• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Quién lo observa no ve un hombre... Ve un vértigo de carne y tinta azabachada. Cada tatuaje es un versículo oscuro, una palabra de Poe que el ángel grababa.

    Se ríe. El espectador tiembla. Algo en esa risa tiene filo de espada rota, algo que le dice.

    Esto no es decadencia…Esto es lo que queda cuando Dios se da vuelta.
    Quién lo observa no ve un hombre... Ve un vértigo de carne y tinta azabachada. Cada tatuaje es un versículo oscuro, una palabra de Poe que el ángel grababa. Se ríe. El espectador tiembla. Algo en esa risa tiene filo de espada rota, algo que le dice. Esto no es decadencia…Esto es lo que queda cuando Dios se da vuelta.
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  • La luz de la mañana se coló entre las cortinas, un rayo tímido que fue suficiente para hacerla parpadear y despertar. Sailor se movió lentamente, aún envuelta en el calor de las sábanas y en el abrazo de Alek, que dormía profundamente a su lado. Se giró con cuidado, sus ojos se suavizaron al verlo tan tranquilo, con el ceño apenas fruncido, como si incluso en sueños llevara el peso del mundo. Sonrió con ternura y, sin hacer ruido, se inclinó para dejarle un beso suave en la frente.

    —Qué tierno... —susurró, con una chispa divertida en los ojos—. Te falta nada más una cosita...

    Con sigilo, estiró la mano hacia el pequeño gabinete junto a la cama, abrió con cuidado el cajón y sacó un plumón negro. Soltó una risa bajita, apenas un ji ji ji, mientras se inclinaba sobre él, decidida a obrar su pequeña travesura. Le dibujó un bigote, unos corazones en las mejillas y, por supuesto, le unió las cejas con gran dedicación.

    Después de tal obra de arte, Sailor guardó la prueba criminal debajo de su almohada y se volvió a dormir.

    🇪 🇲 🇧 🇪 🇷 🇼 🇮 🇳 🇬 🇦 🇱 🇪 🇰
    La luz de la mañana se coló entre las cortinas, un rayo tímido que fue suficiente para hacerla parpadear y despertar. Sailor se movió lentamente, aún envuelta en el calor de las sábanas y en el abrazo de Alek, que dormía profundamente a su lado. Se giró con cuidado, sus ojos se suavizaron al verlo tan tranquilo, con el ceño apenas fruncido, como si incluso en sueños llevara el peso del mundo. Sonrió con ternura y, sin hacer ruido, se inclinó para dejarle un beso suave en la frente. —Qué tierno... —susurró, con una chispa divertida en los ojos—. Te falta nada más una cosita... Con sigilo, estiró la mano hacia el pequeño gabinete junto a la cama, abrió con cuidado el cajón y sacó un plumón negro. Soltó una risa bajita, apenas un ji ji ji, mientras se inclinaba sobre él, decidida a obrar su pequeña travesura. Le dibujó un bigote, unos corazones en las mejillas y, por supuesto, le unió las cejas con gran dedicación. Después de tal obra de arte, Sailor guardó la prueba criminal debajo de su almohada y se volvió a dormir. [Emberwing_Alek] 😅
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  • Me alegro encontrarte en este viaje después de todo logramos hablar civilizadamente nos estamos dando otra oportunidad y ahora estamos aquí intentando hacer funcionar lo que teníamos te amo mi hada hermosa Sunshine Clover
    Me alegro encontrarte en este viaje después de todo logramos hablar civilizadamente nos estamos dando otra oportunidad y ahora estamos aquí intentando hacer funcionar lo que teníamos te amo mi hada hermosa [glimmer_black_rhino_706]
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  • Siegfried estaba haciendo furor en la ciudad, era un hombre peculiarmente gallardo, elegante y alto, uno que buscaba ocultar aquel penetrante olor de las sustancias para embalsamar con perfumes y aromas a flores.

    Los mismo habitantes le pedían tener cuidado, lo llenaban de amuletos, oraciones, plegarias, precauciones y apoyo para que nada le pasara.
    Pero después de todo, todos eran ignorantes, puesto que Siegfried no era más que un nombre falso, una fachada falsa y no se diga un rostro robado.

    Debajo que aquella imagen, se encontraba un monstruo que había sido mandado con un solo propósito: Conseguir un nuevo cadaver para su empleador, un receptáculo.

    Pero no podía ser un cadaver cualquiera, tenía que tener afinidad a aquellas artes oscuras, alguien que pudiera caminar en ambos mundos sin necesidad de depender de la noche, un cetro o varita o...un sacrificio.

    Sus viajes le llevaron a aquella ciudad, rápidamente disponiendo al viejo sepulturero y tomando su lugar.

    Y ahi, en aquel mausoleo, fue dónde encontró su cadaver perfecto.

    Aquella era una noche perfecta para hacer un ritual oscuro sin miedo a ser atrapado.
    Siegfried estaba haciendo furor en la ciudad, era un hombre peculiarmente gallardo, elegante y alto, uno que buscaba ocultar aquel penetrante olor de las sustancias para embalsamar con perfumes y aromas a flores. Los mismo habitantes le pedían tener cuidado, lo llenaban de amuletos, oraciones, plegarias, precauciones y apoyo para que nada le pasara. Pero después de todo, todos eran ignorantes, puesto que Siegfried no era más que un nombre falso, una fachada falsa y no se diga un rostro robado. Debajo que aquella imagen, se encontraba un monstruo que había sido mandado con un solo propósito: Conseguir un nuevo cadaver para su empleador, un receptáculo. Pero no podía ser un cadaver cualquiera, tenía que tener afinidad a aquellas artes oscuras, alguien que pudiera caminar en ambos mundos sin necesidad de depender de la noche, un cetro o varita o...un sacrificio. Sus viajes le llevaron a aquella ciudad, rápidamente disponiendo al viejo sepulturero y tomando su lugar. Y ahi, en aquel mausoleo, fue dónde encontró su cadaver perfecto. Aquella era una noche perfecta para hacer un ritual oscuro sin miedo a ser atrapado.
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  • «Día -1».

    — ¡Mira! ¡Eθ él, eθ él! ¡Edward Colton en perθona! —

    Ahí estaba el sujeto. ¿Era ridículo para una jovencita tener de ídolo a un hombre de ciencia? En medio de la feria organizada por la fundación, corrió entre la multitud para pedirle un autógrafo, arrastrando a su acompañante al llevarle por la muñeca.

    — ¡B-B-Buenaθ tardeθ, θeñor Colton! M-Me llamo... aahh... —

    ¿Estaba tan nerviosa que había olvidado su propio nombre? Él sonrió y respondió: "Sé quién eres".

    — ¿θabe quién θoy? —

    Asintió. Tras él, una muchacha de cabello negro como el cielo de la noche, usando gafas, apareció.

    "Todos sabemos quién eres".

    — ¿Gaby...? Pero... —

    De más estaba decir que estaba confundida. Ella no conocería a Gaby sino hasta dentro de un año, más o menos...

    En realidad... ¿Cómo sabía quién era, sin conocerla?

    "¿Olvidaste quién eres? Qué vergüenza."

    Esa voz... su hijo. El hombre que había rescatado de la muerte, al que le había dado un nuevo cuerpo, un nuevo propósito.

    "¡Lo olvidaste! ¿Te ayudo a recordarlo con una canción?"

    Volteó hacia atrás. ¿Dónde estaba la multitud? Densa neblina evitaba vislumbrar lo que había más allá de unos cuantos metros a su alrededor. Esa última voz, melodiosa y suave, la reconoció también. Su hija, la segunda de ellas.

    — Yo... No... Yo θé quién θoy, yo θoy... —

    Por algún motivo, aunque lo sabía, y lo había sabido siempre, era imposible decirlo. Como si estuviese prohibido.

    "Mamá".

    Esa palabra... Esa voz...

    — ¿Magnolia...? —

    Ahí estaba. Su cabello desordenado, sus rodillas raspadas y cubiertas de tierra, sus manitas manchadas de pintura. Era ella. Como fue al principio, como siempre debió haber sido.

    "Bienvenida."
    «Día -1». — ¡Mira! ¡Eθ él, eθ él! ¡Edward Colton en perθona! — Ahí estaba el sujeto. ¿Era ridículo para una jovencita tener de ídolo a un hombre de ciencia? En medio de la feria organizada por la fundación, corrió entre la multitud para pedirle un autógrafo, arrastrando a su acompañante al llevarle por la muñeca. — ¡B-B-Buenaθ tardeθ, θeñor Colton! M-Me llamo... aahh... — ¿Estaba tan nerviosa que había olvidado su propio nombre? Él sonrió y respondió: "Sé quién eres". — ¿θabe quién θoy? — Asintió. Tras él, una muchacha de cabello negro como el cielo de la noche, usando gafas, apareció. "Todos sabemos quién eres". — ¿Gaby...? Pero... — De más estaba decir que estaba confundida. Ella no conocería a Gaby sino hasta dentro de un año, más o menos... En realidad... ¿Cómo sabía quién era, sin conocerla? "¿Olvidaste quién eres? Qué vergüenza." Esa voz... su hijo. El hombre que había rescatado de la muerte, al que le había dado un nuevo cuerpo, un nuevo propósito. "¡Lo olvidaste! ¿Te ayudo a recordarlo con una canción?" Volteó hacia atrás. ¿Dónde estaba la multitud? Densa neblina evitaba vislumbrar lo que había más allá de unos cuantos metros a su alrededor. Esa última voz, melodiosa y suave, la reconoció también. Su hija, la segunda de ellas. — Yo... No... Yo θé quién θoy, yo θoy... — Por algún motivo, aunque lo sabía, y lo había sabido siempre, era imposible decirlo. Como si estuviese prohibido. "Mamá". Esa palabra... Esa voz... — ¿Magnolia...? — Ahí estaba. Su cabello desordenado, sus rodillas raspadas y cubiertas de tierra, sus manitas manchadas de pintura. Era ella. Como fue al principio, como siempre debió haber sido. "Bienvenida."
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  • — No tocarán a Phi... Ni terminarán con este mundo... Tendrán que pasar sobre mí—.

    Estaba listo. Cargaba consigo todo lo que necesitaba, aún para el peor de los extremos. Tenía una renovada convicción de restaurar su honor para consigo mismo, la fuerza para con los pocos, o tal vez la única persona que le quedaba.

    Eso... Y por la humanidad. Incluso si le costaba la vida.

    — No soy un caballero. La Noche Carmesí tampoco. Mucho menos una sombra. Soy el último de mi sangre... Y en honor a ti, padre, haré que estés orgulloso de mí una vez más si me estás viendo desde arriba—.

    Se ajustó los guantes como era de costumbre. Apretó bien sus cinturones y arremolinó la encapuchada capa negra que había usado hace mucho tiempo atrás.

    — Soy Diluc Ragnvindr...—.

    Salió entonces de aquel sótano donde guardaba sus más grandes secretos, armas, indumentaria y documentos. Se aventuró hacia la noche en una solitaria campaña. Tal vez la última, habiendo recobrado el vigor de su identidad y de quién era. Tenía cuentas que saldar, y un mundo qué proteger.
    — No tocarán a Phi... Ni terminarán con este mundo... Tendrán que pasar sobre mí—. Estaba listo. Cargaba consigo todo lo que necesitaba, aún para el peor de los extremos. Tenía una renovada convicción de restaurar su honor para consigo mismo, la fuerza para con los pocos, o tal vez la única persona que le quedaba. Eso... Y por la humanidad. Incluso si le costaba la vida. — No soy un caballero. La Noche Carmesí tampoco. Mucho menos una sombra. Soy el último de mi sangre... Y en honor a ti, padre, haré que estés orgulloso de mí una vez más si me estás viendo desde arriba—. Se ajustó los guantes como era de costumbre. Apretó bien sus cinturones y arremolinó la encapuchada capa negra que había usado hace mucho tiempo atrás. — Soy Diluc Ragnvindr...—. Salió entonces de aquel sótano donde guardaba sus más grandes secretos, armas, indumentaria y documentos. Se aventuró hacia la noche en una solitaria campaña. Tal vez la última, habiendo recobrado el vigor de su identidad y de quién era. Tenía cuentas que saldar, y un mundo qué proteger.
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  • - ¿Que si pienso casarme algun dia? Claro, es mi sueño desde niña, el compartir tu vida con alguien para toda la eternidad.. es bastante encantador.. es como si estuvieras en un sueño.. al menos asi es como lo pintan los cuentos de hadas y libros de romance. Yo nunca me enamore de alguien, desde mis 26 años de vida, el amor no a tocado mi puerta, no conoci a mi hombre ideal.. diria que mi príncipe azul.. pero creo que lo mas adecuado para mi es que sea mi caballero de armadura brillante, que me proteja de cualquier mal, que me ame y me lleve a lugares increíbles desde su corsel.. enserió que seria magico..

    Pero creo que es un deseo bastante egoísta.. quizas porque lo quiero lo mas pronto posible o quizas necesite experimentar para ¿no quedarme atrás? No estoy segura.. solo se que quiero que llegue el momento en el que tenga que conocer a alguien que me ame para tener una familia o al menos intentarlo.. ya que mis posibilidades de embarazo son casi excasas.. ¿cuanto? Específicamente un 1%.. pero se que lo lograre.

    ¡Encontrare el amor a toda costa, de eso estoy segura!

    - freya estaba explicandole al desconocido/a sobre sus deseos, quizas algo inoportuno pero adorable, cada expresión de ella eran como si tocaras su propia alma, aunque ella misma a veces se rinda.. nunca perdera la esperanza -
    - ¿Que si pienso casarme algun dia? Claro, es mi sueño desde niña, el compartir tu vida con alguien para toda la eternidad.. es bastante encantador.. es como si estuvieras en un sueño.. al menos asi es como lo pintan los cuentos de hadas y libros de romance. Yo nunca me enamore de alguien, desde mis 26 años de vida, el amor no a tocado mi puerta, no conoci a mi hombre ideal.. diria que mi príncipe azul.. pero creo que lo mas adecuado para mi es que sea mi caballero de armadura brillante, que me proteja de cualquier mal, que me ame y me lleve a lugares increíbles desde su corsel.. enserió que seria magico.. Pero creo que es un deseo bastante egoísta.. quizas porque lo quiero lo mas pronto posible o quizas necesite experimentar para ¿no quedarme atrás? No estoy segura.. solo se que quiero que llegue el momento en el que tenga que conocer a alguien que me ame para tener una familia o al menos intentarlo.. ya que mis posibilidades de embarazo son casi excasas.. ¿cuanto? Específicamente un 1%.. pero se que lo lograre. ¡Encontrare el amor a toda costa, de eso estoy segura! - freya estaba explicandole al desconocido/a sobre sus deseos, quizas algo inoportuno pero adorable, cada expresión de ella eran como si tocaras su propia alma, aunque ella misma a veces se rinda.. nunca perdera la esperanza -
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  • —Akamaru es tan cómodo y esponjoso, parece una almohada...
    —Akamaru es tan cómodo y esponjoso, parece una almohada...
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  • -Solo pido una pizca de tu fortaleza para hacer un buen trabajo sobre Mondstadt....

    Murmuró la Gran Maestra Intendente ante la estatua.
    Fueran o no escuchadas sus plegarias, ella hacía todo lo que estaba en sus manos para hacer de Mondstadt un buen lugar para todos. Se preguntaba si estaba a la altura del Gran Maestro Varka, si tan si quiera llegaba a los talones de él, si podría manejar todo hasta el regreso de él.

    -.....

    Aunque la ciudad estuviera contenta con el trabajo que hacía, aunque la mayoría de los caballeros estuvieran orgullosos de tener a Jean como Gran Maestra, aunque sus capitanes, sus caballeros de más confianza y, su bibliotecaria en más de una ocasión le reconocían su trabajo e incluso le exigían descansar a veces llegaba a sentir que no era suficiente, se preguntaba como Varka podía hacerlo ver tan fácil ¿Acaso él se sentiría por dentro igual que Jean?.

    -...No, no podría ser...

    Sonrió ligeramente mientras negaba con la cabeza. El Gran Maestro Varka no podría sentirse así, el Gran Maestro a quien tanto admiraba Jean, el Maestro que la reconoció como sucesora a cargo de Mondstadt y de sus caballeros en lo que él regresaba de su peligrosa expedición era alguien que, ante ella hacía todo como si fuera pan comido. Jean, después de su tiempo a solas, de desahogar su frustración sacude ligeramente su cabeza de lado a lado sonriendo un poco volviendo si aquella Alma Rebelde como era conocida en sus tiempos de caballera, con un aire más ligero regresa a la ciudadela.
    -Solo pido una pizca de tu fortaleza para hacer un buen trabajo sobre Mondstadt.... Murmuró la Gran Maestra Intendente ante la estatua. Fueran o no escuchadas sus plegarias, ella hacía todo lo que estaba en sus manos para hacer de Mondstadt un buen lugar para todos. Se preguntaba si estaba a la altura del Gran Maestro Varka, si tan si quiera llegaba a los talones de él, si podría manejar todo hasta el regreso de él. -..... Aunque la ciudad estuviera contenta con el trabajo que hacía, aunque la mayoría de los caballeros estuvieran orgullosos de tener a Jean como Gran Maestra, aunque sus capitanes, sus caballeros de más confianza y, su bibliotecaria en más de una ocasión le reconocían su trabajo e incluso le exigían descansar a veces llegaba a sentir que no era suficiente, se preguntaba como Varka podía hacerlo ver tan fácil ¿Acaso él se sentiría por dentro igual que Jean?. -...No, no podría ser... Sonrió ligeramente mientras negaba con la cabeza. El Gran Maestro Varka no podría sentirse así, el Gran Maestro a quien tanto admiraba Jean, el Maestro que la reconoció como sucesora a cargo de Mondstadt y de sus caballeros en lo que él regresaba de su peligrosa expedición era alguien que, ante ella hacía todo como si fuera pan comido. Jean, después de su tiempo a solas, de desahogar su frustración sacude ligeramente su cabeza de lado a lado sonriendo un poco volviendo si aquella Alma Rebelde como era conocida en sus tiempos de caballera, con un aire más ligero regresa a la ciudadela.
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  • 𝙄𝙣𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙣 𝙨𝙪 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤𝙧𝙞𝙤, 𝙚𝙡 𝙪𝙣𝙞𝙘𝙤 𝙨𝙤𝙣𝙞𝙙𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙡𝙪𝙜𝙖𝙧 𝙚𝙨 𝙚𝙡 𝙧𝙖𝙨𝙜𝙪𝙞𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙥𝙡𝙪𝙢𝙖 𝙨𝙤𝙗𝙧𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙫𝙚𝙯 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙙𝙚𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙤 𝙩𝙖𝙘𝙝𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙖 𝙨𝙤𝙣𝙖𝙧 𝙙𝙚𝙢𝙖𝙨𝙞𝙖𝙙𝙤 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙧𝙤𝙢𝙚𝙩𝙚𝙙𝙤𝙧.

    —Mmmmh... Cláusula uno —murmura para ella misma, mientras escribe— el rey Consorte deberá servir de almohada humana durante las siestas de la Sacerdotisa... —hace un pausa para morder el extremo de la pluma— ¿Almohada humana? Ejem, digo, demoníaca —tacha la palabra y corrige, luego se queda pensativa— Hmmmh, ¿será demasiado? Na, no lo es~

    Glitter, su tentáculo más entrometido, señala una línea.

    —¡Ah, si! —procede a seguir escribiendo— 'Cláusula 5... ser mi snack favorito...' —pausa— ¿Qué? digo, no, ¡NO! —tacha toda la linea— ejem, digo, ser mi apoyo emocional en rituales tediosos, si, si.

    Toma un sorbo de su té mientras sigue pensando en otras posibles obligaciones.

    —Hmmmh, ajá. ¡Prohibido verse más atractivo que la sacerdotisa durante eclipses! —hace una pausa derepente mientras escribe— ¿Demasiado? ¿si? ¿no? Hmmh lo dejaré así...

    Glitter señala otra de las líneas.

    —Ah, claro, 'cláusula 12: sostener mi mano durante rituales de fin de mundo...' —pausa— ¿Le parecerá demasiado? Ah, ya se, voy a justificarlo... —procede a escribir una explicación que se acaba de inventar— ... 'Porque los dedos entrelazados canalizan mejor la energia' si, eso. Suena creíble, si.

    Uno de sus tentáculos, Bloop, sostiene un cojín y lo agita en el aire como si le quisiera decir algo.

    —¡Cierto, Bloop, que inteligente~! —procede a seguir escribiendo— 'Clausula 16: actuar como cojín personal durante lecturas de grimorios aburridos (prohibido quejarse)' ¿Será...demasiado? —pausa— Nah.

    Glitter le ofrece un sello oficial con forma de pulpo dentro de un corazón. Ella lo estampa con demasiado entusiasmo.

    —Ah si, ¡Casi lo olvido!...'Cláusula final: Este documento debe ser firmado en mi recamara privada... —Pausa. Parpadea. Sus tentáculos se congelan— ¡¿QUÉ?! ¡DIGO... —tachón violento con tinta morada para no dejar pruebas— ¡En el altar del templo! Si, allí. Con testigos...¿o sin ellos? ejem...

    Su tentáculo, Shy Guy, le palmea la frente. Ina resbala por su silla hasta caer al suelo.

    —Waaah, que difícil es redactar un documento oficial. ¿Y si hago que firme sin leer? Jeje~
    𝙄𝙣𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙣 𝙨𝙪 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤𝙧𝙞𝙤, 𝙚𝙡 𝙪𝙣𝙞𝙘𝙤 𝙨𝙤𝙣𝙞𝙙𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙡𝙪𝙜𝙖𝙧 𝙚𝙨 𝙚𝙡 𝙧𝙖𝙨𝙜𝙪𝙞𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙥𝙡𝙪𝙢𝙖 𝙨𝙤𝙗𝙧𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙖𝙥𝙚𝙡 𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙫𝙚𝙯 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚 𝙙𝙚𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙤 𝙩𝙖𝙘𝙝𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙖 𝙨𝙤𝙣𝙖𝙧 𝙙𝙚𝙢𝙖𝙨𝙞𝙖𝙙𝙤 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙧𝙤𝙢𝙚𝙩𝙚𝙙𝙤𝙧. —Mmmmh... Cláusula uno —murmura para ella misma, mientras escribe— el rey Consorte deberá servir de almohada humana durante las siestas de la Sacerdotisa... —hace un pausa para morder el extremo de la pluma— ¿Almohada humana? Ejem, digo, demoníaca —tacha la palabra y corrige, luego se queda pensativa— Hmmmh, ¿será demasiado? Na, no lo es~ Glitter, su tentáculo más entrometido, señala una línea. —¡Ah, si! —procede a seguir escribiendo— 'Cláusula 5... ser mi snack favorito...' —pausa— ¿Qué? digo, no, ¡NO! —tacha toda la linea— ejem, digo, ser mi apoyo emocional en rituales tediosos, si, si. Toma un sorbo de su té mientras sigue pensando en otras posibles obligaciones. —Hmmmh, ajá. ¡Prohibido verse más atractivo que la sacerdotisa durante eclipses! —hace una pausa derepente mientras escribe— ¿Demasiado? ¿si? ¿no? Hmmh lo dejaré así... Glitter señala otra de las líneas. —Ah, claro, 'cláusula 12: sostener mi mano durante rituales de fin de mundo...' —pausa— ¿Le parecerá demasiado? Ah, ya se, voy a justificarlo... —procede a escribir una explicación que se acaba de inventar— ... 'Porque los dedos entrelazados canalizan mejor la energia' si, eso. Suena creíble, si. Uno de sus tentáculos, Bloop, sostiene un cojín y lo agita en el aire como si le quisiera decir algo. —¡Cierto, Bloop, que inteligente~! —procede a seguir escribiendo— 'Clausula 16: actuar como cojín personal durante lecturas de grimorios aburridos (prohibido quejarse)' ¿Será...demasiado? —pausa— Nah. Glitter le ofrece un sello oficial con forma de pulpo dentro de un corazón. Ella lo estampa con demasiado entusiasmo. —Ah si, ¡Casi lo olvido!...'Cláusula final: Este documento debe ser firmado en mi recamara privada... —Pausa. Parpadea. Sus tentáculos se congelan— ¡¿QUÉ?! ¡DIGO... —tachón violento con tinta morada para no dejar pruebas— ¡En el altar del templo! Si, allí. Con testigos...¿o sin ellos? ejem... Su tentáculo, Shy Guy, le palmea la frente. Ina resbala por su silla hasta caer al suelo. —Waaah, que difícil es redactar un documento oficial. ¿Y si hago que firme sin leer? Jeje~
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