• —Abre un ojillo. No hay nada que le llame la atención, por lo que se envuelve otra vez con las alas y a seguir durmiendo —
    —Abre un ojillo. No hay nada que le llame la atención, por lo que se envuelve otra vez con las alas y a seguir durmiendo —
    0 turnos 0 maullidos 3 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Me estreso editar desde el celular//
    Me estreso editar desde el celular//
    0 comentarios 0 compartidos 7 vistas
  • —Espera,Espera...Esuchemos a ver si alguien pidio tu opinión....
    —Espera,Espera...Esuchemos a ver si alguien pidio tu opinión....
    0 turnos 0 maullidos 4 vistas
  • - Utahime preparo un simple desayuno antes de comenzar el día pesado que le esperaba .-
    - Utahime preparo un simple desayuno antes de comenzar el día pesado que le esperaba .-
    0 turnos 0 maullidos 29 vistas
  • Los hombres comunes y corrientes incapaces son de ver el peligro disfrazado con una falda corta y tacones altos. -La Demonio viste un vestido muy corto y ceñido al cuerpo, llevando tacones altos mientras está tranquila.- #AshrahMortalKombat
    Los hombres comunes y corrientes incapaces son de ver el peligro disfrazado con una falda corta y tacones altos. -La Demonio viste un vestido muy corto y ceñido al cuerpo, llevando tacones altos mientras está tranquila.- #AshrahMortalKombat
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos 72 vistas
  • 𝓛𝑎 𝑙𝑖𝑏𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑 𝑒𝑠𝑝𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎.
    Fandom ACOTAR
    Categoría Slice of Life
    — STARTER ABIERTO;

    Tamlin había decidido salir a pasear por los alrededores de la Corte Primavera solo ¿Cómo si no? Ya no estaba Lucien, ni Alis, ni tampoco... Feyre, menos aún Ianthe, era una bestia encerrada en su castillo obligada a tener solo la compañía de sus enseres, a veces, de lo aburrido que estaba se ponía a hablar con una tetera, o con un candelabro.

    Su paseo lo había llevado al riachuelo donde Nayades y Ninfas se bañaban, quedaban algunos meses para Calanmai pero ya sentía a las Ninfas acicalarse y mostrar sus mejores rostros. Sin poder evitarlo sonrió ante la mirada de una de ellas, y esta sonrió de vuelta.

    Tamlin colocó las manos a sus espaldas y siguió caminando, hacía tiempo que no había ataques de los boges, ni ningún suriel le daba por saco molestando a sus allegados, hacía tiempo que la soledad había traído paz. En su paseo, el Alto Lord de primavera llegó hasta un gran árbol donde dos faes alados estaban sentados en una de las ramas más gruesas y bajas de este, elegantemente, ambos faes, los cuales poseían un color de piel marrón como la madera de un fresno, hicieron una reverencia con una sonrisa.
    Tamlin siempre había cuidado de aquellos que vivían en aquellas tierras y los había defendido de los monstruos que les atacaban, lo malo es que la corte Primavera no era la más frugal de todas las cortes y pedía un diezmo cada cierto tiempo, aquel tema no le agradaba tanto a los faes, claro.

    El paseo del rubio fae se extendió hasta un jardín de rosas blancas, había crecido así de forma natural, nadie las había ideo a cuidar, ni tampoco las prestaba más atención que para disfrutar de ellas, Tamlin pensó en la belleza de lo caótico e inesperado, de hecho aquel pensamiento le hizo sonreir pensando que gracias al caos que había sufrido estaba libre de Amarantha, de Hybern, de Rhysand (Por el momento), que aunque estuviera solo... era libre, después de cincuenta años nadie podía doblegarlo en sus propias tierras, no había nadie que lo hiciera.

    La mano de Tamlin se extendió para cortar una rosa blanca y llevársela a la nariz para disfrutar del aroma, el aroma de la libertad con espinas y todo.
    — STARTER ABIERTO; Tamlin había decidido salir a pasear por los alrededores de la Corte Primavera solo ¿Cómo si no? Ya no estaba Lucien, ni Alis, ni tampoco... Feyre, menos aún Ianthe, era una bestia encerrada en su castillo obligada a tener solo la compañía de sus enseres, a veces, de lo aburrido que estaba se ponía a hablar con una tetera, o con un candelabro. Su paseo lo había llevado al riachuelo donde Nayades y Ninfas se bañaban, quedaban algunos meses para Calanmai pero ya sentía a las Ninfas acicalarse y mostrar sus mejores rostros. Sin poder evitarlo sonrió ante la mirada de una de ellas, y esta sonrió de vuelta. Tamlin colocó las manos a sus espaldas y siguió caminando, hacía tiempo que no había ataques de los boges, ni ningún suriel le daba por saco molestando a sus allegados, hacía tiempo que la soledad había traído paz. En su paseo, el Alto Lord de primavera llegó hasta un gran árbol donde dos faes alados estaban sentados en una de las ramas más gruesas y bajas de este, elegantemente, ambos faes, los cuales poseían un color de piel marrón como la madera de un fresno, hicieron una reverencia con una sonrisa. Tamlin siempre había cuidado de aquellos que vivían en aquellas tierras y los había defendido de los monstruos que les atacaban, lo malo es que la corte Primavera no era la más frugal de todas las cortes y pedía un diezmo cada cierto tiempo, aquel tema no le agradaba tanto a los faes, claro. El paseo del rubio fae se extendió hasta un jardín de rosas blancas, había crecido así de forma natural, nadie las había ideo a cuidar, ni tampoco las prestaba más atención que para disfrutar de ellas, Tamlin pensó en la belleza de lo caótico e inesperado, de hecho aquel pensamiento le hizo sonreir pensando que gracias al caos que había sufrido estaba libre de Amarantha, de Hybern, de Rhysand (Por el momento), que aunque estuviera solo... era libre, después de cincuenta años nadie podía doblegarlo en sus propias tierras, no había nadie que lo hiciera. La mano de Tamlin se extendió para cortar una rosa blanca y llevársela a la nariz para disfrutar del aroma, el aroma de la libertad con espinas y todo.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 100 vistas
  • — De vacaciones lejos de enanas que molestan.
    — De vacaciones lejos de enanas que molestan.
    Me encocora
    Me enjaja
    3
    3 turnos 0 maullidos 115 vistas
  • —¡Oh no! Algo hice mal...

    Exclamé en cuanto me vi en el espejo y esta forma de semi loba seguía siendo mi aspecto, siendo ya el segundo día. La mirada rojiza parecía ser el reflejo divertido y tintineante de mi loba Astra.

    «Carajo, estoy en aprietos. Si alguien tiene su aroma alfa fuerte, mi instinto no perdonará ni evitará el momento»pienso nerviosa.

    «Tal vez divertirse y ser la compañía de alguien, no te caerá mal. Llevamos tiempo sin salir de la cueva»piensa Astra de una forma divertida y jocosa.

    —¡Oh no! ¡No tenemos que comer a cualquier macho! Hay que ser selectivas y no caer en situaciones molestas —dije levantando el dedo índice, determinada y sabia. Regañando de paso a mi loba.— Debo mirar que ocurrió con la poción para salir mal.

    Volví a mirar los ingredientes que utilicé, ya que había sobrado la mandrágora y la esencia de camaleón, la última no tenía nada malo, pero el primero....

    —Fuck** —gruñí molesta al no haberme dado cuenta antes.

    La Mandrágora no estaba en buen estado, sino que la raíz tenía una humedad excesiva al tacto, ¡DESCOMPUESTO! gritaba todo, hasta pude olfatear el aroma. Igh!

    —Tengo que hacer un antídoto pronto... O expondré en peligro a cualquier lobo. —murmuro para mi misma, mientras muerdo levemente mi dedo pulgar. Tratando de calmar mis nervios.
    —¡Oh no! Algo hice mal... Exclamé en cuanto me vi en el espejo y esta forma de semi loba seguía siendo mi aspecto, siendo ya el segundo día. La mirada rojiza parecía ser el reflejo divertido y tintineante de mi loba Astra. «Carajo, estoy en aprietos. Si alguien tiene su aroma alfa fuerte, mi instinto no perdonará ni evitará el momento»pienso nerviosa. «Tal vez divertirse y ser la compañía de alguien, no te caerá mal. Llevamos tiempo sin salir de la cueva»piensa Astra de una forma divertida y jocosa. —¡Oh no! ¡No tenemos que comer a cualquier macho! Hay que ser selectivas y no caer en situaciones molestas —dije levantando el dedo índice, determinada y sabia. Regañando de paso a mi loba.— Debo mirar que ocurrió con la poción para salir mal. Volví a mirar los ingredientes que utilicé, ya que había sobrado la mandrágora y la esencia de camaleón, la última no tenía nada malo, pero el primero.... —Fuck** —gruñí molesta al no haberme dado cuenta antes. La Mandrágora no estaba en buen estado, sino que la raíz tenía una humedad excesiva al tacto, ¡DESCOMPUESTO! gritaba todo, hasta pude olfatear el aroma. Igh! —Tengo que hacer un antídoto pronto... O expondré en peligro a cualquier lobo. —murmuro para mi misma, mientras muerdo levemente mi dedo pulgar. Tratando de calmar mis nervios.
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 94 vistas
  • A primera hora juntó a todos sus capitanes y hombres de confianza, no importaba donde estuvieran, ni lo que hicieran, necesitaba de tener a todos reunidos en el enorme cuarto de guerra donde ya esperaba a todos.

    La emperatriz vestía con la regalía de batalla, incluida su máscara, algo que sorprendió a todos los presentes, es como si estuviera en un llamado a la pelea y muchos temían que iba a ser el caso, un suceso que arruinaría la paz que habían tenido desde la llegada a aquel lugar.

    — Nuestros astrólogos han identificado la presencia de movimientos en las estrellas, nuestros enemigos vienen en camino —

    El cuarto se lleno de cuchicheos, todos aquellos presentes conocían de quien se trataban, otro Imperio, muy distinto a ellos, con grandes dioses y poderes que provenían de sus bendiciones, fieros guerreros, casi tan terribles como la propia emperatriz y peor aún, poseedores de un poder que les daba la ventaja en batalla contra cualquier guerrero de Nameia, una invocación poderosa que podía arrasar con facilidad el campo de batalla.

    Los rostros de algunos mostraban preocupación, incluso un deje de miedo, pero ella, la emperatriz Nanjala golpeo con fuerza su armadura para provocar un estruendo poderoso que resonaba en la habitación.

    — Bajaremos ¡ahora mismo! tomaremos las calles, entraremos a lo más profundo de Ravndal, ¡ encontraremos el Aparatus Imperiata ! ¡ LO OCUPAREMOS ! ¡ Y DESTRUIREMOS A NUESTROS ENEMIGOS ! —

    Los hombres y mujeres presentes comienzan a golpear sus armaduras al son de la emperatriz, quien esta lista para la batalla, sabe que si sus oponentes llegan, podría significar el final de su búsqueda por el Aparatus Imperiata, misma que le llevó a ese planeta y específicamente, a aquella ciudad, el lugar donde anteriormente dominaba el antiguo dueño del objeto, un ser multiplanar conocido solamente como "El Emperador".

    Físicamente, muestra templanza, valor, pero por dentro, por segunda vez en su vida tiene miedo, conoce al oponente y sabe que sus poderes solo pueden ser enfrentados con el Aparatus Imperiata, un objeto creado por el propio Primus para crear el orden, la maquinaría perfecta, aquella en la cuál toda la maquinaría de Nameia esta basada. Tenerla significaría alcanzar el poder de Primus y así podrían arrasar con cualquiera que se enfrente con ellos, incluso aquellos que usan magia quedarían sin defensa ante el poder del Aparatus Imperiata.

    A primera hora juntó a todos sus capitanes y hombres de confianza, no importaba donde estuvieran, ni lo que hicieran, necesitaba de tener a todos reunidos en el enorme cuarto de guerra donde ya esperaba a todos. La emperatriz vestía con la regalía de batalla, incluida su máscara, algo que sorprendió a todos los presentes, es como si estuviera en un llamado a la pelea y muchos temían que iba a ser el caso, un suceso que arruinaría la paz que habían tenido desde la llegada a aquel lugar. — Nuestros astrólogos han identificado la presencia de movimientos en las estrellas, nuestros enemigos vienen en camino — El cuarto se lleno de cuchicheos, todos aquellos presentes conocían de quien se trataban, otro Imperio, muy distinto a ellos, con grandes dioses y poderes que provenían de sus bendiciones, fieros guerreros, casi tan terribles como la propia emperatriz y peor aún, poseedores de un poder que les daba la ventaja en batalla contra cualquier guerrero de Nameia, una invocación poderosa que podía arrasar con facilidad el campo de batalla. Los rostros de algunos mostraban preocupación, incluso un deje de miedo, pero ella, la emperatriz Nanjala golpeo con fuerza su armadura para provocar un estruendo poderoso que resonaba en la habitación. — Bajaremos ¡ahora mismo! tomaremos las calles, entraremos a lo más profundo de Ravndal, ¡ encontraremos el Aparatus Imperiata ! ¡ LO OCUPAREMOS ! ¡ Y DESTRUIREMOS A NUESTROS ENEMIGOS ! — Los hombres y mujeres presentes comienzan a golpear sus armaduras al son de la emperatriz, quien esta lista para la batalla, sabe que si sus oponentes llegan, podría significar el final de su búsqueda por el Aparatus Imperiata, misma que le llevó a ese planeta y específicamente, a aquella ciudad, el lugar donde anteriormente dominaba el antiguo dueño del objeto, un ser multiplanar conocido solamente como "El Emperador". Físicamente, muestra templanza, valor, pero por dentro, por segunda vez en su vida tiene miedo, conoce al oponente y sabe que sus poderes solo pueden ser enfrentados con el Aparatus Imperiata, un objeto creado por el propio Primus para crear el orden, la maquinaría perfecta, aquella en la cuál toda la maquinaría de Nameia esta basada. Tenerla significaría alcanzar el poder de Primus y así podrían arrasar con cualquiera que se enfrente con ellos, incluso aquellos que usan magia quedarían sin defensa ante el poder del Aparatus Imperiata.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 74 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    —It's me, Kafka Schrödinger! (?
    —It's me, Kafka Schrödinger! (?
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 comentarios 0 compartidos 63 vistas
Ver más resultados
Patrocinados