• Intenté reparar lo que yo misma rompí, obviamente no pude, no es como en japón, que las piezas rotas unidas con oro son más valiosas, aquí, cuando se rompe, se rompió y nada es capaz de subsanarlo.
    Intenté reparar lo que yo misma rompí, obviamente no pude, no es como en japón, que las piezas rotas unidas con oro son más valiosas, aquí, cuando se rompe, se rompió y nada es capaz de subsanarlo.
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  • -Fue que en uno de sus viajes, por un mundo fantástico inspirado en Japón, llego a aquel hermoso pueblo donde el corazón del lugar, parecía sacado de un sueño, maravillada por ese gran árbol de cerezo, cuyos pétalos son llevados por el viento, dado sensación de estar nevado.

    Como si estuviera hipnotizada, camino hasta el cerezo, donde ai estar cerca de aquel cerezo, pudo sentir una gran paz.

    Cerro sus ojos para asi sentir la suave brisa acariciando su rostro.

    Dio un profundo suspiro, abriendo los ojos-.

    Hermoso...

    -Comentó con una gentil sonrisa -.
    -Fue que en uno de sus viajes, por un mundo fantástico inspirado en Japón, llego a aquel hermoso pueblo donde el corazón del lugar, parecía sacado de un sueño, maravillada por ese gran árbol de cerezo, cuyos pétalos son llevados por el viento, dado sensación de estar nevado. Como si estuviera hipnotizada, camino hasta el cerezo, donde ai estar cerca de aquel cerezo, pudo sentir una gran paz. Cerro sus ojos para asi sentir la suave brisa acariciando su rostro. Dio un profundo suspiro, abriendo los ojos-. Hermoso... -Comentó con una gentil sonrisa -.
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  • Se dignó a visitar la isla de Honshu en Japón, para explorar la ciudad de Kioto. El lugar era pintoresco, lleno de mucha historia y personas amables. Habían muchos templos budistas, santuarios, palacios imperiales. A Takashi siempre le ha interesado la historia de su país, pero no viajaba mucho. Ésta fue una ocasión especial porque tenía que obtener conocimiento para su trabajo.

    Incluso escuchó que esa noche habría una presentación especial de Geishas en un salón famoso de bailes sobre éstas bellezas. No estaba interesado parcialmente, pero tenía mucho tiempo así que se preparó para asistir luego de su recorrido por las calles de la antigua capital.
    Se dignó a visitar la isla de Honshu en Japón, para explorar la ciudad de Kioto. El lugar era pintoresco, lleno de mucha historia y personas amables. Habían muchos templos budistas, santuarios, palacios imperiales. A Takashi siempre le ha interesado la historia de su país, pero no viajaba mucho. Ésta fue una ocasión especial porque tenía que obtener conocimiento para su trabajo. Incluso escuchó que esa noche habría una presentación especial de Geishas en un salón famoso de bailes sobre éstas bellezas. No estaba interesado parcialmente, pero tenía mucho tiempo así que se preparó para asistir luego de su recorrido por las calles de la antigua capital.
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  • — Era su primer día en la nueva universidad, en Tokio la gran ciudad, Reiko jamás había salido de Shizuoka en Japón pero al ser aceptada en la universidad de Japón tuvo que mudarse por si misma, sus padres costearon el viaje y su departamento que era algo pequeño pero se tenía que adaptar. Decidió intentar verse sencilla y solo aplicó algo de brillo labial sobre sus labios porque desconocía el maquillaje en general, tomó el metro hasta la universidad sin muchas distracciones y se dirigió hasta allá con paso calmado todavía era bastante temprano llegó justo a tiempo para la ceremonia de presentación y se unió a los demás estudiantes que la miraban un tanto extraño eso le causo algo de ansiedad. Al terminar todo aquello fueron a su aula correspondiente le tocó la clase 2-B. En ese momento llego lo que más temía Reiko las presentaciones y así de rápido llegó su turno. Con dificultad se levantó cuidadosamente del pupitre alzó la cabeza sin mirar demasiado a sus compañeros para no sentirse intimidada sintió un nudo en su garganta, las manos sudadas, el rostro rojo. Y con torpeza finalmente hablo entre tartamudeos. —

    ¡M-mi nombre es Reiko T-takanashi!.
    — Era su primer día en la nueva universidad, en Tokio la gran ciudad, Reiko jamás había salido de Shizuoka en Japón pero al ser aceptada en la universidad de Japón tuvo que mudarse por si misma, sus padres costearon el viaje y su departamento que era algo pequeño pero se tenía que adaptar. Decidió intentar verse sencilla y solo aplicó algo de brillo labial sobre sus labios porque desconocía el maquillaje en general, tomó el metro hasta la universidad sin muchas distracciones y se dirigió hasta allá con paso calmado todavía era bastante temprano llegó justo a tiempo para la ceremonia de presentación y se unió a los demás estudiantes que la miraban un tanto extraño eso le causo algo de ansiedad. Al terminar todo aquello fueron a su aula correspondiente le tocó la clase 2-B. En ese momento llego lo que más temía Reiko las presentaciones y así de rápido llegó su turno. Con dificultad se levantó cuidadosamente del pupitre alzó la cabeza sin mirar demasiado a sus compañeros para no sentirse intimidada sintió un nudo en su garganta, las manos sudadas, el rostro rojo. Y con torpeza finalmente hablo entre tartamudeos. — ¡M-mi nombre es Reiko T-takanashi!.
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  • Buscando objetivos
    Categoría Drama
    Ya llevaba aproximadamente un mes, viviendo en Japón después de su regreso desde Estados Unidos.

    Itachi, no le agradaba regresar a su país de origen, ya que cada lugar que regresaba permanecía un recuerdo amargo; aun así, en Okinawa tendría una pequeña casa.


    itachi, ya se encontraba bastante estresado por no tener un trabajo, que permanecía encerrado en su casa, pensando si abandonar su país o no.*


    -ugh, extraño a mis amigos…


    *. Murmuró, presionando el entrecejo con la diestra, hasta que una suave brisa le acaricio su rostro como el dorso mismo, que le hizo recordar que el mar está a uno pocos pasos de su hogar…*

    - Mm, el mar…* menciono alegre como hubiese olvidado completamente de la playa, que todo sus pensamientos se disiparon rápidamente, pensando en solo pasar la tarde bajo los rayos del sol.*

    -mañana será...* dijo, refiriéndose que mañana iría a buscar trabajo, por ahora se fue a la habitación a cambiarse y buscar lo necesario para ir al mar.

    Después de unos 20 minutos, ya se encontraba vistiendo unas bermudas, sandalias y camisa blanca, que de su brazo colgaba un bolso llevando sus pertenencias.*

    Debí almorzar... pero bueno. * menciono despreocupado, abandonando la sala de la casa por el ventanal el cual lo llevaría directamente a una escalera que conducía a un puente de madera qué terminaría en la playa.*


    - al parecer hoy no viene nadie…
    Ya llevaba aproximadamente un mes, viviendo en Japón después de su regreso desde Estados Unidos. Itachi, no le agradaba regresar a su país de origen, ya que cada lugar que regresaba permanecía un recuerdo amargo; aun así, en Okinawa tendría una pequeña casa. itachi, ya se encontraba bastante estresado por no tener un trabajo, que permanecía encerrado en su casa, pensando si abandonar su país o no.* -ugh, extraño a mis amigos… *. Murmuró, presionando el entrecejo con la diestra, hasta que una suave brisa le acaricio su rostro como el dorso mismo, que le hizo recordar que el mar está a uno pocos pasos de su hogar…* - Mm, el mar…* menciono alegre como hubiese olvidado completamente de la playa, que todo sus pensamientos se disiparon rápidamente, pensando en solo pasar la tarde bajo los rayos del sol.* -mañana será...* dijo, refiriéndose que mañana iría a buscar trabajo, por ahora se fue a la habitación a cambiarse y buscar lo necesario para ir al mar. Después de unos 20 minutos, ya se encontraba vistiendo unas bermudas, sandalias y camisa blanca, que de su brazo colgaba un bolso llevando sus pertenencias.* Debí almorzar... pero bueno. * menciono despreocupado, abandonando la sala de la casa por el ventanal el cual lo llevaría directamente a una escalera que conducía a un puente de madera qué terminaría en la playa.* - al parecer hoy no viene nadie…
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  • #Parents

    Cuando discutía con sus padres el tener dos nacionalidades era un dolor de cabeza.

    Tenía varias llamadas perdidas de ellos y una amenaza que pondrían su cartel de "desaparecido" por todos lados, así que no tuvo de otra más que llamarlos. Aunque luego de charlar con su madre primero y después con su padre, estaba un poco frustrado.

    — ¿Guardaespaldas? ¿Porqué necesitaría guardaespaldas? No soy un niño.

    Su padre alzó la voz através de la llamada, así que tuvo que alejar el teléfono de su oreja mientras fruncía sus labios y nariz, notablemente disgustado. Ésta vez su tono no era tranquilo y correspondió al idioma de su padre.

    — Shinpai shiteru kuse ni, naze mukae ni konai?!(Si estás preocupado por mí, ¿Entonces porqué no vienes a buscarme? )

    Su japonés fue fluido y constante, incluso en el uso de las expresiones. Pero al ser una llamada compartida, su mamá también lo escuchó y no tardó en regañarlo.

    — Tu viens de crier sur ton père ? Vraiment pas… (¿Le acabas de gritar a tu padre? Realmente no acabas de hacerlo...)

    Joshua se frotó la cien consternado y se mordió el labio sabiendo que seguramente sus padres lo castigarían al regresar a Francia. Pero también no había querido alzar la voz, pero al saber que planeaban escoltarlo con guardias, no sabía cómo reaccionar.

    — Maman, je veux juste m'amuser un peu. C'est mal? (Mamá, sólo quiero divertirme, ¿Está mal?.)

    Al final luego de seguir hablando con ambos durante dos horas y disculparse, finalizó la llamada. No le gustaba Japón, pero llegó al acuerdo de que a cambio de seguir disfrutando de sus "vacaciones", regresaría a Japón en lugar de Francia y ayudar a su papá en la empresa. Suspiró pensativo mientras se sentaba en una banca vacía en el parque donde se encontraba. Sólo para terminar formando una sonrisa sutil en sus labios, de la cual sólo él sabía el significado.
    #Parents Cuando discutía con sus padres el tener dos nacionalidades era un dolor de cabeza. Tenía varias llamadas perdidas de ellos y una amenaza que pondrían su cartel de "desaparecido" por todos lados, así que no tuvo de otra más que llamarlos. Aunque luego de charlar con su madre primero y después con su padre, estaba un poco frustrado. — ¿Guardaespaldas? ¿Porqué necesitaría guardaespaldas? No soy un niño. Su padre alzó la voz através de la llamada, así que tuvo que alejar el teléfono de su oreja mientras fruncía sus labios y nariz, notablemente disgustado. Ésta vez su tono no era tranquilo y correspondió al idioma de su padre. — Shinpai shiteru kuse ni, naze mukae ni konai?!(Si estás preocupado por mí, ¿Entonces porqué no vienes a buscarme? ) Su japonés fue fluido y constante, incluso en el uso de las expresiones. Pero al ser una llamada compartida, su mamá también lo escuchó y no tardó en regañarlo. — Tu viens de crier sur ton père ? Vraiment pas… (¿Le acabas de gritar a tu padre? Realmente no acabas de hacerlo...) Joshua se frotó la cien consternado y se mordió el labio sabiendo que seguramente sus padres lo castigarían al regresar a Francia. Pero también no había querido alzar la voz, pero al saber que planeaban escoltarlo con guardias, no sabía cómo reaccionar. — Maman, je veux juste m'amuser un peu. C'est mal? (Mamá, sólo quiero divertirme, ¿Está mal?.) Al final luego de seguir hablando con ambos durante dos horas y disculparse, finalizó la llamada. No le gustaba Japón, pero llegó al acuerdo de que a cambio de seguir disfrutando de sus "vacaciones", regresaría a Japón en lugar de Francia y ayudar a su papá en la empresa. Suspiró pensativo mientras se sentaba en una banca vacía en el parque donde se encontraba. Sólo para terminar formando una sonrisa sutil en sus labios, de la cual sólo él sabía el significado.
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  • #Friends

    Planeando la próxima salida con sus amigos, aunque tenían opiniones diversas.


    — Después de Dubái, vamos a la Torre Eiffel.

    Su amigo que era de Japón opinó, Joshua sólo le dió una mirada silenciosa. En cambio otro amigo suyo que era ruso, le dió un golpe leve en su cabeza y habló con ese acento tan marcado.

    — Joshua es de Francia, ¿Quieres que apenas pise el suelo del país lleguen los guardias de sus papás a llevárselo?

    Era de hecho que sus padres no sabían que su único y adorado hijo estaba en la otra parte del mundo, viajando. Cuando se suponía que estaba en un viaje de estudios de la universidad.

    — Vamos a ver a Tinkerbell. - Propuso el ruso. Joshua se quedó pensativo.

    — ¿Vamos a Disneyland?
    — Disneyland suena mejor.

    Al final estaban de acuerdo en algo. Aunque Joshua todavía no quería abandonar Dubái por un motivo personal, simplemente no podía retener más a sus amigos que habían planeado ese viaje por todo un año.
    #Friends Planeando la próxima salida con sus amigos, aunque tenían opiniones diversas. — Después de Dubái, vamos a la Torre Eiffel. Su amigo que era de Japón opinó, Joshua sólo le dió una mirada silenciosa. En cambio otro amigo suyo que era ruso, le dió un golpe leve en su cabeza y habló con ese acento tan marcado. — Joshua es de Francia, ¿Quieres que apenas pise el suelo del país lleguen los guardias de sus papás a llevárselo? Era de hecho que sus padres no sabían que su único y adorado hijo estaba en la otra parte del mundo, viajando. Cuando se suponía que estaba en un viaje de estudios de la universidad. — Vamos a ver a Tinkerbell. - Propuso el ruso. Joshua se quedó pensativo. — ¿Vamos a Disneyland? — Disneyland suena mejor. Al final estaban de acuerdo en algo. Aunque Joshua todavía no quería abandonar Dubái por un motivo personal, simplemente no podía retener más a sus amigos que habían planeado ese viaje por todo un año.
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  • 𝗔𝗻𝘁𝗲𝘀 𝘆 𝗮𝗵𝗼𝗿𝗮 𝗿𝗲𝗶𝗻𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗼𝘀.
    Fandom Crossover
    Categoría Aventura
    -Parece que la reliquia que buscábamos esta ahi.

    La vieja edificación italiana a la orilla de una colina, muy bien preservada, con suficientes fondos para mantenerla aun después de las remuneraciones internas y sobre todo, con una cantidad brutal de segurida.

    -¿Te refieres a la villa llena de guardias, cámaras de seguridad y un montón de detectores de movimiento en los puntos ciegos?

    Pregunto con una ceja curiosa bien marcada. El otro lado del audífono se quedo en silencio por unos segundos antes de escuchar respuesta.

    -... Si, esa misma.

    Asintió a la respuesta bien esperada.Examino cada una de las entradas y salidas, pero no podía encontrar ningún tipo de método de entrada a excepción de dos opciones; el barranco desde el cual la seguridad estuviera desprovista de guardias y camaras, o la entrada mas arriesgada, la puerta de servicio.
    Si bien la segunda opción era tentadora, por los datos que tenian, todos los meseros, cocineros y asistentes habían sido escaneados previamente para evitar robos o perdidas. Y como no iban a hacerlo, la gala benéfica con artefactos robados de tumbas de todas partes del mundo, desde Japón hasta México, Brasil y reliquias arrebatadas de nativos Africanos y comunidades indígenas de distintos países, así como cierta reliquia que, se rumoreaba, podía conceder deseos al ser usada.

    -Supongo que toca escalar un poco.

    Tomo su pequeña mochila, recorriendo todo el camino a pie, escondiéndose entre los viñedos y los arboles de los alrededores, tardando alrededor de una hora en llegar hasta la zona mas baja, con el tiempo justo hasta antes de la llegada de los invitados justo al anochecer, con solo la luz justa para analizar el camino de subida.

    -Venga, Lara. No tenemos toda la noche.

    Se burlo la voz al otro lado del audifono.

    -Hagamos una cosa -Se ajusto los guantes, sacando todo su equipo de escalada, agradeciendo que la roca le daba una ruta natural para subir.- La próxima vez, tu te trepas y yo me quedo en casa.

    -Echarias de menos mi encanto. Sabes que se me da mal hacer ejercicio.

    -Si, claro. -Respondió con un animo demasiado fingido, escuchando como su compañero al otro lado se ahogaba con su soda o lo que fuera que tocara para mantenerse activo y consentrado.

    -ROL LIBRE-
    -Parece que la reliquia que buscábamos esta ahi. La vieja edificación italiana a la orilla de una colina, muy bien preservada, con suficientes fondos para mantenerla aun después de las remuneraciones internas y sobre todo, con una cantidad brutal de segurida. -¿Te refieres a la villa llena de guardias, cámaras de seguridad y un montón de detectores de movimiento en los puntos ciegos? Pregunto con una ceja curiosa bien marcada. El otro lado del audífono se quedo en silencio por unos segundos antes de escuchar respuesta. -... Si, esa misma. Asintió a la respuesta bien esperada.Examino cada una de las entradas y salidas, pero no podía encontrar ningún tipo de método de entrada a excepción de dos opciones; el barranco desde el cual la seguridad estuviera desprovista de guardias y camaras, o la entrada mas arriesgada, la puerta de servicio. Si bien la segunda opción era tentadora, por los datos que tenian, todos los meseros, cocineros y asistentes habían sido escaneados previamente para evitar robos o perdidas. Y como no iban a hacerlo, la gala benéfica con artefactos robados de tumbas de todas partes del mundo, desde Japón hasta México, Brasil y reliquias arrebatadas de nativos Africanos y comunidades indígenas de distintos países, así como cierta reliquia que, se rumoreaba, podía conceder deseos al ser usada. -Supongo que toca escalar un poco. Tomo su pequeña mochila, recorriendo todo el camino a pie, escondiéndose entre los viñedos y los arboles de los alrededores, tardando alrededor de una hora en llegar hasta la zona mas baja, con el tiempo justo hasta antes de la llegada de los invitados justo al anochecer, con solo la luz justa para analizar el camino de subida. -Venga, Lara. No tenemos toda la noche. Se burlo la voz al otro lado del audifono. -Hagamos una cosa -Se ajusto los guantes, sacando todo su equipo de escalada, agradeciendo que la roca le daba una ruta natural para subir.- La próxima vez, tu te trepas y yo me quedo en casa. -Echarias de menos mi encanto. Sabes que se me da mal hacer ejercicio. -Si, claro. -Respondió con un animo demasiado fingido, escuchando como su compañero al otro lado se ahogaba con su soda o lo que fuera que tocara para mantenerse activo y consentrado. -ROL LIBRE-
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  • La vida había seguido sin él, había dejado Japón, le daba miedo que alguien lo identificara por el contenido que hizo.
    Estaba recién mudado a Corea del Sur, más exactamente Busan.

    Había vendido el departamento que su mamá le dejó en la herencia, también vendió toda su ropa, cerró todas sus redes sociales y comenzó a utilizar el apellido de su papá "Jeon"

    Estaba perdido, bien perdido, pero....¿le daba miedo?
    No. Para nada. Nadie lo reconocía, nadie lo acosaba.

    Ya no era esa pequeña figura afeminada de, había crecido igual que sus hermanos mayores, aún tenía rasgos muy delicados, pero de estatura ya no era lo mismo , ahora estaba en casi el 1.70m.

    Con calma, sacó su cámara profesional, aprovechó que no había ningún auto y corrió a tomar una fotografía.

    Volvió a la banqueta, viendo las fotos con una sonrisa, pero derrepente, la sonrisa se borró. El deseo de desear tener a alguien a quien mostrarle aquello volvió.

    Suspiró, se resignó y comenzó a caminar con la camara en mano, congelando en fotos la vida casual de Busan.
    La vida había seguido sin él, había dejado Japón, le daba miedo que alguien lo identificara por el contenido que hizo. Estaba recién mudado a Corea del Sur, más exactamente Busan. Había vendido el departamento que su mamá le dejó en la herencia, también vendió toda su ropa, cerró todas sus redes sociales y comenzó a utilizar el apellido de su papá "Jeon" Estaba perdido, bien perdido, pero....¿le daba miedo? No. Para nada. Nadie lo reconocía, nadie lo acosaba. Ya no era esa pequeña figura afeminada de, había crecido igual que sus hermanos mayores, aún tenía rasgos muy delicados, pero de estatura ya no era lo mismo , ahora estaba en casi el 1.70m. Con calma, sacó su cámara profesional, aprovechó que no había ningún auto y corrió a tomar una fotografía. Volvió a la banqueta, viendo las fotos con una sonrisa, pero derrepente, la sonrisa se borró. El deseo de desear tener a alguien a quien mostrarle aquello volvió. Suspiró, se resignó y comenzó a caminar con la camara en mano, congelando en fotos la vida casual de Busan.
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  • Habían pasado tres días desde lo ocurrido en Japón, y Mark seguía luchando por apartar los recuerdos que constantemente regresaban a su mente. Aunque había vuelto a los Estados Unidos y retomado su rutina diaria como superhéroe, aquella experiencia en el monte Fuji seguía muy presente. Sabía que no sería fácil superarla, pero estaba decidido a intentarlo. Su prometida tampoco estaba cerca; se encontraba en otro país atendiendo asuntos importantes y no regresaría hasta el sábado por la tarde. Ante la perspectiva de una soledad incómoda en el departamento de ella, Mark optó por regresar a su hogar habitual.

    Esa noche de viernes, aterrizó en el suelo de su habitación. El traje azul y negro que llevaba estaba cubierto de polvo y manchas de su último enfrentamiento contra los hermanos Mauler. Sentía sus músculos tensos, casi incapaces de relajarse, y lo único que deseaba era quitarse la máscara, dejarse caer sobre la cama y desconectarse del mundo por algunas horas mientras intentaba dormir.

    Sin embargo, algo llamó su atención. Había algo fuera de lugar. Dos siluetas se perfilaban contra la suave luz que emanaba de la lámpara encendida en la habitación. No eran figuras desconocidas; Mark las reconoció al instante, aunque no podía entender qué hacían allí.

    —¿Ustedes? Wow, qué sorpresa volver a verlos. ¿C-cómo me encontraron? —preguntó con una leve sonrisa, mientras extendía ambos brazos y mostraba las palmas abiertas en un gesto que mezclaba sorpresa y una ligera dosis de confusión.
    Habían pasado tres días desde lo ocurrido en Japón, y Mark seguía luchando por apartar los recuerdos que constantemente regresaban a su mente. Aunque había vuelto a los Estados Unidos y retomado su rutina diaria como superhéroe, aquella experiencia en el monte Fuji seguía muy presente. Sabía que no sería fácil superarla, pero estaba decidido a intentarlo. Su prometida tampoco estaba cerca; se encontraba en otro país atendiendo asuntos importantes y no regresaría hasta el sábado por la tarde. Ante la perspectiva de una soledad incómoda en el departamento de ella, Mark optó por regresar a su hogar habitual. Esa noche de viernes, aterrizó en el suelo de su habitación. El traje azul y negro que llevaba estaba cubierto de polvo y manchas de su último enfrentamiento contra los hermanos Mauler. Sentía sus músculos tensos, casi incapaces de relajarse, y lo único que deseaba era quitarse la máscara, dejarse caer sobre la cama y desconectarse del mundo por algunas horas mientras intentaba dormir. Sin embargo, algo llamó su atención. Había algo fuera de lugar. Dos siluetas se perfilaban contra la suave luz que emanaba de la lámpara encendida en la habitación. No eran figuras desconocidas; Mark las reconoció al instante, aunque no podía entender qué hacían allí. —¿Ustedes? Wow, qué sorpresa volver a verlos. ¿C-cómo me encontraron? —preguntó con una leve sonrisa, mientras extendía ambos brazos y mostraba las palmas abiertas en un gesto que mezclaba sorpresa y una ligera dosis de confusión.
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