• Así que alguien Está en mi territorio.
    Eso dice, pero que demonios hace un ser como aquí ..... ¿Quien eres tu?

    -dice con una mirada fría y sería a esa persona para a ella.-
    Así que alguien Está en mi territorio. Eso dice, pero que demonios hace un ser como aquí ..... ¿Quien eres tu? -dice con una mirada fría y sería a esa persona para a ella.-
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  • " Memorias de un Zorro"

    Los humanos no merecían su simpatía. Todo lo que los relacionaba directamente con ellos le causaba dolor y aversión. No sería capaz de olvidar ninguna de las lágrimas derramadas por lo que estos le dieron y al mismo tiempo le arrebataron. Veía a los humanos como seres de usar, para después desechar, sin formar ningún vínculo afectivo más allá del divertimento o el sexo.

    ¿Cómo podría verlo de otra forma?. Estos lo arrancaron de su bosque, le dieron una familia que amar para después, esos mismos seres, segar sus vidas ante la impotencia del zorro, como si el valor de estas quedasen en la nada, como la ceniza de un tronco consumido por las llamas. No deseaba volver a involucrarse con vidas tan efímeras y frágiles, vidas que solo le causarían dolor y pesadumbre. O al menos así pensaba él, hasta aquel ocaso de otoño, donde el bosque estaba tenido de mandarina, limón y granate.

    Kazuo caminaba de forma tranquila en el único lugar donde sentía que pertenecía; su amado bosque. Este nunca le había traicionado, no como el resto del mundo lo había hecho. Era por esta razón por la que el zorro pasaba sus días recorriendo este de punta a punta. La extensión de su arboleda, el olor a tierra y pino, el sonido del crujir de las hojas bajo sus patas; todo aquello se había convertido en un bálsamo que calmaba su amargo dolor.

    Pero aquel atardecer sería diferente. El viento traía consigo un aroma a madera quemada. Aquello por lo general no era algo extraño, había pequeños poblados esparcidos por la zona. Pero aquel olor era más intenso que el de unos simples alumbres en casas familiares. ¿Seria que su bosque estaba siendo arrasado nuevamente?. Comenzó a avanzar, en dirección donde él olor a madera quemada se hacía más intenso. Pero a medida que sus zancadas se fueron acelerando, otro olor se alojó en su hocico, dejándole un regusto metálico alojándose en la parte trasera de su lengua; sangre.
    El zorro era rápido; este apenas una estela plateada entre los arboles para ojos mortales. A pesar de su tamaño, aquel imponente animal de tres colas, se movía entre los arboles como el agua que se colaba entre las rocas de un río montañoso, de forma rápida y fluida.

    Olía a muerte, y finalmente, llegó al origen de aquel desagradable aroma. Era un poblado de gente humilde, campesinos que apenas sobrevivían el día a día con lo que sacaban de la tierra. Pero ese día sus vidas habían dado un giro de ciento ochenta grados. Un grupo numeroso se bandidos estaba arrasando con las vidas de aquellas familias, saqueando y asediando todo a su paso. Kazuo , con su mirada afilada entre la maleza, observaba la escena con inquietante parsimonia.

    No era su problema. A él y a su familia nadie les ayudó, tampoco lloraron su muerte. Cuando este explicó, en el poblado donde comerciaban, que su familia había sido asesinada; no obtuvo ningún tipo de apoyo ajeno, más allá de un simple pésame. Era como si aquello fuera lo normal y cada uno tenia que ocuparse de sus propios problemas. Kazuo tuvo que enterrarlos en soledad, con la angustia de ver sus cuerpos destrozados cruelmente.
    Este estaba apunto de irse cuando escucho el llanto de un bebé. Giró su cabeza, alzó sus orejas zorrunas y clavó su mirada zafiro en una madre siendo arrastrada por la melena, sacándola de lo que una vez fue su hogar, mientras esta se aferraba a la criatura que tenía entre sus brazos. Aquel niño tendría apenas semanas de haber nacido.

    Aquello parecía haber captado la atención del zorro, quién a base de sufrimiento, había endurecido su corazón. Sin embargo, aquello le provocó una grieta en su bien forjada coraza.

    Aquella madre, desesperada, sacaba fuerzas de donde fuera, resistiéndose para que su retoño no fuera arrancado de sus brazos.


    ~ Haced conmigo lo que queráis, pero mi hijo no. Dejarlo vivir, no me importa mi vida, pero a él no…~ Decía aquella madre con una desesperación que calaba incluso dentro del frío Kitsune.

    Inevitablemente Kazuo recordó a sus madres. Como cuando nació, está daba todo de ella para poder tenerlo, como a pesar de ser diferente a sus hermanos y el más débil, se encargó de que no le faltase alimento. Como su madre Reina, incluso sin conocerle, lo rescató junto con su padre de aquel estanque en mitad de la nada, arriesgando sus vidas al detenerse de su huída de la guerra para recogerlo.

    Aquella mujer estaba peleando como una jabata para evitar un final funesto para su hijo.

    Finalmente, aquellos mercenarios, lograban arrancarle a su hijo de los brazos, mientras algunos de estos la sujetaban y comenzaron a rasgar sus ropas de forma brusca, una señal inequívoca de lo que venía a continuación para ella. La mujer dejó de luchar, estaba dispuesta a todo por tal de que su hijo no sufriera la suerte que le esperaba a ella, dejando su cuerpo como pago por su vida. Aunque aquello no le garantizaba que su hijo viviera, ella estaba dispuesta a todo, a agarrarse a esa mínima esperanza.

    Ahí estaba, el amor incondicional de una madre. Algo tan puro y honesto, que difícilmente podría ser superado por algo más.

    ~ Dioses, proteger a mí hijo, solo pido eso. Que mi suerte y la suya se hagan una para él. Que mi alma sirva de tributo para que él esté bien.~ Decía esta mientras veía como su retoño se pasaba de un mercenario a otro de forma brusca.

    Una plegaría... Una plegaría frente a un mensajero de Inari. Eso, sumado a la grieta que se habría formado en el caparazón alrededor del corazón del zorro, fue el detonante para que este se moviera por puro instinto.

    El Kitsune, en toda su majestuosa forma, salió de entre la maleza, gruñendo y enseñando su hilera de dientes, afilados como cuchillos de cerámica. A aquellos infelices apenas les dio tiempo de reaccionar; en un abrir y cerrar de ojos, él zorro, tan grande como un caballo, se abalanzaba sobre estos, uno por uno. Acabando con cada una de sus vidas de forma certera.

    En medio del alboroto, la madre se zafó de sus actores para ir en busca de su hijo, quién lo tenía uno de aquellos desgraciados. Cuando esta se acercó al mercenario, este sin compasión Katana en mano, atravesó su estómago con una estocada firme. Esta, a pesar de la herida infligida, tomo a su criatura de los brazos de aquel sin corazón. En cuanto este retira su arma, la joven madre cae de espaldas al suelo en un charco de sangre, pero sin soltar en ningún momento a su más preciado tesoro, su hijo.
    A Kazuo no le había dado tiempo a detener aquel deleznable acto. Este, con la misma furia con la que vengó a su familia se abalanzó sobre aquel individuo. Sus temibles fauces sujetaron la cabeza del contrario, quien gritaba de puro miedo ante la impotencia de su tráfico final. De un tirón, Kazuo decapitó a aquel mala sangre, lanzando su cabeza varios metros de donde se encontraban.

    Este estaba furibundo, el fuego recorría la sangre de sus venas, en oleadas de rabia y heridas abiertas. Solo el llanto de aquella frágil criatura lo trajo de vuelta al presente. Este se voltea y camina en dirección a esa madre, la cual se desangraba sin opción a salvación.

    Con cada paso del zorro, su cuerpo iba mutando con llamas color zafiro. La estela de estas daban paso a un Kazuo con aspecto humano, con una vestimenta desgastada, pero de un blanco puro, ahora tintada por la sangre derramada. Su melena plateada enmarcaban aquel rostro casi angelical, parecía alguien que solo podía ser soñado o contado en leyendas.

    Este llega donde la mujer, quién aún estaba viva, pero su respiración era lenta y errática, arrodillándose a su lado. Kazuo aún no tenía el suficiente poder para curar una herida como aquella, no sin que la vida de este peligrase, compartiendo ambos un funesto destino. La mujer clavaba su mirada avellana en los ojos lapislázuli del zorro.

    ~ Hijo de la luna…~ Digo con voz casi inaudible aquella mujer.

    Esta arrastraba su mano hasta tomar la de Kazuo, y con un esfuerzo tremebundo, lo guía hasta que la mano de él descansara sobre su bebé. El Kitsune abría sus ojos sorprendido; aquella mujer lo había visto masacrar sin esfuerzo ni compasión a aquellos hombres, y aún así dejaba que la mano de un demonio descansara sobre lo más valioso para ella, su hijo.

    La mano libre de Kazuo se alzó hasta alcanzar el rostro de aquella madre, quién parecía tranquila estando al borde de la muerte. Aquellos indeseables habían gritado y suplicado por si vida, habían tenido miedo de su destino final. Sin embargo, aquella joven que rondaba la veintena, estaba en total calma.

    “Hijo de la Luna”. Este había nacido una noche bañada por la luna llena y bendecido por la gracia de una diosa. Aquella mujer había depositado su esperanza y confianza en él sin dudarlo, una confianza y una esperanza que él había perdido por completo en él y en la humanidad. Pero aquel acontecimiento cambiaría totalmente la perspectiva de Kazuo, de como miraba el mundo después de la muerte de su familia.

    El mundo aún tenía bondad que ofrecer, y él también podría darle bondad al mundo; tal y como sus madres quería que hiciera.
    Fue entonces cuando los ojos de aquella joven se apagaron, perdiendo el brillo de la vida en un último suspiro. Kazuo, con sumo cuidado, toma el tesoro más preciado de aquella joven. En cuanto el niño estuvo en sus brazos, este dejó de llorar, clavando esos mismos ojos avellana en la mirada del zorro.

    Kazuo se encargó de darle una sepultura digna a su madre. Y de buscar una familia de ese mismo poblado que se encargara de cuidarlo y contar la historia de como su madre dio la vida por él. Esos días posteriores Kazuo ayudó a reconstruir el poblado, enterrar a los seres queridos y ayudar diligentemente en todo lo que podía, tal y como su madre y su padre les habían enseñado.

    Es ahí cuando el zorro empezaría su más sagrada tarea. Llevar las plegarias puras a oídos de su diosa madre.

    En un monte, donde el bosque era dueño en toda su extensión. El zorro, decidió construir un templo, con sus propias manos y su propio esfuerzo. Un templo que sería un tributo a su familia, y un hogar para aquellos que necesitaran de su gracia. Es así como el monte Inari llegaría a bautizarse, y donde el templo Aihara se alzaría en la medianía camino a su cima.





    " Memorias de un Zorro" Los humanos no merecían su simpatía. Todo lo que los relacionaba directamente con ellos le causaba dolor y aversión. No sería capaz de olvidar ninguna de las lágrimas derramadas por lo que estos le dieron y al mismo tiempo le arrebataron. Veía a los humanos como seres de usar, para después desechar, sin formar ningún vínculo afectivo más allá del divertimento o el sexo. ¿Cómo podría verlo de otra forma?. Estos lo arrancaron de su bosque, le dieron una familia que amar para después, esos mismos seres, segar sus vidas ante la impotencia del zorro, como si el valor de estas quedasen en la nada, como la ceniza de un tronco consumido por las llamas. No deseaba volver a involucrarse con vidas tan efímeras y frágiles, vidas que solo le causarían dolor y pesadumbre. O al menos así pensaba él, hasta aquel ocaso de otoño, donde el bosque estaba tenido de mandarina, limón y granate. Kazuo caminaba de forma tranquila en el único lugar donde sentía que pertenecía; su amado bosque. Este nunca le había traicionado, no como el resto del mundo lo había hecho. Era por esta razón por la que el zorro pasaba sus días recorriendo este de punta a punta. La extensión de su arboleda, el olor a tierra y pino, el sonido del crujir de las hojas bajo sus patas; todo aquello se había convertido en un bálsamo que calmaba su amargo dolor. Pero aquel atardecer sería diferente. El viento traía consigo un aroma a madera quemada. Aquello por lo general no era algo extraño, había pequeños poblados esparcidos por la zona. Pero aquel olor era más intenso que el de unos simples alumbres en casas familiares. ¿Seria que su bosque estaba siendo arrasado nuevamente?. Comenzó a avanzar, en dirección donde él olor a madera quemada se hacía más intenso. Pero a medida que sus zancadas se fueron acelerando, otro olor se alojó en su hocico, dejándole un regusto metálico alojándose en la parte trasera de su lengua; sangre. El zorro era rápido; este apenas una estela plateada entre los arboles para ojos mortales. A pesar de su tamaño, aquel imponente animal de tres colas, se movía entre los arboles como el agua que se colaba entre las rocas de un río montañoso, de forma rápida y fluida. Olía a muerte, y finalmente, llegó al origen de aquel desagradable aroma. Era un poblado de gente humilde, campesinos que apenas sobrevivían el día a día con lo que sacaban de la tierra. Pero ese día sus vidas habían dado un giro de ciento ochenta grados. Un grupo numeroso se bandidos estaba arrasando con las vidas de aquellas familias, saqueando y asediando todo a su paso. Kazuo , con su mirada afilada entre la maleza, observaba la escena con inquietante parsimonia. No era su problema. A él y a su familia nadie les ayudó, tampoco lloraron su muerte. Cuando este explicó, en el poblado donde comerciaban, que su familia había sido asesinada; no obtuvo ningún tipo de apoyo ajeno, más allá de un simple pésame. Era como si aquello fuera lo normal y cada uno tenia que ocuparse de sus propios problemas. Kazuo tuvo que enterrarlos en soledad, con la angustia de ver sus cuerpos destrozados cruelmente. Este estaba apunto de irse cuando escucho el llanto de un bebé. Giró su cabeza, alzó sus orejas zorrunas y clavó su mirada zafiro en una madre siendo arrastrada por la melena, sacándola de lo que una vez fue su hogar, mientras esta se aferraba a la criatura que tenía entre sus brazos. Aquel niño tendría apenas semanas de haber nacido. Aquello parecía haber captado la atención del zorro, quién a base de sufrimiento, había endurecido su corazón. Sin embargo, aquello le provocó una grieta en su bien forjada coraza. Aquella madre, desesperada, sacaba fuerzas de donde fuera, resistiéndose para que su retoño no fuera arrancado de sus brazos. ~ Haced conmigo lo que queráis, pero mi hijo no. Dejarlo vivir, no me importa mi vida, pero a él no…~ Decía aquella madre con una desesperación que calaba incluso dentro del frío Kitsune. Inevitablemente Kazuo recordó a sus madres. Como cuando nació, está daba todo de ella para poder tenerlo, como a pesar de ser diferente a sus hermanos y el más débil, se encargó de que no le faltase alimento. Como su madre Reina, incluso sin conocerle, lo rescató junto con su padre de aquel estanque en mitad de la nada, arriesgando sus vidas al detenerse de su huída de la guerra para recogerlo. Aquella mujer estaba peleando como una jabata para evitar un final funesto para su hijo. Finalmente, aquellos mercenarios, lograban arrancarle a su hijo de los brazos, mientras algunos de estos la sujetaban y comenzaron a rasgar sus ropas de forma brusca, una señal inequívoca de lo que venía a continuación para ella. La mujer dejó de luchar, estaba dispuesta a todo por tal de que su hijo no sufriera la suerte que le esperaba a ella, dejando su cuerpo como pago por su vida. Aunque aquello no le garantizaba que su hijo viviera, ella estaba dispuesta a todo, a agarrarse a esa mínima esperanza. Ahí estaba, el amor incondicional de una madre. Algo tan puro y honesto, que difícilmente podría ser superado por algo más. ~ Dioses, proteger a mí hijo, solo pido eso. Que mi suerte y la suya se hagan una para él. Que mi alma sirva de tributo para que él esté bien.~ Decía esta mientras veía como su retoño se pasaba de un mercenario a otro de forma brusca. Una plegaría... Una plegaría frente a un mensajero de Inari. Eso, sumado a la grieta que se habría formado en el caparazón alrededor del corazón del zorro, fue el detonante para que este se moviera por puro instinto. El Kitsune, en toda su majestuosa forma, salió de entre la maleza, gruñendo y enseñando su hilera de dientes, afilados como cuchillos de cerámica. A aquellos infelices apenas les dio tiempo de reaccionar; en un abrir y cerrar de ojos, él zorro, tan grande como un caballo, se abalanzaba sobre estos, uno por uno. Acabando con cada una de sus vidas de forma certera. En medio del alboroto, la madre se zafó de sus actores para ir en busca de su hijo, quién lo tenía uno de aquellos desgraciados. Cuando esta se acercó al mercenario, este sin compasión Katana en mano, atravesó su estómago con una estocada firme. Esta, a pesar de la herida infligida, tomo a su criatura de los brazos de aquel sin corazón. En cuanto este retira su arma, la joven madre cae de espaldas al suelo en un charco de sangre, pero sin soltar en ningún momento a su más preciado tesoro, su hijo. A Kazuo no le había dado tiempo a detener aquel deleznable acto. Este, con la misma furia con la que vengó a su familia se abalanzó sobre aquel individuo. Sus temibles fauces sujetaron la cabeza del contrario, quien gritaba de puro miedo ante la impotencia de su tráfico final. De un tirón, Kazuo decapitó a aquel mala sangre, lanzando su cabeza varios metros de donde se encontraban. Este estaba furibundo, el fuego recorría la sangre de sus venas, en oleadas de rabia y heridas abiertas. Solo el llanto de aquella frágil criatura lo trajo de vuelta al presente. Este se voltea y camina en dirección a esa madre, la cual se desangraba sin opción a salvación. Con cada paso del zorro, su cuerpo iba mutando con llamas color zafiro. La estela de estas daban paso a un Kazuo con aspecto humano, con una vestimenta desgastada, pero de un blanco puro, ahora tintada por la sangre derramada. Su melena plateada enmarcaban aquel rostro casi angelical, parecía alguien que solo podía ser soñado o contado en leyendas. Este llega donde la mujer, quién aún estaba viva, pero su respiración era lenta y errática, arrodillándose a su lado. Kazuo aún no tenía el suficiente poder para curar una herida como aquella, no sin que la vida de este peligrase, compartiendo ambos un funesto destino. La mujer clavaba su mirada avellana en los ojos lapislázuli del zorro. ~ Hijo de la luna…~ Digo con voz casi inaudible aquella mujer. Esta arrastraba su mano hasta tomar la de Kazuo, y con un esfuerzo tremebundo, lo guía hasta que la mano de él descansara sobre su bebé. El Kitsune abría sus ojos sorprendido; aquella mujer lo había visto masacrar sin esfuerzo ni compasión a aquellos hombres, y aún así dejaba que la mano de un demonio descansara sobre lo más valioso para ella, su hijo. La mano libre de Kazuo se alzó hasta alcanzar el rostro de aquella madre, quién parecía tranquila estando al borde de la muerte. Aquellos indeseables habían gritado y suplicado por si vida, habían tenido miedo de su destino final. Sin embargo, aquella joven que rondaba la veintena, estaba en total calma. “Hijo de la Luna”. Este había nacido una noche bañada por la luna llena y bendecido por la gracia de una diosa. Aquella mujer había depositado su esperanza y confianza en él sin dudarlo, una confianza y una esperanza que él había perdido por completo en él y en la humanidad. Pero aquel acontecimiento cambiaría totalmente la perspectiva de Kazuo, de como miraba el mundo después de la muerte de su familia. El mundo aún tenía bondad que ofrecer, y él también podría darle bondad al mundo; tal y como sus madres quería que hiciera. Fue entonces cuando los ojos de aquella joven se apagaron, perdiendo el brillo de la vida en un último suspiro. Kazuo, con sumo cuidado, toma el tesoro más preciado de aquella joven. En cuanto el niño estuvo en sus brazos, este dejó de llorar, clavando esos mismos ojos avellana en la mirada del zorro. Kazuo se encargó de darle una sepultura digna a su madre. Y de buscar una familia de ese mismo poblado que se encargara de cuidarlo y contar la historia de como su madre dio la vida por él. Esos días posteriores Kazuo ayudó a reconstruir el poblado, enterrar a los seres queridos y ayudar diligentemente en todo lo que podía, tal y como su madre y su padre les habían enseñado. Es ahí cuando el zorro empezaría su más sagrada tarea. Llevar las plegarias puras a oídos de su diosa madre. En un monte, donde el bosque era dueño en toda su extensión. El zorro, decidió construir un templo, con sus propias manos y su propio esfuerzo. Un templo que sería un tributo a su familia, y un hogar para aquellos que necesitaran de su gracia. Es así como el monte Inari llegaría a bautizarse, y donde el templo Aihara se alzaría en la medianía camino a su cima.
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  • -Que demoni...

    Se vio silenciada al ver quién era el joven que le estaba levantado el brazos, una sonrisa se dibujo en sus labios.

    -A que debemos está repentina demostración de masculinidad..?
    -Que demoni... Se vio silenciada al ver quién era el joven que le estaba levantado el brazos, una sonrisa se dibujo en sus labios. -A que debemos está repentina demostración de masculinidad..?
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  • // A pesar de haber dormido bien sigo teniendo sueño

    User : seguro alguien te está drenando tu energía

    A: como así ? -bostezando-

    User; un ente o un demonio o aun peor un sucubo.,..-burlandome-

    A;

    User: valla se quedó dormido ... Bueno es mejor dejarlo descansar
    -Susurrando - por favor no hagan ruido alastor nesesita descansar
    Yo de mi parte me retiro

    -Desapareciendo haciendo un truco de magia-

    User: ahora me ven
    Chasqueo mis dedos -
    Ahora no me ven ...

    -La habitación de queda en silencio -//
    // A pesar de haber dormido bien sigo teniendo sueño User : seguro alguien te está drenando tu energía A: como así ? -bostezando- User; un ente o un demonio o aun peor un sucubo.,..-burlandome- A; 💤💤💤💤💤💤💤 User: valla se quedó dormido ... Bueno es mejor dejarlo descansar -Susurrando - por favor no hagan ruido alastor nesesita descansar 😉 Yo de mi parte me retiro -Desapareciendo haciendo un truco de magia- User: ahora me ven Chasqueo mis dedos - Ahora no me ven ... -La habitación de queda en silencio -//
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  • Me preguntó cómo me vería como vampiro o como un demonio ....
    Me preguntó cómo me vería como vampiro o como un demonio ....
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  • •La pequeña híbrida había llegado a un lugar misterioso en el bosque cuando se topó con un cartel que estaba en otro idioma, que solamente era visible para los demonios, pero traducido al español diría: "matadero de los sueños lúcidos", advertencia , no pasar si no quieres morir por tu mayor anhelo...•

    — Mmm, esté cartel no puede detenerme.. porque yo no sé leer... Por lo menos no este idioma... *Le pasa igual*

    •Al entrar la híbrida siguió hacia adelante cuando su entorno parecía volverse más frío y siniestro mientras la neblina parecía cubrir todo el área. De repente se escuchó un ruido ensordecedor que hizo que la chica saliera corriendo temiendo por su vida, parecía que la seguían, a lo lejos se veía el fuego esparcirse por todo el bosque cuando tomaron a la chica por sorpresa y la espujaron hacía detrás de una roca donde le taparon la boca•

    — Mmm?!!

    ???: shh *susurra* acaso quieres que nos maten?!, te soltaré pero no debes gritar está bien?

    *La híbrida asiente con la cabeza*

    ???: bien.. *la suelta*

    •los cazadores pasan corriendo en busca de alguna presa•

    ???: parece que ya se fueron, tenemos que salir de aquí antes de que se expanda el fuego, pero tenemos que ir por la dirección contraria con eso hombres malos, pero tranquila, yo me encargo de esto, este es el plan, yo los mato, y tu corres entendido?

    — matar?.. *se entristece*

    ???: parece que saliste igualita a tu padre..

    — pa-?

    ???: shh el está distrayendo a los hombres malos del pueblo, tu tranquila, en fin..

    *La mujer la toma en brazo y empieza a correr con una velocidad un poco rápido para el ser humano promedio*



    Como es que corres tan rápido?!

    ???: porque soy una demonio al igual que tu!, creo.. ya veo que saliste más a él...

    •cuando rebasan a los cazadores estos se pones en alerta y empiezan a disparar, la mujer deja a la híbrida en el suelo y saca una guadaña infernal más alta que ella•

    ???: sierra los ojos! Solo me dará unos segundos!!

    •la chica sin pensarlo dos veces serró los ojos, la mujer empieza a cortarlos dejando una escena sangrienta, los destrozaba con una fuerza inhumana cuando apenas los dejaba gritar, de la nada ella recibe un balazo que le deja un gran hueco en el estómago, por alguna razón no se podía regenerar•

    ???: qu- que?... Imposible...

    ???2: no claro que nada es imposible, por fin he descubierto la forma de eliminar a un demonio, no es sorprendente?, todo gracias a mí colega con mejor puntería de todo el maldito mundo...

    ???: pudrete...

    ???2: pudrirte en el infierno será lo primero que hagas... *saca su espada y da unos pasos hacia delante*

    — *se mete en el medio de ambas personas* YA DÉJALA!!

    ???: KIM, APARTA!!

    — Kim?

    ???2: veo que has tenido un engendro... Bueno será un dos por uno...

    •cuando la espalda parecía acabar todo la mujer uso la poca fuerza que le quedaba para tomar a la híbrida y apartarla de un solo movimiento, ella parecía preocupada mientras protegía a lo único que le quedaba•

    ???: podrás matarme a mí, pero jamás a mí pequeña hija!!

    — M-ma-má?...



    Continuará...
    •La pequeña híbrida había llegado a un lugar misterioso en el bosque cuando se topó con un cartel que estaba en otro idioma, que solamente era visible para los demonios, pero traducido al español diría: "matadero de los sueños lúcidos", advertencia ⚠️, no pasar si no quieres morir por tu mayor anhelo...• — Mmm, esté cartel no puede detenerme.. porque yo no sé leer... Por lo menos no este idioma... *Le pasa igual* •Al entrar la híbrida siguió hacia adelante cuando su entorno parecía volverse más frío y siniestro mientras la neblina parecía cubrir todo el área. De repente se escuchó un ruido ensordecedor que hizo que la chica saliera corriendo temiendo por su vida, parecía que la seguían, a lo lejos se veía el fuego esparcirse por todo el bosque cuando tomaron a la chica por sorpresa y la espujaron hacía detrás de una roca donde le taparon la boca• — Mmm?!! ???: shh *susurra* acaso quieres que nos maten?!, te soltaré pero no debes gritar está bien? *La híbrida asiente con la cabeza* ???: bien.. *la suelta* •los cazadores pasan corriendo en busca de alguna presa• ???: parece que ya se fueron, tenemos que salir de aquí antes de que se expanda el fuego, pero tenemos que ir por la dirección contraria con eso hombres malos, pero tranquila, yo me encargo de esto, este es el plan, yo los mato, y tu corres entendido? — matar?.. *se entristece* ???: parece que saliste igualita a tu padre.. — pa-? ???: shh el está distrayendo a los hombres malos del pueblo, tu tranquila, en fin.. *La mujer la toma en brazo y empieza a correr con una velocidad un poco rápido para el ser humano promedio* — :STK-16: Como es que corres tan rápido?! ???: porque soy una demonio al igual que tu!, creo.. ya veo que saliste más a él... •cuando rebasan a los cazadores estos se pones en alerta y empiezan a disparar, la mujer deja a la híbrida en el suelo y saca una guadaña infernal más alta que ella• ???: sierra los ojos! Solo me dará unos segundos!! •la chica sin pensarlo dos veces serró los ojos, la mujer empieza a cortarlos dejando una escena sangrienta, los destrozaba con una fuerza inhumana cuando apenas los dejaba gritar, de la nada ella recibe un balazo que le deja un gran hueco en el estómago, por alguna razón no se podía regenerar• ???: qu- que?... Imposible... ???2: no claro que nada es imposible, por fin he descubierto la forma de eliminar a un demonio, no es sorprendente?, todo gracias a mí colega con mejor puntería de todo el maldito mundo... ???: pudrete... ???2: pudrirte en el infierno será lo primero que hagas... *saca su espada y da unos pasos hacia delante* — *se mete en el medio de ambas personas* YA DÉJALA!! ???: KIM, APARTA!! — Kim? ???2: veo que has tenido un engendro... Bueno será un dos por uno... •cuando la espalda parecía acabar todo la mujer uso la poca fuerza que le quedaba para tomar a la híbrida y apartarla de un solo movimiento, ella parecía preocupada mientras protegía a lo único que le quedaba• ???: podrás matarme a mí, pero jamás a mí pequeña hija!! — M-ma-má?... Continuará...
    Me shockea
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    -El infierno está vacío; todos los demonios están aquí. -
    -El infierno está vacío; todos los demonios están aquí. -
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    Me shockea
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    -Todos los demonios nacen con un nombre, se dice que cuanto más conocido sea ese nombre más poderoso será ese demonio.
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    Me shockea
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    // porque mierda eh tenido que re leer esa carta por que coño me torturo así, si se que jamás regresaras y que solo eres un hermoso recuerdo, maldita sea te extraño!!!

    y ya no me queda nada con un demonio, cada cosa que me recordaba a ti fue desapareciendo y solo me queda esa carta.

    como habría amando darte así fuera un abrazo yo solo con eso me conformaba
    // porque mierda eh tenido que re leer esa carta por que coño me torturo así, si se que jamás regresaras y que solo eres un hermoso recuerdo, maldita sea te extraño!!! y ya no me queda nada con un demonio, cada cosa que me recordaba a ti fue desapareciendo y solo me queda esa carta. como habría amando darte así fuera un abrazo yo solo con eso me conformaba
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    Me entristece
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    jajajaja no recuerdo haber tenido un momento como para ser niña, pera es re tierna, quien diría que algo tan inocente seria la demonio de la lujuria
    jajajaja no recuerdo haber tenido un momento como para ser niña, pera es re tierna, quien diría que algo tan inocente seria la demonio de la lujuria
    Me encocora
    Me enjaja
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