El amor, una dulzura ignorada y un anhelo que parecía inconcebible en la vida de Rei. Siempre había creído firmemente que ese sentimiento no era para él, que no estaba destinado a experimentar ese tipo de lazos afectivos. Su mundo consistía en encuentros fugaces, en amistades que brindaban momentos efímeros de compañía o, en el peor de los casos, en relaciones pasajeras, pero todo eso cambió en el momento en que sus ojos se encontraron con los de aquel enigmático chico.

El corazón de Rei comenzó a marchitar y florecer al mismo tiempo, intentó negar sus emociones, convencerse de que era solo una amistad profunda, una conexión especial. Pero su cuerpo le delataba, con sus manos temblorosas y su aliento entrecortado cuando estaba cerca de aquel hombre, fue un torbellino de emociones que lo arrastró a una vorágine de dudas y anhelos incontrolables.

Sin embargo, como en un cruel giro del destino, aquel amor era imposible, Rei es un cobarde, incapaz de revelarse y declarar lo que su corazón guardaba en el más profundo de sus rincones. Y aunque su alma ansiaba con desesperación aquellos dulces besos, aquella cercanía y complicidad que solo el amor puede brindar, sabía que era algo que nunca podría ser.

El sentimiento de impotencia se apoderaba de él, provocando un nudo en su estómago que parecía estrangularlo, el asqueroso sabor del arrepentimiento aparecían en su boca, amenazando con hacerle derramar lágrimas solitarias y calladas en la oscuridad de la noche. Era un tormento que le robaba el sueño y le llenaba de frustración, una desgarradora realidad que parecía aplastarlo con cada suspiro.
El amor, una dulzura ignorada y un anhelo que parecía inconcebible en la vida de Rei. Siempre había creído firmemente que ese sentimiento no era para él, que no estaba destinado a experimentar ese tipo de lazos afectivos. Su mundo consistía en encuentros fugaces, en amistades que brindaban momentos efímeros de compañía o, en el peor de los casos, en relaciones pasajeras, pero todo eso cambió en el momento en que sus ojos se encontraron con los de aquel enigmático chico. El corazón de Rei comenzó a marchitar y florecer al mismo tiempo, intentó negar sus emociones, convencerse de que era solo una amistad profunda, una conexión especial. Pero su cuerpo le delataba, con sus manos temblorosas y su aliento entrecortado cuando estaba cerca de aquel hombre, fue un torbellino de emociones que lo arrastró a una vorágine de dudas y anhelos incontrolables. Sin embargo, como en un cruel giro del destino, aquel amor era imposible, Rei es un cobarde, incapaz de revelarse y declarar lo que su corazón guardaba en el más profundo de sus rincones. Y aunque su alma ansiaba con desesperación aquellos dulces besos, aquella cercanía y complicidad que solo el amor puede brindar, sabía que era algo que nunca podría ser. El sentimiento de impotencia se apoderaba de él, provocando un nudo en su estómago que parecía estrangularlo, el asqueroso sabor del arrepentimiento aparecían en su boca, amenazando con hacerle derramar lágrimas solitarias y calladas en la oscuridad de la noche. Era un tormento que le robaba el sueño y le llenaba de frustración, una desgarradora realidad que parecía aplastarlo con cada suspiro.
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