-Vuelve a casa luego de una agradable noche de tragos y conversación. Fue capaz de mantener su ánimo y no arruinar el momento con melancolías. Al entrar a la academia, Delphos la esperaba fumando en el comedor, con una gran sonrisa. -

D: y... como te fue?
K: Bien. Estuvo relajante. Y aquiiii -saca una botella de Absenta que trajo desde el bar- tengo tu regalo!
D: Guau, absenta. Un licor fino Hahahahaha Muchas gracias apestosa.
K: De nada, bolas tristes. Y si me disculpas, me retiro a dormir. Estoy un poco ebria... -afirma su cabeza con la mano derecha en señal de mareo. Se despide de Delphos y comienza a subir las escaleras pero en la mitad, su maestro le habla-
D: Oye... te deje un regalo en tu cama. Me costó mucho conseguirlo asi que cuídalo, si? Es de alguien especial.
k: Ooookey? Gracias, supongo. Hehehe~

-Termina de subir las escaleras y entra a su cuarto. Se acerca de prisa a su cama y queda congelada. Le tomó varios segundos entender si lo que veía era real. Su corazón se agitó, sin saber si era por el alcohol o la emoción. Dejo caer de golpe la bolsa de libros y se lanzó a tomar el regalo. Esta vez su llanto fue de felicidad. No soltó el obsequio hasta dormir.-

[𝘜𝘯𝘢 𝘧𝘰𝘵𝘰. 𝘜𝘯𝘢 𝘧𝘰𝘵𝘰 𝘥𝘦 é𝘭.... 𝘋𝘢𝘮𝘢𝘥𝘪𝘶𝘴.]