• 𝐒𝐔 𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 - 𝐕𝐈𝐈
    𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬

    Se dejó caer de espaldas sobre la cama y se pasó una mano por el rostro agotado. La larga llama dorada de la lámpara de aceite en el tocador parpadeó suavemente, ofreciéndole consuelo. La habitación estaba quieta, el pasillo en silencio; la tranquilidad reinaba en la noche. Soltó un suspiro. Eneas por fin había dejado de llorar.

    La maternidad fue una de las peores batallas que jamás enfrentó. Ni siquiera aquellos meses de diversión junto a Anquises, cuando se hacía pasar por princesa o campesina la habían preparado para los cuidados que exigía la vida mortal. Creía haber aprendido lo esencial: la importancia del descanso, las comidas a tiempo y la fragilidad humana. Le habría gustado decir que lo hizo de maravilla, que fue una nodriza ejemplar y que todo salió bien. Pero nada más lejos de la realidad.

    Con cada día que pasaba, se convencía de que lo hacía terriblemente peor. No tenía un minuto de descanso, el niño siempre necesitaba algo nuevo: cambiar de pañales, dormirlo, apaciguar sus llantos interminables mientras trataba de descifrar si lloraba de hambre o de frío. No era madre primeriza… pero la experiencia de cuidar un bebé mortal no se podía comparar con la de una deidad, era algo completamente distinto.

    A eso se sumaba el hecho de que, además, debía ser cautelosa y medir muy bien cada acción que hiciera para no levantar sospechas. Absolutamente nadie en el palacio debía descubrir que ella no era la nodriza experimentada que decía ser, y mucho menos, que era una diosa.

    A veces ese pensamiento la llenaba de frustración. En ocasiones, por más que meciera a su hijo en brazos, le cantara una canción, lo arropara o lo alimentara, la rabia de sus lagrimas no cesaba. En su interior se agitaba un mar tormentoso de aflicción al que ella no siempre podía oponerse. Su paciencia se evaporaba, y la tentación de encender su Aión, de acceder a su divinidad se volvía casi irresistible. Podría usar su aura sobre él, envolverlo con ella, un truco que llegó a hacer en su momento con sus gemelos divinos para calmarlos. Un atajo que le haría las cosas más fáciles y que, sin embargo, le obligaba a cuestionarse que tan dependiente se había vuelto de su poder.

    Las noches pasaban y aunque Afro había atravesado incontables eventos a lo largo de su vida, ni siquiera la eternidad le pareció tan larga como la infancia de Eneas.

    Eneas odiaba el interior del palacio. Detestaba el sol, pero tampoco soportaba pasar demasiado tiempo bajo la sombra. Protestaba con el aroma del incienso y gritaba cuando ella dejaba de moverse. No le permitía quedarse quieta demasiado tiempo, eso, lejos de ayudar, lo alteraba. Probó suerte con algunos de los consejos de la reina Temiste y de thithē Ligeia, la anciana nodriza de Anquises, pero ninguno dio resultado. Lo único que realmente parecía funcionar eran los paseos por el jardín del palacio, que más que jardín, más bien era un frondoso bosque de hojas verdes escondido entre las murallas y las visitas a la playa. Le encantaba cuando ella le sumergía los pies en la espuma marina que oscurecía la arena al romper las olas, eso lograba arrancarle una sonrisa.

    Sus parpados comenzaban a cerrarse cuando el llanto de Eneas la despertó de golpe. Su pecho se sacudió, se frotó los ojos con los dedos antes de deslizarse fuera de la cama y salir al solitario pasillo. A menudo pensaba en su antigua vida y en todo lo que había dejado atrás al renunciar temporalmente a su divinidad, como en ese instante en el que se acercó a la cuna de su hijo para tomarlo entre sus brazos. Si aún fuera una diosa y no una mortal, aquel cansancio que le pesaba en los hombros y parpados grises no existiría.

    ────Oh, mi dulce príncipe… ¿qué ocurre? Ven, deja que te cargue un poco ─y aun con todo ese agotamiento, no dejó de sonreírle. Jamás dejaría de hacerlo.

    Se aseguró de alimentarlo y permaneció un largo rato junto a él. Le cantó una canción mientras caminaba en la oscuridad, y al recostarlo nuevamente en su cuna, le hizo cosquillas en la pancita. Como respuesta, el pequeño balbuceó algo, le sonrió y rio. Era la risa más preciosa y melodiosa que había escuchado jamás. El cansancio se disipó de su cuerpo; soltó una risa entrecortada y permitió que el sonido de su voz la llenara de fuerza, haciendo brotar desde lo más profundo de su pecho un amor tan intenso que le costaba creer que su corazón pudiera contenerlo sin romperse.

    Entonces comprendió que el amor de una madre no conocía límites. Sería capaz de hacer sangrar a este mundo por su hijo, caminar entre las brasas del fuego con los pies desnudos y desafiar a cualquier monstruo o deidad. Los convertiría en polvo de estrellas y lo esparciría en la inmensidad de la bóveda celeste si eso aseguraba la felicidad y bienestar de su pequeño.

    No advirtió el momento en que se quedó dormida junto a la cuna de su hijo, rodeándola con los brazos. Su corazón mortal latía débilmente, pero en paz.

    El amor que corría por sus venas era de una clase que los dioses no comprendían. No pertenecía a su naturaleza inmortal, tan distante del corazón humano, y sin embargo era la devoción que codiciaban con tanta hambre y anhelo. Un amor que no pedía adoración, ni ofrendas de vino o miel, ni templos con altares humeantes. Era un sentimiento sin medida, sin pausa ni descanso. Le exigía entregarse por completo en cuerpo y alma; exponerla a una peligrosa mezcla entre la ternura y el miedo a no tener nada bajo control, una mezcla tan intensa que la desbordaba cada vez que Eneas la miraba con sus ojitos brillantes, asomando la cabecita curiosa mientras ella preparaba ungüentos, aceites, baños o pañales.

    Sí, añoraba su antigua vida. Era cierto. Y aún así, jamás cambiaría ese cansancio por la calma inmortal que una vez conoció. Haría ese y mil sacrificios más por él.

    Durmió plácidamente en un dulce sueño. Tenía una razón para levantarse y luchar un día más.
    𝐒𝐔 𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 - 𝐕𝐈𝐈 🐚 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬 Se dejó caer de espaldas sobre la cama y se pasó una mano por el rostro agotado. La larga llama dorada de la lámpara de aceite en el tocador parpadeó suavemente, ofreciéndole consuelo. La habitación estaba quieta, el pasillo en silencio; la tranquilidad reinaba en la noche. Soltó un suspiro. Eneas por fin había dejado de llorar. La maternidad fue una de las peores batallas que jamás enfrentó. Ni siquiera aquellos meses de diversión junto a Anquises, cuando se hacía pasar por princesa o campesina la habían preparado para los cuidados que exigía la vida mortal. Creía haber aprendido lo esencial: la importancia del descanso, las comidas a tiempo y la fragilidad humana. Le habría gustado decir que lo hizo de maravilla, que fue una nodriza ejemplar y que todo salió bien. Pero nada más lejos de la realidad. Con cada día que pasaba, se convencía de que lo hacía terriblemente peor. No tenía un minuto de descanso, el niño siempre necesitaba algo nuevo: cambiar de pañales, dormirlo, apaciguar sus llantos interminables mientras trataba de descifrar si lloraba de hambre o de frío. No era madre primeriza… pero la experiencia de cuidar un bebé mortal no se podía comparar con la de una deidad, era algo completamente distinto. A eso se sumaba el hecho de que, además, debía ser cautelosa y medir muy bien cada acción que hiciera para no levantar sospechas. Absolutamente nadie en el palacio debía descubrir que ella no era la nodriza experimentada que decía ser, y mucho menos, que era una diosa. A veces ese pensamiento la llenaba de frustración. En ocasiones, por más que meciera a su hijo en brazos, le cantara una canción, lo arropara o lo alimentara, la rabia de sus lagrimas no cesaba. En su interior se agitaba un mar tormentoso de aflicción al que ella no siempre podía oponerse. Su paciencia se evaporaba, y la tentación de encender su Aión, de acceder a su divinidad se volvía casi irresistible. Podría usar su aura sobre él, envolverlo con ella, un truco que llegó a hacer en su momento con sus gemelos divinos para calmarlos. Un atajo que le haría las cosas más fáciles y que, sin embargo, le obligaba a cuestionarse que tan dependiente se había vuelto de su poder. Las noches pasaban y aunque Afro había atravesado incontables eventos a lo largo de su vida, ni siquiera la eternidad le pareció tan larga como la infancia de Eneas. Eneas odiaba el interior del palacio. Detestaba el sol, pero tampoco soportaba pasar demasiado tiempo bajo la sombra. Protestaba con el aroma del incienso y gritaba cuando ella dejaba de moverse. No le permitía quedarse quieta demasiado tiempo, eso, lejos de ayudar, lo alteraba. Probó suerte con algunos de los consejos de la reina Temiste y de thithē Ligeia, la anciana nodriza de Anquises, pero ninguno dio resultado. Lo único que realmente parecía funcionar eran los paseos por el jardín del palacio, que más que jardín, más bien era un frondoso bosque de hojas verdes escondido entre las murallas y las visitas a la playa. Le encantaba cuando ella le sumergía los pies en la espuma marina que oscurecía la arena al romper las olas, eso lograba arrancarle una sonrisa. Sus parpados comenzaban a cerrarse cuando el llanto de Eneas la despertó de golpe. Su pecho se sacudió, se frotó los ojos con los dedos antes de deslizarse fuera de la cama y salir al solitario pasillo. A menudo pensaba en su antigua vida y en todo lo que había dejado atrás al renunciar temporalmente a su divinidad, como en ese instante en el que se acercó a la cuna de su hijo para tomarlo entre sus brazos. Si aún fuera una diosa y no una mortal, aquel cansancio que le pesaba en los hombros y parpados grises no existiría. ────Oh, mi dulce príncipe… ¿qué ocurre? Ven, deja que te cargue un poco ─y aun con todo ese agotamiento, no dejó de sonreírle. Jamás dejaría de hacerlo. Se aseguró de alimentarlo y permaneció un largo rato junto a él. Le cantó una canción mientras caminaba en la oscuridad, y al recostarlo nuevamente en su cuna, le hizo cosquillas en la pancita. Como respuesta, el pequeño balbuceó algo, le sonrió y rio. Era la risa más preciosa y melodiosa que había escuchado jamás. El cansancio se disipó de su cuerpo; soltó una risa entrecortada y permitió que el sonido de su voz la llenara de fuerza, haciendo brotar desde lo más profundo de su pecho un amor tan intenso que le costaba creer que su corazón pudiera contenerlo sin romperse. Entonces comprendió que el amor de una madre no conocía límites. Sería capaz de hacer sangrar a este mundo por su hijo, caminar entre las brasas del fuego con los pies desnudos y desafiar a cualquier monstruo o deidad. Los convertiría en polvo de estrellas y lo esparciría en la inmensidad de la bóveda celeste si eso aseguraba la felicidad y bienestar de su pequeño. No advirtió el momento en que se quedó dormida junto a la cuna de su hijo, rodeándola con los brazos. Su corazón mortal latía débilmente, pero en paz. El amor que corría por sus venas era de una clase que los dioses no comprendían. No pertenecía a su naturaleza inmortal, tan distante del corazón humano, y sin embargo era la devoción que codiciaban con tanta hambre y anhelo. Un amor que no pedía adoración, ni ofrendas de vino o miel, ni templos con altares humeantes. Era un sentimiento sin medida, sin pausa ni descanso. Le exigía entregarse por completo en cuerpo y alma; exponerla a una peligrosa mezcla entre la ternura y el miedo a no tener nada bajo control, una mezcla tan intensa que la desbordaba cada vez que Eneas la miraba con sus ojitos brillantes, asomando la cabecita curiosa mientras ella preparaba ungüentos, aceites, baños o pañales. Sí, añoraba su antigua vida. Era cierto. Y aún así, jamás cambiaría ese cansancio por la calma inmortal que una vez conoció. Haría ese y mil sacrificios más por él. Durmió plácidamente en un dulce sueño. Tenía una razón para levantarse y luchar un día más.
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  • Do you wanna lick my ~ ? Just one taste and then I'll taste yours ~
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  • 𝑩𝒖𝒆𝒏𝒂 𝑨𝒎𝒊𝒔𝒕𝒂𝒅
    Fandom oc
    Categoría Drama
    Ella estaba en su trabajo en la hora de descanso comiendo un Cupcake de chocolate que había horneado la noche anterior, faltaban diez minutos para el proximo turno así que mientras comida de a grandes bocados ella estaba ordenando todo ya que antes había atendido a un niño y había jugetes por todos lados, junto uno por uno y cuando faltaban 5 minutos ella se sentó en el escritorio a terminar el café y el bocadillo una vez terminado ella limpiò su boca y salió a decir el nombre de la paciente

    -Katherine? - preguntó sería
    -Puede pasar por favor... -Su tono era dulce pero serio-

    Ella espero en la puerta a que alguien de la sala de espera se levantara pero solo había una chica con auriculares y un libro

    -Disculpe - Tocó su hombro - Usted es Katherine? - Esperó respuesta de la Joven-
    Ella estaba en su trabajo en la hora de descanso comiendo un Cupcake de chocolate que había horneado la noche anterior, faltaban diez minutos para el proximo turno así que mientras comida de a grandes bocados ella estaba ordenando todo ya que antes había atendido a un niño y había jugetes por todos lados, junto uno por uno y cuando faltaban 5 minutos ella se sentó en el escritorio a terminar el café y el bocadillo una vez terminado ella limpiò su boca y salió a decir el nombre de la paciente -Katherine? - preguntó sería -Puede pasar por favor... -Su tono era dulce pero serio- Ella espero en la puerta a que alguien de la sala de espera se levantara pero solo había una chica con auriculares y un libro -Disculpe - Tocó su hombro - Usted es Katherine? - Esperó respuesta de la Joven-
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  • 🥀 ᴅᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴅᴇᴠɪʟ: ᴜɴ ʙᴀɪʟᴇ ɪɴᴏʟᴠɪᴅᴀʙʟᴇ.
    Fandom Sin Fandom en específico.
    Categoría Slice of Life
    ╭────── · · · · ──────╮
    Invitación Oficial de Big Brother House – Halloween 2025

    Las puertas de Big Brother House se abrirán una vez más la noche del 31 de octubre, cuando el reloj marque las 23:00 y la línea entre placer y condena se vuelva delgada como un hilo de sangre.

    Este año, el tema es “Dancing With the Devil.”
    Una noche para perder el alma con estilo, para tentar al destino, para dejar que el infierno te tome de la mano y te enseñe a bailar.

    Las reglas son simples, pero sagradas:

    1. 𝗗𝗜𝗦𝗙𝗥𝗔𝗭 𝗢𝗕𝗟𝗜𝗚𝗔𝗧𝗢𝗥𝗜𝗢: No se admiten mortales sin máscara, maquillaje o atuendo. Ven como tu tentación, tu pecado o tu versión más demoníaca. Eso no importa, lo importante es que todos cuenten con un disfraz.


    2. 𝗡𝗔𝗗𝗜𝗘 𝗕𝗔𝗜𝗟𝗔 𝗦𝗢𝗟𝗢: Si el diablo te elige como pareja, no puedes decir que no.


    3. El sótano permanecerá abierto solo para los valientes. Lo que entregues ahí, no lo recuperarás.


    4. 𝗡𝗢 rompas el círculo de fuego. Si lo haces… Que Dios te ampare.


    Entre luces rojas, música prohibida y cuerpos que se mueven al compás del peligro, sólo los que sepan entregarse disfrutarán de la noche hasta el amanecer.

    Lugar: Big Brother House, ala este del campus.
    Fecha: Viernes 31 de octubre – 23:00 hrs.
    Código de vestimenta: Disfraces obligatorios.

    Firmado:
    Big Brother House
    “Todos bailan con el diablo, tarde o temprano.”
    ╰────── · · · · ──────╯

    Katherine sonrió apenas terminó de leer la invitación. La tipografía gótica, el sello negro con el emblema de Big Brother House y aquella frase final —“Todos bailan con el diablo, tarde o temprano”— le provocaron una mezcla de curiosidad y entusiasmo. Sabía que los muchachos se esmeraban cuando querían impresionar, y por alguna razón, intuía que esta vez lo harían mejor que nunca.

    Desde que God Is a Woman había dejado de organizar la tradicional fiesta de Halloween, todo había perdido su brillo. Las noches se habían vuelto predecibles, los temas repetitivos, y la esencia —esa chispa de misterio y provocación— se había esfumado entre disfraces improvisados y tragos baratos. Pero algo en esta invitación le devolvía la fe. Quizás era el nombre del evento, “Dancing With the Devil”, o tal vez el simple hecho de sentir que esta vez tendría un escenario digno para presentarse al mundo junto a Rachel.

    La idea de llegar con ella, de ser vistas, de marcar presencia… Le dibujó una sonrisa distinta, más íntima. Una que duró unos segundos más de lo normal.

    Dejó la invitación sobre la mesa, cuidando que el papel no se manchara con el café que aún humeaba al lado, y estiró la mano hacia su móvil.
    Definitivamente, necesitaba buscar un disfraz. Algo que estuviera a la altura de la noche… Y de la tentación.









    ִֶָ𓂃 ࣪˖𓉸ִֶָྀི ִֶָ་༘࿐

    Pequeñas aclaraciones:

    1. Las cartas fueron enviadas de manera individual a cada personaje, no importa si tu OC está en la universidad o no. Puede ir de todas formas.

    2. El evento va a estar disponible hasta el día 02/11.

    3. El evento no está pensado para afectar el canon de los personajes, sino más bien como un "Especial de Halloween".

    4. Cualquier duda pueden consultarme al privado y voy a estar encantada de responderles .
    ╭────── · · ⚰️· · ──────╮ Invitación Oficial de Big Brother House – Halloween 2025 Las puertas de Big Brother House se abrirán una vez más la noche del 31 de octubre, cuando el reloj marque las 23:00 y la línea entre placer y condena se vuelva delgada como un hilo de sangre. Este año, el tema es “Dancing With the Devil.” Una noche para perder el alma con estilo, para tentar al destino, para dejar que el infierno te tome de la mano y te enseñe a bailar. Las reglas son simples, pero sagradas: 1. 𝗗𝗜𝗦𝗙𝗥𝗔𝗭 𝗢𝗕𝗟𝗜𝗚𝗔𝗧𝗢𝗥𝗜𝗢: No se admiten mortales sin máscara, maquillaje o atuendo. Ven como tu tentación, tu pecado o tu versión más demoníaca. Eso no importa, lo importante es que todos cuenten con un disfraz. 2. 𝗡𝗔𝗗𝗜𝗘 𝗕𝗔𝗜𝗟𝗔 𝗦𝗢𝗟𝗢: Si el diablo te elige como pareja, no puedes decir que no. 3. El sótano permanecerá abierto solo para los valientes. Lo que entregues ahí, no lo recuperarás. 4. 𝗡𝗢 rompas el círculo de fuego. Si lo haces… Que Dios te ampare. Entre luces rojas, música prohibida y cuerpos que se mueven al compás del peligro, sólo los que sepan entregarse disfrutarán de la noche hasta el amanecer. 📍 Lugar: Big Brother House, ala este del campus. 🕛 Fecha: Viernes 31 de octubre – 23:00 hrs. 😈 Código de vestimenta: Disfraces obligatorios. Firmado: Big Brother House “Todos bailan con el diablo, tarde o temprano.” ╰────── · · ⚰️· · ──────╯ Katherine sonrió apenas terminó de leer la invitación. La tipografía gótica, el sello negro con el emblema de Big Brother House y aquella frase final —“Todos bailan con el diablo, tarde o temprano”— le provocaron una mezcla de curiosidad y entusiasmo. Sabía que los muchachos se esmeraban cuando querían impresionar, y por alguna razón, intuía que esta vez lo harían mejor que nunca. Desde que God Is a Woman había dejado de organizar la tradicional fiesta de Halloween, todo había perdido su brillo. Las noches se habían vuelto predecibles, los temas repetitivos, y la esencia —esa chispa de misterio y provocación— se había esfumado entre disfraces improvisados y tragos baratos. Pero algo en esta invitación le devolvía la fe. Quizás era el nombre del evento, “Dancing With the Devil”, o tal vez el simple hecho de sentir que esta vez tendría un escenario digno para presentarse al mundo junto a Rachel. La idea de llegar con ella, de ser vistas, de marcar presencia… Le dibujó una sonrisa distinta, más íntima. Una que duró unos segundos más de lo normal. Dejó la invitación sobre la mesa, cuidando que el papel no se manchara con el café que aún humeaba al lado, y estiró la mano hacia su móvil. Definitivamente, necesitaba buscar un disfraz. Algo que estuviera a la altura de la noche… Y de la tentación. ִֶָ𓂃 ࣪˖𓉸ִֶָྀི ִֶָ་༘࿐🎃 Pequeñas aclaraciones: 1. Las cartas fueron enviadas de manera individual a cada personaje, no importa si tu OC está en la universidad o no. Puede ir de todas formas. 2. El evento va a estar disponible hasta el día 02/11. 3. El evento no está pensado para afectar el canon de los personajes, sino más bien como un "Especial de Halloween". 4. Cualquier duda pueden consultarme al privado y voy a estar encantada de responderles 🫂🤍.
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    A TODOS AQUELLOS QUE CUMPLEN AÑOS EN ESTE MES, LES DESEO EL MEJOR DE LOS DESEOS, Y TAMBIEN MUCHAS BENDICIONES HOY Y TODOS LOS DIAS DE SU VIDA.
    Sparda The King Devil, Venus Alakahan, Lilian Carson,
    Death, Dracula etc...

    A TODOS AQUELLOS QUE CUMPLEN AÑOS EN ESTE MES, LES DESEO EL MEJOR DE LOS DESEOS, Y TAMBIEN MUCHAS BENDICIONES HOY Y TODOS LOS DIAS DE SU VIDA. Sparda The King Devil, Venus Alakahan, Lilian Carson, Death, Dracula etc...
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    Ceren au Morgana Negrescu
    Fifi au Lillith Swan
    Melo au Anna Halliwell

    Con suma delicadeza enrollo otra hojas que previamente rellené, con esta ya llevó trece, este fin de semana mis amigas Ceren, Figen y Melek llegarán a casa.
    Hasta ahora solo volví a juntarme con Ceren, Fifi estaba trabajando en una conocida empresa en Londres y Melo en el barrio donde vive mi tía en Sariyer (Estambul)
    Ceren au [CxVampiresa13] Fifi au [CxLillith] Melo au [Featherington_cx] Con suma delicadeza enrollo otra hojas que previamente rellené, con esta ya llevó trece, este fin de semana mis amigas Ceren, Figen y Melek llegarán a casa. Hasta ahora solo volví a juntarme con Ceren, Fifi estaba trabajando en una conocida empresa en Londres y Melo en el barrio donde vive mi tía en Sariyer (Estambul)
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    Hermano gemelo de Yunseok Wang ( avatar: Jackson Wang)
    https://youtu.be/Rhy7_Y15FrI?si=BQ5NOa7GHJfiUO9g

    Estado: Desaparecido desde el nacimiento
    Edad: 30 años
    Nacionalidad: Coreano–china
    Lugar de nacimiento: Hong Kong
    Naturaleza actual: Desconocida (posible híbrido)


    Datos confirmados

    Nació el 16 de Octubre de 1995 junto a Yunseok.
    Fue declarado muerto minutos después del parto,
    pero su cuerpo jamás apareció.
    Zhao Feng Wang, su padre mafioso, lo sustrajo de la clínica
    tras descubrir que el niño portaba el Gen Wang Δ — una mutación que amplificaba la mente…y corrompía el alma.

    Creció en la sombra, lejos del hogar.
    Su paradero es incierto.

    Sus ojos son idénticos a los de Yunseok,
    pero más oscuros.
    Su presencia deja una sensación de frío,
    como si la luz evitara tocarlo.ㅤ

    Perfil psicológico

    Brillante, silencioso, impredecible.
    No conoce el amor, solo la estrategia.
    Su mente razona con precisión mortal,
    mientras el gen malvado distorsiona su humanidad.

    Algunos lo describen como un líder,
    otros, como un eco de Zhao Feng Wang.

    Yunseok lo busca no por justicia, sino por amor.

    "Si el fuego corrompió su sangre,
    seré yo quien lo apague con mis manos.”

    — Yunseok Wang

    Situación actual

    Identidad: No registrada

    Apariencia: Idéntica a Yunseok (cabello oscuro, ojos negros, cicatriz en la sien izquierda)

    Peligrosidad: Alta / emocionalmente inestable

    Hombre (30 años)
    Naturaleza ambigua — humano o híbrido.
    Personalidad oscura, estratégica, emocionalmente fracturada.
    Capaz de amar y odiar con la misma intensidad.
    El vínculo con Yunseok es inevitable.

    #WangLineage #TwinDarkness #YunseokWang #FamilyLore #TheLostTwin #GenDelta #Classified
    Hermano gemelo de Yunseok Wang ( avatar: Jackson Wang) https://youtu.be/Rhy7_Y15FrI?si=BQ5NOa7GHJfiUO9g ㅤ Estado: Desaparecido desde el nacimiento Edad: 30 años Nacionalidad: Coreano–china Lugar de nacimiento: Hong Kong Naturaleza actual: Desconocida (posible híbrido) ㅤ ⚜️ Datos confirmados Nació el 16 de Octubre de 1995 junto a Yunseok. Fue declarado muerto minutos después del parto, pero su cuerpo jamás apareció. Zhao Feng Wang, su padre mafioso, lo sustrajo de la clínica tras descubrir que el niño portaba el Gen Wang Δ — una mutación que amplificaba la mente…y corrompía el alma. Creció en la sombra, lejos del hogar. Su paradero es incierto. Sus ojos son idénticos a los de Yunseok, pero más oscuros. Su presencia deja una sensación de frío, como si la luz evitara tocarlo.ㅤ ⚫ Perfil psicológico Brillante, silencioso, impredecible. No conoce el amor, solo la estrategia. Su mente razona con precisión mortal, mientras el gen malvado distorsiona su humanidad. Algunos lo describen como un líder, otros, como un eco de Zhao Feng Wang. Yunseok lo busca no por justicia, sino por amor. "Si el fuego corrompió su sangre, seré yo quien lo apague con mis manos.” — Yunseok Wang 🕵️‍♂️ Situación actual Identidad: No registrada Apariencia: Idéntica a Yunseok (cabello oscuro, ojos negros, cicatriz en la sien izquierda) Peligrosidad: Alta / emocionalmente inestable 🩸 Hombre (30 años) Naturaleza ambigua — humano o híbrido. Personalidad oscura, estratégica, emocionalmente fracturada. Capaz de amar y odiar con la misma intensidad. El vínculo con Yunseok es inevitable. ㅤ #WangLineage #TwinDarkness #YunseokWang #FamilyLore #TheLostTwin #GenDelta #Classified
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  • ΡΙЅѺ 𝟏ᙣ
    Fandom Sin Fandom
    Categoría Slice of Life
    Olivia Romero

    Katherine terminó de apilar las últimas hojas sobre el escritorio como quien coloca los peldaños que faltan en una escalera: con mano firme y la respiración contenida. El reloj sobre el escritorio marcaba las 22:48 y la oficina de MIRROR, con sus paredes acristaladas y pantallas apagadas, ya olía a tinta fría y a café viejo.

    «Rachel me matará cuando llegue a casa», pensó con una sonrisa corta

    Guardó la laptop en el bolso con cuidado, como quien guarda un objeto valioso que además es una parte de sí misma. Apagó la PC; las luces se extinguieron una por una, como si alguien fuera tirando de un cordón invisible. Se colgó el abrigo al hombro, comprobó con la yema del dedo el cierre de la bolsa y cerró la puerta de su oficina. El clic de la cerradura resonó en el pasillo largo, un sonido pequeño que, sin embargo, marcó el fin del día laboral.

    Empezó a caminar hacia el elevador. Sus tacones golpeaban el suelo en un ritmo que ella intentó mantener contenido —no quería despertar fantasmas de trabajo en la mente todavía—. Al llegar, pulsó planta baja; el panel indicó el descenso y, unos segundos después, el ascensor se detuvo en el piso 16. Katherine, que estaba en el 17, se hizo a un lado para dejar entrar a una joven rubia. Mientras tanto sacó el móvil con un gesto automático y escribió un mensaje corto, directo, lo esencial que siempre decía cuando necesitaba calmar a Rachel antes de entrar a la casa:

    "Ya estoy en camino, cielo.
    Te debo una cena "

    Lo envió y guardó el teléfono; la pantalla volvió a quedarse negra en su mano. Por un momento, dejó que la sonrisa se ensanchara: Rachel diría que no, que no quería la cena, que prefería un abrazo, y ella ya sabía que al final Rachel la perdonaría con una sesión de besos y una película de por medio.

    El ascensor reinició su movimiento pero, al detenerse en la planta 13, Katherine suspiró y dejó el móvil en el bolsillo con un refunfuño que no alcanzó a convertirse en queja.

    —Mierda, se supone que es de última tecnología —murmuró, golpeando el botón de planta baja otra vez, como quien intenta convencer a un caprichoso de que haga lo que le corresponde.

    Sus palabras se esparcieron en el reducido espacio metálico y rebotaron en los paneles pulidos. Un olor a limpieza industrial y a metal caliente llenó el ambiente. Tocó el botón con el mismo dedo con el que apenas un instante antes había cerrado el bolso; notó el leve temblor de su mano, más por cansancio que por nervios.

    Sin embargo, antes de que el ascensor pudiera reanudar la marcha, la luz se cortó. Un silencio absoluto se tragó los pequeños ruidos eléctricos y, por un segundo, solo quedaron los latidos de su propio pulso en sus oídos.
    [flash_brass_tiger_817] Katherine terminó de apilar las últimas hojas sobre el escritorio como quien coloca los peldaños que faltan en una escalera: con mano firme y la respiración contenida. El reloj sobre el escritorio marcaba las 22:48 y la oficina de MIRROR, con sus paredes acristaladas y pantallas apagadas, ya olía a tinta fría y a café viejo. «Rachel me matará cuando llegue a casa», pensó con una sonrisa corta Guardó la laptop en el bolso con cuidado, como quien guarda un objeto valioso que además es una parte de sí misma. Apagó la PC; las luces se extinguieron una por una, como si alguien fuera tirando de un cordón invisible. Se colgó el abrigo al hombro, comprobó con la yema del dedo el cierre de la bolsa y cerró la puerta de su oficina. El clic de la cerradura resonó en el pasillo largo, un sonido pequeño que, sin embargo, marcó el fin del día laboral. Empezó a caminar hacia el elevador. Sus tacones golpeaban el suelo en un ritmo que ella intentó mantener contenido —no quería despertar fantasmas de trabajo en la mente todavía—. Al llegar, pulsó planta baja; el panel indicó el descenso y, unos segundos después, el ascensor se detuvo en el piso 16. Katherine, que estaba en el 17, se hizo a un lado para dejar entrar a una joven rubia. Mientras tanto sacó el móvil con un gesto automático y escribió un mensaje corto, directo, lo esencial que siempre decía cuando necesitaba calmar a Rachel antes de entrar a la casa: "Ya estoy en camino, cielo. Te debo una cena 🤍" Lo envió y guardó el teléfono; la pantalla volvió a quedarse negra en su mano. Por un momento, dejó que la sonrisa se ensanchara: Rachel diría que no, que no quería la cena, que prefería un abrazo, y ella ya sabía que al final Rachel la perdonaría con una sesión de besos y una película de por medio. El ascensor reinició su movimiento pero, al detenerse en la planta 13, Katherine suspiró y dejó el móvil en el bolsillo con un refunfuño que no alcanzó a convertirse en queja. —Mierda, se supone que es de última tecnología —murmuró, golpeando el botón de planta baja otra vez, como quien intenta convencer a un caprichoso de que haga lo que le corresponde. Sus palabras se esparcieron en el reducido espacio metálico y rebotaron en los paneles pulidos. Un olor a limpieza industrial y a metal caliente llenó el ambiente. Tocó el botón con el mismo dedo con el que apenas un instante antes había cerrado el bolso; notó el leve temblor de su mano, más por cansancio que por nervios. Sin embargo, antes de que el ascensor pudiera reanudar la marcha, la luz se cortó. Un silencio absoluto se tragó los pequeños ruidos eléctricos y, por un segundo, solo quedaron los latidos de su propio pulso en sus oídos.
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  • I asked him for it.
    For the blood, for the rust,
    for the sin.
    I didn’t want the pearls other girls talked about,
    or the fine marble of palaces,
    or even the roses in the mouth of servants.
    I wanted pomegranates
    I asked him for it. For the blood, for the rust, for the sin. I didn’t want the pearls other girls talked about, or the fine marble of palaces, or even the roses in the mouth of servants. I wanted pomegranates
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  • — "But may I have the honor
    of taking your life?" —

    Metida en su personaje de Yor Forger. (?)
    — "But may I have the honor of taking your life?" — Metida en su personaje de Yor Forger. (?)
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