• Gajes del oficio.. —Murmura ya cansada de recibir comentarios y expresiones de asombro al notar que llevaba unas evidentes ojeras debajo de sus ojos.—
    Gajes del oficio.. —Murmura ya cansada de recibir comentarios y expresiones de asombro al notar que llevaba unas evidentes ojeras debajo de sus ojos.—
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    6
    0 turnos 0 maullidos 170 vistas
  • — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta?

    Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo.

    « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. »

    — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban.

    « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo.

    — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará.

    Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello.

    « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena.

    — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar?

    Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido.

    « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
    — Y bien, ¿cuántas sesiones crees que llevamos contando ésta? Nikolay miró a Anya unos instantes. Sus miradas, como casi siempre, se cruzaron durante los instantes que el silencio perduró en la habitación. Así solía ser cada vez que la mujer le hacía alguna pregunta: Ella dejaba de mirar su tableta y esperaba encontrar una respuesta, pero Lev se rehusaba a responderle del modo en que ella quería. El chico intentó contar con los dedos, fingió hacerlo como un chiquillo al ir levantando los dedos de sus manos, uno a uno, mientras que asentía al mismo ritmo con que su boca parecía moverse sin emitir un solo ruido. Cuando creyó que había llegado a veinte, se detuvo y terminó levantando los hombros. No tenía idea, no le importaba y tampoco parecía servirle de algo saberlo. « Tú deberías saberlo.» Escribió en su pizarra blanca con el marcador, la dejó leer y poco después borró las letras con prisq. Fue entonces que escribió de nuevo, uno de sus muchos comentarios ácidos que hicieron a Anya fruncir el entrecejo: « Mis padres pagan por esto, solo cuenta las transferencias o los cheques. » — Ha sido un año de terapias el que llevamos, Niko. Y siendo honesta, no veo ningún avance en ti. —Anya suspiró. Se acomodó los lentes mejor sobre el puente de la nariz y comenzó a hojear el expediente físico de su paciente. La cantidad de hojas y anotaciones que tenía eran exageradas, suficientes para creer que los avances de las terapias funcionaban. Pero todo estaba alejado de la realidad, pues sentía que cada día estaba alejándose más de su paciente y que no existía mejoría, por el contrario. Cada día que pasaba, Nikolay se volvía más arisco y hermético, sus respuestas se volvían banales, esquivas y ambiguas al solo limitarse al espacio que la pizarra le brindaba para explicarse. La mujer, desesperada, se sacó los lentes de lectura un momento y cruzó las piernas para, luego, echar el cuerpo hacia delante para intentar crear cercanía entre los dos.— ¿Por qué no quieres las terapias, Niko? Antes te gustaban. « Antes » Solo eso apareció en la pizarra. Cada letra era tan grande que no dejaba espacio para nada más. Nikolay bajó la pizarra, incluso la echó a un lado en el sofá y terminó imitando a Anya al cruzar una pierna sobre la otra, apoyó el codo sobre la rodilla y, con la mano, se cubrió la boca. No pretendía dejarla leer sus labios, ni sus expresiones, siquiera tenía intenciones de mostrarle otra vez sus pensamientos en la pizarra. Si lo conocía bien, debía bastarle con entender lo que sus ojos y su rostro podían expresar. O eso pensaba, si tan solo no pasara la mitad de la sesión revisando notas inútiles en su tableta que no los llevaban a ningún lado. Nikolay levantó la cabeza, ligeramente, como si le instara a continuar la conversación para llegar a ese punto de inflexión en el que se animaba a, por unos meses más, ceder en su posición como paciente y mantenerse como una persona dócil que necesitaba de su sabio consejo. — Ya sé, ya sé. No quieres hablar. Pero el juez ordenó que debes tomarlas y mostrar buenos avances si quieres obtener la custodia de tus hermanas gemelas. Si los resultados de estas terapias no te favorecen, se quedarán otro año con tus padres. —Anya se colocó de nuevo los lentes y esbozó una sonrisita, de esas que le ponían los nervios de punta a Niko, quien lo disimuló bien al morder con fuerza para no abrir la boca. La mujer se veía contenta, usando esa pequeña debilidad para retenerlo. Sin embargo, cuando notó que no había causado el efecto esperado, cerró el expediente, deshizo el cruce de sus piernas y se colocó de pie con sus pertenencias bajo el brazo.— Si no quieres trabajar ni ser honesto conmigo, está bien, puedo entenderlo. Mi trabajo es ayudarte a entender lo que te sucede y darte soluciones para ello, Niko. No soy tu enemiga, pero si no dejas verme de esa forma, no puedo obligarte y nada funcionará. Nikolay le siguió con la mirada. Sabía que su psicóloga tenía razón. Llevaba años trabajando con ella, casi desde que en la preparatoria le sugirieran a sus padres recibir "ayuda" por su comportamiento rebelde; nadie le conocía tan bien como ella y nadie iba a soportar su temperamento de mierda como ella. Fue entonces que dio la alusión de suspirar, con pesadez y un hastío que se le notaba en toda la cara; Anya sonrió y amplió ese gesto cuando lo vio tomar la pizarra nuevamente para comenzar a escribir. Podia presentir que en esta ocasión el mensaje sería diferente, porque parecía tardarse más tiempo de lo usual en ello. « ¿Por qué quieres ayudarme? Si no es por el dinero ni por los beneficios de mi padre, ¿entonces por qué? No quiero tu lástima. » Hubo silencio. Aunque la expresión en el rostro de la rubia fue de asombro, una carcajada sonora rompió el incómodo momento que tenían los dos. Lev se sorprendió por un momento, nunca la había escuchado reírse de ese modo tan libre, tan jovial... Como si nada le importaray no tuviera que ocultarse, como siempre, detrás de sus manos para reírse. De a poco, Anya se acercó hasta tomar asiento en el espacio libre del sofá que Nikolay usaba. Sus miradas de nuevo se cruzaron y ella pareció tan risueña, y tan melancólica, que le dio pena. — No es lástima, no siento lástima por ti. Más bien me da tristeza, porque hay muchas emociones dentro de ti que no entiendes y que solo ocultas usando otras. Yo puedo ayudarte. —Anya asintió, frunció los labios para tranquilizar el gesto en su boca porque quería reírse de la cara que estaba haciendo Lev.— Llevamos varios años de terapia intermitente, claro que algo debía saber de ti, Lev. Ahora, ¿por qué no me cuentas como están las chicas? ¿Qué has hecho para ayudarlas a elegir dónde quieren estudiar? Nikolay bajó la mirada un momento. Parecía plantearse con demasiada seriedad el seguir o no en esa habitación, con esa mujer, con esas preguntas triviales que de a poco lo acercarían a las preguntas que no quería responder jamás. Pero tenía razón, no quería hablar, no quería decir nada de él ni de su pasado, mucho menos de cómo se sentía, pero... Debía sacar a sus hermanas de ese hogar antes de que terminaran sufriendo por el peso de sus decisiones. De a poco, Lev movió las manos, al inicio sin energía, pero de a poco aumentó el ritmo de ellas hasta que la conversación se volvió más casual, permitiéndose fluir en ese lenguaje que, con el tiempo, Anya había comprendido. « No mucho. No saben aún lo que quieren. Todos los días tienen nuevas opciones e ideas. Han visto demasiados videos en internet, así que elegir es difícil. Les he aconsejado, pero a los dos días llegan con algo nuego y... » El movimiento se detuvo de manera abrupta hasta que, instantes después, se retomó con calma para decir una sola cosa: « Gracias. »
    Me gusta
    Me entristece
    Me shockea
    5
    0 turnos 0 maullidos 186 vistas
  • Conversando con Charlie sobre mi estancia en el hazbin hotel ya que no entendía cómo o porque perdería mi tiempo en un lugar como ese así que Charlie al ver mi expresión de desinterés me propone l cargo de gerente y que tal de esa manera poder recordar mis hábitos antes de perder mis recuerdos mientras analizaba las expresiones de la princesa para ver si eso es lo que quería termino aceptando ya que si iba a estar en tal lugar lo iba hacer bajo sus términos así Charlie acepta y me muestra mi estudio de grabación de radio y una oficina de trabajo me ofreció una habitación pero me negué ya que no era necesario y así me puse las manos a la obra ya que era una manera de que mi aburrimiento desaparezca -
    Conversando con Charlie sobre mi estancia en el hazbin hotel ya que no entendía cómo o porque perdería mi tiempo en un lugar como ese así que Charlie al ver mi expresión de desinterés me propone l cargo de gerente y que tal de esa manera poder recordar mis hábitos antes de perder mis recuerdos mientras analizaba las expresiones de la princesa para ver si eso es lo que quería termino aceptando ya que si iba a estar en tal lugar lo iba hacer bajo sus términos así Charlie acepta y me muestra mi estudio de grabación de radio y una oficina de trabajo me ofreció una habitación pero me negué ya que no era necesario y así me puse las manos a la obra ya que era una manera de que mi aburrimiento desaparezca -
    15 turnos 0 maullidos 432 vistas
  • Invocación: ¿Cuál es tu deseo?
    Fandom Cualquiera
    Categoría Original

    -𝓦𝓱𝓪𝓽 𝓲𝓼 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝔀𝓲𝓼𝓱?




    Había sido invocado por un ritual poderoso, en el que involucraba la vida de alguien como pago. Apareció en el centro de la estrella dibujada con sangre aún fresca y observó el lugar, parecía estar en un bosque, ya que estaba rodeado de árboles y el cielo se miraba claramente, a pesar de ser de noche, era un cielo estrellado y con una luna brillante iluminando todo alrededor.

    El viento frío sopló al siguiente segundo y Luo Yue sólo suspiró y pasó sus dedos sobre su cabello para hacerlo hacia atrás. Mientras le daba una mirada de reojo a la persona frente suyo. Parecía que no tenía idea de lo que había hecho o mejor dicho, tenía una expresión estúpida, como si hubiese invocado por error o impulso. Pero eso no importaba tanto cuando hacían un pacto, sino, solamente su alma.

    Había estado en una cena elegante antes, por lo que andaba vestido de esa manera cuando fue llamado al lugar. Dió un paso fuera de la estrella y la persona dió un paso atrás, parecía asustado/a o confundido/a debido a sus expresiones faciales o quizás sólo estaba malinterpretando algo. Pero ya no había oportunidad a arrepentirse, el pacto había empezado desde que estuvieron cara a cara. No importaba que petición hiciera, lo concedería a cambio de su alma, la cual, valía más que cientos de peticiones corrientes.

    — Soy Asmodeo, algunos me relacionan con el demonio de la lujuria, otros con el demonio de la venganza y engaño. ¿Qué deseas que haga por ti? Te lo concederé a cambio de tu alma.

    Habló con voz serena, unas palabras que no había dicho en mucho tiempo, ahora no podía negar la curiosidad acerca del deseo de éste ser a tal grado de intercambiar su vida por ello.
    -𝓦𝓱𝓪𝓽 𝓲𝓼 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝔀𝓲𝓼𝓱? Había sido invocado por un ritual poderoso, en el que involucraba la vida de alguien como pago. Apareció en el centro de la estrella dibujada con sangre aún fresca y observó el lugar, parecía estar en un bosque, ya que estaba rodeado de árboles y el cielo se miraba claramente, a pesar de ser de noche, era un cielo estrellado y con una luna brillante iluminando todo alrededor. El viento frío sopló al siguiente segundo y Luo Yue sólo suspiró y pasó sus dedos sobre su cabello para hacerlo hacia atrás. Mientras le daba una mirada de reojo a la persona frente suyo. Parecía que no tenía idea de lo que había hecho o mejor dicho, tenía una expresión estúpida, como si hubiese invocado por error o impulso. Pero eso no importaba tanto cuando hacían un pacto, sino, solamente su alma. Había estado en una cena elegante antes, por lo que andaba vestido de esa manera cuando fue llamado al lugar. Dió un paso fuera de la estrella y la persona dió un paso atrás, parecía asustado/a o confundido/a debido a sus expresiones faciales o quizás sólo estaba malinterpretando algo. Pero ya no había oportunidad a arrepentirse, el pacto había empezado desde que estuvieron cara a cara. No importaba que petición hiciera, lo concedería a cambio de su alma, la cual, valía más que cientos de peticiones corrientes. — Soy Asmodeo, algunos me relacionan con el demonio de la lujuria, otros con el demonio de la venganza y engaño. ¿Qué deseas que haga por ti? Te lo concederé a cambio de tu alma. Habló con voz serena, unas palabras que no había dicho en mucho tiempo, ahora no podía negar la curiosidad acerca del deseo de éste ser a tal grado de intercambiar su vida por ello.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    20
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me endiabla
    Me shockea
    4
    0 turnos 0 maullidos 432 vistas
  • - En el barrio canibal veo una tienda de taxidermia y entro en el establecimiento y veo muchas especies disecadas entre ellas ciervos con diferentes expresiones y enpieso a imitarlos -


    Mmmmm realmente no me parezco a este animal no se porque me comparan con esta cosa
    - En el barrio canibal veo una tienda de taxidermia y entro en el establecimiento y veo muchas especies disecadas entre ellas ciervos con diferentes expresiones y enpieso a imitarlos - Mmmmm realmente no me parezco a este animal no se porque me comparan con esta cosa 🙃
    Me gusta
    Me enjaja
    2
    24 turnos 0 maullidos 447 vistas
  • —¿Todo o nada?— La bateadora galáctica cuestionó con dramatismo a sus compañeros mientras hacía una pose demasiado similar a Aventurine.

    Los miembros del expreso astral se encontraban en el lobby de su hotel en Colonipenal y, a ella le había parecido una buena idea vestirse acorde al lugar.

    —¿Y bien? ¿Por qué no dicen nada? ¿Pom Pom les comió la lengua?— Comentó la chica cruzándose de brazos esperando un halago. Sólo que a juzgar por las expresiones de sus amigos, era evidente que los había dejado mudos por su genialidad.
    —¿Todo o nada?— La bateadora galáctica cuestionó con dramatismo a sus compañeros mientras hacía una pose demasiado similar a Aventurine. Los miembros del expreso astral se encontraban en el lobby de su hotel en Colonipenal y, a ella le había parecido una buena idea vestirse acorde al lugar. —¿Y bien? ¿Por qué no dicen nada? ¿Pom Pom les comió la lengua?— Comentó la chica cruzándose de brazos esperando un halago. Sólo que a juzgar por las expresiones de sus amigos, era evidente que los había dejado mudos por su genialidad.
    Me encocora
    Me gusta
    7
    0 turnos 0 maullidos 229 vistas
  • — Déjame decirte lo que es el poderoso instinto de un vampiro, para quien hasta el cambio más imperceptible en las expresiones faciales de un ser humano es tan evidente como un gesto.—
    — Déjame decirte lo que es el poderoso instinto de un vampiro, para quien hasta el cambio más imperceptible en las expresiones faciales de un ser humano es tan evidente como un gesto.—
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 256 vistas
  • 𝑺𝒆𝒂𝒓𝒄𝒉 𝒂𝒏𝒅 𝑭𝒊𝒏𝒅 (c/ Xie YanZhan)
    Categoría Slice of Life
    ㅤEn su mano portaba una pequeña piedra roja, aquella forma perfectamente redonda le daba una imagen simple y barata, no obstante el rostro del joven lucía nervioso antes de apretar su puño sobre aquella pequeña gema nuevamente. LiXue daba dos pasos y sentía la necesidad de revisar que en su mano aún se encontrara esa pequeña posesión. Era en momentos como esos que se arrepentía totalmente de la decisión de jugar con su destino, desafiando a aquel demonio zorro y robando su alma.

    ㅤSi, Lixue se había tornado en un demonio más poderoso aunque aún no fuera lo suficientemente fuerte, había puesto en vista que era capaz de mucho más de lo que todos creían de alguien como él, incluso se había impresionado a sí mismo en aquel entonces.

    ㅤO así había sido hasta que las consecuencias se presentaron de forma que cambiaría el resto de su vida de un modo bastante inconveniente.

    ㅤClaro que había escuchado con anterioridad que los demonios conocidos como Húli Jïng eran portadores de una joya que contenía la esencia de su alma, pues cada libro de demonología hablaba de cómo estos doblegarían su voluntad si esta piedra se les era arrebatada, concederían deseos o se convertirían en fieles esclavos con tal de asegurar su integridad; y cuando él se hizo con una de ellas pudo comprobar todo lo que aquellos antiguos textos profesaban entre sus amarillentas páginas.

    ㅤAsí es, Lixue había tenido bajo su control a una de estas maravillosas criaturas luego de robarle su alma, para descontento del reino demoníaco, era el alma de una de un Húli Jïng de avanzado rango, el ser todopoderoso que luego de desarrollar sus habilidades por siglos, había sido emboscado por un débil remanente cuyos huesos se aplastarían bajo el peso de la pata de esta criatura.

    ㅤNo obstante, el joven de apellido Song había logrado lo que otros ni siquiera hubieran imaginado antes de morir y había logrado hacer que uno de los espíritus más temidos se hincara de rodillas y pidiera por piedad incluso teniendo la oportunidad de obtener un deseo o eliminar la sangre celestial que por su torrente circulaba, tendría el pase al reino de los demonios totalmente asegurada.

    ㅤPero no era así cómo quería hacerlo y él tenía sus propios planes. Allí, en el limbo entre el reino de los mortales y la entrada a lo que muchos describieron como el infierno, Lixue apretó su puño concentrado cada esfuerzo y energía en su palma y frente a cientos de ojos atónitos, aquel demonio se volvió cenizas. Con suficiencia, Lixue miró al frente y con una mirada comunicó con claridad su intención “Me desharé de cada uno de ustedes”.

    ㅤPero su mirada desafiante se opacó con rapidez en el momento en que se vió envuelto en una nube de cenizas que apretaba su pecho hasta asfixiarlo a tal punto que en cada bocanada desesperada de aire aspiraba un poco de aquel ceniciento que lo abrazaba y prontamente en su mano apretada volvió a sentir una sensación familiar, una que apenas unos instantes atrás había experimentado. En su puño, los pequeños trozos que anteriormente se habían incrustado en su piel parecían tener propia memoria, volviendo a juntarse en una misma pieza como la original que se había destrozado anteriormente.

    ㅤPodía sentir que algo en él había cambiado notoriamente y su mente, a pesar del shock, había sido capaz de hilar los puntos y aunque nunca había visto, escuchado o leído de que algo como eso pudiera pasar, luego de aquel evento la realidad de Lixue ahora era otra.

    ㅤTal cómo aquel día, su mano se apretaba con fuerza alrededor de este nuevo artefacto que ahora contenía parte de su alma, temiendo cuál sería su destino si lo perdía de vista, por lo que siempre solía llevarlo encima en un pequeño collar, sin embargo, esta no era una piedra normal y cada cadena terminaba corroída y desgastada en cuestión de meses incluso si la encantaba, el proceso era desgastante. En la búsqueda de una solución un poco más duradera, en un libro creyó encontrar algo útil sobre artefactos que cargaran con una energía propia, tal como esas espadas antiguas indestructibles que poseían un núcleo propio, existían todo tipos de artefactos de este estilo, el problema sería encontrarlos o dar con una persona que pudiera hacerlos, teniendo en cuenta que actualmente el número de cultivadores y alquimistas se había reducido.

    ㅤSus contactos se habían puesto en marcha para encontrar un fabricante, pero en lo que la búsqueda daba frutos, alguien le había recomendado una tienda de antigüedades cuya energía era un tanto peculiar, presumiblemente por que en ella se albergaban artefactos especiales, quizás entre ellos podría encontrar lo que necesitaba.

    ㅤAfortunadamente el lugar estaba tan cerca de la cafetería que podía ubicarlo con facilidad, y aunque esa sensación nerviosa persistía en cada paso que daba en la acera, la familiaridad del lugar le otorgaba un poco más de seguridad y eliminar cualquier vestigio de preocupación en su rostro a la hora de entrar en la tienda fue bastante sencillo, aunque estaba seguro que en la oscuridad del lugar, sus expresiones no importaban básicamente porque apenas se podía distinguir algo allí.

    ㅤㅤ⸻ Buenas tardes.

    ㅤHabló con su voz haciéndose notar entre las paredes. No veía un timbre, tampoco ningún empleado, pero oía pequeños movimientos y a su nariz un aroma distinto llegaba para hacerse destacar sobre el típico aroma a polvo y paso del tiempo que usualmente tienen los artefactos que allí se podrían alojar.

    ㅤEn la espera de que alguien apareciera, apoyó parte de su cuerpo sobre el mostrador de entrada, sabía que había alguien cerca, solo era cuestión de esperar por una respuesta.

    Yan Zhan Xie
    ㅤEn su mano portaba una pequeña piedra roja, aquella forma perfectamente redonda le daba una imagen simple y barata, no obstante el rostro del joven lucía nervioso antes de apretar su puño sobre aquella pequeña gema nuevamente. LiXue daba dos pasos y sentía la necesidad de revisar que en su mano aún se encontrara esa pequeña posesión. Era en momentos como esos que se arrepentía totalmente de la decisión de jugar con su destino, desafiando a aquel demonio zorro y robando su alma. ㅤSi, Lixue se había tornado en un demonio más poderoso aunque aún no fuera lo suficientemente fuerte, había puesto en vista que era capaz de mucho más de lo que todos creían de alguien como él, incluso se había impresionado a sí mismo en aquel entonces. ㅤO así había sido hasta que las consecuencias se presentaron de forma que cambiaría el resto de su vida de un modo bastante inconveniente. ㅤClaro que había escuchado con anterioridad que los demonios conocidos como Húli Jïng eran portadores de una joya que contenía la esencia de su alma, pues cada libro de demonología hablaba de cómo estos doblegarían su voluntad si esta piedra se les era arrebatada, concederían deseos o se convertirían en fieles esclavos con tal de asegurar su integridad; y cuando él se hizo con una de ellas pudo comprobar todo lo que aquellos antiguos textos profesaban entre sus amarillentas páginas. ㅤAsí es, Lixue había tenido bajo su control a una de estas maravillosas criaturas luego de robarle su alma, para descontento del reino demoníaco, era el alma de una de un Húli Jïng de avanzado rango, el ser todopoderoso que luego de desarrollar sus habilidades por siglos, había sido emboscado por un débil remanente cuyos huesos se aplastarían bajo el peso de la pata de esta criatura. ㅤNo obstante, el joven de apellido Song había logrado lo que otros ni siquiera hubieran imaginado antes de morir y había logrado hacer que uno de los espíritus más temidos se hincara de rodillas y pidiera por piedad incluso teniendo la oportunidad de obtener un deseo o eliminar la sangre celestial que por su torrente circulaba, tendría el pase al reino de los demonios totalmente asegurada. ㅤPero no era así cómo quería hacerlo y él tenía sus propios planes. Allí, en el limbo entre el reino de los mortales y la entrada a lo que muchos describieron como el infierno, Lixue apretó su puño concentrado cada esfuerzo y energía en su palma y frente a cientos de ojos atónitos, aquel demonio se volvió cenizas. Con suficiencia, Lixue miró al frente y con una mirada comunicó con claridad su intención “Me desharé de cada uno de ustedes”. ㅤPero su mirada desafiante se opacó con rapidez en el momento en que se vió envuelto en una nube de cenizas que apretaba su pecho hasta asfixiarlo a tal punto que en cada bocanada desesperada de aire aspiraba un poco de aquel ceniciento que lo abrazaba y prontamente en su mano apretada volvió a sentir una sensación familiar, una que apenas unos instantes atrás había experimentado. En su puño, los pequeños trozos que anteriormente se habían incrustado en su piel parecían tener propia memoria, volviendo a juntarse en una misma pieza como la original que se había destrozado anteriormente. ㅤPodía sentir que algo en él había cambiado notoriamente y su mente, a pesar del shock, había sido capaz de hilar los puntos y aunque nunca había visto, escuchado o leído de que algo como eso pudiera pasar, luego de aquel evento la realidad de Lixue ahora era otra. ㅤTal cómo aquel día, su mano se apretaba con fuerza alrededor de este nuevo artefacto que ahora contenía parte de su alma, temiendo cuál sería su destino si lo perdía de vista, por lo que siempre solía llevarlo encima en un pequeño collar, sin embargo, esta no era una piedra normal y cada cadena terminaba corroída y desgastada en cuestión de meses incluso si la encantaba, el proceso era desgastante. En la búsqueda de una solución un poco más duradera, en un libro creyó encontrar algo útil sobre artefactos que cargaran con una energía propia, tal como esas espadas antiguas indestructibles que poseían un núcleo propio, existían todo tipos de artefactos de este estilo, el problema sería encontrarlos o dar con una persona que pudiera hacerlos, teniendo en cuenta que actualmente el número de cultivadores y alquimistas se había reducido. ㅤSus contactos se habían puesto en marcha para encontrar un fabricante, pero en lo que la búsqueda daba frutos, alguien le había recomendado una tienda de antigüedades cuya energía era un tanto peculiar, presumiblemente por que en ella se albergaban artefactos especiales, quizás entre ellos podría encontrar lo que necesitaba. ㅤAfortunadamente el lugar estaba tan cerca de la cafetería que podía ubicarlo con facilidad, y aunque esa sensación nerviosa persistía en cada paso que daba en la acera, la familiaridad del lugar le otorgaba un poco más de seguridad y eliminar cualquier vestigio de preocupación en su rostro a la hora de entrar en la tienda fue bastante sencillo, aunque estaba seguro que en la oscuridad del lugar, sus expresiones no importaban básicamente porque apenas se podía distinguir algo allí. ㅤ ㅤㅤ⸻ Buenas tardes. ㅤHabló con su voz haciéndose notar entre las paredes. No veía un timbre, tampoco ningún empleado, pero oía pequeños movimientos y a su nariz un aroma distinto llegaba para hacerse destacar sobre el típico aroma a polvo y paso del tiempo que usualmente tienen los artefactos que allí se podrían alojar. ㅤEn la espera de que alguien apareciera, apoyó parte de su cuerpo sobre el mostrador de entrada, sabía que había alguien cerca, solo era cuestión de esperar por una respuesta. ㅤ [legend_malachite_lobster_769]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    3
    1 turno 0 maullidos 1072 vistas
  • El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.
    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.
    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    “¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco.

    “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?”

    Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme.

    “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.”

    El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación.

    “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.”

    Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra.

    “He oído hablar de ese artefacto,”

    dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices.

    “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.”

    Yukine la observa con atención.

    “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?”

    Lidica asiente lentamente.

    “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.”

    Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir.

    “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.”

    El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo.

    “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.”

    Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito.
    Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar.

    “El templo está a unos días de viaje desde aquí,”

    explica Lidica mientras caminan.

    “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.”

    Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte.

    “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.”

    Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña.

    “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.”

    A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje.

    “Debemos acampar aquí por la noche,”

    sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque.

    “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.”

    Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo.

    “Este es el templo,”

    dice, señalando una estructura en el centro del mapa.

    “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.”

    Yukine estudia el mapa con atención.

    “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.”

    Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles.
    El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas.
    Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva.

    “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?”

    pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles.
    Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto.

    “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.”

    El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente.

    "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro"

    el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur

    “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.”

    Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal.
    Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos

    "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya"

    luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo.
    El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas.
    Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo
    A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder
    Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar
    El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo
    El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela.
    Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies.
    Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección.

    "Lidica, prepárate. Algo se aproxima."

    Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine.

    "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos."

    Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas.
    El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme.
    Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián.
    Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna.
    Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión.
    El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos.
    El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse.
    Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico.
    A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste.
    El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial.
    Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto.
    Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo.
    Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro.
    El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante.
    Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos.
    una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia.

    "Lo hemos encontrado,"

    susurra, extendiendo una mano hacia el cristal.

    "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ."

    Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal.
    De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal.

    "Yukine,"

    dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos,

    "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia."

    Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto.

    "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?"

    La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad.

    "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador."

    Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro.

    "¿Qué debemos hacer ahora?"

    pregunta ella.
    La entidad sonríe suavemente.

    "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador."

    "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad."

    Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad.

    "Lo haré. Protegeré el equilibrio"

    La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara.

    "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos."

    Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. “¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar. El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco. “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?” Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme. “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.” El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación. “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.” Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra. “He oído hablar de ese artefacto,” dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices. “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.” Yukine la observa con atención. “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?” Lidica asiente lentamente. “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.” Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.” El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo. “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.” Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito. Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar. “El templo está a unos días de viaje desde aquí,” explica Lidica mientras caminan. “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.” Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte. “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.” Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña. “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.” A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje. “Debemos acampar aquí por la noche,” sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque. “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.” Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo. “Este es el templo,” dice, señalando una estructura en el centro del mapa. “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.” Yukine estudia el mapa con atención. “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.” Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles. El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas. Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva. “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?” pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles. Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto. “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.” El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente. "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro" el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.” Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal. Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya" luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo. El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas. Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela. Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies. Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección. "Lidica, prepárate. Algo se aproxima." Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine. "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos." Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas. El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme. Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián. Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna. Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión. El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos. El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse. Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico. A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste. El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial. Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto. Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo. Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro. El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante. Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos. una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia. "Lo hemos encontrado," susurra, extendiendo una mano hacia el cristal. "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ." Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal. De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal. "Yukine," dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos, "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia." Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto. "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?" La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad. "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador." Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro. "¿Qué debemos hacer ahora?" pregunta ella. La entidad sonríe suavemente. "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador." "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad." Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad. "Lo haré. Protegeré el equilibrio" La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara. "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos." Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 1476 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    | ¡Feliz Halloween! |

    -------

    Ataviado con una túnica negra de bordes en púrpura oscuro y un clásico sombrero puntiagudo de bruja, Junior recorría los pasillos sosteniendo en una de sus manos una pequeña calabaza tallada, a modo de cubeta, repleta de caramelos y paletas de la compañía Funtom. De hecho, llevaba en la boca una paleta de sabor frutilla, con el palillo asomando de forma casual, lo cual le daba el aspecto de un niño cualquiera en lugar del joven amo de la casa.

    El motivo de su disfraz, que, cabe decir, no fue elegido por él sino por Mey Rin, se debía a la tradición anual de su padre, quien organizaba una festividad en el Día de Brujas para los niños del pueblo, invitándolos a recorrer los jardines en una búsqueda de dulces.

    "Incluso mi padre tiene cierto lado generoso", pensó.

    Como conde de estas tierras, resultaba lógico que organizara actividades para mantener la simpatía de su gente. Sin embargo, a Junior le venían a la mente diversos métodos que no implicaban una fiesta infantil… aunque era claro que su padre lo hacía por otras razones.

    —¡Joven amo! —llamó Bard, acercándose con un semblante urgente.

    —¿Qué ocurre?

    —Lo hemos estado buscando, ¿dónde se había metido?

    —Ah —dejó salir Junior, sin mucha brillantez.

    Se había tomado su tiempo a propósito, para irritar a su padre, entreteniéndose pintando sobre un lienzo algo alusivo a Halloween. No obstante, perdió la noción del tiempo, y, cuando quiso darse cuenta, ya atardecía en el exterior.

    Con ello dicho, el joven amo y el cocinero emprendieron camino hacia el salón.

    —Joven amo.

    —¿Sí, Bard?

    —No es nada.

    Junior soltó un bufido.

    —Sí, sí. Lo sé. Me veo ridículo.

    Pero, dada la hora, cambiaron de rumbo y se dirigieron al vestíbulo. Este se hallaba sorprendentemente alegre y bullicioso, un espectáculo poco frecuente en la sombría mansión. Mas lo que realmente destacaba era la presencia de su padre. Conociendo el desagrado que este sentía por tales eventos, resultaba peculiar verlo entre los niños, claro que en sentido figurado, pues en realidad no se acercaba a nadie, y los infantes ya comenzaban a despedirse.

    —Conde Phantomhive —anunció, aproximándose.

    —Junior —dijo su padre con calma, frunciendo el ceño al instante. —Llegas tarde.

    Verlo molesto resultaba gratificante, y Junior dejó escapar una ligera sonrisa.

    —Mis disculpas. Me distraje pintando y perdí la noción del tiempo.

    Ciel suspiró, lanzando una mirada hacia los niños, quienes contaban sus caramelos junto a sus padres.

    —Te perdiste la búsqueda.

    Junior asintió.

    —Sí, qué lástima.

    El tono de su voz delataba su total falta de remordimiento. Se había perdido toda la fiesta, pero para él no tenía importancia. No era como si fuera su primera vez.

    Tenía cinco años cuando su padre comenzó esta tradición, y a los trece, ya la encontraba tediosa.

    Ciel negó con la cabeza, y apoyándose en su bastón, se dispuso a retirarse.

    —No necesitas continuar con esto —dijo Junior repentinamente, deteniendo a Ciel.

    —¿A qué te refieres? —preguntó, sin volverse.

    —No hace falta que sigas organizando una fiesta cada año para que haga amigos.

    Ciel guardó silencio, y al estar de espaldas, sus expresiones resultaban indescifrables. Junior solo lo observó alejarse, sin emitir respuesta alguna.

    Nadie lo estaba observando, por lo que se tomó la libertad de esbozar una sonrisa amplia, incluso feliz.

    —Gracias, padre.

    Que hubiera tenido este tipo de detalle cada año, solo por él, le brindaba a su corazón una calidez que, a veces, creía perdida.

    —Pero ya soy demasiado grande para estas trivialidades —murmuró.

    Luego miró su atuendo.

    —Además, este disfraz es espantoso.

    Esperaba que Mey Rin no se ofendiera por haberse mostrado tan poco con aquel atuendo.
    | ¡Feliz Halloween! | ------- Ataviado con una túnica negra de bordes en púrpura oscuro y un clásico sombrero puntiagudo de bruja, Junior recorría los pasillos sosteniendo en una de sus manos una pequeña calabaza tallada, a modo de cubeta, repleta de caramelos y paletas de la compañía Funtom. De hecho, llevaba en la boca una paleta de sabor frutilla, con el palillo asomando de forma casual, lo cual le daba el aspecto de un niño cualquiera en lugar del joven amo de la casa. El motivo de su disfraz, que, cabe decir, no fue elegido por él sino por Mey Rin, se debía a la tradición anual de su padre, quien organizaba una festividad en el Día de Brujas para los niños del pueblo, invitándolos a recorrer los jardines en una búsqueda de dulces. "Incluso mi padre tiene cierto lado generoso", pensó. Como conde de estas tierras, resultaba lógico que organizara actividades para mantener la simpatía de su gente. Sin embargo, a Junior le venían a la mente diversos métodos que no implicaban una fiesta infantil… aunque era claro que su padre lo hacía por otras razones. —¡Joven amo! —llamó Bard, acercándose con un semblante urgente. —¿Qué ocurre? —Lo hemos estado buscando, ¿dónde se había metido? —Ah —dejó salir Junior, sin mucha brillantez. Se había tomado su tiempo a propósito, para irritar a su padre, entreteniéndose pintando sobre un lienzo algo alusivo a Halloween. No obstante, perdió la noción del tiempo, y, cuando quiso darse cuenta, ya atardecía en el exterior. Con ello dicho, el joven amo y el cocinero emprendieron camino hacia el salón. —Joven amo. —¿Sí, Bard? —No es nada. Junior soltó un bufido. —Sí, sí. Lo sé. Me veo ridículo. Pero, dada la hora, cambiaron de rumbo y se dirigieron al vestíbulo. Este se hallaba sorprendentemente alegre y bullicioso, un espectáculo poco frecuente en la sombría mansión. Mas lo que realmente destacaba era la presencia de su padre. Conociendo el desagrado que este sentía por tales eventos, resultaba peculiar verlo entre los niños, claro que en sentido figurado, pues en realidad no se acercaba a nadie, y los infantes ya comenzaban a despedirse. —Conde Phantomhive —anunció, aproximándose. —Junior —dijo su padre con calma, frunciendo el ceño al instante. —Llegas tarde. Verlo molesto resultaba gratificante, y Junior dejó escapar una ligera sonrisa. —Mis disculpas. Me distraje pintando y perdí la noción del tiempo. Ciel suspiró, lanzando una mirada hacia los niños, quienes contaban sus caramelos junto a sus padres. —Te perdiste la búsqueda. Junior asintió. —Sí, qué lástima. El tono de su voz delataba su total falta de remordimiento. Se había perdido toda la fiesta, pero para él no tenía importancia. No era como si fuera su primera vez. Tenía cinco años cuando su padre comenzó esta tradición, y a los trece, ya la encontraba tediosa. Ciel negó con la cabeza, y apoyándose en su bastón, se dispuso a retirarse. —No necesitas continuar con esto —dijo Junior repentinamente, deteniendo a Ciel. —¿A qué te refieres? —preguntó, sin volverse. —No hace falta que sigas organizando una fiesta cada año para que haga amigos. Ciel guardó silencio, y al estar de espaldas, sus expresiones resultaban indescifrables. Junior solo lo observó alejarse, sin emitir respuesta alguna. Nadie lo estaba observando, por lo que se tomó la libertad de esbozar una sonrisa amplia, incluso feliz. —Gracias, padre. Que hubiera tenido este tipo de detalle cada año, solo por él, le brindaba a su corazón una calidez que, a veces, creía perdida. —Pero ya soy demasiado grande para estas trivialidades —murmuró. Luego miró su atuendo. —Además, este disfraz es espantoso. Esperaba que Mey Rin no se ofendiera por haberse mostrado tan poco con aquel atuendo.
    Me encocora
    4
    3 comentarios 0 compartidos 655 vistas
Ver más resultados
Patrocinados