• Pesadilla en la Iglesia.
    Fandom OC.
    Categoría Slice of Life
    𝕬𝒓𝒚𝒂 𝕮𝒓𝒂𝒘𝒇𝒐𝒓𝒅

    ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo.

    ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí.
    ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven.

    ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas.
    ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo.

    ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío.
    ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente.

    ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta.
    [Vesse1] ⠀ ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo. ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí. ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven. ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas. ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo. ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío. ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente. ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta. ⠀
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  • *Ya amanecía cuando llega a casa. Jormun apenas había pegado ojo y esperaba impaciente la llegada de su esposa, al verla tan demacrada, abatida y en un mar de lágrimas, la estrecha entre sus brazos. Ate siente la tristeza y la furia de su esposo cuando al fin, ella rompe a llorar. Así estuvieron un buen rato. Jormun lloraba junto a ella, besandole el rostro, procurando calmarla y cuando eso se produjo, Ate le cuenta a Jormun lo ocurrido*

    Es su forma de querer destruirnos, no hay duda. Ya tenemos las pruebas. Siento que hayas pasado por esto, amor mio.

    *Dice Jormun sin dejar de abrazar a Ate. Ella, tenía la mirada perdida*

    Te he sido infiel, mi amor y eso no me lo perdono.

    Pero quedamos que iría contigo a...

    Si, si, te necesito. Me siento manchada, sucia... No me siento bien.

    Yo también me siento culpable, cariño. Tu sufrimiento es el mío.

    Entonces, vayamos cuanto antes. Necesito quitarme esto de encima.

    *Juntos abandonan la casa. Las primeras luces comienza a asomar. Agarrados de la mano, caminan en silencio durante un buen rato. Ya salía el sol cuando llegaron a su destino. Era un lago, un hermoso lago. Ate se desnuda y poco a poco se mete en el agua hasta desaparecer. Una potente luz aparece donde está ella. De pronto, poco a poco, surge iluminada, flotando acompañada de una hermosa mujer. Es la dama del lago, la misma que le entregó a Merlín Excalibur y que Jormun permitió morar en ese lago cuando el cristianismo hizo olvidar a los mortales las viejas tradiciones*

    Aqui la tienes, Jörmungandr limpia de toda mácula.

    *Dice gentilmente la dama. Dieron las gracias, para volver a casa y desayunar junto a sus hijos, que ya se habían despertado.
    *Ya amanecía cuando llega a casa. Jormun apenas había pegado ojo y esperaba impaciente la llegada de su esposa, al verla tan demacrada, abatida y en un mar de lágrimas, la estrecha entre sus brazos. Ate siente la tristeza y la furia de su esposo cuando al fin, ella rompe a llorar. Así estuvieron un buen rato. Jormun lloraba junto a ella, besandole el rostro, procurando calmarla y cuando eso se produjo, Ate le cuenta a Jormun lo ocurrido* Es su forma de querer destruirnos, no hay duda. Ya tenemos las pruebas. Siento que hayas pasado por esto, amor mio. *Dice Jormun sin dejar de abrazar a Ate. Ella, tenía la mirada perdida* Te he sido infiel, mi amor y eso no me lo perdono. Pero quedamos que iría contigo a... Si, si, te necesito. Me siento manchada, sucia... No me siento bien. Yo también me siento culpable, cariño. Tu sufrimiento es el mío. Entonces, vayamos cuanto antes. Necesito quitarme esto de encima. *Juntos abandonan la casa. Las primeras luces comienza a asomar. Agarrados de la mano, caminan en silencio durante un buen rato. Ya salía el sol cuando llegaron a su destino. Era un lago, un hermoso lago. Ate se desnuda y poco a poco se mete en el agua hasta desaparecer. Una potente luz aparece donde está ella. De pronto, poco a poco, surge iluminada, flotando acompañada de una hermosa mujer. Es la dama del lago, la misma que le entregó a Merlín Excalibur y que Jormun permitió morar en ese lago cuando el cristianismo hizo olvidar a los mortales las viejas tradiciones* Aqui la tienes, Jörmungandr limpia de toda mácula. *Dice gentilmente la dama. Dieron las gracias, para volver a casa y desayunar junto a sus hijos, que ya se habían despertado.
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