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El incidente del 31 de diciembre de 1999, conocido como el "Glitch del Milenio", ocurrió durante el cambio de milenio, cuando un error masivo en la red informática global desató una anomalía sin precedentes. Todo comenzó con el temor al "Y2K", un fallo potencial en los sistemas computarizados que no estaban preparados para cambiar correctamente la fecha al año 2000. Aunque las predicciones del Y2K resultaron ser en gran parte exageradas, algo mucho más desastroso sucedió.
A la medianoche, justo cuando el año 2000 comenzó, una serie de glitches simultáneos afectaron las principales infraestructuras de internet y las redes más avanzadas. Este fallo masivo creó una grieta en la realidad, desencadenando la aparición de las Backrooms, un lugar que hasta entonces solo existía en los rincones más oscuros de la teoría de lo imposible. Estas dimensiones paralelas y laberínticas, llenas de pasillos infinitos y espacios desconectados de las leyes de la física, se abrieron paso hasta la realidad.
El glitch no solo corrompió la red global; creó una conexión entre lo digital y lo físico que absorbió a cientos de personas en todo el mundo. Entre ellos estaba una joven promesa de la informática, un niño de 12 años que, en medio de la confusión, fue arrastrado a las Backrooms sin previo aviso. Para él, lo que había sido una noche de celebración del año nuevo con sus amigos virtuales se convirtió en un viaje a una dimensión alterna donde las reglas del mundo real dejaron de tener sentido, pero las virtuales las conocía muy bien...
Dentro de las Backrooms, la realidad parecía fluctuante, como si estuviera siendo "renderizada" incorrectamente por una computadora defectuosa. Pasillos interminables, habitaciones vacías, y la sensación constante de que algo estaba a punto de colapsar lo rodeaban. Los glitches que fragmentaban el espacio a su alrededor se volvieron el nuevo orden natural. Con su afinidad natural por la tecnología, aprendió a sobrevivir y, eventualmente, a manipular la misma energía que lo había atrapado, dando vida a su alterego; Player 55 o "Fifi" para los amigos.
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El incidente del 31 de diciembre de 1999, conocido como el "Glitch del Milenio", ocurrió durante el cambio de milenio, cuando un error masivo en la red informática global desató una anomalía sin precedentes. Todo comenzó con el temor al "Y2K", un fallo potencial en los sistemas computarizados que no estaban preparados para cambiar correctamente la fecha al año 2000. Aunque las predicciones del Y2K resultaron ser en gran parte exageradas, algo mucho más desastroso sucedió.
A la medianoche, justo cuando el año 2000 comenzó, una serie de glitches simultáneos afectaron las principales infraestructuras de internet y las redes más avanzadas. Este fallo masivo creó una grieta en la realidad, desencadenando la aparición de las Backrooms, un lugar que hasta entonces solo existía en los rincones más oscuros de la teoría de lo imposible. Estas dimensiones paralelas y laberínticas, llenas de pasillos infinitos y espacios desconectados de las leyes de la física, se abrieron paso hasta la realidad.
El glitch no solo corrompió la red global; creó una conexión entre lo digital y lo físico que absorbió a cientos de personas en todo el mundo. Entre ellos estaba una joven promesa de la informática, un niño de 12 años que, en medio de la confusión, fue arrastrado a las Backrooms sin previo aviso. Para él, lo que había sido una noche de celebración del año nuevo con sus amigos virtuales se convirtió en un viaje a una dimensión alterna donde las reglas del mundo real dejaron de tener sentido, pero las virtuales las conocía muy bien...
Dentro de las Backrooms, la realidad parecía fluctuante, como si estuviera siendo "renderizada" incorrectamente por una computadora defectuosa. Pasillos interminables, habitaciones vacías, y la sensación constante de que algo estaba a punto de colapsar lo rodeaban. Los glitches que fragmentaban el espacio a su alrededor se volvieron el nuevo orden natural. Con su afinidad natural por la tecnología, aprendió a sobrevivir y, eventualmente, a manipular la misma energía que lo había atrapado, dando vida a su alterego; Player 55 o "Fifi" para los amigos.
