Sus ojos brillan con intensidad y emoción al ver aquel tesoro. No puede evitarlo, le pierde el oro y los objetos brillantes.
—¡Qué maravilla! ¡Por supuesto que hay para pagar las deudas! —suspira. —Pero... no podemos aceptarlo...
—¡Qué maravilla! ¡Por supuesto que hay para pagar las deudas! —suspira. —Pero... no podemos aceptarlo...
Sus ojos brillan con intensidad y emoción al ver aquel tesoro. No puede evitarlo, le pierde el oro y los objetos brillantes.
—¡Qué maravilla! ¡Por supuesto que hay para pagar las deudas! —suspira. —Pero... no podemos aceptarlo...
