• La tranquilidad no dura demasiado para quienes se acostumbraron a caminar entre las sombras.

    Aunque el caso de la joven violinista se cerró con una resolución casi milagrosa, el eco de aquel encuentro —la ayuda silenciosa de esa figura que desapareció en cuanto el peligro cesó— seguía presente, persistente, como un nudo bajo la piel. Desde entonces, sus días se habían llenado de un silencio denso. Ya no había visitas inesperadas en su departamento, ni hojas con flores amarillas dibujadas y olvidadas en su recibidor.

    El desastre que tiñó de rojo las paredes de la ciudad marcó una cicatriz imborrable en su rutina. Las cámaras, los titulares, la presión interna por mantener la compostura en un lugar hecho pedazos por dentro… todo lo empujó de vuelta a su departamento, donde el único sonido era el zumbido tenue del refrigerador, una sirena a lo lejos, e incluso el suave ronroneo de su gato.

    Y aunque nadie hablaba ya de lo ocurrido en la veterinaria —como si la ciudad entera hubiese hecho un esfuerzo deliberado por sepultarlo bajo una nueva capa de normalidad—, él sabía que esa clase de paz era apenas una pausa.

    Esa noche volvió a sonar el teléfono. Una llamada interna, sin identificación visible.

    ⸻ ¿Dígame?

    Silencio al otro lado. Luego, una voz metálica, filtrada, conocida solo para quienes sabían buscar.⸻Tenemos otro. Distrito cuatro. El puente viejo. No avises a nadie más.

    La línea se cortó.

    Él se quedó mirando el aparato unos segundos más, el zumbido del refrigerador pareció desaparecer bajo un ruido más profundo: el regreso del instinto. Volvió a vestirse como quien se pone un papel ya olvidado. Guantes. Linterna. La vieja chaqueta. En su bolsillo, un cuaderno delgado, desgastado en las esquinas..

    La escena lo recibió con una luna apenas oculta tras las nubes. El puente viejo estaba cercado con cinta, pero no había patrullas. Aún no. Ni reporteros, ni testigos, solo el cuerpo. Colgado. Suspendido por los tobillos, boca abajo, con una máscara de conejo blanco pintada con lo que parecía ser… pintura. ¿O era sangre seca?

    Un símbolo extraño dibujado bajo el cadáver, como una firma retorcida. Algo nuevo. Algo que no tenía nada que ver con la veterinaria.

    Ni con la violinista.

    Ni con lo anterior.

    Y sin embargo… sentía que esa figura lo miraba directamente a él. Era repugnante. Como si le hablara. Como si supiera.


    #nightfallrevenge

































    // Así como muchos acá, me gusta tomar en cuenta las personas con quienes interactúa Joon y los roles que tiene (aunque parte de ellos han sido abandonados f) para el desarrollo de su historia.

    Vuelvo a mencionar que cualquier post mío es de libre interacción, a no ser que etiquete. No tengo mucho tiempo libre, pero si te interesa algún rolcito puedes escribirme por dm uu/
    La tranquilidad no dura demasiado para quienes se acostumbraron a caminar entre las sombras. Aunque el caso de la joven violinista se cerró con una resolución casi milagrosa, el eco de aquel encuentro —la ayuda silenciosa de esa figura que desapareció en cuanto el peligro cesó— seguía presente, persistente, como un nudo bajo la piel. Desde entonces, sus días se habían llenado de un silencio denso. Ya no había visitas inesperadas en su departamento, ni hojas con flores amarillas dibujadas y olvidadas en su recibidor. El desastre que tiñó de rojo las paredes de la ciudad marcó una cicatriz imborrable en su rutina. Las cámaras, los titulares, la presión interna por mantener la compostura en un lugar hecho pedazos por dentro… todo lo empujó de vuelta a su departamento, donde el único sonido era el zumbido tenue del refrigerador, una sirena a lo lejos, e incluso el suave ronroneo de su gato. Y aunque nadie hablaba ya de lo ocurrido en la veterinaria —como si la ciudad entera hubiese hecho un esfuerzo deliberado por sepultarlo bajo una nueva capa de normalidad—, él sabía que esa clase de paz era apenas una pausa. Esa noche volvió a sonar el teléfono. Una llamada interna, sin identificación visible. ⸻ ¿Dígame? Silencio al otro lado. Luego, una voz metálica, filtrada, conocida solo para quienes sabían buscar.⸻Tenemos otro. Distrito cuatro. El puente viejo. No avises a nadie más. La línea se cortó. Él se quedó mirando el aparato unos segundos más, el zumbido del refrigerador pareció desaparecer bajo un ruido más profundo: el regreso del instinto. Volvió a vestirse como quien se pone un papel ya olvidado. Guantes. Linterna. La vieja chaqueta. En su bolsillo, un cuaderno delgado, desgastado en las esquinas.. La escena lo recibió con una luna apenas oculta tras las nubes. El puente viejo estaba cercado con cinta, pero no había patrullas. Aún no. Ni reporteros, ni testigos, solo el cuerpo. Colgado. Suspendido por los tobillos, boca abajo, con una máscara de conejo blanco pintada con lo que parecía ser… pintura. ¿O era sangre seca? Un símbolo extraño dibujado bajo el cadáver, como una firma retorcida. Algo nuevo. Algo que no tenía nada que ver con la veterinaria. Ni con la violinista. Ni con lo anterior. Y sin embargo… sentía que esa figura lo miraba directamente a él. Era repugnante. Como si le hablara. Como si supiera. #nightfallrevenge // Así como muchos acá, me gusta tomar en cuenta las personas con quienes interactúa Joon y los roles que tiene (aunque parte de ellos han sido abandonados f) para el desarrollo de su historia. Vuelvo a mencionar que cualquier post mío es de libre interacción, a no ser que etiquete. No tengo mucho tiempo libre, pero si te interesa algún rolcito puedes escribirme por dm uu/
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  • *En Un templo en ruinas oculto entre los riscos, donde el musgo crece entre estatuas rotas y el viento arrastra siglos de silencio. El dios demonio, encarnado en forma humana, se sienta solo sobre el trono de piedra que ya no representa nada. Su mirada está fija en la llama azul de una ofrenda que no arde con fuego mortal.*

    Dicen que el tiempo lo entierra todo. Mentiras. Hay heridas que se entierran con los huesos… pero siguen cantando bajo la tierra.

    *Se pone de pie lentamente. Su andar es lento, como si cargara con siglos en los hombros. Se detiene frente a una pintura desvanecida en el muro, donde una figura femenina —casi borrada— parece mirarlo.*

    No la he visto. No he oído su voz. Ni siquiera sé si sonríe como tú… o si heredó mi forma de callar cuando el mundo pesa demasiado. Solo sé que existe. Que respira. Que camina junto a ese hombre al que llaman padre… mientras yo observo desde lo alto como un cobarde.

    *Una gota de agua cae desde el techo, rompiendo el silencio. Él aprieta los puños.*

    Mi sangre en su sangre… y ella ni siquiera lo imagina. Qué destino más cruel el de los que crean vida y luego deben ocultarse de ella. No por miedo. Por castigo.

    *Mira hacia una grieta en la pared. Más allá, se ve un sendero que baja por la montaña.*

    Están viajando. Él la cuida, le habla con la calma que yo nunca tuve. Le enseña el mundo como si fuera un regalo, mientras yo fui capaz de prenderle fuego. Ella cree que es su padre. Y él… quizás lo es más de lo que yo merezco ser.

    *Suspira. Hay una sombra en sus ojos. No odio, solo un cansancio inmenso.*


    "Yo solo dejo rastros. Fragmentos. Una marca en el cielo que quizá algún día la haga mirar hacia arriba y preguntarse por qué sueña con lugares que nunca ha pisado.

    *La llama azul parpadea. Él la observa por última vez antes de marcharse.*

    "No la tocaré. No le hablaré. No merezco más que esto: saber que existe. Que el mundo es un poco menos oscuro porque ella camina en él. Y eso… eso basta.
    *En Un templo en ruinas oculto entre los riscos, donde el musgo crece entre estatuas rotas y el viento arrastra siglos de silencio. El dios demonio, encarnado en forma humana, se sienta solo sobre el trono de piedra que ya no representa nada. Su mirada está fija en la llama azul de una ofrenda que no arde con fuego mortal.* Dicen que el tiempo lo entierra todo. Mentiras. Hay heridas que se entierran con los huesos… pero siguen cantando bajo la tierra. *Se pone de pie lentamente. Su andar es lento, como si cargara con siglos en los hombros. Se detiene frente a una pintura desvanecida en el muro, donde una figura femenina —casi borrada— parece mirarlo.* No la he visto. No he oído su voz. Ni siquiera sé si sonríe como tú… o si heredó mi forma de callar cuando el mundo pesa demasiado. Solo sé que existe. Que respira. Que camina junto a ese hombre al que llaman padre… mientras yo observo desde lo alto como un cobarde. *Una gota de agua cae desde el techo, rompiendo el silencio. Él aprieta los puños.* Mi sangre en su sangre… y ella ni siquiera lo imagina. Qué destino más cruel el de los que crean vida y luego deben ocultarse de ella. No por miedo. Por castigo. *Mira hacia una grieta en la pared. Más allá, se ve un sendero que baja por la montaña.* Están viajando. Él la cuida, le habla con la calma que yo nunca tuve. Le enseña el mundo como si fuera un regalo, mientras yo fui capaz de prenderle fuego. Ella cree que es su padre. Y él… quizás lo es más de lo que yo merezco ser. *Suspira. Hay una sombra en sus ojos. No odio, solo un cansancio inmenso.* "Yo solo dejo rastros. Fragmentos. Una marca en el cielo que quizá algún día la haga mirar hacia arriba y preguntarse por qué sueña con lugares que nunca ha pisado. *La llama azul parpadea. Él la observa por última vez antes de marcharse.* "No la tocaré. No le hablaré. No merezco más que esto: saber que existe. Que el mundo es un poco menos oscuro porque ella camina en él. Y eso… eso basta.
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  • Hay veces en las que enserio me pregunto si es que soy masoquista o que al seguir jugando videojuegos online en donde me la paso el 90% de las veces perdiendo.
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  • Maya Lockwood Un día tenemos que ir a San Louis. Hay una cafetería donde hacen las mejores hamburguesas del mundo.... En serio, me lo recomendó mi p... mi amigo... Steve
    [thxlastL0ckwood] Un día tenemos que ir a San Louis. Hay una cafetería donde hacen las mejores hamburguesas del mundo.... En serio, me lo recomendó mi p... mi amigo... Steve
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  • I'm back biiiiiiiitch*s! -anuncia entrando como una triunfadora en el bar donde la esperan sus amigas. Se quita las gafas de sol y deja ir una risa divertida mientras sus amigas se adelantan a abrazarla.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ¡Tengo que escribir la ficha!
    Pero creo que tengo de donde aprender a hacerlo...
    ¡Tengo que escribir la ficha! Pero creo que tengo de donde aprender a hacerlo... 🤩
    Ficha Alexandrina Sebastiane
         📜 Ficha de Personaje  Alexandrina Sebastiane:   Nombre Completo: Alexandrina Sebastiane Alias/Títulos: Dama de Hierro, La Doncella Autómata, Rina. Edad Aparente: 24 años Género: Femenino Raza: Humanoide / Autómata (según sistema) Clase sugerida: Invocadora / Controladora / Maid de Combate Afiliación/Origen:...
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  • La espectral joven llegó con pasos suaves hasta el recinto donde se encontraba el oráculo, acompañada de aquella dualidad nata en ella. Seguida por sus sombras, tal como las polillas siguen a la luz. Entro lentamente con una actitud completamente respetuosa, dejando tras de ella las sombras que desaparecieron al entrar en contacto con la gran luz del lugar.

    En sus temblorosas mano llevaba una canasta tejida por ella misma, con una botella del mejor jugo de granada y lo que parecía un queso que la joven hizo con sus propias manos. Se detuvo, respirando como si pidiera permiso al viento para ello, su rostro imperturbable se vio iluminado al retirar el velo oscuro que la cubría. Y con voz serena y aterciopelada comenzó a hablar

    ─ Gran oráculo, te vengo a ver,
    No como dios, sino como hermana que quiere saber.
    Mi hermano Zagreus, guerrero valiente y fuerte,
    Lucha en el Inframundo, con fuego que arde sin muerte.
    Quiero saber si hay una profecía que lo espera,
    Y si puedes guiarme, para que yo pueda
    En su camino ser luz clara y sincera."

    La diosa iba no como tormenta, no como fuego abrazador, no como quien exige sino como quien suplica, quien añora respuestas. Levanto la canasta en directo del gran Apolo, mostrando su contenido. No era una deidad, no era oscuridad, no era nada mas que una hermana preocupada, una que añoraba encontrar un forma de ayudar a su querido hermano.

    ─ Pero se que todo tiene un costo, espero que esté pequeño gesto sea suficiente para lo que solicito...

    El dios sol al ver llegar a la joven, alzo las cejas algo sorprendido, su alegría era clara ante como la diosa se presento hablando en rima, honrándole así al ser dios de las artes y la poesía. Pero antes de poder abrir la boca, Apolo ya estaba soltando una profecía para la chica

    ─ Tu hermano no está perdido,
    duerme envuelto en rojo olvido.
    No lo salves por la fuerza,
    dale amor que le refuerza.
    Di su nombre con ternura,
    muéstrale que aún perdura.
    No es fantasma si hay amor:
    es camino, no dolor.

    Vio al dios terminar de hablar, volviendo a la normalidad, agradeciendo su ofrenda dejándola partir, con aun mas dudas. Su hermano el gran guerrero del inframundo en verdad la preocupaba, ella incapaz de dormir, siempre escuchaba los lamentos que Zagreus daba entre sueños. La preocupaba, en verdad quería ayudarle, esta profecía solo dejaba en claro una cosa, tendría que hablar con us hermano sin tapujos ni escudos, solo corazón y sinceridad en cada palabra.
    La espectral joven llegó con pasos suaves hasta el recinto donde se encontraba el oráculo, acompañada de aquella dualidad nata en ella. Seguida por sus sombras, tal como las polillas siguen a la luz. Entro lentamente con una actitud completamente respetuosa, dejando tras de ella las sombras que desaparecieron al entrar en contacto con la gran luz del lugar. En sus temblorosas mano llevaba una canasta tejida por ella misma, con una botella del mejor jugo de granada y lo que parecía un queso que la joven hizo con sus propias manos. Se detuvo, respirando como si pidiera permiso al viento para ello, su rostro imperturbable se vio iluminado al retirar el velo oscuro que la cubría. Y con voz serena y aterciopelada comenzó a hablar ─ Gran oráculo, te vengo a ver, No como dios, sino como hermana que quiere saber. Mi hermano Zagreus, guerrero valiente y fuerte, Lucha en el Inframundo, con fuego que arde sin muerte. Quiero saber si hay una profecía que lo espera, Y si puedes guiarme, para que yo pueda En su camino ser luz clara y sincera." La diosa iba no como tormenta, no como fuego abrazador, no como quien exige sino como quien suplica, quien añora respuestas. Levanto la canasta en directo del gran Apolo, mostrando su contenido. No era una deidad, no era oscuridad, no era nada mas que una hermana preocupada, una que añoraba encontrar un forma de ayudar a su querido hermano. ─ Pero se que todo tiene un costo, espero que esté pequeño gesto sea suficiente para lo que solicito... El dios sol al ver llegar a la joven, alzo las cejas algo sorprendido, su alegría era clara ante como la diosa se presento hablando en rima, honrándole así al ser dios de las artes y la poesía. Pero antes de poder abrir la boca, Apolo ya estaba soltando una profecía para la chica ─ Tu hermano no está perdido, duerme envuelto en rojo olvido. No lo salves por la fuerza, dale amor que le refuerza. Di su nombre con ternura, muéstrale que aún perdura. No es fantasma si hay amor: es camino, no dolor. Vio al dios terminar de hablar, volviendo a la normalidad, agradeciendo su ofrenda dejándola partir, con aun mas dudas. Su hermano el gran guerrero del inframundo en verdad la preocupaba, ella incapaz de dormir, siempre escuchaba los lamentos que Zagreus daba entre sueños. La preocupaba, en verdad quería ayudarle, esta profecía solo dejaba en claro una cosa, tendría que hablar con us hermano sin tapujos ni escudos, solo corazón y sinceridad en cada palabra.
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  • — ¿Lo ves ahora...?
    (susurró con una voz tan suave como venenosa)

    —Nadie recuerda al que advirtió, solo temen al que devora.

    (Sus dedos, largos, temblaban no por debilidad, sino por lo que contenían: un hambre que no era de carne ni de alma… sino de propósito).

    — ¿Querías respuestas? Yo te regalo una verdad:
    todo lo que crees conocer… te fue dado por otro.
    Y todo lo que sientes… fue diseñado para hacerte dócil.

    (Levantó la mirada. No había rostro. Solo un abismo vestido de hombre. Pero sus ojos… sus ojos eran grietas abiertas al núcleo mismo del caos).

    — No vine a consolarte. Vine a recordarte que estás incompleto.
    Y que, en el fondo, lo sabes.
    Por eso no puedes dejar de mirarme."

    (Su tono ya no buscaba convencer. Solo sembrar la duda exacta donde antes había certeza).

    — No temas a lo que soy.
    Teme a lo que vas a ser cuando me entiendas."
    — ¿Lo ves ahora...? (susurró con una voz tan suave como venenosa) —Nadie recuerda al que advirtió, solo temen al que devora. (Sus dedos, largos, temblaban no por debilidad, sino por lo que contenían: un hambre que no era de carne ni de alma… sino de propósito). — ¿Querías respuestas? Yo te regalo una verdad: todo lo que crees conocer… te fue dado por otro. Y todo lo que sientes… fue diseñado para hacerte dócil. (Levantó la mirada. No había rostro. Solo un abismo vestido de hombre. Pero sus ojos… sus ojos eran grietas abiertas al núcleo mismo del caos). — No vine a consolarte. Vine a recordarte que estás incompleto. Y que, en el fondo, lo sabes. Por eso no puedes dejar de mirarme." (Su tono ya no buscaba convencer. Solo sembrar la duda exacta donde antes había certeza). — No temas a lo que soy. Teme a lo que vas a ser cuando me entiendas."
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  • Ya no puedo con esta farza, ni tampoco mi amigo, nuestros corazones tienen dueño y todo lo que hacemos es fingir por seguridad.
    Este terrible dolor que me invade,
    Me dicen que todas y cada una de mis cartas han llegado a ti.
    Que tu asistente las entrega directamente en tu mano.
    ¿Pero por qué no las lees?
    ¿Por que no respondes?
    ¿De verdad no te intereso?
    Mi corazón está roto en un punto donde no creo que pueda sanar.
    Te lo ruego, solo responde una sola carta.

    Ya no puedo con esta farza, ni tampoco mi amigo, nuestros corazones tienen dueño y todo lo que hacemos es fingir por seguridad. Este terrible dolor que me invade, Me dicen que todas y cada una de mis cartas han llegado a ti. Que tu asistente las entrega directamente en tu mano. ¿Pero por qué no las lees? ¿Por que no respondes? ¿De verdad no te intereso? Mi corazón está roto en un punto donde no creo que pueda sanar. Te lo ruego, solo responde una sola carta.
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  • *Me puse a revisar las puertas que llevaban a varios mundos hasta que me tocó abrir la puerta donde Azrael dejó a sus creaciones carnívoras. Al entrar, me doy cuenta de que el hábitat había cambiado de lo que antes era un lugar lúgubre; ahora parecía un ecosistema diferente. No podía creer la evolución que estaba presenciando. Recordé que Alastor estuvo en este lugar. *

    —¿Acaso su presencia hizo algún cambio en este lugar? —

    *Seguía viendo hasta que una figura humanoide se presentó ante él; no podía ver su rostro, pero sí pudo sentir un poder similar al de Alastor. Era una criatura misteriosa. Pero a pesar de tener un aura amenazante, su voz era tan similar a la de Alastor. *

    ( Si que dejaste huella en este lugar Alastor )

    ????: —No eres nuestro creador ni su pupilo . ¿Quién eres? —
    *Me puse a revisar las puertas que llevaban a varios mundos hasta que me tocó abrir la puerta donde Azrael dejó a sus creaciones carnívoras. Al entrar, me doy cuenta de que el hábitat había cambiado de lo que antes era un lugar lúgubre; ahora parecía un ecosistema diferente. No podía creer la evolución que estaba presenciando. Recordé que Alastor estuvo en este lugar. * —¿Acaso su presencia hizo algún cambio en este lugar? — *Seguía viendo hasta que una figura humanoide se presentó ante él; no podía ver su rostro, pero sí pudo sentir un poder similar al de Alastor. Era una criatura misteriosa. Pero a pesar de tener un aura amenazante, su voz era tan similar a la de Alastor. * ( Si que dejaste huella en este lugar Alastor ) ????: —No eres nuestro creador ni su pupilo . ¿Quién eres? —
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