𝙻𝙰 𝙼𝙰𝙽𝙲𝙷𝙰 ⊰⋄⊱ 𝙍𝙊𝙇 𝘾𝙀𝙍𝙍𝘼𝘿𝙊: Youko
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Categoría Fantasía
Era una noche tranquila para los habitantes de Kaze no hana. Muchos de ellos dormían plácidamente después de un día de trabajo, esperando que la luz del amanecer saliera por el horizonte para empezar un día más siguiendo con su rutina cotidiana.

Pero no era el caso de Tsuki que se revolvía en el futon, reviviendo recuerdos de su vida pasada como diosa de la luna que no eran tan agradables ─── ¡¡No por favor!! ─── grito mientras se movía de un lado a otro, el sudor se deslizaba por su frente aferrándose con sus manos a las sabanas que cubrían su cuerpo.

─── Me arde, está amargo como el peor de los venenos, pero te- temo morir aquí ─── La mujer zorro aprieta los dientes con fuerza, abriendo los ojos de golpe sobresaltada, despertado por aquel horrible sueño.

Llevando la mano a su corazón intentando controlar su respiración, incorporándose sobre el futon para luego mirar al pequeño altar que tenía en su habitación. En este se encontraba el espejo sagrado, el artefacto brillo con un aura plateada dando a entender que se le estaba rebelando una visión a la suma sacerdotisa.

Tsuki se levantó caminando hasta el objeto sosteniéndolo entre sus manos y observando aquello que deseaba mostrarle, adentrando parte de su esencia en el interior del espejo para poder ver con mayor claridad el intricado destino y los hilos del mismo.

Ante la mirada de la mujer albina, observo a un hombre que intentaba escapar de algo, se apreciaba terror en su semblante y también como pedía ayuda para salvar la vida, fue entonces cuando el rostro de la mujer se giro para observar con detalle el camino que había dejado atrás. Clavo los ojos en la hierba y los árboles, estos se encontraba, podridos y retorcidos.

La suma sacerdotisa diviso a un ente maligno, el ser se encaminaba a donde estaba ese hombre, tratándose de un yōkai, para ser mas exacto una Yamauba, la kitsune frunció el ceño mientras aquella anciana endemoniada perseguía al hombre para devorarlo.

Lamentablemente no podía hacer nada por salvarlo ese suceso era pasado, ese humano ya se encontraba fallecido o lo que es peor corrupto, se fijó también en el bosque para ver si reconocía el lugar, también se aprecio en como un hilo de color rojo estaba atado en su dedo meñique y este estaba como enganchado al demonio pero este parecía no darse cuenta, seguramente podría seguirlo y sabe dónde se encontraba. Aprecio también en las montañas un castillo abandonado, estaba en Isewatta, una luz la envolvió.

Apareció de nuevo en la habitación, tenía que hablar con su hermana de lo que había visto, seguramente tendría que ir a esa zona para acabar con el demonio y la sombra que estaba contaminando el bosque.

Salió de la estancia para caminar a la sección de la diosa sol, llamando a la puerta ─── hermana es urgente, e tenido una visión debemos partir hacia Isewatta.
Era una noche tranquila para los habitantes de Kaze no hana. Muchos de ellos dormían plácidamente después de un día de trabajo, esperando que la luz del amanecer saliera por el horizonte para empezar un día más siguiendo con su rutina cotidiana. Pero no era el caso de Tsuki que se revolvía en el futon, reviviendo recuerdos de su vida pasada como diosa de la luna que no eran tan agradables ─── ¡¡No por favor!! ─── grito mientras se movía de un lado a otro, el sudor se deslizaba por su frente aferrándose con sus manos a las sabanas que cubrían su cuerpo. ─── Me arde, está amargo como el peor de los venenos, pero te- temo morir aquí ─── La mujer zorro aprieta los dientes con fuerza, abriendo los ojos de golpe sobresaltada, despertado por aquel horrible sueño. Llevando la mano a su corazón intentando controlar su respiración, incorporándose sobre el futon para luego mirar al pequeño altar que tenía en su habitación. En este se encontraba el espejo sagrado, el artefacto brillo con un aura plateada dando a entender que se le estaba rebelando una visión a la suma sacerdotisa. Tsuki se levantó caminando hasta el objeto sosteniéndolo entre sus manos y observando aquello que deseaba mostrarle, adentrando parte de su esencia en el interior del espejo para poder ver con mayor claridad el intricado destino y los hilos del mismo. Ante la mirada de la mujer albina, observo a un hombre que intentaba escapar de algo, se apreciaba terror en su semblante y también como pedía ayuda para salvar la vida, fue entonces cuando el rostro de la mujer se giro para observar con detalle el camino que había dejado atrás. Clavo los ojos en la hierba y los árboles, estos se encontraba, podridos y retorcidos. La suma sacerdotisa diviso a un ente maligno, el ser se encaminaba a donde estaba ese hombre, tratándose de un yōkai, para ser mas exacto una Yamauba, la kitsune frunció el ceño mientras aquella anciana endemoniada perseguía al hombre para devorarlo. Lamentablemente no podía hacer nada por salvarlo ese suceso era pasado, ese humano ya se encontraba fallecido o lo que es peor corrupto, se fijó también en el bosque para ver si reconocía el lugar, también se aprecio en como un hilo de color rojo estaba atado en su dedo meñique y este estaba como enganchado al demonio pero este parecía no darse cuenta, seguramente podría seguirlo y sabe dónde se encontraba. Aprecio también en las montañas un castillo abandonado, estaba en Isewatta, una luz la envolvió. Apareció de nuevo en la habitación, tenía que hablar con su hermana de lo que había visto, seguramente tendría que ir a esa zona para acabar con el demonio y la sombra que estaba contaminando el bosque. Salió de la estancia para caminar a la sección de la diosa sol, llamando a la puerta ─── hermana es urgente, e tenido una visión debemos partir hacia Isewatta.
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Individual
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