Baelz había recibido por correo una gran caja. Con la curiosidad que la caracterizaba, se dispuso a abrirla de manera desordenada. Dentro encontró una torre de naipes perfectamente alineada, una tras otra, todas con el as de corazón.
¿Acaso era una broma? No se tomó ni un segundo en pensarlo y se dispuso a darle una patada. Demasiado orden la ponía de mal humor. Lo extraño fue que su pie se quedo congelado a un centímetro de la torre, cómo si hubiera una barrera invisible.
— Mejor dejemos las cosas así...— murmuró ignorando el problema
Miró el reloj, llegaba tarde, como siempre. Agarró rápido su abrigo antes de salir corriendo. Lo que no esperaba era ver la ciudad completamente ordenada. Llevo una mano a la sien sintiendo un fuerte dolor de cabeza.
— Aburrido...— dijó para si misma, intentando hacer chocar un auto que pasaba cerca, pero en lugar de eso, el vehículo sólo aceleró más rápido. Alcanzado exactamente la misma velocidad que los otros
¿Acaso era una broma? No se tomó ni un segundo en pensarlo y se dispuso a darle una patada. Demasiado orden la ponía de mal humor. Lo extraño fue que su pie se quedo congelado a un centímetro de la torre, cómo si hubiera una barrera invisible.
— Mejor dejemos las cosas así...— murmuró ignorando el problema
Miró el reloj, llegaba tarde, como siempre. Agarró rápido su abrigo antes de salir corriendo. Lo que no esperaba era ver la ciudad completamente ordenada. Llevo una mano a la sien sintiendo un fuerte dolor de cabeza.
— Aburrido...— dijó para si misma, intentando hacer chocar un auto que pasaba cerca, pero en lugar de eso, el vehículo sólo aceleró más rápido. Alcanzado exactamente la misma velocidad que los otros
Baelz había recibido por correo una gran caja. Con la curiosidad que la caracterizaba, se dispuso a abrirla de manera desordenada. Dentro encontró una torre de naipes perfectamente alineada, una tras otra, todas con el as de corazón.
¿Acaso era una broma? No se tomó ni un segundo en pensarlo y se dispuso a darle una patada. Demasiado orden la ponía de mal humor. Lo extraño fue que su pie se quedo congelado a un centímetro de la torre, cómo si hubiera una barrera invisible.
— Mejor dejemos las cosas así...— murmuró ignorando el problema
Miró el reloj, llegaba tarde, como siempre. Agarró rápido su abrigo antes de salir corriendo. Lo que no esperaba era ver la ciudad completamente ordenada. Llevo una mano a la sien sintiendo un fuerte dolor de cabeza.
— Aburrido...— dijó para si misma, intentando hacer chocar un auto que pasaba cerca, pero en lugar de eso, el vehículo sólo aceleró más rápido. Alcanzado exactamente la misma velocidad que los otros