{ Avance en Historia/ 7 años }
Más poderosa que antes y con los bolsos llenos de oro, la bruja partió de aquel pueblo por su cuenta.
Ignorante de lo que ocurría ahora en su cuerpo, de aquello que habían logrado, aquella mezcla de amor y sobrevivencia de una especie.
Las náuseas al inicio las creyó naturales por los terribles lugares de donde conseguía sus esqueletos.
Pero entre más síntomas peculiares llegaban...más obvia era la respuesta.
Cuando por fin notó el "bulto" en su estómago lo supo, había vida creciendo dentro de ella, una necromancer que estaba creando vida en su interior.
Pero....tenía dos opciones, seguir en su mezquino y egoísta camino en solitario, teniendo a su poder un híbrido de brujo y lobo. O tener una cría que ayudaría a preservar una especie extinta.
Sería la bruja más poderosa de todas, un ejército de lobos a su disposición, el miedo que causaría, el horror de los aldeanos sería... perfecto.
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Una cabaña a las afueras de un enorme llano, a la mitad de dos ciudades, girando en posición de la estrella mayor en un pequeño camino de terracería, por ahí se llegaba a la casa de la bruja, escondida un poco entre manzanos, así como un rebosante jardín de verduras, hierbas y curiosidades . Ahora vivía con su decisión...
— ¡ Bran ! ~ mi niño, el estofado está listo —
Era la voz de la bruja, que se asomaba por la puerta de madera, llamando a su hijo. ¡Si ! A su hijo.
— ¡ Ya voy mamá ! ¿Pero pueden comer también mis amigos? —
Un cachorro de piel ligeramente besada por el sol, con cabellos blancos y un par de orejas puntiagudas como su papá, ese era el hijo de la bruja, seguido por otros dos niños que eran también híbridos.
— Claro que sí mi cielo, se lavan las manos y los espero en la mesa, el estofado tiene tu favorita, carne de pollo. —
La bruja con una apariencia más modesta respondió, mientras los niños entraban corriendo.
La vida sigue, aunque en el corazón duela algunos años.
Más poderosa que antes y con los bolsos llenos de oro, la bruja partió de aquel pueblo por su cuenta.
Ignorante de lo que ocurría ahora en su cuerpo, de aquello que habían logrado, aquella mezcla de amor y sobrevivencia de una especie.
Las náuseas al inicio las creyó naturales por los terribles lugares de donde conseguía sus esqueletos.
Pero entre más síntomas peculiares llegaban...más obvia era la respuesta.
Cuando por fin notó el "bulto" en su estómago lo supo, había vida creciendo dentro de ella, una necromancer que estaba creando vida en su interior.
Pero....tenía dos opciones, seguir en su mezquino y egoísta camino en solitario, teniendo a su poder un híbrido de brujo y lobo. O tener una cría que ayudaría a preservar una especie extinta.
Sería la bruja más poderosa de todas, un ejército de lobos a su disposición, el miedo que causaría, el horror de los aldeanos sería... perfecto.
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Una cabaña a las afueras de un enorme llano, a la mitad de dos ciudades, girando en posición de la estrella mayor en un pequeño camino de terracería, por ahí se llegaba a la casa de la bruja, escondida un poco entre manzanos, así como un rebosante jardín de verduras, hierbas y curiosidades . Ahora vivía con su decisión...
— ¡ Bran ! ~ mi niño, el estofado está listo —
Era la voz de la bruja, que se asomaba por la puerta de madera, llamando a su hijo. ¡Si ! A su hijo.
— ¡ Ya voy mamá ! ¿Pero pueden comer también mis amigos? —
Un cachorro de piel ligeramente besada por el sol, con cabellos blancos y un par de orejas puntiagudas como su papá, ese era el hijo de la bruja, seguido por otros dos niños que eran también híbridos.
— Claro que sí mi cielo, se lavan las manos y los espero en la mesa, el estofado tiene tu favorita, carne de pollo. —
La bruja con una apariencia más modesta respondió, mientras los niños entraban corriendo.
La vida sigue, aunque en el corazón duela algunos años.
{ Avance en Historia/ 7 años }
Más poderosa que antes y con los bolsos llenos de oro, la bruja partió de aquel pueblo por su cuenta.
Ignorante de lo que ocurría ahora en su cuerpo, de aquello que habían logrado, aquella mezcla de amor y sobrevivencia de una especie.
Las náuseas al inicio las creyó naturales por los terribles lugares de donde conseguía sus esqueletos.
Pero entre más síntomas peculiares llegaban...más obvia era la respuesta.
Cuando por fin notó el "bulto" en su estómago lo supo, había vida creciendo dentro de ella, una necromancer que estaba creando vida en su interior.
Pero....tenía dos opciones, seguir en su mezquino y egoísta camino en solitario, teniendo a su poder un híbrido de brujo y lobo. O tener una cría que ayudaría a preservar una especie extinta.
Sería la bruja más poderosa de todas, un ejército de lobos a su disposición, el miedo que causaría, el horror de los aldeanos sería... perfecto.
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Una cabaña a las afueras de un enorme llano, a la mitad de dos ciudades, girando en posición de la estrella mayor en un pequeño camino de terracería, por ahí se llegaba a la casa de la bruja, escondida un poco entre manzanos, así como un rebosante jardín de verduras, hierbas y curiosidades . Ahora vivía con su decisión...
— ¡ Bran ! ~ mi niño, el estofado está listo —
Era la voz de la bruja, que se asomaba por la puerta de madera, llamando a su hijo. ¡Si ! A su hijo.
— ¡ Ya voy mamá ! ¿Pero pueden comer también mis amigos? —
Un cachorro de piel ligeramente besada por el sol, con cabellos blancos y un par de orejas puntiagudas como su papá, ese era el hijo de la bruja, seguido por otros dos niños que eran también híbridos.
— Claro que sí mi cielo, se lavan las manos y los espero en la mesa, el estofado tiene tu favorita, carne de pollo. —
La bruja con una apariencia más modesta respondió, mientras los niños entraban corriendo.
La vida sigue, aunque en el corazón duela algunos años.
