• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //Jaja sobrevivi, la muerte no pudo conmigo, eso o me vio y dijo que estaba muy guapo como para llevarme, esq soy todo un muñeco. En resumen: Fui con mi doctor de confianza el domingo pasado y me dijo que tenia una leve fractura en el brazo, y yo tipo "ok", me dejo medicinas por un mes y me dijo que no hiciera esfuerzo con ese brazo, ademas me recomendo no ir a trabajar (pero me valio verga y fui de todas maneras). Ayer mientras enseñaba a los de violin me agarro un dolor MORTAL en el brazo, un compañero me llevo al hospital y mi doctor me dijo que me fracture mas, y me puteo, me senti como cuando mi mama me regañaba de chiquito, me dijo que dejara de trabajar y que si queria me hacia una constancia medica para faltar, pero nooo, el money no se gana solo, ademas no me gusta quedarme en casa. Al final, me dijo que me ponga vendas apretadas, pomada antes de las vendas y a ver como seguia, tambien que si iba a seguir trabajando que minimo no diera a los de musica, yyyy decidi quedarme en un punto medio, no voy a dar instrumentos de cuerda ni de percusion, solo vientos. Pero bueh, brazo vendado y matandome de dolor porque me aprieta donde me jodi, y aun asi estoy pero ready para seguir respondiendo a la verga, a ver si aguanto vivo para el 24. //
    //Jaja sobrevivi, la muerte no pudo conmigo, eso o me vio y dijo que estaba muy guapo como para llevarme, esq soy todo un muñeco. :STK-33: En resumen: Fui con mi doctor de confianza el domingo pasado y me dijo que tenia una leve fractura en el brazo, y yo tipo "ok", me dejo medicinas por un mes y me dijo que no hiciera esfuerzo con ese brazo, ademas me recomendo no ir a trabajar (pero me valio verga y fui de todas maneras). Ayer mientras enseñaba a los de violin me agarro un dolor MORTAL en el brazo, un compañero me llevo al hospital y mi doctor me dijo que me fracture mas, y me puteo, me senti como cuando mi mama me regañaba de chiquito, me dijo que dejara de trabajar y que si queria me hacia una constancia medica para faltar, pero nooo, el money no se gana solo, ademas no me gusta quedarme en casa. :STK-12: Al final, me dijo que me ponga vendas apretadas, pomada antes de las vendas y a ver como seguia, tambien que si iba a seguir trabajando que minimo no diera a los de musica, yyyy decidi quedarme en un punto medio, no voy a dar instrumentos de cuerda ni de percusion, solo vientos. Pero bueh, brazo vendado y matandome de dolor porque me aprieta donde me jodi, y aun asi estoy pero ready para seguir respondiendo a la verga, a ver si aguanto vivo para el 24. :STK-18: //
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  • - Un poco de terapia. -

    [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •]

    Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja.

    - Si, tienes algo de té para acompañar?..

    Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme.

    [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •]

    - esa cantidad ya está bien.

    [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •]

    Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor.
    Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?.

    - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir.

    Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos?

    - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir.

    Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza?

    - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos.

    Dr. Oracio: y que cosas escuchas?.

    - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •]

    Dr. Oracio: quiere un poco más de té?.

    - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •]
    Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos.

    Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz?

    - si... De mi padre y madre.
    [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •]

    Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti-

    - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka.
    No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor.

    Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento?

    - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando.

    Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?.

    - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos.
    Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla.

    [• rie ligeramente. •]

    - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba.

    Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte.

    - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo.

    Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado?

    - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco?

    Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?.

    - na.. te lo digo.
    La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban

    La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien.

    Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo...

    Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan.
    Quizás te recomendaría esta rutina
    *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo.

    - bien, muchas gracias.

    [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •]



    •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
    - Un poco de terapia. - [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •] Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja. - Si, tienes algo de té para acompañar?.. Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme. [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •] - esa cantidad ya está bien. [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •] Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor. Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?. - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir. Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos? - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir. Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza? - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos. Dr. Oracio: y que cosas escuchas?. - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •] Dr. Oracio: quiere un poco más de té?. - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •] Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos. Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz? - si... De mi padre y madre. [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •] Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti- - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka. No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor. Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento? - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando. Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?. - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos. Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla. [• rie ligeramente. •] - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba. Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte. - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo. Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado? - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco? Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?. - na.. te lo digo. La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien. Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo... Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan. Quizás te recomendaría esta rutina *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo. - bien, muchas gracias. [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •] •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
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  • Después de la confrontación cósmica con sus compañeras del consejo, un dolor agudo y punzante se extendió por el vientre de Baelz. La punzada era feroz y alarmante. A pesar de ser madre primeriza, sabía que ignorar esa señal por más tiempo sería un error insensato

    Apretó los dientes, dominada por la urgencia, abrió un portal que la llevó al único lugar donde a nadie le importaba si era madre de pequeños seres de Caos. El mundo humano. Se pusó un gran gorro que cubria sus orejas puntiagudas y con esfuerzo, enroscó su cola para ocultarla bajo sus pantalones. Paso el portal y el olor a desinfectante la invadío al instante

    Se apoyó temblorosa en el mostrador, su rostro pálido y la respiración entrecortada. Rellenó los cientos de papeles con nombres falsos y datos irrelevantes, y paso a la camilla

    Un joven doctor entró a revisarla, el cansancio por las largas horas de trabajo era visible. Baelz estaba tensa, expectante, fingiendo calma. El doctor puso gel frío y deslizó sobre su vientre uno de esos aparatos que Baelz jamás habia visto. De repente en la pantalla aparecieron las pequeñas sombras de los fetos en movimiento

    Doctor: —¡Wow! Señora... necesito que se quede muy quieta. Esto no es normal. Hay múltiples latidos. Uno, dos, tres y cuatro pequeños. Felicidades

    Baelz casi salta de la felicidad, una chispa de orgullo caotico encendiéndose en sus ojos, hasta que la expresión del doctor se endureció

    Doctor: —Mmmm... Un momento hay un quinto.. — El médico se detuvo, señalando una pequeña sombra en la esquina de la pantalla —Es significativamente más pequeño que los demás. Su desarrollo es muy lento, casi se ha detenido. Honestamente, con la tensión que este embarazo múltiple está causando en su útero, es muy probable que no sobreviva. Lo más probable es que... no logre llegar a término.

    La expresión de Baelz cambio por completo. La incertidumbre, el abrumador miedo a fallar como madre, se instaló en su pecho como una estaca de hielo

    Al salir de aquel hospital se sentó en una banca cercana con una expresión serena, casi petrificada. Aunque tenia miedo, eso era obvio, se obligó a mantener la compostura. Cerró los ojos y se aferró a la fe. El caos los protegería
    Después de la confrontación cósmica con sus compañeras del consejo, un dolor agudo y punzante se extendió por el vientre de Baelz. La punzada era feroz y alarmante. A pesar de ser madre primeriza, sabía que ignorar esa señal por más tiempo sería un error insensato Apretó los dientes, dominada por la urgencia, abrió un portal que la llevó al único lugar donde a nadie le importaba si era madre de pequeños seres de Caos. El mundo humano. Se pusó un gran gorro que cubria sus orejas puntiagudas y con esfuerzo, enroscó su cola para ocultarla bajo sus pantalones. Paso el portal y el olor a desinfectante la invadío al instante Se apoyó temblorosa en el mostrador, su rostro pálido y la respiración entrecortada. Rellenó los cientos de papeles con nombres falsos y datos irrelevantes, y paso a la camilla Un joven doctor entró a revisarla, el cansancio por las largas horas de trabajo era visible. Baelz estaba tensa, expectante, fingiendo calma. El doctor puso gel frío y deslizó sobre su vientre uno de esos aparatos que Baelz jamás habia visto. De repente en la pantalla aparecieron las pequeñas sombras de los fetos en movimiento Doctor: —¡Wow! Señora... necesito que se quede muy quieta. Esto no es normal. Hay múltiples latidos. Uno, dos, tres y cuatro pequeños. Felicidades Baelz casi salta de la felicidad, una chispa de orgullo caotico encendiéndose en sus ojos, hasta que la expresión del doctor se endureció Doctor: —Mmmm... Un momento hay un quinto.. — El médico se detuvo, señalando una pequeña sombra en la esquina de la pantalla —Es significativamente más pequeño que los demás. Su desarrollo es muy lento, casi se ha detenido. Honestamente, con la tensión que este embarazo múltiple está causando en su útero, es muy probable que no sobreviva. Lo más probable es que... no logre llegar a término. La expresión de Baelz cambio por completo. La incertidumbre, el abrumador miedo a fallar como madre, se instaló en su pecho como una estaca de hielo Al salir de aquel hospital se sentó en una banca cercana con una expresión serena, casi petrificada. Aunque tenia miedo, eso era obvio, se obligó a mantener la compostura. Cerró los ojos y se aferró a la fe. El caos los protegería
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  • Ustedes son lo único que me hace recordar que este es el mundo real cada vez que despierto...

    — Le murmuraba a sus compañeros de cuatro patitas, esos que ya hace unos años, desde que se mudó, le hacían compañía incondicional. La dependencia emocional no era buena, lo sabía, pero ¿Qué daño le podían causar dos pequeños animalitos? Seguramente no más del que podría una persona.

    Era la tercera vez en la semana que se despertaba con ese dolor en el pecho, con una angustia tal que parecía haber perdido una vida entera ¿Qué era ese sentimiento? Cada vez que despertaba de aquel sueño profundo, lo hacía con la sensación de haber perdido algo importante, muy importante, pero jamás lograba recordar que y no había nada nada en el mundo real que le causara semejante angustia.
    ¿Sería que en el mundo de sus sueños, otra realidad lo despedía con tristeza cada vez que debía regresar a este plano terrenal? ¿Por eso se sentía vacío? ¿Por eso cargaba una nostalgia inexplicable?

    En lugar de seguir pensando se puso de pie, pues sus pequeños querían comida y recordó que no tenía. Ahora estaba concentrado en su nueva misión, conseguir una tienda abierta un domingo a las 5 de la mañana para comprarle comida a sus hijos gatunos. —
    Ustedes son lo único que me hace recordar que este es el mundo real cada vez que despierto... — Le murmuraba a sus compañeros de cuatro patitas, esos que ya hace unos años, desde que se mudó, le hacían compañía incondicional. La dependencia emocional no era buena, lo sabía, pero ¿Qué daño le podían causar dos pequeños animalitos? Seguramente no más del que podría una persona. Era la tercera vez en la semana que se despertaba con ese dolor en el pecho, con una angustia tal que parecía haber perdido una vida entera ¿Qué era ese sentimiento? Cada vez que despertaba de aquel sueño profundo, lo hacía con la sensación de haber perdido algo importante, muy importante, pero jamás lograba recordar que y no había nada nada en el mundo real que le causara semejante angustia. ¿Sería que en el mundo de sus sueños, otra realidad lo despedía con tristeza cada vez que debía regresar a este plano terrenal? ¿Por eso se sentía vacío? ¿Por eso cargaba una nostalgia inexplicable? En lugar de seguir pensando se puso de pie, pues sus pequeños querían comida y recordó que no tenía. Ahora estaba concentrado en su nueva misión, conseguir una tienda abierta un domingo a las 5 de la mañana para comprarle comida a sus hijos gatunos. —
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  • ¡En Ichijou Corporation siempre estamos en búsqueda de talento nuevo! Si tienes un negocio entre manos, te consideras buen@ para las negociaciones, o conoces a alguien que tenga una oportunidad entre manos que no haya podido realizar, ¡queremos escuchar de ti!

    *Letra chica: (La entrevista incluye pruebas de aptitud físicas y psicométricas que pudieran resultar dolorosas, el aspirante acepta el riesgo y la obligación de cubrir cualquier gasto médico resultante sin que Ichijou Corporation asuma responsabilidad alguna).
    ¡En Ichijou Corporation siempre estamos en búsqueda de talento nuevo! Si tienes un negocio entre manos, te consideras buen@ para las negociaciones, o conoces a alguien que tenga una oportunidad entre manos que no haya podido realizar, ¡queremos escuchar de ti! *Letra chica: (La entrevista incluye pruebas de aptitud físicas y psicométricas que pudieran resultar dolorosas, el aspirante acepta el riesgo y la obligación de cubrir cualquier gasto médico resultante sin que Ichijou Corporation asuma responsabilidad alguna).
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  • No hay nada mas doloroso que la vergüenza de cargar con el recuerdo de todos los que fallecieron en combate. Ese silencio y culpa, ese peso en los hombros.
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  • -¿Que soy una estafa-QUÉ?

    -pone sus manos en sus mejillas, expresión de ultrajada virtud-

    -¡Soy una excelente persona! ¡UNA CIUDADANA MODELO! ¡HASTA LAS ANCIANITAS ME ADORAN! Les ayudo a cruzar la calle, y a veces su cartera llega un poquito más liviana al otro lado, ¡PERO ES PARA QUE NO LES DE DOLOR DE ESPALDA! ¡Yo soy un verdadero ENCANTO!
    -¿Que soy una estafa-QUÉ? -pone sus manos en sus mejillas, expresión de ultrajada virtud- -¡Soy una excelente persona! ¡UNA CIUDADANA MODELO! ¡HASTA LAS ANCIANITAS ME ADORAN! Les ayudo a cruzar la calle, y a veces su cartera llega un poquito más liviana al otro lado, ¡PERO ES PARA QUE NO LES DE DOLOR DE ESPALDA! ¡Yo soy un verdadero ENCANTO!
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    El eclipse se abre como una herida en el cielo.
    Con él, un puente ardiente se despliega, una estructura viva, hecha de la propia luz del sol partiéndose en líneas perfectas. Y sobre él… una figura incandescente avanza.

    Un Phyros.
    Un habitante del sol.

    Su voz nos atraviesa antes incluso de que toque tierra.

    Helior Prime: “Sombras… imitaciones débiles. La luna solo existe porque roba lo que nosotros creamos.”

    Su desdén es absoluto. Un juicio. Un decreto.

    No tengo tiempo de responder.
    Arc me envuelve con su forma dracónica, enorme y protectora, sus escamas vibrando al contacto con la luz insoportable que irradia el Phyros.

    Arc no confía en mí.
    Y por primera vez… no puedo culparla.

    Helior Prime alza una mano.
    Un rayo solar estalla desde su palma y nos atraviesa a ambas.

    Siento mi piel arder. Siento el dolor de Arc resonar en mis huesos como si fueran los de ella. Grito sin aire.

    Jennifer aparece ante él como una tormenta silenciosa. Sus ojos, negros y rojos, reflejan el eclipse moribundo. Ella contraataca, y Helior Prime le sigue el ritmo con una gracia cruel, como si la estuviera evaluando.

    La dragona Arc logra incorporarse y se lanza al combate. Pero cuando llega a él, Helior Prime solo estira una mano… y le quema el rostro. El olor a escama chamuscada me golpea como un puñetazo.

    Siento a Arc desvanecerse.
    Su calor deja de rodearme.
    Y mi cuerpo queda expuesto.

    Los tres lanzazos solares vienen hacia mí como si el tiempo se quebrara.

    El primero me atraviesa el costado.
    El segundo me perfora el pecho.
    El tercero se dirige directo a mi cabeza—

    Pero Jennifer lo intercepta.
    Por milímetros.

    Mi madre se gira.
    Y entonces ruge una orden que desgarra mundos:

    Jennifer: “¡Hijos míos del Caos… a mí!”

    El aire se abre y su ejército cae sobre el campo de batalla como un océano negro.

    Helior Prime responde convocando a los suyos.
    Los Phyros emergen como estrellas furiosas.

    La guerra estalla.
    Sol contra Caos.
    Luz absoluta contra noche viva.

    Y yo… tirada en el suelo. Sangrando. Ardiendo. Incapaz de respirar.
    Pero entre el ruido, entre los gritos, entre el fuego…

    Una voz se abre paso dentro de mí.

    Veythra: “Levanta… Lili… Una vez más. Conmigo.”

    Algo—un latido, un impulso, una furia que no es furia—me obliga a ponerme de rodillas.
    La vaina de Shein se parte en pedazos, como si ya no tuviera derecho a contener nada.

    Jennifer siente cómo me rehago.
    Yo siento a Veythra por primera vez… no como un arma, sino como una extensión de mis huesos.

    Deslizo la hoja.

    El mundo se silencia.

    Extiendo la katana y corto el aire.
    Pero no corto aire.
    Corto el tejido del espacio mismo.

    El efecto alcanza a Helior Prime a distancia, como si una grieta invisible le hubiera desgarrado el alma desde dentro.
    Lo escucho. Un sonido sordo, profundo. Un impacto que no pertenece a este plano.

    Jennifer se coloca a mi lado.
    Sus manos se unen a las mías en la empuñadura.
    Sentimos a Veythra vibrar, no de rabia… sino de aceptación.

    Juntas, trazamos un segundo corte.

    Esta vez no solo se abre el espacio.
    Se abre el tiempo.
    El eclipse se divide.
    La luz se pliega.
    La oscuridad se hunde en sí misma.

    Y de pronto…

    Nada.

    Blanco absoluto.
    Silencio total.
    Un vacío que no es muerte, pero tampoco vida.

    Solo Veythra, latiendo en mis manos…
    y el sonido distante de algo que todavía no sé si hemos ganado o desatado.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 El eclipse se abre como una herida en el cielo. Con él, un puente ardiente se despliega, una estructura viva, hecha de la propia luz del sol partiéndose en líneas perfectas. Y sobre él… una figura incandescente avanza. Un Phyros. Un habitante del sol. Su voz nos atraviesa antes incluso de que toque tierra. Helior Prime: “Sombras… imitaciones débiles. La luna solo existe porque roba lo que nosotros creamos.” Su desdén es absoluto. Un juicio. Un decreto. No tengo tiempo de responder. Arc me envuelve con su forma dracónica, enorme y protectora, sus escamas vibrando al contacto con la luz insoportable que irradia el Phyros. Arc no confía en mí. Y por primera vez… no puedo culparla. Helior Prime alza una mano. Un rayo solar estalla desde su palma y nos atraviesa a ambas. Siento mi piel arder. Siento el dolor de Arc resonar en mis huesos como si fueran los de ella. Grito sin aire. Jennifer aparece ante él como una tormenta silenciosa. Sus ojos, negros y rojos, reflejan el eclipse moribundo. Ella contraataca, y Helior Prime le sigue el ritmo con una gracia cruel, como si la estuviera evaluando. La dragona Arc logra incorporarse y se lanza al combate. Pero cuando llega a él, Helior Prime solo estira una mano… y le quema el rostro. El olor a escama chamuscada me golpea como un puñetazo. Siento a Arc desvanecerse. Su calor deja de rodearme. Y mi cuerpo queda expuesto. Los tres lanzazos solares vienen hacia mí como si el tiempo se quebrara. El primero me atraviesa el costado. El segundo me perfora el pecho. El tercero se dirige directo a mi cabeza— Pero Jennifer lo intercepta. Por milímetros. Mi madre se gira. Y entonces ruge una orden que desgarra mundos: Jennifer: “¡Hijos míos del Caos… a mí!” El aire se abre y su ejército cae sobre el campo de batalla como un océano negro. Helior Prime responde convocando a los suyos. Los Phyros emergen como estrellas furiosas. La guerra estalla. Sol contra Caos. Luz absoluta contra noche viva. Y yo… tirada en el suelo. Sangrando. Ardiendo. Incapaz de respirar. Pero entre el ruido, entre los gritos, entre el fuego… Una voz se abre paso dentro de mí. Veythra: “Levanta… Lili… Una vez más. Conmigo.” Algo—un latido, un impulso, una furia que no es furia—me obliga a ponerme de rodillas. La vaina de Shein se parte en pedazos, como si ya no tuviera derecho a contener nada. Jennifer siente cómo me rehago. Yo siento a Veythra por primera vez… no como un arma, sino como una extensión de mis huesos. Deslizo la hoja. El mundo se silencia. Extiendo la katana y corto el aire. Pero no corto aire. Corto el tejido del espacio mismo. El efecto alcanza a Helior Prime a distancia, como si una grieta invisible le hubiera desgarrado el alma desde dentro. Lo escucho. Un sonido sordo, profundo. Un impacto que no pertenece a este plano. Jennifer se coloca a mi lado. Sus manos se unen a las mías en la empuñadura. Sentimos a Veythra vibrar, no de rabia… sino de aceptación. Juntas, trazamos un segundo corte. Esta vez no solo se abre el espacio. Se abre el tiempo. El eclipse se divide. La luz se pliega. La oscuridad se hunde en sí misma. Y de pronto… Nada. Blanco absoluto. Silencio total. Un vacío que no es muerte, pero tampoco vida. Solo Veythra, latiendo en mis manos… y el sonido distante de algo que todavía no sé si hemos ganado o desatado.
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    El eclipse se abre como una herida en el cielo.
    Con él, un puente ardiente se despliega, una estructura viva, hecha de la propia luz del sol partiéndose en líneas perfectas. Y sobre él… una figura incandescente avanza.

    Un Phyros.
    Un habitante del sol.

    Su voz nos atraviesa antes incluso de que toque tierra.

    Helior Prime: “Sombras… imitaciones débiles. La luna solo existe porque roba lo que nosotros creamos.”

    Su desdén es absoluto. Un juicio. Un decreto.

    No tengo tiempo de responder.
    Arc me envuelve con su forma dracónica, enorme y protectora, sus escamas vibrando al contacto con la luz insoportable que irradia el Phyros.

    Arc no confía en mí.
    Y por primera vez… no puedo culparla.

    Helior Prime alza una mano.
    Un rayo solar estalla desde su palma y nos atraviesa a ambas.

    Siento mi piel arder. Siento el dolor de Arc resonar en mis huesos como si fueran los de ella. Grito sin aire.

    Jennifer aparece ante él como una tormenta silenciosa. Sus ojos, negros y rojos, reflejan el eclipse moribundo. Ella contraataca, y Helior Prime le sigue el ritmo con una gracia cruel, como si la estuviera evaluando.

    La dragona Arc logra incorporarse y se lanza al combate. Pero cuando llega a él, Helior Prime solo estira una mano… y le quema el rostro. El olor a escama chamuscada me golpea como un puñetazo.

    Siento a Arc desvanecerse.
    Su calor deja de rodearme.
    Y mi cuerpo queda expuesto.

    Los tres lanzazos solares vienen hacia mí como si el tiempo se quebrara.

    El primero me atraviesa el costado.
    El segundo me perfora el pecho.
    El tercero se dirige directo a mi cabeza—

    Pero Jennifer lo intercepta.
    Por milímetros.

    Mi madre se gira.
    Y entonces ruge una orden que desgarra mundos:

    Jennifer: “¡Hijos míos del Caos… a mí!”

    El aire se abre y su ejército cae sobre el campo de batalla como un océano negro.

    Helior Prime responde convocando a los suyos.
    Los Phyros emergen como estrellas furiosas.

    La guerra estalla.
    Sol contra Caos.
    Luz absoluta contra noche viva.

    Y yo… tirada en el suelo. Sangrando. Ardiendo. Incapaz de respirar.
    Pero entre el ruido, entre los gritos, entre el fuego…

    Una voz se abre paso dentro de mí.

    Veythra: “Levanta… Lili… Una vez más. Conmigo.”

    Algo—un latido, un impulso, una furia que no es furia—me obliga a ponerme de rodillas.
    La vaina de Shein se parte en pedazos, como si ya no tuviera derecho a contener nada.

    Jennifer siente cómo me rehago.
    Yo siento a Veythra por primera vez… no como un arma, sino como una extensión de mis huesos.

    Deslizo la hoja.

    El mundo se silencia.

    Extiendo la katana y corto el aire.
    Pero no corto aire.
    Corto el tejido del espacio mismo.

    El efecto alcanza a Helior Prime a distancia, como si una grieta invisible le hubiera desgarrado el alma desde dentro.
    Lo escucho. Un sonido sordo, profundo. Un impacto que no pertenece a este plano.

    Jennifer se coloca a mi lado.
    Sus manos se unen a las mías en la empuñadura.
    Sentimos a Veythra vibrar, no de rabia… sino de aceptación.

    Juntas, trazamos un segundo corte.

    Esta vez no solo se abre el espacio.
    Se abre el tiempo.
    El eclipse se divide.
    La luz se pliega.
    La oscuridad se hunde en sí misma.

    Y de pronto…

    Nada.

    Blanco absoluto.
    Silencio total.
    Un vacío que no es muerte, pero tampoco vida.

    Solo Veythra, latiendo en mis manos…
    y el sonido distante de algo que todavía no sé si hemos ganado o desatado.
    Me encocora
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    El eclipse se abre como una herida en el cielo.
    Con él, un puente ardiente se despliega, una estructura viva, hecha de la propia luz del sol partiéndose en líneas perfectas. Y sobre él… una figura incandescente avanza.

    Un Phyros.
    Un habitante del sol.

    Su voz nos atraviesa antes incluso de que toque tierra.

    Helior Prime: “Sombras… imitaciones débiles. La luna solo existe porque roba lo que nosotros creamos.”

    Su desdén es absoluto. Un juicio. Un decreto.

    No tengo tiempo de responder.
    Arc me envuelve con su forma dracónica, enorme y protectora, sus escamas vibrando al contacto con la luz insoportable que irradia el Phyros.

    Arc no confía en mí.
    Y por primera vez… no puedo culparla.

    Helior Prime alza una mano.
    Un rayo solar estalla desde su palma y nos atraviesa a ambas.

    Siento mi piel arder. Siento el dolor de Arc resonar en mis huesos como si fueran los de ella. Grito sin aire.

    Jennifer aparece ante él como una tormenta silenciosa. Sus ojos, negros y rojos, reflejan el eclipse moribundo. Ella contraataca, y Helior Prime le sigue el ritmo con una gracia cruel, como si la estuviera evaluando.

    La dragona Arc logra incorporarse y se lanza al combate. Pero cuando llega a él, Helior Prime solo estira una mano… y le quema el rostro. El olor a escama chamuscada me golpea como un puñetazo.

    Siento a Arc desvanecerse.
    Su calor deja de rodearme.
    Y mi cuerpo queda expuesto.

    Los tres lanzazos solares vienen hacia mí como si el tiempo se quebrara.

    El primero me atraviesa el costado.
    El segundo me perfora el pecho.
    El tercero se dirige directo a mi cabeza—

    Pero Jennifer lo intercepta.
    Por milímetros.

    Mi madre se gira.
    Y entonces ruge una orden que desgarra mundos:

    Jennifer: “¡Hijos míos del Caos… a mí!”

    El aire se abre y su ejército cae sobre el campo de batalla como un océano negro.

    Helior Prime responde convocando a los suyos.
    Los Phyros emergen como estrellas furiosas.

    La guerra estalla.
    Sol contra Caos.
    Luz absoluta contra noche viva.

    Y yo… tirada en el suelo. Sangrando. Ardiendo. Incapaz de respirar.
    Pero entre el ruido, entre los gritos, entre el fuego…

    Una voz se abre paso dentro de mí.

    Veythra: “Levanta… Lili… Una vez más. Conmigo.”

    Algo—un latido, un impulso, una furia que no es furia—me obliga a ponerme de rodillas.
    La vaina de Shein se parte en pedazos, como si ya no tuviera derecho a contener nada.

    Jennifer siente cómo me rehago.
    Yo siento a Veythra por primera vez… no como un arma, sino como una extensión de mis huesos.

    Deslizo la hoja.

    El mundo se silencia.

    Extiendo la katana y corto el aire.
    Pero no corto aire.
    Corto el tejido del espacio mismo.

    El efecto alcanza a Helior Prime a distancia, como si una grieta invisible le hubiera desgarrado el alma desde dentro.
    Lo escucho. Un sonido sordo, profundo. Un impacto que no pertenece a este plano.

    Jennifer se coloca a mi lado.
    Sus manos se unen a las mías en la empuñadura.
    Sentimos a Veythra vibrar, no de rabia… sino de aceptación.

    Juntas, trazamos un segundo corte.

    Esta vez no solo se abre el espacio.
    Se abre el tiempo.
    El eclipse se divide.
    La luz se pliega.
    La oscuridad se hunde en sí misma.

    Y de pronto…

    Nada.

    Blanco absoluto.
    Silencio total.
    Un vacío que no es muerte, pero tampoco vida.

    Solo Veythra, latiendo en mis manos…
    y el sonido distante de algo que todavía no sé si hemos ganado o desatado.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 El eclipse se abre como una herida en el cielo. Con él, un puente ardiente se despliega, una estructura viva, hecha de la propia luz del sol partiéndose en líneas perfectas. Y sobre él… una figura incandescente avanza. Un Phyros. Un habitante del sol. Su voz nos atraviesa antes incluso de que toque tierra. Helior Prime: “Sombras… imitaciones débiles. La luna solo existe porque roba lo que nosotros creamos.” Su desdén es absoluto. Un juicio. Un decreto. No tengo tiempo de responder. Arc me envuelve con su forma dracónica, enorme y protectora, sus escamas vibrando al contacto con la luz insoportable que irradia el Phyros. Arc no confía en mí. Y por primera vez… no puedo culparla. Helior Prime alza una mano. Un rayo solar estalla desde su palma y nos atraviesa a ambas. Siento mi piel arder. Siento el dolor de Arc resonar en mis huesos como si fueran los de ella. Grito sin aire. Jennifer aparece ante él como una tormenta silenciosa. Sus ojos, negros y rojos, reflejan el eclipse moribundo. Ella contraataca, y Helior Prime le sigue el ritmo con una gracia cruel, como si la estuviera evaluando. La dragona Arc logra incorporarse y se lanza al combate. Pero cuando llega a él, Helior Prime solo estira una mano… y le quema el rostro. El olor a escama chamuscada me golpea como un puñetazo. Siento a Arc desvanecerse. Su calor deja de rodearme. Y mi cuerpo queda expuesto. Los tres lanzazos solares vienen hacia mí como si el tiempo se quebrara. El primero me atraviesa el costado. El segundo me perfora el pecho. El tercero se dirige directo a mi cabeza— Pero Jennifer lo intercepta. Por milímetros. Mi madre se gira. Y entonces ruge una orden que desgarra mundos: Jennifer: “¡Hijos míos del Caos… a mí!” El aire se abre y su ejército cae sobre el campo de batalla como un océano negro. Helior Prime responde convocando a los suyos. Los Phyros emergen como estrellas furiosas. La guerra estalla. Sol contra Caos. Luz absoluta contra noche viva. Y yo… tirada en el suelo. Sangrando. Ardiendo. Incapaz de respirar. Pero entre el ruido, entre los gritos, entre el fuego… Una voz se abre paso dentro de mí. Veythra: “Levanta… Lili… Una vez más. Conmigo.” Algo—un latido, un impulso, una furia que no es furia—me obliga a ponerme de rodillas. La vaina de Shein se parte en pedazos, como si ya no tuviera derecho a contener nada. Jennifer siente cómo me rehago. Yo siento a Veythra por primera vez… no como un arma, sino como una extensión de mis huesos. Deslizo la hoja. El mundo se silencia. Extiendo la katana y corto el aire. Pero no corto aire. Corto el tejido del espacio mismo. El efecto alcanza a Helior Prime a distancia, como si una grieta invisible le hubiera desgarrado el alma desde dentro. Lo escucho. Un sonido sordo, profundo. Un impacto que no pertenece a este plano. Jennifer se coloca a mi lado. Sus manos se unen a las mías en la empuñadura. Sentimos a Veythra vibrar, no de rabia… sino de aceptación. Juntas, trazamos un segundo corte. Esta vez no solo se abre el espacio. Se abre el tiempo. El eclipse se divide. La luz se pliega. La oscuridad se hunde en sí misma. Y de pronto… Nada. Blanco absoluto. Silencio total. Un vacío que no es muerte, pero tampoco vida. Solo Veythra, latiendo en mis manos… y el sonido distante de algo que todavía no sé si hemos ganado o desatado.
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  • Aurora avanzaba con paso firme, por unas calles poco transitadas pero ya conocidas por la pelinegra. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida de golpe: seis hombres aparecieron de la nada, sus ojos cargados de una intención oscura e inexplicable.

    Sin tiempo para reaccionar, Aurora intentó defenderse con toda su fuerza, esquivando golpes y respondiendo con rapidez, pero el número en su contra era abrumador. Uno a uno, la rodearon y sin piedad comenzaron a atacarla con ferocidad; Ella resistía, cada movimiento cálido de voluntad, pero pronto la fatiga empezó a ganarle terreno.


    El amargo filo de la navaja cortó el aire, y con seis puñaladas consecutivas, desgarraron su cuerpo, una de aquellas puñaladas alcanzó un corte profundo y terrible, rozando su corazón.


    El daño no solo le provocó un dolor insoportable, sino que también ralentizó su proceso de curación, poniendo en grave peligro su vida. Alguien cercano, horrorizado ante la escena, llamó de inmediato al hospital y a la policía, mientras Aurora luchaba por mantenerse consciente, sus manos temblorosas buscando fuerza en un cuerpo herido, atrapada entre el dolor y la esperanza de sobrevivir.
    Aurora avanzaba con paso firme, por unas calles poco transitadas pero ya conocidas por la pelinegra. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida de golpe: seis hombres aparecieron de la nada, sus ojos cargados de una intención oscura e inexplicable. Sin tiempo para reaccionar, Aurora intentó defenderse con toda su fuerza, esquivando golpes y respondiendo con rapidez, pero el número en su contra era abrumador. Uno a uno, la rodearon y sin piedad comenzaron a atacarla con ferocidad; Ella resistía, cada movimiento cálido de voluntad, pero pronto la fatiga empezó a ganarle terreno. El amargo filo de la navaja cortó el aire, y con seis puñaladas consecutivas, desgarraron su cuerpo, una de aquellas puñaladas alcanzó un corte profundo y terrible, rozando su corazón. El daño no solo le provocó un dolor insoportable, sino que también ralentizó su proceso de curación, poniendo en grave peligro su vida. Alguien cercano, horrorizado ante la escena, llamó de inmediato al hospital y a la policía, mientras Aurora luchaba por mantenerse consciente, sus manos temblorosas buscando fuerza en un cuerpo herido, atrapada entre el dolor y la esperanza de sobrevivir.
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