• The end.

    — Skylar, ¿Qué día es hoy?
    — Mamá, dice el doctor que día es hoy, ¿es lunes?
    — Skylar, no hay nadie aquí, ¿Dónde está tu madre?
    — Mamá está a mi costado.
    — Skylar, tu mamá no está aquí.
    — Sí, ella me pegó porque rompí un vaso, me dejó y se fue; pero dice que regresará.

    Y así, ella terminó de romperse, la encontraron tirada en la calle, con múltiples golpes en la cara y en el cuerpo; balbuceando incoherencias y con la mirada perdida. Repetía que sus padres estaban allí molestándola por no aprender un paso de baile o no tener citas con otros hombres. La trasladaron a una habitación de hospital para curar sus golpes, cosa que no quería; ahuyentaba a las enfermeras gritando y amenazando con hacerse daño, para que al. final, termine escapándose.

    #BrokeSky
    The end. — Skylar, ¿Qué día es hoy? — Mamá, dice el doctor que día es hoy, ¿es lunes? — Skylar, no hay nadie aquí, ¿Dónde está tu madre? — Mamá está a mi costado. — Skylar, tu mamá no está aquí. — Sí, ella me pegó porque rompí un vaso, me dejó y se fue; pero dice que regresará. Y así, ella terminó de romperse, la encontraron tirada en la calle, con múltiples golpes en la cara y en el cuerpo; balbuceando incoherencias y con la mirada perdida. Repetía que sus padres estaban allí molestándola por no aprender un paso de baile o no tener citas con otros hombres. La trasladaron a una habitación de hospital para curar sus golpes, cosa que no quería; ahuyentaba a las enfermeras gritando y amenazando con hacerse daño, para que al. final, termine escapándose. #BrokeSky
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  • Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido.

    Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas.

    Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile.

    El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria.

    Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
    Recuerda cada día el primer encuentro, un primer saludo, las primeras palabras, su primer baile, casi como una tortura para si mismo, un recordatorio de lo que lamentablemente parece haber perdido. Todo ocurrió en la noche del festival de las hojas doradas unos cuantos meses atrás, aquella celebración que festeja la llegada del Otoño, cada año se realiza en su hogar, la gran mansión de Farynore que se encuentra cerca de las montañas. Como buen anfitrión se encargó de recibir a todos sus invitados y fue ella quien llamó su atención más que todas las personas. Fue ella quien dio el primer acercamiento, como era de esperarse, la rubia dijo "quisiera tener un baile con nuestro amable anfitrión" lo dijo en un momento donde él trataba de atender a algunos de los invitados y de cierta manera fue un quiebre por completo de las tradiciones porque rara vez eran las mujeres quienes invitaban a los hombres al baile. El aroma de ella lo cautivo en un inicio, mientras bailaban tenían la atención de todos en la sala. Hombres lo miraban con recelo y las mujeres lo hacían con envidia, otros tantos más los observaban con admiración, tuvieron todas las miradas clavadas en ellos mientras ambos aprovechaban el momento para hablar, para compartir información de uno y el otro, además de dar unos cuantos halagos que aún guarda en su memoria. Fue a partir de aquel día donde no ha dejado de pensar en Sylvaine, donde se enamoró perdidamente de ella, pero su amor no puede ser, sus diferencias sociales no lo permiten, sus diferencias de edades tampoco ¿Qué hará? ¿Permitirá que se marche de su vida? ¿La ira a buscar? Por primera vez, el gran líder del gremio de magos no tiene una respuesta concisa, cerebro y corazón piensan cosas contrarias.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    *Chibi les mostraba como fue el mvp * ouo * hace el baile del mvp * o0o 9
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  • *Viéndose una ciudad desde lo lejos siendo destruida por un Jaeger [Pacific Rim] que se pasaba por toda está corriendo destruyendo edificios, cazas y tanques que intentaban derribarlo, y muchas cosas más que se puede imaginar siendo obvio por quien estaba siendo pilotado… la cosa es que menos mal que no andaba solo*
    ------
    [Jack]
    *Formando una bola de bolos con metales que iba acumulando de coches y una vez echo tire la bola contra tanques que habían acumulados en una calle haciendo un pleno, celebrándolo con un baile a lo Fortnite para terminar dándole un puñetazo a un rascacielos cercano y derrumbándolo haciendo efecto domino con otros, apunte con mi brazo hacia una gasolinera cambiando mi mano por un cañón de riel disparando causando una explosión grande a lo cual hizo efecto cadena con otros vehículos cercanos*

    - ¡Nadie podrá parar al gran Destroyer JAJAJA!

    *Seguí caminando por la ciudad destruyendo todo a mi paso hasta llegar al puerto, teniendo una idea comencé a echarme hacia atrás tomando carrerilla y una vez bastante lejos empecé a correr para tirarme de bomba al agua formando una gran ola de 100 metros engullendo a todo lo que pillaba por delante, sentando en el agua teniendo el torso por fuera del agua agarre dos barcos y comencé a jugar con esto como si jugase en la bañera*
    ------
    *La cámara enfocaría a otra parte viéndose el tejado de un edificio viéndose a una persona relajándose*
    ------
    [Max]
    *Mientras Jack estaba con su diversión yo estaba tumbado cómodamente en una tumbona de playa junto con una mesita al lado con un refresco con pajita y un bol de frutos secos, estaba jugando con la Switch al Super Mario Wonder tranquilo pasándome bastante niveles, pausando la partida y mirando a cámara de reojo*

    - ¿Qué pasa? ¿Qué por qué no freno el caos que esta causando Jack? Fácil, si no desata todo el caos que acumula se vuelve insoportable y no voy a ser yo quien lo aguante, ya lo aguantaba cuando estaba dentro de mi cabeza no lo voy aguantar fuera, al menos puedo tener tiempo para mí por una vez sin tener que darle vueltas al coco.

    *Dando un sorbo al refresco hasta que me alcanzo la ola gigantesca pero por suerte tenía una burbuja de protección para estos casos, dejando de nuevo el refresco en la mesita y seguí jugando*
    *Viéndose una ciudad desde lo lejos siendo destruida por un Jaeger [Pacific Rim] que se pasaba por toda está corriendo destruyendo edificios, cazas y tanques que intentaban derribarlo, y muchas cosas más que se puede imaginar siendo obvio por quien estaba siendo pilotado… la cosa es que menos mal que no andaba solo* ------ [Jack] *Formando una bola de bolos con metales que iba acumulando de coches y una vez echo tire la bola contra tanques que habían acumulados en una calle haciendo un pleno, celebrándolo con un baile a lo Fortnite para terminar dándole un puñetazo a un rascacielos cercano y derrumbándolo haciendo efecto domino con otros, apunte con mi brazo hacia una gasolinera cambiando mi mano por un cañón de riel disparando causando una explosión grande a lo cual hizo efecto cadena con otros vehículos cercanos* - ¡Nadie podrá parar al gran Destroyer JAJAJA! *Seguí caminando por la ciudad destruyendo todo a mi paso hasta llegar al puerto, teniendo una idea comencé a echarme hacia atrás tomando carrerilla y una vez bastante lejos empecé a correr para tirarme de bomba al agua formando una gran ola de 100 metros engullendo a todo lo que pillaba por delante, sentando en el agua teniendo el torso por fuera del agua agarre dos barcos y comencé a jugar con esto como si jugase en la bañera* ------ *La cámara enfocaría a otra parte viéndose el tejado de un edificio viéndose a una persona relajándose* ------ [Max] *Mientras Jack estaba con su diversión yo estaba tumbado cómodamente en una tumbona de playa junto con una mesita al lado con un refresco con pajita y un bol de frutos secos, estaba jugando con la Switch al Super Mario Wonder tranquilo pasándome bastante niveles, pausando la partida y mirando a cámara de reojo* - ¿Qué pasa? ¿Qué por qué no freno el caos que esta causando Jack? Fácil, si no desata todo el caos que acumula se vuelve insoportable y no voy a ser yo quien lo aguante, ya lo aguantaba cuando estaba dentro de mi cabeza no lo voy aguantar fuera, al menos puedo tener tiempo para mí por una vez sin tener que darle vueltas al coco. *Dando un sorbo al refresco hasta que me alcanzo la ola gigantesca pero por suerte tenía una burbuja de protección para estos casos, dejando de nuevo el refresco en la mesita y seguí jugando*
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  • Cuando vio la tarta, se quedó inmóvil durante un instante, sus ojos recorriendo la capa de nata blanca impecable y las fresas brillantes que decoraban la parte superior. La presentación era tan perfecta que casi le costaba creer que alguien se hubiera tomado tantas molestias por ella.

    Se acercó lentamente, como si la enorme tarta fuera un tesoro delicado que temía arruinar con solo tocarlo. Su mirada reflejaba una mezcla de sorpresa y aprecio, aunque un pequeño toque de incomodidad también se asomaba.

    —¿Todo esto… para mí? —Susurro, con una leve sonrisa adornando su pálido rostro.

    Rozó suavemente la superficie con la yema de los dedos, sintiendo la frescura de la nata. No estaba acostumbrada a regalos tan... Dulces, y la idea de que alguien hubiera pensado en algo tan específico para ella la conmovía más de lo que estaba dispuesta a admitir.

    —No creo que pueda terminarla sola. —Comentó en voz más alta, con tono cálido aunque un poco nervioso.

    Por un momento, su mente viajó a los recuerdos de cumpleaños pasados, muchos de ellos llenos de soledad o situaciones menos agradables. Aquel gesto parecía un contraste tan abrumador que casi no sabía cómo reaccionar.

    Finalmente, lamió los restos de la tarta de su dedo, saboreando el equilibrio perfecto entre la dulzura y la frescura, ligera como una nube, con un toque cremoso que casi se derretía en la boca. Era una explosión de simplicidad bien ejecutada, tenía que admitir. Algo… Reconfortante.

    —Gracias. De verdad, gracias… —Un brillo cruzó sus ojos turquesa, aquellos ojos que parecían como si el océano y el cielo se hubieran unido en un baile eterno… Un matiz de felicidad.

    Se quedó un momento más contemplando la tarta antes de añadir, en un tono juguetón.

    —No pienso dejar que algo tan bueno se desperdicie.

    [Gracias 桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵 por el regalo ♥
    Ya me gustaria a mi tener esa tarta... (?)]
    Cuando vio la tarta, se quedó inmóvil durante un instante, sus ojos recorriendo la capa de nata blanca impecable y las fresas brillantes que decoraban la parte superior. La presentación era tan perfecta que casi le costaba creer que alguien se hubiera tomado tantas molestias por ella. Se acercó lentamente, como si la enorme tarta fuera un tesoro delicado que temía arruinar con solo tocarlo. Su mirada reflejaba una mezcla de sorpresa y aprecio, aunque un pequeño toque de incomodidad también se asomaba. —¿Todo esto… para mí? —Susurro, con una leve sonrisa adornando su pálido rostro. Rozó suavemente la superficie con la yema de los dedos, sintiendo la frescura de la nata. No estaba acostumbrada a regalos tan... Dulces, y la idea de que alguien hubiera pensado en algo tan específico para ella la conmovía más de lo que estaba dispuesta a admitir. —No creo que pueda terminarla sola. —Comentó en voz más alta, con tono cálido aunque un poco nervioso. Por un momento, su mente viajó a los recuerdos de cumpleaños pasados, muchos de ellos llenos de soledad o situaciones menos agradables. Aquel gesto parecía un contraste tan abrumador que casi no sabía cómo reaccionar. Finalmente, lamió los restos de la tarta de su dedo, saboreando el equilibrio perfecto entre la dulzura y la frescura, ligera como una nube, con un toque cremoso que casi se derretía en la boca. Era una explosión de simplicidad bien ejecutada, tenía que admitir. Algo… Reconfortante. —Gracias. De verdad, gracias… —Un brillo cruzó sus ojos turquesa, aquellos ojos que parecían como si el océano y el cielo se hubieran unido en un baile eterno… Un matiz de felicidad. Se quedó un momento más contemplando la tarta antes de añadir, en un tono juguetón. —No pienso dejar que algo tan bueno se desperdicie. [Gracias [Santi] por el regalo ♥ Ya me gustaria a mi tener esa tarta... (?)]
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  • Su encuentro con Kazuo , cargado de acción y emociones desbordantes, le dejaron un sabor de boca agridulce. Disfrutó de la pelea con un rival digno, de hacerle sangrar (probar dicha sangre) y de ver como conseguía que alguien de aspecto tan puro... Perdiera los estribos. Sí... Sin duda fue maravilloso.
    No le importaron las heridas posteriores pues estas cicatrizaban por si solas como si jamás hubieran existido, no podía morir aunque lo intentase (pero le tentaba en cierto modo la idea de intentarlo con el zorro).
    Aun así... Ese maravilloso baile despertó una avaricia gigantesca en Dark Urge, quería más, mucho más. Necesitaba crear obras de arte del más puro y bello rojo con las que llamar la atención del kitsune y seguir disfrutando de su rabia, de su odio y... Alimentarlo más, oscurecer más su alma. Corromperlo hasta que no quedase absolutamente nada del ser tan santurrón que era. Ah~... Suspiraba de puro placer, éxtasis, al pensar en ello.
    Su encuentro con [8KazuoAihara8] , cargado de acción y emociones desbordantes, le dejaron un sabor de boca agridulce. Disfrutó de la pelea con un rival digno, de hacerle sangrar (probar dicha sangre) y de ver como conseguía que alguien de aspecto tan puro... Perdiera los estribos. Sí... Sin duda fue maravilloso. No le importaron las heridas posteriores pues estas cicatrizaban por si solas como si jamás hubieran existido, no podía morir aunque lo intentase (pero le tentaba en cierto modo la idea de intentarlo con el zorro). Aun así... Ese maravilloso baile despertó una avaricia gigantesca en Dark Urge, quería más, mucho más. Necesitaba crear obras de arte del más puro y bello rojo con las que llamar la atención del kitsune y seguir disfrutando de su rabia, de su odio y... Alimentarlo más, oscurecer más su alma. Corromperlo hasta que no quedase absolutamente nada del ser tan santurrón que era. Ah~... Suspiraba de puro placer, éxtasis, al pensar en ello.
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  • - y asi es cómo va el baile joven Ace Trappola, para la proxima en el baile haz esto y ya-
    - y asi es cómo va el baile joven [Trappolas], para la proxima en el baile haz esto y ya-
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  • Desvistiendo nuestras almas
    Fandom Bridgerton
    Categoría Original
    Esta noche Lady Granger organizó un baile del cuál finalmente estoy regresando, en un carruaje de alquiler.
    Se dirige hacia el apartamento que este último mes llevo alquilando, una habitación.

    No deseaba dirigirme a la casa familiar, además así pude marcharme antes de la fiesta.

    Fui sorprendido al descubrir aSophie Beckett encapuchada esperándome en el portal, es demasiado tarde como para que este a estás horas horas de la noche, solo por la cuidad.

    -¿Qué haces aquí?. ¿En qué demonios estabas pensando?.
    Esta noche Lady Granger organizó un baile del cuál finalmente estoy regresando, en un carruaje de alquiler. Se dirige hacia el apartamento que este último mes llevo alquilando, una habitación. No deseaba dirigirme a la casa familiar, además así pude marcharme antes de la fiesta. Fui sorprendido al descubrir a[Cinderella] encapuchada esperándome en el portal, es demasiado tarde como para que este a estás horas horas de la noche, solo por la cuidad. -¿Qué haces aquí?. ¿En qué demonios estabas pensando?.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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  • Carmina Valenti miraba por la ventana del Uber mientras las luces de la ciudad se desdibujaban en un desfile de colores borrosos. Su vestido verde oscuro, ceñido al cuerpo, había sido un acierto para la boda de Giovanna, pero ahora, después de horas de risas y bailes, le parecía un recordatorio incómodo de cuánto habían cambiado las cosas entre su grupo de amigas.

    Giovanna, con su vestido blanco perfecto y la sonrisa radiante, había tenido el día que siempre soñó. Una boda hermosa, una casa esperando para empezar una nueva vida, un esposo que la adoraba. Carmina, por otro lado, volvía a la misma casa de siempre, una construcción modesta con una tienda de conveniencia en la planta baja. Allí vivía con su abuela Lucia, cuya salud se había deteriorado en los últimos años, lo que llevó a Carmina a contratar a una enfermera para ayudar con su cuidado.

    El Uber llegó a su destino y se detuvo frente al edificio, donde las luces de la tienda ya estaban apagadas. Carmina salió del auto, agradeció al conductor y se quedó un momento frente a la entrada, sintiendo el fresco de la noche. Había cerrado la tienda temprano esa tarde, dejando todo en orden antes de prepararse para la boda. Aunque sabía que era necesario, ese cierre siempre le dejaba una sensación extraña, como si por unas horas su mundo se detuviera.

    Subió los escalones con cuidado, sus tacones resonando en el silencio del pasillo. En el segundo piso, la luz tenue del pasillo se filtraba bajo la puerta de la habitación de su abuela. Carmina abrió con suavidad y asomó la cabeza. Lucia dormía plácidamente en su cama, mientras la enfermera, sentada en un sillón cercano, leía un libro bajo la luz de una lámpara pequeña.

    Carmina les dedicó una sonrisa ligera y un susurro de buenas noches antes de ir a su propia habitación. Dejó los tacones junto a la puerta, soltó el vestido y se cambió a algo más cómodo. Mientras se sentaba en el borde de la cama, dejó escapar un suspiro, repasando mentalmente los momentos de la boda: la ceremonia, las promesas de amor eterno, la felicidad en el rostro de Giovanna.

    Era inevitable comparar sus vidas. Giovanna había dado un paso gigante hacia adelante, mientras Carmina se sentía atada a un ciclo constante: la tienda, los clientes, el cuidado de su abuela. No era que no amara a Lucia o que no valorara el negocio familiar, pero había noches, como esa, en las que se preguntaba si había más para ella.

    Sin embargo, mientras el sonido de la respiración tranquila de su abuela llegaba desde el pasillo, Carmina recordó por qué hacía lo que hacía. La vida de Giovanna era hermosa, sí, pero la suya también tenía sus propios brillos. Su abuela estaba segura, cuidada. La tienda, aunque agotadora, era su conexión con el barrio y con el pasado que tanto significaba para ambas.

    Se dejó caer sobre las sábanas, cerrando los ojos. Quizá algún día su vida cambiaría, pero por ahora, era suficiente. Porque aunque su camino fuera diferente, seguía siendo suyo, y eso valía más que cualquier comparación.
    Carmina Valenti miraba por la ventana del Uber mientras las luces de la ciudad se desdibujaban en un desfile de colores borrosos. Su vestido verde oscuro, ceñido al cuerpo, había sido un acierto para la boda de Giovanna, pero ahora, después de horas de risas y bailes, le parecía un recordatorio incómodo de cuánto habían cambiado las cosas entre su grupo de amigas. Giovanna, con su vestido blanco perfecto y la sonrisa radiante, había tenido el día que siempre soñó. Una boda hermosa, una casa esperando para empezar una nueva vida, un esposo que la adoraba. Carmina, por otro lado, volvía a la misma casa de siempre, una construcción modesta con una tienda de conveniencia en la planta baja. Allí vivía con su abuela Lucia, cuya salud se había deteriorado en los últimos años, lo que llevó a Carmina a contratar a una enfermera para ayudar con su cuidado. El Uber llegó a su destino y se detuvo frente al edificio, donde las luces de la tienda ya estaban apagadas. Carmina salió del auto, agradeció al conductor y se quedó un momento frente a la entrada, sintiendo el fresco de la noche. Había cerrado la tienda temprano esa tarde, dejando todo en orden antes de prepararse para la boda. Aunque sabía que era necesario, ese cierre siempre le dejaba una sensación extraña, como si por unas horas su mundo se detuviera. Subió los escalones con cuidado, sus tacones resonando en el silencio del pasillo. En el segundo piso, la luz tenue del pasillo se filtraba bajo la puerta de la habitación de su abuela. Carmina abrió con suavidad y asomó la cabeza. Lucia dormía plácidamente en su cama, mientras la enfermera, sentada en un sillón cercano, leía un libro bajo la luz de una lámpara pequeña. Carmina les dedicó una sonrisa ligera y un susurro de buenas noches antes de ir a su propia habitación. Dejó los tacones junto a la puerta, soltó el vestido y se cambió a algo más cómodo. Mientras se sentaba en el borde de la cama, dejó escapar un suspiro, repasando mentalmente los momentos de la boda: la ceremonia, las promesas de amor eterno, la felicidad en el rostro de Giovanna. Era inevitable comparar sus vidas. Giovanna había dado un paso gigante hacia adelante, mientras Carmina se sentía atada a un ciclo constante: la tienda, los clientes, el cuidado de su abuela. No era que no amara a Lucia o que no valorara el negocio familiar, pero había noches, como esa, en las que se preguntaba si había más para ella. Sin embargo, mientras el sonido de la respiración tranquila de su abuela llegaba desde el pasillo, Carmina recordó por qué hacía lo que hacía. La vida de Giovanna era hermosa, sí, pero la suya también tenía sus propios brillos. Su abuela estaba segura, cuidada. La tienda, aunque agotadora, era su conexión con el barrio y con el pasado que tanto significaba para ambas. Se dejó caer sobre las sábanas, cerrando los ojos. Quizá algún día su vida cambiaría, pero por ahora, era suficiente. Porque aunque su camino fuera diferente, seguía siendo suyo, y eso valía más que cualquier comparación.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
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    || Bien, cerro el repetidor especial de Höllvania, hubo de todo, bailarinas, antro, venta de comida, tráfico de drogas, una iglesia, una secta, un glitch para salirse del mapa y aparecer en el techo, drama, novelas, infidelidades, bailes privados, roleplay desde cómico hasta turbio, en fin, sigo creyendo que los creadores del juego lo tenían planeado.
    || Bien, cerro el repetidor especial de Höllvania, hubo de todo, bailarinas, antro, venta de comida, tráfico de drogas, una iglesia, una secta, un glitch para salirse del mapa y aparecer en el techo, drama, novelas, infidelidades, bailes privados, roleplay desde cómico hasta turbio, en fin, sigo creyendo que los creadores del juego lo tenían planeado.
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