• — ¡Oh!, Vamos. Shadow, ¡por favor!

    El erizo se encontraba en una disputa con Shadow. Estaban en Central City, recorriendo la ciudad mientras corrian por las paredes de los edificios y peleaban entre saltos

    Sonic no se lo tomaba en serio, se divertia

    — ¿En serio quieres pelear aca?. Sabes que si G.U.N nos ve nos meteremos en problemas, vamos... ¡calmate, faker!
    — ¡Oh!, Vamos. Shadow, ¡por favor! El erizo se encontraba en una disputa con Shadow. Estaban en Central City, recorriendo la ciudad mientras corrian por las paredes de los edificios y peleaban entre saltos Sonic no se lo tomaba en serio, se divertia — ¿En serio quieres pelear aca?. Sabes que si G.U.N nos ve nos meteremos en problemas, vamos... ¡calmate, faker!
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  • ||• Inicio de curso ||•
    Categoría Aventura
    Jose

    Un año más el ,agradable cosquilleo inicial se instalaba en la base del estómago al cruzar las puertas de la residencia, cargada de maletas y el móvil pegado a la oreja, Kassy al otro lado de la línea.- Te prometo que llamaré todos los días sin falta. -Su voz sonaba tranquila , segura y emocionada mientras se las apañas para subir las escaleras que llevaban a las habitaciones.
    Tras los eventos acontecidos las últimas semanas entendía la preocupación de la mujer, quien había sido su único apoyo desde que huyeran del Sunrise, pero aún así ,era consciente de que no podía vivir siempre con miedo.- Además, tengo la oficina de Carl a dos manzanas si pasa cualquier cosa.- Aguardó al suspirito de resignación como un pequeño triunfo.- También te echaré de menos. Anda, tengo que dejarte, que sino ya sabes que el sitio bueno para la barbacoa de bienvenida vuela. Te quiero.- Tras colgar dedicó unos minutos a adecentar la habitación , a guardar cosas aquí y allá y darse una ducha rápida antes de bajar al salón principal.
    Allí saludó a alguna que otra cara conocida, como Kayla, Tay o Adrián, compañeros de planta con quienes solía pasar horas charlando en el sofá antes de dormir, o a los chicos de teatro, retomando la costumbre de hacer buena cuenta del dispensador de agua de sabores de la entrada. En concreto, esa día se decantaron por el sabor a naranja y arándanos .
    Al caer la noche el salón comenzó a llenarse con los recién llegados y el aroma a carne y verduras asadas que se hacía notar desde el porche.
    Rosie decidió ausentarse unos segundos aprovechando que el resto estaba demasiado ocupado jugando al billar para acercarse a saludar al último recién llegado, quizás por mera curiosidad, o por que lo vio tan perdido que quiso echar una mano.-¡ Hey! Bienvenido a la residencia Orión.

    [ember_garnet_crab_449] Un año más el ,agradable cosquilleo inicial se instalaba en la base del estómago al cruzar las puertas de la residencia, cargada de maletas y el móvil pegado a la oreja, Kassy al otro lado de la línea.- Te prometo que llamaré todos los días sin falta. -Su voz sonaba tranquila , segura y emocionada mientras se las apañas para subir las escaleras que llevaban a las habitaciones. Tras los eventos acontecidos las últimas semanas entendía la preocupación de la mujer, quien había sido su único apoyo desde que huyeran del Sunrise, pero aún así ,era consciente de que no podía vivir siempre con miedo.- Además, tengo la oficina de Carl a dos manzanas si pasa cualquier cosa.- Aguardó al suspirito de resignación como un pequeño triunfo.- También te echaré de menos. Anda, tengo que dejarte, que sino ya sabes que el sitio bueno para la barbacoa de bienvenida vuela. Te quiero.- Tras colgar dedicó unos minutos a adecentar la habitación , a guardar cosas aquí y allá y darse una ducha rápida antes de bajar al salón principal. Allí saludó a alguna que otra cara conocida, como Kayla, Tay o Adrián, compañeros de planta con quienes solía pasar horas charlando en el sofá antes de dormir, o a los chicos de teatro, retomando la costumbre de hacer buena cuenta del dispensador de agua de sabores de la entrada. En concreto, esa día se decantaron por el sabor a naranja y arándanos . Al caer la noche el salón comenzó a llenarse con los recién llegados y el aroma a carne y verduras asadas que se hacía notar desde el porche. Rosie decidió ausentarse unos segundos aprovechando que el resto estaba demasiado ocupado jugando al billar para acercarse a saludar al último recién llegado, quizás por mera curiosidad, o por que lo vio tan perdido que quiso echar una mano.-¡ Hey! Bienvenido a la residencia Orión.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    || Yo me había prometido hacer partes del lore de Deia de forma diaria, y adivinen qué: desaparecí otra vez.
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  • 𝕯𝖊𝖗𝖆𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑
    Lo prometido es deuda, el discman de mi hermano. Sus discos eran puro pank, ni loca los traía.
    [nova_navy_mouse_914] Lo prometido es deuda, el discman de mi hermano. Sus discos eran puro pank, ni loca los traía.
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  • Amaya se detuvo unos metros más adelante, cuando el viento cambió de dirección y trajo consigo un susurro apenas audible, como una voz que el bosque intentaba ocultar. Sus dedos se tensaron, y un leve brillo etéreo recorrió la palma de su mano: el éter respondía a su inquietud. Había aprendido a no ignorar esos signos. Desde aquella noche en que su magia desató la tormenta, el mundo parecía hablarle de maneras que pocos podían comprender.

    El camino descendía hacia un valle cubierto por la neblina, donde se alzaban las ruinas de un antiguo santuario arcano. Era allí donde los ecos de su linaje la habían guiado, noche tras noche, en sueños imposibles de olvidar. Dio un paso al frente, y las runas de su capa cambiaron de color —del azul sereno al violeta profundo—, mientras murmuraba para sí:
    —Si el destino quiere respuestas… que las encuentre yo antes que La Orden, solo espero no arrepentirme al entrar aqui...- se decía Amaya para ella misma en voz baja.

    Amaya se detuvo unos metros más adelante, cuando el viento cambió de dirección y trajo consigo un susurro apenas audible, como una voz que el bosque intentaba ocultar. Sus dedos se tensaron, y un leve brillo etéreo recorrió la palma de su mano: el éter respondía a su inquietud. Había aprendido a no ignorar esos signos. Desde aquella noche en que su magia desató la tormenta, el mundo parecía hablarle de maneras que pocos podían comprender. El camino descendía hacia un valle cubierto por la neblina, donde se alzaban las ruinas de un antiguo santuario arcano. Era allí donde los ecos de su linaje la habían guiado, noche tras noche, en sueños imposibles de olvidar. Dio un paso al frente, y las runas de su capa cambiaron de color —del azul sereno al violeta profundo—, mientras murmuraba para sí: —Si el destino quiere respuestas… que las encuentre yo antes que La Orden, solo espero no arrepentirme al entrar aqui...- se decía Amaya para ella misma en voz baja.
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  • Dottore

    Una evolución lenta es un fracaso absoluto... La ciencia es la solución correcta!!
    ¿Que te parece si me dejas estudiar un poco tu cuerpo? Prometo no dolerá... No mucho.

    .。.:*✧・*:.。*:゚・゚・*:.。*:゚・゚・*

    Oh pequeña e ingenua ave, tan hermosa hermosa y elegante con ese plumaje blanco tan impecable, ese cuello largo, y ese orgullo con el que te mueves al nadar, rey del lago donde aterrizas, fielmente amas a tu pareja y defiendes con ferocidad a tus crías... Confía en mi, haré de ellas algo mucho mejor, algo mas fuerte y se podrán cuidar solas, pasarán de presas a mis depredadores.
    🩺 Dottore 🧪 Una evolución lenta es un fracaso absoluto... La ciencia es la solución correcta!! ¿Que te parece si me dejas estudiar un poco tu cuerpo? Prometo no dolerá... No mucho. .。.:*✧・*:.。*:゚・゚・*:.。*:゚・゚・* Oh pequeña e ingenua ave, tan hermosa hermosa y elegante con ese plumaje blanco tan impecable, ese cuello largo, y ese orgullo con el que te mueves al nadar, rey del lago donde aterrizas, fielmente amas a tu pareja y defiendes con ferocidad a tus crías... Confía en mi, haré de ellas algo mucho mejor, algo mas fuerte y se podrán cuidar solas, pasarán de presas a mis depredadores.
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  • -El sol caía a plomo sobre la avenida principal, y el resplandor del mediodía se colaba por los amplios ventanales del Bar Lysandra, derramando destellos dorados sobre el mármol pulido de las mesas y el brillo oscuro de las botellas alineadas tras la barra. El aire olía a espresso recién molido, a madera encerada y a un leve toque de cítricos que provenía de las flores colocadas junto a la caja registradora. Zareth estaba de pie tras el mostrador, con las mangas de su camisa negra arremangadas hasta los codos y un delantal de lino que marcaba su silueta alta y elegante. Sus movimientos eran precisos, casi meticulosos, mientras secaba una copa con un paño blanco y la sostenía a contraluz, buscando imperfecciones como si fuera un ritual.-

    —La perfección no existe, Zareth. —La voz burlona de Ari, su compañera de trabajo, rompió la calma del lugar. Era una joven de cabello cobrizo y ojos traviesos, que mezclaba tragos con una soltura envidiable—. Aunque si seguís buscando, vas a terminar puliendo el vidrio hasta hacerlo desaparecer.

    —Si algo lleva mi nombre, no puede tener manchas —respondió con suavidad, sin apartar la vista del cristal. Su tono no era arrogante, sino tranquilo, cargado de esa clase de disciplina que solo los que amaban el detalle poseían.

    —Y ahí está el perfeccionista de nuevo —rió Theo, el otro camarero, mientras apoyaba una bandeja sobre el mostrador y se desabrochaba un botón del cuello—. No entiendo cómo podés mantenerte tan serio en un lugar donde todo el mundo viene a olvidar las formalidades.

    -Zareth levantó la mirada hacia él con una media sonrisa apenas perceptible. Su expresión solía parecer fría, pero en sus ojos había algo que desarmaba: una calma profunda, una quietud que no era de este mundo. Dejó la copa sobre el estante y se apoyó ligeramente contra la barra, observando cómo el reflejo del sol convertía el polvo suspendido en diminutos puntos de luz dorada.-

    —Alguien tiene que mantener el orden mientras los demás disfrutan del caos. —Su voz era baja, grave, pero extrañamente reconfortante.

    —¿Orden? En un bar como este… —Ari giró la coctelera con una sonrisa—. No sé si eso existe.

    -El murmullo de la calle entraba cada vez que la puerta se abría, mezclándose con el tintinear de las tazas y el sonido distante del molinillo de café. Afuera, la vida era rápida, bulliciosa; adentro, el mundo parecía más lento, contenido, como si el tiempo se rehusara a avanzar mientras Zareth estuviera allí. Él ajustó una botella, enderezó un menú, y luego alzó la vista hacia el reloj de pared.-

    —Van a empezar a llegar los habituales —murmuró—. Hoy tengo el presentimiento de que alguien nuevo también vendrá.

    —¿Otra de tus corazonadas? —preguntó Theo, arqueando una ceja.

    —No. —Zareth dejó una pausa, observando la luz del mediodía colarse por los cristales—. Algo distinto. Como si el aire lo estuviera anunciando.

    -Y entonces, justo cuando terminó la frase, el sonido suave de la campanilla sobre la puerta resonó por todo el lugar, arrastrando una brisa cálida y el aroma de algo desconocido.-
    -El sol caía a plomo sobre la avenida principal, y el resplandor del mediodía se colaba por los amplios ventanales del Bar Lysandra, derramando destellos dorados sobre el mármol pulido de las mesas y el brillo oscuro de las botellas alineadas tras la barra. El aire olía a espresso recién molido, a madera encerada y a un leve toque de cítricos que provenía de las flores colocadas junto a la caja registradora. Zareth estaba de pie tras el mostrador, con las mangas de su camisa negra arremangadas hasta los codos y un delantal de lino que marcaba su silueta alta y elegante. Sus movimientos eran precisos, casi meticulosos, mientras secaba una copa con un paño blanco y la sostenía a contraluz, buscando imperfecciones como si fuera un ritual.- —La perfección no existe, Zareth. —La voz burlona de Ari, su compañera de trabajo, rompió la calma del lugar. Era una joven de cabello cobrizo y ojos traviesos, que mezclaba tragos con una soltura envidiable—. Aunque si seguís buscando, vas a terminar puliendo el vidrio hasta hacerlo desaparecer. —Si algo lleva mi nombre, no puede tener manchas —respondió con suavidad, sin apartar la vista del cristal. Su tono no era arrogante, sino tranquilo, cargado de esa clase de disciplina que solo los que amaban el detalle poseían. —Y ahí está el perfeccionista de nuevo —rió Theo, el otro camarero, mientras apoyaba una bandeja sobre el mostrador y se desabrochaba un botón del cuello—. No entiendo cómo podés mantenerte tan serio en un lugar donde todo el mundo viene a olvidar las formalidades. -Zareth levantó la mirada hacia él con una media sonrisa apenas perceptible. Su expresión solía parecer fría, pero en sus ojos había algo que desarmaba: una calma profunda, una quietud que no era de este mundo. Dejó la copa sobre el estante y se apoyó ligeramente contra la barra, observando cómo el reflejo del sol convertía el polvo suspendido en diminutos puntos de luz dorada.- —Alguien tiene que mantener el orden mientras los demás disfrutan del caos. —Su voz era baja, grave, pero extrañamente reconfortante. —¿Orden? En un bar como este… —Ari giró la coctelera con una sonrisa—. No sé si eso existe. -El murmullo de la calle entraba cada vez que la puerta se abría, mezclándose con el tintinear de las tazas y el sonido distante del molinillo de café. Afuera, la vida era rápida, bulliciosa; adentro, el mundo parecía más lento, contenido, como si el tiempo se rehusara a avanzar mientras Zareth estuviera allí. Él ajustó una botella, enderezó un menú, y luego alzó la vista hacia el reloj de pared.- —Van a empezar a llegar los habituales —murmuró—. Hoy tengo el presentimiento de que alguien nuevo también vendrá. —¿Otra de tus corazonadas? —preguntó Theo, arqueando una ceja. —No. —Zareth dejó una pausa, observando la luz del mediodía colarse por los cristales—. Algo distinto. Como si el aire lo estuviera anunciando. -Y entonces, justo cuando terminó la frase, el sonido suave de la campanilla sobre la puerta resonó por todo el lugar, arrastrando una brisa cálida y el aroma de algo desconocido.-
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  • Esto no es divertido, no es tierno, no es “festivo”.
    Esto es asqueroso, violento y absurdo.
    No me vuelvo a meter en calabazas de Halloween en mi vida…
    Esto no es decoración, esto es una autopsia vegetal.
    Pero claro, todos muy monos diciendo “haz algo festivo”, “haz algo adorable”… ¿ADORABLE? Estoy cubierta de tripas de calabaza, huele a demonio húmedo y esto resbala como pescado caro.

    Y para colmo mi disfraz ...no disfraza nada. ME DELATA.
    Esto no es divertido, no es tierno, no es “festivo”. Esto es asqueroso, violento y absurdo. No me vuelvo a meter en calabazas de Halloween en mi vida… Esto no es decoración, esto es una autopsia vegetal. Pero claro, todos muy monos diciendo “haz algo festivo”, “haz algo adorable”… ¿ADORABLE? Estoy cubierta de tripas de calabaza, huele a demonio húmedo y esto resbala como pescado caro. Y para colmo mi disfraz ...no disfraza nada. ME DELATA.
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    Me endiabla
    Me shockea
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  • "-Dulce o truco..-"

    metal termino siguiendo a su creador en esto, aunque obviamente el no puede comer
    "-Dulce o truco..-" metal termino siguiendo a su creador en esto, aunque obviamente el no puede comer
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  • Supongo que el tiempo puede ayudar a sanar pero... Jamás lo borrará por completo el sentimiento de lo que se perdió...

    Tendre la fuerza suficiente para seguir adelante, eso lo prometo.

    —La brisa fría es fácil de sentir en un momento así.
    Supongo que el tiempo puede ayudar a sanar pero... Jamás lo borrará por completo el sentimiento de lo que se perdió... Tendre la fuerza suficiente para seguir adelante, eso lo prometo. —La brisa fría es fácil de sentir en un momento así.
    Me entristece
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