• Bienvenidos a la gira mundial de Pentakill
    Fandom League of legends
    Categoría Otros
    Starter para: Hwei El Visionario

    Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus.

    Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel.

    Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo.

    Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo.

    Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo.

    — "Hey, nena... ¿Estás preparada?"

    Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera.

    Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió.

    — "Venga preciosa, el público espera"

    ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco.

    El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto.

    El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus.

    Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Starter para: [specter_maroon_goat_816] Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus. Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel. Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo. Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo. Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo. — "Hey, nena... ¿Estás preparada?" Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera. Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió. — "Venga preciosa, el público espera" ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco. El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto. El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus. Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
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  • Que..es este abismo?...dónde estoy ?.. obscuridad?...por qué me duele tanto el pecho , hay tanto silencio...

    *Solo se escuchaba a lo lejos un débil corazón latiendo *

    Que..que eso?...voces?....

    *Parecía que la oscuridad lo había absorbido, ahora solo era un cuerpo que reaccionaba solo , la bondad de stolas se consumió al punto que parecía una marioneta , solo recibía órdenes *
    Que..es este abismo?...dónde estoy ?.. obscuridad?...por qué me duele tanto el pecho , hay tanto silencio... *Solo se escuchaba a lo lejos un débil corazón latiendo * Que..que eso?...voces?.... *Parecía que la oscuridad lo había absorbido, ahora solo era un cuerpo que reaccionaba solo , la bondad de stolas se consumió al punto que parecía una marioneta , solo recibía órdenes *
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  • Nico habia decidido salir al bar con sus amigos.
    El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato.

    Entonces lo escuchó.

    —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina.

    Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo.

    Se acercó, manos alzadas, tranquilo.

    —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó.

    Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo.

    —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez.

    —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho.

    Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso.

    —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy.

    Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable.

    Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida.

    Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo.

    Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda.

    —¿Estás bien? —preguntó su amigo.

    Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal.

    —Seguro va a doler mañana…

    Y justo ahí, como si nada, sonrió.

    Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
    Nico habia decidido salir al bar con sus amigos. El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato. Entonces lo escuchó. —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina. Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo. Se acercó, manos alzadas, tranquilo. —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó. Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo. —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez. —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho. Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso. —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy. Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable. Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida. Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo. Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda. —¿Estás bien? —preguntó su amigo. Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal. —Seguro va a doler mañana… Y justo ahí, como si nada, sonrió. Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
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  • La diosa que olvidó su libertad
    Parte 5 ( conclusión de esta evolución )


    Me gustaría tener una de esas Harley-Davidson.
    Patricia se quedó callada unos segundos, sorprendida.
    —¿Una Harley? —repitió—. Yo tengo una… bueno, hace mucho….eso…era…una Harley ….
    Hizo una pausa. Su voz se volvió más suave, nostálgica.
    —Era de mi abuelo. La compró en 1970, una Harley-Davidson clásica. negra, cromada, poderosa. La cuidaba como a una reina. Cuando él murió, se la dejó a mi papá… pero mi papá era ..diferente, prefería los autos convertibles, el nunca la cuidó. La moto se quedó oxidándose en la cochera. Y cuando papá murió de cáncer de pulmón, me la heredó a mí.
    Los ojos de Patricia se humedecieron ligeramente, aunque mantuvo su sonrisa. Hestia la escuchaba en silencio, con los brazos cruzados, con un respeto solemne.
    —Nunca supe qué hacer con ella —continuó Patricia—. No sé andar en moto. Y cada vez que la veo… me da tristeza. Está hecha pedazos. Mi mamá me ha pedido muchas veces que la venda a un deshuesadero… pero no puedo. Es lo único que me queda de ellos. Aunque me deprima verla pudriéndose, no puedo tirarla.
    —¿Puedo verla? —preguntó Hestia, con un brillo extraño en los ojos.
    —¿De verdad quieres verla? Ya solo es chatarra, no debí mencionarla—dijo Patricia, sorprendida.
    Minutos después, ambas estaban en la cochera. El aire olía a polvo viejo, a aceite seco. En medio de la penumbra, cubierta por una lona rota, yacía la antigua Harley-Davidson. La pintura estaba opaca, el cuero del asiento cuarteado, las llantas desinfladas. El óxido marron había devorado los cromos.
    Pero para Hestia, era hermosa.
    —¿Cuánto pides por ella? —preguntó con firmeza.
    —¿Qué? No! No se … nosé que precio ponerle…en estas condiciones …no vale mucho-.
    hestia: - si en estas condiciones no vale mucho…porque la conservas todavía?... -
    Hestia alzó la mano. Una pequeña llama dorada brotó de su palma y, envuelta en ella, aparecieron tres monedas antiguas de oro, grabadas con símbolos griegos y un brillo imposible de replicar.
    Patricia abrió los ojos como platos. Había visto aparecer esas monedas frente a ella. No había bolsillos. No había truco. La diosa Hizo denuevo el mismo milagro que hizo dentro de la tienda al comprar el traje *
    Patricia: —¿Esto es oro? —susurró—. …?
    Hestia: —De mi altar. Son las últimas monedas que me quedan. Dragmas de oro consagradas hace siglos, las monedas que te di anteriormente también eran dragmas consagradas-
    Patricia sostuvo una moneda, aún tibia por el fuego divino. Era pesada, perfecta… y antigua. La vio con calma…*
    —Esto... esto vale una fortuna. Una sola podría cambiar mi vida —dijo con los labios temblorosos.
    Hestia: —Entonces es un trato?-
    Patricia: - pero…diosa…me da mucha pena …venderle algo así…la motocicleta es muy vieja, hace unos días mi tío trato de arrancarla, no lo logró, la moto es inservible, solo…es chatarra -
    Hestia: -no Patricia…está motocicleta no es chatarra, no está inservible, solo está olvidada…como yo…porfavor acepta mis monedas como pago, quiero comprar está motocicleta -
    *Patricia baja la mirada un momento, sabe que no puede negarle nada a una auténtica diosa viviente, su único pesar es que le apena que hestia tome una motocicleta en tan pésimas condiciones, la diosa podría aparecer en las puertas de cualquier concesionaria de motocicletas , revelar que es una diosa, un poco de sus poderes , y los vendedores….los dueños le darían como tributo una moto nueva, lujosa y último modelo, mucho mejor que este vejestorio, pero al ver de reojo a la vieja Harley oxidada le llega los recuerdos de el abuelo, en la tienda aún hay fotografías de el abuelo montando en esa motocicleta en su mejor época; la diosa por su parte presiente un poco de las emociones de la niña y se acerca un poco diciendo
    Hestia:- no te preocupes, pequeña…puedo reparar está motocicleta, solo necesito que aceptes el trato , yo de verdad la quiero …-
    Patricia levanta la mirada y ve a los ojos a la diosa , mira su traje ya transformado en ese imponente traje flamante rockero , …hará con la moto el mismo milagro que hizo con el traje? *
    Patricia: - ok…diosa hestia, acepto el trato…estás monedas …a cambio de la motocicleta , trato hecho, la motocicleta es suya ..-
    La diosa acarició el asiento con la palma, cerró los ojos… y luego se subió a la moto con elegancia y sensualidad, colocando ambas piernas a cada lado, un poco abiertas como si estuviera montando la pelvis de un amante, y luego apoyó ambas manos en el metal frente al siento con una postura erguida y erótica…*
    El aura dorada a su alrededor comenzó a intensificarse hasta volverse tan densa que se convierte en un aura de fuego envolviendo la moto como si se estuviera incendiando junto con la motocicleta..
    Patricia retrocedió, ya no está asustada, pero no deja de sorprenderse cuando la diosa manifiesta sus poderes de esta manera ….
    Y entonces… estalló.
    Una llamarada dorada y carmesí cubrió por completo el vehículo, elevando chispas al aire. El rugido del fuego fue seguido por un sonido metálico, ese sonido significa que el metal estaba mutando con el fuego, cambia de forma se reforja con el fuego. El chasis brilló con un tono oscuro y bruñido. Las ruedas se inflaron solas, con llantas negras marcadas con símbolos ígneos. El asiento volvió a la vida, de cuero firme y reluciente, un imponente ronrrroneo repentino hizo gritar un poco a Patricia , el motor está vivo!!!. Y está rugiendo como una auténtica bestia de metal. del escape comenzó a emanar un humo rojo incandescente, como si la máquina tuviera alma.
    La Harley-Davidson renació como “Ignifera”, la portadora del fuego. Tenía grabados antiguos sobre el tanque: símbolos de llama perpetua, cadenas místicas en forma de espiral, y un icono brillante de una antorcha sagrada, las llamas de la diosa materializarlo en la motocicleta una estilazada coraza de metal rojo cromado con formas de fuego y flamas, como si fuera el trabajo de tuneo de el mejor forjador y artista de el mundo
    Las llantas despedían chispas al rodar, y una energía de fuego antiguo recorría los tubos del motor. Parecía viva. Indomable. Divina.
    Patricia se tapó la boca, maravillada, con lágrimas en los ojos.
    —Es… preciosa.
    Hestia bajó de la moto con lentitud, observándola con satisfacción.
    —Ahora sí está lista.
    Patricia la miró con una mezcla de devoción y ternura. Luego, reaccionó como si hubiera recordado algo importante …”espere diosa…” corrió al interior de la tienda, y regresó con un casco negro brillante. Lo extendió con ambas manos.
    —Toma. Es nuevo… y es un regalo. Los policías…los policías humanos dan multas a los que usan andan en motocicletas sin llevar cascos …-
    Hestia lo aceptó con una sonrisa cálida. No por necesidad, sino por el gesto.
    —Gracias. No lo olvidaré-
    *Al tomar con ambas manos el casco este se enciende de fuego como si estuviera quemando en manos de la diosa ….Patricia sonríe está vez diciendo …”no importa cuántas veces haga ese truco…no deja de sorprenderme …” el casco se transformó, ahora es rojo, con formas de cresras de flamas saliéndome de atrás, combinando perfectamente con el nuevo fuselaje de la motocicleta renacida *
    Y así, con las primeras luces del amanecer asomando por el horizonte, la diosa del hogar —ahora vestida como una reina del fuego moderno— encendió a Ignifera, y el rugido del motor fue como un trueno que despertaba al mundo antiguo.
    Una nueva era había comenzado.
    *Antes de que la diosa se fuera Patricia la miró con admiración…con atracción y dijo levemente , con tristeza…- volveremos…volveremos a vernos ? - *Patricia pensó que el ruido de el motor de la motocicleta evito que la diosa la escuché…pero ella voltea a verla y responde con una voz muy seria *
    Hestia: - claro que si!...volveré muchas veces a este lugar…Patricia…aún debes mostrarme muchos videos…mucha más musica…está noche fue demasiado corta -
    *Patricia se alegra claramente por la respuesta y le dice con voz fuerte y emocionada *
    Patricia: - claro!...será un honor! … A dónde irá ahora diosa?...volverá al Olimpo? …-
    Hestia: -volver al Olimpo?....no!...no por ahora….ese lugar es demasiado aburrido…recorreré este mundo, daré un buen paseo …me meteré en algunos problemas, para variar…-
    Patricia: - jajajajaja, muy bien!!!...está tienda y mi casa ! Ahora son también tu guarida !
    La diosa con el casco ya puesto solo asienta con la cabeza…y se arranca …dejando marcas con fuego en el camino ….*

    La diosa que olvidó su libertad Parte 5 ( conclusión de esta evolución ) Me gustaría tener una de esas Harley-Davidson. Patricia se quedó callada unos segundos, sorprendida. —¿Una Harley? —repitió—. Yo tengo una… bueno, hace mucho….eso…era…una Harley …. Hizo una pausa. Su voz se volvió más suave, nostálgica. —Era de mi abuelo. La compró en 1970, una Harley-Davidson clásica. negra, cromada, poderosa. La cuidaba como a una reina. Cuando él murió, se la dejó a mi papá… pero mi papá era ..diferente, prefería los autos convertibles, el nunca la cuidó. La moto se quedó oxidándose en la cochera. Y cuando papá murió de cáncer de pulmón, me la heredó a mí. Los ojos de Patricia se humedecieron ligeramente, aunque mantuvo su sonrisa. Hestia la escuchaba en silencio, con los brazos cruzados, con un respeto solemne. —Nunca supe qué hacer con ella —continuó Patricia—. No sé andar en moto. Y cada vez que la veo… me da tristeza. Está hecha pedazos. Mi mamá me ha pedido muchas veces que la venda a un deshuesadero… pero no puedo. Es lo único que me queda de ellos. Aunque me deprima verla pudriéndose, no puedo tirarla. —¿Puedo verla? —preguntó Hestia, con un brillo extraño en los ojos. —¿De verdad quieres verla? Ya solo es chatarra, no debí mencionarla—dijo Patricia, sorprendida. Minutos después, ambas estaban en la cochera. El aire olía a polvo viejo, a aceite seco. En medio de la penumbra, cubierta por una lona rota, yacía la antigua Harley-Davidson. La pintura estaba opaca, el cuero del asiento cuarteado, las llantas desinfladas. El óxido marron había devorado los cromos. Pero para Hestia, era hermosa. —¿Cuánto pides por ella? —preguntó con firmeza. —¿Qué? No! No se … nosé que precio ponerle…en estas condiciones …no vale mucho-. hestia: - si en estas condiciones no vale mucho…porque la conservas todavía?... - Hestia alzó la mano. Una pequeña llama dorada brotó de su palma y, envuelta en ella, aparecieron tres monedas antiguas de oro, grabadas con símbolos griegos y un brillo imposible de replicar. Patricia abrió los ojos como platos. Había visto aparecer esas monedas frente a ella. No había bolsillos. No había truco. La diosa Hizo denuevo el mismo milagro que hizo dentro de la tienda al comprar el traje * Patricia: —¿Esto es oro? —susurró—. …? Hestia: —De mi altar. Son las últimas monedas que me quedan. Dragmas de oro consagradas hace siglos, las monedas que te di anteriormente también eran dragmas consagradas- Patricia sostuvo una moneda, aún tibia por el fuego divino. Era pesada, perfecta… y antigua. La vio con calma…* —Esto... esto vale una fortuna. Una sola podría cambiar mi vida —dijo con los labios temblorosos. Hestia: —Entonces es un trato?- Patricia: - pero…diosa…me da mucha pena …venderle algo así…la motocicleta es muy vieja, hace unos días mi tío trato de arrancarla, no lo logró, la moto es inservible, solo…es chatarra - Hestia: -no Patricia…está motocicleta no es chatarra, no está inservible, solo está olvidada…como yo…porfavor acepta mis monedas como pago, quiero comprar está motocicleta - *Patricia baja la mirada un momento, sabe que no puede negarle nada a una auténtica diosa viviente, su único pesar es que le apena que hestia tome una motocicleta en tan pésimas condiciones, la diosa podría aparecer en las puertas de cualquier concesionaria de motocicletas , revelar que es una diosa, un poco de sus poderes , y los vendedores….los dueños le darían como tributo una moto nueva, lujosa y último modelo, mucho mejor que este vejestorio, pero al ver de reojo a la vieja Harley oxidada le llega los recuerdos de el abuelo, en la tienda aún hay fotografías de el abuelo montando en esa motocicleta en su mejor época; la diosa por su parte presiente un poco de las emociones de la niña y se acerca un poco diciendo Hestia:- no te preocupes, pequeña…puedo reparar está motocicleta, solo necesito que aceptes el trato , yo de verdad la quiero …- Patricia levanta la mirada y ve a los ojos a la diosa , mira su traje ya transformado en ese imponente traje flamante rockero , …hará con la moto el mismo milagro que hizo con el traje? * Patricia: - ok…diosa hestia, acepto el trato…estás monedas …a cambio de la motocicleta , trato hecho, la motocicleta es suya ..- La diosa acarició el asiento con la palma, cerró los ojos… y luego se subió a la moto con elegancia y sensualidad, colocando ambas piernas a cada lado, un poco abiertas como si estuviera montando la pelvis de un amante, y luego apoyó ambas manos en el metal frente al siento con una postura erguida y erótica…* El aura dorada a su alrededor comenzó a intensificarse hasta volverse tan densa que se convierte en un aura de fuego envolviendo la moto como si se estuviera incendiando junto con la motocicleta.. Patricia retrocedió, ya no está asustada, pero no deja de sorprenderse cuando la diosa manifiesta sus poderes de esta manera …. Y entonces… estalló. Una llamarada dorada y carmesí cubrió por completo el vehículo, elevando chispas al aire. El rugido del fuego fue seguido por un sonido metálico, ese sonido significa que el metal estaba mutando con el fuego, cambia de forma se reforja con el fuego. El chasis brilló con un tono oscuro y bruñido. Las ruedas se inflaron solas, con llantas negras marcadas con símbolos ígneos. El asiento volvió a la vida, de cuero firme y reluciente, un imponente ronrrroneo repentino hizo gritar un poco a Patricia , el motor está vivo!!!. Y está rugiendo como una auténtica bestia de metal. del escape comenzó a emanar un humo rojo incandescente, como si la máquina tuviera alma. La Harley-Davidson renació como “Ignifera”, la portadora del fuego. Tenía grabados antiguos sobre el tanque: símbolos de llama perpetua, cadenas místicas en forma de espiral, y un icono brillante de una antorcha sagrada, las llamas de la diosa materializarlo en la motocicleta una estilazada coraza de metal rojo cromado con formas de fuego y flamas, como si fuera el trabajo de tuneo de el mejor forjador y artista de el mundo Las llantas despedían chispas al rodar, y una energía de fuego antiguo recorría los tubos del motor. Parecía viva. Indomable. Divina. Patricia se tapó la boca, maravillada, con lágrimas en los ojos. —Es… preciosa. Hestia bajó de la moto con lentitud, observándola con satisfacción. —Ahora sí está lista. Patricia la miró con una mezcla de devoción y ternura. Luego, reaccionó como si hubiera recordado algo importante …”espere diosa…” corrió al interior de la tienda, y regresó con un casco negro brillante. Lo extendió con ambas manos. —Toma. Es nuevo… y es un regalo. Los policías…los policías humanos dan multas a los que usan andan en motocicletas sin llevar cascos …- Hestia lo aceptó con una sonrisa cálida. No por necesidad, sino por el gesto. —Gracias. No lo olvidaré- *Al tomar con ambas manos el casco este se enciende de fuego como si estuviera quemando en manos de la diosa ….Patricia sonríe está vez diciendo …”no importa cuántas veces haga ese truco…no deja de sorprenderme …” el casco se transformó, ahora es rojo, con formas de cresras de flamas saliéndome de atrás, combinando perfectamente con el nuevo fuselaje de la motocicleta renacida * Y así, con las primeras luces del amanecer asomando por el horizonte, la diosa del hogar —ahora vestida como una reina del fuego moderno— encendió a Ignifera, y el rugido del motor fue como un trueno que despertaba al mundo antiguo. Una nueva era había comenzado. *Antes de que la diosa se fuera Patricia la miró con admiración…con atracción y dijo levemente , con tristeza…- volveremos…volveremos a vernos ? - *Patricia pensó que el ruido de el motor de la motocicleta evito que la diosa la escuché…pero ella voltea a verla y responde con una voz muy seria * Hestia: - claro que si!...volveré muchas veces a este lugar…Patricia…aún debes mostrarme muchos videos…mucha más musica…está noche fue demasiado corta - *Patricia se alegra claramente por la respuesta y le dice con voz fuerte y emocionada * Patricia: - claro!...será un honor! … A dónde irá ahora diosa?...volverá al Olimpo? …- Hestia: -volver al Olimpo?....no!...no por ahora….ese lugar es demasiado aburrido…recorreré este mundo, daré un buen paseo …me meteré en algunos problemas, para variar…- Patricia: - jajajajaja, muy bien!!!...está tienda y mi casa ! Ahora son también tu guarida ! La diosa con el casco ya puesto solo asienta con la cabeza…y se arranca …dejando marcas con fuego en el camino ….*
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  • ‎ㅤ‎ ‎ ︵ ◍ ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ
    ㅤ‎ ‎ ‎ ㅤ‎ ‎ 𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭
    ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ㅤ‎ ‎ ‎ㅤ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸

    « .... 𝓜𝔂 𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓸𝓾𝓵...

    For a human, number one.


    ¿Porqué la pureza no puede prevalecer sobre la tentación? Quizás la curiosidad del humano es mal ejercida, quizás el deseo se confunde con la lujuria. He visto un poco en todo lo que he estado aquí y sigo mirando y escuchando; sus latidos confusos, sus acciones indecisas y arrepentidas junto al continuo dolor eterno de su alma. ¿Porqué el ser humano lastima a otros, y a su vez, a sí mismo? Quizás sólo debo tomarlo como que son seres de escasa honestidad o repletos de masoquismo, quizás sea su única forma de estar satisfechos.

    Pero no puedo justificarlo, no puedo aceptarlo. El hecho de que el amor ha pasado a segundo plano, me ofende grandemente. ¿Por ésto estoy aquí? ¿Que puedo hacer? Sólo soy un dios qué vive de sueños, alguien que otorga flechazos cuando una emoción nace. Mi devoción es profundizar las emociones, no importa con quién o quiénes sean, cuando un sentimiento nace de una emoción, nadie puede detenerlo, ni siquiera mi ser.

    El humano es indeciso, está en su naturaleza. También es arriesgado; cruel, es adorable e interesante, es una maravilla tanto como una maldición. ¿Quién podría salvarlos de ellos mismos? Al final todos nos convertimos en espectadores.
    ‎ㅤ‎ ‎ ︵ ◍💌 ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ ㅤ‎ ‎ ‎ ㅤ‎ ‎ 𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭 ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ㅤ‎ ‎ ‎ㅤ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸ « .... 𝓜𝔂 𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓢𝓸𝓾𝓵... For a human, number one. ¿Porqué la pureza no puede prevalecer sobre la tentación? Quizás la curiosidad del humano es mal ejercida, quizás el deseo se confunde con la lujuria. He visto un poco en todo lo que he estado aquí y sigo mirando y escuchando; sus latidos confusos, sus acciones indecisas y arrepentidas junto al continuo dolor eterno de su alma. ¿Porqué el ser humano lastima a otros, y a su vez, a sí mismo? Quizás sólo debo tomarlo como que son seres de escasa honestidad o repletos de masoquismo, quizás sea su única forma de estar satisfechos. Pero no puedo justificarlo, no puedo aceptarlo. El hecho de que el amor ha pasado a segundo plano, me ofende grandemente. ¿Por ésto estoy aquí? ¿Que puedo hacer? Sólo soy un dios qué vive de sueños, alguien que otorga flechazos cuando una emoción nace. Mi devoción es profundizar las emociones, no importa con quién o quiénes sean, cuando un sentimiento nace de una emoción, nadie puede detenerlo, ni siquiera mi ser. El humano es indeciso, está en su naturaleza. También es arriesgado; cruel, es adorable e interesante, es una maravilla tanto como una maldición. ¿Quién podría salvarlos de ellos mismos? Al final todos nos convertimos en espectadores.
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  • La diosa que olvidó su libertad
    Parte 4
    *Hestia llevó ambas manos a sus hombros y desató lentamente la única prenda que aún llevaba puesta: su toga sagrada. No lo hizo con vergüenza, sino con determinación y serenidad. La tela blanca y dorada cayó al suelo en un susurro de seda antigua, deslizándose como si también entendiera el significado de ese momento.
    La diosa quedó completamente desnuda en medio de la tienda. La luz cálida delineó suavemente la perfección de su espalda, la noble curvatura de su cintura, y parte de su cadera. Patricia, que aún no reaccionaba, se quedó helada al verla así, con la espalda descubierta frente al perchero, contemplando el body como quien observa su destino inevitable.
    Patricia: —¡Eh! Espere... ¿qué está...?
    La joven no sabía si cubrirse los ojos o seguir mirando. La desnudez de Hestia no era vulga, Era sensual en una manera majestuosa. Intimidante. Hermosa en un modo arcaico, como si estuviera viendo una pintura viviente de una época anterior a la vergüenza
    La diosa tomó el body con cuidado, aún sin vestirlo, y lo sostuvo a la altura de su pecho. Se giró apenas, lo suficiente para mirar a Patricia de reojo.
    —¿Esta prenda es de tu propiedad?
    —¿Eh? Yo... no, bueno... es de la tienda. Pero... cuesta dinero, no puedo darte cosas así como así...
    —Lo imaginé —dijo Hestia. Su voz no mostraba decepción, sino comprensión.
    Entonces, extendió su mano con la palma hacia arriba. Cerró los ojos un instante. Una suave llama, pequeña y constante, surgió del centro de su palma. Una flama cálida, danzante, que no quemaba el aire sino que lo envolvía con respeto. Patricia abrió los ojos con asombro.
    De aquella llama, sin previo aviso, comenzaron a materializarse tres monedas doradas, antiguas, brillantes como el sol en la cima del mediodía. Las monedas se sostuvieron en el fuego como flotando, antes de caer con un tintineo metálico en la palma extendida de la diosa.
    Patricia se cubrió la boca. Estaba segura: Hestia no tenía absolutamente nada oculto. Estaba completamente desnuda… y sin embargo, de su mano desnuda y en llamas habían aparecido monedas de oro sólido.
    —¿Esto... es magia? —preguntó la chica, dando un paso atrás con incredulidad.
    —si…así le dicen los humanos….magia…- respondió Hestia con dulzura, pero firmeza—.
    Patricia temblaba. Las monedas eran reales. Podía ver los grabados, el peso. Ni siquiera en películas había visto algo así. Hestia dio un paso hacia ella, aún con el body en una mano y las monedas en la otra.
    —¿Esto será suficiente?
    La joven asintió en silencio, sin poder apartar los ojos del fuego que aún danzaba en la mano de la diosa.
    —S-sí... más que suficiente...
    La diosa sonrió. Y, entonces, lentamente, se llevó la prenda de cuero al cuerpo… lista para vestirla, ahora sí, con toda la dignidad y solemnidad que una diosa puede tener al adoptar su nuevo símbolo.
    El aire en la tienda se había vuelto denso, casi reverente, tras el gesto inesperado de la diosa. Desnuda frente al body negro que colgaba con provocadora elegancia, Hestia lo tomó entre sus manos como si ya supiera que le pertenecía desde antes de tocarlo. Patricia, aún de pie a unos pasos detrás, la miraba sin atreverse a respirar, sus ojos brillando entre la incredulidad y la fascinación.
    Sin temor, sin recato ni vacilación, lo deslizó sobre su cuerpo. El body era ceñido, de tela negra con un leve brillo satinado que se ajustaba como una segunda piel. La parte delantera cubría lo justo, moldeando sus caderas, definiendo su cintura, abrazando sus muslos las piernas y cubriendo los pies como una segunda piel, subió el cierre hasta llegar al busto, se miro en un espejo grande que encontró en una pared cercana, en ese momento la niña reaccionó, y tomo de un aparador cercano unos lentes negros para sol femeninos y se los dio a la pelirroja *
    Patricia: - estos lentes vienen con el traje…es …una promoción, también son suyos ahora-
    La diosa de los puso sonriendo se miro denuevo en el espejo, posa erguida, se nota que le gusta como le queda el nuevo atuendo, en ese momento respira un poco ondo por satisfacción y el cierre comenzó a ceder...

    Un sonido agudo, clack... clack..., rompió el silencio

    El cierre cedió de golpe al sobrepasar la curva de los pechos divinos, y los senos blancos de Hestia emergieron gloriosos y pesados, rebosando con naturalidad desde la abertura, como si rechazaran cualquier intento de ser contenidos. Patricia se tapó la boca con ambas manos, roja como un tomate. Trata de disculparse como si ese accidente hubiera sido su culpa
    Patricia: - hay, disculpa!... El traje ni está hecho para cubrir, tus… encantos son…muy grandes…-

    —No te preocupes —dijo Hestia, bajando la mirada a su pecho descubierto con naturalidad, sin vergüenza ni sorpresa—. Si ya he pagado por él… ¿me pertenece, verdad?

    —S-Sí… totalmente —asintió la joven, sin poder quitarle los ojos de encima a los senos descubiertos …*

    —Entonces puedo modificarlo —afirmó Hestia con calma, y luego la miró sonriendo —. Retrocede.

    Patricia, obediente, dio un par de pasos hacia atrás, como si su instinto entendiera que iba a presenciar algo fuera de este mundo.

    Hestia recita suavemente una palabra ….”consagración” y mientras vuelve a subir lentamente el cierre Una llama roja intensa surgió de sus palmas, girando lentamente en espiral hasta que abrazó todo su cuerpo con un rugido antiguo. Las sombras danzaron por las paredes de la tienda. La temperatura subió. El body negro comenzó a arder sin consumirse, cambiando a medida que el fuego lo transformaba.

    El cierre se volvió grueso, dorado y resistente, con un grabado antiguo en espiral que parecía fundido en el metal mismo. La tela adoptó un diseño más firme y estructurado, lleno de grabados en relieve como llamas sagradas que se desplazaban sutilmente por su cuerpo con cada respiración. Sus caderas fueron marcadas por cortes más agresivos, mientras unas botas negras de tacón alto se materializaban desde el fuego y subían abrazando sus piernas hasta por encima de las rodillas. Cada hebilla y refuerzo de las botas tenía un tinte rojo profundo, como si fueran templadas en el corazón de una forja divina.

    Su cuello fue rodeado por un collar ornamentado de obsidiana y oro, del cual colgaba un pequeño fragmento con forma de llama. En sus orejas, aretes de rubí oscuro aparecieron, suspendidos por cadenas finísimas de oro, Los lentes negros que Patricia le había ofrecido —originalmente sencillos— tocados también por las llamas. Su estructura cambió ante los ojos atónitos de la chica: se curvaron con un diseño más estilizado, adoptando cristales rojo oscuro, semitransparentes, con marco negro elegante decorado con pequeñas líneas incandescentes, como venas de lava encerradas en vidrio. Los ángulos laterales tenían una leve forma de ala, sugiriendo poder, misterio y fuego.

    Cuando la transformación cesó, y el fuego se desvaneció como una exhalación caliente, Hestia no era la misma, su rostro lucía maquillaje suave pero que resalta la intensidad de su mirada y combina aún más con su nuevo aspecto, lo más notorio fue su cabello, ahora luce suelto, un poco más largo y un poco más rizado con luces rubias doradas, la melena de cabello ahora tiene la forma de un velo hecho de fuego

    Patricia cayó de rodillas lentamente, boquiabierta.

    —D-Dios mío…

    —No —corrigió Hestia, bajando la mirada hacia ella con una leve sonrisa—. Diosa…-
    Patricia:- pensé…pensé que … pensé que solo eras….perdón! Perdón, que grosera soy…Pensé que usted era …-
    *Patricia recordó el aspecto con la diosa entro a la tienda , la elegante toga blanca impecable que portaba, la tiara de laureles….ahora tienen sentido…*
    Patricia: - hay no! Que hice ! …Una verdadera diosa griega apareció ante mi…y yo la corrimpi! -
    *La niña lo expreso con auténtica angustia poniéndose las manos a la cara pero hestia soltó una carcajada cristalina *
    Hestia:- tranquila!...jajaja, estoy bien,...no hiciste nada malo, al contrario…le devolviste toda su fuerza a mi fuego, estoy muy agradecida contigo, vamos ponte de pie …-
    *Con la mano de la diosa la niña se puso de pie, comenzó a hablar con algo de tartamudeo, ahora que sabe quién es realmente la visitante está realmente nerviosa apesar de que ya había convivido con la diosa roda noche *
    Patricia: - pe…pero… si usted existe …entonces el resto de los dioses de el Olimpo …-
    Hestia: -...si…ellos también existen, son mi familia, te hablé de ellos , siempre están viajando y haciendo de las suyas, casi nunca están en casa -
    Patricia: - WOW!...pero…ellos, que dirán cuando usted…cuando usted vuelva al Olimpo así ?
    Hestia: - no pienso volver al Olimpo, no pronto, quiero viajar, ahora que estoy aquí quiero dar un paseo en la tierra, me gustaría tener una de esas hermosas motocicleta que aparecen en los videos que mostraste, una Harley Davidson -
    (Continuará...)
    La diosa que olvidó su libertad Parte 4 *Hestia llevó ambas manos a sus hombros y desató lentamente la única prenda que aún llevaba puesta: su toga sagrada. No lo hizo con vergüenza, sino con determinación y serenidad. La tela blanca y dorada cayó al suelo en un susurro de seda antigua, deslizándose como si también entendiera el significado de ese momento. La diosa quedó completamente desnuda en medio de la tienda. La luz cálida delineó suavemente la perfección de su espalda, la noble curvatura de su cintura, y parte de su cadera. Patricia, que aún no reaccionaba, se quedó helada al verla así, con la espalda descubierta frente al perchero, contemplando el body como quien observa su destino inevitable. Patricia: —¡Eh! Espere... ¿qué está...? La joven no sabía si cubrirse los ojos o seguir mirando. La desnudez de Hestia no era vulga, Era sensual en una manera majestuosa. Intimidante. Hermosa en un modo arcaico, como si estuviera viendo una pintura viviente de una época anterior a la vergüenza La diosa tomó el body con cuidado, aún sin vestirlo, y lo sostuvo a la altura de su pecho. Se giró apenas, lo suficiente para mirar a Patricia de reojo. —¿Esta prenda es de tu propiedad? —¿Eh? Yo... no, bueno... es de la tienda. Pero... cuesta dinero, no puedo darte cosas así como así... —Lo imaginé —dijo Hestia. Su voz no mostraba decepción, sino comprensión. Entonces, extendió su mano con la palma hacia arriba. Cerró los ojos un instante. Una suave llama, pequeña y constante, surgió del centro de su palma. Una flama cálida, danzante, que no quemaba el aire sino que lo envolvía con respeto. Patricia abrió los ojos con asombro. De aquella llama, sin previo aviso, comenzaron a materializarse tres monedas doradas, antiguas, brillantes como el sol en la cima del mediodía. Las monedas se sostuvieron en el fuego como flotando, antes de caer con un tintineo metálico en la palma extendida de la diosa. Patricia se cubrió la boca. Estaba segura: Hestia no tenía absolutamente nada oculto. Estaba completamente desnuda… y sin embargo, de su mano desnuda y en llamas habían aparecido monedas de oro sólido. —¿Esto... es magia? —preguntó la chica, dando un paso atrás con incredulidad. —si…así le dicen los humanos….magia…- respondió Hestia con dulzura, pero firmeza—. Patricia temblaba. Las monedas eran reales. Podía ver los grabados, el peso. Ni siquiera en películas había visto algo así. Hestia dio un paso hacia ella, aún con el body en una mano y las monedas en la otra. —¿Esto será suficiente? La joven asintió en silencio, sin poder apartar los ojos del fuego que aún danzaba en la mano de la diosa. —S-sí... más que suficiente... La diosa sonrió. Y, entonces, lentamente, se llevó la prenda de cuero al cuerpo… lista para vestirla, ahora sí, con toda la dignidad y solemnidad que una diosa puede tener al adoptar su nuevo símbolo. El aire en la tienda se había vuelto denso, casi reverente, tras el gesto inesperado de la diosa. Desnuda frente al body negro que colgaba con provocadora elegancia, Hestia lo tomó entre sus manos como si ya supiera que le pertenecía desde antes de tocarlo. Patricia, aún de pie a unos pasos detrás, la miraba sin atreverse a respirar, sus ojos brillando entre la incredulidad y la fascinación. Sin temor, sin recato ni vacilación, lo deslizó sobre su cuerpo. El body era ceñido, de tela negra con un leve brillo satinado que se ajustaba como una segunda piel. La parte delantera cubría lo justo, moldeando sus caderas, definiendo su cintura, abrazando sus muslos las piernas y cubriendo los pies como una segunda piel, subió el cierre hasta llegar al busto, se miro en un espejo grande que encontró en una pared cercana, en ese momento la niña reaccionó, y tomo de un aparador cercano unos lentes negros para sol femeninos y se los dio a la pelirroja * Patricia: - estos lentes vienen con el traje…es …una promoción, también son suyos ahora- La diosa de los puso sonriendo se miro denuevo en el espejo, posa erguida, se nota que le gusta como le queda el nuevo atuendo, en ese momento respira un poco ondo por satisfacción y el cierre comenzó a ceder... Un sonido agudo, clack... clack..., rompió el silencio El cierre cedió de golpe al sobrepasar la curva de los pechos divinos, y los senos blancos de Hestia emergieron gloriosos y pesados, rebosando con naturalidad desde la abertura, como si rechazaran cualquier intento de ser contenidos. Patricia se tapó la boca con ambas manos, roja como un tomate. Trata de disculparse como si ese accidente hubiera sido su culpa Patricia: - hay, disculpa!... El traje ni está hecho para cubrir, tus… encantos son…muy grandes…- —No te preocupes —dijo Hestia, bajando la mirada a su pecho descubierto con naturalidad, sin vergüenza ni sorpresa—. Si ya he pagado por él… ¿me pertenece, verdad? —S-Sí… totalmente —asintió la joven, sin poder quitarle los ojos de encima a los senos descubiertos …* —Entonces puedo modificarlo —afirmó Hestia con calma, y luego la miró sonriendo —. Retrocede. Patricia, obediente, dio un par de pasos hacia atrás, como si su instinto entendiera que iba a presenciar algo fuera de este mundo. Hestia recita suavemente una palabra ….”consagración” y mientras vuelve a subir lentamente el cierre Una llama roja intensa surgió de sus palmas, girando lentamente en espiral hasta que abrazó todo su cuerpo con un rugido antiguo. Las sombras danzaron por las paredes de la tienda. La temperatura subió. El body negro comenzó a arder sin consumirse, cambiando a medida que el fuego lo transformaba. El cierre se volvió grueso, dorado y resistente, con un grabado antiguo en espiral que parecía fundido en el metal mismo. La tela adoptó un diseño más firme y estructurado, lleno de grabados en relieve como llamas sagradas que se desplazaban sutilmente por su cuerpo con cada respiración. Sus caderas fueron marcadas por cortes más agresivos, mientras unas botas negras de tacón alto se materializaban desde el fuego y subían abrazando sus piernas hasta por encima de las rodillas. Cada hebilla y refuerzo de las botas tenía un tinte rojo profundo, como si fueran templadas en el corazón de una forja divina. Su cuello fue rodeado por un collar ornamentado de obsidiana y oro, del cual colgaba un pequeño fragmento con forma de llama. En sus orejas, aretes de rubí oscuro aparecieron, suspendidos por cadenas finísimas de oro, Los lentes negros que Patricia le había ofrecido —originalmente sencillos— tocados también por las llamas. Su estructura cambió ante los ojos atónitos de la chica: se curvaron con un diseño más estilizado, adoptando cristales rojo oscuro, semitransparentes, con marco negro elegante decorado con pequeñas líneas incandescentes, como venas de lava encerradas en vidrio. Los ángulos laterales tenían una leve forma de ala, sugiriendo poder, misterio y fuego. Cuando la transformación cesó, y el fuego se desvaneció como una exhalación caliente, Hestia no era la misma, su rostro lucía maquillaje suave pero que resalta la intensidad de su mirada y combina aún más con su nuevo aspecto, lo más notorio fue su cabello, ahora luce suelto, un poco más largo y un poco más rizado con luces rubias doradas, la melena de cabello ahora tiene la forma de un velo hecho de fuego Patricia cayó de rodillas lentamente, boquiabierta. —D-Dios mío… —No —corrigió Hestia, bajando la mirada hacia ella con una leve sonrisa—. Diosa…- Patricia:- pensé…pensé que … pensé que solo eras….perdón! Perdón, que grosera soy…Pensé que usted era …- *Patricia recordó el aspecto con la diosa entro a la tienda , la elegante toga blanca impecable que portaba, la tiara de laureles….ahora tienen sentido…* Patricia: - hay no! Que hice ! …Una verdadera diosa griega apareció ante mi…y yo la corrimpi! - *La niña lo expreso con auténtica angustia poniéndose las manos a la cara pero hestia soltó una carcajada cristalina * Hestia:- tranquila!...jajaja, estoy bien,...no hiciste nada malo, al contrario…le devolviste toda su fuerza a mi fuego, estoy muy agradecida contigo, vamos ponte de pie …- *Con la mano de la diosa la niña se puso de pie, comenzó a hablar con algo de tartamudeo, ahora que sabe quién es realmente la visitante está realmente nerviosa apesar de que ya había convivido con la diosa roda noche * Patricia: - pe…pero… si usted existe …entonces el resto de los dioses de el Olimpo …- Hestia: -...si…ellos también existen, son mi familia, te hablé de ellos , siempre están viajando y haciendo de las suyas, casi nunca están en casa - Patricia: - WOW!...pero…ellos, que dirán cuando usted…cuando usted vuelva al Olimpo así ? Hestia: - no pienso volver al Olimpo, no pronto, quiero viajar, ahora que estoy aquí quiero dar un paseo en la tierra, me gustaría tener una de esas hermosas motocicleta que aparecen en los videos que mostraste, una Harley Davidson - (Continuará...)
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  • 𝕿𝐡𝐞 𝕸𝐢𝐫𝐚𝐜𝐥𝐞: 𝖆 𝖓𝖊𝖕𝖍𝖎𝖑𝖑𝖎𝖒.
    Fandom Supernatural - Lucifer
    Categoría Crossover
    ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ➧ sᴛᴀʀᴛᴇʀ Chloe Decker I Fᴇᴍ AU I

    La tensión en la cuidad de plata era palpable, la corte celestial se encontraba reunida pero dividida en dos bandos. Por un lado se encontraban los que depositaban una confianza ciega en el creador y por el otro, aquellos que se encontraban al borde de la locura; en sus rostros se reflejaba la preocupación, la angustia y la desesperación. No había que ser un genio para darse de cuenta de que no les faltaba demasiado para arrancarse una por una las plumas de sus alas.

    Era una reacción lógica, el todopoderoso había tomado un pequeño receso de sus vacaciones indefinida, había ascendido a los cielos a ponerlo todo de cabeza y no parecía inmutarse por ello.

    Los murmullos de cientos de ángeles junto a los murmullos de los principales miembros de la Corte celestial hacian eco en cada rincón del paraíso. Como regla principal, todos los habitantes de la cuidad de plata tenían estrictamente prohibido pelear entre si y por ello estaban debatiendo sobre quien sería el elegido para darle una devolución al padre de todo que agurdaba impaciente en el centro del salón manteniendo su forma humana.

    ──No es necesario que murmuren o que susurren entre ustedes, puedo oirlos...── Menciono en un tono similar al de un regaño y con ello, el silencio se instalo en ese salón hecho de oro y mármol blanco. ──No les estoy pidiendo permiso, mucho menos quiero su opinión. Les estoy diciendo que voy a hacer con el fin de evitar que tomen a mi nieto, es decir a su sobrino, como una amenaza a la que deben erradicar.── Dios era consciente de que estaba tratando un tema delicado pero sabía exactamente lo que estaba haciendo al traer a la mesa el anuncio de que le daría a Lucifer, el hijo desterrado, un retoño y por si no fuera poco... La humana con la que había decidido compartir su vida seria la madre de ese ser. Simplemente inaceptable y no tardaron en saltarse las reglas de votación para tomar la palabra.

    El primero en hacerlo fue Amenadiel, el nuevo mensajero, un ángel que suplia a Gabriel en lo que este cumplía con sus deberes en la tierra.

    “Tampoco estoy del todo de acuerdo con papá pero confío en él. Si ha tomado esa decisión es porque sabe que el niño no será un peligro para nosotros o para sus padres, ni siquiera para los humanos." Explicó volteando a ver los rostros de sus hermanos y hermanas, buscando que alguien más compartiera su punto de vista pero solo un puñado de ellos asintieron.

    "Lamento mucho ser quien les recuerde lo que paso la última vez que los nephillim caminaron en la tierra." Mikha'el fue quien tomó la palabra posicionandose en mitad del salón, muy cerca del creador, para que todos pudieran verlo bien. "Esas criaturas no solo eran fruto del pecado, que es algo muy del estilo de nuestro hermano Lucifer, si no que también se convertían en gigantes incontrolables que arrasaban con todo a su paso. ¿Queremos una segunda invasión de esas abominaciones? ¿O es que en tus planes hay una segunda inundación para tus hijos favoritos, papá? No olvides que tu nuevo favorito vive en la tierra." Espetó el comandante de las huestes celestiales, desafiando a su padre no solo con la mirada, también con sus palabras que lanzo como si fuesen dagas filosas.

    ──Lo dices como si no pudiera traer a Jamie aquí, Miguel... Agradezco tu preocupación por él pero no corre peligro alguno, su bienestar y seguridad es algo que contemple antes de tomar esta decisión por agrandar la familia. ── Chuck sonrió por el comentario de su hijo, que entre los celos hacia Lucifer y el resentimiento por la atención extra que recibían las demás creaciónes, paso por alto con quien estaba hablando. ──Su condición de mortal no lo hace inferior a ti, lo hace más valioso. Aunque, si eso es un problema puedo darle tu divinidad, tu gracia y darte la oportunidad de experimentar lo que es la humanidad... O quizás debería enviarte a la tierra a cumplir con alguna labor similar a la que le di a Gabriel porque a él no lo escucho quejarse y contigo, hijo mio, no puedo decir lo mismo.── El arcángel bajo la mirada al oir las severas palabras de su padre. Se había dejado llevar por las emociones del momento que hasta había olvidado que a Lucifer lo habían desterrado del paraíso sin siquiera darle la oportunidad de excusarse por sus acciones.

    Todos en el cielo sabían que Dios castigaba primero y preguntaba después, cientos de siglos después, y si es que recordaba hacerlo. La prueba de ello era el mismísimo lucero del alba al que le estaban por obsequiar un milagro más no el perdón o la oportunidad de regresar al que alguna vez fue su hogar.

    "Mal interpretas mis palabras, padre. Intento ayudarte a que veas con claridad. Lo que quieres hacer es..." Mikha'el cerró la boca al ver que Chuck alzaba la mano y juntaba el dedo pulgar con el indice como última advertencia. Los angeles exclamaron al unísono, sabían que sucedía cuando Dios chasqueaba los dedos, podía ocurrir un milagro o podía ser el fin de algo y dada la circunstancia, la permanencia del arcángel en el paraíso pendía de un hilo muy delgado.

    ──Gracias por tu silencio, hijo. ¿Alguien más quiere aportar algo o quizás entregarme algún obsequio para la futura madre de mi nieto? ¿Que tal algún regalo para su futuro sobrino?.── Preguntó en un tono animado que rayaba en la burla y la provocación.

    Nadie se atrevió a decir nada más al respecto pero tampoco se acercaron a entregarle nada, se quedaron observandolo, quietos como las columnas de oro que decoraban el salón.

    ──Muy bien... Eso es todo, pueden regresar a sus actividades excepto tú Amenadiel. Tú vendrás conmigo y el resto, espero sean amables con su sobrino cuando lo conozcan; ya estan bastantes mayores como para recibir castigos.── Chuck miró directamente hacia Mikha'el y cuando Amenadiel llego a su lado, abandonaron el salón.

    ㅤ𝚃𝙸𝙴𝚁𝚁𝙰 𝟼𝟼𝟼 - 𝟿 𝙼𝙴𝚂𝙴𝚂 𝙳𝙴𝚂𝙿𝚄𝙴𝚂.

    El día había llegado, era una mañana radiante y cálida de primavera. Las calles estaban decoradas con telarañas, calaveras y calabazas; incluso el hospital estaba decorado con motivo de halloween, una celebración que a diferencia de lo que solían decir no le disgustaba al creador. De hecho, lo encontraba muy divertido e ingenioso porque a pesar de todo se viera tétrico, viejo, o muerto nada era lo que parecía ser.

    Chuck llegó a la recepción del hospital y se anunció con la secretaria que estaba vestida como una bruja.

    "Buenos días, señor. ¿Nombre del paciente al que va a visitar?“ preguntó la mujer mientras abría un archivo en la computadora.

    ──A mi nuera, su nombre es Chloe Decker.── Respondió con amabalidad aunque supiera que iba a decirle la mujer.

    "Chloe Decker..." Repitió la secretaria hasta que dio con el nombre en la lista. "Si, señor. Aquí esta, llega a tiempo; la señorita Decker tuvo a su bebé en la madrugada" le informo y procedió a entregarle un gafete que acreditaba a Chuck como visita. Luego le indico que camino debía tomar para llegar a la habitacion número 221.

    ──Gracias, Maggie. Ten un lindo día.── Chuck se dio la vuelta y la mujer bajó la visto a la solapa de su chaleco donde normalmente estaría su tarjeta de presentación con su nombre pero esta vez no estaba allí, por las prisas no la había traído consigo.

    Se encogió de hombros, pensando en que quizás le habría dicho su nombre en algún momento de la conversación y restandole importancia al asunto regreso a su trabajo.

    Por su parte, Chuck se dejó guiar por energía del pequeño. Aquella que le había quitado a Lucifer como castigo y que ahora entendía porque lo había hecho, alguien más iba a necesitarla, y ese alguien acababa de nacer.

    Antes de que el niño fuese concebido, como su abuelo, Dios había hablado con ese ser cuando era un alma en forma de esfera de luz y de todos los candidatos que se habían ofrecido, escogió al que había suplicado para ser hijo de Chloe. El resto había pedido ser elegidos para aprender de los humanos, para ayudarlos, para ser unos ellos, para experimentar pero solo uno había priorizado a la madre que lo llevaría en el vientre.

    Giró por última vez en el corredor y avanzo hasta dar con la habitación 221, no golpeó para entrar, solo abrió la puerta y entró. Ahí estaba Chloe, iluminada por los rayos de sol que entraban por la ventana, recostada con su bebé en brazos y rodeada de arreglos florales.

    Chloe al percatarse del extraño que había entrado sin anunciarse, se abrazo a su bebé con un solo brazo y con el otro parecía estar buscando algo en la mesa noche.

    ──No necesito ver tu placa, Chloe. Sé que eres policía y no estoy aquí para hacerles daño si no, para conocer a mi nieto.── Menciono con naturalidad sin moverse de su lugar pero al notar que la desconfianza no se esfumaba, agregó. ──El bebé es un niño, pesa tres kilogramos y tiene tus ojos. Nació a las tres de la madrugada, eso te asusto dada la naturaleza de su padre y me pediste a mi que por favor les diera la bendición de que el pequeño se viera normal, ¿olvide de mencionar algo?...
    ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ➧ sᴛᴀʀᴛᴇʀ [detectiveCDecker] La tensión en la cuidad de plata era palpable, la corte celestial se encontraba reunida pero dividida en dos bandos. Por un lado se encontraban los que depositaban una confianza ciega en el creador y por el otro, aquellos que se encontraban al borde de la locura; en sus rostros se reflejaba la preocupación, la angustia y la desesperación. No había que ser un genio para darse de cuenta de que no les faltaba demasiado para arrancarse una por una las plumas de sus alas. Era una reacción lógica, el todopoderoso había tomado un pequeño receso de sus vacaciones indefinida, había ascendido a los cielos a ponerlo todo de cabeza y no parecía inmutarse por ello. Los murmullos de cientos de ángeles junto a los murmullos de los principales miembros de la Corte celestial hacian eco en cada rincón del paraíso. Como regla principal, todos los habitantes de la cuidad de plata tenían estrictamente prohibido pelear entre si y por ello estaban debatiendo sobre quien sería el elegido para darle una devolución al padre de todo que agurdaba impaciente en el centro del salón manteniendo su forma humana. ──No es necesario que murmuren o que susurren entre ustedes, puedo oirlos...── Menciono en un tono similar al de un regaño y con ello, el silencio se instalo en ese salón hecho de oro y mármol blanco. ──No les estoy pidiendo permiso, mucho menos quiero su opinión. Les estoy diciendo que voy a hacer con el fin de evitar que tomen a mi nieto, es decir a su sobrino, como una amenaza a la que deben erradicar.── Dios era consciente de que estaba tratando un tema delicado pero sabía exactamente lo que estaba haciendo al traer a la mesa el anuncio de que le daría a Lucifer, el hijo desterrado, un retoño y por si no fuera poco... La humana con la que había decidido compartir su vida seria la madre de ese ser. Simplemente inaceptable y no tardaron en saltarse las reglas de votación para tomar la palabra. El primero en hacerlo fue Amenadiel, el nuevo mensajero, un ángel que suplia a Gabriel en lo que este cumplía con sus deberes en la tierra. “Tampoco estoy del todo de acuerdo con papá pero confío en él. Si ha tomado esa decisión es porque sabe que el niño no será un peligro para nosotros o para sus padres, ni siquiera para los humanos." Explicó volteando a ver los rostros de sus hermanos y hermanas, buscando que alguien más compartiera su punto de vista pero solo un puñado de ellos asintieron. "Lamento mucho ser quien les recuerde lo que paso la última vez que los nephillim caminaron en la tierra." Mikha'el fue quien tomó la palabra posicionandose en mitad del salón, muy cerca del creador, para que todos pudieran verlo bien. "Esas criaturas no solo eran fruto del pecado, que es algo muy del estilo de nuestro hermano Lucifer, si no que también se convertían en gigantes incontrolables que arrasaban con todo a su paso. ¿Queremos una segunda invasión de esas abominaciones? ¿O es que en tus planes hay una segunda inundación para tus hijos favoritos, papá? No olvides que tu nuevo favorito vive en la tierra." Espetó el comandante de las huestes celestiales, desafiando a su padre no solo con la mirada, también con sus palabras que lanzo como si fuesen dagas filosas. ──Lo dices como si no pudiera traer a Jamie aquí, Miguel... Agradezco tu preocupación por él pero no corre peligro alguno, su bienestar y seguridad es algo que contemple antes de tomar esta decisión por agrandar la familia. ── Chuck sonrió por el comentario de su hijo, que entre los celos hacia Lucifer y el resentimiento por la atención extra que recibían las demás creaciónes, paso por alto con quien estaba hablando. ──Su condición de mortal no lo hace inferior a ti, lo hace más valioso. Aunque, si eso es un problema puedo darle tu divinidad, tu gracia y darte la oportunidad de experimentar lo que es la humanidad... O quizás debería enviarte a la tierra a cumplir con alguna labor similar a la que le di a Gabriel porque a él no lo escucho quejarse y contigo, hijo mio, no puedo decir lo mismo.── El arcángel bajo la mirada al oir las severas palabras de su padre. Se había dejado llevar por las emociones del momento que hasta había olvidado que a Lucifer lo habían desterrado del paraíso sin siquiera darle la oportunidad de excusarse por sus acciones. Todos en el cielo sabían que Dios castigaba primero y preguntaba después, cientos de siglos después, y si es que recordaba hacerlo. La prueba de ello era el mismísimo lucero del alba al que le estaban por obsequiar un milagro más no el perdón o la oportunidad de regresar al que alguna vez fue su hogar. "Mal interpretas mis palabras, padre. Intento ayudarte a que veas con claridad. Lo que quieres hacer es..." Mikha'el cerró la boca al ver que Chuck alzaba la mano y juntaba el dedo pulgar con el indice como última advertencia. Los angeles exclamaron al unísono, sabían que sucedía cuando Dios chasqueaba los dedos, podía ocurrir un milagro o podía ser el fin de algo y dada la circunstancia, la permanencia del arcángel en el paraíso pendía de un hilo muy delgado. ──Gracias por tu silencio, hijo. ¿Alguien más quiere aportar algo o quizás entregarme algún obsequio para la futura madre de mi nieto? ¿Que tal algún regalo para su futuro sobrino?.── Preguntó en un tono animado que rayaba en la burla y la provocación. Nadie se atrevió a decir nada más al respecto pero tampoco se acercaron a entregarle nada, se quedaron observandolo, quietos como las columnas de oro que decoraban el salón. ──Muy bien... Eso es todo, pueden regresar a sus actividades excepto tú Amenadiel. Tú vendrás conmigo y el resto, espero sean amables con su sobrino cuando lo conozcan; ya estan bastantes mayores como para recibir castigos.── Chuck miró directamente hacia Mikha'el y cuando Amenadiel llego a su lado, abandonaron el salón. ㅤ𝚃𝙸𝙴𝚁𝚁𝙰 𝟼𝟼𝟼 - 𝟿 𝙼𝙴𝚂𝙴𝚂 𝙳𝙴𝚂𝙿𝚄𝙴𝚂. El día había llegado, era una mañana radiante y cálida de primavera. Las calles estaban decoradas con telarañas, calaveras y calabazas; incluso el hospital estaba decorado con motivo de halloween, una celebración que a diferencia de lo que solían decir no le disgustaba al creador. De hecho, lo encontraba muy divertido e ingenioso porque a pesar de todo se viera tétrico, viejo, o muerto nada era lo que parecía ser. Chuck llegó a la recepción del hospital y se anunció con la secretaria que estaba vestida como una bruja. "Buenos días, señor. ¿Nombre del paciente al que va a visitar?“ preguntó la mujer mientras abría un archivo en la computadora. ──A mi nuera, su nombre es Chloe Decker.── Respondió con amabalidad aunque supiera que iba a decirle la mujer. "Chloe Decker..." Repitió la secretaria hasta que dio con el nombre en la lista. "Si, señor. Aquí esta, llega a tiempo; la señorita Decker tuvo a su bebé en la madrugada" le informo y procedió a entregarle un gafete que acreditaba a Chuck como visita. Luego le indico que camino debía tomar para llegar a la habitacion número 221. ──Gracias, Maggie. Ten un lindo día.── Chuck se dio la vuelta y la mujer bajó la visto a la solapa de su chaleco donde normalmente estaría su tarjeta de presentación con su nombre pero esta vez no estaba allí, por las prisas no la había traído consigo. Se encogió de hombros, pensando en que quizás le habría dicho su nombre en algún momento de la conversación y restandole importancia al asunto regreso a su trabajo. Por su parte, Chuck se dejó guiar por energía del pequeño. Aquella que le había quitado a Lucifer como castigo y que ahora entendía porque lo había hecho, alguien más iba a necesitarla, y ese alguien acababa de nacer. Antes de que el niño fuese concebido, como su abuelo, Dios había hablado con ese ser cuando era un alma en forma de esfera de luz y de todos los candidatos que se habían ofrecido, escogió al que había suplicado para ser hijo de Chloe. El resto había pedido ser elegidos para aprender de los humanos, para ayudarlos, para ser unos ellos, para experimentar pero solo uno había priorizado a la madre que lo llevaría en el vientre. Giró por última vez en el corredor y avanzo hasta dar con la habitación 221, no golpeó para entrar, solo abrió la puerta y entró. Ahí estaba Chloe, iluminada por los rayos de sol que entraban por la ventana, recostada con su bebé en brazos y rodeada de arreglos florales. Chloe al percatarse del extraño que había entrado sin anunciarse, se abrazo a su bebé con un solo brazo y con el otro parecía estar buscando algo en la mesa noche. ──No necesito ver tu placa, Chloe. Sé que eres policía y no estoy aquí para hacerles daño si no, para conocer a mi nieto.── Menciono con naturalidad sin moverse de su lugar pero al notar que la desconfianza no se esfumaba, agregó. ──El bebé es un niño, pesa tres kilogramos y tiene tus ojos. Nació a las tres de la madrugada, eso te asusto dada la naturaleza de su padre y me pediste a mi que por favor les diera la bendición de que el pequeño se viera normal, ¿olvide de mencionar algo?...
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  • Nos aferramos a los recuerdos, creyendo que nos definen... Pero en realidad son nuestras acciones lo que lo hace.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Quien quiera que seas Pero al memos reacciona a lo que público que barbaridad un fisgón/a pero esperen no más a que junte mi dinero y los voy a ver todo
    Quien quiera que seas Pero al memos reacciona a lo que público que barbaridad un fisgón/a pero esperen no más a que junte mi dinero y los voy a ver todo :STK-29:
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