• -De una manera fuera de lo normal Aparezco en la azotea del palacio sacando a mis sombras cada una poniendose en sus puestos golpeó con fuerza el piso emitiendo un rayo ensordecedor dirigiendolo al cielo infernal haciendo que enpiese a llover sangre y resuene entre truenos y relámpagos avisando así a todos los anillos que está vez no tolerare errores de ninguno de ellos advirtiendoles
    los cielos enpesaban a retumbar y de la forma más calmada empecé a hacer sonar mi violín el mismo que lucifer usaba inpregnandolo de mi poder mientras de mis labios aún salía sangre y mis sombras seguían el ritmo de mis deseos -





    https://youtu.be/FIrpp-inOpM?si=xi5oxh08Gvsk-o7_
    -De una manera fuera de lo normal Aparezco en la azotea del palacio sacando a mis sombras cada una poniendose en sus puestos golpeó con fuerza el piso emitiendo un rayo ensordecedor dirigiendolo al cielo infernal haciendo que enpiese a llover sangre y resuene entre truenos y relámpagos avisando así a todos los anillos que está vez no tolerare errores de ninguno de ellos advirtiendoles los cielos enpesaban a retumbar y de la forma más calmada empecé a hacer sonar mi violín el mismo que lucifer usaba inpregnandolo de mi poder mientras de mis labios aún salía sangre y mis sombras seguían el ritmo de mis deseos - https://youtu.be/FIrpp-inOpM?si=xi5oxh08Gvsk-o7_
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  • — Rhanya se encontraba sentada en una silla que simulaba ser su trono, lejos de su ciudad natal. Sentía que las cosas que le estaban pasando, eran principalmente culpa de ella. Su maquillaje estaba corrido, tanto por el sudor como por las lágrimas. ¿Acaso ese sería el fin de su fiel amigo Kheryan? Sentía como si un demonio estuviese ahí para recordarle cada uno de sus estúpidos errores, pero sabía que no podía pedir ayuda. Se sentía débil, y ella no podía dar esa imágen a su reino. Tomó una daga entre sus manos, pensando en tocar su piel con ésta ¿Podría ella morir en paz de esa forma? Entre sus pensamientos, apareció una canción que había marcado su adolescencia, y que ahora la describía a ella.

    "This world is a Wasteland where nothing can grow, I used to have strenght but I ran out of hope. I know it's my fault that I'm here all alone. This world it's a Wasteland...please, let me go."
    — Rhanya se encontraba sentada en una silla que simulaba ser su trono, lejos de su ciudad natal. Sentía que las cosas que le estaban pasando, eran principalmente culpa de ella. Su maquillaje estaba corrido, tanto por el sudor como por las lágrimas. ¿Acaso ese sería el fin de su fiel amigo Kheryan? Sentía como si un demonio estuviese ahí para recordarle cada uno de sus estúpidos errores, pero sabía que no podía pedir ayuda. Se sentía débil, y ella no podía dar esa imágen a su reino. Tomó una daga entre sus manos, pensando en tocar su piel con ésta ¿Podría ella morir en paz de esa forma? Entre sus pensamientos, apareció una canción que había marcado su adolescencia, y que ahora la describía a ella. "This world is a Wasteland where nothing can grow, I used to have strenght but I ran out of hope. I know it's my fault that I'm here all alone. This world it's a Wasteland...please, let me go."
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    La plataforma de arena estaba cubierta de polvo, y el rugido de la multitud resonaba con fuerza. En ese instante, parecía que el destino de los dos guerreros se decidía en cada golpe. Takeru Arakawa, el "Lobo Negro", se enfrentaba a Goalang Wongsawat, el "Dios de la Guerra". El combate estaba lejos de ser sencillo, y las apuestas se disparaban a medida que la pelea avanzaba.

    ### **Primer asalto: El dominio del Dios de la Guerra**

    La campana sonó, y en un parpadeo, Goalang se lanzó hacia Takeru como un depredador imparable. Su estilo de **Hitman Boxing** era letal, sus golpes firmes, rápidos y certeros. Takeru, con su habilidad en el **out-boxing**, trató de moverse con agilidad para evitar el choque directo, pero Goalang estaba siempre un paso adelante, utilizando su tamaño y fuerza para acorralarlo.

    Los golpes de Goalang eran como mazos. Un gancho de derecha impactó en el costado de Takeru, quien retrocedió tambaleándose, pero logró mantenerse en pie. Cada vez que parecía escapar, Goalang lo alcanzaba, metiendo combinaciones de golpes que dejaban a Takeru sin apenas margen para respirar. En una de las embestidas más feroces, Goalang le dio un uppercut tan potente que Takeru cayó de rodillas, respirando con dificultad.

    Pero Takeru no era alguien que se dejara vencer tan fácilmente. Se levantó rápidamente, ajustándose los guantes, sin mostrar miedo en su mirada. **No iba a dejar que la primera caída fuera el final.**

    ### **Segundo asalto: La implacable resistencia de Goalang**

    Goalang no aflojaba. El "Dios de la Guerra" continuaba con su ofensiva arrolladora, como una tormenta de golpes. Takeru, aunque ágil y preciso, comenzó a sentir los efectos de la brutalidad del combate. Los ganchos de Goalang volaban hacia su rostro, conectando una y otra vez, haciendo que su cuerpo se sacudiera, pero Takeru se mantenía firme, evitando caer.

    Sin embargo, Goalang era imparable. En uno de los intercambios, un golpe directo al estómago de Takeru hizo que este cayera de espaldas al suelo. La multitud contuvo la respiración mientras el árbitro comenzaba la cuenta. Takeru, jadeando, levantó la cabeza con dificultad, pero rápidamente se incorporó, sacudiendo la arena de su cuerpo. **¿Cómo derrotar a este monstruo de resistencia?** pensó Takeru mientras se preparaba para seguir peleando.

    Aunque Takeru parecía estar siendo arrasado, su determinación no flaqueaba. **Tenía que encontrar una forma de sobrevivir a este huracán.**

    ### **Mitad del combate: El cambio de estrategia**

    Con los asaltos avanzando y Goalang demostrando su poder imparable, Takeru sintió que sus opciones se agotaban. Cada vez que lograba evadir un golpe, Goalang lo perseguía con una intensidad casi sobrehumana. Pero Takeru ya no luchaba solo contra Goalang; luchaba contra sí mismo, contra su límite físico, contra el desgaste de su cuerpo. Sin embargo, algo dentro de él hizo clic.

    Takeru recordó las enseñanzas de Niko, su maestro. **El estilo Posesión** debía activarse. **Si no lo hacía, su cuerpo no aguantaría más.** Aprovechando una apertura mínima, Takeru dio un paso atrás, dejando que Goalang fallara un golpe por milímetros, y rápidamente activó su técnica. **Posesión**.

    Era como si su cuerpo fuera uno con la arena, moviéndose con una velocidad y control renovados. Takeru comenzó a usar su **out-boxing** de una manera más estratégica. Comenzó a usar los errores de Goalang en su contra, esquivando los poderosos golpes de su oponente y respondiendo con rápidas combinaciones de puños. Los golpes de Takeru, aunque no tan poderosos como los de Goalang, empezaban a acumularse.

    Sin embargo, Goalang seguía siendo increíblemente difícil de derribar. Cada golpe que Takeru lanzaba parecía no tener el impacto esperado. Goalang se mantenía erguido, su resistencia increíblemente alta, y no mostraba señales de debilidad. Cada vez que Takeru lo golpeaba, Goalang lo miraba fijamente, como si nada pudiera derribarlo. A pesar de la diferencia en sus tamaños, Goalang no cedía.

    ### **Tercer asalto: La furia del lobo negro**

    Takeru, viendo la feroz resistencia de Goalang, comprendió que no bastaba con evadir. **Debía ser aún más preciso.** Cada golpe tenía que ser decisivo, cada movimiento más astuto que el anterior. Takeru aprovechó el momento en que Goalang erró un golpe tras un desliz y lo golpeó con una combinación rápida a la cara, haciendo que el "Dios de la Guerra" retrocediera por primera vez.

    La arena temblaba con cada intercambio. Takeru había logrado mantener su calma, adaptándose a la brutalidad del combate. Pero Goalang seguía de pie. Por cada golpe que Takeru le daba, Goalang respondía con igual o más fuerza, demostrando que su resistencia era, de lejos, su mayor fortaleza.

    Finalmente, en el cuarto asalto, Goalang, herido y agotado pero no derrotado, lanzó un golpe devastador. Takeru esquivó por poco y, con un contraataque meticuloso, lanzó un golpe al rostro de Goalang que, esta vez, hizo que su oponente tambaleara por un instante. **¿Sería ese el momento?**

    Pero Goalang se recuperó rápidamente. Aunque parecía estar retrocediendo, no mostraba signos de estar a punto de caer. **¿Qué más debía hacer?**

    ### **Quinto asalto: La técnica Posesión al límite**

    Era el momento decisivo. Takeru, con el corazón acelerado, comenzó a concentrar toda su fuerza, activando la **Posesión** de manera aún más profunda, permitiendo que su voluntad tomara completo control de sus movimientos. **Ya no se trataba de resistir**, sino de derribar a Goalang a toda costa.

    En un último esfuerzo, Takeru esquivó un gancho letal de Goalang y, con una velocidad casi sobrenatural, lanzó un puñetazo directo al rostro de Goalang, seguido de un potente uppercut. Goalang, por primera vez en toda la pelea, vaciló, y Takeru aprovechó ese segundo de duda para lanzarle una combinación de golpes certeros que finalmente lo derribaron.

    Goalang cayó a la arena, su cuerpo desmoronándose. La multitud estalló en vítores, sorprendida por la remontada de Takeru. El "Dios de la Guerra" se levantó lentamente, pero ya no tenía la misma fuerza. El árbitro lo contó rápidamente y, al final, no pudo ponerse de pie antes de la cuenta final.

    Takeru Arakawa, el **Lobo Negro**, había ganado. La arena temblaba por la ovación del público, mientras Takeru, agotado y sangrando, se desplomaba sobre sus rodillas, respirando con dificultad. La pelea más dura de su vida había llegado a su fin, y, aunque herido, el "Lobo Negro" había demostrado su increíble resistencia, superando incluso a un oponente tan imparable como Goalang.

    --- La plataforma de arena estaba cubierta de polvo, y el rugido de la multitud resonaba con fuerza. En ese instante, parecía que el destino de los dos guerreros se decidía en cada golpe. Takeru Arakawa, el "Lobo Negro", se enfrentaba a Goalang Wongsawat, el "Dios de la Guerra". El combate estaba lejos de ser sencillo, y las apuestas se disparaban a medida que la pelea avanzaba. ### **Primer asalto: El dominio del Dios de la Guerra** La campana sonó, y en un parpadeo, Goalang se lanzó hacia Takeru como un depredador imparable. Su estilo de **Hitman Boxing** era letal, sus golpes firmes, rápidos y certeros. Takeru, con su habilidad en el **out-boxing**, trató de moverse con agilidad para evitar el choque directo, pero Goalang estaba siempre un paso adelante, utilizando su tamaño y fuerza para acorralarlo. Los golpes de Goalang eran como mazos. Un gancho de derecha impactó en el costado de Takeru, quien retrocedió tambaleándose, pero logró mantenerse en pie. Cada vez que parecía escapar, Goalang lo alcanzaba, metiendo combinaciones de golpes que dejaban a Takeru sin apenas margen para respirar. En una de las embestidas más feroces, Goalang le dio un uppercut tan potente que Takeru cayó de rodillas, respirando con dificultad. Pero Takeru no era alguien que se dejara vencer tan fácilmente. Se levantó rápidamente, ajustándose los guantes, sin mostrar miedo en su mirada. **No iba a dejar que la primera caída fuera el final.** ### **Segundo asalto: La implacable resistencia de Goalang** Goalang no aflojaba. El "Dios de la Guerra" continuaba con su ofensiva arrolladora, como una tormenta de golpes. Takeru, aunque ágil y preciso, comenzó a sentir los efectos de la brutalidad del combate. Los ganchos de Goalang volaban hacia su rostro, conectando una y otra vez, haciendo que su cuerpo se sacudiera, pero Takeru se mantenía firme, evitando caer. Sin embargo, Goalang era imparable. En uno de los intercambios, un golpe directo al estómago de Takeru hizo que este cayera de espaldas al suelo. La multitud contuvo la respiración mientras el árbitro comenzaba la cuenta. Takeru, jadeando, levantó la cabeza con dificultad, pero rápidamente se incorporó, sacudiendo la arena de su cuerpo. **¿Cómo derrotar a este monstruo de resistencia?** pensó Takeru mientras se preparaba para seguir peleando. Aunque Takeru parecía estar siendo arrasado, su determinación no flaqueaba. **Tenía que encontrar una forma de sobrevivir a este huracán.** ### **Mitad del combate: El cambio de estrategia** Con los asaltos avanzando y Goalang demostrando su poder imparable, Takeru sintió que sus opciones se agotaban. Cada vez que lograba evadir un golpe, Goalang lo perseguía con una intensidad casi sobrehumana. Pero Takeru ya no luchaba solo contra Goalang; luchaba contra sí mismo, contra su límite físico, contra el desgaste de su cuerpo. Sin embargo, algo dentro de él hizo clic. Takeru recordó las enseñanzas de Niko, su maestro. **El estilo Posesión** debía activarse. **Si no lo hacía, su cuerpo no aguantaría más.** Aprovechando una apertura mínima, Takeru dio un paso atrás, dejando que Goalang fallara un golpe por milímetros, y rápidamente activó su técnica. **Posesión**. Era como si su cuerpo fuera uno con la arena, moviéndose con una velocidad y control renovados. Takeru comenzó a usar su **out-boxing** de una manera más estratégica. Comenzó a usar los errores de Goalang en su contra, esquivando los poderosos golpes de su oponente y respondiendo con rápidas combinaciones de puños. Los golpes de Takeru, aunque no tan poderosos como los de Goalang, empezaban a acumularse. Sin embargo, Goalang seguía siendo increíblemente difícil de derribar. Cada golpe que Takeru lanzaba parecía no tener el impacto esperado. Goalang se mantenía erguido, su resistencia increíblemente alta, y no mostraba señales de debilidad. Cada vez que Takeru lo golpeaba, Goalang lo miraba fijamente, como si nada pudiera derribarlo. A pesar de la diferencia en sus tamaños, Goalang no cedía. ### **Tercer asalto: La furia del lobo negro** Takeru, viendo la feroz resistencia de Goalang, comprendió que no bastaba con evadir. **Debía ser aún más preciso.** Cada golpe tenía que ser decisivo, cada movimiento más astuto que el anterior. Takeru aprovechó el momento en que Goalang erró un golpe tras un desliz y lo golpeó con una combinación rápida a la cara, haciendo que el "Dios de la Guerra" retrocediera por primera vez. La arena temblaba con cada intercambio. Takeru había logrado mantener su calma, adaptándose a la brutalidad del combate. Pero Goalang seguía de pie. Por cada golpe que Takeru le daba, Goalang respondía con igual o más fuerza, demostrando que su resistencia era, de lejos, su mayor fortaleza. Finalmente, en el cuarto asalto, Goalang, herido y agotado pero no derrotado, lanzó un golpe devastador. Takeru esquivó por poco y, con un contraataque meticuloso, lanzó un golpe al rostro de Goalang que, esta vez, hizo que su oponente tambaleara por un instante. **¿Sería ese el momento?** Pero Goalang se recuperó rápidamente. Aunque parecía estar retrocediendo, no mostraba signos de estar a punto de caer. **¿Qué más debía hacer?** ### **Quinto asalto: La técnica Posesión al límite** Era el momento decisivo. Takeru, con el corazón acelerado, comenzó a concentrar toda su fuerza, activando la **Posesión** de manera aún más profunda, permitiendo que su voluntad tomara completo control de sus movimientos. **Ya no se trataba de resistir**, sino de derribar a Goalang a toda costa. En un último esfuerzo, Takeru esquivó un gancho letal de Goalang y, con una velocidad casi sobrenatural, lanzó un puñetazo directo al rostro de Goalang, seguido de un potente uppercut. Goalang, por primera vez en toda la pelea, vaciló, y Takeru aprovechó ese segundo de duda para lanzarle una combinación de golpes certeros que finalmente lo derribaron. Goalang cayó a la arena, su cuerpo desmoronándose. La multitud estalló en vítores, sorprendida por la remontada de Takeru. El "Dios de la Guerra" se levantó lentamente, pero ya no tenía la misma fuerza. El árbitro lo contó rápidamente y, al final, no pudo ponerse de pie antes de la cuenta final. Takeru Arakawa, el **Lobo Negro**, había ganado. La arena temblaba por la ovación del público, mientras Takeru, agotado y sangrando, se desplomaba sobre sus rodillas, respirando con dificultad. La pelea más dura de su vida había llegado a su fin, y, aunque herido, el "Lobo Negro" había demostrado su increíble resistencia, superando incluso a un oponente tan imparable como Goalang.
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  • — "¡Yuta!. Se que no estas ni peinado, pero, ¿sabes?... tenemos que hablar de algo importante"

    [El imprudente Satoru Gojo fue sin previo aviso, dejando sola de nuevo a Utahime solo por poner sus asuntos de prioridad. Lo que queria hablar con Yuta era sobre la pelea que tuvo el mundo de la hechiceria con Ryomen Sukuna y varios errores que cometieron ignorando por completo que el mayor error fue que Satoru Gojo peleara solo contra Sukuna]

    — "Veras... cometista faltas que no soporto, no lo hago. ¡Y como tu ex-profesor es mi deber enseñarte!"

    Yuta おっこつ

    — "¡Yuta!. Se que no estas ni peinado, pero, ¿sabes?... tenemos que hablar de algo importante" [El imprudente Satoru Gojo fue sin previo aviso, dejando sola de nuevo a Utahime solo por poner sus asuntos de prioridad. Lo que queria hablar con Yuta era sobre la pelea que tuvo el mundo de la hechiceria con Ryomen Sukuna y varios errores que cometieron ignorando por completo que el mayor error fue que Satoru Gojo peleara solo contra Sukuna] — "Veras... cometista faltas que no soporto, no lo hago. ¡Y como tu ex-profesor es mi deber enseñarte!" 『 [Second_Strongest_Gojo] 』
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  • 30 a 1000 líneas por Hora
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    OC
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    Rol
    Estado
    Disponible
    Cartel sencillo y directo

    También estoy abierto a otras tramas/temáticas. Si tienes alguna frustrada que involucre cítrico puedes compartirla conmigo y te diré si me interesa o no.

    Rol con personas que amen las biblias.

    SE INICIARÁ DIRECTO AL LEMON Y DE AHÍ PARTIRÁ A LO DEMAS.

    ACLARACIÓN: Aunque sea un rol lemon no estará del todo centrado en esto pues es aburrido(hasta para mi) aunque reitero que si tendrá bastante contenido de este un aproximado sería los siguientes: 40 al 60% lemon y romance(no me gusta el lemon sin amor(?))

    ¡LEER BIEN Y CON DETENIMIENTO!
    Rol a largo plazo
    Géneros: Lemon(principal), romance y otros

    Lo que se busca:

    Trama(s)cliché:

    Mujer poderosa-hombre"débil": Matrimonios arreglados, amigos de infancia, heroína y prisionero etc.

    Héroe traicionado y revivido-Mujer conspirativa/villana:Un héroe traicionado por quiénes dió su vida para proteger y resurge para buscar venganza esparciendo la muerte sobre la tierra de los vivos.

    Reina demonio/villana y Héroe viviendo juntos.

    Barista.

    Entre otros(abierto a sugerencias)

    El arquetipo de PERSONAJE FEMENINO BUSCADO debe cumplir con lo siguiente: VERSATIL, FEMME FATALE, de cualquier raza qué no sea humana, elfa oscura, demonio, succubus, vampiro, divinidad etc(preferencia por aquellas razas con estigma de ser malvadas), NADA DE PLANAS(pero tampoco algo irreal o desproporcionado)y semblante firme como aspecto maduro(30-35 años).


    Extensión de rol largo(se buscan biblias.) 25 LINEAS MÍNIMO(de celular).
    ROL EN TERCERA PERSONA.
    Buena ortografía y redacción(se aceptan errores pero no horrores cada 3 palabras).
    Mente abierta.
    Explícites y vulgaridad.
    Versatilidad (dom-sub).
    PACIENCIA .
    Seriedad.
    Madurez.
    Sinceridad (si te aburrió o no te gusta dímelo, no me ofenderé ni nada pues se rolea por diversión y gusto no por obligación)
    Buen rol.
    Diferenciar rol de realidad.
    Después de 3 días sin respuesta tuya se da por concluido.

    Lo qué se ofrece:
    Obviamente esto es recíproco y se da misma cantidad de lineas, redacción, ortografía etc.
    Personaje dominante en su mayoría.

    NOTA ESPECIAL: Si bien intento responder rápido no soy de aquéllos tipos de máquinas qué responden al instante y solo están aquí.

    PDD: odio qué me envíen mensajes cada 5 minutos para responder. Si después de 2-3 dias no respondí, agradeceré qué me lo recuerdes(Si debo reply, manda un puntito).
    Cartel sencillo y directo También estoy abierto a otras tramas/temáticas. Si tienes alguna frustrada que involucre cítrico puedes compartirla conmigo y te diré si me interesa o no. Rol con personas que amen las biblias. SE INICIARÁ DIRECTO AL LEMON Y DE AHÍ PARTIRÁ A LO DEMAS. ACLARACIÓN: Aunque sea un rol lemon no estará del todo centrado en esto pues es aburrido(hasta para mi) aunque reitero que si tendrá bastante contenido de este un aproximado sería los siguientes: 40 al 60% lemon y romance(no me gusta el lemon sin amor(?)) ¡LEER BIEN Y CON DETENIMIENTO! Rol a largo plazo Géneros: Lemon(principal), romance y otros Lo que se busca: Trama(s)cliché: Mujer poderosa-hombre"débil": Matrimonios arreglados, amigos de infancia, heroína y prisionero etc. Héroe traicionado y revivido-Mujer conspirativa/villana:Un héroe traicionado por quiénes dió su vida para proteger y resurge para buscar venganza esparciendo la muerte sobre la tierra de los vivos. Reina demonio/villana y Héroe viviendo juntos. Barista. Entre otros(abierto a sugerencias) El arquetipo de PERSONAJE FEMENINO BUSCADO debe cumplir con lo siguiente: VERSATIL, FEMME FATALE, de cualquier raza qué no sea humana, elfa oscura, demonio, succubus, vampiro, divinidad etc(preferencia por aquellas razas con estigma de ser malvadas), NADA DE PLANAS(pero tampoco algo irreal o desproporcionado)y semblante firme como aspecto maduro(30-35 años). Extensión de rol largo(se buscan biblias.) 25 LINEAS MÍNIMO(de celular). ROL EN TERCERA PERSONA. Buena ortografía y redacción(se aceptan errores pero no horrores cada 3 palabras). Mente abierta. Explícites y vulgaridad. Versatilidad (dom-sub). PACIENCIA . Seriedad. Madurez. Sinceridad (si te aburrió o no te gusta dímelo, no me ofenderé ni nada pues se rolea por diversión y gusto no por obligación) Buen rol. Diferenciar rol de realidad. Después de 3 días sin respuesta tuya se da por concluido. Lo qué se ofrece: Obviamente esto es recíproco y se da misma cantidad de lineas, redacción, ortografía etc. Personaje dominante en su mayoría. NOTA ESPECIAL: Si bien intento responder rápido no soy de aquéllos tipos de máquinas qué responden al instante y solo están aquí. PDD: odio qué me envíen mensajes cada 5 minutos para responder. Si después de 2-3 dias no respondí, agradeceré qué me lo recuerdes(Si debo reply, manda un puntito).
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  • Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones.

    De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo.

    Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.—


    Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo.
    Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
    Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones. De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo. Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.— Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo. Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
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  • El viento soplaba con fuerza sobre la plataforma de arena, levantando una fina nube de polvo que se arremolinaba alrededor de los dos combatientes. **Takeru se paró firme, con el corazón latiendo a mil por hora, pero con la mente clara, gracias a las palabras de aquella persona, por fin lo comprendió.** Esta no era solo una pelea más; era la prueba definitiva de su crecimiento. **Todo su entrenamiento, todo el legado del Estilo Niko y su destreza como Out-Boxer, lo habían traído hasta aquí.**

    Frente a él, Yun Sekibayashi se erguía como un coloso indomable. **Un titán del puroresu**, su musculatura imponente contrastaba con su eterna sonrisa confiada.

    "¡Venga, Takeru! ¡Vamos a hacer que esta pelea sea legendaria!"

    Sin referí, sin reglas, sin margen para errores. **Solo fuerza, habilidad y voluntad.**

    El choque comenzó de inmediato. **Sekibayashi avanzó con su Lariat devastador, buscando terminar la pelea en un solo golpe.** Pero Takeru reaccionó con la velocidad de un relámpago, inclinando su cuerpo hacia atrás y dejando que el enorme brazo de Yun pasara por encima de su cabeza.

    En un instante, Takeru contraatacó con un **Puño Relámpago del Estilo Niko**, dirigido al hígado del gigante.

    ¡BAM!

    Sekibayashi gruñó y retrocedió un paso, pero su sonrisa se ensanchó aún más. "¡Buen golpe, pero no suficiente!"

    Sin darle respiro, **Sekibayashi se abalanzó sobre él con un Bear Hug brutal**. Su abrazo era como el de una pitón, aplastando las costillas de Takeru con una fuerza descomunal.

    Takeru sintió la presión sofocante, pero su mente se mantuvo fría. **Recordó las enseñanzas del Estilo Niko.** En lugar de resistirse, relajó su cuerpo por un instante, y con un giro preciso, colocó su pierna entre las de Sekibayashi y utilizó un **Lanzamiento de Flujo** para liberarse.

    El titán perdió el equilibrio y **por primera vez cayó de rodillas**.

    El público que rodeaba la plataforma enloqueció.

    Sekibayashi golpeó el suelo con un puño y se levantó con una risa feroz. "¡Esto es lo que esperaba de ti, Takeru!"

    Se sacudió el polvo y volvió a la carga. Esta vez, su velocidad era aún mayor. **Un titán en movimiento, con fuerza y técnica depuradas.**

    **Takeru cerró los puños. No podía fallar.**

    Cuando Sekibayashi se acercó, **Takeru activó su Posesión.** Su mirada cambió, su instinto asesino se elevó al máximo y su cuerpo se movió con una fluidez sobrenatural.

    **Takeru desapareció de la vista del gigante.**

    Antes de que Sekibayashi pudiera reaccionar, **un directo al rostro lo hizo tambalear.**

    ¡BAM!

    Aprovechando su destreza como Out-Boxer, **Takeru encadenó un uno-dos relampagueante**, esquivando con un impecable juego de pies y castigando cada abertura en la defensa del titán.

    Pero Sekibayashi no caía.

    Con un rugido, **lanzó un cabezazo devastador.**

    ¡CRACK!

    Takeru tambaleó, su visión se nubló por un instante. Sekibayashi lo atrapó por los hombros y, con una fuerza titánica, **lo levantó por los aires antes de estrellarlo contra la arena con un Suplex brutal.**

    Un cráter se formó en la plataforma.

    El silencio se apoderó del lugar.

    Por un momento, todo parecía acabado.

    Pero entonces, la arena comenzó a moverse.

    Takeru **se levantó lentamente, con la mirada ardiente y una sonrisa en el rostro.**

    "Eso… fue fuerte."

    Sekibayashi soltó una carcajada. "¡Sigues de pie! ¡Así me gusta!"

    Takeru tomó aire y adoptó su última postura. **El modo Demoniaco del Estilo Niko.**

    Sus músculos se relajaron, su cuerpo fluía como el agua, pero su intención asesina se elevó al máximo. **Era el punto culminante de todo su entrenamiento.**

    Sekibayashi lo sintió. Por primera vez en la pelea, su sonrisa se desvaneció.

    "Ah… esto sí que será un infierno."

    Takeru desapareció de su vista.

    Un instante después, **un golpe brutal impactó la mandíbula del coloso.**

    ¡BAM!

    Yun retrocedió.

    Takeru apareció a su costado y lanzó un **golpe al hígado**, seguido de una patada giratoria al cuello.

    El cuerpo de Sekibayashi comenzó a ceder.

    Con un último aliento, **Takeru reunió toda su fuerza en un solo golpe**.

    Un puñetazo fulminante al mentón.

    El impacto resonó en toda la arena.

    **Sekibayashi cayó de espaldas.**

    El polvo se asentó lentamente mientras el coloso yacía inmóvil en la arena.

    No hubo cuenta.

    No hubo referí.

    **Solo la brutal verdad del combate.**

    Takeru, con el pecho agitado, permaneció de pie. **Había ganado.**

    Sekibayashi, aún en el suelo, comenzó a reír. "¡Eres un monstruo, Takeru…! ¡Ve y gana esa final!"

    Takeru solo asintió. No había tiempo para celebraciones.

    **La verdadera batalla aún lo esperaba.**
    El viento soplaba con fuerza sobre la plataforma de arena, levantando una fina nube de polvo que se arremolinaba alrededor de los dos combatientes. **Takeru se paró firme, con el corazón latiendo a mil por hora, pero con la mente clara, gracias a las palabras de aquella persona, por fin lo comprendió.** Esta no era solo una pelea más; era la prueba definitiva de su crecimiento. **Todo su entrenamiento, todo el legado del Estilo Niko y su destreza como Out-Boxer, lo habían traído hasta aquí.** Frente a él, Yun Sekibayashi se erguía como un coloso indomable. **Un titán del puroresu**, su musculatura imponente contrastaba con su eterna sonrisa confiada. "¡Venga, Takeru! ¡Vamos a hacer que esta pelea sea legendaria!" Sin referí, sin reglas, sin margen para errores. **Solo fuerza, habilidad y voluntad.** El choque comenzó de inmediato. **Sekibayashi avanzó con su Lariat devastador, buscando terminar la pelea en un solo golpe.** Pero Takeru reaccionó con la velocidad de un relámpago, inclinando su cuerpo hacia atrás y dejando que el enorme brazo de Yun pasara por encima de su cabeza. En un instante, Takeru contraatacó con un **Puño Relámpago del Estilo Niko**, dirigido al hígado del gigante. ¡BAM! Sekibayashi gruñó y retrocedió un paso, pero su sonrisa se ensanchó aún más. "¡Buen golpe, pero no suficiente!" Sin darle respiro, **Sekibayashi se abalanzó sobre él con un Bear Hug brutal**. Su abrazo era como el de una pitón, aplastando las costillas de Takeru con una fuerza descomunal. Takeru sintió la presión sofocante, pero su mente se mantuvo fría. **Recordó las enseñanzas del Estilo Niko.** En lugar de resistirse, relajó su cuerpo por un instante, y con un giro preciso, colocó su pierna entre las de Sekibayashi y utilizó un **Lanzamiento de Flujo** para liberarse. El titán perdió el equilibrio y **por primera vez cayó de rodillas**. El público que rodeaba la plataforma enloqueció. Sekibayashi golpeó el suelo con un puño y se levantó con una risa feroz. "¡Esto es lo que esperaba de ti, Takeru!" Se sacudió el polvo y volvió a la carga. Esta vez, su velocidad era aún mayor. **Un titán en movimiento, con fuerza y técnica depuradas.** **Takeru cerró los puños. No podía fallar.** Cuando Sekibayashi se acercó, **Takeru activó su Posesión.** Su mirada cambió, su instinto asesino se elevó al máximo y su cuerpo se movió con una fluidez sobrenatural. **Takeru desapareció de la vista del gigante.** Antes de que Sekibayashi pudiera reaccionar, **un directo al rostro lo hizo tambalear.** ¡BAM! Aprovechando su destreza como Out-Boxer, **Takeru encadenó un uno-dos relampagueante**, esquivando con un impecable juego de pies y castigando cada abertura en la defensa del titán. Pero Sekibayashi no caía. Con un rugido, **lanzó un cabezazo devastador.** ¡CRACK! Takeru tambaleó, su visión se nubló por un instante. Sekibayashi lo atrapó por los hombros y, con una fuerza titánica, **lo levantó por los aires antes de estrellarlo contra la arena con un Suplex brutal.** Un cráter se formó en la plataforma. El silencio se apoderó del lugar. Por un momento, todo parecía acabado. Pero entonces, la arena comenzó a moverse. Takeru **se levantó lentamente, con la mirada ardiente y una sonrisa en el rostro.** "Eso… fue fuerte." Sekibayashi soltó una carcajada. "¡Sigues de pie! ¡Así me gusta!" Takeru tomó aire y adoptó su última postura. **El modo Demoniaco del Estilo Niko.** Sus músculos se relajaron, su cuerpo fluía como el agua, pero su intención asesina se elevó al máximo. **Era el punto culminante de todo su entrenamiento.** Sekibayashi lo sintió. Por primera vez en la pelea, su sonrisa se desvaneció. "Ah… esto sí que será un infierno." Takeru desapareció de su vista. Un instante después, **un golpe brutal impactó la mandíbula del coloso.** ¡BAM! Yun retrocedió. Takeru apareció a su costado y lanzó un **golpe al hígado**, seguido de una patada giratoria al cuello. El cuerpo de Sekibayashi comenzó a ceder. Con un último aliento, **Takeru reunió toda su fuerza en un solo golpe**. Un puñetazo fulminante al mentón. El impacto resonó en toda la arena. **Sekibayashi cayó de espaldas.** El polvo se asentó lentamente mientras el coloso yacía inmóvil en la arena. No hubo cuenta. No hubo referí. **Solo la brutal verdad del combate.** Takeru, con el pecho agitado, permaneció de pie. **Había ganado.** Sekibayashi, aún en el suelo, comenzó a reír. "¡Eres un monstruo, Takeru…! ¡Ve y gana esa final!" Takeru solo asintió. No había tiempo para celebraciones. **La verdadera batalla aún lo esperaba.**
    Me shockea
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  • "La Sombra del Ayer".
    #monorol

    Lucia observaba a Carmina desde la ventana de la tienda, viendo cómo la joven acomodaba cajas en los estantes con la paciencia de quien ha hecho ese trabajo toda su vida. Su nieta tenía el cabello rizado de su madre, la misma expresión soñadora en los ojos verdes. Cada vez que la veía, un miedo antiguo y persistente le oprimía el pecho. No podía evitarlo.

    Su hija había sido su más grande alegría y su más profundo dolor. Desde que era una niña, Lucia la había visto brillar con una energía vibrante, llena de sueños y anhelos que parecían inalcanzables. Había querido tanto para ella, había esperado que encontrara su camino en la vida sin tropezar con las sombras que acechaban en cada esquina. Pero el amor… el amor había sido su ruina. Se enamoró de un hombre que solo trajo destrucción y miseria, un mafioso que la arrastró a un mundo de drogas, peligro y desesperación. Lucia aún recordaba las noches en vela, las súplicas, los intentos desesperados de recuperar a su hija de ese abismo. Todo en vano.

    Cuando finalmente la perdió, quedó Carmina. Una niña inocente que no tenía la culpa de nada. Lucia y su esposo, Pietro, habían decidido desde el primer momento que no cometerían los mismos errores. Criarían a Carmina con disciplina, con cuidado, protegiéndola de todo lo que pudiera torcer su destino. La inscribieron en una escuela solo para mujeres, la rodearon de un ambiente seguro, sin distracciones, sin peligros. Querían que creciera fuerte, que tuviera oportunidades, que jamás cayera en la trampa de un amor equivocado.

    Pero a veces, cuando Carmina sonreía de cierta manera o cuando la encontraba perdida en pensamientos mientras miraba por la ventana, Lucia sentía un escalofrío recorrerle la espalda. Temía que en algún rincón de su corazón, la misma llama que había consumido a su hija estuviera ardiendo en su nieta. Temía que, a pesar de todos sus esfuerzos, la historia volviera a repetirse.

    Carmina era la mezcla perfecta entre su hija y aquel hombre. Heredó de él el cabello rojizo, como un eco de la pasión de un pasado lleno de sombras, y los mismos ojos verdes que alguna vez brillaron en la mirada de aquella joven llena de sueños. Cada vez que Lucia veía esos ojos, veía no solo el reflejo de su hija, sino también la sombra del hombre que tanto daño había causado, como si en cada uno de esos detalles se escondiera un recordatorio de lo que había perdido. No importaba cuánto amara a su nieta, siempre sentía esa mezcla de amor y temor profundo al verla.

    Pietro le decía que debía confiar en Carmina, que no todas las mujeres estaban destinadas a cometer los mismos errores. Que su nieta era fuerte, que tenía más de ella que de su madre. Pero Lucia no podía simplemente aceptar eso. El miedo de una madre, y ahora de una abuela, no se disipaba con palabras bonitas.

    Y, además, había algo que la inquietaba aún más: el día en que ella ya no estuviera para guiar a Carmina. El día en que no pudiera protegerla, ni acompañarla en las decisiones difíciles que la vida le depararía. Ese pensamiento la llenaba de angustia, como una sombra constante en su pecho. ¿Qué pasaría con Carmina cuando ella ya no pudiera estar allí para impedirle caer en los mismos errores de antes? ¿Quién la cuidaría cuando la fortaleza de la abuela ya no fuera suficiente?

    Por eso, a veces, sin darse cuenta, dejaba caer comentarios sobre su deseo de verla casada algún día, de encontrar un buen hombre que la protegiera, alguien que la hiciera feliz. Lo decía con una sonrisa, como si fuera un simple anhelo de abuela, pero en el fondo era su mayor temor disfrazado de esperanza. Porque si Carmina encontraba a la persona correcta, Lucia podría irse en paz. Pero si elegía mal… si la historia volvía a repetirse…

    Suspiró y se apartó de la ventana. Carmina era joven, inteligente, trabajadora. Pero el amor era traicionero. Y Lucia no estaba dispuesta a perderla también.
    "La Sombra del Ayer". #monorol Lucia observaba a Carmina desde la ventana de la tienda, viendo cómo la joven acomodaba cajas en los estantes con la paciencia de quien ha hecho ese trabajo toda su vida. Su nieta tenía el cabello rizado de su madre, la misma expresión soñadora en los ojos verdes. Cada vez que la veía, un miedo antiguo y persistente le oprimía el pecho. No podía evitarlo. Su hija había sido su más grande alegría y su más profundo dolor. Desde que era una niña, Lucia la había visto brillar con una energía vibrante, llena de sueños y anhelos que parecían inalcanzables. Había querido tanto para ella, había esperado que encontrara su camino en la vida sin tropezar con las sombras que acechaban en cada esquina. Pero el amor… el amor había sido su ruina. Se enamoró de un hombre que solo trajo destrucción y miseria, un mafioso que la arrastró a un mundo de drogas, peligro y desesperación. Lucia aún recordaba las noches en vela, las súplicas, los intentos desesperados de recuperar a su hija de ese abismo. Todo en vano. Cuando finalmente la perdió, quedó Carmina. Una niña inocente que no tenía la culpa de nada. Lucia y su esposo, Pietro, habían decidido desde el primer momento que no cometerían los mismos errores. Criarían a Carmina con disciplina, con cuidado, protegiéndola de todo lo que pudiera torcer su destino. La inscribieron en una escuela solo para mujeres, la rodearon de un ambiente seguro, sin distracciones, sin peligros. Querían que creciera fuerte, que tuviera oportunidades, que jamás cayera en la trampa de un amor equivocado. Pero a veces, cuando Carmina sonreía de cierta manera o cuando la encontraba perdida en pensamientos mientras miraba por la ventana, Lucia sentía un escalofrío recorrerle la espalda. Temía que en algún rincón de su corazón, la misma llama que había consumido a su hija estuviera ardiendo en su nieta. Temía que, a pesar de todos sus esfuerzos, la historia volviera a repetirse. Carmina era la mezcla perfecta entre su hija y aquel hombre. Heredó de él el cabello rojizo, como un eco de la pasión de un pasado lleno de sombras, y los mismos ojos verdes que alguna vez brillaron en la mirada de aquella joven llena de sueños. Cada vez que Lucia veía esos ojos, veía no solo el reflejo de su hija, sino también la sombra del hombre que tanto daño había causado, como si en cada uno de esos detalles se escondiera un recordatorio de lo que había perdido. No importaba cuánto amara a su nieta, siempre sentía esa mezcla de amor y temor profundo al verla. Pietro le decía que debía confiar en Carmina, que no todas las mujeres estaban destinadas a cometer los mismos errores. Que su nieta era fuerte, que tenía más de ella que de su madre. Pero Lucia no podía simplemente aceptar eso. El miedo de una madre, y ahora de una abuela, no se disipaba con palabras bonitas. Y, además, había algo que la inquietaba aún más: el día en que ella ya no estuviera para guiar a Carmina. El día en que no pudiera protegerla, ni acompañarla en las decisiones difíciles que la vida le depararía. Ese pensamiento la llenaba de angustia, como una sombra constante en su pecho. ¿Qué pasaría con Carmina cuando ella ya no pudiera estar allí para impedirle caer en los mismos errores de antes? ¿Quién la cuidaría cuando la fortaleza de la abuela ya no fuera suficiente? Por eso, a veces, sin darse cuenta, dejaba caer comentarios sobre su deseo de verla casada algún día, de encontrar un buen hombre que la protegiera, alguien que la hiciera feliz. Lo decía con una sonrisa, como si fuera un simple anhelo de abuela, pero en el fondo era su mayor temor disfrazado de esperanza. Porque si Carmina encontraba a la persona correcta, Lucia podría irse en paz. Pero si elegía mal… si la historia volvía a repetirse… Suspiró y se apartó de la ventana. Carmina era joven, inteligente, trabajadora. Pero el amor era traicionero. Y Lucia no estaba dispuesta a perderla también.
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  • — Veamos si encuentro mi camino en este lugar ,........
    Padre se que debemos amar a toda la creación sin excepción no ví mis errores ....
    enpesare de nuevo siendo tolerante ya no quiero tener más sangre en mis manos —
    — Veamos si encuentro mi camino en este lugar ,........ Padre se que debemos amar a toda la creación sin excepción no ví mis errores .... enpesare de nuevo siendo tolerante ya no quiero tener más sangre en mis manos —
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  • -Terminando todo el entretenimiento que tenía que dar me encontraba descuartzando el cuerpo de una mujer que callo en mis encantos -

    Manager: es encerio AL otra vez ?
    -ver como alastor estaba destripando un cuerpo a tal punto que ya no me asombraba recordando como hice un trato con ese demonio vivía bien a costa de su fama Pero yo tenía que sacar la basura que dejaba además el no permitirá errores siempre diciéndome que hacer y como hacer -

    A: bueno mi estimado colega me dió hambre de algo con experiencia y está humana estaba en su punto además no deberías estar aquí sabes que no me gusta ser molestado mientras estoy comiendo

    M: Sisi lo sé y me disculpo Pero es mejor irnos antes de que se enpiesan a dar cuenta sobre la desaparicion de esta mujer recuerda todos en esa boda eran gente influyente

    A: descuida ya me encargue de eso hice un trato con su familia y aceptaron darme a esta mujer como pago de mis servicios así que nadie dirá o hará nada

    M: -sorprendido se me escarapela la piel -
    Si que los famosos y los ricos tienen y hacen acciones turbias que dan miedo

    A: te asombraría lo que harían por tener lo que desean jxjxjxjx poder riqueza incluso amor aunque eso no es tan factible el cliente piensa que lo es pero solo le infundimos deseo sexual es todo

    M: .......-sin palabras -
    Bueno si es así entonces lo dejo comer
    -Me retiro del lugar -
    -Terminando todo el entretenimiento que tenía que dar me encontraba descuartzando el cuerpo de una mujer que callo en mis encantos - Manager: es encerio AL otra vez ? -ver como alastor estaba destripando un cuerpo a tal punto que ya no me asombraba recordando como hice un trato con ese demonio vivía bien a costa de su fama Pero yo tenía que sacar la basura que dejaba además el no permitirá errores siempre diciéndome que hacer y como hacer - A: bueno mi estimado colega me dió hambre de algo con experiencia y está humana estaba en su punto además no deberías estar aquí sabes que no me gusta ser molestado mientras estoy comiendo M: Sisi lo sé y me disculpo Pero es mejor irnos antes de que se enpiesan a dar cuenta sobre la desaparicion de esta mujer recuerda todos en esa boda eran gente influyente A: descuida ya me encargue de eso hice un trato con su familia y aceptaron darme a esta mujer como pago de mis servicios así que nadie dirá o hará nada M: -sorprendido se me escarapela la piel - Si que los famosos y los ricos tienen y hacen acciones turbias que dan miedo A: te asombraría lo que harían por tener lo que desean jxjxjxjx poder riqueza incluso amor aunque eso no es tan factible el cliente piensa que lo es pero solo le infundimos deseo sexual es todo M: .......-sin palabras - Bueno si es así entonces lo dejo comer -Me retiro del lugar -
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