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  • •Z̷a̷r̷e̷k̷•𖧨༒



    {El sol se alzaba sobre el horizonte, tiñendo la vasta extensión del desierto con un resplandor dorado, como si cada grano de arena fuera oro líquido bajo su luz. A lo lejos, el palacio emergía imponente, inmenso poder en medio de la nada. En sus pasillos y patios, los guerreros entrenaban con disciplina, otros bebían vino luego de las jornadas de guardia, algunos negociaban con mercaderes que ofrecían especias y telas, mientras las voces resonaba entre las columnas.}

    {En alguna parte del palacio, rodeado de riquezas, de estatuas dedicadas a Anubis y de altares cubiertos con velas encendidas, sahumerios, frutas y vino, se encontraba el príncipe Zarek, ahora proclamado rey. Desde una de las altas ventanas, abiertas al aire del desierto, sin vidrios ni persianas, observaba su ejército. y su reino construido en medio del vacío, sostenido únicamente por la voluntad de su ejército y por la suya.}

    {Allí, en el único asentamiento que quedaba de los nekomatas, la vida era dura. Durante el día, la arena quemaba la piel y durante la noche, el frío calaba hasta los huesos. El agua era escasa, la comida difícil de conseguir y la tierra nunca generosa. Sin embargo, habían aprendido a resistir.}

    {Zarek era el pilar de esa resistencia. Bajo su mando, las expediciones de caza rara vez regresaban con las manos vacías, y las cosechas, aunque humildes, bastaban para mantener al pueblo con vida. Nadie cuestionaba su liderazgo, aunque la mayoría lo temía tanto como lo respetaba. Frío, autoritario, distante, ya no era visto solo como un príncipe convertido en rey, sino como la encarnación misma de un dios. Jamás había mostrado afecto, ni siquiera hacia sus propios padres. Para muchos, en él no existía un corazón capaz de sentir.}

    {Esa madrugada, sus hombres volvieron tras un extenso viaje. Habían cumplido con la misión de espiar a posibles enemigos y traer información. Lo que comunicaron solo confirmaba que la antigua profecía estaba por cumplirse. La próxima luna llena sería el inicio del posible fin de los nekomatas.}

    {Zarek no dudó. Sabía lo que debía hacer. Había llegado la hora de buscar a su prometida, la mujer destinada a convertirse en reina y traer la salvación. Ella habitaba en el mundo de los humanos, ignorante del peso que cargaba sobre sus hombros ahora mismo. Para ella, él era un desconocido. Pero Zarek la sentía. Podía percibirla en el aire, como un instinto que lo guiaba sin error. Un fuerte instinto.}

    —Pronto estarás en casa, sucia sangre mestiza. Tu destino ya está escrito.

    {Zarek estaba decidido. Encontraría a la mujer que le había sido prometida, aunque tuviera que desafiar a los dioses mismos o entregar sus siete vidas en el intento.}

    •Z̷a̷r̷e̷k̷•𖧨༒ {El sol se alzaba sobre el horizonte, tiñendo la vasta extensión del desierto con un resplandor dorado, como si cada grano de arena fuera oro líquido bajo su luz. A lo lejos, el palacio emergía imponente, inmenso poder en medio de la nada. En sus pasillos y patios, los guerreros entrenaban con disciplina, otros bebían vino luego de las jornadas de guardia, algunos negociaban con mercaderes que ofrecían especias y telas, mientras las voces resonaba entre las columnas.} {En alguna parte del palacio, rodeado de riquezas, de estatuas dedicadas a Anubis y de altares cubiertos con velas encendidas, sahumerios, frutas y vino, se encontraba el príncipe Zarek, ahora proclamado rey. Desde una de las altas ventanas, abiertas al aire del desierto, sin vidrios ni persianas, observaba su ejército. y su reino construido en medio del vacío, sostenido únicamente por la voluntad de su ejército y por la suya.} {Allí, en el único asentamiento que quedaba de los nekomatas, la vida era dura. Durante el día, la arena quemaba la piel y durante la noche, el frío calaba hasta los huesos. El agua era escasa, la comida difícil de conseguir y la tierra nunca generosa. Sin embargo, habían aprendido a resistir.} {Zarek era el pilar de esa resistencia. Bajo su mando, las expediciones de caza rara vez regresaban con las manos vacías, y las cosechas, aunque humildes, bastaban para mantener al pueblo con vida. Nadie cuestionaba su liderazgo, aunque la mayoría lo temía tanto como lo respetaba. Frío, autoritario, distante, ya no era visto solo como un príncipe convertido en rey, sino como la encarnación misma de un dios. Jamás había mostrado afecto, ni siquiera hacia sus propios padres. Para muchos, en él no existía un corazón capaz de sentir.} {Esa madrugada, sus hombres volvieron tras un extenso viaje. Habían cumplido con la misión de espiar a posibles enemigos y traer información. Lo que comunicaron solo confirmaba que la antigua profecía estaba por cumplirse. La próxima luna llena sería el inicio del posible fin de los nekomatas.} {Zarek no dudó. Sabía lo que debía hacer. Había llegado la hora de buscar a su prometida, la mujer destinada a convertirse en reina y traer la salvación. Ella habitaba en el mundo de los humanos, ignorante del peso que cargaba sobre sus hombros ahora mismo. Para ella, él era un desconocido. Pero Zarek la sentía. Podía percibirla en el aire, como un instinto que lo guiaba sin error. Un fuerte instinto.} —Pronto estarás en casa, sucia sangre mestiza. Tu destino ya está escrito. {Zarek estaba decidido. Encontraría a la mujer que le había sido prometida, aunque tuviera que desafiar a los dioses mismos o entregar sus siete vidas en el intento.}
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  • La noche de las mil llamas
    Categoría Romance
    Era una fiesta en la que se celebraba el cambio de estación, de primavera a verano, encendian pequeñas luces magicas que flotaban en el aire como pequeñas chispas plateadas, esa misma luz era suficiente para darle la iluminación a esa fiesta nocturna.

    Runaan bufó, fue allí por recomendación de Ethari, Runaan dijo que no iba a ir, incluso había discutido con su amigo por eso, era la primera vez que se alteraba tanto. Su maestro siempre tuvo la razón, era imposible que liderara expediciones si seguia siendo tan anti social, se quedó inmovil observando la fiesta mientras sostenia un cuenco con una bebida alcoholica que estaban obsequiando.

    — Sidra de frutos lunares— Susurró con solo sentir el olor, lo acercó a sus labios y bebió un poco. No era de beber, pero le agradaba el sabor que tenia era entre ácido y dulce pero mas de lo primero.


    Concentró su mirada en la bebida, se sentia tonto, fue porquebse arrepintió de discutir con Ethari, ciertamente sentia mas tensión con el ultimamente, cuando era un niño las cosas eran mas faciles con el, incluso admitia sus sentimientos con mayor honestidad y ahora, resultaba costoso ser honesto con él, mas difícil, porque su corazón se ponia extraño, latía de manera enloquecida y cuando queria decirle algo su boca no dejaba escapar ningún sonido, le frustraba porque para decir sus sentimientos no salia nada pero cuando era para defender su zona de confort era capaz de estar incluso en contra de Ethari.

    Suspiró nuevamente sintiendose horriblemente mal por haber tratado de maneravtan infantil a su amigo, tal vez Ethari no volveria a hablarle despues de eso.


    @ETH4RI
    Era una fiesta en la que se celebraba el cambio de estación, de primavera a verano, encendian pequeñas luces magicas que flotaban en el aire como pequeñas chispas plateadas, esa misma luz era suficiente para darle la iluminación a esa fiesta nocturna. Runaan bufó, fue allí por recomendación de Ethari, Runaan dijo que no iba a ir, incluso había discutido con su amigo por eso, era la primera vez que se alteraba tanto. Su maestro siempre tuvo la razón, era imposible que liderara expediciones si seguia siendo tan anti social, se quedó inmovil observando la fiesta mientras sostenia un cuenco con una bebida alcoholica que estaban obsequiando. — Sidra de frutos lunares— Susurró con solo sentir el olor, lo acercó a sus labios y bebió un poco. No era de beber, pero le agradaba el sabor que tenia era entre ácido y dulce pero mas de lo primero. Concentró su mirada en la bebida, se sentia tonto, fue porquebse arrepintió de discutir con Ethari, ciertamente sentia mas tensión con el ultimamente, cuando era un niño las cosas eran mas faciles con el, incluso admitia sus sentimientos con mayor honestidad y ahora, resultaba costoso ser honesto con él, mas difícil, porque su corazón se ponia extraño, latía de manera enloquecida y cuando queria decirle algo su boca no dejaba escapar ningún sonido, le frustraba porque para decir sus sentimientos no salia nada pero cuando era para defender su zona de confort era capaz de estar incluso en contra de Ethari. Suspiró nuevamente sintiendose horriblemente mal por haber tratado de maneravtan infantil a su amigo, tal vez Ethari no volveria a hablarle despues de eso. @ETH4RI
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Necesito hacer una edicion de Minamo y "Juliana (?)
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  • Estar así de cerca de ese sexy albino, yo si me dejaba cazar....

    Uss: mis ediciones no siempre me salen chingonas, no me juzguen carajos?
    Estar así de cerca de ese sexy albino, yo si me dejaba cazar.... Uss: mis ediciones no siempre me salen chingonas, no me juzguen carajos?
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  • Miya 雅 星美

    Lumiere ─ Dos días después del «Gommage»


    La mirada del hombre estaba fija en la mujer que le acompañaba. Eran las 18:00 horas según el reloj en su bolsillo, el cuál miró tras un momento de meditación entre diálogos.

    ─Pienso que hay verdad en sus palabras, mon amie. Creo que usted ya está decidida plenamente. ¿Quién soy yo para negarme? ─ dijo en negación, pero en su rostro se dibujaba una sonrisa.
    ─ Muy bien, mon amie. Lo primero será ir con los expedicionarios para enlistarse. Según escuché, la próxima expedición saldrá en dos días.

    El hombre movió la cabeza en solicitando que le siguiera y comenzó a caminar en dirección al lado oeste del muelle.

    ─ Unos minutos después ─

    Llegaron al desembarco del muelle, dónde había una cantidad considerable de personas reunidas con ropajes de color negro, ataviados con un brazalete de tela en el bíceps con el número 33 bordado en dorado. Todos lucían muy jóvenes y alguno que otro mayor a los 30 años.
    Estaban platicando en grupos, algunos en solitario reflexivos, otros dando indicaciones, pero lo más llamativo era el navío de madera anclado en el muelle, con velas blancas.

    Verso se adelantó a hablar con un hombre de «color», quien rápidamente estrechó su mano. Tras unos instantes de plática, el otro hombre dedicó la mirada a la mujer.

    ─ Venga, mon amie ─ acompañó la frase con un ademán.
    [Miya011] Lumiere ─ Dos días después del «Gommage» La mirada del hombre estaba fija en la mujer que le acompañaba. Eran las 18:00 horas según el reloj en su bolsillo, el cuál miró tras un momento de meditación entre diálogos. ─Pienso que hay verdad en sus palabras, mon amie. Creo que usted ya está decidida plenamente. ¿Quién soy yo para negarme? ─ dijo en negación, pero en su rostro se dibujaba una sonrisa. ─ Muy bien, mon amie. Lo primero será ir con los expedicionarios para enlistarse. Según escuché, la próxima expedición saldrá en dos días. El hombre movió la cabeza en solicitando que le siguiera y comenzó a caminar en dirección al lado oeste del muelle. ─ Unos minutos después ─ Llegaron al desembarco del muelle, dónde había una cantidad considerable de personas reunidas con ropajes de color negro, ataviados con un brazalete de tela en el bíceps con el número 33 bordado en dorado. Todos lucían muy jóvenes y alguno que otro mayor a los 30 años. Estaban platicando en grupos, algunos en solitario reflexivos, otros dando indicaciones, pero lo más llamativo era el navío de madera anclado en el muelle, con velas blancas. Verso se adelantó a hablar con un hombre de «color», quien rápidamente estrechó su mano. Tras unos instantes de plática, el otro hombre dedicó la mirada a la mujer. ─ Venga, mon amie ─ acompañó la frase con un ademán.
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  • — Pobres de aquellos expedicionarios que llegan sin el poder suficiente para siquiera resistir el embate de las olas del mar...
    — Pobres de aquellos expedicionarios que llegan sin el poder suficiente para siquiera resistir el embate de las olas del mar...
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  • Mi pj es OC, por ello les hago vista las chicas con las que usaré en Yoru, junto a mis propias ediciones, espero sean de vuestra agrado, agradeciendo el apoyo
    Mi pj es OC, por ello les hago vista las chicas con las que usaré en Yoru, junto a mis propias ediciones, espero sean de vuestra agrado, agradeciendo el apoyo
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  • Donde la piedra respira.
    Fandom OC, made in abyss
    Categoría Drama
    Rol con: [s1lence]

    En la sexta capa, la cartógrafa se encontraba en una de sus expediciones. La roca bajo sus pies no era roca. Era otra cosa. Algo hueco, blando, que a veces crujía sin romperse.

    Se enderezó con lentitud.

    El aire era espeso. El silencio lo era aún más.

    No había fauna, no había viento. Las estructuras naturales a su alrededor se curvaban en ángulos contrarios a cualquier ley física conocida. Como si el propio terreno hubiera sido tallado por un escultor ciego y furioso. Las paredes respiraban calor residual, y los ecos no regresaban. Solo el eco interno, ese que crecía en la mente cuando el Abismo estaba demasiado callado.

    Nairis avanzó tres pasos. Luego se detuvo.
    No por cansancio. No por miedo.

    Por costumbre.

    La costumbre de sentirlo... Justo antes de que suceda.

    Su mano rozó instintivamente el borde del testigo de Oquedad, el cristal hueco que colgaba de su pecho. La piedra no vibraba. No emitía ningún sonido, pero tampoco reflejaba la oscuridad. Estaba quieta, como si el propio Abismo contuviera el aliento.

    Desde hacía horas. Quizás días. Podía sentir una presencia reptando en su espalda.
    No con pasos.
    No con palabras.
    Con pensamientos que no eran suyos. Con recuerdos falsos que se deslizaban en los bordes de su mente como grietas en el cristal.

    Una sensación viscosa, como si algo dentro de ella recordara otro cuerpo.
    Otro tiempo.
    Otra voz.

    Entonces lo escuchó.
    Rol con: [s1lence] En la sexta capa, la cartógrafa se encontraba en una de sus expediciones. La roca bajo sus pies no era roca. Era otra cosa. Algo hueco, blando, que a veces crujía sin romperse. Se enderezó con lentitud. El aire era espeso. El silencio lo era aún más. No había fauna, no había viento. Las estructuras naturales a su alrededor se curvaban en ángulos contrarios a cualquier ley física conocida. Como si el propio terreno hubiera sido tallado por un escultor ciego y furioso. Las paredes respiraban calor residual, y los ecos no regresaban. Solo el eco interno, ese que crecía en la mente cuando el Abismo estaba demasiado callado. Nairis avanzó tres pasos. Luego se detuvo. No por cansancio. No por miedo. Por costumbre. La costumbre de sentirlo... Justo antes de que suceda. Su mano rozó instintivamente el borde del testigo de Oquedad, el cristal hueco que colgaba de su pecho. La piedra no vibraba. No emitía ningún sonido, pero tampoco reflejaba la oscuridad. Estaba quieta, como si el propio Abismo contuviera el aliento. Desde hacía horas. Quizás días. Podía sentir una presencia reptando en su espalda. No con pasos. No con palabras. Con pensamientos que no eran suyos. Con recuerdos falsos que se deslizaban en los bordes de su mente como grietas en el cristal. Una sensación viscosa, como si algo dentro de ella recordara otro cuerpo. Otro tiempo. Otra voz. Entonces lo escuchó.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Me he entretenido en cambiar las portadas de los demás artículos también. Igual os pueden ser de ayuda. Hay artículos sobre edicion de imagen, edicion de texto...

    ¡Os dejo mi fanpage por aquí!

    https://ficrol.com/pages/alwaysandforever
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