A veces me gustaría que todo dejara de ser tan pesado, que las voces por fin se silenciaran y el mundo se detuviera un minuto. ¿Por qué todo siempre tiene que ser tan rápido? ¿Tan efímero? La felicidad dura solo un instante y luego te deja ese vacío en el pecho que no sabes con qué llenar.

¿Y qué pasa con aquellos que no podemos correr? ¿Con los que no nos emociona solo lo fugaz? Todos giran, todos saben a que tempo bailar y no se dan cuenta de cuando ya te dejaron atrás.

Y el problema soy yo, lo entiendo, pero eso no quiere decir que duela menos, que no se sienta como una puñalada el olvido, el desinterés. ¿Y cuando todos son felices? ¿Cuando todos ríen? ¿Con qué derecho me creo de interrumpir esa felicidad?

Todo es demasiado complicado, demasiado caótico. Y estoy cansado, derrotado. No quiero más.
A veces me gustaría que todo dejara de ser tan pesado, que las voces por fin se silenciaran y el mundo se detuviera un minuto. ¿Por qué todo siempre tiene que ser tan rápido? ¿Tan efímero? La felicidad dura solo un instante y luego te deja ese vacío en el pecho que no sabes con qué llenar. ¿Y qué pasa con aquellos que no podemos correr? ¿Con los que no nos emociona solo lo fugaz? Todos giran, todos saben a que tempo bailar y no se dan cuenta de cuando ya te dejaron atrás. Y el problema soy yo, lo entiendo, pero eso no quiere decir que duela menos, que no se sienta como una puñalada el olvido, el desinterés. ¿Y cuando todos son felices? ¿Cuando todos ríen? ¿Con qué derecho me creo de interrumpir esa felicidad? Todo es demasiado complicado, demasiado caótico. Y estoy cansado, derrotado. No quiero más.
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