── C A S T I E L ──

La joven se encontraba llegando a su casa después de un muy largo día. Su cuerpo pesaba pues finalmente había logrado su objetivo, llegar. Dejó sus cosas en el sofá de la sala y caminó hasta su habitación con la intención de sentarse en su escritorio.

Era una escritora, no muy popular a decir verdad, pero que nunca se rendía. Cruzó sus brazos sobre el frío material y se recostó cerrando sus ojos. En ese momento un suspiro abandonó sus labios y unas cuantas palabras, que solo ella podía escuchar, salieron de sus labios.

—Es triste cuando nadie te espera en casa...