—Mierda... ¿Por qué justo ahora?—.
Respira de forma agitada, no sabe bien que fue lo que sucedió. Un hombre la interceptó en el bosque donde siempre solía vagar, no le tenía miedo, sabía que y quien era ella. Iba preparado para matarla, se llevó acabo una lucha mortifera en el bosque.
Arboles pequeños y ramas muy gruesas yacian rotas en el suelo, las armas de aquel hombre eran muy fuertes, no había visto armas de ese tipo en mucho tiempo; eran especiales para asesinar vampiros. Si bien el enfrentamiento no terminó bien para ninguno de los dos, ella seguía viva, mientras que él no.
Se deja caer al suelo, necesitaba recostarse un momento, el dolor y las heridas no se estaban curando solas. Toca con las puntas de sus dedos sus costados; una... Dos... Tres costillas rotas. Cortes en manos, pecho y rostro.
—Tal vez... Si debí dejar que me matara—.
Respira de forma agitada, no sabe bien que fue lo que sucedió. Un hombre la interceptó en el bosque donde siempre solía vagar, no le tenía miedo, sabía que y quien era ella. Iba preparado para matarla, se llevó acabo una lucha mortifera en el bosque.
Arboles pequeños y ramas muy gruesas yacian rotas en el suelo, las armas de aquel hombre eran muy fuertes, no había visto armas de ese tipo en mucho tiempo; eran especiales para asesinar vampiros. Si bien el enfrentamiento no terminó bien para ninguno de los dos, ella seguía viva, mientras que él no.
Se deja caer al suelo, necesitaba recostarse un momento, el dolor y las heridas no se estaban curando solas. Toca con las puntas de sus dedos sus costados; una... Dos... Tres costillas rotas. Cortes en manos, pecho y rostro.
—Tal vez... Si debí dejar que me matara—.
—Mierda... ¿Por qué justo ahora?—.
Respira de forma agitada, no sabe bien que fue lo que sucedió. Un hombre la interceptó en el bosque donde siempre solía vagar, no le tenía miedo, sabía que y quien era ella. Iba preparado para matarla, se llevó acabo una lucha mortifera en el bosque.
Arboles pequeños y ramas muy gruesas yacian rotas en el suelo, las armas de aquel hombre eran muy fuertes, no había visto armas de ese tipo en mucho tiempo; eran especiales para asesinar vampiros. Si bien el enfrentamiento no terminó bien para ninguno de los dos, ella seguía viva, mientras que él no.
Se deja caer al suelo, necesitaba recostarse un momento, el dolor y las heridas no se estaban curando solas. Toca con las puntas de sus dedos sus costados; una... Dos... Tres costillas rotas. Cortes en manos, pecho y rostro.
—Tal vez... Si debí dejar que me matara—.