Una Carta de Despedida
Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes.
Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio.
—"Querido Diluc,
Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar.
A mis hermanas —Aikaterine Ouro, Tsukumo Sana , Ceres Fauna —
Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika).
Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido.
Con eterno amor y total agradecimiento
IRyS"—.
Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida.
Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas.
— Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga.
Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—.
Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió.
La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor.
La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio.
—"Querido Diluc,
Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar.
A mis hermanas —Aikaterine Ouro, Tsukumo Sana , Ceres Fauna —
Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika).
Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido.
Con eterno amor y total agradecimiento
IRyS"—.
Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida.
Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas.
— Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga.
Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—.
Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió.
La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor.
La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes.
Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio.
—"Querido Diluc,
Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar.
A mis hermanas —[Mercenary1x], [tsukumo_sana], [Ceresfaun4]—
Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika).
Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido.
Con eterno amor y total agradecimiento
IRyS"—.
Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida.
Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas.
— Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga.
Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—.
Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió.
La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor.
La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
Tipo
Individual
Líneas
10
Estado
Terminado
