—El sol empezaba a caer hacia el oeste de Sairaag.
Tras haber pasado el día ayudando con la reconstrucción de Sairaag, Sylphiel se dirigió a su casa.
Aquella tarde se sentó en su escritorio frente a un trozo de pergamino que había sido cuidado con esmero. Mojó la pluma en el tintero y empezó a escribir:—
"Querido Gaudy,
Espero que esta carta te encuentre bien y en la buena compañía de Reena y los demás.
La vida en Sairaag sigue su curso, con días llenos de sol y el arduo esfuerzo de la reconstrucción que todos merecemos.
Aunque las batallas y los peligros de nuestros viajes parecen estar lejos, no puedo evitar recordar los momentos que compartimos.
La ciudad está más animada que nunca, pero falta algo sin tu risa y tu entusiasmo. Extraño esos días en los que, a pesar de las adversidades, encontrábamos la manera de salir adelante como un equipo. Recuerdo tus gestos valientes y tu corazón generoso.
La gente aquí habla de nuestras hazañas como leyendas y me enorgullece haber luchado a tu lado.
A veces, cuando el viento sopla suavemente, parece llevar consigo ecos de nuestras aventuras. ¿Recuerdas cómo solíamos contemplar el horizonte después de cada victoria?
Espero que pronto podamos reunirnos de nuevo. La vida puede ser un viaje difícil, pero sé que nuestro destino aún tiene muchas sorpresas para nosotros. Hasta entonces, cuida de ti mismo y de tus compañeros de viaje.
Con afecto,
Sylphiel."
—Cuando terminó aquella carta, enrolló el pergamino y se dirigió en busca de un emisario para que le hiciera llegar aquella carta a Gaudy.—
Tras haber pasado el día ayudando con la reconstrucción de Sairaag, Sylphiel se dirigió a su casa.
Aquella tarde se sentó en su escritorio frente a un trozo de pergamino que había sido cuidado con esmero. Mojó la pluma en el tintero y empezó a escribir:—
"Querido Gaudy,
Espero que esta carta te encuentre bien y en la buena compañía de Reena y los demás.
La vida en Sairaag sigue su curso, con días llenos de sol y el arduo esfuerzo de la reconstrucción que todos merecemos.
Aunque las batallas y los peligros de nuestros viajes parecen estar lejos, no puedo evitar recordar los momentos que compartimos.
La ciudad está más animada que nunca, pero falta algo sin tu risa y tu entusiasmo. Extraño esos días en los que, a pesar de las adversidades, encontrábamos la manera de salir adelante como un equipo. Recuerdo tus gestos valientes y tu corazón generoso.
La gente aquí habla de nuestras hazañas como leyendas y me enorgullece haber luchado a tu lado.
A veces, cuando el viento sopla suavemente, parece llevar consigo ecos de nuestras aventuras. ¿Recuerdas cómo solíamos contemplar el horizonte después de cada victoria?
Espero que pronto podamos reunirnos de nuevo. La vida puede ser un viaje difícil, pero sé que nuestro destino aún tiene muchas sorpresas para nosotros. Hasta entonces, cuida de ti mismo y de tus compañeros de viaje.
Con afecto,
Sylphiel."
—Cuando terminó aquella carta, enrolló el pergamino y se dirigió en busca de un emisario para que le hiciera llegar aquella carta a Gaudy.—
—El sol empezaba a caer hacia el oeste de Sairaag.
Tras haber pasado el día ayudando con la reconstrucción de Sairaag, Sylphiel se dirigió a su casa.
Aquella tarde se sentó en su escritorio frente a un trozo de pergamino que había sido cuidado con esmero. Mojó la pluma en el tintero y empezó a escribir:—
"Querido Gaudy,
Espero que esta carta te encuentre bien y en la buena compañía de Reena y los demás.
La vida en Sairaag sigue su curso, con días llenos de sol y el arduo esfuerzo de la reconstrucción que todos merecemos.
Aunque las batallas y los peligros de nuestros viajes parecen estar lejos, no puedo evitar recordar los momentos que compartimos.
La ciudad está más animada que nunca, pero falta algo sin tu risa y tu entusiasmo. Extraño esos días en los que, a pesar de las adversidades, encontrábamos la manera de salir adelante como un equipo. Recuerdo tus gestos valientes y tu corazón generoso.
La gente aquí habla de nuestras hazañas como leyendas y me enorgullece haber luchado a tu lado.
A veces, cuando el viento sopla suavemente, parece llevar consigo ecos de nuestras aventuras. ¿Recuerdas cómo solíamos contemplar el horizonte después de cada victoria?
Espero que pronto podamos reunirnos de nuevo. La vida puede ser un viaje difícil, pero sé que nuestro destino aún tiene muchas sorpresas para nosotros. Hasta entonces, cuida de ti mismo y de tus compañeros de viaje.
Con afecto,
Sylphiel."
—Cuando terminó aquella carta, enrolló el pergamino y se dirigió en busca de un emisario para que le hiciera llegar aquella carta a Gaudy.—