𝑊𝑒 𝑠𝑖𝑡 𝑖𝑛 𝑏𝑎𝑟𝑠 𝑎𝑛𝑑 𝑟𝑎𝑖𝑠𝑒 𝑜𝑢𝑟 𝑑𝑟𝑖𝑛𝑘𝑠 𝑡𝑜 𝑔𝑟𝑜𝑤𝑖𝑛𝑔 𝑜𝑙𝑑 𝐼'𝑚 𝑖𝑛 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢 𝑤𝑖𝑙𝑙 𝑛𝑒𝑣𝑒𝑟 𝑘𝑛𝑜𝑤 𝐵𝑢𝑡 𝑖𝑓 𝐼 𝑐𝑎𝑛'𝑡 ℎ𝑎𝑣𝑒 𝑦𝑜𝑢, 𝐼'𝑙𝑙 𝑤𝑎𝑙𝑘 𝑡ℎ𝑖𝑠 𝑙𝑖𝑓𝑒 𝑎𝑙𝑜𝑛𝑒
La relatividad del tiempo podía considerarse un regalo o una herida abierta según los ojos de quién hiciera uso de aquel concepto, para Alice Fortescue todavía no se encontraba claro para cual lugar se inclinaba la balanza, lo único que sabía que las cosas habían salido bien para casi todos.
Con la guerra superada, con pérdidas mínimas casi podía decirse que se respiraba un poco de paz tras casi una década de lo ocurrido.
Con esta nueva oportunidad que el destino les había tendido al alcance de la mano, muchas cosas se habían gestado en el tiempo transcurridos.
Parejas se habían formado, familias habían crecido, pero existía un pequeño puñado que no había contado con su felices para siempre, y aunque le doliese reconocerlo la suerte no había sido tan buena con ella como se hubiese creído.
Milagrosamente había sobrevivido a la tortura que su cuerpo y su psiquis habían recibido a manos de los mortifagos, y aunque las pesadillas nocturnas a veces le arrebataban el aliento la había podido contar, así como gran parte de su grupo de amigos.
La Auror había decidido instalarse en Escocia una temporada, y sin darse cuenta habían pasado 4 años hasta que volvió a Londres, y las sorpresas no se hicieron esperar.
Ella que había superado adversidades inmensas, que casi había muerto, no había previsto nunca el dolor más inmenso que experimentaría en la vida : ver al amor de su vida en brazos de otra mujer.
Las pesadillas parecían no querer darle paz, y ahora se sumaba una nueva que la dejaba temblando hasta que se acordaba otra vez de cómo se respiraba.
Y fue así que tras una pésima noche de desveló se las apaño para sobrellevar el día que le esperaba, siendo su única motivación saber que al final de ese trágico día volvería a reunirse con él.
Sintió su corazón oprimido tan pronto cruzó el umbral de su puerta, Melissa estaría en un viaje un poco largo y Frank había decidido que era lo mejor si querían recuperar el tiempo solo ellos dos como los mejores amigos que habían sido alguna vez.
Alice tomó asiento frente suyo y sin saberlo, en los ojos del único hombre que había amado, presenció el inicio de su inminente ruina.
La relatividad del tiempo podía considerarse un regalo o una herida abierta según los ojos de quién hiciera uso de aquel concepto, para Alice Fortescue todavía no se encontraba claro para cual lugar se inclinaba la balanza, lo único que sabía que las cosas habían salido bien para casi todos.
Con la guerra superada, con pérdidas mínimas casi podía decirse que se respiraba un poco de paz tras casi una década de lo ocurrido.
Con esta nueva oportunidad que el destino les había tendido al alcance de la mano, muchas cosas se habían gestado en el tiempo transcurridos.
Parejas se habían formado, familias habían crecido, pero existía un pequeño puñado que no había contado con su felices para siempre, y aunque le doliese reconocerlo la suerte no había sido tan buena con ella como se hubiese creído.
Milagrosamente había sobrevivido a la tortura que su cuerpo y su psiquis habían recibido a manos de los mortifagos, y aunque las pesadillas nocturnas a veces le arrebataban el aliento la había podido contar, así como gran parte de su grupo de amigos.
La Auror había decidido instalarse en Escocia una temporada, y sin darse cuenta habían pasado 4 años hasta que volvió a Londres, y las sorpresas no se hicieron esperar.
Ella que había superado adversidades inmensas, que casi había muerto, no había previsto nunca el dolor más inmenso que experimentaría en la vida : ver al amor de su vida en brazos de otra mujer.
Las pesadillas parecían no querer darle paz, y ahora se sumaba una nueva que la dejaba temblando hasta que se acordaba otra vez de cómo se respiraba.
Y fue así que tras una pésima noche de desveló se las apaño para sobrellevar el día que le esperaba, siendo su única motivación saber que al final de ese trágico día volvería a reunirse con él.
Sintió su corazón oprimido tan pronto cruzó el umbral de su puerta, Melissa estaría en un viaje un poco largo y Frank había decidido que era lo mejor si querían recuperar el tiempo solo ellos dos como los mejores amigos que habían sido alguna vez.
Alice tomó asiento frente suyo y sin saberlo, en los ojos del único hombre que había amado, presenció el inicio de su inminente ruina.
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible