Pisadas firmes que, aunque se hunden en el lodo, salen con fiereza para enfrentarse al siguiente tramo. El coro de soldados entonando en su trotar algún ritmo que los motive a seguir estoicos conforme recorren el circuito mientras la lluvia sigue precipitándose sin piedad sobre sus cabezas.

Ahí están, seguramente alguno de ellos se volverá parte de su cuadrilla y mientras tiene los brazos cruzados viendo continuamente su propio reflejo en el cristal y posteriormente la marcha sincronizada, le llegan flashazos de cómo fue su vida militar al iniciar, de las cosas que dejó atrás y cómo ha tenido que negarse otras más para ir trazando ese sinuoso camino de muerte y destrucción, pero también de tregua y relativa paz.

Se pregunta, si sus padres hubiesen estado con él desde corta edad y no se hubiesen esfumado ¿Habría tomado igualmente la decisión de unirse a la milicia? Es probable que no. Seguramente habría seguido con las lecciones de piano y en vez de desenfundar un arma, estaría en giras moviendo los dedos con maestría sobre las teclas para conmover al público. Pero no se arrepiente y procura que todo cuanto ha hecho hasta ahora tenga una justificación, aunque el peso en sus hombros con cada chasquido de sus dedos, cada disparo, cada batalla... Se vuelve cada vez más pesado.
Pisadas firmes que, aunque se hunden en el lodo, salen con fiereza para enfrentarse al siguiente tramo. El coro de soldados entonando en su trotar algún ritmo que los motive a seguir estoicos conforme recorren el circuito mientras la lluvia sigue precipitándose sin piedad sobre sus cabezas. Ahí están, seguramente alguno de ellos se volverá parte de su cuadrilla y mientras tiene los brazos cruzados viendo continuamente su propio reflejo en el cristal y posteriormente la marcha sincronizada, le llegan flashazos de cómo fue su vida militar al iniciar, de las cosas que dejó atrás y cómo ha tenido que negarse otras más para ir trazando ese sinuoso camino de muerte y destrucción, pero también de tregua y relativa paz. Se pregunta, si sus padres hubiesen estado con él desde corta edad y no se hubiesen esfumado ¿Habría tomado igualmente la decisión de unirse a la milicia? Es probable que no. Seguramente habría seguido con las lecciones de piano y en vez de desenfundar un arma, estaría en giras moviendo los dedos con maestría sobre las teclas para conmover al público. Pero no se arrepiente y procura que todo cuanto ha hecho hasta ahora tenga una justificación, aunque el peso en sus hombros con cada chasquido de sus dedos, cada disparo, cada batalla... Se vuelve cada vez más pesado.
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