Esta recargada contra la pared, su respiración es agitada debido a las heridas y a la sangre que ya perdió. Siente como el mundo le da vueltas y si no se recupera pronto, está segura que morirá.
Comienzan a escucharse pasos, unas pisadas sumamente pesadas que resuenan en el pasillo. La perilla de la puerta gira y se abre lentamente; poco a poco entra un hombre de cabello rubio, con un cuchillo en la mano pero un par de armas amarradas a la cintura.
“—Así que aquí estabas, bruja. Te dije que no podrías escapar. La última vez tuviste demasiada suerte, pero esta vez no será así. Tomamos todas las precauciones y temo decirte que no saldrás de aquí viva. Tu cabeza vale demasiado—.“
El hombre sonríe de manera fría y con el cuchillo en mano, clava este en la pierna izquierda de la pelirroja arrancándole un grito de dolor, cuando este grito resuena el hombre suelta una carcajada.
“—Vaya, si puedes sentir dolor, maldita bruja. Quisiera decirte que no haré tu muerte lenta y dolorosa pero estaría mintiendo... Nadie te vendrá a ayudar—.”
Yuuki lo observa con rabia, apretando los dientes, tiene el labio abierto por el cual mana sangre, así como un golpe y una cortada en el pómulo derecho; una herida de bala en el hombro y una herida del cuchillo sobre el abdomen. Eran armas muy especiales, estaban hechas para matar vampiros; ahora sabía que estaba en una lista de seres sobrenaturales peligrosos. Ella sonríe y escupe sangre a los pies del hombre.
—Eres un estúpido si crees que vas... A matarme tan fácil—.
Comienzan a escucharse pasos, unas pisadas sumamente pesadas que resuenan en el pasillo. La perilla de la puerta gira y se abre lentamente; poco a poco entra un hombre de cabello rubio, con un cuchillo en la mano pero un par de armas amarradas a la cintura.
“—Así que aquí estabas, bruja. Te dije que no podrías escapar. La última vez tuviste demasiada suerte, pero esta vez no será así. Tomamos todas las precauciones y temo decirte que no saldrás de aquí viva. Tu cabeza vale demasiado—.“
El hombre sonríe de manera fría y con el cuchillo en mano, clava este en la pierna izquierda de la pelirroja arrancándole un grito de dolor, cuando este grito resuena el hombre suelta una carcajada.
“—Vaya, si puedes sentir dolor, maldita bruja. Quisiera decirte que no haré tu muerte lenta y dolorosa pero estaría mintiendo... Nadie te vendrá a ayudar—.”
Yuuki lo observa con rabia, apretando los dientes, tiene el labio abierto por el cual mana sangre, así como un golpe y una cortada en el pómulo derecho; una herida de bala en el hombro y una herida del cuchillo sobre el abdomen. Eran armas muy especiales, estaban hechas para matar vampiros; ahora sabía que estaba en una lista de seres sobrenaturales peligrosos. Ella sonríe y escupe sangre a los pies del hombre.
—Eres un estúpido si crees que vas... A matarme tan fácil—.
Esta recargada contra la pared, su respiración es agitada debido a las heridas y a la sangre que ya perdió. Siente como el mundo le da vueltas y si no se recupera pronto, está segura que morirá.
Comienzan a escucharse pasos, unas pisadas sumamente pesadas que resuenan en el pasillo. La perilla de la puerta gira y se abre lentamente; poco a poco entra un hombre de cabello rubio, con un cuchillo en la mano pero un par de armas amarradas a la cintura.
“—Así que aquí estabas, bruja. Te dije que no podrías escapar. La última vez tuviste demasiada suerte, pero esta vez no será así. Tomamos todas las precauciones y temo decirte que no saldrás de aquí viva. Tu cabeza vale demasiado—.“
El hombre sonríe de manera fría y con el cuchillo en mano, clava este en la pierna izquierda de la pelirroja arrancándole un grito de dolor, cuando este grito resuena el hombre suelta una carcajada.
“—Vaya, si puedes sentir dolor, maldita bruja. Quisiera decirte que no haré tu muerte lenta y dolorosa pero estaría mintiendo... Nadie te vendrá a ayudar—.”
Yuuki lo observa con rabia, apretando los dientes, tiene el labio abierto por el cual mana sangre, así como un golpe y una cortada en el pómulo derecho; una herida de bala en el hombro y una herida del cuchillo sobre el abdomen. Eran armas muy especiales, estaban hechas para matar vampiros; ahora sabía que estaba en una lista de seres sobrenaturales peligrosos. Ella sonríe y escupe sangre a los pies del hombre.
—Eres un estúpido si crees que vas... A matarme tan fácil—.