—«No me ruegues que te deje y que me aparte de ti»—. Deslizó los dedos por mi brazo con caricias lentas y tortuosas. Posé la cabeza en su hombro, cerrando los ojos mientras sus labios continuaban moviéndose por mi cuello. —«Donde quiera que tu fueres iré yo; y donde quiera que vivieres, viviré».
—«No me ruegues que te deje y que me aparte de ti»—. Deslizó los dedos por mi brazo con caricias lentas y tortuosas. Posé la cabeza en su hombro, cerrando los ojos mientras sus labios continuaban moviéndose por mi cuello. —«Donde quiera que tu fueres iré yo; y donde quiera que vivieres, viviré».