• Creo que este año iré de vacaciones a Japón, suena bien, no?
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  • ¿Es posible burlar a la muerte?

    Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará.

    Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo?

    Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar.

    Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad.

    Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado.

    En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
    ¿Es posible burlar a la muerte? Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará. Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo? Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar. Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad. Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado. En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
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  • ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
    𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏 (巴御前)
    ━復讐の殺人者━
    ━━━━━━━━━━━━━━━━༺❀༻

    En el turbulento periodo Sengoku de Japón, en un humilde y pintoresco poblado de Tokio, vivía una familia que, a pesar de su pobreza, irradiaba felicidad.

    En este rincón del mundo, y bajo pobres paredes de madera, nació 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏, una niña que creció rodeada del amor y la bondad de sus padres y sus abuelos.

    𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑

    Hasta que el destino, con su cruel ironía, tenía otros planes para ella.


    El eco de la guerra civil comenzó a resonar por las aldeas, anunciando tiempos oscuros

    El temido 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, conocido por su crueldad y perversión, con su ejército de samurais perversos e invencibles, arrasó la aldea, saqueando, v*olando a mujeres y asesinando a demás ciudadanos inocentes.

    Los espeluznantes gritos del horror y el baño de sangre se quedaron grabados para siempre en la mente inocente de la pequeña 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆...

    𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠

    𝐀𝐤𝐢𝐭𝐨 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, líder del 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢 , irrumpió en su casa, y dejo caer su katana, 𝑑𝑒𝑔𝑜𝑙𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜 al padre, al abuelo, a la abuela y v*olando brutalmente a la madre de 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 mientras ella observaba todo, escondida en un armario...

    —¡COREEEE!— Lo último que dijo su madre expresando su deseo de salvar a su hija...

    𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 salió de su escondite, corrió y se perdió de entre los bosques de aquella aldea ya destrozada por la maldad del hombre.

    Gazú la hallo por ventura... Ella vivía como un animal...

    𝑇𝑟𝑎𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑢𝑖𝑟 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑡𝑟𝑎𝑢𝑚𝑎

    Gazú la cubrió con su túnica y la llevo a su morada.

    Pasaron años, 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 crecio y desarollo la forma de hablar de Gazú...

    𝐸𝑙 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜

    Nunca hablo para los demás pero para Gazú si...

    Aprendió bajo estricta disciplina a manejar las armas de una forma magistral e innata.

    ⟁¿Que ves más allá?𓂀 Pregunto Gazú

    —Veo....Mi madre... V"olada... Mi padre... asesinado... mis abuelos... mi vida...— Entre lágrimas respondió

    Soltó un llanto y grito al cielo

    —¡Maldito Yamaguchi!. ¡Juro por los cielos y la tierra que te haré beber de tu sangre!—

    Gazú complacido por el deseo de ella...

    𝐄𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚

    Le otorgo el poder de ser inmortal hasta que... cumpla su deseo...

    Tomoe se enfrento a las fuerzas del Clan Yamaguchi ella sola, una por una hasta que llego a Akito....

    Y el resto es historia...

    El Yukata de Tomoe tiene el poder de dotar de odio acumulado y venganza a quien lo posea.

    Gazú lo guardo y lo atesoro como una reliquia hasta que un día

    Fue entregado a 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆

    Quien perseguía lo mismo que Tomoe...

    𝐕𝐄𝐍𝐆𝐀𝐍𝐙𝐀
    ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ 🎃🦇🕸️ 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏 (巴御前) ━復讐の殺人者━ ━━━━━━━━━━━━━━━━༺❀༻ En el turbulento periodo Sengoku de Japón, en un humilde y pintoresco poblado de Tokio, vivía una familia que, a pesar de su pobreza, irradiaba felicidad. En este rincón del mundo, y bajo pobres paredes de madera, nació 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 𝑮𝒐𝒛𝒆𝒏, una niña que creció rodeada del amor y la bondad de sus padres y sus abuelos. 𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑟𝑎 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 Hasta que el destino, con su cruel ironía, tenía otros planes para ella. El eco de la guerra civil comenzó a resonar por las aldeas, anunciando tiempos oscuros 🌹 El temido 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, conocido por su crueldad y perversión, con su ejército de samurais perversos e invencibles, arrasó la aldea, saqueando, v*olando a mujeres y asesinando a demás ciudadanos inocentes. Los espeluznantes gritos del horror y el baño de sangre se quedaron grabados para siempre en la mente inocente de la pequeña 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆... 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠 𝐀𝐤𝐢𝐭𝐨 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢, líder del 𝐂𝐥𝐚𝐧 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐠𝐮𝐜𝐡𝐢 , irrumpió en su casa, y dejo caer su katana, 𝑑𝑒𝑔𝑜𝑙𝑙𝑎𝑛𝑑𝑜 al padre, al abuelo, a la abuela y v*olando brutalmente a la madre de 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 mientras ella observaba todo, escondida en un armario... —¡COREEEE!— Lo último que dijo su madre expresando su deseo de salvar a su hija... 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 salió de su escondite, corrió y se perdió de entre los bosques de aquella aldea ya destrozada por la maldad del hombre. Gazú la hallo por ventura... Ella vivía como un animal... 𝑇𝑟𝑎𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 ℎ𝑢𝑖𝑟 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑡𝑟𝑎𝑢𝑚𝑎 Gazú la cubrió con su túnica y la llevo a su morada. Pasaron años, 𝑻𝒐𝒎𝒐𝒆 crecio y desarollo la forma de hablar de Gazú... 𝐸𝑙 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜 Nunca hablo para los demás pero para Gazú si... Aprendió bajo estricta disciplina a manejar las armas de una forma magistral e innata. ⟁¿Que ves más allá?𓂀 Pregunto Gazú —Veo....Mi madre... V"olada... Mi padre... asesinado... mis abuelos... mi vida...— Entre lágrimas respondió Soltó un llanto y grito al cielo —¡Maldito Yamaguchi!. ¡Juro por los cielos y la tierra que te haré beber de tu sangre!— Gazú complacido por el deseo de ella... 𝐄𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 Le otorgo el poder de ser inmortal hasta que... cumpla su deseo... Tomoe se enfrento a las fuerzas del Clan Yamaguchi ella sola, una por una hasta que llego a Akito.... Y el resto es historia... El Yukata de Tomoe tiene el poder de dotar de odio acumulado y venganza a quien lo posea. Gazú lo guardo y lo atesoro como una reliquia hasta que un día Fue entregado a [Liz_bloodFlame] Quien perseguía lo mismo que Tomoe... 𝐕𝐄𝐍𝐆𝐀𝐍𝐙𝐀 🌹
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    https://www.youtube.com/watch?v=AC1w1FjAfqE

    En una hermética habitación, segura y silenciosa, hay un reloj de arena que se está moviendo. Es imposible voltearlo para volver a comenzar, es inútil intentar destruirlo o sacudirlo para alterar su recorrido.
    Lleva 45 años contando el tiempo y por primera vez en mucho tiempo, se está vaciando el nivel superior.

    Cuando la arena termine de caer, Matsuri Aizawa morirá. Y así como el reloj se voltea, él comenzará de nuevo en algún cuerpo nuevo, en algún lugar del mundo. Una y otra vez, hasta lograr su cometido: preservar lo que mas ama.

    Un gran terremoto devastará la costa hasta partir el monte Fuji, fragmentar el Aokigahara y provocar un tsunami que haga desaparecer el último gran pulmón de Japón, el más antiguo y el más sagrado.

    Tendrá epicentro a 10 kilómetros de la prefectura de Yamanashi, expandirá hasta desaparecer Kobe y sucederá en algún momento, algún día, cuando deba suceder. Pero sucederá ye se será el día en que el reloj se detenga , y todo rastro de criaturas mágicas, ancestrales, benévolas u hostiles, salvajes o gentiles, habrá desaparecido por siempre.

    Su linaje ancestral sabía de este destino, y como la estrella mas brillante de una constelación, su espíritu ha viajado de cuerpo en cuerpo tratando de encontrar la manera de salvaguardar a las demás.
    Perdió demasiado tiempo intentando determinar cómo detener el cataclismo, hay criaturas divinas, colosos del tiempo que desean que suceda. De ahora en más le buscarán en cada encarnación y le asesinarán tan pronto sea posible.

    El tiempo sigue corriendo, y aunque cada vez tiene mas consciencia de dónde viene y qué debe lograr, el reloj no marca el tiempo del cataclismo, si no el propio.
    Esta vez lleva ventaja, se ha dejado migajas confiando en que sin importar la forma, su espíritu seguiría siendo el mismo, el de curiosidad implacable. Se ha hecho de objetos mágicos, de conocimientos, de libros, de aliados, de recursos, de herramientas, pero no de lo que necesita.
    Busca algo que le permita proteger a su familia del fatídico final. Aún no sabe qué es, dónde está, o si es un "alguien".
    Ahora tiene una pista, tal vez es una puerta al mundo de las hadas, o la posibilidad de acceder a otros planos astrales y habitar el lugar en otro tiempo, o eternamente antes del tsunami. ¿es la llamada puerta de las hadas? ¿es mas bien una fortaleza oculta? ¿o es una anomalía temporal, una grieta en el tejido del universo? ¿hacia dónde buscar? ¿esoterismo o física cuántica, astronomía o paganismo?
    Espera descubrirlo antes de que el reloj se voltee, y mientras tanto, se va dejando rastros, con la esperanza de que su próximo Yo, logre encontrar esa mágica salida.
    Sólo espera no ser el último intento...



    https://www.youtube.com/watch?v=AC1w1FjAfqE En una hermética habitación, segura y silenciosa, hay un reloj de arena que se está moviendo. Es imposible voltearlo para volver a comenzar, es inútil intentar destruirlo o sacudirlo para alterar su recorrido. Lleva 45 años contando el tiempo y por primera vez en mucho tiempo, se está vaciando el nivel superior. Cuando la arena termine de caer, Matsuri Aizawa morirá. Y así como el reloj se voltea, él comenzará de nuevo en algún cuerpo nuevo, en algún lugar del mundo. Una y otra vez, hasta lograr su cometido: preservar lo que mas ama. Un gran terremoto devastará la costa hasta partir el monte Fuji, fragmentar el Aokigahara y provocar un tsunami que haga desaparecer el último gran pulmón de Japón, el más antiguo y el más sagrado. Tendrá epicentro a 10 kilómetros de la prefectura de Yamanashi, expandirá hasta desaparecer Kobe y sucederá en algún momento, algún día, cuando deba suceder. Pero sucederá ye se será el día en que el reloj se detenga , y todo rastro de criaturas mágicas, ancestrales, benévolas u hostiles, salvajes o gentiles, habrá desaparecido por siempre. Su linaje ancestral sabía de este destino, y como la estrella mas brillante de una constelación, su espíritu ha viajado de cuerpo en cuerpo tratando de encontrar la manera de salvaguardar a las demás. Perdió demasiado tiempo intentando determinar cómo detener el cataclismo, hay criaturas divinas, colosos del tiempo que desean que suceda. De ahora en más le buscarán en cada encarnación y le asesinarán tan pronto sea posible. El tiempo sigue corriendo, y aunque cada vez tiene mas consciencia de dónde viene y qué debe lograr, el reloj no marca el tiempo del cataclismo, si no el propio. Esta vez lleva ventaja, se ha dejado migajas confiando en que sin importar la forma, su espíritu seguiría siendo el mismo, el de curiosidad implacable. Se ha hecho de objetos mágicos, de conocimientos, de libros, de aliados, de recursos, de herramientas, pero no de lo que necesita. Busca algo que le permita proteger a su familia del fatídico final. Aún no sabe qué es, dónde está, o si es un "alguien". Ahora tiene una pista, tal vez es una puerta al mundo de las hadas, o la posibilidad de acceder a otros planos astrales y habitar el lugar en otro tiempo, o eternamente antes del tsunami. ¿es la llamada puerta de las hadas? ¿es mas bien una fortaleza oculta? ¿o es una anomalía temporal, una grieta en el tejido del universo? ¿hacia dónde buscar? ¿esoterismo o física cuántica, astronomía o paganismo? Espera descubrirlo antes de que el reloj se voltee, y mientras tanto, se va dejando rastros, con la esperanza de que su próximo Yo, logre encontrar esa mágica salida. Sólo espera no ser el último intento...
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  • — 𝐓𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢هَ𝐧, 𝐭𝐨𝐫𝐜𝐢هَ𝐧, 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨...
    ¡𝐘 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐭𝐨! —

    " ¡PAF! "

    Su puño transmitió tal peso y velocidad que el saco de boxeo se levantó por los aires y después osciló ruidosamente.

    El campeón de Japón en la división peso pluma se sentía lleno de fuerza, motivado.
    — 𝐓𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢هَ𝐧, 𝐭𝐨𝐫𝐜𝐢هَ𝐧, 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨... ¡𝐘 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐭𝐨! — " ¡PAF! " Su puño transmitió tal peso y velocidad que el saco de boxeo se levantó por los aires y después osciló ruidosamente. El campeón de Japón en la división peso pluma se sentía lleno de fuerza, motivado.
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  • — "¡Hey, Ippo! ¿Ya viste el nuevo ejemplar de "Fans del Boxeo"? "—

    Dijo Kimura, entrando al gimnasio con una revista en la mano. Detrás de él venía Aoki. Regresaban de trotar.

    — "Aparece la entrevista que te hizo Imura-san. Esa reportera habla muy bien de ti. "—

    Comentó Aoki, asomándose sobre el hombro de Kimura para leer el artículo.

    — ¿Ya salió? ¡A ver! —

    Interrumpió la serie de jabs contra el saco de boxeo para ir a echar un vistazo. Sonreía un poco, leyendo el título.

    — "¡Mira tu foto! Casi parece que eres alguien de temer. " —

    Bromeó Takamura, quien apareció por un lado, burlón como siempre. Ippo se quejó, haciendo una mueca.

    —"Pero se le olvidó hablar sobre algo muy importante, tu "Súper Ippo Especial". Después de todo eres un peso pesado de la cintura para abajo, ¡bwajajajaja! " —

    — ¡Deja de hablar de eso! —

    Con la cara enrojecida de la vergüenza, Ippo tomó la revista y la incomodidad se le pasó al ver la foto del artículo, en cuyo pie rezaba "Ippo Makunouchi, Campeón Peso Pluma de Japón".

    Y sonrió.
    — "¡Hey, Ippo! ¿Ya viste el nuevo ejemplar de "Fans del Boxeo"? "— Dijo Kimura, entrando al gimnasio con una revista en la mano. Detrás de él venía Aoki. Regresaban de trotar. — "Aparece la entrevista que te hizo Imura-san. Esa reportera habla muy bien de ti. "— Comentó Aoki, asomándose sobre el hombro de Kimura para leer el artículo. — ¿Ya salió? ¡A ver! — Interrumpió la serie de jabs contra el saco de boxeo para ir a echar un vistazo. Sonreía un poco, leyendo el título. — "¡Mira tu foto! Casi parece que eres alguien de temer. " — Bromeó Takamura, quien apareció por un lado, burlón como siempre. Ippo se quejó, haciendo una mueca. —"Pero se le olvidó hablar sobre algo muy importante, tu "Súper Ippo Especial". Después de todo eres un peso pesado de la cintura para abajo, ¡bwajajajaja! " — — ¡Deja de hablar de eso! — Con la cara enrojecida de la vergüenza, Ippo tomó la revista y la incomodidad se le pasó al ver la foto del artículo, en cuyo pie rezaba "Ippo Makunouchi, Campeón Peso Pluma de Japón". Y sonrió.
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  • Y un día, simplemente sucedió. Bajo sus narices, en algun momento de la noche, sin que pudiera hacer nada al respecto.
    Creyó que estas cosas dejarían de pasarle al abandonar su Japón natal y alejarse de su hogar ancestral.
    Pero la decepcion vino de la mano, de la mas profunda impotencia.
    Estaba destruidos, lo estuvo por unos minutos en lo que cayó al suelo derrotado por la circunstancia, con su albornoz oriental flotando y cayendo pacíficamente al piso. Sin embargo, la sensación de derrota le duró poco, apretó los puños y se levantó de entre sus penas, para mirar a todos lados con ira, pues sus lagrimas no disminuirían no un ápice, su deseo de venganza.
    Salió de ahí, y le gritó al mundo lo que su refrigerador habia sufrido en silencio:
    Y un día, simplemente sucedió. Bajo sus narices, en algun momento de la noche, sin que pudiera hacer nada al respecto. Creyó que estas cosas dejarían de pasarle al abandonar su Japón natal y alejarse de su hogar ancestral. Pero la decepcion vino de la mano, de la mas profunda impotencia. Estaba destruidos, lo estuvo por unos minutos en lo que cayó al suelo derrotado por la circunstancia, con su albornoz oriental flotando y cayendo pacíficamente al piso. Sin embargo, la sensación de derrota le duró poco, apretó los puños y se levantó de entre sus penas, para mirar a todos lados con ira, pues sus lagrimas no disminuirían no un ápice, su deseo de venganza. Salió de ahí, y le gritó al mundo lo que su refrigerador habia sufrido en silencio:
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  • El Dios estaba sentado en una banca en el parque, nieve cayendo a su alrededor aunque fuera otoño en Japón.

    —Ah...—Mira su libro y lo cierra, contento.—No todos los días escribo mi propio nacimiento.

    Recuerda el pasado, y suspira.

    —Todo gracias a él...—En su mano se manifiestan llamas cerúleas, que toman la forma del dragón legendario.—Mi mejor creación, en mi opinión...

    El Dios estaba sentado en una banca en el parque, nieve cayendo a su alrededor aunque fuera otoño en Japón. —Ah...—Mira su libro y lo cierra, contento.—No todos los días escribo mi propio nacimiento. Recuerda el pasado, y suspira. —Todo gracias a él...—En su mano se manifiestan llamas cerúleas, que toman la forma del dragón legendario.—Mi mejor creación, en mi opinión...
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  • //rol en el futuro año 2xxx//

    Los humanos ya sospechan de mi existencia, comienza a ser problemático que los humanos se enteren que sigo vivo... Pero.... ¿Cómo se han enterado de que no soy una leyenda o en dónde estoy?

    Japón es peligroso por desgracia, ni siquiera pueden fingir que no saben que existo? Sus emboscadas son terribles y hablando de terribles

    -giro el tambor de la pistola recargando su arma continuando por apuntar a la hilera de hombres -

    Uno de ustedes es el traidor que está pasando información de mi existencia a aquellos desagradables humanos. Es mejor que el responsable admita su responsabilidad de lo contrario... Desearan haber muerto por esta bala y no del modo en el que mataba a los demonios cuando vivía en el periodo feudal
    //rol en el futuro año 2xxx// Los humanos ya sospechan de mi existencia, comienza a ser problemático que los humanos se enteren que sigo vivo... Pero.... ¿Cómo se han enterado de que no soy una leyenda o en dónde estoy? Japón es peligroso por desgracia, ni siquiera pueden fingir que no saben que existo? Sus emboscadas son terribles y hablando de terribles -giro el tambor de la pistola recargando su arma continuando por apuntar a la hilera de hombres - Uno de ustedes es el traidor que está pasando información de mi existencia a aquellos desagradables humanos. Es mejor que el responsable admita su responsabilidad de lo contrario... Desearan haber muerto por esta bala y no del modo en el que mataba a los demonios cuando vivía en el periodo feudal
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  • *Analepsis*

    𝑲𝒂𝒛𝒖𝒐

    Era joven... Demasiado joven si hablamos en términos de inmortalidad. Apenas había comenzado a tener consciencia propia, comprender la diferencia entre el bien y el mal. Durante los últimos cien años, su única preocupación había sido alimentarse y sobrevivir, como un zorro común en la oscuridad del bosque.

    No eran tiempos fáciles. Japón estaba lejos de la unificación, y las guerras y masacres por el control de los territorios eran constantes y devastadoras. Ni siquiera los espíritus estaban a salvo de la tragedia que traía consigo la oscuridad en el corazón de los hombres.

    El zorro corría... Corría sin descanso, huyendo del fuego que devoraba su amado bosque. Exhausto y herido, terminó desplomándose en una charca, esperando que el agua lo protegiera de alguna manera, o que al menos se llevara su alma. No podía continuar; sentía cómo sus pulmones ardían, cada respiración era un suplicio. Los escuchaba, esos seres de corazones oscuros que caminaban sobre dos patas se acercaban cada vez más. Pero él no podía moverse, su cuerpo había cedido ante la desesperación.

    No sabemos si fue un acto de gracia divina o un último aliento de su instinto de supervivencia, pero en ese momento, el zorro se transformó, adoptando la forma de aquellos que lo perseguían. Yacía entre el agua y la tierra, en posición fetal, mientras una larga melena plateada se deslizaba por los contornos de su nuevo cuerpo, sus extremos flotando en el agua. Los pasos se acercaban, pero él no sabía si sería capaz de levantarse, de caminar sobre esas dos piernas recién adquiridas.

    A poca distancia, una familia de campesinos huía, dejando todo atrás: un matrimonio con sus tres hijos, llevando apenas lo puesto y una pequeña carreta tirada por un mulo. De repente, el hijo menor gritó: —¡Mamá, Papá, miren allí!—. Los padres siguieron con la mirada la dirección en que señalaba el niño, y lo vieron: un joven de cabellos color de luna, desnudo, tirado en el agua. No podían detener su huida, pero tampoco podían dejarlo allí; más bien, no querían.

    El matrimonio se acercó con cautela al zorro, ahora convertido en un hermoso joven. La madre, conmovida al ver que solo era un niño, miró a su esposo, y sin necesidad de palabras, supieron que debían llevárselo. El hombre lo alzó con cuidado y lo colocó en su humilde carreta. Sin mirar atrás, continuaron su huida, lejos del fuego, lejos de la masacre, con un hijo más en su familia.
    *Analepsis* 𝑲𝒂𝒛𝒖𝒐 Era joven... Demasiado joven si hablamos en términos de inmortalidad. Apenas había comenzado a tener consciencia propia, comprender la diferencia entre el bien y el mal. Durante los últimos cien años, su única preocupación había sido alimentarse y sobrevivir, como un zorro común en la oscuridad del bosque. No eran tiempos fáciles. Japón estaba lejos de la unificación, y las guerras y masacres por el control de los territorios eran constantes y devastadoras. Ni siquiera los espíritus estaban a salvo de la tragedia que traía consigo la oscuridad en el corazón de los hombres. El zorro corría... Corría sin descanso, huyendo del fuego que devoraba su amado bosque. Exhausto y herido, terminó desplomándose en una charca, esperando que el agua lo protegiera de alguna manera, o que al menos se llevara su alma. No podía continuar; sentía cómo sus pulmones ardían, cada respiración era un suplicio. Los escuchaba, esos seres de corazones oscuros que caminaban sobre dos patas se acercaban cada vez más. Pero él no podía moverse, su cuerpo había cedido ante la desesperación. No sabemos si fue un acto de gracia divina o un último aliento de su instinto de supervivencia, pero en ese momento, el zorro se transformó, adoptando la forma de aquellos que lo perseguían. Yacía entre el agua y la tierra, en posición fetal, mientras una larga melena plateada se deslizaba por los contornos de su nuevo cuerpo, sus extremos flotando en el agua. Los pasos se acercaban, pero él no sabía si sería capaz de levantarse, de caminar sobre esas dos piernas recién adquiridas. A poca distancia, una familia de campesinos huía, dejando todo atrás: un matrimonio con sus tres hijos, llevando apenas lo puesto y una pequeña carreta tirada por un mulo. De repente, el hijo menor gritó: —¡Mamá, Papá, miren allí!—. Los padres siguieron con la mirada la dirección en que señalaba el niño, y lo vieron: un joven de cabellos color de luna, desnudo, tirado en el agua. No podían detener su huida, pero tampoco podían dejarlo allí; más bien, no querían. El matrimonio se acercó con cautela al zorro, ahora convertido en un hermoso joven. La madre, conmovida al ver que solo era un niño, miró a su esposo, y sin necesidad de palabras, supieron que debían llevárselo. El hombre lo alzó con cuidado y lo colocó en su humilde carreta. Sin mirar atrás, continuaron su huida, lejos del fuego, lejos de la masacre, con un hijo más en su familia.
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