenso que podía doblegar a los más fuertes con solo una mirada, una mirada de llama, porque ese era su poder, la llama. Sin embargo, parecía que desde las profundidades de la oscuridad, se urdían planes meticulosos, cada movimiento de la pelirroja reina fue calculado con precisión por algo. La reina escarlata, aunque poderosa, no estaba sola en su lucha. Fuerzas invisibles guiaban su camino, asegurándose de que cada obstáculo fuera superado, cada enemigo derrotado. Era como si un maestro titiritero dirigiera una obra épica, o como si un celebre pintor ilustrara un cuadro, donde la reina era la protagonista, pero no la única arquitecta de su destino. En las sombras, el verdadero artífice del triunfo observaba, satisfecho con el desenlace de su manipulada trama. Al menos, estas eran las teorías de conspiración que se desplegaban por la población. Las calles murmullos, cada rincón albergaba una nueva versión de los eventos. Lo que comenzó como simples rumores, pronto se convirtió en una narrativa colectiva, donde cada persona añadía su propio toque, haciendo que la leyenda de la reina escarlata y su enigmático benefactor pareciera más tangible, más auténtica. En cada relato, la línea entre la realidad y la ficción se desdibujaba, alimentando la imaginación de todos aquellos que escuchaban. La reina escarlata ahora estaba asentada en su trono de gloria, rodeada por el resplandor de su victoria. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sabía que debía regresar a Gazú, su benefactor en las sombras. Ahora, con la corona sobre su cabeza y el reino a sus pies, sentía la necesidad de rendir homenaje a quien había sido su guía y protector. Gazú, Maestro de las sombras, Maestro titiritero y Pintor del Cuadro, había sido fundamental en su ascenso. ¿Cómo será ese reencuentro de Aliados? ¿El tiempo ha apañado su alianza? ¿Porque hubo un silencio entre ambos? La respuesta como siempre. . . . La dará el tiempo ] [Liz_bloodFlame] 🌹
    Me endiabla
    Me encocora
    3
    6 turnos 0 maullidos 1088 vistas
  • ¿Es verdad eso que dicen?
    Fandom Original
    Categoría Original
    Ryuna Takahari

    La ida del muchacho lo tranquilizó. No sabía lo que le deparaba el futuro lejos de él, pero sí lo que lo deparaba el futuro a su lado: problemas, en resumen. Unos problemas a los que jamás se había enfrentado por su condición de ciudadano acaudalado y legal.

    Ahora que no estaba Takahari, se permitió desempolvar una botella de whisky del armario más un vaso. "¿Qué hubiera pensado de verme borracho?", pensó. Pero el alcohol era más bien un tranquilizante. La sangre era el único licor que lo embriagaba.

    Entonces, fue la llamada que antes esperaba lo que lo tomó desprevenido, justo en el momento en el que deseaba evadirse por un instante. Al ver el contacto, sin embargo, contestó sin pensarlo.

    -----

    Pasar la tarde desaparecida no era problema para ella. Razvan era perfectamente consciente de lo que hacía, y le daba igual. Isidro participaba, y el resto... Bueno, no había resto. Por algo seguían juntos.

    Coño, es que estaban juntos. Cualquiera que los mirara pensaría que eran más que uña y piel. Mascó el chicle de canela con la sensación melancólica que le causaba reconocer esa diferencia entre realidad y ficción - el mundo de carne y hueso no se asemejaba al de fantasía, y ahora que estaba en el almacén abandonado... Pues demonios, podía dar rienda suelta a la fantasía. Se recostó contra un cajón y apoyó la cabeza en la madera. Cerró los ojos en gesto adormilado; deseaba que el sopor la invadiera mientras pensaba en una vida sin problemas y con amor.

    —Este sitio es una puta mierda...

    Las palabras, sorprendentemente, no venían de parte suya. Abrió los ojos y trató de discernir a aquel hombre entre la oscuridad... pero nada, no veía un pijo. —¿Puta mierda? Aquí no pasa la policía, ¿qué te esperabas? —Otra voz, algo reconocible, acompañó a la primera. Ambas eran de hombres más bien mayores, al menos comparándolos consigo misma, teniendo poco más de diecinueve.

    Y entonces llegó a su nariz el aroma a marihuana. Uf, se removió con el deseo de acercarse a ellos, pero inmediatamente se le puso la cara roja de los nervios. Ese miedo a la gente era su perdición...

    —Además, te lo puedo contar todo aquí. Ni mensajes ni polladas de esas... —soltó una corta risa, irritante como el sonido de uñas contra la pizarra—. Me he topado con el mocoso del otro día. El del bar.

    —El que te golpeó.

    —Sí, sí, el que me golpeó. Parece que se ha echado novio.

    Soltó otra risa, que fue incluso más molesta. Como de un niñato matón que se dedicaba a hacer chistes asquerosos contra los raritos de clase. —Pero el caso es que ahora ya sé dónde vive. Le he dejado una sorpresa. ¿Sabes que ya no tiene arma? Además...-

    —¿Qué coño me estás contando? Si he estado contigo todo el día. Te he ayudado a dejar esa pistola en el recibidor sin que nadie te viera. Incluso he llamado a ese niño de papá como si fuera su nuevo botones. Imbécil... Te ha dejado imbécil a golpes.

    Tras una pausa, el otro le respondió. —Ya no recuerdo las cosas bien. Pero de ese bigote... Es inconfundible.

    —Sí, y aunque te lo cargues, no vas a caerle mejor a esos tipos, ni te vas a curar el alzheimer... ¡Eh, devuélvemelo!

    Pero Bruna había escuchado lo suficiente como para entender de qué iba todo aquello, más aún cuando ella misma lo había visto. Acomodó su coleta para echarse la capucha de la sudadera por encima de la cabeza y se colocó la bandana sobre la boca, dando al final la apariencia de una grafitera cualquiera. Si tan solo tuviera las armas... Pero las había dejado las dos en otro sitio más seguro. Igualmente, nada más salir se tropezó con uno de los dos a causa de la oscuridad. El porro que sujetaba cayó al suelo y se apagó, aunque ella aprovechó la situación para cogerlo.

    —¡Mira por dónde vas, hostia!

    —¡G-g-gilipoll...! —antes de espetar al 100% el insulto, se calló; le había salido mal, nuevamente. En su lugar les sacó el dedo corazón, tembloroso, pero lo importante fue quedarse con sus caras. Uno, alto y barbudo (no se hizo corte de pelo). Otro, un poco menos alto y con un poco de sobrepeso. Con poco pelo también. Pero suficiente; echó a correr antes de que se pusieran violentos con ella.

    -----

    La llamada con Isidro fue breve, pero suficiente para hacerlo sentir miedo genuino. Ambos se hicieron a la calle con el viejo Toyota Corolla 1980 gris del chico. Era entrada la noche... ¿cómo podían esperar encontrarlo?

    —Me has dicho que no le deje contestar llamadas, pero ésta es importante...

    Bruna se recostó contra el respaldo del copiloto, cansada. Algo en ella se sentía distinto, y no tenía que ver con el olor a estupefacientes ni sus ojos enrojecidos. O sí. A saber. Isidro encontró el contacto de Takahari y esperó que la llamada fuera contestada. Ansiedad le dio percatarse de la tardanza.

    Y entonces, Bruna hizo la peor pregunta posible en el peor momento para hacerla.

    —¿Es verdad lo que dijeron? ¿Que sois novios?

    ¿Qué?

    Bruna no mencionó ese detalle al principio. La pregunta lo descolocó tanto que se mantuvo en espera él también. Su cerebro estaba tan en espera como la llamada que Takahari le debía de contestar.
    [eclipse_violet_frog_172] La ida del muchacho lo tranquilizó. No sabía lo que le deparaba el futuro lejos de él, pero sí lo que lo deparaba el futuro a su lado: problemas, en resumen. Unos problemas a los que jamás se había enfrentado por su condición de ciudadano acaudalado y legal. Ahora que no estaba Takahari, se permitió desempolvar una botella de whisky del armario más un vaso. "¿Qué hubiera pensado de verme borracho?", pensó. Pero el alcohol era más bien un tranquilizante. La sangre era el único licor que lo embriagaba. Entonces, fue la llamada que antes esperaba lo que lo tomó desprevenido, justo en el momento en el que deseaba evadirse por un instante. Al ver el contacto, sin embargo, contestó sin pensarlo. ----- Pasar la tarde desaparecida no era problema para ella. Razvan era perfectamente consciente de lo que hacía, y le daba igual. Isidro participaba, y el resto... Bueno, no había resto. Por algo seguían juntos. Coño, es que estaban juntos. Cualquiera que los mirara pensaría que eran más que uña y piel. Mascó el chicle de canela con la sensación melancólica que le causaba reconocer esa diferencia entre realidad y ficción - el mundo de carne y hueso no se asemejaba al de fantasía, y ahora que estaba en el almacén abandonado... Pues demonios, podía dar rienda suelta a la fantasía. Se recostó contra un cajón y apoyó la cabeza en la madera. Cerró los ojos en gesto adormilado; deseaba que el sopor la invadiera mientras pensaba en una vida sin problemas y con amor. —Este sitio es una puta mierda... Las palabras, sorprendentemente, no venían de parte suya. Abrió los ojos y trató de discernir a aquel hombre entre la oscuridad... pero nada, no veía un pijo. —¿Puta mierda? Aquí no pasa la policía, ¿qué te esperabas? —Otra voz, algo reconocible, acompañó a la primera. Ambas eran de hombres más bien mayores, al menos comparándolos consigo misma, teniendo poco más de diecinueve. Y entonces llegó a su nariz el aroma a marihuana. Uf, se removió con el deseo de acercarse a ellos, pero inmediatamente se le puso la cara roja de los nervios. Ese miedo a la gente era su perdición... —Además, te lo puedo contar todo aquí. Ni mensajes ni polladas de esas... —soltó una corta risa, irritante como el sonido de uñas contra la pizarra—. Me he topado con el mocoso del otro día. El del bar. —El que te golpeó. —Sí, sí, el que me golpeó. Parece que se ha echado novio. Soltó otra risa, que fue incluso más molesta. Como de un niñato matón que se dedicaba a hacer chistes asquerosos contra los raritos de clase. —Pero el caso es que ahora ya sé dónde vive. Le he dejado una sorpresa. ¿Sabes que ya no tiene arma? Además...- —¿Qué coño me estás contando? Si he estado contigo todo el día. Te he ayudado a dejar esa pistola en el recibidor sin que nadie te viera. Incluso he llamado a ese niño de papá como si fuera su nuevo botones. Imbécil... Te ha dejado imbécil a golpes. Tras una pausa, el otro le respondió. —Ya no recuerdo las cosas bien. Pero de ese bigote... Es inconfundible. —Sí, y aunque te lo cargues, no vas a caerle mejor a esos tipos, ni te vas a curar el alzheimer... ¡Eh, devuélvemelo! Pero Bruna había escuchado lo suficiente como para entender de qué iba todo aquello, más aún cuando ella misma lo había visto. Acomodó su coleta para echarse la capucha de la sudadera por encima de la cabeza y se colocó la bandana sobre la boca, dando al final la apariencia de una grafitera cualquiera. Si tan solo tuviera las armas... Pero las había dejado las dos en otro sitio más seguro. Igualmente, nada más salir se tropezó con uno de los dos a causa de la oscuridad. El porro que sujetaba cayó al suelo y se apagó, aunque ella aprovechó la situación para cogerlo. —¡Mira por dónde vas, hostia! —¡G-g-gilipoll...! —antes de espetar al 100% el insulto, se calló; le había salido mal, nuevamente. En su lugar les sacó el dedo corazón, tembloroso, pero lo importante fue quedarse con sus caras. Uno, alto y barbudo (no se hizo corte de pelo). Otro, un poco menos alto y con un poco de sobrepeso. Con poco pelo también. Pero suficiente; echó a correr antes de que se pusieran violentos con ella. ----- La llamada con Isidro fue breve, pero suficiente para hacerlo sentir miedo genuino. Ambos se hicieron a la calle con el viejo Toyota Corolla 1980 gris del chico. Era entrada la noche... ¿cómo podían esperar encontrarlo? —Me has dicho que no le deje contestar llamadas, pero ésta es importante... Bruna se recostó contra el respaldo del copiloto, cansada. Algo en ella se sentía distinto, y no tenía que ver con el olor a estupefacientes ni sus ojos enrojecidos. O sí. A saber. Isidro encontró el contacto de Takahari y esperó que la llamada fuera contestada. Ansiedad le dio percatarse de la tardanza. Y entonces, Bruna hizo la peor pregunta posible en el peor momento para hacerla. —¿Es verdad lo que dijeron? ¿Que sois novios? ¿Qué? Bruna no mencionó ese detalle al principio. La pregunta lo descolocó tanto que se mantuvo en espera él también. Su cerebro estaba tan en espera como la llamada que Takahari le debía de contestar.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    3
    26 turnos 0 maullidos 1170 vistas
  • + Somos artistas, personajes de una historia de fantasía, ojos y piel de papel, corazón de silabas y alma de fuego, todo es ficción por diversión, a eso nos dedicamos, a jugar creando una falsa realidad, mi maestro mi señor Rey Dragón, estoy aplicando lo que usted me enseño, aprendí de ti, de tus manias y de la forma en como describiste un mundo para que fuera posible mi existencia, espero lo estés disfrutando porque yo la estoy pasando de maravilla .
    + Somos artistas, personajes de una historia de fantasía, ojos y piel de papel, corazón de silabas y alma de fuego, todo es ficción por diversión, a eso nos dedicamos, a jugar creando una falsa realidad, mi maestro mi señor Rey Dragón, estoy aplicando lo que usted me enseño, aprendí de ti, de tus manias y de la forma en como describiste un mundo para que fuera posible mi existencia, espero lo estés disfrutando porque yo la estoy pasando de maravilla .
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 794 vistas
  • - Ahora me vez, estamos caminando sobre un mundo de ficción, dónde lo nuestro es mio, tuyo o quizás de ninguno, todo depende del fuego que exista en el corazón y el valor que tengas para usar tu imaginación
    - Ahora me vez, estamos caminando sobre un mundo de ficción, dónde lo nuestro es mio, tuyo o quizás de ninguno, todo depende del fuego que exista en el corazón y el valor que tengas para usar tu imaginación
    0 turnos 0 maullidos 625 vistas
  • —¿Realidad o simplemente ficción? Heh, quién sabe. Nosotros pasamos la mayor parte de nuestra vida fingiendo para volver a la realidad. La vida que llevas podría ser en realidad una mentira que tú mismo decidiste aceptar cómo tu verdad.
    —¿Realidad o simplemente ficción? Heh, quién sabe. Nosotros pasamos la mayor parte de nuestra vida fingiendo para volver a la realidad. La vida que llevas podría ser en realidad una mentira que tú mismo decidiste aceptar cómo tu verdad.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos 589 vistas
  • ¿Acuerdo?
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    El día ni siquiera había terminado y Junior había pasado por una serie de emociones desagradables.
    Estas le estaban impidiendo pensar con claridad, ofuscando su mente de una manera que hace años no le sucedía. Y no era para menos, la vida del joven Phantomhive radicaba en estar confinado en una mansión solo todo el día. Estaba acostumbrado a ver los mismos rostros de siempre, con sus respectivas personalidades que aceptaba, y que, con el paso del tiempo, había llegado a respetar y querer. A comparación, esta persona-máquina que su padre le había enviado era… algo que no podía ni siquiera tolerar.
    Junior jamás había imaginado que un individuo pudiera hacerle experimentar tantas emociones en un corto período de tiempo, fue tan admirable como irritante en partes iguales, y a pesar de lo que había dicho en los breves encuentros con aquel adolescente daban cuenta de que no quería verle ni en pintura, el joven Phantomhive se había tomado como reto unas cuántas cosas; en primer lugar, “adiestrar” a su gusto a este supuesto protector que su padre le había impuesto.
    Junior no soportaba, entre tantas cosas, que contradijera sus órdenes. Y no era su pretensión que se comportara como un perro faldero, pero sí que tuviera la mínima inteligencia para comprender cuando no lo quería cerca, o cuando “NO” significaba, como la palabra lo decía, una negativa a realizar equis cosa sobre su persona. En cuanto a sus maneras, era evidente que el adolescente no conocía los buenos modales, por lo que, mantenerlo callado era la mejor opción para que Junior no enloqueciera al escucharlo. Afortunadamente no tendría que estar mucho tiempo conviviendo con él, había formulados varias ideas que tenían como objetivo echarlo lo más lejos posible.
    Junior no necesitaba ningún protector, ni niñero, ni compañero, esa necesidad se había extinguido desde hace un buen rato, si su padre lo hubiera hecho antes, cuando era más pequeño y quería un amigo con quien pasar el tiempo, entonces Junior probablemente lo hubiera recibido de mejor forma. Ahora, la presencia de este “androide” solo significó una amenaza a su tranquilidad.
    En segundo lugar, estaba la cuestión de lo que era.
    A pesar de que sonaba a algo sacado de un libro de ciencia ficción, Junior lo aceptó rápidamente, las pruebas estaban ahí, no necesitaba darle más vueltas al asunto. De hecho, estaba interesado en descubrir más de su existencia: ¿Cómo estaba construido? ¿Cuál era su diseño? ¿Cuáles eran sus aptitudes, sus límites? ¿Por qué tenía una personalidad tan molesta? Si podía cambiar esto último, como Hiro había dicho que no podía, Junior podría aceptar su presencia. Sin embargo, tenía una duda que estaba interfiriendo en sus planes y que había querido solventar antes, pero, no había podido por dejarse llevar por sus emociones; estaba justificado, Hiro lo hacía irritar demasiado rápido.
    Chistosamente, Junior había tomado la sugerencia el androide y había salido al jardín para disfrutar del buen clima. Los sirvientes habían dispuesto una mesa redonda con un mantel blanco, y habían llevado té y el desayuno que se había saltado por recibir al adolescente.
    Como sabía que lo había seguido, y que se mantenía cerca suyo en todo momento, Junior lo llamó:
    —Señor Hiro, ¿podría acercarse? Quiero hacerle una pregunta.
    El día ni siquiera había terminado y Junior había pasado por una serie de emociones desagradables. Estas le estaban impidiendo pensar con claridad, ofuscando su mente de una manera que hace años no le sucedía. Y no era para menos, la vida del joven Phantomhive radicaba en estar confinado en una mansión solo todo el día. Estaba acostumbrado a ver los mismos rostros de siempre, con sus respectivas personalidades que aceptaba, y que, con el paso del tiempo, había llegado a respetar y querer. A comparación, esta persona-máquina que su padre le había enviado era… algo que no podía ni siquiera tolerar. Junior jamás había imaginado que un individuo pudiera hacerle experimentar tantas emociones en un corto período de tiempo, fue tan admirable como irritante en partes iguales, y a pesar de lo que había dicho en los breves encuentros con aquel adolescente daban cuenta de que no quería verle ni en pintura, el joven Phantomhive se había tomado como reto unas cuántas cosas; en primer lugar, “adiestrar” a su gusto a este supuesto protector que su padre le había impuesto. Junior no soportaba, entre tantas cosas, que contradijera sus órdenes. Y no era su pretensión que se comportara como un perro faldero, pero sí que tuviera la mínima inteligencia para comprender cuando no lo quería cerca, o cuando “NO” significaba, como la palabra lo decía, una negativa a realizar equis cosa sobre su persona. En cuanto a sus maneras, era evidente que el adolescente no conocía los buenos modales, por lo que, mantenerlo callado era la mejor opción para que Junior no enloqueciera al escucharlo. Afortunadamente no tendría que estar mucho tiempo conviviendo con él, había formulados varias ideas que tenían como objetivo echarlo lo más lejos posible. Junior no necesitaba ningún protector, ni niñero, ni compañero, esa necesidad se había extinguido desde hace un buen rato, si su padre lo hubiera hecho antes, cuando era más pequeño y quería un amigo con quien pasar el tiempo, entonces Junior probablemente lo hubiera recibido de mejor forma. Ahora, la presencia de este “androide” solo significó una amenaza a su tranquilidad. En segundo lugar, estaba la cuestión de lo que era. A pesar de que sonaba a algo sacado de un libro de ciencia ficción, Junior lo aceptó rápidamente, las pruebas estaban ahí, no necesitaba darle más vueltas al asunto. De hecho, estaba interesado en descubrir más de su existencia: ¿Cómo estaba construido? ¿Cuál era su diseño? ¿Cuáles eran sus aptitudes, sus límites? ¿Por qué tenía una personalidad tan molesta? Si podía cambiar esto último, como Hiro había dicho que no podía, Junior podría aceptar su presencia. Sin embargo, tenía una duda que estaba interfiriendo en sus planes y que había querido solventar antes, pero, no había podido por dejarse llevar por sus emociones; estaba justificado, Hiro lo hacía irritar demasiado rápido. Chistosamente, Junior había tomado la sugerencia el androide y había salido al jardín para disfrutar del buen clima. Los sirvientes habían dispuesto una mesa redonda con un mantel blanco, y habían llevado té y el desayuno que se había saltado por recibir al adolescente. Como sabía que lo había seguido, y que se mantenía cerca suyo en todo momento, Junior lo llamó: —Señor Hiro, ¿podría acercarse? Quiero hacerle una pregunta.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    Me encocora
    Me gusta
    3
    25 turnos 0 maullidos 1929 vistas
Ver más resultados
Patrocinados