𝐑𝐎𝐋𝐄𝐏𝐋𝐀𝐘 ୨ · · ୧
឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵𝗎𝗉𝖽𝖺𝗍𝖾 𝗯𝘆. ⌗SusanPevensie
឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵〡 𝟬𝟬𝟭 ٬ with [NarniaKing] [Gentlequeen]
୨ 𝕿𝖍𝖊 𝖉𝖆𝖞 𝖜𝖊 𝖒𝖊𝖙.
La elevación de su pecho era desmedida, la forma en se movía su cuerpo era similar a la que acontece en una figura al tener un mal sueño. ¿Cómo era eso posible? Lucy había estado en su sueño, o bueno eso creía. La azabache se giró sobre el césped aún intentando desacelerar su corazón, y entonces notó que la pesadilla recién comenzaba. Despojada de su hermana y su mayor, sacudió los cuerpos inertes de sus compañeros de travesía.
Susan palideció a penas Edmund sugirió la idea de que quizás los telmarinos habían encontrado a su hermana y Peter había ido en su rescate. Con su carcaj a medio colgar se dispuso a buscar con la mirada a la joven hija de Eva.
—Esto no puede estar pasando.
Susan no prestó atención a sus prendas arruinadas por la hierba simplemente se adentró por el bosque seguida de su hermano y su QA. Los espesos árboles eran un obstáculo constante, pero no más que el musgo que cubría el suelo procurando dificultar el avance hacia adentro.
A medida que se acercaban al interior de aquel descampado se podía oír espadas chocar. Susan se preguntó si sería prudente ingresar con su arco en mano, pero al ver a su QA preparado para la pelea, decidió ser quien dialogaría en caso de encontrarse con telmarinos.
Pronto las figuras se hicieron presentes, y no tuvo que verificar las prendas o el rostro para saber que aquella cabellera rubia pertenecía a su hermano, Peter.
—¡Peter!—Exclamó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca. Susan había aprendido que llamarle la atención a su hermano, no tenía sentido alguno, sin embargo la costumbre se encontraba presente.
Lucy estaba parada justo en medio como si se le acabara de dar una orden, la cual no fue cumplida del todo, la nostalgia de seguro hubiera invadido a la reina al ver tantos narnianos formando un círculo improvisado, no supo en qué momento los rodearon, entonces cayó en cuenta que el hecho de tener que dar explicaciones no le concedía el permiso de explorar sus emociones.
La mayor de los Pevensie notó por primera vez al contrincante de su hermano. No parecía mucho mayor que ellos, de hecho si contaban los años narnianos no lo era, sus orbes claros hicieron contacto con la mirada ajena. No supo si debía decir algo pues el sumo monarca se encargó de dirigirse a los narnianos e incluso Lucy cuando intentó intercambiar palabras con la arquera fue ignorada por la misma. No es que Susan tuviera falta de interés, sino que por el contrario estaba interesada en conocer la historia de trasfondo de todo lo acontecido.
Cuando la marcha hacia el refugio narniano inició, la muchacha acomodó su carcaj y colgó su arco para caminar con más facilidad. El terreno dejaba de ser elevado e irregular a medida que avanzaban a unas ruinas construidas al rededor de lo que parecía ser una cueva.
Los centauros, antiguos guerreros narnianos, formaron hileras dispuestas a recibirlos. Sus espadas se alzaron formando pequeños puentes por dónde los Pevensie pasaron con orgullo, cómo lo habían hecho en antaño tantas veces.
La cueva tenía la suficiente luz para alumbrar a las criaturas parlantes, pero no la suficiente para distinguir más allá de tres metros. Observó cómo Lucy corría con su QA, Edmund y Peter se alejaban desconfiados, aparentemente hablando del que todos conocían como Caspian.
Susan se sintió incómoda al estar al lado del joven telmarino, siempre había sido una solitaria alma y ahora sentía pena por lo que pudiera pensar aquel chico. Después de todo, sus hermanos lo defenestraron con la mirada y a la hija de Eva no se le hizo difícil adivinar de que hablaban.
—No nos hemos presentado...
Habló la humana por primera vez extendiendo su mano hacia el joven. Dos años en la tierra habían sido suficiente para que la inglesa olvidara las presentaciones formales en Narnia —Soy Susan.
De inmediato se sintió estúpida por la presentación, pues todos allí sabían quién era ella, pero por alguna razón no deseaba que el ajeno prestará atención a la conversación de sus hermanos. Teniendo la suficiente cercanía pudo distinguir sus rasgos sumidos en tristeza o quizás era decepción, no quiso descifrarlo y desvió la mirada un tanto apenada. Suerte que la poca luz no permitía distinguir el rubor de sus mejillas que revelarian el interés oculto de la castaña.
Tiempo atrás no había personas como aquel telmarino, solo conocía parte de la historia, pero la joven Pevensie confiaba en que las acciones del joven eran honestas y de buen corazón.
— Nunca había conocido a un telmarino, es usted el primero...
Volvió a hablar, pero esta vez con un tono más sereno. Su mirada varió por la cueva que no lograba identificar como conocida, tampoco es que supiera dónde estaban.
𝐑𝐎𝐋𝐄𝐏𝐋𝐀𝐘 ୨ · 🏹 · ୧
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୨ 𝕿𝖍𝖊 𝖉𝖆𝖞 𝖜𝖊 𝖒𝖊𝖙.
La elevación de su pecho era desmedida, la forma en se movía su cuerpo era similar a la que acontece en una figura al tener un mal sueño. ¿Cómo era eso posible? Lucy había estado en su sueño, o bueno eso creía. La azabache se giró sobre el césped aún intentando desacelerar su corazón, y entonces notó que la pesadilla recién comenzaba. Despojada de su hermana y su mayor, sacudió los cuerpos inertes de sus compañeros de travesía.
Susan palideció a penas Edmund sugirió la idea de que quizás los telmarinos habían encontrado a su hermana y Peter había ido en su rescate. Con su carcaj a medio colgar se dispuso a buscar con la mirada a la joven hija de Eva.
—Esto no puede estar pasando.
Susan no prestó atención a sus prendas arruinadas por la hierba simplemente se adentró por el bosque seguida de su hermano y su QA. Los espesos árboles eran un obstáculo constante, pero no más que el musgo que cubría el suelo procurando dificultar el avance hacia adentro.
A medida que se acercaban al interior de aquel descampado se podía oír espadas chocar. Susan se preguntó si sería prudente ingresar con su arco en mano, pero al ver a su QA preparado para la pelea, decidió ser quien dialogaría en caso de encontrarse con telmarinos.
Pronto las figuras se hicieron presentes, y no tuvo que verificar las prendas o el rostro para saber que aquella cabellera rubia pertenecía a su hermano, Peter.
—¡Peter!—Exclamó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca. Susan había aprendido que llamarle la atención a su hermano, no tenía sentido alguno, sin embargo la costumbre se encontraba presente.
Lucy estaba parada justo en medio como si se le acabara de dar una orden, la cual no fue cumplida del todo, la nostalgia de seguro hubiera invadido a la reina al ver tantos narnianos formando un círculo improvisado, no supo en qué momento los rodearon, entonces cayó en cuenta que el hecho de tener que dar explicaciones no le concedía el permiso de explorar sus emociones.
La mayor de los Pevensie notó por primera vez al contrincante de su hermano. No parecía mucho mayor que ellos, de hecho si contaban los años narnianos no lo era, sus orbes claros hicieron contacto con la mirada ajena. No supo si debía decir algo pues el sumo monarca se encargó de dirigirse a los narnianos e incluso Lucy cuando intentó intercambiar palabras con la arquera fue ignorada por la misma. No es que Susan tuviera falta de interés, sino que por el contrario estaba interesada en conocer la historia de trasfondo de todo lo acontecido.
Cuando la marcha hacia el refugio narniano inició, la muchacha acomodó su carcaj y colgó su arco para caminar con más facilidad. El terreno dejaba de ser elevado e irregular a medida que avanzaban a unas ruinas construidas al rededor de lo que parecía ser una cueva.
Los centauros, antiguos guerreros narnianos, formaron hileras dispuestas a recibirlos. Sus espadas se alzaron formando pequeños puentes por dónde los Pevensie pasaron con orgullo, cómo lo habían hecho en antaño tantas veces.
La cueva tenía la suficiente luz para alumbrar a las criaturas parlantes, pero no la suficiente para distinguir más allá de tres metros. Observó cómo Lucy corría con su QA, Edmund y Peter se alejaban desconfiados, aparentemente hablando del que todos conocían como Caspian.
Susan se sintió incómoda al estar al lado del joven telmarino, siempre había sido una solitaria alma y ahora sentía pena por lo que pudiera pensar aquel chico. Después de todo, sus hermanos lo defenestraron con la mirada y a la hija de Eva no se le hizo difícil adivinar de que hablaban.
—No nos hemos presentado...
Habló la humana por primera vez extendiendo su mano hacia el joven. Dos años en la tierra habían sido suficiente para que la inglesa olvidara las presentaciones formales en Narnia —Soy Susan.
De inmediato se sintió estúpida por la presentación, pues todos allí sabían quién era ella, pero por alguna razón no deseaba que el ajeno prestará atención a la conversación de sus hermanos. Teniendo la suficiente cercanía pudo distinguir sus rasgos sumidos en tristeza o quizás era decepción, no quiso descifrarlo y desvió la mirada un tanto apenada. Suerte que la poca luz no permitía distinguir el rubor de sus mejillas que revelarian el interés oculto de la castaña.
Tiempo atrás no había personas como aquel telmarino, solo conocía parte de la historia, pero la joven Pevensie confiaba en que las acciones del joven eran honestas y de buen corazón.
— Nunca había conocido a un telmarino, es usted el primero...
Volvió a hablar, pero esta vez con un tono más sereno. Su mirada varió por la cueva que no lograba identificar como conocida, tampoco es que supiera dónde estaban.