• Me duele demasiado las piernas...

    -Se quiere morir, esta toda adolorida, como si un avión le hubiera pasado por encima -
    Me duele demasiado las piernas... -Se quiere morir, esta toda adolorida, como si un avión le hubiera pasado por encima -
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  • EL DESPERTAR
    Fandom Terror
    Categoría Terror
    *Recibí una notificación de que el viejo tío Adam había muerto, y como yo era su pariente más cercano recibí la noticia de que había heredado su casa y todas sus pertenencias en la lejana ciudad de Insmouth.
    Cuando era niña mi madre vivía ahí, pero sus padres decidieron irse y dejar al tío Adam solo. Mi madre tuvo su vida normal sin acordarse de él más que de vez en cuando, y ahora ella ya era de avanzada edad y con dificultades recordaba algo de ese pariente lejano, así que me correspondía a mí ir allá a arreglar los asuntos pendientes.
    Al planear la visita me encontré que era un pueblo remoto cerca de la costa, y pensaba que lo mejor sería vender las propiedades, porque mi vida estaba con mi amada a su lado, además que en pocos meses nos casariamos. Ella insistió en acompañarme, así que la visita se transformó en una pequeña excursión donde estaríamos a solas los dos, por lo que decidí que iría manejando por la carretera.
    Sin embargo, la carretera era vieja y se evidenciaba que casi nadie visitaba aquel lugar. Cerca de llegar, según el mapa, encontramos campos abandonados y vestigios de lo que habría sido una ciudad agrícola en otro tiempo, pero hoy ya un lugar olvidado. Había un hombre viejo que parecía un jornalero, al cuál decidí acercarme sin bajar del auto.*

    —Buen día, buen hombre.

    *Aquel hombre parecía demasiado viejo y cansado. Sería un crimen que un hombre así todavía tuviera que trabajar el campo, pero era el único que podía decirnos algo.*

    —¿Esta es la ciudad de Insmouth, verdad?

    *Me incomodaba un poco su forma de mirarnos, en especial a mi novia, pero cuando mencioné la ciudad el horror se dibujó en su cara.*

    —¿Vas a... Entrar a Insmouth? No hablas en serio, ¿O sí?
    —Pues... Un viejo familiar murió y recibí una notificación de que heredaría sus propiedades...

    *Entonces sacó una especie de pergamino de su bolso y me lo dió.*

    —La festividad de la diosa está cerca... No deberías ir ahora... Porque...

    *Su pánico se acentuó y yo comencé a sentir miedo también.*

    —¿Se encuentra bien?
    —Sh... Shub-Niggurath... Ellos van a... No!!!!?

    *Con una mueca de verdadero terror se dió la vuelta, y con una agilidad forzada emprendió la huida como si corriera por su vida.*

    —¡Espere!

    *Puse en marcha el auto, con intenciones de seguirlo, pero se metió entre la maleza bastante crecida y supe que era mejor entrar a la ciudad al fin.
    Mi cariño estaba tan desconcertada como yo.*

    —¿Qué es ese papel?

    *Dijo ella. Entonces abrí el pergamino y ambos lo miramos.*

    —¿Qué es esto?
    *Recibí una notificación de que el viejo tío Adam había muerto, y como yo era su pariente más cercano recibí la noticia de que había heredado su casa y todas sus pertenencias en la lejana ciudad de Insmouth. Cuando era niña mi madre vivía ahí, pero sus padres decidieron irse y dejar al tío Adam solo. Mi madre tuvo su vida normal sin acordarse de él más que de vez en cuando, y ahora ella ya era de avanzada edad y con dificultades recordaba algo de ese pariente lejano, así que me correspondía a mí ir allá a arreglar los asuntos pendientes. Al planear la visita me encontré que era un pueblo remoto cerca de la costa, y pensaba que lo mejor sería vender las propiedades, porque mi vida estaba con mi amada a su lado, además que en pocos meses nos casariamos. Ella insistió en acompañarme, así que la visita se transformó en una pequeña excursión donde estaríamos a solas los dos, por lo que decidí que iría manejando por la carretera. Sin embargo, la carretera era vieja y se evidenciaba que casi nadie visitaba aquel lugar. Cerca de llegar, según el mapa, encontramos campos abandonados y vestigios de lo que habría sido una ciudad agrícola en otro tiempo, pero hoy ya un lugar olvidado. Había un hombre viejo que parecía un jornalero, al cuál decidí acercarme sin bajar del auto.* —Buen día, buen hombre. *Aquel hombre parecía demasiado viejo y cansado. Sería un crimen que un hombre así todavía tuviera que trabajar el campo, pero era el único que podía decirnos algo.* —¿Esta es la ciudad de Insmouth, verdad? *Me incomodaba un poco su forma de mirarnos, en especial a mi novia, pero cuando mencioné la ciudad el horror se dibujó en su cara.* —¿Vas a... Entrar a Insmouth? No hablas en serio, ¿O sí? —Pues... Un viejo familiar murió y recibí una notificación de que heredaría sus propiedades... *Entonces sacó una especie de pergamino de su bolso y me lo dió.* —La festividad de la diosa está cerca... No deberías ir ahora... Porque... *Su pánico se acentuó y yo comencé a sentir miedo también.* —¿Se encuentra bien? —Sh... Shub-Niggurath... Ellos van a... No!!!!? *Con una mueca de verdadero terror se dió la vuelta, y con una agilidad forzada emprendió la huida como si corriera por su vida.* —¡Espere! *Puse en marcha el auto, con intenciones de seguirlo, pero se metió entre la maleza bastante crecida y supe que era mejor entrar a la ciudad al fin. Mi cariño estaba tan desconcertada como yo.* —¿Qué es ese papel? *Dijo ella. Entonces abrí el pergamino y ambos lo miramos.* —¿Qué es esto?
    Tipo
    Individual
    Líneas
    2
    Estado
    Disponible
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  • -Tras recibir las flores de Vergil Sparda sonreí sin darme cuenta -

    Debo ponerlo en agua para mantenerlo fresco
    (Cómo habrá sabido mis gustos por las rosas?)

    -Una rosa rozaba mis labios instintivamente sostuve la rosa y enpese a comérmelo pétalo por pétalo como si fuera un dulce dejando las demás en el florero-
    -Tras recibir las flores de [galaxy_indigo_eagle_743] sonreí sin darme cuenta - Debo ponerlo en agua para mantenerlo fresco (Cómo habrá sabido mis gustos por las rosas?) -Una rosa rozaba mis labios instintivamente sostuve la rosa y enpese a comérmelo pétalo por pétalo como si fuera un dulce dejando las demás en el florero-
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  • — Hakari procedió a sacarse una selfie con traje de conejita, el cual solo lo estaba utilizando para promocionar su trabajo el cual era una cafetería, como ya faltaba poco para las vacaciones en ese trabajo, decidieron vestirse de conejitas como despedida.

    ────୨ৎ──── Este traje es algo apretado Pero cómodo, no incómodo.
    — Hakari procedió a sacarse una selfie con traje de conejita, el cual solo lo estaba utilizando para promocionar su trabajo el cual era una cafetería, como ya faltaba poco para las vacaciones en ese trabajo, decidieron vestirse de conejitas como despedida. ────୨ৎ──── Este traje es algo apretado Pero cómodo, no incómodo.
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  • Esas cosas no son dinosaurios...

    *Algún millonario idiota pensó que sería buena idea hacer investigaciones y experimentos genéticos con fósiles hallados en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo". Tenía intenciones de promover la investigación científica, o eso decía, pero en el fondo sólo le importaba hacer negocio. Y como era de esperar, la cosa salió mal... Y pronto ese planeta se vio infestado por esos animales, pretendidos dinosaurios, amenazando la colonia humana en él.
    Aunque había mucha polémica, se respondió a las llamadas de auxilio de los pocos humanos sobrevivientes, y se desplegaron varios pelotones de la Infantería Móvil para proteger a las brigadas de rescate.
    Cal y Elios estaban en el mismo pelotón, y cuando fueron desplegados para hacer su trabajo pronto se vieron envueltos en una turrbulencia que amenazaba con volverse una carnicería...*
    Esas cosas no son dinosaurios... *Algún millonario idiota pensó que sería buena idea hacer investigaciones y experimentos genéticos con fósiles hallados en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo". Tenía intenciones de promover la investigación científica, o eso decía, pero en el fondo sólo le importaba hacer negocio. Y como era de esperar, la cosa salió mal... Y pronto ese planeta se vio infestado por esos animales, pretendidos dinosaurios, amenazando la colonia humana en él. Aunque había mucha polémica, se respondió a las llamadas de auxilio de los pocos humanos sobrevivientes, y se desplegaron varios pelotones de la Infantería Móvil para proteger a las brigadas de rescate. Cal y Elios estaban en el mismo pelotón, y cuando fueron desplegados para hacer su trabajo pronto se vieron envueltos en una turrbulencia que amenazaba con volverse una carnicería...*
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  • Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita

    A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional:
    NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional.

    Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro.
    A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma.

    Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella.

    La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente.

    Fase Humana (La Más Frágil)
    Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”:
    Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel.
    Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa.

    Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas.

    Pero en cada despertar… volvía la ira.

    Fase Celestial (La Memoria del Padre)
    Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado.

    En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre.

    La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal.
    Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas.

    Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición)
    La peor parte. La cara que no controlaba.

    Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían.
    Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva.

    En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía.

    En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido.
    A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí.

    La Adolescente que Nadie Puede Amar
    Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos.
    Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte.

    Los dioses habían sido crueles.
    No le bastaba con que nadie la adorara.
    También la habían condenado a destruir todo lo que tocara.

    Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino:

    “Si no puedo ser amada… seré temida.
    Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.”

    Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron.

    Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada.
    Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición…
    se convertirán en armas.
    Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional: NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional. Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro. A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma. Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella. La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente. 🔹 Fase Humana (La Más Frágil) Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”: Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel. Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa. Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas. Pero en cada despertar… volvía la ira. 🔸 Fase Celestial (La Memoria del Padre) Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado. En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre. La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal. Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas. 🔥 Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición) La peor parte. La cara que no controlaba. Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían. Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva. En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía. En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido. A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí. 🌒 La Adolescente que Nadie Puede Amar Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos. Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte. Los dioses habían sido crueles. No le bastaba con que nadie la adorara. También la habían condenado a destruir todo lo que tocara. Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino: “Si no puedo ser amada… seré temida. Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.” Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron. Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada. Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición… se convertirán en armas.
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  • La Niñez Maldita de Luna

    Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales.

    Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación.

    Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir.

    Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano:

    Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos.

    Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija.

    Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición.

    Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte:

    “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades:
    Una humana, para ser rechazada por los hombres.
    Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás.
    Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.”

    Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos.

    A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían.

    Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso:

    En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones.

    En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos.

    Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida.

    Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad.

    Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron.

    Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor.
    Sino por justicia.

    La Niñez Maldita de Luna Luna nació bajo el amparo de la luna llena, en lo profundo de un bosque donde el silencio era tan espeso como la niebla. Su madre, Elira, una humana con un corazón tan puro como el agua de manantial, se enamoró de un ser que no debía existir: Kaelthar, un dios olvidado por el tiempo, exiliado del panteón celestial por oponerse a la crueldad de sus iguales. Kaelthar amaba a Elira con una devoción que desafiaba la eternidad. Cuando Luna nació, el cielo tembló. Era una criatura imposible: hija de lo mortal y lo divino, portadora de un poder ancestral que podía desatar el fin o el renacer de los dioses antiguos. Por eso, al primer aliento de Luna, su existencia fue considerada una abominación. Sus padres huyeron. Se ocultaron en cuevas selladas por runas, en ciudades fantasmas y bajo el mar. Pero los dioses siempre encuentran lo que quieren destruir. Cuando Luna cumplió cinco años, los encontraron. El castigo fue cruel, inhumano: Elira fue devorada viva por una tribu de caníbales bendecidos por los dioses, obligando a Luna a oír sus gritos. Kaelthar fue reducido a polvo, su alma disuelta en el viento frente a los ojos de su hija. Luna fue atada a una roca, obligada a ver todo, sin poder cerrar los ojos por obra de una maldición. Los dioses no la mataron. La maldecían por existir. Le impusieron un castigo peor que la muerte: “Nunca serás adorada como tu padre. Tu nombre será sinónimo de temor. Llevarás tres caras, tres verdades: Una humana, para ser rechazada por los hombres. Una celestial, para recordar lo que jamás tendrás. Una demoníaca, para que hasta los monstruos huyan de ti.” Después de aquello, la dejaron sola. Fue su abuelo materno, un hombre duro como la piedra, el que la rescató. No sabía amar, pero sí enseñar. La entrenó en idiomas, tecnología, combate y negocios. Le enseñó a sobrevivir. Le enseñó que el mundo no es un lugar para los buenos, sino para los decididos. A los 16 años, Luna fundó su primera empresa: "NoxTech International", una corporación de tecnología y comercio global. En pocos años, superó fronteras y gobiernos. A sus espaldas, nadie sabía que las sombras la seguían. Aunque parecía humana, a veces su rostro cambiaba sin aviso: En la noche, su rostro celestial brillaba, con ojos plateados como estrellas, atrayendo sueños y visiones. En la furia o en el miedo, su rostro demoníaco emergía, con cuernos oscuros, piel de obsidiana y voz de ecos rotos. Solo en la rutina, entre computadoras y contratos, su rostro humano le permitía pasar desapercibida. Luna no tenía aliados, solo empleados, enemigos y secretos. Era rica, poderosa y hermosa, pero no podía tocar a nadie sin que su piel ardiera o sus ojos revelaran la verdad. Los dioses la miraban desde sus tronos con desprecio. Pero también con miedo. Porque sabían que la hija del dios olvidado… nunca olvidó lo que le hicieron. Y en su silencio, Luna prepara su venganza. No por adoración, ni por amor. Sino por justicia.
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  • ╔════ஓ๑❀๑ஓ════╗
    ❝ El amor… también nace. ❞
    — Ilitía
    ╚════ஓ๑❀๑ஓ════╝

    ❝ He visto al amor abrirse como una flor tímida
    y he sentido cómo tiembla antes de entregarse.

    No duele como un parto,
    pero también transforma.
    También exige valentía.

    A veces comienza con una mirada,
    otras, con un silencio compartido.
    Pero siempre —siempre— deja algo nuevo en el alma.

    Y sí… a veces, también renace.❞

    ──────────ஓ๑❀๑ஓ──────────
    ╔════ஓ๑❀๑ஓ════╗ ❝ El amor… también nace. ❞ — Ilitía ╚════ஓ๑❀๑ஓ════╝ ❝ He visto al amor abrirse como una flor tímida y he sentido cómo tiembla antes de entregarse. No duele como un parto, pero también transforma. También exige valentía. A veces comienza con una mirada, otras, con un silencio compartido. Pero siempre —siempre— deja algo nuevo en el alma. Y sí… a veces, también renace.❞ ──────────ஓ๑❀๑ஓ──────────
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  • El salón olía a madera recién lustrada, humo suave de chimenea y un toque dulce a pastel de ciruela —cortesía de Gus, que había pasado la mañana horneando algo “experimental”. Alan ya tenía las mangas arremangadas y el delantal atado a la cintura desde hacía rato, moviéndose entre la barra con la misma naturalidad.

    Alan acomodó los taburetes con un gesto rápido, recogió un vaso que alguien había dejado olvidado la noche anterior y le dio una última pasada al borde de la barra, que brillaba bajo la luz ámbar de las lámparas colgantes.

    La radio sonaba bajito en un rincón, mientras los primeros rayos de sol cruzaban el ventanal y dibujaban figuras doradas sobre el suelo. El salón aún estaba tranquilo… pero Alan sabía que no duraría mucho.
    El salón olía a madera recién lustrada, humo suave de chimenea y un toque dulce a pastel de ciruela —cortesía de Gus, que había pasado la mañana horneando algo “experimental”. Alan ya tenía las mangas arremangadas y el delantal atado a la cintura desde hacía rato, moviéndose entre la barra con la misma naturalidad. Alan acomodó los taburetes con un gesto rápido, recogió un vaso que alguien había dejado olvidado la noche anterior y le dio una última pasada al borde de la barra, que brillaba bajo la luz ámbar de las lámparas colgantes. La radio sonaba bajito en un rincón, mientras los primeros rayos de sol cruzaban el ventanal y dibujaban figuras doradas sobre el suelo. El salón aún estaba tranquilo… pero Alan sabía que no duraría mucho.
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  • -Finalmente llego el dia, la guerra del santo grial se iba a llenar acabo en colonipenal, como unas elegidas para dicha batalla, debía estar ahí, debía participar.

    Nunca imaginó que estaría en una batalla asi, antes de irse fue a donde Leo Mornigstar para avisar su partida a la batalla por el grial que se llevaría acabo. -
    -Finalmente llego el dia, la guerra del santo grial se iba a llenar acabo en colonipenal, como unas elegidas para dicha batalla, debía estar ahí, debía participar. Nunca imaginó que estaría en una batalla asi, antes de irse fue a donde [tempest_cyan_elephant_253] para avisar su partida a la batalla por el grial que se llevaría acabo. -
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