—Aaaaaah... maldición!
El calor era insoportable. 3era vez esta noche que despertaba sin otro motivo más que la incomodidad de su cama al calentarse.
Intentó el truco que le había enseñado su amiga pelirosa: abrió la llave del baño, esperó que el agua enfriara y ubicó ambas muñecas bajo el chorro hasta que la piel refrescara.
Por unos momentos funcionó, pero aun así ya no podría volver a dormir. Era mejor comenzar de una vez su día.
El calor era insoportable. 3era vez esta noche que despertaba sin otro motivo más que la incomodidad de su cama al calentarse.
Intentó el truco que le había enseñado su amiga pelirosa: abrió la llave del baño, esperó que el agua enfriara y ubicó ambas muñecas bajo el chorro hasta que la piel refrescara.
Por unos momentos funcionó, pero aun así ya no podría volver a dormir. Era mejor comenzar de una vez su día.
—Aaaaaah... maldición!
El calor era insoportable. 3era vez esta noche que despertaba sin otro motivo más que la incomodidad de su cama al calentarse.
Intentó el truco que le había enseñado su amiga pelirosa: abrió la llave del baño, esperó que el agua enfriara y ubicó ambas muñecas bajo el chorro hasta que la piel refrescara.
Por unos momentos funcionó, pero aun así ya no podría volver a dormir. Era mejor comenzar de una vez su día.

