— Y aún así, sigues sin estar invitada a entrar a mi casa —reitera, sonriente.
— Y aún así, sigues sin estar invitada a entrar a mi casa —reitera, sonriente.
-Puertas cerradas, encantamientos, sellos, agua bendecida por hombres con sotanas, mucho más pecadores que un aniquilador. ¡Humanos tontos!, son una dulce invitación para mí!, ja, jaaaaaa,ja,jaaaaaa.