— No me agradas, otra yo.
-| Musito de forma casi imperceptible, mientras peinaba la cabellera color azabache de aquella niña. La pelirroja suele encontrarse con ella bastante seguido en sus sueños. A veces simplemente la observa a la lejanía, a veces charlan, a veces juegan...
Pero siempre están rodeadas de animales, y de una paz que no se puede describir. No están solas, hay una tercera persona con ellas, la niña parece mirarle bien, pero la bermeja... no puede ver su rostro. No es que no quiera, esta difuminado.
Se preguntaba quien era, pero no tenía importancia. Trataba a la niña como si fuera su más grande tesoro, la alimentaba, la cuidaba, y le daba muchos abrazos. ¿Era su padre? ¿Era su hermano? El único rasgo que podía percibir era su cabello claro. |-
— Honestamente, te detesto. Y si puedo aconsejarte algo, te recomendaré que no generes aprecio hacia humanos.
-| Tenía sus propias razones para lo que acababa de decir. La niña había cumplido su sueño, y llevaba una vida normal, ella no podía hacer eso. Nunca pudo. Ellas solo tenían en común su propio concepto.
La niña es el ideal que la mujer siempre soñó. Y la mujer es la evidencia de los errores que la niña no debe cometer. La mujer y la niña son dos existencias diferentes. El futuro... será distinto para ella. Una vez lo concluye, es capaz de sonreírle sinceramente a la niña. |-
— Cuida de el. Apóyale. Creo que ya lo sabes, pero no es muy confiable... encárgate de que... no se convierta en el héroe del infierno que yo solía conocer.
-| Sus palabras contienen dicha esperanza. |-
-| Musito de forma casi imperceptible, mientras peinaba la cabellera color azabache de aquella niña. La pelirroja suele encontrarse con ella bastante seguido en sus sueños. A veces simplemente la observa a la lejanía, a veces charlan, a veces juegan...
Pero siempre están rodeadas de animales, y de una paz que no se puede describir. No están solas, hay una tercera persona con ellas, la niña parece mirarle bien, pero la bermeja... no puede ver su rostro. No es que no quiera, esta difuminado.
Se preguntaba quien era, pero no tenía importancia. Trataba a la niña como si fuera su más grande tesoro, la alimentaba, la cuidaba, y le daba muchos abrazos. ¿Era su padre? ¿Era su hermano? El único rasgo que podía percibir era su cabello claro. |-
— Honestamente, te detesto. Y si puedo aconsejarte algo, te recomendaré que no generes aprecio hacia humanos.
-| Tenía sus propias razones para lo que acababa de decir. La niña había cumplido su sueño, y llevaba una vida normal, ella no podía hacer eso. Nunca pudo. Ellas solo tenían en común su propio concepto.
La niña es el ideal que la mujer siempre soñó. Y la mujer es la evidencia de los errores que la niña no debe cometer. La mujer y la niña son dos existencias diferentes. El futuro... será distinto para ella. Una vez lo concluye, es capaz de sonreírle sinceramente a la niña. |-
— Cuida de el. Apóyale. Creo que ya lo sabes, pero no es muy confiable... encárgate de que... no se convierta en el héroe del infierno que yo solía conocer.
-| Sus palabras contienen dicha esperanza. |-
— No me agradas, otra yo.
-| Musito de forma casi imperceptible, mientras peinaba la cabellera color azabache de aquella niña. La pelirroja suele encontrarse con ella bastante seguido en sus sueños. A veces simplemente la observa a la lejanía, a veces charlan, a veces juegan...
Pero siempre están rodeadas de animales, y de una paz que no se puede describir. No están solas, hay una tercera persona con ellas, la niña parece mirarle bien, pero la bermeja... no puede ver su rostro. No es que no quiera, esta difuminado.
Se preguntaba quien era, pero no tenía importancia. Trataba a la niña como si fuera su más grande tesoro, la alimentaba, la cuidaba, y le daba muchos abrazos. ¿Era su padre? ¿Era su hermano? El único rasgo que podía percibir era su cabello claro. |-
— Honestamente, te detesto. Y si puedo aconsejarte algo, te recomendaré que no generes aprecio hacia humanos.
-| Tenía sus propias razones para lo que acababa de decir. La niña había cumplido su sueño, y llevaba una vida normal, ella no podía hacer eso. Nunca pudo. Ellas solo tenían en común su propio concepto.
La niña es el ideal que la mujer siempre soñó. Y la mujer es la evidencia de los errores que la niña no debe cometer. La mujer y la niña son dos existencias diferentes. El futuro... será distinto para ella. Una vez lo concluye, es capaz de sonreírle sinceramente a la niña. |-
— Cuida de el. Apóyale. Creo que ya lo sabes, pero no es muy confiable... encárgate de que... no se convierta en el héroe del infierno que yo solía conocer.
-| Sus palabras contienen dicha esperanza. |-
