[Ryu] [n.a.a.m.a.h] [nebula_charcoal_rat_655] [f_off_bih] [demonsmile01] Estoy frente al hogar demoníaco de las hermanas Qadistu. Hoy… no entro. El castillo me observa, hambriento, como siempre. Pero esta vez no bajo la cabeza. Con la daga lunar de mi amada abro mi propia mano. El corte es limpio. La sangre cae al suelo antiguo y, al tocarlo, silba como si reconociera lo que está a punto de perder. Pronuncio las palabras con la voz firme, aunque el alma tiemble: —Con este gesto, rompo el pacto. Rompo las cadenas. Rompo el sello de mi alma.— El mundo responde con un estremecimiento sordo. Lo sé. Este acto me arrastra hacia una oscuridad aún más profunda que aquella que acepté al firmar el pacto. No hay engaño en ello. No hay redención fácil. Mi cuerpo, ya corrupto, comenzará a deteriorarse sin el sustento de aquellas que fueron mis amas. La carne lo sabe. El caos lo celebra. Pero este es el camino que debo tomar. Con el ejército incompleto. Con el corazón roto. Con la culpa aún ardiendo. El malestar llega de inmediato. La sangre hierve en mis venas como si quisiera escapar de mí, como si el sello, al romperse, gritara su última venganza desde dentro. No miro atrás. Le doy la espalda a ese castillo y camino. No para huir… sino para no volver jamás. Mi destino solo el viento lo conoce ahora. Lucharé por sanar. Y si muero en el intento… Moriré libre. Por mi familia. Por mi amor. Por Ryu.