El impacto de la magia de Xellos fue catastrófico. Un torbellino de energía oscura estalló contra Zelgadiss con una violencia asombrosa, como si el mismo abismo se hubiera desatado en la sala.
El guerrero fue arrojado hacia atrás en medio de una explosión que envolvía su figura en una vorágine de poder demoniaco.
El grito de dolor que escapó de los labios de Zelgadiss resonó en la sala, un lamento que parecía arrancado directamente del infierno.
Su cuerpo, indefenso ante el ataque de Xellos, cayó contra el suelo con una brutalidad impactante. Las piedras y escombros se elevaron en el aire en el momento del impacto, creando una estela de destrucción a su paso.
Cuando finalmente Zelgadiss quedó en reposo en el suelo, su ropa estaba rasgada y su piel de golem mostraba señales horripilantes del poder oscuro de Xellos. No solo estaba marcada, sino que parecía como si estuviera corroída por la maldad misma.
Sin embargo, a pesar de la agonía y la desesperación, Zelgadiss no se rindió. Con una determinación feroz en sus ojos, luchó por levantarse.
En un acto de valentía y desesperación, Zelgadiss canalizó su magia como nunca antes lo había hecho. Invocó un hechizo ancestral que resonó en la sala con una solemnidad oscura. El aire mismo vibró con su poder cuando pronunció las palabras mágicas.
—¡Es hora de poner fin a esto!
En ese instante, el guerrero lanzó un rayo mágico deslumbrante y lleno de furia hacia Xellos.
El rayo tenía una naturaleza de poder que desafiaba toda comprensión, una manifestación de la furia contenida de Zelgadis que parecía dispuesta a devorar todo a su paso.
Era una fuerza avasalladora, una expresión incontenible de la magia que se manifestaba en un torrente de energía pura y destructiva. El aura que rodeaba el rayo parecía retorcerse y agitarse como si fuera un ser vivo, ansioso por cumplir su propósito con una voracidad inquebrantable.
Xellos Metallium
El guerrero fue arrojado hacia atrás en medio de una explosión que envolvía su figura en una vorágine de poder demoniaco.
El grito de dolor que escapó de los labios de Zelgadiss resonó en la sala, un lamento que parecía arrancado directamente del infierno.
Su cuerpo, indefenso ante el ataque de Xellos, cayó contra el suelo con una brutalidad impactante. Las piedras y escombros se elevaron en el aire en el momento del impacto, creando una estela de destrucción a su paso.
Cuando finalmente Zelgadiss quedó en reposo en el suelo, su ropa estaba rasgada y su piel de golem mostraba señales horripilantes del poder oscuro de Xellos. No solo estaba marcada, sino que parecía como si estuviera corroída por la maldad misma.
Sin embargo, a pesar de la agonía y la desesperación, Zelgadiss no se rindió. Con una determinación feroz en sus ojos, luchó por levantarse.
En un acto de valentía y desesperación, Zelgadiss canalizó su magia como nunca antes lo había hecho. Invocó un hechizo ancestral que resonó en la sala con una solemnidad oscura. El aire mismo vibró con su poder cuando pronunció las palabras mágicas.
—¡Es hora de poner fin a esto!
En ese instante, el guerrero lanzó un rayo mágico deslumbrante y lleno de furia hacia Xellos.
El rayo tenía una naturaleza de poder que desafiaba toda comprensión, una manifestación de la furia contenida de Zelgadis que parecía dispuesta a devorar todo a su paso.
Era una fuerza avasalladora, una expresión incontenible de la magia que se manifestaba en un torrente de energía pura y destructiva. El aura que rodeaba el rayo parecía retorcerse y agitarse como si fuera un ser vivo, ansioso por cumplir su propósito con una voracidad inquebrantable.
Xellos Metallium
El impacto de la magia de Xellos fue catastrófico. Un torbellino de energía oscura estalló contra Zelgadiss con una violencia asombrosa, como si el mismo abismo se hubiera desatado en la sala.
El guerrero fue arrojado hacia atrás en medio de una explosión que envolvía su figura en una vorágine de poder demoniaco.
El grito de dolor que escapó de los labios de Zelgadiss resonó en la sala, un lamento que parecía arrancado directamente del infierno.
Su cuerpo, indefenso ante el ataque de Xellos, cayó contra el suelo con una brutalidad impactante. Las piedras y escombros se elevaron en el aire en el momento del impacto, creando una estela de destrucción a su paso.
Cuando finalmente Zelgadiss quedó en reposo en el suelo, su ropa estaba rasgada y su piel de golem mostraba señales horripilantes del poder oscuro de Xellos. No solo estaba marcada, sino que parecía como si estuviera corroída por la maldad misma.
Sin embargo, a pesar de la agonía y la desesperación, Zelgadiss no se rindió. Con una determinación feroz en sus ojos, luchó por levantarse.
En un acto de valentía y desesperación, Zelgadiss canalizó su magia como nunca antes lo había hecho. Invocó un hechizo ancestral que resonó en la sala con una solemnidad oscura. El aire mismo vibró con su poder cuando pronunció las palabras mágicas.
—¡Es hora de poner fin a esto!
En ese instante, el guerrero lanzó un rayo mágico deslumbrante y lleno de furia hacia Xellos.
El rayo tenía una naturaleza de poder que desafiaba toda comprensión, una manifestación de la furia contenida de Zelgadis que parecía dispuesta a devorar todo a su paso.
Era una fuerza avasalladora, una expresión incontenible de la magia que se manifestaba en un torrente de energía pura y destructiva. El aura que rodeaba el rayo parecía retorcerse y agitarse como si fuera un ser vivo, ansioso por cumplir su propósito con una voracidad inquebrantable.
[Xellos]
0
turnos
0
maullidos